martes, 27 de noviembre de 2018

LAS REVOLUCIONES RUSAS DE 1917.

Con el término Revolución Rusa, se designa el conjunto de hechos que condujeron al derrocamiento del régimen autocrático zarista de Nicolás II, tras la revolución de Febrero de 1917, la instauración en Rusia del comunismo / leninista, entre los meses de Febrero a Octubre de 1917 y la fundación de la República Federativa Socialista Soviética de Rusia (que en 1922 se convirtió en Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

Los principales eventos se produjeron en Petrogrado / San Petersburgo, cuando el comandante del STAVKA – general Alekxeyev – junto con los comandantes de los frentes y flotas del Imperio Ruso decidieron no reprimir las protestas revolucionarias.

El Zar Nicolás II fue forzado a abdicar y su sucesor, el gran duque Miguel Alexandrovich renunció a la corona; por lo que el antiguo régimen fue sustituido por un gobierno de carácter provisional, en el transcurso de la revolución de Febrero / Marzo de 1917. Bajo control de la Duma del estado, aunque en paralelo actuaban los soviets / asambleas de trabajadores y soldados. Lo que provocó la confrontación de un doble poder. Y donde los escuadrones de trabajadores armados del partido bolchevique se agruparon para fundar la “Guardia Roja”, mientras que gracias a las consignas populistas ganaba aceptación entre las masas populares de las grandes ciudades industriales, la marinería de la Flota del Báltico y la soldadesca de los frentes rusos Norte y Oeste.

En la siguiente revolución (la de Octubre / Noviembre de 1917), el Comité Militar de Petrogrado – controlado por los bolcheviques, liderados a su vez por Lenin – derrocó al gobierno provisional y lo reemplazó por uno bolchevique de ideología comunista.

Durante el IIº Congreso de delegados de los soviets de Trabajadores y Obreros de todas las Rusias, los bolcheviques mantuvieron una dura pugna con los mencheviques y los eseristas de la derecha, mientras se conformaba el primer ejecutivo soviético.

En Diciembre de 1917, se creó la coalición formada por bolcheviques y eseristas de la izquierda. Para firmar, en Marzo de 1918, el tratado de Brest – Litovsk.

Durante el verano de 1918, se constituyó un régimen de partido único, lo que provocó el recrudecimiento de la guerra civil rusa, durante su última fase y la intervención extranjera en Rusia, tras la revelión de la Legión Checoslovaca.

El fin de la Guerra civil Rusa creó las condiciones para la fundación de un nuevo estado; la U.R.S.S.

En gran parte, esto fue una de las muchas consecuencias de la Iª Guerra Mundial y no pocos lo han considerado como el inicio del Siglo XX.

Loado y criticado, amado y odiado, anhelado y temido; el régimen creado duró hasta el año 1991.

El régimen y la personalidad de Nicolás II:

Antes de empezar, debemos recordar que la dinastía Romanov se hizo con el trono de Rusia, cuando el primero de ellos – Miguel Romanov – alcanzó el poder en 1613, tras casi 2 décadas de luchas intestinas entre los príncipes de Moscú, que habían sumido a Rusia en un caos.

Las familias aristocráticas – terratenientes feudales – (y ortodoxas) de todo el país, decidieron que solo una monarquía fuerte (como las antiguas) podía evitar una invasión de los suecos (luteranos) ó de los polacos (católicos).

El tipo de poder que tenían en mente se originó en el siglo XIII, cuando los tártaros habían invadido Rusia.

Para poder sobrevivir y prosperar bajo el yugo tártaro, el pueblo del principado de Moscú concedió a su nuevo monarca poderes absolutos: el príncipe fijaba los impuestos sobre sus tierras, gobernaba a su pueblo y se enfrentaba a sus enemigos – internos y externos – según su conciencia, libre de impedimentos jurídicos ó burocráticos.

Iván “el terrible”; primer príncipe moscovita en coronarse zar, en 1547, ya había revelado lo ilimitado del poder absoluto (con el respaldo de la iglesia Ortodoxa rusa).

La autoridad del príncipe gozaba también de un manto divino, en forma de conexión mística entre el monarca y el pueblo ortodoxo por él gobernado.

Durante más de 250 años de dinastía Romanov, los zares rigieron los destinos de Rusia con el mismo espíritu paternalista. Los estallidos esporádicos de reformismo – intentos de formar un funcionariado operativo, codificar las leyes, relajar la censura y crear zensos / asambleas locales – habían fracasado a la hora de suponer un desafío al poder real del zar.

El final luctuoso de la ex – familia imperial, hay que comprenderla desde el punto de vista que la mayoría de los Romanov en el trono tuvieron un final violento y pocos zares fallecieron en la cama.

En todo el siglo XIX, solo Alejandro III murió de muerte natural, ello fue debido a dos factores principales: uno, la propia ascensión de los Romanov fue resultado de una carambola entre familias nobles, por lo que la consideración de arribistas nunca se la pudieron quitar de encima.

En segundo lugar, desde el reinado de Catalina “La grande”, que a pesar de haber adoptado el apellido de su difunto esposo, todos los zares siguientes eran de origen germano y no eslavo, con lo que poco a poco se fueron ganando fama de extranjeros.

En 1881, el padre del futuro zar Nicolás II – el zar Alejandro III – ascendió al trono, decidido que las reformas emprendidas por su padre (y abuelo de Nicolás II) – el zar Alejandro II, asesinado por revolucionarios – jamás debían llegar a prosperar. Por lo que reprimió a los disidentes, debilitó la burocracia civil y aplastó las propuestas de gobierno representativo.

Mientras Rusia quedaba asediada por la modernidad – que en las últimas décadas del siglo XIX tomaba forma de laicismo, industrialización, urbanismo y democracia –; Alejandro III educaba a su hijo Nicolás para que siguiese la tradición moscovita de gobierno. Consideraba por ambos como el único y verdadero camino para mantener la grandeza del Imperio Ruso.

Alejandro III, se ajustaba con facilidad al papel de autócrata. En palabras de sus contemporáneos, era un “gorila de hombre”; alto, ancho de espaldas y hombros, capaz de doblar un atizador de hierro. Era un líder resuelto y sin complejos, provisto de gran energía y poca paciencia para las formalidades, que disfrutaba del poder y lo ejercía con entusiasmo.

Por el contrario, su hijo Nicolás heredó pocas ó ninguna de las aptitudes de su padre.

Nicolás era un niño menudo y tímido que enfermaba con facilidad. Tenía a su padre idealizado, aunque se encogía ante la sombra de su padre. Criado en el colosal palacio de Gatchina (propiedad personal de la familia Romanov); junto a sus 2 hermanos y hermanas, todos llevaban un estilo de vida espartano con sus padres: dormían en camastros del ejército, madrugaban, baños fríos y solo la cantidad justa de comida.

El objetivo era inculcarles a todos, sobre todo al heredero, la disciplina. Pero los extravagantes juguetes, la institutriz mimosa, la sobreprotectora madre y zarina María y la obsequiosidad de cuantos les rodeaban – incluyendo los maestros – provocaron el efecto contrario al deseado.

Desde pequeño, el zarevitch Nicolás tuvo una hueste de tutores. El primero un anciano caballero inglés (el señor Heath) que le inculcó unos modales exquisitos, una calma impenetrable, un apasionado interés por los deportes, dotes para el baile y dominios de idioma francés, alemán e inglés. (Educación ideal para un cortesano, pero por completo insuficiente para el futuro dirigente de 135 millones de almas).

A los 15 años, su padre – que ya le consideraba una decepción de hijo – dispuso una educación más adecuada, para prepararlo de cara a los muchos desafíos que debía afrontar como zar.

En manos de las mentes más brillantes de Rusia, Nicolás empezó un amplio programa de estudios en: matemáticas, ciencias, historia, geografía, literatura, derecho y estudios militares. – En general se basaban en charlas y aburridas conferencias, sin someter nunca al pupilo a examen ó a debate alguno. Por lo que el nivel de conocimientos adquiridos ocupaba la superficie de un sello –.

Todo el programa fue supervisado por el antiguo preceptor y tutor de Alejandro III – a la vez que actuaba de cabeza laica de la iglesia Ortodoxa rusa – señor Konstantin Pobedonóstsev. (Hombre de figura demacrada y adusta, reforzada por su habitual vestidura negra y un aspecto de recien salido de la tumba. Que ocultaba en su interior un reaccionario pleno.

La democracia para él, equivalía al gobierno del diablo; las constituciones instrumentos inocuos; y la prensa libre, un instrumento de corrupción de las masas.

Según su teoría, Dios había escogido al zar y lo guiaba; por lo que si este dejaba de gobernar como autócrata, concediendo a otros el cometido de gobernar, caería sobre el y sobre el país un castigo divino.)

En general, Nicolás tenía poca sed de conocimientos y, en 1890, al cumplir los 21 años de edad dio por finalizada su educación. El zarevitch estaba mucho más cómodo dirigiendo un regimiento de la guardia y llevar la vida apacible de un caballero oficial (beber, jugar al billar, asistir a bailes de sociedad, recorrer mundo, etc.) antes de casarse (con una nieta de la reina Victoria de Gran Bretaña).

Durante la gran hambruna de 1891, se hicieron evidentes las carencias del estado autocrático. El régimen erró con la forma de ayuda ó de atajar la crisis (a pesar de haber encargado al heredero Nicolás, dirigir el esfuerzo gubernativo), con lo que la situación se agravó hasta afectar a medio millón de personas.

Solamente un llamamiento tardío, del zar Alejandro III pidiendo la ayuda a mercaderes, nobles, estudiantes, profesores médicos e ingenieros logró

atajar el hambre. Al precio de crear una avalancha de solicitudes de reforma. Pero nada más remitir esta crisis, el zar desestimó todas las solicitudes.

Los que le rodeaban, le describían como un joven agradable y atento, que habría pasado completamente desapercibido en la vida cortesana, sino fuese el heredero de todo el imperio. Y, de todas formas, hubiesen pasado décadas antes de sentarse en el trono, si no fuera por que su padre – enfermo renal – hubiese comenzado a agonizar en su palacio de Livadia (en la costa del mar Negro), en 1894.

Mientras sollozaba, el nuevo zar Nicolás II (de 28 años de edad) reconocía su incapacidad para reinar. En Mayo de 1896, fue coronado oficialmente en la catedral Uspensky de Moscú (Pero el 16 de Mayo de 1896, se produjo una calamidad pública. Existía la costumbre de dar un convite a los campesinos llegados de toda Rusia, cuando se coronaba un nuevo soberano. Y para la coronación de Nicolás II, se escogió el campo de maniobras del ejército de Jodinskoye. Pero sin que los organizadores hubiesen sido advertidos que en dicho lugar se estaban ensayando las nuevas tácticas de guerra de trincheras y alambradas, por lo que las masas de invitados al abalanzarse sobre las mesas con las viandas y los recuerdos, quedaron atrapados y murieron aplastados dentro de las trincheras excavadas y sin vallar. Hubo miles de muertos y entre el pueblo ruso, no pocos lo consideraron señal de mal augurio).

Desde el principio, Nicolás II había dejado muy claro que iba a gobernar como su padre: En primer lugar, a pesar de los consejos de sus tíos, se negó por completo a delegar en cualquier tarea. Ocupándose personalmente de cualquier problema nimio, sin implementar un plan coherente para coordinar la dinámica de gobierno.

Nombró a parientes cercanos – en general inexpertos, cuando no completos incompetentes – para ocupar cargos relevantes del gobierno, las fuerzas armadas y la administración. Más adelante, sustituyó a muchos de ellos por mediocres aduladores, con resultados igualmente desastrosos.

Nicolás II acostumbraba a mantener desunidos los ministerios, reuniéndose con los ministros por separado. Por lo que cualquier atisbo de coordinación era por completo imposible. (Este errático gobierno, era fruto de una característica personal de Nicolás II: desde niño, se había detectado su completa ausencia de voluntad propia. Siempre se limitaba a esperar que alguien le dijera que hacer en cada momento.

Al sentarse en el trono y alcanzar la cima del estado, de repente se quedó sin una autoridad a la que obedecer ó consultar, por lo que a menudo ó se quedaba bloqueado – pasando mañanas enteras para tratar de dilucidar que uniforme se ponía para cada ocasión – ó hacía caso del último que le hubiese aconsejado; lo que en numerosas ocasiones provocaba que emitiese ordenes contradictorias entre sí.

Si su abuelo había sido de tendencia liberal y su padre de tendencia reaccionaria; Nicolás II no era capaz de tener una tendencia propia. Unas veces hacía caso a su madre, otras a su esposa. Unas veces a sus ministros y generales liberales y otras a los reaccionarios. Unas veces ordenaba a las tropas disparar contra los manifestantes y otras iniciaba un completo proceso de reforma política).

En general, Nicolás II solo consultaba a Dios, mientras que el viejo estado se deshacía a través de sus costuras. A pesar del boom económico, las clases más humildes de Rusia lo pasaban mal, agobiadas por una explosión demográfica), la vieja nobleza terrateniente proseguía el declive social iniciado con la emancipación de los siervos, y los reformistas e instituciones modernizadores eran acallados. Con lo que los obreros perdían cualquier oportunidad de frenar los abusos, convirtiéndose en carne para una revolución.

Los líderes políticos de los zensos / asambleas locales pidieron abrir el gobierno de Rusia a una forma de influencia pública. Pero la muerte de Alejandro III, primero. Y el calificativo de Nicolás II de “sueños insensatos” después, frustraron cualquier esperanza, calando entre las capas más ilustradas de la nación, la idea de un cambio desde fuero.

En 1904, en medio de la guerra contra Japón, Nicolás II recibió un proyecto de libertades y derechos públicos. Pero salvo unas pocas concesiones, fue rechazado.

En 1905 tras el Domingo Sangriento, Nicolás II promulgó 3 decretos: uno, contra los “traidores arrogantes”. Otro, pedía al consejo de ministros plantear ideas y sugerencias, para mejorar la organización del estado. Y el tercero, nombrando una comisión para el estudio de una asamblea consultiva que ayude a redactar la legislación.

Tras la derrota de 1905, el régimen autocrático se había derrumbado para todo el mundo. Pero la nueva asamblea nacional; la Duma del estado, fue ninguneada por el monarca desde el principio. Esto a su vez fue un precedente, pues desde su nacimiento, su legitimidad fue discutida por ambos extremos del espectro político ruso.

(Aquí hay que entender, que en la historia de Rusia, nunca existieron instituciones proto – democráticas como las existentes en los paises occidentales. En medio de la edad media, en Gran Bretaña se redactó la carta Magna, en Francia se convocaban los estados generales, en España se creaban las cortes, etc. Pero en Rusia, la costumbre de – al menos – consultar al pueblo era ajena y extraña por completo. Más cuando provenían de naciones tradicionalmente opuestas al expansionismo ruso.

Nunca faltaron en la historia de Rusia reformadores y pensadores políticos. Pero en general eran una minoría entre una población para la cual la noción de estado fuerte iba paralela a la de estado autoritario, regido por un líder único.)

Respecto a los asuntos militar: Los Romanov habían considerado a las fuerzas armadas del Imperio Ruso, su institución más preciada, ya que a sus muchas conquistas se debía la grandeza del imperio. Pero para Nicolás II, la milicia era también un objeto de afecto personal.

De niño había asistido a infinidad de desfiles y revistas, siempre de uniforme (una miniatura de alguno de los regimientos presentes). De adolescente sirvió de coronel en el Regimiento Preobrazhensky de la Guardia (donde probó la camaradería entre oficiales y muchas de las tradiciones tribales) – Llegando a escribir a su madre que nunca se había sentido tan feliz – y a sus ministros les hacía recordar que él era el primer soldado del imperio (Por ejemplo, cuando el Ejército Imperial Ruso adoptó el nuevo uniforme, el mismo lo probó en una marcha de 40 Km.)

Como muestra de su agrado por todo lo militar, nombró a lo largo de su reinado a numerosos oficiales y generales, para ocupar altos cargos en la administración.

Nicolás siempre consideró que sus soldados eran el baluarte del estado. (En numerosas ocasiones la policía y la gendarmería eran incapaces de aplastar revueltas ó combatir la insurgencia. Por lo que las tropas eran empleadas en ese cometido); por ello, si perdía la lealtad de su ejército y de su flota, el estado, el régimen y su corona estaban acabados.

Desgraciadamente, la decisión de hacerse con el cargo de comandante del STAVKA significó entre otras cosas que asumía la responsabilidad de la estrategia y, por añadido, de los fracasos. Con lo que a la responsabilidad política, se le añadía la responsabilidad militar última.

A la larga, esta sería la causa última de la pérdida de su corona, previa a la de su vida.

Los cambios económicos y sociales:

La más elemental de las teorías de la propiedad – seguida por numerosos campesinos – rezaba que la tierra debe pertenecer a quien la trabaja. Lo que en si mismo era una señal que algo estaba cambiando, al mismo tiempo, que la propia vida y la cultura campesina rusa iba variando constantemente. Facilitado por el movimiento físico de un creciente número de pobladores campesinos que iban emigrando hacia la ciudad desde el campo y por la introducción de una cultura urbana en las aldeas (a través de los bienes de consumo, la prensa y el boca a boca).

Los obreros por su parte, tenían numerosos motivos para el descontento: hacinamiento en las viviendas, malas condiciones sanitarias, jornadas laborales de 10 a 12 horas (6 días a la semana) que a partir de 1916 se elevan a 11 ó 13 horas, alta siniestralidad laboral por falta de higiene y seguridad en el trabajo, duras medidas disciplinarias (multas y puñetazos) de los capataces y salarios insuficientes, unido a una escalada de precios a partir de 1914.

Pero la vida urbana estaba llena de ventajas, pues las nuevas habilidades adquiridas, daban a los obreros una nueva sensación de auto–estima, lo que a su vez le proporcionaba unas nuevas expectativas y anhelos de cambio. (En especial mayores demandas de bienes materiales y nuevas ideas sobre política y sociedad).

Debido a una industrialización tardía, la mayoría de la mano de obra rusa se concentraba en muy pocas fábricas. Por lo que para 1914: 40% de la mano de obra industrial en fábricas de más de 1.000 empleados, el 42% en fábricas de entre 100 y 1.000 operarios y el 18% en empresas de menos de 100 empleados. Comparemos estas cifras con Estados Unidos, donde las proporciones eran 18, 47 y 35%.

Esto provocó que el número de huelgas en todo el imperio pasase de 6 (entre 1862 a 1869) a 176 entre 1895 y 1905.

La rápida industrialización de Rusia también provocó el hacinamiento y las malas condiciones de vida en las ciudades, lo que a su vez fue causa de muchas de las malas condiciones de los obreros urbanos (tengamos en cuente, que entre 1890 y 1910 la población de San Petersburgo pasó de 1 a 2 millones, al igual que la de Moscú). Este nuevo proletariado cada véz más combativo y rebindicativo, tenía un origen social campesino.

Por lo que a mayor hacinamiento, más tendía a protestar. (Tengamos en cuenta, que hacia 1904, se estimaba una media de 16 personas compartiendo cada hogar urbano, a razón de 6 por habitación. Y sin agua corriente, los desechos humanos amenazaban la salud de los hogares y las familias).

Estas malas condiciones acabaron por agravar la situación política, incrementando el número de huelgas y el de alteraciones graves del orden público.

Al mismo tiempo, la vida urbana había beneficiado a la sociedad, a costa de la estabilidad social y política. Por ello, todo el mundo tenía mayores aspiraciones sociales, pues la adquisición de nuevas habilidades, daban a los obreros mayores cotas de confianza y auto – respeto y les exponía a nuevas ideas sobre el orden social y político.

Las causas sociales de la revolución rusa provenían principalmente de siglos de opresión de las clases bajas por el régimen autocrático. A lo que se le unió los fracasos de la Iª Guerra Mundial.

Aunque los campesinos habían obtenido su emancipación de la servidumbre en 1861 (si bien todavía tenían pendientes reembolsos al estado). Por lo que exigían tierras comunales para poder trabajar en su propio beneficio.

El problema venía agravado por el fracaso de la ley de reforma agraria de Sergey Witte, a comienzos de siglo XX, lo que agravó el descontento de los campesinos, hasta provocar rebeliones y apropiaciones de fincas.

El aumento de los disturbios campesinos (para apoderarse de tierras). Entendamos que el 1’5% de la población era propietaria del 25% de la superficie de todo el Imperio Ruso.

La guerra mundial solo añadió más caos. El servicio militar (que antes de 1905 ni siquiera estaba implantado en todas las regiones del imperio) se expandió hasta los reclutas menos motivados y las grandes demandas de la industria de guerra provocaron nuevos disturbios y huelgas.

La movilización despojó a la industria de los trabajadores más cualificados, teniendo que reemplazarlos por mujeres y campesinos (recién incorporados) sin cualificación alguna. Lo que unido al colapso del sistema de ferrocarril ruso, afectó a la población más pobre del imperio, llegando un punto en que los obreros se ven forzados a abandonar las ciudades para poder adquirir alimentos.

Los propios uniformados rusos sufrieron sus propias carencias de suministros y la falta de protección contra los elementos, momento en que empezaron a volverse contra la cadena de mano y contra la persona del Zar – llegando a ser asesinados no pocos oficiales – al tiempo que la propia guerra obligó a ascender a numerosos rangos inferiores (de los cuales pocos sentían afecto por el Zar) al empleo de oficiales, para reemplazar a muchos oficiales de carrera (en general, defensores acérrimos del régimen autocrático).

La cuestión política: Amplios sectores de la sociedad rusa tenían motivos para estar descontentos con el régimen autocrático. Nicolás II era un gobernante reaccionario para unos y débil para otros; quien en todo caso, esperaba que el individuo y la sociedad mostrasen su auto control mediante: la devoción hacia la comunidad, la deferencia hacia la jerarquía y hacia el sentido del deber.

La fe religiosa debía ayudar a soportar estos principios y justificaba el poder político y social del clero ortodoxo ruso dentro del imperio. Por lo que Nicolás II ligó su destino y el futuro de su dinastía hacia la noción de Zar como santo patriarca vivo del imperio y de la nación. Pero esta visión idealizada de la monarquía y de la dinastía Romanov, le cegó sobre la realidad y complejidad del imperio.

Con la firme creencia que su poder tenía un origen divino, Nicolas II daba por incuestionable la lealtad a la que el pueblo ruso debía serle. Lo que fortalecía su férrea oposición a cualquier reforma de naturaleza política – incluso después de la revolución de 1905 –, limitando tanto la ampliación de los derechos civiles, como la representación democrática.

Pero desde los tiempos de la ilustración, los intelectuales rusos promovían las nuevas ideas sobre el individuo y el estado. A las que se añadieron las ideas liberales – en ocasiones populistas –, marxistas y anarquistas. Por lo que a partir de 1914, la dinastía Romanov es cuestionada desde todos los ámbitos.

Tras el “Domingo sangriento” de 1905, la huelga general y el “manifiesto de Octubre” provocaron la creación de la Duma del estado. Que fue inmediatamente ninguneada por la propia autocracia, por lo que las ideas revolucionarias y los brotes de violencia contra la monarquía recibieron alimento moral extra.

Uno de los principales motivos del Zar, para entrar en la guerra de 1914, era el de restaurar el prestigio ruso – tras el fiasco de 1905 – y fomentar la idea de unidad nacional frente a un enemigo común.

Pero desde muchos años antes del asesinato de Sarajevo, el imperio multiétnico de Rusia mostraba claros signos de desafección. Por lo que el riesgo compartido no iba a mitigar, de por sí, el malestar social por la pobreza, la desigualdad y las inhumanas condiciones de trabajo.

Finalmente y en lugar de restaurar la posición rusa en el mundo, la Gran Guerra se convirtió en una masacre de soldados rusos, provocando el colapso del propio imperio.

En la Iª Guerra Mundial: El estallido del conflicto mundial, en Agosto de 1914. Bloqueo todas las protestas sociales y políticas, al principio. Centrándose todos los esfuerzos en el enemigo exterior.

Pero esta unidad no va a durar demasiado, a medida que la guerra se prologaba, aumentaba el hartazgo por la misma. Durante las primeras semanas del conflicto; el ruso común se unía a las manifestaciones anti alemanas. Pero su entusiasmo degeneró en escepticismo y en fatalismo.

Así que la hostilidad inicial contra el Káiser Guillermo II y el deseo de defender su país, no se tradujeron en entusiasmo por el Zar Nicolás II y su política. Y tras el primer desastre (en Tannenberg) y la primera victoria (en la Galitzia); el propio zar Nicolás II asumió el mando del STAVKA durante el otoño de 1915, para supervisar el principal teatro ruso de la guerra mundial. Dejando a su ambiciosa e incapaz esposa – Alejandra – a cargo del gobierno.

Pronto, los informes sobre la corrupción y la incompetencia del gobierno comenzaron a brotar, junto con los que acusaban la excesiva influencia de Rasputín en la corte.

En 1915, las cosas tomaron un giro crítico, puesto que Alemania orientó su estrategia hacia el Este. El mejor entrenado y equipado ejército alemán superaba al Imperial Ruso, forzando a Rusia a retirarse de toda la Polonia rusa.

Además de las enormes pérdidas humanas experimentadas a lo largo de la participación rusa en la Gran Guerra; el Ejército Imperial Ruso experimentó escasez de fusiles, municiones, uniformes y alimentos. Por lo que a mediados de 1915, los hombres llegaban al frente sin el equipo completo – llegando en ocasiones a tener que dotarse de armamento y equipo recuperado de entre los muertos de ambos bandos. (Esto último llevó a muchos soldados a sentirse despilfarrados y maltratados en beneficio de los ricos y poderosos de Rusia).

En la primavera de 1915, los ejércitos rusos estaban en una constante retirada, no siempre ordenada. Por lo que las deserciones, los saqueos y las desbandadas se volvieron cada vez más frecuentes.

A finales de 1915, la economía rusa se venía abajo por las demandas de la guerra. El principal problema – escasez de alimentos / aumento de precios de los productos de primera necesidad – provocaba una escalada inflacionista que arrampló con los bajos ingresos de los obreros 8secando de golpe su capacidad adquisitiva).

Sin embargo, para 1916, la situación mejoró en muchos aspectos. Las tropas rusas detuvieron su repliegue y vuelven a obtener victorias. (A costa de graves pérdidas). Además los problemas de escasez se resolvió en gran medida tras aumentar la producción nacional, ó recurrir a importaciones de material y equipo.

Para finales de Octubre de 1916, Rusia había perdido unos 5 millones de hombres. Esta cifra de perdidas fue la causa definitiva de los motines que empezaban a producirse. (Apareciendo los primeros informes de confraternización con el enemigo).

El índice de bajas se va a convertir, también, en el signo más claro del desastre que acontece a Rusia y el hambre, la falta de calzado hicieron el resto para hundir la moral del ejército ruso tras las posteriores derrotas.

Los nuevos reclutas a penas tienen tiempo para completar su instrucción, antes de acudir al frente, para relevar a los soldados caídos ó fuera de combate. Creando un ciclo – que durará toda la guerra – por el que reclutas mal instruidos incrementaban los índices de bajas, para ser relevados por nuevos soldados sin instruir.

La oficialidad también sufrió una evolución, cuando pasa este estamento de estar dominado por miembros de la nobleza a serlo por hombres de origen rural u obrero, lo que va a contribuir a politizar este estamento (a partir del año 1917).

Para finales de 1916, la moral del ejército vuelve a empeorar debido a que en la retaguardia, las bajas son cada vez más sentidas en todos los hogares del Imperio Ruso. Sin que ni el Zar ni el estado mayor variasen un ápice la estrategia de ofensivas constantes. Al final había en ciernes una nueva crisis moral – definida en los informes como “una desesperación por una masacre que parece no tener fin” –.

En Petrogrado la escasez era particularmente terrible por la distancia y las deficiencias de la red rusa de transporte ferroviario. Las tiendas cerraron y pronto el pan, el azúcar y la carne comenzaron a desaparecer.

Adquirir alimentos ya era un problema (desde mediados de 1915), pero ahora era en ocasiones imposible. Así que la conflictividad laboral iba en aumento, seguida de marchas por la capital pidiendo alimentos.

Pronto a las marchas de obreros pidiendo una solución, se les unieron las mujeres (que se quejaban de tener que emplear una media de 40 horas semanales para obtener alimentos, llegando a recurrir a la mendicidad, la prostitución ó el robo). Mientras que la mayoría de las cercas de madera de la ciudad habían desaparecido, para alimentar las estufas de toda la ciudad.

Los funcionarios del ministerio del interior, estaban preocupados calculando hasta cuando iba a durar la paciencia de la población. En la OCHRANA, en Octubre de 1916, opinaban que ó se creaba un gobierno constitucional ó acabaría por acontecer una catástrofe.

Pero Nicolás II no hacía caso, y unos meses más tarde, el régimen autocrático se derrumbo – en el transcurso de la Revolución de Febrero de 1917 – y un año después la familia imperial sería víctima de asesinato.

En general, la ineptitud del depuesto Zar Nicolás II a la hora de gestionar el país y la guerra, provocaron su propia destrucción y la de su dinastía.

Proceso socio – económico que arrastró a Rusia hacia la revolución:

Si hubo una revolución en Rusia, fue a causa de un cúmulo de problemas arrastrados desde hacía siglos.

Antecedentes a la Revolución Rusa de 1917: En la época de la revolución de Febrero de 1917, la situación rusa se volvió tremendamente difícil. La participación en la Iª guerra mundial requería un tremendo esfuerzo nacional. Puesto que por primera vez en su historia, Rusia había puesto en armas a más de 14 millones de sus habitantes masculinos. Y desde 1915, era evidente que esta movilización afectaba gravemente a la economía.

La financiación de los elevados gastos militares, provocaron un alza de los precios (de hasta 4 veces desde el inicio de la guerra) y desde el año 1916 es necesario recurrir a la requisa forzada de grano y otros productos agrarios.

Todas estas tensiones causadas por la guerra, unido a la polarización política de la sociedad, causaron un profundo rechazo a la persona del Zar y en los últimos meses del reinado de Nicolás II, un profundo rechazo a la monarquía. No solo entre los partidos radicales, sino entre la mayoría de la Duma del estado; el bloque progresista. Incluso entre los diputados monárquicos y entre no pocos grandes duques.

Tras la “Mayasoedova”; En 1915, el coronel Sergey Myasoedov fue ahorcado, tras haber sido acusado – en falso – de haber espiado para los alemanes.

No fueron pocos quienes lo consideraron un chivo expiatorio de los fracasos militares padecidos por el Imperio Ruso. Pero en todo caso provocó la paranoia entre la población civil, cuando la chusma se puso a buscar “espías” por las calles, hasta provocar un progromo anti–alemán en Moscú, durante el verano de 1915.

Uno de los ministros del gobierno del Zar; B. V. Stunner, y la propia zarina Alejandra, fueron víctimas de las acusaciones contra germanas.

Los últimos ministros del gobierno del Zar, cometieron una serie de errores. El más grave de todos, la falta de tropas fiables en la capital y el de no tomar medidas contra los marineros amotinados en Kronstadt. (Una de las razones por las que Nicolás II se trasladó a Mogilev, fue escapar de la responsabilidad de lidiar con un gobierno incapaz).

El colapso de la economía rusa durante la Iª Guerra Mundial: El año 1917 había traído el cambio a toda Rusia. Este había comenzado con graves pérdidas de hombres y territorios. Y, a pesar que (tradicionalmente) la situación militar no ha sido considerada como un factor de la caída del régimen autocrático. Esta es la causa directa de la crisis económica que barrió la monarquía imperial.

El estado pluriétnico estaba sufriendo más por esta crisis (causada por la guerra) que por la propia guerra. Y la moral de la población civil quedó tan hundida, que el cuerpo político de la autocracia quedó completamente barrido tras la revolución de Febrero de 1917.

El nuevo ejecutivo liberal, presidido por Kaminsky no detuvo la participación rusa en la guerra. Por lo que no pasó mucho tiempo, antes que su popularidad se hundiese entre la opinión pública (lo que a la larga provocará su derrocamiento a manos de los comunistas del partido Bolchevique).

Para comprender este proceso, es necesario entender que el colapso político se produjo a causa de una crisis en el suministro de alimentos (tanto a las fuerzas armadas, como a la población civil de las ciudades de todo el Imperio Ruso). Esta repentina caída del suministro, había desmoralizado al personal de las fuerzas armadas. (Por lo que al producirse las primeras agitaciones se mantuvo por completo pasiva). Mientras que en las ciudades, la falta de alimentos empujó a los trabajadores industriales al amotinamiento y al atrincheramiento en barricadas por las calles.

El principal factor del colapso del sistema capitalista ruso, fue el colapso del sistema financiero del imperio, causado por la inflación; debido al esfuerzo de la guerra, el gobierno debía destinar enormes sumas de dinero para financiar tanto la expansión de las fuerzas armadas, como para entrenarlas y equiparlas.

El punto crítico por tanto era la provisión de dinero. Lo cual solo podía lograrse retrotrayéndolo de los gastos del propio presupuesto del estado; sin implementar nuevos métodos de ingresos públicos.

Hasta entonces, el sistema fiscal ruso estaba basado en impuestos indirectos y la explotación de los monopolios públicos. Como el aparato del estado estaba, por completo, sometido a la presión política de la autocracia. (Que por todos los medios evitaba incrementar el tipo y la cuota de los impuestos indirectos).

Respecto a la posibilidad de crear impuestos de naturaleza directa, esta estaba por completo descartada, a causa de los excesivos problemas administrativos que suponía.

Por todo ello, y para financiar la participación rusa en la contienda mundial. El gobierno del zar optó por emitir un sistema de bonos de guerra (lo que además daría a los ciudadanos un incentivo para invertir en la victoria –mediante un rendimiento fijo – del Imperio Ruso de los Romanov).

Durante la guerra, el gobierno del Zar Nicolas II lanzó seis emisiones de dichos bonos. Pero todas fueron un fracaso, por su baja demanda. Así que; como combatir la inflación con un sistema de préstamos a tasas de interés fijo, no tenía mucho sentido. Pues a los potenciales inversores; en tiempos de altas tasas de inflación, se les ofrecía un bono cuyo rendimiento no ofrecía un mecanismo de compensación de la misma.

Para el ejecutivo ruso, el único sistema de evitar una bancarrota nacional, era imprimir más papel dinero, para financiar el estado con dicha impresión. A medio plazo, provocaron un aumento de la oferta monetaria total. (Así en 1914, se imprimió un 100% más de moneda que el año anterior. Que se convertiría en un 150% en 1915; un 300% en 1916 y un 800% en 1917). Que acabó por provocar un proceso de hiper – inflación. (Un 100% en 1914; un 120% en 1915; un 400% en 1916 y un 1.200% en 1917) De efectos devastadores sobre la economía rusa.

Existe la leyenda; difundida por intelectuales comunistas, por la cual el fin del Imperio Ruso fue causado por falta de enfoque sobre la producción de alimentos: Se había reducido la producción por el reclutamiento en masa de siervos – campesinos, lo que provocó la revolución.

Sin embargo, y de acuerdo a estimaciones públicas, la población no requería un traspaso hacia la economía agraria de zonas rurales, desde la economía industrial de las ciudades. En 1913; Rusia contaba con 22 millones de hombres subceptibles de vestir el uniforme – según la legislación de reclutamiento y conscripción – Pero para 1916, 14 millones de hombres habían vestido ó vestían el uniforme .

Respecto a las cifras de producción de alimentos. Nos fijaremos en la producción rusa de cereal del año 1917:

· Cosechado en el año 1917 => 62’391 millones de Tm.

* Stock necesario para la siembra del año siguiente => - 11’220 millones de Tm.

+ Excedentes de producción del año 1916 => + 10’958 millones de Tm.

· TOTAL DISPONIBLE PARA 1917 => 62’129 millones de Tm.

* Consumo del año 1917 => - 53’611 millones de Tm.

RESULTADO: SUPERAVIT => + 8’518 millones de Tm.

Estas cifras de producción muestran que la economía rusa estaba en superávit (a pesar de las pérdidas de hombres y de superficie cultivable, de la menor productividad y de los problemas de distribución).

La estructura de la producción agrícola cambió a lo largo de los 3 años de contienda. La mayoría de las propiedades agrarias (que antes de la guerra retenían para su auto–consumo hasta un 25% de la producción agrícola), debido los incrementos de inflación y coste de la mano de obra (por el desplazamiento de agricultores rusos a los mejor pagados empleos en la nueva industria bélica); hizo que los administradores de los latifundios rusos no encontrasen rentable el cultivo de cereales de manera directa. Por lo que comenzaron a arrendar las tierras a pequeños agricultores en explotaciones de tamaño familiar.

Inicialmente, este sistema de granjas familiares funcionaron a la perfección; en cuanto a producción. Pero carecían de incentivos suficientes para transportar sus productos a las ciudades.

Los grandes terratenientes gozaban acceso directo a los mercados urbanos, mientras que el agricultor medio debía depender de intermediarios, quienes les restaban valor a sus ganancias. (Obviamente, si los productos agrícolas llegaban a ser comercializados, era porque su rentabilidad resultaba atractivas).

Las necesidades del Ejército Imperial Ruso, habían provocado un incremento astronómico de los precios de los productos industriales y textiles (respecto a los precios constantes hasta el año 1913). Así, los productos en hierro habían subido hasta un 300% y los de tela sobrepasaban el 1.000%.

Por el contrario, el precio medio de las cosechas, en el año 1917, se habían incrementado solo un 15%. Alcanzando el 25%, cuando eran comercializados de manera libre en las ciudades. (En un momento, en que las necesidades urbanas crecía, debido a la llegada de refugiados desde los territorios ocupados por las potencias centrales. Lo que provocará la catástrofe por falta de oferta, en los últimos años de la conflagración mundial. Puesto que los nuevos campesinos – arrendatarios obtaron por retener sus cosechas, ante la falta de estímulos para su comercialización en los mercados urbanos.

Las deterioradas condiciones económicas, comenzaron a golpear muy duramente a la población civil, y la propia guerra se cobró un grave tributo en bajas humanas. Por lo que la mayor parte de la población comenzó a rechazar, cada vez más abiertamente, mantener la participación en la guerra.

La inflación había disminuido el poder adquisitivo de los salarios nominales y los reducidos incrementos de los mismos a penas cambiaron nada. Por lo que pronto se produjeron cada vez más huelgas y disturbios; mientras que el jefe del estado, el Zar Nicolás II, completamente centrado

en los acontecimientos de la guerra – hasta el punto de haber dejado los asuntos políticos en manos de su esposa Alexandra Feodorova –, se negaba en redondo a cualquier medida de reforma política.

Muchos ministros estaban dispuestos (en la Duma) a realizar concesiones al pueblo; pero fueron despedidos sin miramientos. Lo que provocó la ira hasta en los círculos burgueses; lo que deterioró un peldaño más la autoridad moral de la monarquía.

En ese momento, se produjo el duro invierno de 1916 a 1917; que empeoró la situación del abastecimiento de la población. El estado incapaz de actuar, respondió con requisas forzosas de grano, al tiempo que trataba de implantar una nueva planificación económica y sus altos dirigentes mantenían reuniones con líderes sindicales de la industria.

Pero a pesar de todo ello, el malestar público y las huelgas siguieron produciéndose.

El recuerdo de la revolución de 1905 fue el factor más importante que desencadenaría la siguiente en 1917.

Los antecedentes de las revoluciones Rusas:

De acuerdo a la mayoría de los historiadores, los acontecimientos del “Domingo sangriento”, durante la revolución de 1905, desencadenaron protestas que a su vez fueron el origen del “Soviet de San Petersburgo”, para gestionar este caos y para iniciar la implantación de un programa político comunista. A la vez que, a la larga, serían los precursores de la revolución de Febrero de 1917, al volver a constituirse el Soviet de Petrogrado.

La Iª Guerra Mundial originó protestas por todo el Imperio Ruso contra Nicolás II – que los comunistas esperaban que les sirviese para vengarse de toda oposición –.

Tras la entrada en guerra del Imperio Otomano, del lado de las potencias centrales (octubre de 1914). Rusia quedó privada de su más importante ruta comercial, lo que causó una crisis menor económica. Pues al bloqueo de las potencias centrales (el Báltico a causa del Imperio Alemán), se le unió el bloqueo del Mediterráneo por el Imperio Otomano.

Para colmo de males, hasta finales del año 1916, Rusia padeció déficit de munición (por causas más de naturaleza administrativa que industrial, puesto que Rusia era capaz de producir ó importar munición suficiente) causada a su vez por tener que luchar en varios frentes a la vez. Y además, en 1917, la guerra mundial se prolongaba amenazando a la propia capital del Imperio Ruso; Petrogrado.

Pronto el cansancio de por la guerra, se empezó a manifestarse por las calles de las principales capitales de Rusia. Debido a la falta de alimentos –a su vez causada por la decisión gubernamental de financiar la guerra mediante la impresión de millones de rublos en papel, lo que (para 1917) había disparado la inflación acumulada (multiplicando por 4 los precios de

los alimentos respecto a 1914) –. Esa hiperinflación, amenazaba entre otras cosas, el suministro de Pan (a pesar que a finales del año 1916 había excedentes de grano en cantidad suficiente, las panaderías de la capital estaban sin harina).

En consecuencia, el campesinado al enfrentarse a mayores costos en los precios de las compras. Perdía cualquier ganancia por la venta de sus productos – a causa de la existencia de redes de intermediarios –. Como resultado, este grupo social optó por acaparar el grano y regresar a la agricultura de subsistencia. Provocando la escasez de alimentos en las urbes. Al tiempo que sus precios iban subiendo, por falta de oferta.

Esto último provocó nuevas demandas para aumentar los salarios de la industria. Así, entre Enero y Febrero de 1916, la propaganda revolucionaria – financiada e impresa a cargo del Imperio Alemán – llamaba a la huelga general.

El resultado de todo esto, fue una crítica generalizada al gobierno del Imperio Ruso, más que a la propia guerra y la “fiebre de entusiasmo” patriótico – que entre otras cosas había provocado que el nombre de la ciudad de San Petersburgo, fuese cambiado por el menos alemán de Petrogrado – fue amainando en los años siguientes. De tal forma, que en Febrero de 1917, se había transformado en derrotismo.

Por aquellas mismas fechas; los partidos liberales de la Duma del estado tomaban parte en todo tipo de organizaciones comunitarias y de beneficencia, de carácter voluntario. Por lo que estaban en mejores condiciones para expresar las demandas públicas.

Desde el inicio de la contienda mundial, se desarrollaba el “Movimiento público de Comités militares e industriales” para ayudar al gobierno en el abastecimiento del ejército y socorrer a los damnificados a causa de la guerra.

Pronto los comités industriales proliferaron por todas las capitales del imperio, por lo que en Julio de 1915 se hizo necesario crear el “Comité central Militar e Industrial”, presidido por el octubrista Gutchkov. Bajo el control del partido octubrista (que había obtenido la mayoría entre los 10 miembros que lo componían), la primera medida de este comité fue pactar una alianza con el partido menchevique (a la que se opusieron sus líderes desde el exilio en el extranjero). Puesto que los líderes de ambos partidos ambicionaban ocupar carteras ministeriales. Elaborando un manifiesto conjunto pidiendo la formación – dentro de la Duma del estado – de un gobierno democrático.

Cuando el zar vetó la cesión, a la Duma, de la potestad de nombrar el gabinete de gobierno. En Agosto de 1915, se retiró de la propia Duma del estado todo el grupo parlamentario del “bloque progresista” (la coalición formada por el KDT y los octubristas), para manifestar su disgusto.

El propio Nicolás II; al asumir el cargo de comandante del STAVKA se había trasladado a la sede de este en Mogilev. Dejando las tareas de gobierno en manos de su esposa – la zarina Alexandra – quien era doblemente impopular, por su origen alemán y la influencia que Rasputín ejercía sobre ella –.

Todo esto, llevó a una dramática pérdida de confianza del régimen autocrático al comenzar el año 1916. Por lo que el diputado Gutchkov sondeó a los altos mandos del Ejército Imperial Ruso y a los miembros del “Comité central de Industrias de guerra”, sobre la posibilidad de un golpe de estado para forzar al Zar a abdicar, a favor de algún príncipe de la familia Romanov – al estilo de los golpes de estado palaciegos del siglo XVIII –.

El 8 de Septiembre de 1916, el zar Nicolás II aprobó un reglamento del consejo de ministros sobre “responsabilidad penal de comerciantes e industriales contra la subida / bajada de precios de los alimentos y otros productos esenciales”, el cual bloqueaba todo contacto comercial fuera de los cauces legales.

En Octubre de 1916, el ministro del interior presentó un informe sobre la actitud de la población civil – que se resumiría en irascibilidad por el número de bajas – con un nivel de desafección hacia la política del gobierno del imperio superior al de 1905.

La guarnición de Petrogrado, en Febrero de 1917, estaba compuesta por reclutas y reservistas, agrupados en batallones de la reserva de 1.000 soldados (a su vez agrupados en divisiones de entre 12.000 y 15.000 hombres) y alojados en los cuarteles de la Guardia Imperial (la mayoría de ellos no contaban con más de dos semanas de instrucción, por lo que su marcialidad era dudosa en el mejor de los casos). Además, muchas de las unidades carecían de gran parte del equipo.

En total unos 160.000 soldados – en unos cuarteles pensados para 20.000 hombres (hasta 58 deben dormir hacinados en camastros de dos niveles, pensados para 42 hombres), sometidos a unos restricciones humillantes: en el tranvía, solo pueden viajar cerca de las puertas y en el teatro no pueden sentarse al lado de los oficiales. Desde 1915, la pena de muerte se hace extensible a las unidades de retaguardia. Los oficiales retienen el tratamiento de “su señoría”, son insuficientes para dirigir tal masa de soldados y no promueven ascensos entre suboficiales y soldados –.

En consecuencia; y a pesar que la mayoría del personal uniformado no llegó a unirse a las protestas, durante los disturbios de los días 24 a 26 de Febrero de 1917, se negó a obedecer la orden de abrir fuego.

Pronto los soldados más veteranos los primeros en unirse a la revolución (quedando como única tropa leal al ejecutivo imperial la policía de Petrogrado y los 3.500 soldados de la Guardia Imperial Rusa, todavía

presentes en Petrogrado. Entre los cuales estaban 100 hombres, parte del Convoy de S.M.I.

Es necesario entender, que para 1917, el 70% de los soldados que formaban parte de la guardia imperial - en 1914 - habían muerto. Siendo reemplazados por conscriptos).Mientras que algunos soldados y marineros de permiso aprovecharon para unirse a los trabajadores en huelga.

A decir verdad; los marineros de Kronstadt fueron los primeros uniformados rusos, que en masa se implicaron en actividades revolucionarias. Seguidos por los de la base de Helsingfors. De hecho, el propio comandante de la guarnición de la base naval de Kronstadt había sido el primero en quejarse por su inseguridad personal y la falta de fiabilidad de sus subordinados.

Esto se explicaba sobre todo por las difíciles condiciones de servicio en las bases de la flota. Pues sufrían las restricciones más humillantes de las fuerzas armadas: prohibición de andar por el lado izquierdo de la calle; letreros a la entrada de parques y edificios públicos que rezaban: Prohibida la entrada a perros, soldados y marineros; ...

Aunque el malestar existente en las fuerzas armadas era muy anterior al año 1917:

* El 19 de Octubre de 1915, se amotinó la tripulación del acorazado “Gangut” mientras estaba fondeado en Helsinky.

* El 2 de Mayo de 1916, un escuadrón de cosacos se negó a abrir fuego sobre una multitud de civiles concentrada.

* En Octubre de 1916, en el transcurso de manifestaciones celebradas en Gomel y Kremenchug, las tropas se unieron a los manifestantes.

* El 17 de Octubre de 1916, los soldados del 181º Regimiento de Infantería Ruso se unieron a una multitud de huelguistas en Vyborg (cerca de Petrogrado).

* El 29 de Octubre de 1916, los soldados enviados a reprimir una protestas, en Petrogrado, abrieron fuego contra la policía. Momento en que el embajador de Francia calificó estos incidentes como “importantes” y añadió: “...en caso de rebelión no se podrá confiar en el ejército... con lo que es de prever que una quiebra de este aliado es posible...”.

En Noviembre de 1916, la Duma (en boca del diputado Miliukov) acusó al gobierno imperial (en particular al ministro de la guerra; B.V. Stunner) de haber entablado negociaciones secretas de paz con Alemania, por lo que en Diciembre de 1916; un grupo de nobles y políticos procedió a asesinar a Rasputin.

En Enero de 1917, el príncipe Lvov y un grupo de conspiradores sondeó en secreto al gran duque Nicolás Nikolaevich, para relevar del trono a su sobrino Nicolás II. Pero este se negó a secundar ningún golpe –...como hombre y como soldado...[sic] –. Si bien no informó a las autoridades ó a la

familia Romanov de estos contactos. Al parecer, no se llegó a ningún acuerdo. porque Nicolás Nikolaevich pensaba que su otro sobrino Miguel Alexandrovich era mucho mejor candidato.

Aunque ninguno de los motivos anteriores fue causa directa de la revolución, poco a poco fue debilitándose la monarquía por sus cimientos.

Mientras tanto, los líderes del partido socialdemócrata de Rusia, desde el exilio (sobre todo en Suiza), tras haber sido espectadores del colapso de la internacional socialista (los socialdemócratas franceses y alemanes votaron apoyar a sus respectivos gobiernos. De hecho, Plejanov en París, se convirtió en un agrio crítico del Imperio Alemán) se dividieron en dos tendencias:

* La defendida por los mencheviques, de asegurar el derecho de Rusia a la legítima defensa.

* La defendida por el bloque social revolucionario y el ala izquierda del partido menchevique, favorables a poner fin a la guerra, mediante una paz sin anexiones ni indemnizaciones.

Este último punto seria plagiado por Trotsky y presentado durante la conferencia celebrada en Zimmerwald (Suiza), donde asistieron 35 dirigentes – incluido Lenin; quien rechazaba tanto el derecho de Rusia a la autodefensa, como las demandas de paz.

En su lugar defendía que: “...Desde el punto de vista de la clase obrera y de las masas de trabajadores; el mal menor es la derrota de la monarquía zarista...”.

Por lo que la guerra mundial deberá convertirse en una guerra civil entre soldados proletarios y sus gobiernos. Y si el proletariado sale victorioso en Rusia, esta se transformará en una guerra revolucionaria que liberará a las masas obreras de Europa –.

A diferencia de todos los teóricos marxistas de principios de siglo XX, quienes opinaban que una revolución obrera se desencadenaría espontáneamente por las “contradicciones internas” del sistema capitalista, Lenin era el único quien opinaba que se debía propiciar ó forzar una revolución, si el sistema capitalista no colapsaba.

(Sobre Lenin hay que destacar que respondía al perfil del perfecto sociópata. Desde la muerte de su hermano en la horca, juzgado y sentenciado por actividad terrorista. Que había llevado al exilio, a las orillas del río Lena a toda su familia, incluido su hermano pequeño Vladimir Ilich Ulianov.

Durante este exilio, el joven Ulianov pudo ver que de la noche a la mañana su familia se había convertido en unos “apestados sociales”. Por lo que a parte de abrazar las tesis políticas radicales de su hermano mayor, responsabilizó al zar de la muerte – por no haber atndido las súplicas para un indulto – despertó en él un odio mortal a la sociedad clásica rusa – que calificó de burguesa – la cual debía ser transformada en una nueva sociedad proletaria, sin otra historia que la versión marxista de la misma).

Por lo que, a partir del Otoño de 1914, Lenin era favorable a la derrota de Rusia para transformar la guerra mundial en una guerra civil que lanzase al proletariado contra el gobierno, como forma de implementar la revolución mundial por lo menos en Europa, “liberando” a las masas proletarias del continente.

El propio Lenin iba por libre dentro del partido. Pero su facción – la bolchevique – era la más extremista, aunque también la más minoritaria (solo 10.000 militantes) y en bancarrota. Si bien acertó de lleno cuando predijo que las protestas en Petrogrado iban a desencadenar una revolución a principios del año 1917. Siendo su primer aportación la de promover las protestas ciudadanas.

En Febrero de 1917, en Petrogrado, ejercían el gobierno de la ciudad el general Jabalov y el alcalde civil Balk – Quienes habían evaluado las existencias ce cereales y las habían encontrado suficientes –. Sin embargo, la permanente hiperinflación unido a la escasez de combustible, provocaron una falta generalizada de alimentos (causada sobre todo por la llegada de población, refugiada – a consecuencia de la guerra – y hambrienta).

Mientras que en Siberia se pudren las existencias de carne, Moscú, Petrogrado y otras grandes ciudades de Rusia sufren una completa carestía.

En general, las autoridades muestran una mezcla de criminal indiferencia, nula capacidad de respuesta (pues cada ministerio opta por delegar la responsabilidad a otro ministerio ó nivel de la administración).

El principal problema, era el mal estado y las insuficiencias de la red de ferrocarriles del imperio – que no eran capaces de garantizar el suministro y mantener las necesidades logísticas de los ejércitos y flotas del Imperio Ruso –. A lo que se le unía el hecho que el gobierno no permitía itinerarios alternativos entre el campo y el consumidor final.

A finales del mes de Febrero de 1917, se interrumpió el suministro de alimentos de los habitantes de Petrogrado. Obligando a introducir el racionamiento de pan (con un promedio de 1 libra / 450 gramos por persona y día). Esta medida, causó el pánico y los asaltos contra las panaderías causaron varias trajedias.

Esta “crisis de suministros” causó una ola de huelgas por todo Petrogrado. Ya que los trabajadores de una factoría en huelga, llamaban a los de fábricas adyacentes a unirse – llegando a forzar el paro de estas –. Y, desde el comienzo de las sublevaciones, la guarnición de Petrogrado comenzó a amotinarse nada más ser llamada a reprimir las protestas.

Finalmente, las masas se echaron a las calles, con pancartas que rezaban: “¡Abajo la guerra!”. Lo que unido a las fuertes pérdidas, alimentaron la idea que Nicolás II era incapaz de gobernar.

Desde el 8 de Febrero de 1917, los trabajadores de la Putilov de Petrogrado agredían a las patrullas de policía, arrojándoles trozos de hierro y partículas de escoria. Por lo que las autoridades acabaron por clausurar la factoría en la noche del 21 al 22 de Febrero de 1917.

Esta era la mayor fábrica del Imperio Ruso y había sido nacionalizada al comienzo de las hostilidades, por lo que sus operarios inmediatamente convocaron un paro y bloquearon sus accesos – a pesar que las huelgas en las industrias de guerra habían sido prohibidas –.

Esta medida, afectaba a un total de 36.000 trabajadores, que además estaban bastante descontentos. Por lo que el estado de ánimo de las clases humildes de Petrogrado era como mínimo explosivo.

En Petrogrado, la muestras públicas de desafecto habían comenzado mucho antes de Febrero de 1917; cuando las calles se llenaron de multitudes escandalizadas por los 2’5 millones de bajas mortales – entre muertos en combate, en hospitales, por enfermedad, en cautiverio ó desaparecidos – militares y el millón y medio de civiles fallecidos a consecuencia de la guerra.

La guerra había devaluado la vida humana en todo el teatro oriental de la guerra y la mayoría de la población rusa se había habituado a convivir con la muerte. Pues un país de 175 millones de habitantes, unos 15 millones visten el uniforme ruso. Entre el 80 y el 90% son campesinos (que a menudo clamaban “tierra y libertad”). Mientras que el resto son obreros – la mayoría movilizados entre 1914 y 1916 –.

Mientras tanto, una parte del gobierno era consciente (desde Enero de 1917) que estos hechos eran el inicio de una revolución. Así que, inmediatamente, empezó a planificar como reprimir el descontento; encontrándose que carecían de planes y fuerzas para materializar esta represión. Por ello, el propio presidente de la Duma del estado – señor M. V. Rodzianko – era un antiguo Gran chambelan de palacio, nombrado por el propio Nicolás II. Enviaba al STAVKA informes cada vez más alarmantes, pidiendo el envío de tropas desde el frente.

El problema radicaba en que el Ministro de asuntos Internos del gobierno autocrático – señor A. D. Protopopov –; un aficionado a la mística de quien no pocos dudaban de su estabilidad mental (tras la revolución acabaría internado en un psiquiátrico); pues era tratado de sus dolencias (episodios psicóticos en los que se ponía a correr por su despacho a cuatro patas, rodar por los suelos, intentos de suicidio y alucinaciones. Se piensa que sufría de trastorno bipolar) por un chaman tibetano. Era completamente incapaz de ejercer sus funciones. Así que ó no respondía a las discretas peticiones de información ó lo hacía con evasivas cuando el zar telegrafiaba pidiéndole información sobre la situación.

En consecuencia, Nicolás II trató de “tonterías” las noticias que hablaban de motines en la ciudad. Fiándose mucho más de las cartas que le enviaba su mujer, donde le informaba que había pan de sobra.

Esto último, llevó al zar a pasar la mayor parte de los meses de Enero y Febrero de 1917, fuera de la sede del STAVKA. Teniendo previsto el regreso para el 8 de Marzo de 1917.

Tras pasar una semana en Crimea, regresó a Mogilev. Y durante la noche del 21 al 22 de Febrero de 1917 mantuvo su reunión semanal con el general Alekxeyev. Asegurándole que no ocurría nada grave en la capital. Y al atardecer del 22 de Febrero de 1917, el monarca se retiró a dormir.

Desde finales de 1916, la mayoría de los partidos que conformaban la Duma del estado, era opuesto a la continuidad del régimen autocrático (incluso de la monarquía).

Aunque esto era lo único que tenían en común. Puesto que los partidos de la izquierda radical exigían la transformación del sistema socio – económico de Rusia. Mientras que liberales y conservadores deseaban una democracia parlamentaria.

La extrema derecha soñaba con un régimen personalista y se centraba en “descubrir” los “responsables” de la situación: la zarina alemana y su amante Rasputín, que debían ser eliminados.

Durante el transcurso de la revolución, Nicolás II se negó incluso a apoyarse en sus parientes más cercanos (los príncipes y grandes duques; que en Febrero de 1917, sumaban 15 personalidades, de las cuales casi ninguna apoyaba a Nicolás II. Tres de ellos trataban de persuadirle para que proclamase una democracia con gobierno electo y algunos pedían su abdicación en su hermano Miguel.

El peor visto fue el gran duque Kirill Vladimirovich, quien – el 1 de Marzo de 1917 – se puso del lado de los revolucionarios. Más tarde se le unirían otros).

Semanas más tarde el Zar Nicolás II de Rusia se convertiría en el ciudadano Nicolás Romanov. Tras haber dejado la seguridad de la capital en manos de su incompetente ministro de la guerra – el general Belyaev, apodado “la cabeza muerta del imperio” por su carrera militar basada en méritos burocráticos –, quien encomendó toda la tarea en el comandante del Distrito militar de Petrogrado – el general Jabalov, cuya experiencia militar se resumía en una larga lista de destinos en oficinas y academias militares –.

Los actores protagonistas del año 1917:

(a) Los partidos políticos: Legalizados en 1905 por Nicolás II; tras la revolución de Febrero de 1917 los movimientos pro – monarquía, liberales y socialistas , van a competir entre sí por dominar la vida política del país.

El ala radical del socialismo, el partido bolchevique, contaba con una organización rígida, centrada en su líder (Lenin) y con una doctrina basada en conceptos tales como: “centralismo democrático”, formar “la vanguardia” y la “conciencia” de la clase obrera.

En general, este representaba a las clases medias poco letradas del país. Con un electorado conformado por hombres de entre 30 y 35 años de edad (étnicamente eran en un 50% rusos, judíos la cuarta parte y el resto miembros de minorías étnicas como letones, polacos ó georgianos).

(b) Los soviets / asambleas: Estos aparecieron en Rusia durante la revolución de 1905. Siendo el mayor de todos, el de San Petersburgo (presidido por Trotsky).

Tras la revolución de Febrero de 1917; volvieron a aparecer en público a partir del 27 de Febrero de 1917 y durante la primavera de 1917 se extendieron por todo el país.

Debido a su espontaneidad, actuaron de forma caótica. En Marzo de 1917, se convocó en una sola asamblea a todos los soviets de Rusia, para discutir la posibilidad de mantener los soviets como único sistema de representación nacional.

Al final, se optó por convocar al Iº Congreso pan ruso de Soviets de delegados de los Obreros y de los Soldados. Para elegir un órgano de gobierno supremo frente a la Duma del estado. Durante las elecciones de los delegados de los soviets, los grupos que formaban la minoría de la Duma del estado, se alzaron con la mayoría de los escaños de los soviets.

Por lo que entre Febrero y Septiembre de 1917, los social – revolucionarios y los mencheviques controlaban la mayoría de los soviets de Rusia. Hasta que a partir de Septiembre de 1917, los partidos radicales (el bolchevique y el Eserista de izquierda) van a ir ganando terreno.

Debido a la centenaria tradición rusa de dividir el cuerpo electoral en categorías de diferente peso electoral. Durante los Iº y IIº congresos pan rusos de soviets, existían diferentes categorías de votantes (lo que beneficia a los soldados sobre los obreros y a sus reclamaciones de paz sobre las reclamaciones de mejores condiciones de vida y de mayores cotas de democracia).

Desde los primeros días, existió un poder “ambiguo” poder dual entre los soviets y la Duma del estado. Y entre los miembros del consejo de comisarios del pueblo y el gobierno provisional. Que aunque no se llegan a solapar, acaban entrando en conflicto cuando los radicales lancen la consigna “¡todo el poder para los soviets!”. (Lo que significaba disolver el gobierno provisional, para transferir su autoridad al soviet de Petrogrado). Además solo podrán participar en

la formación de un soviet aquel que hubiese participado en su creación (lo que limitaba la participación a los miembros de los partidos bolchevique, social – revolucionario y menchevique).

Aunque los partidos moderados se oponen frontalmente, en la creencia que solo el gobierno provisional contaba con la legitimidad del país – ofreciendo a cambio el nombramiento de ministros del KDT y socialistas –.

(c) La IVª Duma del estado: A comienzos de la revolución de Febrero de 1917, la Duma del estado se convirtió en un órgano de oposición a la monarquía, al negarse el zar a ceder la potestad de nombrar al gobierno.

La mayoría de los futuros miembros de la Duma provenían del grupo de la grupo de la oposición (principalmente porque al comienzo de la revolución, Nicolás II había ordenado la disolución de esta cámara. Pero en su lugar los miembros de la misma alegaron “reuniones privadas” para seguir celebrando sus sesiones).

Durante los 6 primeros meses, la Duma estuvo fuera de cualquier control. Lo que a la larga le haría perder influencia y apoyo.

En Septiembre de 1917, el propio Kerensky trató de disolverla por “contra–revolucionaria” y proclamar la República Rusa, formando un nuevo órgano de gobierno (el “Directorio”) y dejando al parlamento un mero papel consultivo. La llegada de los bolcheviques al poder todos estos proyectos quedaron en nada.

(d) El gobierno provisional: Durante la revolución, dentro de la Duma y bajo el pretexto de “restablecer el orden en la capital”, se creó el “Comité provisional de la Duma del estado”, que se convirtió en un nuevo órgano de gobierno, en medio del caos revolucionario y de la autodisolución del gobierno autocrático.

Tras la abdicación de Nicolás II y tras la negativa del gran duque Miguel Alexandrovich a ceñir la corona (el propio zar había ordenado a las tropas obedecer al comité provisional), el comité provisional tomó el nombre de Gobierno provisional de Rusia – como único órgano legítimo del país –. Mientras que la propia Duma esperaba convocar unas elecciones para constituirse en asamblea constituyente. (En teoría el gobierno provisional y la duma debían expirar al concluir el año 1917).

Mientras tanto; Petrogrado se sumía en el caos a lo largo del mes de Febrero de 1917. Durante la revolución, las prisiones fueron vaciadas, poniendo en la calle a más de 10.000 internos – tanto políticos como comunes –. Que, junto a soldados revolucionarios de la guarnición de Petrogrado y marineros amotinados de Kronstadt, se dedicaron (fuera de cualquier control) a saquear y violentar a la población civil.

La impopular policía fue disuelta, reemplazada por una ineficaz “milicia popular”, que fue considerada inútil casi por completo, para la

tarea encomendada; pues entre sus miembros no faltaban personal con antecedentes penales, ex–presidarios, preventivos pendientes de juicio, prosenetas y deudores insolventes. En paralelo, actuaban una serie de grupos armados fuera de control gubernamental (milicias obreras / guardias rojas / ... que el propio embajador de Francia calificó de: “...mezcla de chusma de baja estofa y apaches...” [sic]).

Tras la revolución, el gobierno provisional destituyó a todos los gobernadores provinciales y nombrados unos nuevos, afines al nuevo régimen.

El nuevo jefe de gobierno – el príncipe Lvov –, considerado por todo el mundo como político débil e indeciso, no tardó mucho en quedar abrumado por el diputado Kerensky (quien acabará asumiendo las carteras de: justicia, guerra y marina, primer ministro y delegado ante el Soviet de Petrogardo).

A lo largo de su existencia, el gobierno provisional sobrevivió a tres crisis:

+ Abril: la “nota Miliukov” provocó que Kerensky asumiese la cartera de guerra y marina.

+ Julio: los disturbios en Petrogrado provocan que Kerensky asuma la cartera de primer ministro.

+ Agosto: tras el motín de Kornilov, Kerensky asume personalmente el mando del STAVKA.

La indecisión y debilidad de la mayoría de cargos del gobierno provisional, acabó impulsando la continua degradación de la economía (hiperinflación). El crecimiento exponencial de la deuda pública, provocó la aparición del “mercado negro” – que a su vez, provocó la implantación de las requisas forzosas de excedentes agrícolas –.

El partido menchevique, al entrar en el gobierno provisional, perdió popularidad (solo el 3% de los sufragios de la futura asamblea constituyente, principalmente de Georgia). Mientras que la futura asamblea constituyente quedó convocada para el 12 de Noviembre de 1917.

(e) La iglesia ortodoxa rusa: La reacción de la Iglesia Ortodoxa Rusa respecto a la revolución de Febrero de 1917 fue compleja. En los últimos años de la autocracia, un número importante de obispos habían criticado la influencia de Rasputín – quien había influido en el nombramiento del procurador del Santo Sínodo de Obispos –, por lo que al concluir la revolución, se procedió a despedir a los cargos eclesiásticos sospechosos de haber sido influenciados por Rasputín.

En general, la iglesia ortodoxo rusa concluyó que, tras la abdicación de Nicolás II y tras el reconocimiento del gobierno provisional por el gran duque Miguel Alexandrovich, debe adaptarse.

El 7 de Marzo de 1917, la iglesia ortodoxa rusa cambió su juramento para eliminar toda referencia al Zar de sus textos litúrgicos. El 9 de Marzo de 1917, oficializó el reconocimiento del gobierno provisional en su nueva carta episcopal. (Lo que dinamitó los cimientos de los movimientos pro – monarquía, privándolos de pilar ideológico. Si bien muchos popes calificaron la situación de “interegno”).

El Zar Pedro I había establecido el Santo Sínodo de Obispos como instrumento de control del patriarcado de Rusia. Per a partir de Abril de 1917 se iniciaron los preparativos para convocar una “asamblea de provinciales de la Iglesia Ortodoxa Rusa” – idea que databa de 1905, vetada por Nicolás II – como nuevo órgano de autoridad religiosa. Teniendo previsto celebrarse en Moscú, en Agosto de 1917, para discutir la forma de evolucionar del Santo Sínodo a esta nueva autoridad.

Sin embargo, la revolución de Octubre de 1917 puso fin a estos trabajos, restaurando en su lugar el patriarcado.

El primer conflicto iglesia ortodoxa / gobierno bolchevique, se produjo en Noviembre de 1917, tras el arresto de dos miembros del gobierno provisional (incluido el ministro de confesiones, Kartashev).

Tras la firma del “Decreto sobre la tierra” de 1917; se produjo la confiscación y distribución de numerosas fincas rurales de titularidad eclesiástica (que solo en Rusia poseía más de 300.000 hectáreas) .

El 11 de Diciembre de 1917, todas las escuelas religiosas de Rusia fueron puestas bajo control del Consejo de comisarios del pueblo.

El 18 de Diciembre de 1917, el registro civil fue transferido de la iglesia hacia la autoridad civil (en líneas generales, las autoridades eclesiásticas optaron por agachar prudentemente la cabeza).

En Diciembre de 1917, la una “asamblea de provinciales de la Iglesia Ortodoxa Rusa” solicitó al nuevo jefe del estado de Rusia (sic) que los cargos de ministro de confesiones, ministro de educación nacional y subordinados, fuesen ocupados por ciudadanos bautizados en la fé ortodoxa – lo que chocaba con el ateismo oficial del partido bolchevique –.

Las actividades del obispo Hermógenes provocaron las sospechas de la existencia de una conspiración para liberar a Nicolás II de Tobolsk (pues era conocida la vinculación de este con las “guardias blancas” y con los “soldados de la unión”); empleando la goleta “Santa Maria”, anclada en los muelles de Irtysh. En consecuencia, el obispo sería arrestado en Abril de 1918 y asesinado por los bolcheviques en Junio de 1918.

El 20 de Enero de 1918, se inició la segunda sesión de la “asamblea de provinciales de la Iglesia Ortodoxa Rusa” se agravaron las relaciones entre iglesia y partido bolchevique, tras la firma del “Decreto de

separación iglesia / estado e iglesia / escuela” incluyendo las propiedades de la iglesia como parte del patrimonio estatal. La aprobación de este decreto servía para ocultar los choques que se producían en el campo (durante los combates entre marineros revolucionarios y creyentes murió el arcipreste Skipetov).

El 25 de Enero de 1918, Kiev fue conquistada por las tropas de Murayev. Muriendo asesinado durante los saqueos, el metropolitano de la ciudad, linchado por marineros revolucionarios.

El 19 de Enero de 1918, el patriarca Tijon condenó la “loca carnicería”. Seguidamente, entre el 25 y el 27 de Enero de 1918, la “asamblea de provinciales de la Iglesia Ortodoxa Rusa” condenó los decretos del consejo de comisarios del pueblo, relativos a la libertad de conciencia.

En Febrero de 1918, se produjeron nuevos excesos en Omsk (los bolcheviques quisieron confiscar el edificio del Consistorio espiritual y la residencia obispal y de transformar la catedral en enfermería.

El 4 de Febrero de 1918, el obispo Silvestre protestó y en la noche del 5 al 6 de Febrero de 1918 fue arrestado por la guardia roja y asesinado. Al día siguiente hubo disturbios con más de 687 víctimas mortales).

Tras estos hechos, las autoridades bolcheviques decidieron dejar de cerrar iglesias y dedicarse a cerrar los monasterios (que tenían mucho menor apoyo popular). Para 1920 fueron secularizados 673, pasando sus propiedades (sobre todo las fábricas de velas).

En Marzo de 1918, el patriarca Tijon condenó el tratado de Brest – Litovsk y el 26 de Marzo de 1918 condenó el “terror rojo” por lo que fue puesto bajo arresto domiciliario, falleciendo en 1925.

La revolución de Febrero / Marzo de 1917, fue una revolución centrada en Petrogrado, durante la cual el caos obligó a los miembros de la Duma del estado a asumir el control del país, para lo cual fundaron el gobierno provisional de Rusia.

Como el mando del Ejército Imperial Ruso reconocía que carecía de medios para reprimir esta revolución. El Zar Nicolás II abdicó, al tiempo que los soviets / asambleas obreras – dirigidas por diferentes y radicales facciones del socialismo ruso – permitían el ejercicio de gobierno, aunque reteniendo la prerrogativa de influir en el gobierno a través del control de sus milicias armadas.

Esta revolución aconteció en medio de grandes reveses militares, que habían dejado al Ejército Imperial Ruso en estado de amotinamiento.

La revolución de Febrero de 1917:

Las sucesivas derrotas del Imperio Ruso, durante su participación en la contienda mundial, han sido consideradas las principales causas de esta revolución.

Lo que todo el mundo (desde el ministro del interior hasta los obreros de la Putilov) sabía, era que se avecindaba algo y ya no había forma de evitarlo.

(Aunque el propio ministro era incapaz de entender la magnitud de la catástrofe en ciernes).

El único objetivo, de cara a la revolución de febrero de 1917, era derrocar a la monarquía y sustituirlo por un régimen de carácter democrático (que debía ser presidido por un gobierno de carácter provisional, hasta la consolidación de un régimen de carácter democrático y republicano).

Al entrar en la guerra mundial, todos los partidos políticos se mostraron favorables a la misma – en general para no ser acusados de anti – patriotas – La excepción fue la facción obrerista del Partido Socialdemócrata. (Única excepción en Europa, en 1914. Junto con el Partido Socialista Serbio) Que se negó a votar los créditos de guerra (si bien hizo saber que no sabotearía los esfuerzos bélicos del imperio).

Iniciada la contienda, al principio Rusia logró algunos éxitos. Pero más adelante el Ejército Imperial Ruso comenzó a sufrir una sucesión de derrotas. Mientras que la industria bélica se mostraba incapaz de producir – en cantidades suficientes – y, las redes de ferrocarriles del Imperio Ruso eran ineficientes. Con lo que hacia mediados de la guerra, había escasez de armas propias y de alimentos en las ciudades.

Durante la contienda, los ejércitos rusos batieron todos los récords: 1.700.000 muertos y 5.950.000 heridos ó enfermos. Por lo que necesariamente, la moral de los soldados y marineros (y de sus familias en la retaguardia) acabó por hundirse, estallando disturbios y motines.

Siendo la principal causa del descontento, la incapacidad de los mandos y sus abusos sobre los rangos inferiores.

En la retaguardia; el hambre se fue extendiendo, al tiempo que los bienes de primera necesidad comenzaban a escasear. La economía rusa estaba aislada de sus tradicionales mercados europeos; por lo que la Duma del estado (controlada por liberales y progresistas) advirtió al Zar Nicolás II de la amenaza contra la estabilidad del imperio y del propio régimen.

El consejo que dieron, fue crear un gobierno constitucional. Pero de nuevo, Nicolás II la falta de liderazgo y su auto aislamiento respecto a la realidad le bloquearon a la hora de tomar una decisión.

Esto último, unido a la impopularidad de la Zarina Alejandra (que para colmo tenía orígenes alemanes), desacreditó al régimen (especialmente tras el asesinato de Rasputín, en Diciembre de 1916) hasta su colapso.

El asesinato de Rasputín fue el inicio del caos, pues aunque todo el mundo lo veía venir, nadie era capaz de predecir lo siguiente. Mientras que el resentimiento contra el régimen autocrático.

Previamente a todo esto; entre los años 1915 y 1916 habían ido apareciendo por toda Rusia comités públicos, con la finalidad de paliar las numerosas deficiencias del estado autocrático (principalmente en materia de suministros) junto con diversas iniciativas sindicales, en forma de cooperativas. Pronto estos se fueron transformando en órganos paralelos de

gobierno – con lo que, poco a poco, el régimen perdía el control político del imperio –.

A pesar que muchos rusos deseaban una revolución, nadie la esperaba y menos de la forma en que se produjo:

Al comenzar el mes de Febrero de 1917, ya se daban todas las condiciones para una revuelta popular: Invierno duro, escasez de alimentos, hastío por la guerra y, finalmente, los obreros de Petrogrado habían convocado varias huelgas y diversas manifestaciones.

El 22 de Febrero de 1917 / 7 Marzo de 1917, los 36.000 obreros de la factoría Putilov de Petrogrado – la mayor fábrica de la capital del Imperio Ruso – se pusieron en huelga.

El jueves 23 de Febrero de 1917 / 8 de Marzo de 1917, mientras se celebraban una serie de mítines y reuniones de cara a la manifestación con motivo del “Día internacional de la mujer trabajadora”. Comenzó una manifestación de las trabajadoras de la Fábrica de Hilos del Neva; exigiendo superar la escasez de pan en la ciudad de Petrogrado.

Aunque el bolchevique Kagarov supervisaba esa fábrica en particular (el 22 de Febrero de 1917 / 7 Marzo de 1917 había recomendado abstenerse de huelgas, que él consideraba inútiles), la huelga le sorprendió por completo sin saber que hacer y sin decidirse a ponerse al frente.

Lo que aparentaba ser una huelga más ó menos espontanea, se convirtió (cuando las trabajadoras de Petrogrado abandonaron súbitamente sus puestos de trabajo y salieron a la calle a protestar – en medio del “Día internacional de la mujer trabajadora” –, bajo el lema “las mujeres de Rusia están listas para ser escuchadas”. En total 90.000 mujeres marcharon por las calles [reclamando ¡pan!, ¡abajo la autocracia! y ¡abajo la guerra!]) en una marea de demandas económicas y políticas; cuando a las primeras se les unieron los obreros masculinos en huelga desde el día anterior, con idénticas reclamaciones y anhelos, desfilando ambos grupos por la avenida Sampson de Petrogrado.

Pronto, las mujeres se dirigieron hacia los barrios industriales, para paralizar la actividad del resto de fábricas, logrando en pocas horas otros 50.000 huelguistas para su causa.

En general, se trataban de mujeres cansadas (La jornada laboral en la Rusia imperial duraba muchas horas y al movilizarse más y más hombres, debieron las mujeres sustituir a sus maridos, padres... en sus puestos de trabajo y en las mismas duras condiciones que estos), hambrientas (la mayoría de los salarios femeninos eran, por ley, inferiores a los salarios masculinos. Lo que sumado a la inflación subyacente a la propia guerra y al hecho que debían ser las esposas, madres... quienes debían mantener su hogar cuando el cabeza de familia vestía uniforme y estaba ausente en el frente) y enojadas (por unos salarios insuficientes para alimentar a toda la familia, unas condiciones de trabajo y de vida miserables, una guerra que no parecía tener fin, un régimen que no dejaba de perder batallas y una lista de bajas cada vez más larga). Por lo que al principio, su marcha era más emancipativa que política.

Pero en lugar de dispersarse, estas perseveraron hasta que, tras unírseles los trabajadores masculinos (con sus propias protestas por motivos socioeconómicos) hicieron públicas las primeras reivindicaciones por un cambio político. En todo ese día, a pesar de los choques con la policía, no se produjeron víctimas.

Al día siguiente; viernes 24 de Febrero de 1917 / 9 de Marzo de 1917, 170.000 manifestantes y un número cada vez mayor de mujeres salieron a las calles a protestar.

A las 11’00 horas del 24 de Febrero de 1917; el comandante del Distrito militar de Petrogrado, general Jabalov, quien se había quejado de la falta de harina (a pesar de las existencias contabilizadas de grano y centeno), notó la presencia de grandes multitudes por las calles. Por lo que contactó con el alcalde; señor Balk, para confirmar que la policía de la ciudad no iba a ser capaz de contener tal muchedumbre.

Durante este segundo día, se produjo la primera víctima civil – un agente judicial de nombre Krylov – muerto a manos de un cosaco.

Para el sábado 25 de Febrero de 1917 / 10 de Marzo de 1917, la ciudad de Petrogrado estaba paralizada por completo – nadie quiso ó se le permitió ocupar su puesto de trabajo, con lo que la práctica totalidad de las fábricas de Petrogrado cesaron su actividad y la parálisis acabó extendiéndose al sector servicios –, con lo que la tensión iba aumentando a cada momento.

Estudiantes, trabajadores, profesores, etc. se unieron a los huelguistas y por todas las calles se producían mítines esporádicos.

Salvo algunos incidentes menores con la policía (durante los cuales, las primeras tropas llegaron a abrir fuego contra las manifestaciones), estas transcurrieron pacíficamente. Sin embargo no tardaron en producirse nuevos choques entre huelguistas y policía, saldándose con cada vez más muertos. Por lo que al finalizar la jornada, los manifestantes lograron armarse, tras sustraer las armas de los arsenales de la policía, tras asaltar varios de sus puestos.

Por la tarde; las tropas trataron de dispersar a las multitudes concentradas en la plaza Znamenskaya, para escuchar un mitin ante la estatua de Alejandro III. Mientras que en la calle Vyborg, se irguieron las primeras barricadas (edificadas con postes de telégrafo y raíles de tranvía) defendidas con las armas por grupos de alborotadores armados.

A las 17’30 horas; el general Jabalov recibió la orden del Zar de reprimir los disturbios. Inmediatamente publicó un bando militar, con un ultimatun que expiraba el 28 de Febrero de 1917, en el que se amenazaba con enviar a los huelguistas al frente, en batallones disciplinarios.

En la noche del 25 al 26 de Febrero de 1917, la policía procedió a arrestar a cuantos socialistas tenía fichados y localizados. Pero la población amotinada siguió sin abandonar las calles.

A las 22’00 horas del día 25 de Febrero de 1917, el general Jabalov publicó una circular entre las unidades bajo su mando, donde se reflejaron las “reglas de compromiso” para la represión del motín:

* Ante una multitud no – agresiva y/ó sin enarbolar banderas; tras una advertencia sonora, será dispersada mediante cargas de caballería, empleando solo armas blancas.

* Ante una multitud agresiva y/ó que enarbolé banderas; tras tres disparos al aire de advertencia, se abrirá fuego a discreción hasta poner en fuga a la muchedumbre.

Pero en la madrugada del 26 de Febrero de 1917, se rebeló la 4ª Compañía del Batallón de reserva del Regimiento Paulovsky de Infantería de la Guardia, que debía tomar parte en la represión.

Más adelante, se produjeron nuevas escaramuzas entre soldados del regimiento Paulovsky, oficiales y policías. Lo que obligó a desplegar al regimiento Preobrazhensky para sofocar este levantamiento.

Al concluir los disturbios, 19 hombres estaban bajo arresto y al menos 21 habían abandonado sus puestos. Mientras que, de una guarnición de 17.700 soldados, 1.500 fueron relevados por falta de fiabilidad.

En la mañana del 26 de Febrero de 1917 / 11 de Marzo de 1917; se convocó una junta extraordinaria del consejo de ministros, para discutir la situación de la capital. Adoptando como primera medida proclamar el estado de sitio. Al mismo tiempo, el presidente de la Duma del estado, recibió un decreto del zar – con fecha de entrada en vigor de 27 de Febrero de 1917 – para disolver esta cámara.

Esa misma mañana, el zar telegrafió ordenando al ejército reprimir todos los disturbios y reinstaurar el orden por la fuerza. Los soldados, al principio, se resistieron a las primeras tentativas de confraternizar con la población civil, disparando contra los manifestantes.

Pero al anochecer, parte de las tropas ó se amotinaron ó se fueron uniendo a los manifestantes (uniéndose a ellos, con sus armas). Un buen número de oficiales fue asesinado ó debió abandonar su puesto para salvar sus vidas. Con lo que la capacidad de la guarnición para contener la protesta, mientras que la población civil procedía a recorrer las calles arrancando ó destruyendo los símbolos visibles del régimen zarista. Hasta que el grueso de los soldados de la guarnición de Petrogrado se amotinó (al principio de manera individual y luego colectiva, portando sus armas) – el nivel de amotinamiento variaba entre los que se limitaban a negarse a abrir fuego, hasta los que se unieron a las manifestaciones –. Hacia el final de la jornada, mientras que la autoridad del gobierno era inútil por completo (siendo el responsable de esto, el propio Zar Nicolás II que había

decretado anular la autoridad de la Duma del estado), los líderes revolucionarios hicieron acto de presencia y comenzaron a tomar el control de las mismas. (En total se estimó en más de 100, los manifestantes muertos durante los disturbios iniciales).

Mientras ocurría todo esto; el Zar Nicolás II; que no estaba en Petrogrado durante estas jornadas, era incapaz de gobernar desde la distancia. Nombrando en su lugar a un comité interino.

Pero; mientras el STAVKA recibía informes de manifestaciones cada vez más alarmantes. Y, a falta de quien le dijera que hacer ó como afrontarlo, Nicolás II hizo lo que siempre hacía ante cualquier problema, en sus fase inicial; no tomarlo demasiado en serio.

En respuesta, los miembros de la mayoría de la Duma (de carácter liberal) establecieron su propia comisión temporal para restaurar la ley y el orden.

El 27 de Febrero de 1917, en Volyn; se amotinó el escuadrón de instrucción del Regimiento de Guardias Caballeros. Al negarse a cargar contra una multitud encabezada por mujeres (al grito de ¡No dispararemos!). Siendo muerto por la espalda su capitán.

En la mañana de ese día, la suma de unidades en rebeldía alcanzaba los 10.000 soldados. Al medio día, esa cifra se elevaba a 26.000 y al anochecer alcanzaba los 67.000. Sin que ningún mando fuese capaz de enderezar la situación.

Este crecimiento exponencial de tropas amotinadas se debía a que cuando una unidad se negaba a obedecer a sus mandos, las vecinas se veían contagiadas (así los representantes rebeldes del Regimiento Preovrazesky lograron amotinar al Regimiento de Guardias Lituanos y al de ingenieros con el que compartía acuartelamiento). Por lo que pronto la multitud de uniformados marcho a lo largo de la calle Kirochnaya, quemando los cuarteles de ingenieros y de la gendarmería, las escuelas de cadetes y las estaciones de policía que hallaron a su paso.

En el acuartelamiento del regimiento de Moscú, se inició un tiroteo que duró hasta el medio día. Cuando los amotinados lograron cruzar el puente de Liteyny – que estaba cubierto por ametralladoras –. Durante la marcha, fueron asaltando las estaciones de policía, la prisión de “Las Cruces” (donde liberaron a los internos) y el edificio de la administración de distrito (que fue quemado, sin que los bomberos pudiesen actuar, puesto que sus estaciones fueron bloqueadas por las muchedumbres de manifestantes).

La unidad enviada a bloquear las calles, mandada por el coronel Kutepov, sufrió más de mil ausencias injustificadas y la pérdida de 15 de sus ametralladoras. Tanto los unos como las otras aparecerían más tarde entre las multitudes.

Finalmente el comandante del Batallón de motocicletas fue asesinado, cuando trataba de apelar a la calma. Momento en que se dio por amotinada a toda la guarnición de la capital del Imperio Ruso.

Al mismo tiempo; el primer ministro – príncipe Golitsyn – presentó su dimisión al Zar. Pero esta fue rechazada; con malas palabras, por el propio monarca. Sin que en toda la jornada, el ministro del interior fuese capaz de entender la situación.

Respecto al ministro de la guerra; general Belyaev, descubrió ese mismo día que el comandante de la Guardia Imperial Rusa era baja por enfermedad desde Enero de 1917. Mientras que su segundo (coronel Chebykin) lo era desde una semana antes. Así que a la hora de cubrir la vacante, debió recurrir al ayudante de campo del Zarevich – el propio general Jabalov – en medio de una confusión general, debió compatibilizar los mandos del Distrito militar de Petrogrado, con el de la Guardia Imperial Rusa. Sin que ningún jefe de regimiento ó batallón fuese capaz de retener el mando de su unidad.

Y respecto a la población civil, tras conocer que desde el día 26 de Febrero de 1917, la Duma del estado había sido disuelta por decreto del Zar. Esta reaccionó rodeando el edificio del palacio Tauride (sede de la Duma), sitiándolo con una multitud de obreros y soldados y dando apoyo a los parlamentarios.

En la tarde del 27 de Febrero de 1917; la sublevación se extendía fuera de Petrogrado. Al amotinarse el 1º Regimiento de Artillería de Oremburgo; tras haber asesinado a 12 de sus oficiales y dirigiéndose hacia Petrogrado desde sus campamentos de Martyshkino, Peterhof y Strelna. Durante su marcha se les unieron los hombres de la 1ª Batería de Artillería Pesada Rusa y el personal de varias academias militares.

Para el 28 de Febrero de 1917 / 13 de Marzo de 1917, había más de 240.000 obreros desparramados por las calles de la capital a la espera de saber que hacer, pero sin intención de regresar a sus puestos de trabajo. Mientras que la cifra de militares amotinados rondaba los 127.000 soldados. Ese mismo día, se amotinó la guarnición de Tsárkoye Selo.

Tras 3 días de manifestaciones; el Zar ordenó la movilización de la guarnición militar de la ciudad, para sofocar la revuelta de una vez.

En total, la guarnición contaba con más de 180.000 soldados; pero la mayoría de las tropas estaban compuestas por reclutas sin entrenar y enfermos ó heridos en hospitales militares. (Solamente unos 12.000 hombres eran soldados fiables, pero en general se mostraban reticentes a disparar contra una multitud encabezada por mujeres. De los cuales solo unos 2.000 eran aptos para el servicio con armas de fuego; limitándose a desplegarse en torno al palacio del Almirantazgo – pero debió replegarse ante la amenaza de un bombardeo artillero a cargo de las baterías amotinadas de la Fortaleza de Pedro y Pablo).

Durante esas 24 horas, la totalidad de los regimientos de la guarnición de Petrogrado se habían pasado a los revoltosos. Con lo que – en el aspecto militar – la revolución había triunfado. En ese momento los diferentes

partidos socialistas (y sus diversas facciones) establecieron el “Soviet de Petrogrado”, para asumir – unilateralmente – la representación de la clase obrera.

Entre finales de Febrero y comienzos de Marzo de 1917, la revolución inició su propia dinámica que pronto se volvió imparable. Al mismo tiempo y durante el mes de Marzo de 1917, se inició un proceso de “sovietización” de los soldados en el frente. (Esto, no tardará en convertirse en negativas a entrar en combate y en traslados – sin autorización – hacia la retaguardia, con cualquier pretexto).

Para el 1 de Marzo de 1917, ya era obvio para todo el mundo (incluido el cuerpo diplomático acreditado en Petrogrado) – salvo para el propio Zar Nicolás II – que su gobierno y su régimen estaban acabados.

Ese día se cifraba en 170.000 el número hombres en uniforme que no acataban las órdenes de sus oficiales. Produciéndose las primeras matanzas de policías, oficiales del ejército etc.

A partir de ese día, los partidos más radicales (el bolchevique – comunista –, los anarquista y el social–revolucionario) hicieron pública su aparición. Pero el líder más carismático, Trotsky, estaba en el exilio. Por lo que ejercía en su nombre el líder bolchevique Yurenev, que en general se limitó a seguir las líneas de la revolución de 1905.

La primera actividad fue volver a convocar oficialmente al Soviet de Petrogrado de obreros y soldados. (Aunque había sido el partido menchevique, el 25 de Febrero de 1917, el que primero había convocado al soviet. Pero pudo materializar la constitución, porque todos sus miembros fueron arrestados por la policía). Siendo su primera tarea comenzar a recolectar las demandas de los soldados (que se materializarían en la Orden número 1).

Mientras tanto, el propio primo del zar (el gran duque Kirill Vladimirovich) se puso del lado de los soldados amotinados de la Guardia Imperial Rusa, desfilando al frente de una compañía de la Gendarmería, enarbolando la bandera roja, mientras la banda entonaba los acordes de la Marsellesa.

La propia Duma del estado, se encontraba ahora en situación apurada. Atrapada como estaba en medio de la revolución; temerosa de una “expedición punitiva” de las tropas leales al zar y de una multitud que sitiaba el palacio Tauride.

En ese momento, decidió formar una junta de auto gobierno, a la que denominaría el “comité provisional”. Teniendo como objetivo instaurar el orden y establecer relaciones con el resto de instituciones civiles y con las nuevas organizaciones (ó soviets).

Ese mismo día, la base naval de Kronstadt se amotinó, seguida – el 3 de Marzo de 1917 – de la Helsinky. Produciéndose una matanza en masa de oficiales (entre los fallecidos se encontraba el comandante de la Flota Rusa del Báltico, el gobernador militar de Kronstadt y el jefe del estado mayor

comandante de la Flota Rusa del Báltico). En general, el origen alemán de muchos apellidos de la oficialidad de la Armada Imperial Rusa, fue lo que determinó el asesinato de sus titulares.

Finalmente; el 2 de Marzo de 1917, se hizo oficial el final del régimen monárquico con la dimisión del gobierno en bloque. Ese mismo día, en el STAVKA se discutió por primera vez la posibilidad de un cambio de régimen.

Mientras que según los diarios de Nicolás II, ese mismo día, y por primera vez, penso seriamente la posibilidad de abdicar en su hermano menor – el gran duque Miguel Alexandrovich –. Tras ser presionado por sus generales (entre ellos Alekxeyev) y por los telegramas enviados por los comandantes de los frentes rusos.

Durante la guerra civil rusa, se acusó a los militares que recomendaron / presionaron para la abdicación, de formar una “Gran Logia” y al acto de ser fruto de una “conspiración masónica” para destruir al Imperio Ruso. Aunque lo cierto, es que esto no fue más que un golpe al estilo de los del siglo XVIII. Para salvar al régimen autocrático, a la dinastía Romanov y a la monarquía imperial.

El 3 de Marzo de 1917, Petrogrado estaba oficialmente en situación de motín, sin que la policía pudiese aplacar la revuelta popular. Por lo que el zar Nicolás II ordenó a las tropas existentes en las cercanías de la capital, marchar contra Petrogrado y abrir fuego contra los amotinados, al tiempo que ponía la plaza bajo control y gobierno militar.

Sin embargo, los soldados se negaron a disparar contra su propio ejército y en muchos casos se pasaron a los amotinados, al tiempo que entregaban a los líderes populares sus armas.

Poco a poco la manifestación que recorría las calles de Petrogrado, logró poner esta bajo su control y pronto, se propagaron los incidentes en otras ciudades del imperio (en especial en Moscú).

Mientras tanto, se celebró una reunión secreta entre el gran duque Miguel (en representación de la dinastía Romanov) y un representante de la Duma del estado – Alexander Kerensky –. Informando el segundo que era imposible garantizar la seguridad personal de cualquier Romanov ó evitar su linchamiento a manos de las tropas en rebeldía, si cualquiera de ellos ocupaba el trono de Rusia.

Rogando Kerensky, que – en nombre de Rusia – evitase que un mayor descontento degenere en un baño de sangre. Momento en que el gran duque se comprometió a no ceñir la corona.

El 7 de Marzo de 1917, en sesión “revolucionaria” de la Duma, se acordó no acatar las órdenes y decretos del Zar. Asumiendo las funciones ejecutivas un comité electo de la misma. (que no era otro que el “comité provisional”).

Nicolás II alarmado por las noticias que llegaban hasta su cuartel general, ordenó el envío de tropas desde el frente hasta la capital para reducir a los amotinados.

Mientras tanto en Petrogrado, el vació de poder existente entre la sociedad y el gobierno ruso, fue ocupado por los “Soviets / asambleas ó consejos de Obreros y Soldados” en colaboración con la Duma. (Aunque debemos tener en cuenta que la Duma estaba dominada por los liberales – burgueses. Mientras que la mayoría de los Soviets estaban repartidos entre mencheviques y bolcheviques). Siguiendo el modelo de las asambleas obreras aparecidas en las capitales del Imperio Ruso, durante la revolución de 1905.

El 14 de Marzo de 1917, Nicolás II tomó el tren hacia Petrogrado para dirigir personalmente la reinstalación del régimen y el gobierno imperial. En su lugar, el convoy ferroviario fue retenido por un grupo de soldados amotinados – sin que Nicolás II fuera capaz de dar la orden a su escolta de liberar el convoy – durante horas.

Finalmente, cuando el convoy del monarca llegó a su destino; el STAVKA y los miembros del último ejecutivo imperial (que no habían huido so pretexto de un corte de la electricidad) instaron al Zar a abdicar, para poder – en la medida de lo posible – proseguir la guerra y evitar que la revolución se extendiese entre las tropas.

Ese mismo día, el “Soviet de Obreros y Soldados” publicó la “Orden Nº1”, por el que se crearían comités de soldados para socavar el – hasta entonces – poder “despótico” de los oficiales dentro del ejército y la armada. (A la larga, destruiría la propia disciplina de las fuerzas armadas rusas).

Para el 15 de Marzo de 1917 Nicolás II (en su propio nombre y en el de su hijo el Zarevich) abdicó en su hermano, el Gran Duque Mijail Alexandrovich. (La abdicación se parecía más a la renuncia de un comandante de escuadrón de caballería, que la dimisión de un jefe de estado. Señal de la poca consciencia que Nicolás II tenía sobre los acontecimientos).

Pero este, tras constatar el escaso apoyo optó – el 16 de Marzo de 1917 – por firmar el renuncio a la corona imperial rusa y el manifiesto que solo la aceptaría en caso de consenso democrático. Transfiriendo todos sus poderes a la Asamblea Legislativa Rusa, para que esta determinase la forma de gobierno del estado ruso. Esto equivalía al fin de la monarquía imperial en Rusia.

En consecuencia, el 23 de Marzo de 1917 se creó en el seno de la Duma del estado (y a partir del comité provisional), el llamado “Gobierno Provisional” encabezado por el príncipe Gregory E. Lvov, del KDT, para tapar el súbito vacío de poder, con representación departidos de la izquierda. Asumiendo los socialistas la tarea de oposición en la Duma. Aunque, desde el 12 de Marzo de 1917, contaban con la mayoría de

asientos en el Soviet de Petrogrado. Constituyendo ambos órganos una dualidad de poderes que acabarían por chocar entre sí.

Mientras tanto, el ex – Zar Nicolás II debía soportar el desprecio cuando los centinelas le llamaban simplemente “Nicolás Romanov”, al reunirse con su familia en el Palacio Alexander de Tsarskoye Selo. Donde fue puesto bajo arresto domiciliario, por el gobierno provisional.

Inmediatamente, en todo el ex – Imperio Ruso, se produjo una ola de entusiasmo y libertad. Al mismo tiempo, se convocó las primeras elecciones para elegir al “Soviet obrero de Petrogrado”.

Un periodo de doble poder siguió a la revolución de Febrero. Durante el cual, el gobierno provisional asumió el control del poder del estado. Mientras que la red de soviets – liderados por los socialistas – retenía la lealtad de las clases populares y de los partidos de izquierda.

Durante este caótico periodo y cuando el gobierno provisional anunció su intención de proseguir la guerra contra las potencias centrales; se produjeron numerosas manifestaciones, huelgas y motines. Por lo que los bolcheviques y otras facciones del socialismo ruso hicieron campaña para detener el conflicto.

Las milicias obreras, bajo control operativo del partido bolchevique, fueron agrupadas para formar la Guardia Roja (que en Enero de 1918 se transformó en Ejército Rojo); que contaba en ese momento con unos 200.000 soldados armados.

La supresión de los símbolos de la monarquía imperial: Entre Marzo y Abril de 1917 se produjo un rechazo público a cualquier símbolo de la monarquía ó del antiguo régimen.

El 4 de Marzo de 1917, el “Convoy de S.M.I.” pasó a denominarse “Convoy del comandante del STAVKA”. Pero este también fue disuelto, en el verano de 1917, por la aversión que esta institución causaba entre las tropas.

El 15 de Marzo de 1917, la Academia Imperial de Ciencias cambió de denominación por el de Academia de Ciencias de Rusia. Mientras que la Guardia Imperial Rusa, pasó a denominarse Guardia Rusa / de Rusia.

El 21 de Marzo de 1917, se cambió el nombre de “Ejército Imperial Ruso”, pasando a denominarse “Ejército Ruso / de Rusia”.

El 22 de Marzo de 1917, se cambió de nombre a todos los regimientos cuyo mecenazgo recayera en miembros (vivos ó muertos) de la ex – familia imperial.

Entre el 29 y el 31 de Marzo de 1917, los principales acorazados y cruceros de la armada cambiaron sus nombres monárquicos por otros más acorde con el nuevo régimen.

El 16 de Abril de 1917, se suprimieron de los uniformes las charreteras, los anagramas y coronas del antiguo imperio. Se suprimió el “cuerpo de pajes” que pasó a denominarse “cuerpo de cadetes de Petrogrado”.

En toda Rusia, el término imperial desapareció de los nombres de bibliotecas, academias, ciudades, calles y buques de la armada.

Entre Marzo y Abril de 1917, se modificaron todos los símbolos del nuevo estado – desapareciendo las referencias a la monarquía. Pero manteniendo el águila bicéfala en el escudo de Rusia –. En las fuerzas armadas, los tratamientos de: “su excelencia” y “excelencia”, desaparecieron por el de: “señor [rango]”.

En el Otoño de 1917, el gobierno provisional canceló la “tabla de rangos del imperio” y en Agosto de 1917, el ministro de justicia presentó el proyecto de ley para abolir cualquier título nobiliario y cualquier otro de carácter no civil.

La legalización de los soviets / asambleas de Rusia: Durante la revolución de Febrero de 1917, en paralelo a la proclamación del gobierno provisional, surgió una nueva institución: el Soviet de delegados de los trabajadores y soldados de toda Rusia. Junto a los soviets campesinos. Siguiendo el modelo creado en 1905.

Para Marzo de 1917, había en todo el país más de 600 asambleas, todas controladas por el Soviet de Petrogrado.

Para Octubre de 1917, eran 1.429 soviets (la mayoría controlados por los socialistas, los mencheviques y los eseristas). Mientras que el gobierno provisional lo era por una coalición de KDT y partidos liberales. Pero a diferencia de 1905, el peso electoral de soldados y campesinos es diferente al de los campesinos.

El Soviet de Petrogrado se había creado a partir de la transformación del grupo de trabajo menchevique, desgajado del “comité de industrias de guerra”. Creado por el gobierno ruso en 1915.

Este grupo había sufrido arresto por orden del ministro de asuntos internos del Imperio Ruso. Bajo la acusación de fomentar la revolución, el 27 de Enero de 1917. Y no se notificó este arresto, hasta el 14 de Febrero de 1917, con motivo de la inauguración de la Duma del estado.

El 27 de Febrero de 1917, en plena Revolución de Febrero de 1917, el grupo fue liberado de su encarcelamiento por soldados revolucionarios. Constituyéndose; ese mismo día, con el nombre de Soviet de Petrogrado. Creando un comité ejecutivo de 15 miembros.

El 28 de Febrero de 1917, se publicó la primera tirada del periódico Izvestia / Información, autodenominado: “Órgano de expresión del Soviet de Petrogrado”.

El 1 de Marzo de 1917, este soviet votó la “Orden Nº1” (aprobado con los votos mencheviques y bolcheviques), saliendo publicado en Izvestia el 2 de Marzo de 1917. En teoría limitado a los soldados de a guarnición de Petrogrado. Pero en unos días este texto fue distribuido entre los soldados y marineros de todos los frentes y flotas – dando así, inicio al proceso de descomposición de las fuerzas armadas de Rusia –. Entre los días 3 a 5 de

Marzo de 1917 el gobierno provisional y el Soviet de Petrogrado trataron (sin éxito) de minimizar las consecuencias.

En Marzo de 1917 se declaró formalmente el principio legal de “Doble poder”: Por un lado la Duma del estado (más el gobierno provisional) y por el otro el Soviet de Petrogrado.

El gobierno provisional, sobre el papel, retenía la cadena de mando tradicional. Especialmente en el Ejército Ruso y la Armada Rusa. Mientras que el Soviet de Petrogrado controlaría, entre otros, a los soviets de soldados y marineros.

Respecto al campo, también el gobierno provisional se imponía sobre los zensos y ayuntamientos. Mientras que el Soviet de Petrogrado hacía lo propio con los soviets campesinos.

Dentro del propio Soviet de Petrogrado, era el comité ejecutivo el órgano que acaparaba todo el poder. Tratándose este de un órgano no electo, formado con intelectuales radicales de los diferentes partidos socialistas de Rusia.

Durante el mes de Marzo de 1917, el comité ejecutivo del Soviet de Petrogrado estableció una serie de comisiones (en paralelo a los ministerios del gobierno provisional) que se transformaron en un gobierno en la sombra: ferrocarriles; correos y telégrafos; alimentación; finanzas... Cada uno bajo el mando de un comisario.

También fueron nombrados comisarios – representantes en el STAVKA y en cada uno de los cuarteles generales de cada Frente ruso y de cada Flota rusa.

Para tratar de poner al consejo de comisarios y al comité ejecutivo bajo la autoridad del gobierno provisional – y poner fin al régimen de “doble poder” –; entre el 8 y el 21 de Marzo de 1917, se intentó instaurar el “Comité Ejecutivo de Petrogrado” que también debería tener autoridad sobre todos los soviets de Rusia. Pero los partidos de izquierda se negaron a reconocer legitimidad ó autoridad.

Entre tanto; durante la primavera de 1917, comenzaron los trabajos preparativos del “1º Congreso de delgados de los soviets de toda Rusia”, siendo inscritos en el mismo – bajo supervisión del comité ejecutivo del Soviet de Petrogrado – un total de 320 delegados. Quedando la fecha a determinar, en algún momento del comienzo del verano de 1917.

Aquí hay que tener en cuenta que para Mayo de 1917; existían un total de 50.000 soviets de soldados, obreros y campesinos (que sumaban más de 300.000 delegados). Siendo la fuerza más representativa el Comité central del soviet de la Flota del Báltico (TSENTROBALT).

Al mismo tiempo, en todas las fábricas de Rusia aparecieron soviets industriales, para hacer efectiva la consigna “control obrero de la producción”. Lo que obligó; en Junio de 1917, a instaurar el “comité central de soviets industriales”. Hacia Octubre de 1917, las 50 principales plantas industriales de Rusia estaban “sovietizadas” – paralelamente, aumentó el número de obreros sindicados. Que debieron a su vez agruparse en “soviets de sindicalistas” –.

Dentro de la cultura rusa; la tradición centenaria de diferente peso electoral a cada clase social, se mantuvo dentro de la estructura de soviets, comités y comisarios. Por lo que el peso electoral de los soldados era sensiblemente mayor que el de los obreros; (Acto deliberado, de cara al congreso de 1918 de delegados de los soviets de obreros, soldados y campesinos), a razón de 1 delegado de soldados por cada compañía de soldados (unos 100 votantes). Frente a 1 delegado de obreros, elegido en cada agrupación de 1.000 trabajadores.

Respecto a los campesinos, el comité organizador del 1º congreso de soviets, estableció la proporción de 1 delegado campesino por cada 150.000 campesinos. Lo que significaba que por cada representante de las asambleas campesinas, había 25 de sus homólogos obreros y soldados (primando a estos últimos).

Dentro del grupo formado por los delegados obreros, el 87% de ellos provenían de las grandes fábricas de Rusia. Lo que acabó convirtiéndose – ese mismo año de 1917 – en un autentico caos, puesto que conjuntamente a los delegados de los soviets de obreros, soldados y campesinos; llegaron delegados de: soviets de oficiales, consejos de marineros, asambleas de aparceros, consejos cosacos, soviets de encargados de factoría y soviets de intelectuales. (Incluso se intentó formar un soviet de miembros de la nobleza). Lo que hizo completamente caótica el referéndum para elegir los delegados de cada localidad. (Entendamos que, por ejemplo, en las zonas rurales de Rusia. Se elegían, en algunas demarcaciones, 1 delegado a razón de cada 3 ó 10 aldeas. En otras, eran electos entre 3 y 5 por cada 1.000 ó 1.200 electores. Mientras que en otras mas remotas, se elegía 1 delegado cada 10 vestas lineales de carretera.)

Tampoco estaban unificadas las normas de representación en las zonas urbanas, puesto que en algunas ciudades era electo un delegado por comunidad de vecinos y en otras uno por cada barrio.

Solamente tras la aprobación de la constitución bolchevique de 1918, se unificaron los cuerpos electorales de Rusia. Prohibiendo tajantemente formar parte del cuerpo electoral los “miembros de clase propietaria”. Lo que daba – automáticamente – la mayoría electoral a los partidos socialistas y a los anarquistas.

Entre Febrero y Octubre de 1917: La “Dualidad de poderes / Dvoevlastie”:

El periodo inmediatamente posterior a la abdicación del Zar, fue confuso y entusiasta a la vez. El gobierno provisional, sucesor de la autocracia, estuvo condicionado desde el principio. Pues no era capaz de disolver los soviets ó ponerlos bajo su control. Y su poder efectivo era cuestionado por aquellas

instituciones que asumían la representación de los trabajadores, en la retaguardia y de los soldados, en el frente.

Esto último; permitía a los soviets (en los meses iniciales tras la revolución) movilizar amplios contingentes armados y ejercer un control operativo sobre los mismos, a través del Soviet de representantes de los obreros de Petrogrado.

Mientras tanto, la revolución iba ganando en profundidad, cuando las masas de obreros y campesinos se politizaban. Así que a finales de Febrero de 1917, representantes de los huelguistas eligieron a sus representantes de entre los militantes de los diferentes partidos y tendencias del socialismo ruso, para organizar una asamblea ó soviet en cada ciudad.

Al finalizar el proceso, los diputados mencheviques y social revolucionarios de la Duma, conformaron el Soviet de Petrogrado dentro del palacio Tauride de Petrogrado, donde también tenía su sede el gobierno provisional.

Desde el principio, los dirigentes del Soviet de Petrogrado pensaban que solo representaban a determinadas clases sociales de la nación rusa. Pero no a toda la nación. – También opinaban que Rusia no estaba preparada para la implantación del socialismo –.

Una de sus primeras medidas del gobierno provisonal, fue declarar que Rusia proseguiría en guerra, “hasta el final” y descartó la existencia de cualquier plan para firmar un tratado de paz con el Imperio Alemán, por separado. Y también se ordenó transferir el mando del STAVKA, del ex – zar Nicolás II al general M. Alekxeyev.

También, se abolió la pena de muerte, se abrieron las prisiones y se permitió el retorno de los exiliados. Proclamando las libertades fundamentales (prensa, reunión y conciencia) y se suprimió cualquier política oficial de carácter antisemita.

En el aspecto religioso, se restableció la figura del Patriarca de Moscú y su primacía respecto a la Iglesia Ortodoxa Rusa (que hasta entonces había sido encabezada por el Zar, desde tiempos de Pedro I “el grande”).

En el “país más libre del mundo”: La caída de la autocracia se sintió como una liberación sin precedentes. Por lo que en toda Rusia se abrió un periodo de intensa alegría popular y de fermentación revolucionaria.

En todos los estratos de la sociedad se había instalado un frenesí por hablar y exponer las ideas propias. Las reuniones eran diarias y duraban horas y horas. Mientras que se multiplicaban los desfiles y manifestaciones.

Decenas de miles de correos, con todo tipo de peticiones y quejas, eran remitidas desde todos los puntos del país cada semana, con destinatarios al gobierno y al soviet de Petrogrado.

Más que cualquier otra cosa, lo que pedían era expresar el rechazo a cualquier forma de autoridad. Por lo que durante las primeras semanas, la violencia se apoderó de todo el país, tanto en el campo como en la ciudad.

Si bien, y de manera oficial, no se tomaron represalias contra los antiguos servidores del Zar y de la monarquía.

Para evitar una reacción en contra de la población y del ejército, el gobierno provisional sancionó legalmente la “Orden Nº1” y la implantó en todos los componentes de las fuerzas armadas de Rusia. Prohibiendo el acoso a los oficiales, pero reconociendo los derechos de los soldados.

En consecuencia, el ejercito ruso inició su desintegración y la pérdida (a pasos agigantados) su capacidad de combate. Por lo que, en datos proporcionados por el general N. Golovin, el número de incidencias mensuales (promedio) se incrementaron un 120%. Y un 400%, el de deserciones, respecto a antes de la revolución. (Aunque en términos generales, las fuerzas armadas rusas mantuvieron su capacidad de combate la mayor parte del año 1917).

En la línea de frente, se multiplicaban los actos generalizados de confraternización con el enemigo. Mientras que dentro de los cuarteles, eran de distribución generalizada los folletos de propaganda bolchevique contra la guerra y los periódicos anarquistas (ambos impresos en imprentas militares alemanas).

La pérdida de la disciplina de las tropas estaba causada, en parte, por los bruscos cambios en la dirección del ejército post – revolucionario ruso. Y en la propia actuación de los militares conspiradores contra el régimen autocrático (quienes fueron premiados con los ascensos a los puestos clave en la jefatura del ejército, al tiempo que los militares sospechosos de haber sido leales al régimen anterior, eran relevados de sus cargos).

Los nuevos soviets constituidos dentro de la sociedad civil (a partir de obreros, soldados, marineros y campesinos) habían inundado todo el país en cuestión de semanas.

Estos nuevos órganos de “democracia directa” ya habían aparecido en 1905, para paliar la falta de organizaciones políticas, sindicales... (a causa de la represión zarista). Ejerciendo un poder autónomo para velar por la preservación de la revolución.

La “democratización del Ejército Ruso” de 1917: Durante la revolución de Febrero de 1917, el soviet de Petrogrado publicó la “Orden Nº 1”, inicialmente destinada a los soldados amotinados de la guarnición de Petrogrado. Que, de forma espontánea, se extendió por todo el ejército y la marina.

El principio de unidad de mando acabó quebrado en toda Rusia. Pero en lugar de mejorar la capacidad y preparación para el combate – como deseaban liberales y socialistas –, aumentaron: la anarquía, las negativas a entrar en combate, el linchamiento de oficiales y las deserciones.

La única medida adoptada al respecto sería la creación de “tropas de choque / de la muerte / de asalto / revolucionarias...”. Para contrarrestar la influencia de los soviets de soldados.

El gobierno provisional y los soviets: La Duma había elegido al gobierno provisional, el 23 de Marzo de 1917, encabezado por un ex–oficial monárquico y terrateniente, del KDT (constitucional democrático; de ideología liberal burguesa). Mientras que la mayoría de los soviets – formados por soldados y trabajadores; de ideología menchevique, social revolucionario y bolchevique (minoritario) – se negaban a disolverse. Y en ciudades (desde Marzo de 1917) y pueblos (desde Abril de 1917) se constituyeron como órgano paralelo de gobierno.

En el soviet de Petrogrado, era de opinión generalizada, que su papel oficial era el de presionar a la burguesía y al indeciso gobierno, para introducir amplias reformas democráticas:

* Instauración de una república.

* Reconocimiento pleno de los derechos civiles.

* Democratización de la policía y del ejército.

* Abolición de la discriminación religiosa ó étnica.

* Convocatoria inmediata de elecciones para la asamblea constituyente.

* Etc.

Por lo que se consideraban el “hall de entrada” a una democracia popular y su programa recogía la inmediata firma de la paz; ceder la propiedad de la tierra a los campesinos; jornada laboral de 8 horas y la creación de una república democrática. (Siendo la mayoría de ellas inaceptables para la burguesía).

Pero el gobierno consideraba que, solo la futura “Asamblea Constituyente” – electa por sufragio universal – tenía derecho a decidir sobre la propiedad de la tierra y el sistema socio–político.

Pero la guerra retrasó la votación y el propio gobierno se abstuvo de proclamar formalmente la república (No tenía previsto hacerlo por lo menos hasta después de Septiembre de 1917). Esto último fue motivo de decepción entre la población civil, lo que les inclinó a reconocer solo la autoridad de los soviets.

Si bien el propio soviet de Petrogrado se inclinó por dar su apoyo (moderado) al gobierno provisional. (Considerando a Aleksander Kerensky; vicepresidente del soviet de Petrogrado y ministro de justicia, guerra y marina; como su representante en el gobierno).

La relación entre ambos órganos de poder, desde el principio fue compleja. Pues los miembros del gobierno provisional acordaron tener en cuenta las opiniones de sus homólogos en el Soviet de Petrogrado. Pero no toleraban interferencias en la acción de gobierno – tratando así de superar cualquier dualidad de poderes –.

Sin embargo, el fenómeno del “doble poder” fue resultado menos de los actos ó actitudes de los líderes de ambas instituciones, que de los actos fuera de su control. (Sobre todo por los movimientos sociales – que en las calles de Rusia, en sus fábricas, tiendas, cuarteles, trincheras y aldeas –

socavaban la autoridad gubernativa y de los líderes moderados socialistas de los soviets.

Provocando que una serie de crisis políticas minaran las relaciones entre población; gobierno provisional y Duma del estado; soviets y comité central de la asamblea de soviets de toda Rusia).

Para tratar de superar esta atrofia, el abogado social – revolucionario Alekxander Kerensky aceptó ocupar un puesto dentro del gobierno provisional, en principio para actuar de representante del Soviet de Petrogrado.

Pronto se convirtió en su figura más carismática (ocupando las carteras de ministro de la guerra, de la marina y la jefatura del gobierno), al promover la libertad de expresión y liberar a los presos políticos. Si bien era partidario de proseguir la guerra, llegando a organizar una ofensiva general.

Su principal reto al asumir el cargo de jefe de gobierno, era el de contentar a la vez a los soldados, a los obreros y a los campesinos que, hasta la fecha, no habían percibido ningún beneficio con el cambio de régimen. Al teimpo que debía hacer frente a los siguientes problemas:

* Los grupos políticos más extremistas que deseaban (por diverso motivos) poner fin al gobierno provisional.

* Asumir las graves pérdidas de los distintos frentes de la Gran Guerra.

* Asumir unas altas tasas de deserciones y la desmoralización general de las fuerzas armadas.

* Hacer frente al descontento popular por proseguir la guerra, al tiempo que debe atender las peticionas de abandono de la misma.

* Hacer frente a la escasez de alimentos y otros suministros.

Siendo su crítico más ácido el partido bolchevique de Lenin, a pesar que seguía exiliado en Suiza. Y mientras estos hechos acontecían en Rusia; el líder del recientemente legalizado partido Bolchevique, V. I. Lenin veía que había llegado el momento de poner en práctica una revolución marxista en todo el mundo.

Inicialmente sus posibilidades de regresar del exilio suizo, atravesando un continente en guerra eran remotas para Lenin y otros líderes rusos. Pero en su ayuda llegaron varios funcionarios civiles y militares del Imperio Alemán, quienes organizaron el cruce a través del territorio alemán (teniendo en mente un plan para debilitar a Rusia y forzarla a abandonar la guerra, una vez que los bolcheviques alcanzasen el poder).

Para lo cual pusieron a disposición de Lenin y sus seguidores un tren especial, sellado – en teoría para no fomentar la revolución entre los obreros alemanes. En la práctica para mantener en secreto la operación y la vinculación alemana en la operación –.

Por lo que el trasladado desde su exilio en Suiza, corrió a expensas del Estado Mayor central del Imperio Alemán. En un viaje cuyo destino final era Petrogrado. (Para ganarse el apoyo a la causa alemana, el gobierno

del Káiser le hizo entrega de 40 millones de Marcos imperiales Oro). Logrando llegar a Petrogrado en Abril de 1917.

El Imperio Alemán esperaba que Lenin y sus bolcheviques le ayudasen a des–empantanar la situación estratégica. Ya que a la sazón, en 1914 se habían opuesto a la guerra. Y fueron los únicos que se habían manifestado a favor de una paz por separado.

Con la llegada de Lenin a Rusia, la popularidad del partido Bolchevique se disparó, pues a lo largo de la primavera de 1917, la insatisfacción pública contra la guerra y el gobierno provisional iba en aumento en Rusia.

Conflictos entre el gobierno provisional y los soviets: La Duma del estado había tratado, durante muchos años y sin éxito, arrebatar al zar la atribución de nombrar al gobierno. Creando la figura del “ministro competente” para cada atribución del ejercicio del ejecutivo. Nombrado y respondiendo ante la propia Duma.

Pero nada más constituirse los soviets, estos consideraron esta dispocición como anacrónica. Hablando de: “...un viejo gobierno encerrado en la fortaleza de Pedro y Pablo. Y un nuevo gobierno bajo arresto domiciliario...”. (Al tiempo que la ex – zarina Alejandra hablaba de dos serpientes enfrentadas entre sí).

En medio de las negociaciones y enfrentamientos por el control del ejecutivo; el 4 de Marzo de 1917, se constituyó en Kronstadt un soviet local. Este, el 16 de Mayo de 1917, se autoproclamó “única autoridad de la ciudad” y exigiendo en primer lugar al gobierno provisional, la destitución del gobernador de la plaza.

Por su parte, el gobierno provisional tachó de “separatismo” al soviet de Kronstadt, pues pretendía fundar la “República de Kronstadt”.

Para cuando se produjo la revolución de Octubre de 1917, ambas partes seguían sin llegar a un acuerdo.

Las crisis del año1917 – I => La crisis de Abril de 1917:

El grupo social más descontento, lo componían a partes iguales los obreros industriales, los soldados del frente y los campesinos sin tierras. Por lo que a medida que discurría el tiempo, fueron inclinándose hacia los partidos más radicales del país ruso.

A pesar que la voluntad popular de poner fin a la guerra, el gobierno decidió mantener la participación rusa en la misma. Pero cuando se publicó una nota secreta del gobierno provisional, destinada a los aliados occidentales. (Donde se afirmaba que no se cuestionarían los tratados del régimen anterior y que Rusia proseguirían en la contienda). Lo que despertó la ira tanto entre las tropas, como entre los obreros.

Las manifestaciones a favor y en contra del gobierno causaron los primeros enfrentamientos armados de la revolución, forzando la dimisión del ministro de negocios extranjeros y dando entrada en el ejecutivo a socialistas moderados, con el apoyo de la mayoría de los trabajadores.

Mientras tanto, el partido Bolchevique crecía en popularidad bajo el eslogan: ¡Todo el poder para los soviets!. Lo cual, en Junio de 1917, les proporcionará la mayoría de los escaños del Soviet de Petrogrado.

De cara al verano de 1917; la mayoría de los líderes bolcheviques estaban de acuerdo en que no estaban preparados para hacerse con el poder, debido a la falta de una base social. Por lo que su siguiente paso iba a ser ganar influencia paulatina entre las organizaciones de soldados y de obreros urbanos.

Al mismo tiempo, tras regresar del exilio y tras llegar a Petrogrado; Lenin escribió y publicó el 17 de Abril de 1917 las “Tesis de Abril”, donde estaban contenidas las demandas para poner inmediatamente fin a la guerra, bajo el principio “paz sin anexiones ni indemnizaciones”. También contenían la exigencia de una revolución bolchevique (más concretamente: “– ...el imperialismo es el estado supremo del capitalismo, encontrándose en una fase de putrefacción. La burguesía ya no es capaz de sumir su papel revolucionario. Por lo que para detener la guerra y transferir todo el poder a los soviets, hay que negar cualquier apoyo al gobierno provisional...–”).

En dicho manifiesto, también se incluía la demanda de confiscar las tierras y la redistribución de la misma entre el campesinado. El control obrero de las fábricas y el inicio inmediato de un proceso de transición hacia una república soviética. Sin embargo; Lenin estaba en minoría – incluso dentro del propio partido bolchevique – a la hora de reivindicar estas ideas. Por lo que fueron pospuestas, manteniendo los bolcheviques su apoyo al gobierno.

El propio diario Pravda (dirigido entonces por Stalin y Molotov) clamaba a favor de un retorno a la normalidad.

Sin embargo la guerra y el colapso económico, provocaron que las ideas de Lenin y Trotsky ganasen influencia dentro del partido bolchevique.

Las crisis del año 1917 – II => Las jornadas de Julio de 1917:

Ya en los primeros meses del año 1917, la guerra provocaba menos rechazo que la propia incapacidad del zar para gestionarla y la crueldad y negligencia de los oficiales rusos. (Aunque el “derrotismo revolucionario” también era impopular).

Muchos miembros de la sociedad rusa, especialmente de la burguesía, esperaban una explosión patriótica contra la Alemania del Kaiser. Por lo que el nuevo y popular – a causa de su oratoria – ministro de la guerra, Kerensky, esperaba encarnar el mismo el arranque revolucionario.

En su lugar, las consignas favorables a una paz comenzaron a ser más frecuentes. Aunque al principio, los soldados consideraban a los obreros como privilegiados y detestaban las críticas vertidas contra su sacrificio.

La gran mayoría del pueblo ruso era favorable a una paz negociada (“sin anexiones, ni indemnizaciones”), aunque daban una oportunidad a una última ofensiva.

Sin embargo, entre Febrero y Julio de 1917, el cansancio y la impopularidad de la guerra iban ganando terreno, en paralelo a la propaganda pacifista.

El proseguir en guerra era una postura del gobierno muy criticada en la prensa y entre la población. Como también lo era la oposición gubernativa a la jornada laboral de 8 horas – esto último justificado por el temor a afectar a la producción bélica –.

En lo que si estaban todos de acuerdo era la imposibilidad de convocar a la asamblea constituyente, mientras millones de hombres estaban en el frente.

El 18 de Junio de 1917, el gobierno provisional lanzó una nueva ofensiva contra las potencias centrales, que acabará en fracaso. Y poco después, ordenará el envío al frente de nuevas tropas para reponer a las perdidas ó reemplazar a las amotinadas.

Pero en su lugar, numerosas unidades volvieron a amotinarse; especialmente la guarnición de Petrogrado, cuando llegaron destacamentos armados de marineros – revolucionarios – de Kronstadt. Quienes habían asesinado a muchos oficiales, incluido un almirante.

Esto último, alimentó el de por sí revolucionado ambiente de la capital.

Tras hacerse evidente el fracaso militar de la “Ofensiva Kerensky” de Julio de 1917, la decepción fue generalizada y cuando el ejército empezó a descomponerse, víctima de las deserciones, las protestas se fueron acrecentando.

Entre los días 3 y 4 de Julio de 1917; los soldados de la guarnición de Petrogrado se negaron a marchar hacia el frente. Y, junto con los marineros de la base de Kronstandt y los obreros de la capital, se manifestaron, exigiendo al Soviet de Petrogrado que asumiese el poder. Al grito de: ¡Todo el poder para los soviets! Desbordados por la situación, los bolcheviques se opusieron contra un levantamiento, considerado prematuro y argumentaron que era demasiado pronto para derrocar al gobierno provisional. (En ese momento, el partido bolchevique solo tenía la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú; estando el resto de soviets en manos de partidos socialistas moderados).

El propio Lenin hizo público su repudio al conato de revuelta y el resto de dirigentes bolcheviques solicitaron públicamente disolver las marchas. Por lo que unos pocos días después, estas desaparecieron. En líneas generales, la estrategia bolchevique pasaba por dejar que el gobierno provisional mostrase su propia incapacidad.

El aumento de la reacción: La represión subsiguiente arreció sobre los bolcheviques. Trotsky y otros elementos más significativos del partido bolchevique fueron encarcelados y Lenin debió de huir a Finlandia, mientras que el principal periódico bolchevique (“Obreros y Soldados”) fue clausurado por las autoridades.

Los regimientos que habían apoyado más activamente la revolución fueron disueltos y sus integrantes enviados al frente (en pequeños destacamentos) al tiempo que se desarmó a todas las organizaciones obreras. En total, más de 90.000 hombres debieron irse de Petrogrado.

Los principales agitadores fueron encarcelados y se reinstaló la pena de muerte. Sin evitar que en las zonas rurales se produzcan nuevos progromos.

En el frente, se reanudaron los combates y, el 8 de Julio de 1917, el general Kornilov – al mando del Frente Sudoeste Ruso – dio orden de abrir fuego de ametralladora ó cañón contra los desertores. En total, entre el 18 de Junio y el 6 de Julio de 1917, mueren otros 58.000 soldados rusos.

Para cuando Kerensky ocupó la jefatura del gobierno provisional, su popularidad se había derrumbado por completo entre la población civil.

Las “Jornadas de Julio de 1917” confirmaron la popularidad de la oposición activa a la guerra, del radical partido Bolchevique. Sin embargo, su falta de preparación en el momento de la revuelta fue todo un fracaso que les restó apoyo entre soldados y trabajadores.

Este fracaso sin embargo, acabó siendo un contratiempo temporal y pronto los bolcheviques siguieron creciendo en afiliación (en Febrero de 1917, 24.000 militantes. En Septiembre de 1917, 200.000). Por lo que en Septiembre de 1917, superan a mencheviques y social revolucionarios en Petrogrado y Moscú.

La ganancia más importante es la “Oficina Regional de Moscú” (que administraba la ciudad y 13 provincias circundantes), que al pasar a estar controlada por el partido bolchevique, le da a este el control sobre el 37% de la población rusa y aportaba el 20% de los afiliados a este partido.

El golpe de estado de Kornilov / la “Kornilovada”:

El gobierno provisional, mientras tanto siguió aferrado a la guerra. Para lo cual, el ministro de guerra (que también ocupaba la cartera de marina) Alexander Kerensky impulsó una ofensiva.

El 4 de Junio de 1917, por insistencia de este, el gobierno provisional relevó al general Alekxeyev de su cargo y nombró en su lugar el general Brusilov.

Sin embargo, la “ofensiva Kerensky” fracasó estrepitosamente. Como consecuencia, el número de deserciones siguió creciendo, al tiempo que los soldados firmaban treguas (sin autorización ni permiso) con el enemigo.

Aunque esto no fue obstáculo para que Kerensky nombrase al general Kornilov nuevo comandante en jefe del STAVKA (en un intento desesperado de detener la descomposición interna del propio ejército).

Kornilov se había manifestado públicamente a favor de retornar a la “vieja disciplina”:

* En Junio de 1917 había ordenado disparar contra los desertores.

* Ahora ordenó mostrar los cadáveres de los soldados ejecutados con carteles colgados del cuello, por los caminos.

* Aplicar la pena de muerte a cuantos campesinos hubiesen cometido actos de pillaje ó apropiaciones de tierras.

En privado; Kornilov (que era de ideología republicana y nacionalista – por lo que no pocos lo consideraban un precursor del fascismo –), era partidario que Rusia prosiguiese en la guerra, como también era partidario de “castigar el derrotismo bolchevique” y “reinstalar el orden”.

En fábricas y cuarteles, su figura era la encarnación del peligro contra–revolucionario. Por lo que los sindicatos (bajo control bolchevique) organizaron una huelga – que fue seguida de forma masiva –.

Como consecuencia de ello, las tensiones y la radicalización de los partidos políticos fue en aumento, por lo que el 20 de Julio de 1917, el partido KDT alertó de la necesidad de tomar “medidas drásticas”. Mientras que la “Unión de oficiales del Ejército y la Armada” (financiada por los empresarios más ricos del país) abogaba publicamente por una dictadura militar. Y en el frente, el capitán Muraviov (miembro del partido social – revolucionario) afirmaba que los “Batallones de la Muerte” no estaban destinados al frente, sino a Petrogrado para “ajustar las cuentas” con los bolcheviques.

A finales de Julio de 1917, Kornilov comenzó a preparar un golpe de estado – para el que planeaba enviar 3 regimientos de caballería, por ferrocarril, hacia Petrogrado –. La idea incluía aplastar todos los soviets / asambleas existentes y demás organizaciones paralelas. Socialmente, el golpe sería justificado por la incapacidad manifiesta del gobierno provisional para defenderse.

En Agosto de 1917, el recientemente nombrado comandante supremo del STAVKA, general Kornilov, alegó haber recibido una “mala comunicación” (que luego se demostró que no era más que una falsedad). Alertando que el ejecutivo en Petrogrado estaba en peligro ó ya había sido capturado por “radicales”. Su primera medida fue ordenar a la guarnición de Petrogrado intervenir para pacificar la capital. Al tiempo que remitía “refuerzos” por ferrocarril.

Este intento de golpe de estado contra el gobierno de Lvov de Agosto de 1917, fue detectado inmediatamente. Pero a Kerensky no le quedó otra que pedir ayuda a todos los partidos revolucionarios (incluyendo aceptar el rearme del partido bolchevique) y a todas sus milicias obreras de la ciudad, (incluida la bolchevique).

Y para dirigir a estas, tampoco le quedó otra que solicitar el apoyo al Soviet de Petrogrado, el cual solicito y obtuvo el mando de todas las milicias. Creando una nueva fuerza – la Guardia Roja – armada y legalizada por el gobierno ruso, con el propósito de “defender la revolución”. Por lo que perdió el apoyo de la derecha, sin obtener el de la izquierda. Por su parte, Lenin – desde Finlandia – ordenó combatir a Kornilov, sin apoyar a Kerensky. Nada más conocerse todos estos hechos; los bolcheviques asumieron la defensa de Petrogrado. Y, mientras los obreros cavaban trincheras, los ferroviarios desviaron todos los convoyes ferroviarios a líneas muertas, mientras que los funcionarios de telégrafos aislaron las comunicaciones con el STAVKA.

Logrando así que el contingente de tropas golpistas se dispersase antes de ser disuelto. Con lo que el golpe quedó efectivamente sofocado. Y, tras comprender que la tentativa había fracasado, Kornilov se rindió, siendo inmediatamente relevado de su puesto y puesto bajo arresto.

Las consecuencias del conato de golpe fueron importantes:

a) Kerensky ascendió al cargo de primer ministro – aunque la situación política quedó lejos de normalizarse –.

b) Las masas volvieron a armarse.

c) Los bolcheviques, tras salir de la clandestinidad, ganaron poder y popularidad. Sin que los mencheviques ó el gobierno provisional fuesen capaces de hacer nada para detenerles. (Lo que a la larga, les permitirá afianzar su poder en Moscú, como paso previo a asumir el control del Soviet de Petrogrado).

d) En Julio de 1917, los marineros revolucionarios de Kronstadt habían liberado a todos los presos políticos (incluido Trotsky). Tras el golpe, al gobierno no le quedó otra que legalizar lo que de todas formas ya era un hecho.

Entre la ebullición pública y la explosión campesina. Los bolcheviques se desatan: Poco a poco las masas de obreros y soldados se convencían de la imposibilidad de rescatar ningún aspecto de la vieja sociedad. Tras el golpe de estado, el poder de los soviets aumentó en decremento de el del gobierno provisional. Con lo que la presencia social del partido bolchevique se reforzó; a la par que, aumentaba su prestigio.

Las masas sociales y sobre todo los sindicatos fueron radicalizándose – equivalente a alinearse con el partido bolchevique –. Con lo que a partir de Junio de 1917, la influencia bolchevique aumentaba de forma significativa. Permitiendo al partido iniciar un proceso para controlar los sindicatos y crear su propia milicia (la “Guardia Roja”), reclutada entre los 240.000 militantes del partido.

El 31 de Agosto de 1917, el soviet de Petrogado estaba (de nuevo) en manos del partido bolchevique. (Usando la promesa electoral de implantar el poder soviético en toda Rusia).

(Las sucesivas elecciones testimoniaban el auge electoral del partido bolchevique. Haciendo un buen uso del eslogan electoral: “Todo el poder para los soviets”. Por ejemplo en Moscú: el partido social revolucionario pasó de 375.000 votos en Junio de 1917 a 54.000 en Septiembre. El menchevique de 76.000 a 16.000; el KDT de 109.000 a 101.000; y el bolchevique de 75.000 a 198.000).

Si en Junio de 1917, el partido bolchevique era calificado como un “insignificante puñado de demagogos”. En Septiembre de 1917, controlaban la mayor parte del país. Durante la sesión del 1º Congreso Pan – Ruso de todos los soviets; Lenin anunció la disposición bolchevique de hacerse con el poder. Entonces, no se le tomó muy en serio.

A comienzos de Septiembre de 1917; el Soviet de Petrogrado decretó la liberación de todos los presos políticos (incluyendo a todos los bolcheviques arrestados, entre ellos Totsky). Con lo que, para el 30 de Septiembre de 1917, Trotsky fue elegido presidente del mismo.

Un número cada vez mayor de miembros de los diferentes partidos socialistas y la mayoría de las clases humildes de Rusia, veían al gobierno sin fuerza ni ganas para apoyar sus intereses y demandas. Lo que beneficiaba las posturas del partido bolchevique (después de todo, el partido Bolchevique fue el único del espectro político ruso que se había negado a colaborar al con el gobierno provisional), quien se presentaba como el único que comprendía la frustración y el disgusto social, y el único que se negaba a aceptar la propuesta – menchevique y social revolucionaria – de unidad nacional de todas las clases sociales.

Mientras tanto, Lenin seguía refugiado en Finalndia. Aprovechando el tiempo para completar su libro “Estado y Revolución”, redactando artículos de prensa y decretos políticos. Mientras seguía ocupando la jefatura del partido.

Para Octubre de 1917; tras quedar el partido Bolchevique completamente legalizado, regresó (a Petrogrado) consciente del clima radical que recorría la ciudad. Lo cual le blindaba una segunda oportunidad para su proyecto de revolución.

Tras realizar un reconocimiento del poder militar y organizativo del partido Bolchevique, Lenin comenzó a presionar para derrocar al ejecutivo de Kerensky. Lenin opinaba que; apoderándose a la vez de Petrogrado y Moscú, el poder quedaría automáticamente en manos bolcheviques.

La primera medida, fue la redacción – por parte del comité central del partido bolchevique, el 2 de Octubre de 1917 – de una resolución pidiendo la disolución del gobierno provisional, asumiendo sus funciones el Soviet de Petrogrado.

Durante la discusión acerca de la redacción de la resolución, los destacados líderes bolcheviques Kamenev y Zinoviev, votaron en contra. Ambos serían “purgados” por Stalin en 1936.

Con la aprobación de esta resolución, se dio por iniciada la “Revolución de Octubre de 1917”.

Casi todos los revolucionarios (en especial los marxistas) contemporáneos consideraban que una revolución proletaria como prematura, en un país atrasado y rural como Rusia.

Por lo que en Rusia, solo había espacio para una revolución burguesa (conformándose con poner fin al feudalismo y a la reforma agraria). Por lo que ahora solo tocaba una transición al socialismo, previniendo la contrarrevolución monárquica. Algo que pronto demostraría ser completamente erróneo.

Pero durante en Octubre / Noviembre de 1917, el partido bolchevique de Lenin y los soviets obreros (controlados por este) derrocaron al gobierno provisional de Petrogrado.

Tras este golpe, los bolcheviques se hicieron con las carteras ministeriales y con el control del campo, estableciendo la CHEKA para aplastar cualquier disidencia.

Para finalizar la participación rusa en la Gran Guerra, los líderes bolcheviques firmaron con las potencias centrales el tratado de Brest – Litovsk de Marzo de 1918.

La cuestión de la tierra: El rápido crecimiento demográfico acontecido durante el reinado de Nicolás II, aumentó el excedente de mano de obra en el campo. Originándose así la “problemática de la tierra”.

La revolución de Febrero de 1917 fue, en gran medida, el cúmulo de aspiraciones del campesinado ruso, desde la revolución de 1905. Sin que el gobierno provisional fuese capaz de satisfacer a ninguna de las partes implicadas.

En las zonas rurales, la revolución se aceleró durante el verano de 1917. Sobre todo a causa de las ocupaciones de las grandes fincas rurales (sin esperar a una futura “Ley de reforma agraria”, que no parecía llegar nunca), quema de propiedades, asesinato de autoridades civiles. Sin que el gobierno provisional se atreviese a hacer nada ó pronunciarse en cualquier sentido.

Especialmente molesto para el campesinado fue la adopción de requisas obligatorias por parte del gobierno del zar, en 1916, y continuada por el gobierno provisional.

El fracaso en cumplimentar los objetivos de estas requisas, empeoró la situación en las ciudades – huelgas, perdida de productividad y desnutrición – y en el ejército.

Además, estas requisas, fueron un espaldarazo para el comienzo de lo que los historiadores posteriores denominarán “reparto negro”; cuando los uniformados de origen campesinado empezaron a desertar en masa de las trincheras.

Para llegar a tiempo a sus regiones de origen y ocupar fincas rurales – con la esperanza de una futura distribución de tierras –. (Especialmente tras el desaliento causado por el fracaso de la ofensiva Kerensky y la acción de la propaganda pacifista).

Lo que acabó por provocar un colapso en la red de suministros. Que para Diciembre de 1917, se tradujo en un perenne situación de hambre en todo el frente oriental.

La degradación económica durante el año 1917: El gobierno provisional fue incapaz de resolver el problema alimentario, que venía agravándose desde 1916.

Los intentos de introducir un sistema de apropiación de los excedentes agrarios fue un fracaso. Tanto por la resistencia de los terratenientes como de los campesinos minifundistas.

En Marzo de 1917, se habían introducido las tarjetas de racionamiento del pan (que limitaban la compra a 1 libra / 454 gramos por persona y día. Que para Septiembre de 1917 se había reducido a 250 gramos por persona y día). Con interrupciones en el suministro de los frentes rusos.

La falta de forraje para los caballos, limitaba las operaciones de la caballería y el desplazamiento de la artillería.

El 29 de Marzo de 1917, el gobierno provisional creó el “monopolio del trigo” – que simplemente fue cambiar de nombre al programa zarista de finales de 1916, para articular las requisas de cereal. Estos intentos acabaron en fracaso (menos del 60% de la cuota prevista, para el bimestre Julio – Agosto de 1917, que en el periodo Septiembre – octubre de 1917 se redujo al 40%) Y, al priorizar los envíos al frente, agravó la situación de las ciudades.

Al mismo tiempo, una creciente crisis industrial azotaba a Rusia:

* Enormes consumos militares.

* Crisis del sistema ferroviario, a causa del desvío del material ferroviario al servicio militar, causando un quebranto en la organización productiva del país.

* Activismo revolucionario entre los obreros, a medida que la movilización se extendía entre ellos.

* Crisis de combustible (en teoría se había limitado al bienio 1914 – 1915. Pero Rusia seguía dependiendo de la importación de carbón mineral extranjero. Principalmente del Reino Unido).

Tras la revolución de Febrero de 1917, estos problemas se agravaron, haciendo caer peligrosamente la producción industrial, (que de todas formas, venía registrándose desde el invierno 1914 / 1915). Causada principalmente por la movilización de obreros experimentados y sustituyéndolos por novatos sin cualificar.

Tras el éxito de la revolución; la indisciplina hizo que técnicos y directivos fuesen aterrorizados por obreros armados. Por lo que al llegar el verano de 1917, el 20% de las plantas de Petrogrado estaban clausuradas (en total 568 fábricas, que dejaban en la calle a 104.678 trabajadores).

La aparición del fenómeno del “Control Obrero” en numerosas fábricas, provocó un incremento de los costes económicos, cuando los obreros comenzaron a demandar fuertes alzas de los salarios (entre un 320 y un 600%).

El gobierno provisional intentó subvencionar a una serie de fábricas, para materializar el incremento salarial (junto con alzas de sueldos entre el personal uniformado, el de los ferrocarriles y el de correos y telégrafos. Cuyas demandas rondaban el 100%).

Por su parte el soviet de Petrogrado exigía raciones especiales para las esposas e hijos de los soldados en el frente. Al hacer un cálculo aproximado del coste de esta medida, la cifra rondaba los 11 mil millones de rublos (más ó menos el presupuesto de Rusia del año 1915).

En paralelo, cayeron los ingresos fiscales en torno a un 30 ó 40%. Lo que venía acompañado de dificultades financieras a la hora de pedir préstamos en el interior y en el extranjero. (Las sucesivas emisiones de “bonos de la libertad” fueron un fracaso). Por lo que para no caer en una situación de quiebra técnica, el gobierno provisional implementó los siguientes tributos:

* Impuesto sobre las rentas personales.

* Impuesto sobre las herencias.

* Impuesto sobre las ganancias de guerra.

* Otras tasas.

Todas estas reclamaciones y medidas fueron causa de la pérdida definitiva sobre el control de la oferta monetaria y el incremento del endeudamiento nacional. (Entre 1916 y 1917, pasó de 34 a 60 mil millones de rublos. Lo que obligaba al gobierno ruso a pagar a sus acreedores un interés anual de 3 mil millones de rublos. En tres meses de gobierno provisional, la deuda se había incrementado tanto como en los tres últimos años de reinado de Nicolás II). Quedado como única opción el depreciar la divisa nacional (El número de billetes en circulación pasaron de 2 mil millones de rublos, en 1914. A 13’92 billones de rublos, en Julio de 1916. Con una reservas monetarias constantes, en torno a 1.293 millones de rublos de oro).

En Agosto de 1917, el ejecutivo de Kerensky imprimió aun más papel moneda, cada vez de peor calidad. Con lo que resultaba muy fácil de falsificar (especialmente para las imprentas militares alemanas y para las imprentas portátiles cedidas a diversas organizaciones políticas y criminales por la inteligencia alemana). Con lo que poco a poco la población civil perdió confianza en su divisa nacional.

Por otra parte; las adquisiciones gubernamentales (en forma de compras y de requisas forzadas) de pan, entre los meses de Febrero a Agosto de 1917, solo cubrieron el 48% de las necesidades de la población. Y, entre Agosto y Octubre de 1917, disminuyeron hasta alcanzar el 34%. Por lo que a partir del otoño de 1917 había una situación técnica de hambre dentro del ejército (de hecho, a partir de Octubre de 1917, el Frente Norte Ruso está sin alimentos).

La revolución / golpe de estado de Octubre de 1917:

Siguiendo las ideas plasmadas en los escritos de Karl Marx. Lenin estaba decidido a dirigir la revolución que implantase el Marxismo – Leninismo; para iniciar la propagación mundial del comunismo, durante el siglo XX.

A diferencia de la de Febrero de 1917, esta iba a ser mucho menos (ó nada) esporádica. A cambio, el golpe seria cuidadosamente planificado, coordinado y ejecutado.

Así que para el mes de octubre de 1917, se agitaba el ala más radical y revolucionaria del movimiento marxista ruso – hasta ese momento, la revolución de febrero de 1917 había sido la primera revolución moderna, que no era contrarrestada por otra –. Por lo que Lenin y Trotsky consideraban que había llegado el momento de poner fin a la dualidad de poderes, ya que la coyuntura les era favorable y el gobierno provisional estaba aislado políticamente y desacreditado socialmente.

Aunque Lenin era el líder político del partido bolchevique; no estuvo presente durante la toma del Palacio de Invierno. Siendo Trotsky el que se encargó de organizar y dirigir la revolución – en general el papel de Lenin fue más el de motivar a los revolucionarios, que el de dirigirlos –.

Los servicios de inteligencia del Imperio Alemán, fueron quienes financiaron y prestaron la logística del golpe, a través de su enlace y agente – Alexander Parvus –.

La preparación del golpe y la creación del Comité Militar Revolucionario: El papel político de los militares, tras la revolución de Febrero de 1917, se iba encogiendo poco a poco. Por lo que la agitación bolchevique iba calando entre sus filas, azuzados por la propaganda contra el “corrupto ejecutivo de Petrogrado”.

El 5 de Octubre de 1917, el presidente del gobierno provisional ordenó al comandante del Frente Norte Ruso el envío de sus tropas más fiables, para reforzar tanto a las fuerzas del Distrito militar de Petrogrado, como la guarnición de la propia capital. Pero este se negó, aduciendo la necesidad de esas mismas tropas en su sector del frente oriental.

Al conocerse esta medida, la guarnición de Petrogrado volvió a mostrar públicamente su resentimiento contra las autoridades. Por lo que la totalidad de los soviets de los regimientos acantonados en la capital votaron una resolución de condena.

Mientras que en los soviets del Frente Norte Ruso, las tropas expresaron su irritación, instando a los soldados de la guarnición de Petrogrado a “...cumplir con sus deberes revolucionarios...”.

Sin que por ello cejaran de criticar a “quienes viven cómodamente en la retaguardia”. En respuesta, los delegados de la guarnición de Petrogrado protestaron clamando que “...padecían importantes sacrificios en nombre de la revolución...”.

El 7 de Octubre de 1917, fue convocada una reunión secreta de todos los líderes bolcheviques, a celebrar en el apartamento del diputado N. V. Sajanov, el 10 de Octubre de 1917.

Presidida por Trotsky, se debatió la necesidad de dar un golpe de estado contra el gobierno provisional, desde el seno del comité central del partido bolchevique.

Los debates giraron en torno a la forma de organizar una insurrección armada. Y mientras que algunos abogaban por esperar; alegando que el partido ya era el mayoritario en todos los soviets. Mientras que, en el caso de acceder al poder de forma violenta, Rusia quedaría aislada de Europa.

Pero durante el transcurso de la misma, Lenin (haciendo uso de todas sus dotes persuasivas) logró convencer a todos de la oportunidad de una insurrección armada.

En total, les llevó 24 horas debatir la moción y otras 4 horas más aprobarla. Con lo que hasta la mañana del 11 de Octubre de 1917, no se obtuvo el resultado de la moción – aprobado con la mitad de los votos más uno –.

Los únicos dirigentes que emitieron un voto particular en contra; Kamenev y Zinoviev, advirtieron del peligro de volver a repetir los errores de Julio de 1917. Pero Lenin les respondió que no podían esperar nada, de una asamblea constituyente – en la que evidentemente no iba a contar con el partido Bolchevique – no garantizaba el futuro del partido.

Kamenev y Zinoviev, les respondieron que – en su opinión – en la asamblea constituyente, el partido Bolchevique iba a ocupar por lo menos 1/3 de los escaños.

Al final, Kamenev solicitó enviar desde el comité central del partido Bolchevique, una carta secreta para hacer palpable su oposición a la insurrección armada. La respuesta de Lenin fue plantear la expulsión de Kamenev y de Zimnoviev del partido, bajo la acusación de: “esquiroles” y “delatores”. Finalmente el comité central se opuso a tal medida. Limitándose a obligar a no hacer declaraciones públicas en contra del partido.

Durante las discusiones, los líderes bolcheviques se fueron posicionando en alguna de estas tres corrientes. La conservadora (representada por Kamenev y Zimnoviev), que rechazaba el levantamiento. La moderada (representada por Trotsky), que se inclinaba por posponer el levantamiento hasta después del congreso. Y la radical (encabezada por Lenin) que deseaban iniciar el golpe de estado cuanto antes. Siendo esta última la que logró la mayoría de los votos.

Tras aprobarse la moción; se fijó como fecha para la insurrección, la víspera del 2º Congreso de todos los soviets, programado para el 25 de Octubre de 1917. En ese momento, la revuelta era una realidad.

El plan preveía que las tropas bolcheviques se hiciesen con el control de los puntos estratégicos de la capital: las estaciones de telégrafos, las centrales eléctricas, los puentes, las oficinas de correos, las estaciones de ferrocarril y los bancos estatales (según los planes de Lenin, estos puestos estarían sin guarnición dentro de la ciudad). Estimando que: ocupándolos Petrogrado acabaría en manos bolcheviques.

Más adelante, los bolcheviques aumentarían su área de influencia, ocupando las fábricas de los alrededores de Petrogrado y los numerosos cuarteles y parques de la plaza.

Tras esto, se concentrarían todos los esfuerzos en derribar al gobierno provisional mediante un golpe de estado. Momento en el cual Lenin, que estaría oculto en una vivienda de los suburbios, haría acto de presencia para hacerse con el control político del país.

Curiosamente estos planes eran de conocimiento público, pues salían publicados de manera regular en la prensa. Por lo que el propio gobierno provisional acabó por enterarse de los preparativos, en algún momento comprendido entre el 12 y el 16 de Octubre de 1917. Si bien los primeros rumores circulaban por las calles de Petrogrado, desde el 10 de Octubre de 1917.

El 12 de Octubre de 1917; el Soviet de Petrogrado, bajo control del partido Bolchevique, a petición de Trotsky, creó el llamado “Comité Militar Revolucionario”, para proceder a preparar el inmediato levantamiento armado. Pero primero hubo que acallar las protestas de la minoría social – revolucionaria y menchevique; contra la creación de este departamento. Que consideraban redundante al Distrito militar de Petrogrado y causante de una peligrosa diarquía en un momento de incertidumbre militar.

Para superar estas objeciones, se decidió que el nuevo comité estuviese dirigido por Trotsky (como delegado del partido Bolchevique), Lazimir (del social – revolucionario) y Antonov (menchevique).

El primer paso del levantamiento en ciernes, lo dio Trotsky. Quién asumió el cargo de presidente del “Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado”.

Según sus propios estatutos, este comité estaría compuesto por obreros, soldados y marineros armados. Siendo su finalidad última el asegurarse la neutralidad de la guarnición de Petrogrado, en caso de un nuevo levantamiento armado y organizar una defensa de la ciudad y del distrito antes una posible ofensiva de las potencias centrales – entre los bolcheviques circuló el rumor que todo ello, no era más que un buen encubrimiento de la organización de combate del partido –.

Al mismo tiempo, Lenin – quien creía que el pueblo ruso estaba listo para una nueva revolución (solo unos meses después de la anterior, de febrero de 1917) prevista para antes del 2º congreso de soviets, justificada con la necesidad de poner fin al doble poder – comenzaba a preparar la

revolución. Y, por orden suya, los comités locales del partido bolchevique comenzaron a armarse.

Para el 16 de Octubre de 1917, Trotsky contaba bajo su mando con 5.000 fusileros armados, adscritos a la Guardia Roja.

Tengamos en cuenta, que la aparición de este comité, se produjo en medio de una nueva ofensiva alemana contra las costas e islas del Báltico. El 20 de Agosto de 1917, las tropas del Káiser Guillermo había conquistado Riga. El 3 de Octubre de 1917 los rusos hubieron de evacuar Reval / Tallín y para el 8 de Octubre de 1917, los alemanes habían ocupado las islas del archipiélago de Moon; poniendo a Petrogrado bajo la amenaza de un ataque de las potencias centrales.

El jefe del estado mayor del STAVKA declaró que la pérdida de dichas islas suponía la pérdida del Báltico. Quedando las rutas marítimas bajo control del Imperio Alemán. La respuesta de Kerensky fue acusar a los marineros de la Flota rusa del Báltico de cobardes.

Los planes presentados por Kerensky para una evacuación preventiva del gobierno provisional, levantaron las protestas de los diferentes partidos socialistas rusos. Quienes acusaron a Kerensky de “pactar con la burguesía para entregar Petrogrado a los alemanes. Abandonando la capital de la revolución a su suerte”.

En segundo lugar, comenzaron a estudiar los fallos que habían cometido en Julio de 1917, para que en lugar de una “demostración armada de una chusma mal controlada”. Se realizasen ataques bien coordinados contra los puntos estratégicos de la capital (como eran los puentes sobre el Neva, la central de telefonía, la de correos...).

El 18 de Octubre de 1917, Trotsky respondió en persona ante el Soviet de Petrogrado, para responder a un cuestionario sobre el levantamiento que el partido bolchevique preparaba.

Sus respuestas fueron ambiguas –“...no hay acciones armadas fuera de las tareas que se nos han encomendado... Si en el transcurso de los acontecimientos, el soviet se ve obligado a asumir la tarea de gobierno, los obreros y los soldados responderán juntos como un solo hombre.

...Debemos esperar un ataque de la contra–revolución; pero al primer intento de interrumpir el congreso de todos los soviets, este será contestado y derrotado de forma completa e implacable.”– Estas declaraciones fueron plenamente refrendadas por Lenin, mediante una carta dirigida al comité central del Soviet de Petrogrado.

Ese mismo día, también apareció un artículo de Maxim Gorky acerca de “los rumores insistentes sobre una claudicación bolchevique”.

El 20 de Octubre de 1917, el ministro de justicia derogó la orden de arresto que pesaba sobre Lenin (que de todas formas era un secreto a voces por las calles, que estaba en Petrogrado, oculto en una casa segura). A pesar de lo cual, en la noche del 20 al 21 de Octubre de 1917, todos los militantes

bolcheviques fueron movilizados. Mientras que sus líderes contactaban con otros partidos para atraer a los indecisos hacia su causa.

Desde el mes de Julio de 1917; las tropas bolcheviques estaban dirigiéndose hacia la capital. Entre las cuales destacaba el 4º Regimiento de Cosacos, la tripulación del crucero Aurora (que estaba completando sus reparaciones en los astilleros de Petrogrado. Teniendo previsto salir a alta mar para probar sus máquinas, hasta que en el último momento su soviet – cumpliendo órdenes del comité militar revolucionario – cancelo la salida).

El 21 de Octubre de 1917, el periódico “El Discurso”; del KDT, afirmaba que: “...si el partido bolchevique intenta la empresa, será aplastado inmediatamente y sin esfuerzo...”.

Mientras tanto, Trotsky daba un discurso en la casa del pueblo, donde afirmó que: “El poder soviético va a echar por tierra al régimen. Se pondrá fin a la devastación interna. El gobierno soviético repartirá las riquezas de Rusia entre los pobres, sin compensación para los burgueses. Ellos, los burgueses entregaran cada uno de sus abrigos a cada soldado... y cada uno de sus pares de zapatos a cada obrero necesitado”.

El 22 de Octubre de 1917, el “Comité militar revolucionario del Soviet de Petrogrado” dirigido por Trotsky; asumió (en secreto) el mando directo de la guarnición de Petrogrado. Tras anunciar que las órdenes de la comandancia del Distrito militar de Petrogrado no eran válidas sin la aprobación explícita del comité.

El 23 de Octubre de 1917, Trotsky se dirigió en persona a la guarnición de Petrogrado, para obtener de ellos el “juramento de lealtad a los soviets”. En ese momento los comandantes militares rusos comenzaron a sospechar que el golpe era inminente. Y el general Antonov comenzó a elaborar planes de contingencia para neutralizar un posible golpe.

En la mañana del 24 de Octubre de 1917, Stalin publicó en el periódico bolchevique “Ruta del trabajo” (el antiguo Pravda) el editorial “¿Qué necesitamos?” Donde se aboga abiertamente por derrocar al gobierno provisional.

Kerensky trata de reaccionar: Los pasos dados por Kerensky fueron, en general, vacilantes. Pues ni puede pedir ayuda a los militares – a sabiendas que si los lanza contra los bolcheviques, se destruirá su imagen y discurso público –. Ni puede pedir ayuda a los partidos de la oposición, pues estos no cuentan con milicias para oponerse a la Guardia Roja. En sus propias palabras, el gobierno provisional se encuentra entre la pared Kornilovista y la espada bolchevique.

Esta situación venía produciéndose desde Mayo de 1917. Y mientras Kerensky se lamentaba que, tras dos meses de vida, la revolución estaba muerta. Preguntándose si Rusia era un estado libre ó una nación de esclavos rebeldes a la espera que su amo vuelva a controlarla. Así que; a 24 horas de la sublevación, en la mañana del 24 de Octubre / 6 de Noviembre de 1917, los socialdemócratas intentaron dar una última oportunidad al gobierno provisional. A iniciativa de los eseristas y de los mencheviques, se presentó una resolución en la Duma, solicitando la transferencia inmediata de la propiedad de las tierras cultivables de toda Rusia a los soviets campesinos. Junto con el inicio inmediato de negociaciones de paz con las potencias centrales.

Al mismo tiempo, se enviaron emisarios a la sede del partido bolchevique, para ofrecer una “fórmula de transición” que hiciese efectivas todas sus demandas y consignas políticas.

Sin embargo, el gobierno provisional se negó en redondo a aceptar esta resolución y los miembros del comité central del partido bolchevique consideraron la oferta como tardía.

Esa misma mañana, el distrito del Palacio de Invierno de Petrogrado, fue reforzado con un muy débil contingente de tropas. Además de clausurar las dos publicaciones más afines a los bolcheviques: el diario “Soldado” y el periódico “Ruta del trabajo”.

Más tropas fueron desplegadas sobre los principales puentes que atravesaban el río Neva (en principio destinadas al frente). Pero aunque el Palacio de Invierno disponía de un acuartelamiento para cobijar a más de 3.000 soldados; solo una pequeña guarnición estaba desplegada para hacer frente a las fuerzas del Comité Militar Revolucionario. También, el mando del Distrito militar de Petrogrado había prohibido a sus soldados, abandonar los cuarteles sin una autorización escrita especial.

A las 11’00 horas del día 24 de Octubre de 1917; Kerensky tuvo una reunión con los principales representantes de la Duma, para asegurar el apoyo político a su gobierno. Y tras obtenerlo, acudió a la sede del Distrito militar de Petrogrado, donde supervisó unas maniobras de los cadetes de las principales academias.

Sin embargo, a las 19’00 horas del día 24 de Octubre de 1917; la Duma votó en contra de conceder a Kerensky poderes de emergencia, para poder reprimir la insurrección en ciernes – básicamente, consideraban que Keresnky no disponía de fuerzas políticas y militares para contener a los bolcheviques. Siendo más seguro presentarse ante el nuevo poder sin la mancha de haberse opuesto a ellos –. En su lugar emitieron una resolución, condenando que “... cuando el presidente del consejo de ministros ha acudido hasta esta cámara, anunciando una conspiración y requiriendo una sanción a sus decretos para combatirla; la cámara debe primero analizar la existencia de esta última...”. Mientras que los diputados mencheviques añadieron una nota de protesta a título personal, contra las declaraciones públicas de Kerensky referidas a una “turba amotinada”.

El ataque del Comité Militar Revolucionario: Esa misma mañana, el comité central del partido Bolchevique mantuvo una reunión oficial, para analizar las medidas que estaba adoptando el gobierno provisional en su contra.

En el transcurso de la misma, Kamenev realizó una ponencia en la cual, se calificaba la incautación de sus principales diarios por parte de un ejecutivo, apoyado por los comités centrales de los partidos social revolucionario y menchevique, equivalía a una completa ruptura de cuantos acuerdos existían con ellos.

Acabada esta, a las 17’00 horas del día 24 de Octubre de 1917; las tropas del Comité Militar Revolucionario tomaron, de manera oficial, el control de la central de telégrafos. A las 18’00 horas hicieron lo propio con la de telefonía y a las 19’00 horas con la sede del Departamento de suministro de alimentos de Petrogrado.

En la noche del 24 al 25 de Octubre de 1917; Lenin regresó a la ciudad para poner en marcha su plan de 3 fases y poner las 3 áreas clave en su poder. Como paso previo, situaría su cuartel general en el Instituto Smolny, para supervisar personalmente el cumplimiento de todas las operaciones para la captura de los principales objetivos: Los principales puentes y estaciones de ferrocarril y la toma del Palacio de Invierno.

Los objetivos fueron todos ocupados sin apenas derramamiento de sangre, pues la Guardia Roja se había apoderado de los puentes, que estaban sin vigilancia. Las estaciones de ferrocarril, el banco central y las centrales de correos y postas, que tampoco contaban con guarnición alguna. Antes de dar el golpe final contra el Palacio de Invierno.

Esa misma noche del 24 al 25 de Octubre de 1917; las tropas bolcheviques se infiltraron en el Palacio de Invierno, ocupándolo con escasos enfrentamientos. Pues solo tenían en frente a unos pocos cadetes y otras unidades militares improvisadas. (El resto de tropas de la capital, ó eran favorables al levantamiento ó se abstenían de intervenir en uno u otro sentido). En total, hubo 5 muertos y varios heridos.

Durante el proceso, siguieron funcionando los tranvías, los teatros mantenían su cartelera y las tiendas abrieron al día siguiente.

A las 03’30 horas del 25 de Octubre de 1917; el crucero “Aurora” navegaba por uno de los canales del río Neva a su paso por Petrogrado; tras haber efectuado algunas salvas para atraer la atención de los defensores del Palacio de Invierno, mientras era asaltado por los bolcheviques. Cuando recibió la orden del Comité Militar Revolucionario, a través del soviet marítimo de Helsinky, para apoderarse de cuantos buques militares estuviesen anclados de las inmediaciones. Logrando poner bajo su control en las horas siguientes a 5 destructores y varias patrulleras.

Aunque en ese mismo momento, se dio por consumada la revolución; tras ser oficialmente derrocado el gobierno provisional, asumiendo el poder (de facto) los bolcheviques.

Hasta el amanecer, del 25 de Octubre de 1917, Kerensky no fue consciente del alcance del golpe de estado y de lo delicado de la situación de su ejecutivo. Por lo que ordenó a las últimas tropas que – estimaba – le quedaban (1º, 4º y 14º regimientos de caballería cosaca) proceder a “salvar la democracia revolucionaria” y de esta forma “salvar a Rusia de la ruina”. Pero los cosacos conscientes de la situación, se negaron a inmiscuirse en “asuntos políticos” ó tomar partido por cualquiera de los bandos enfrentados. Incluso 200 cosacos del 14º regimiento que debían permanecer en el Palacio de Invierno abandonaron sus puestos nada más comenzar las refriegas.

A las 10’00 horas del 25 de Octubre de 1917, Lenin hizo pública su proclama “A los ciudadanos de Rusia”, anunciando la transferencia de la autoridad del gobierno provisional al Comité Militar Revolucionario. Teniendo en mente que, durante el transcurso del 2º Congreso de soviets, se legalizase el golpe de estado. Por lo que procedió a convocarlo con carácter de urgencia a las 12’00 horas de ese día. Mientras que la Duma del estado y el propio Kerensky fueron bloqueados por las tropas de la Guardia Roja, en el interior del Palacio Marinsky.

Para las 11’00 horas del día 25 de Octubre de 1917; las tropas bolcheviques habían sobrepasado todas las medidas y precauciones que Kerensky había adoptado. (Incluidas todas las guarniciones repartidas por los puentes de la ciudad).

El Regimiento de Infantería de la Guardia “Ismailovo”, llamado en Julio de 1917, para suprimir cualquier conato de motín contra el gobierno. Se puso a disposición del partido bolchevique. Quien lo empleo para ocupar la estación de Ferrocarriles del Báltico de Petrogrado. Evitando así la llegada de tropas leales al gobierno provisional. Tropas que nunca aparecieron.

Mientras tanto, los periódicos incautados volvieron a imprimirse. (Stalin en persona dirigió la vuelta a la imprenta del Pravda, según decreto del secretario Antonov).

En el transcurso de la mañana del 25 de Octubre de 1917 / 7 de Octubre de 1917. Y, durante el 2º Congreso de todos los soviets; Trotsky anunció públicamente la disolución del gobierno provisional.

Votando asumir el gobierno de Rusia, el propio congreso (de un total de 582 delegados presentes; los 382 bolcheviques y 70 social–revolucionarios votaron favorablemente). Aunque algunos de los que votaron en contra opinaban que Lenin había tomado ilegalmente el poder; por lo que finalmente 50 de ellos (mencheviques y socialdemócratas) abandonaron el congreso, para crear a su vez el “comité de salvación de la Patria y la Revolución”.

Esto último provocó a su vez que Trotsky los declarase criminales, justo el mismo día que se constituyó el “Consejo de Comisarios del Pueblo” como órgano bolchevique para asumir las tareas del poder ejecutivo en la Rusia

post – revolucionaria. A la espera de una futura asamblea constituyente (que no llegó nunca a celebrarse). Al mismo tiempo, el Comité Militar Revolucionario hacía público que: la acción bolchevique tenía por objetivo la defensa de la democracia de la contrarevolución.

Respecto a las alegaciones particulares de algunos miembros del partido bolchevique, sobre el peligro de una opinión negativa del congreso sobre las medidas subsiguientes a tomar. Trotsky los acalló, declarando que la voluntad del partido no era otra que sublevar a todos los obreros y soldados de Petrogrado. Por lo que; tras los aplausos, fueron aprobadas todas las resoluciones tendentes a legalizar la actual situación política y jurídica.

Ese mismo 7 de Noviembre de 1917, el partido bolchevique hizo público la decisión de Lenin de ejercer, personalmente, la tarea de encabezar el nuevo gobierno. En sustitución del ineficaz gobierno provisional.

Ya desde los primeros días, tras la toma del poder, el movimiento bolchevique estaba determinado a usar cualquier medio para derrotar a sus enemigos políticos. En palabras de Lenin: “guillotinando como en París y no solo privar de sus cartillas de racionamiento... Arrestémosles a todos. Y solo así se comprenderá la dictadura del proletariado”.

Por su parte, Trotsky afirmaba que era imposible sentarse solo sobre bayonetas, pero tampoco iba a ser posible sentarse sin bayonetas. (Muchos historiadores opinan que Trotsky hizo suyo la afirmación de la zarina Alejandra Feodorova, respecto a que “Rusia ama el látigo”).

Y, a pesar de la falta de escrúpulos a la hora de recurrir a métodos terroristas. Tanto Lenin como Trotsky eran perfectamente capaces de hacerse con el control de los destinos de Rusia – completando la destrucción de esta –.

Y sin pasar por el comité central de Petrogrado, tras haber inspeccionado los comités de distrito, afirmó públicamente que: “...hay que terminar con el gobierno, sin retrasar su muerte...”.

Tras esto, regresó a su casa franca en Smolny, acompañado por el líder socialista finlandés Eino Rakhia. Pero antes de llegar, la comitiva debió de esconderse en Shpalernaya, de las patrullas a caballo de cadetes y alumnos de escuelas militares, todavía leales al gobierno provisional.

A estas altura, Lenin sospechaba que miembros del Comité Militar Revolucionario estaban en negociaciones secretas con destacados líderes del gobierno provisional y de la Duma. Por lo que nada más alcanzar la seguridad en Smolny, tomo – de manera oficial – el mando del levantamiento / revolución.

Seguidamente comenzó a repasar la prensa del día, especialmente en el apartado de noticias políticas, cualquier artículo que hiciese referencia a negociaciones entre partidos.

A las 14’00 horas del 25 de Octubre de 1917; Trotsky y Lenin, mantuvieron un encuentro privado. Durante el cual desmintió cualquier

principio de negociación con los rivales del partido bolchevique, tachando los rumores de maniobras de desinformación del “enemigo reaccionario”.

Tras concluir la reunión, Lenin ordenó al Comité Militar Revolucionario proceder a destituir de sus cargos a todos los miembros del gobierno provisional (declarando al extinto gobierno provisional “barrido por la escoba de la historia”). Al tiempo que ordenó a las tropas el inicio de una “ofensiva política” ocupando nuevos objetivos, como la estación Nicolás, la planta eléctrica de Petrogrado, el Banco del Estado, etc. Momento en que se dieron por concluidas las operaciones militares.

El 28 de Noviembre / 11 de Diciembre de 1917; Lenin firmó el decreto que dejaba fuera de la ley al KDT y el decreto de “Arresto de líderes contra revolucionarios y Prevención de una guerra civil”. Esto se convirtió en el colofón de la revolución de Octubre de 1917. Que a su vez había puesto fin a la de Febrero de 1917; reemplazando un gobierno parlamentario – de corta duración – por uno de naturaleza soviética (En forma de consejos electos entre obreros y soldados).

Paradójicamente, esta revolución ó golpe de estado se produjo el mismo día del cumpleaños de Kerensky.

Respecto al resto de potencias con embajada en Petrogrado, los británicos fueron los que más sospecharon que la minoría bolchevique iba ser capaz de hacerse con el poder, debido a:

* Saben lo que quieren.

* Saben como lograrlo.

* Tienen gran capacidad de organización y movilización.

* Cuentan con el apoyo alemán.

Aunque para el resto del mundo, el partido bolchevique y sus líderes eran casi desconocidos hasta después de la revolución de Octubre de 1917. Por lo que al hacerse de golpe con el poder dentro de Rusia, el futuro de esta y del mundo se volvió en impredecible por completo.

El propio almirante Kolchak – influenciado por la propia revolución alemana de Noviembre de 1918 – llegó a reconocer a la revolución de Octubre de 1917, como una necesidad histórica, a pesar de su tendencia contra el proletariado, la democracia y el anarquismo.

La naturaleza de la revolución de Octubre: Desde las primeras horas del día 25 de Octubre / 7 de Noviembre de 1917, se calificó a la revolución de Octubre como un golpe de estado (de una minoría que – según sus críticos – clamaba “todo el poder para los bolcheviques”, en lugar de para los soviets).

Incluso entre los propios bolcheviques, se le calificó de golpe de estado (al principio). Si bien todos los historiadores posteriores han destacado el contesto de ebullición revolucionaria de la sociedad y del país, contra un gobierno impotente y desacreditado.

Aunque los bolcheviques cumplían – inicialmente – con las aspiraciones sociales más demandadas (fin de la guerra; fin del poder de los oficiales, terratenientes, burguesía y clero). No cumplieron con la aspiración de dar el poder a los soviets (como habían prometido tanto los bolcheviques, como los mencheviques, los social–revolucionarios ó los anarquistas).

En general, este golpe de violencia afectó a una sociedad que se mostraba pasiva. Por lo que la hábil conspiración tejida por cínicos fanáticos triunfó en el sentido de una convergencia de: la toma del poder político (mediante la cuidadosa planificación de un partido radical), con una revolución social, poliédrica y autónoma (compuesta por el campesinado; un ejército en descomposición de 10 millones de soldados; las masas obreras y las nacionalidades. Cada uno con sus propios anhelos y dinámicas).

Durante un breve momento, a finales de 1917, la acción bolchevique había llenado un vacío institucional en consonancia con sus aspiraciones. Pero a la larga, acabarían por defraudar a todos y cada uno de los grupos que conformaban la revolución.

Tras este golpe de estado, sin apenas haber sufrido bajas, el partido bolchevique se convirtió en el nuevo líder de Rusia.

El nuevo gobierno: A las pocas horas de asumir el poder (Al tiempo que el propio Lenin – en medio de una ovación popular – proclamó públicamente el nuevo orden socialista), el nuevo régimen emitió varios decretos:

1º) Abolición de la diplomacia secreta y ofrecer a las naciones en liza conversaciones de paz.

2º) Decreto sobre la tierra; por el que quedaban abolidos los latifundios, sin tener que indemnizar a los propietarios. Permitiendo a los soviets campesinos para disponer libremente de los mismos, eligiendo entre socializar ó repartir las tierras. (Este último solo legalizaba un proceso acometido entre el verano de 1917 y la primavera de 1918, pues la mayoría de las grandes fincas habían sido ocupadas por los campesinos aparceros).

3º) El nuevo ejecutivo creado; el SOVNARKOM / Consejo de Comisarios del Pueblo, abolió la pena de muerte; nacionalizó la banca, el 14 de Diciembre de 1917; estableció el control obrero sobre la producción de la industria y fundó la milicia obrera; decreto la plena soberanía de todos los pueblos del ex – Imperio Ruso y la supresión de cualquier tipo de privilegio.

Respecto al nuevo régimen; en un principio, los bolcheviques no tenían previsto crear un régimen de partido único. Su intención era crear un régimen socialista, basado en un sistema político bipartidista. A instaurar como muy tarde hacia el verano de 1918.

Pero en el transcurso del 2º Congreso de los soviets, el partido social – revolucionario condenó el golpe de estado, negándose a colaborar con los

bolcheviques. Así que el nuevo Consejo de Comisarios del Pueblo acabo formado en su totalidad por miembros del partido bolchevique.

El sindicato VIKJEL – mayoritario en el sector de los ferrocarriles – amenazó; en Diciembre de 1917, con bloquear las líneas de ferrocarriles sino se formaba un nuevo ejecutivo bolchevique y eserista de izquierda en paridad. Así que temerosos de perderlo todo antes de empezar a gobernar, entre Enero de 1918 y tras haberse asegurado el control de la futura asamblea constituyente, los partidos bolchevique y eserista de izquierdas procedieron a auto – disolverse. Creando en su lugar un partido que fusionaba a ambos grupos, denominado Partido Comunista (asumiendo el estatuto de partido único a partir de 1920)

Esta medida, permitía a los líderes bolcheviques afianzarse en Petrogrado – ya desde el Otoño de 1917, controlaban la mayoría de los soviets urbanos. (Controlando un total de 69, de las 84 capitales de Rusia). Pero la mayoría de los rurales estaban en manos social revolucionarias –. Pero entre Octubre y Noviembre de 1917, se produjo una lucha feroz por el control de Moscú. A la que seguiría un levantamiento socialista, cuando el ex – terrorista social – revolucionario Boris Savinkov, trató (desde Moscú) organizar un contragolpe de estado.

Pero fue descubierto, aunque logró escapar para fundar la “Unión para la Defensa de la Patria y la Libertad” en Yaroslav, Muron y Rybinsk, antes de ser reprimidas.

Ahí donde los soviets no disponían del control político, la Guardia Roja y la guarnición local (controlada por los bolcheviques) procedían a arrestar a las autoridades y establecer el control militar de la localidad. Lo que llevó, en el verano de 1918, a los partidos menchevique y eserista a considerar imposible negociar con los comunistas cualquier acuerdo político.

Por ley del 21 de Noviembre / 4 de Diciembre de 1917; se recortaron los derechos de los electores, a la hora de elegir a sus representantes. En ocasiones se obligó a repetir la consulta hasta 4 ó 5 veces, hasta salir electo un ejecutivo del agrado de Lenin. De tal forma, que en las elecciones a soviets de Abril y Mayo de 1918; aunque ganaron mencheviques y eseristas en escaños a los bolcheviques, estos (valiéndose de la fuerza de sus armas) forzaron a todos los soviets a elegir a los candidatos bolcheviques como presidentes.

Durante las sesiones de la asamblea constituyente, de Enero de 1918, los comunistas lograron más escaños que los mencheviques y eseristas (quienes solo lograron la mayoría en Georgia y Samara). Lo que a la larga provocará (a partir de Abril de 1918) un enfrentamiento entre comunistas contra socialistas y anarquistas. Cuando los comunistas sigan adelante con la creación de un nuevo modelo estado, frente al “estado corrupto” existente hasta ese momento. Lo que les valdrá un intercambio de acusaciones de “oportunistas” y “traidores a los intereses de las masas”.

Esto último será lo que lleve a Lenin a establecer un órgano de represión interna – la CHETKA – para combatir el “anarco – bandolerismo”. Por lo que para enfrentarse a sus enemigos comunistas, los social revolucionarios establecieron la política del “terror individual”, a manos de la “Organización de combate Social revolucionaria”. Siendo sus objetivos número uno: Trotsky – a la sazón jefe militar de los bolcheviques – y Lenin – responsable político –. Aunque por razones “técnicas” fueron incapaces de abatirlos a ambos.

La respuesta comunista, fue adoptar – a partir de Septiembre de 1918 – la política oficial del “terror rojo”, cuya primera medida fue prohibir todos los partidos de la oposición.

Esto último forzó al Consejo de Comisarios del Pueblo a trasladarse a Moscú, en la Primavera de 1918. Donde los muros del Kremlin esperaban fueran lo suficientemente seguros.

El 30 de Noviembre de 1918; los mencheviques obtuvieron del Consejo de Comisarios del Pueblo, la legalización de su comité ejecutivo central. A cambio debieron movilizarse para, integrados en el Ejército Rojo, combatir a Kolchak.

En Enero de 1919, también fue legalizado su periódico “Siempre adelante”. Aunque no por mucho tiempo, tras haber criticado en sus páginas la política del “Terror rojo”.

Entre Marzo y Mayo de 1919, los líderes mencheviques fueron arrestados en varias ocasiones por miembros del Ejército Rojo. Y hacia el final de la guerra civil, entre 1920 y 1921; en una serie de decisiones del Buró político del comité central del Partido Comunista, propiciaron (hacia la segunda mitad del año 1922) una ola de arrestos. Haciendo desaparecer al partido menchevique.

Una serie de cuadros del extinto partido menchevique, fundaron la “Facción Internacionalista del partido Socialista de los trabajadoras Rusia”. Pero no paso mucho tiempo antes de verse forzados a fusionarse con el Partido Comunista.

A partir de Diciembre de 1919, Lenin estableció una reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo cada 2 meses (salvo emergencias). Y para 1922, este órgano fue fusionado con el presidium del comité central del partido comunista.

Con el poder en sus manos, tanto Lenin como Trotsky eran conscientes que no lograrían mantenerlo sino lograban el apoyo ó al menos la abstención de las potencias europeas.

Respecto a las intenciones de Lenin, debemos tener en cuenta que antes de 1917 y durante su exilio suizo; afirmaba ¿en broma? que: “...el primer menchevique será colgado después de colgar al último socialista...”. Mientras que Stalin, en su artículo publicado en el “Congreso del partido en Londres” dejó escrito: “las estadísticas han demostrado que la mayoría de

miembros de la facción menchevique son judíos – salvo, por supuesto, los miembros de la liga – seguidos por georgianos y rusos. Mientras que la gran mayoría de la facción bolchevique son rusos, seguidos por judíos (tanto polacos como letones) y georgianos.

En cierta ocasión, un bolchevique dijo (medio en broma) que la facción judía del partido menchevique es como la facción rusa del bolchevique. Por lo tanto, pactar con ellos no hará sino llevar al partido al caos”.

Hasta 1922; las facciones eseristas, mencheviques y anarquistas – dentro del partido bolchevique – pudieron mantenerse dentro de la legalidad, pero sin ninguna influencia real (salvo en la ciudad de Omsk, bajo control menchevique). Finalmente, para el verano de 1923, en un simulacro de proceso (sancionado por Lenin y Trotsky) los últimos restos de partidos opositores fueron disueltos ó forzados a integrarse en el partido comunista.

Los inicios del régimen bolchevique:

Al asumir el poder en Petrogrado; Lenin y Trotsky no tenían intención alguna construir el socialismo solo en Rusia, a la que consideraban subdesarrollada y atrasada. Esperando que tras Rusia, otros países le seguirían – en particular Alemania, que era el hogar del movimiento obrero más potente y más antiguo del mundo –. Pues temían que una alianza de países asfixiase la revolución.

En el interior de Rusia, los dirigentes bolcheviques publicaron una serie de normas (redactadas y firmadas por el propio Lenin) – denominadas “las resoluciones / decretos francesas” – que no eran leyes en sí mismos. Sino más bien una forma de propaganda, para ocultar las propias indefiniciones de Lenin a la hora de asumir la tarea de gobierno. Las cuales iban a servir de “modelo para que las generaciones futuras aprendan de la revolución”. Mientras que las nuevas leyes eran tratadas por abogados profesionales del Consejo de Comisarios del Pueblo, entre Febrero y la Primavera de 1918 – con lo que desde el primer momento, el régimen se fue burocratizando –.

La situación económica post – revolucionaria: La Primera Guerra Mundial había sangrado los recursos de Rusia, dejándola sin suministros.

En las zonas rurales era imposible adquirir bienes de consumo (sobre todo grano). Por lo que los campesinos dejaron – desde el inicio de la Revolución de Febrero de 1917 – de suministrar alimentos a las ciudades.

El gobierno de Kerensky ya había instituido las expediciones militares de requisa de grano y otros alimentos, para garantizar el suministro a las ciudades; donde la hambruna ya era una realidad, a finales del año 1917. Tras la llegada de los bolcheviques al poder, el nuevo gobierno de los comisarios del pueblo prometió abandonar esta práctica. Aunque no tardo mucho en empeorar la situación social en las urbes de Rusia, por lo que no le quedó otra que volver a implantar las requisas de grano.

La producción industrial, ya antes de la llegada al poder de los bolcheviques, estaba socavada a consecuencia directa de la guerra y de la acción combinada de huelgas y cierres patronales.

La producción general media anual, había caído un 75% respecto a antes de la guerra (caída causada principalmente por la invasión alemana de Ucrania y por el embargo de las potencias aliadas – Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón – a Rusia de 1918). Acrecentándose con el estallido de la guerra civil.

Además, tanto Lenin como Trotsky eran favorables al “dirigismo económico” (idea desarrollada por el Estado Mayor del reino de Prusia), aplicado como forma de devolver a los obreros revolucionarios a sus puestos de trabajo y como método para prevenir cualquier conato de contrarrevolución. Esto a su vez fue causa de conflicto, pues la mayoría no deseaban renunciar a las recientemente adquiridas conquistas sociales, para retornar a una economía de guerra de tipo autoritaria – el “comunismo de guerra” – lo cual hizo inevitable la necesidad de recurrir a la fuerza (mediante el uso de una coerción visible, a través del Ejército Rojo y mediante una coerción de tipo invisible, recurriendo a la nueva policía secreta ó “CHETKA”).

Por todo ello, la situación económica se deterioró de manera drástica, en el plazo de unos pocos meses, hundiéndose la productividad nacional. (Por ejemplo, en Enero de 1918, la ración mensual media de trigo por persona y mes era de 1’5 Kg.)

Muchas empresas cerraron por falta de suministros y la mayoría de la población obrera no encontraba alimentos en número suficiente para satisfacer las necesidades mínimas. En consecuencia, bandadas de desertores armados vagaban por los campos y los suburbios de las ciudades saqueando las propiedades, robando los alimentos, asesinado a la población ó violando a las mujeres, y enfrentándose a las autoridades ó al ejército.

El “Comunismo de guerra”: La construcción del nuevo régimen y la destrucción del antiguo, fue hecha pública a través de la política oficial “comunismo de guerra”. Iniciada entre Noviembre y Diciembre de 1917, con una ola de nacionalizaciones, que durará hasta el año 1920 y que incluirá la fundación de un nuevo ejército de clase obrera.

Tal como fue concebida la política de nacionalizaciones, iba encaminada hacia la nacionalización universal y esta a su vez a un crecimiento, sin precedentes, de la productividad en el trabajo.

Sin embargo, lo que ocurrió fue el completo colapso de la industria y del ferrocarril, a consecuencia del hambre que padecían las ciudades. Lo que a su vez provocó un éxodo desde la ciudad al campo (Petrogrado perdió 1/3 de su población y Moscú la mitad). Los índices de producción industrial, cayeron un 18% de media oficial y el número de obreros asalariados en la industria, se redujo un 26% (principalmente a causa de la desnutrición).

En el esfuerzo por crear una nueva sociedad, basada en la distribución normalizada de los bienes y servicios, se instituyó el “Supremo Consejo Económico” como parte del Consejo de Comisarios del Pueblo.

Entre los meses de Septiembre y Diciembre de 1918, se fueron implementando leyes en toda Rusia por las cuales quedó decretado la “obligación de trabajar” (Medida nada novedosa, pues ya había sido establecida por los regentes del Gran Ducado de Moscú, entre los siglos XV y XVIII).

La principal consecuencia del programa económico del Comunismo de Guerra fue la hiperinflación (que fue aun mayor que la existente entre la época zarista y la del gobierno provisional). Por lo que, a pesar que en Mayo de 1922 y durante el transcurso del 9º Congreso del Partido Comunista, Lenin había llegado a exclamar que el proletariado ya no existía. El rublo de 1923 era varios cientos de millones de veces menos valioso que el de 1914. (Si bien el ejecutivo comunista intentó enmarcar este hecho, dentro de una política general tendente en abolir el dinero, en un futuro más ó menos cercano).

El primer conflicto interno: bolcheviques contra el campesinado => Uno de los primeros decretos del gobierno bolchevique, fue el de ratificar la abolición efectiva de los latifundios. Dejando en manos de los propios campesinos, la decisión de repartir ó socializar las tierras (lo que chocaba con el plan inicial bolchevique de nacionalizar toda las tierras).

De esta forma, el llamado “Decreto sobre la tierra” del partido bolchevique de Abril de 1917, acabó por provocar – durante el verano de 1917 – unas enormes turbulencias sociales.

Para algunos, este decreto – plagiado del programa del partido social revolucionario – era una maniobra bolchevique, para ocultar el propósito de colectivización forzosa. Que chocaba con la aspiración mayoritaria de proceder a lotear los latifundios. (Aquí debemos de tener en cuenta la personalidad y sobre todo, la concepción ideológica del propio Lenin. Quien consideraba al partido bolchevique una propiedad suya ó una extensión de su personalidad.

Por lo que, según su criterio, la ideología de su partido era colectivista – obrera – urbana).

Así que, si al principio el nuevo poder bolchevique tragaba con la parcelación de las tierras, era simplemente porque carecía de fuerza suficiente para imponer sus tesis agrarias.

Aunque la reforma agraria como tal, ya formaba parte del programa político del partido bolchevique (en paralelo a la construcción de una

sociedad socialista), conscientes los bolcheviques que no iban a poder gobernar sin el apoyo de una mayoría social rural.

Por ello, entre el 10 y el 16 de Noviembre de 1917, el partido bolchevique convocó un congreso campesino – dominado por los social revolucionarios – que ratificó el decreto sobre la tierra, a cambio de dar su apoyo al nuevo gobierno de los comisarios del pueblo.

En los meses posteriores a la firma del Tratado de Brest – Litovsk, el gobierno bolchevique, tras haber desactivado el peligro de guerra contra el campesinado, tenía las manos libres para combatir al movimiento blanco.

Mientras que; con el inicio de la Primavera de 1918, la mayoría de la población rural rusa se dedicaba a lo que los historiadores han llamado “el reparto negro”. Cuando las familias de agricultores minifundistas ó aparceros, procedieron a incautar las fincas de los terratenientes, comerciantes, el clero, la familia imperial rusa, los campesinos – propietarios, los colonos, etc.

Este proceso, además provocó una deserción en masa de los soldados y marineros rusos, para unirse al reparto de tierras. Lo que provocó el colapso final del Ejército Ruso.

En 1920, se estimaba que un total de 23’27 millones de hectáreas habían sido ocupadas por (aproximadamente) el 23’7% de la población rusa. (Generalmente, fueron troceadas en lotes de 0’4 hectáreas). Lo que suponía que los campesinos rusos habían dejado de abonar unos 700 millones de rublos anuales en concepto de arriendos.

El decreto sobre la tierra, también preveía que las deudas con el Banco de tierras del Estado quedaban canceladas. Lo que suponía una pérdida en los ingresos del gobierno de 1.400 millones de rublos. (Lo que no sirvió para compensar a la población agraria que; a consecuencia de la hiperinflación, había perdido 5.000 millones de rublos de sus ahorros, desde mediados de 1918).

A pesar de tan populares medidas, la totalidad de la población y de los soviets rurales desconocían que el partido bolchevique había decidido no respaldar a la población agraria de Rusia (aproximadamente el 80% del censo del país), sino que iban a centrarse en la población obrera y urbana de la nación (que representaba menos del 10% de la población) adepta a su causa. Y a la que consideraban más apta y disciplinada que “los pequeño burgueses” a la hora de establecer la “dictadura del proletariado”.

Durante los primeros intentos (fallidos) de reemplazar la economía de mercado – considerada como extranjera por los políticos nacionalistas más recalcitrantes – por un nuevo sistema de naturaleza rusa, databan de la época del zar Nicolás II. En un intento de regular los excesos de demanda en las ciudades, a partir de Diciembre de 1916.

En 1917, el gobierno provisional también volvió a intentar instaurar mecanismos de regulación del mercado. (En paralelo a otras naciones en

liza, como el Imperio Alemán. Que creó el Monopolio estatal del pan, en 1914, y de la patata, en 1915). Pero debido a la resistencia del pueblo ruso a ceder sus excedentes agrarios, a cambio de pagos a crédito, hizo que fallase todo el sistema por completo.

Así que, cuando los bolcheviques se hicieron con el poder. A la hora de tratar el problema del suministro de alimentos, durante la Primavera de 1918, volvió a reproducirse el problema del desabastecimiento urbano.

Lo que acabó degenerando en un nuevo conflicto contra el campesinado cuando el poder soviético – comunista, en Mayo de 1918, estableció la política oficial de la “dictadura de los alimentos”. Por el que creaba el llamado “Ejército de los alimentos”, que no era otra cosa que destacamentos de obreros armados, enviados a realizar requisas en el campo. Autorizados a recurrir a métodos violentos a la hora de aplastar la resistencia campesina.

Esto último, a medio plazo, provocó un descenso de la producción agraria (y miles de víctimas). Especialmente cuando el movimiento blanco también recurrió a las requisas de grano para abastecerse.

Boicot de los funcionarios públicos (1917 a 1918): Tras la llegada al poder del partido bolchevique, sus líderes debieron de hacer frente a un boicot público (el llamado “sabotaje contra – revolucionario”) de los funcionarios del estado.

Previamente Lenin en su obra; el Estado y la Revolución, defendía la medida de romper con la maquinaria del estado. Medida que pondría en práctica en Noviembre de 1917.

Durante meses, los ministerios fueron inutilizados por las huelgas (que se extendieron a los correos y telégrafos, imprentas, suministros de alimentos...). Mientras que el Banco del Estado y el Tesoro Público se niegan a avalar nuevos créditos.

Entre Noviembre y Diciembre de 1917; los bolcheviques deben conquistar gradualmente a las antiguas autoridades para forzar al funcionariado a retornar a sus puestos. Al tiempo que se reclutan, de forma masiva, obreros de Petrogrado y marineros del Báltico, para reemplazar a los huelguistas contumaces.

Durante ese periodo de tiempo, el Comité Militar Revolucionario se encargó de dirigir Petrogrado, creando las primeras estructuras de poder alternativas al gobierno regular (haciendo efectivas tareas de primera necesidad, como la distribución de alimentos).

De esta forma empezó el proceso de “reemplazo de la maquinaria del estado por la dictadura del proletariado”. Partiendo de los estudios de Marx y Engels (del siglo XIX) Lenin había elaborado la doctrina de la “dictadura del proletariado”; según la experiencia histórica de la Comuna de París de 1871.

Durante el 2º Congreso de los soviets, se presentó una nueva forma de poder ejecutivo – el Consejo de Comisarios del Pueblo – y una nueva forma de poder legislativo – el Comité ejecutivo Central –. Al tiempo que se dan por disueltos los antiguos ministerios del ex – gobierno provisional.

Respecto a la justicia, esta era ejercida ahora por los nuevos “tribunales populares” y “tribunales revolucionarios”.

El 7 de Diciembre de 1917; se fundó la CHETKA y el 19 de Enero de 1918 en virtud del “Decreto para la creación del Ejército Rojo de los trabajadores y campesinos” se da por constituido el Ejército Rojo.

También se disolvieron las “Milicias populares” del gobierno provisional, siendo reemplazadas por las “Milicias obreras”. Que a partir del 28 de Octubre / 10 de Noviembre de 1917, forman parte de la nueva NKVD.

El 2 de Diciembre de 1917, se disolvieron los últimos organismos de la policía. (Originalmente, la policía bolchevique fue concebida como un cuerpo de aficionados voluntarios y descentralizado, subordinado a las policías locales de los soviets urbanos. En paralelo, actuaría la Guardia ó Ejército Rojo.

Pero a partir de Octubre de 1918, se centralizó la estructura policial, ahora formada con oficiales profesionales. Similar a la existente en tiempos del zar).

La creación de esta nueva máquina se realizó en medio del boicot / sabotaje; debiendo los nuevos funcionarios públicos (reclutados por los comisarios entre trabajadores, soldados y marineros revolucionarios) sustituir a los antiguos en un ambiente de hostilidad.

Desde Julio de 1918, se producen importantes movilizaciones de masas, a cargo del partido comunista, para realizar una serie de importantes actividades militares, administrativas y económicas. (Siendo la más importante la de Marzo de 1920, que permitió reparar gran parte de las infraestructuras de transporte, que prácticamente había quedado arrasadas por la guerra civil).

En general, el proceso de suplantación de la antigua administración, concluyó en el verano de 1918 con la aprobación de la “Constitución de la Federación Rusa” de 1918, que unificaba el sistema soviético y se consagraba los papeles de la Milicia Obrera y de la Guardia Roja. Y el de los tribunales populares, proletarios, conciencia política, etc.

Aun así, no todos los soviets se sometieron con facilidad: Algunos se negaron a reconocer las cláusulas del tratado de Brest – Litovsk; mientras que en el campo, los soviets rurales exigían mayor peso político.

Y eso sin contar aquellos soviets nacionales, que aspiraban a la independencia efectiva de sus demarcaciones.

El control obrero de la producción: El lema populista “La fábrica, para el que la trabaja” contenía en su interior el programa político para establecer el control obrero sobre las industrias del país, que a su vez iba a convertirse

en uno de los principales estandartes del partido bolchevique, y su principal bandera de enganche de reclutas para su causa. (Junto con el de “Paz sin indemnizaciones, ni anexiones”).

En Febrero de 1914, el ministro de asuntos internos de Rusia; señor Durnovos, había publicado la bautizada como “Nota Durnovos”, que rezaba que: ...el plebeyo ruso; obrero ó campesino, no busca los mismos derechos. Mientras que el campesino sueña con cesiones gratuitas de tierras de los otros propietarios; el obrero aspira a hacerse con la totalidad del capital y de los beneficios del empresario juntos, para dejar de tener que acudir a trabajar...

A comienzos del mes de Febrero de 1917; comenzaron a aparecer, de manera “espontanea”, comités / soviets de fábrica y destacamentos de obreros armados (germen de la futura “Guardia Roja”). Para hacer cumplir muchas de las reclamaciones laborales rusas, como la jornada de 8 horas, sin necesidad de acuerdo previo.

Para Junio de 1917; los bolcheviques se habían hecho con el control de la mayoría de los sindicatos y soviets obreros. Lo que supuso que, para Noviembre de 1917, en una serie de fábricas se aprobasen los nuevos reglamentos para hacer efectiva la política del “control obrero sobre la producción”. En forma de la intervención directa sobre las decisiones de fabricación, compra y venta, finanzas, contratación y despido... de la empresa.

Estos reglamentos más ó menos espontáneos; fueron oficialmente legalizados el 14 de Noviembre / 27 de Noviembre de 1917, concediendo el control de las fábricas y empresas a sus comités obreros. Con lo que parara Marzo de 1918, se había centralizado todo el poder empresarial, en manos de los sindicatos (estos a su vez bajo control oficial del Consejo Económico Supremo).

Pero, a partir del mes de Abril de 1918, las autoridades bolcheviques se vieron forzadas a devolver algunas de las fábricas “sovietizadas” al control técnico de sus ingenieros e incluso de sus antiguos gerentes (los “especialistas burgueses”) más impopulares, que habían sido expulsados anteriormente de sus puestos. Y más adelante hubieron de negociar con algunos de sus antiguos propietarios fórmulas para lograr la vuelta a la producción. Por lo que en los meses siguientes; se nacionalizaron varias empresas, para evitar precisamente, el control obrero de las mismas. Y para mediados de 1918, el control obrero había sido abolido – de facto – por los bolcheviques.

En represalia por no poder asumir sus propios procesos de fabricación y suministro; la disciplina laboral se hundió en numerosas fábricas, acompañada de desorganización de la producción. Que se tradujeron en una acusada caída de la productividad. (Los obreros empezaron a mostrar cada vez mayores tasas de incompetencia técnica y de gestión).

La vuelta de la censura a Rusia: El 27 de Octubre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo emitió un decreto que regularía la actividad de las imprentas y de las editoriales dentro de Rusia. La principal cláusula era la prohibición de los llamados “periódicos contra - revolucionarios”.

En virtud de dicho decreto los diarios conservadores “Nueva era” y “La bolsa de las noticias”, junto con los mencheviques “La voz” y “El Día” fueron clausurados y sus imprentas confiscadas. (Haciendo que el “Pravda” se convirtiese en el de mayor tirada dentro del país).

Mientras que los diarios “La voz del soldado”, “La Chispa” y “Paz, Pan y Libertad”, de línea editorial más izquierdista debieron cambiar de nombre y de contenido.

El 8 de Noviembre de 1917, los bolcheviques establecieron el monopolio estatal de artículos de prensa, que se tradujo en que los diferentes medios escritos solo podían publicar los artículos e informaciones suministrados por dicho ente público.

Para el 26 de Noviembre de 1917, el Comité Militar Revolucionario ordenó la disolución – por delitos contra la revolución y el estado – de la “Unión de Escritores de Moscú”. La cual, desde el 21 de Octubre de 1917, había editado el suplemento “Periódico de la protesta”, donde se criticaban las medidas más polémicas del nuevo régimen.

Por su parte, los diputados social revolucionarios de izquierda, trataron de impedir, ó al menos suavizar, la censura que se estaba implantando en toda Rusia. Pero pronto debieron de resignarse, ante el poder omnívoro del ejecutivo bolchevique.

En total, entre 1917 y 1918, 337 publicaciones periódicas de Rusia fueron forzadas al cierre ó incautadas. Y, para Enero de 1918, las actividades de la censura eran llevadas ante los “tribunales revolucionarios”, para fallar siempre en contra del escritor y del editor.

Entre los principales censores de Rusia, destacó V. Volodarskij, quien logró que más de 250 periódicos – que sumaban una tirada aproximada de 2 millones de ejemplares – fuesen cerrados por motivos que variaban entre la difusión de “falsedades, rumores y provocaciones” y la aparición de “errores tipográficos”.

El fin de la participación rusa en la Primera Guerra Mundial: El 22 de Noviembre de 1917, Lenin pronunció el “Comunicado a todas las tropas de Rusia” por el que ofrecía una negociación de tregua a las potencias centrales.

Tras hacerse también con control del “2º Congreso de los Soviets de delegados de obreros y soldados”, inmediatamente Lenin anunció que el nuevo régimen pondría fin a la guerra (mediante el “Decreto sobre la paz”, donde se consumaba formalmente la retirada de la nueva Rusia Soviética de la contienda mundial), aboliría la propiedad privada sobre la tierra y crearía un sistema para el control obrero de las fábricas.

Respecto a lo primero, el nuevo ejecutivo soviético, hizo un llamamiento a todas las potencias en liza, para concluir la guerra con una paz democrática y sin anexiones ni indemnizaciones.

Como primera medida efectiva, el gobierno bolchevique ordenó al comandante del STAVKA – general Dujonin –, cesar las hostilidades en todo el frente oriental, de manera unilateral y presentar los términos, de cara a un armisticio con las potencias centrales. Sin embargo; Dujonin se negó (alegando que no le correspondía a los militares entablar negociaciones), lo que motivó su fulminante relevo. Nombrando para ocupar su cargo a Ensign Krilenko (nuevo Comisario para asuntos militares). Quien nada más llegar a Mogilev – sede del STAVKA –, puso a Dujonin bajo arresto y ordenó su traslado inmediato a Petrogrado. (Durante el traslado se produjo un tumulto y fue asesinado por miembros de la escolta de Krilenko).

Ese mismo mes de Noviembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo usurpó los poderes del legislativo de Rusia, cuando comenzó a negociar la paz con las potencias centrales. Sin que nadie se atreviese a protestar en público.

El 15 de Diciembre de 1917, en Brest – Litovsk, las delegaciones de Alemania y de la República Soviética firmaron un armisticio (para un acuerdo de paz por separado), para dar comienzo – el 22 de Diciembre de 1917 – a unas conversaciones relativas a un acuerdo definitivo de paz.

A raíz de la toma del poder del partido bolchevique; estallaría, en toda Rusia, un conflicto civil, en la que las tropas aliadas intervendrán en apoyo del movimiento blanco, para combatir a los comunistas.

Las fuerzas liberales y monárquicas trataron de crear un Ejército Blanco para enfrentarse al Ejército Rojo del partido Bolchevique, en una serie de enfrentamientos que se denominaran “la guerra civil rusa”. Esta no fue otra cosa que una lucha entre “Rojos” (simpatizantes del régimen bolchevique) y “Blancos” (facciones anti – bolchevique), que duró varios años. Y, tras la cual, los bolcheviques lograron salir victoriosos, lo que les permitirá fundar la URSS en 1922.

En el otoño de 1917 => Los primeros combates de la guerra civil rusa:

Todavía, se discute en los foros académicos de historia, cuando empieza y cuando acaba la guerra. Lo que si se sabe con precisión, es que la principal causa de la guerra, no fueron las “fuerzas contra – revolucionarias” y sus maquinaciones para sabotear los logros de la revolución. Que rezaba la histografía soviética.

En su lugar, debemos entender que – originalmente – los miembros y cuadros de cada soviet, eran elegidos libremente, entre los afiliados a los partidos social revolucionario, anarquista, bolchevique y de otras fuerzas de la izquierda. Pero tras la revolución de Octubre de 1917, era más que evidente que los bolcheviques no contarían con ningún otro partido político

para ocupar los escaños de los soviets (a pesar que el partido de Lenin y Trotsky no contaba con apoyos sociales significativos fuera de las áreas industriales de Petrogrado y Moscú).

Estas tensiones se hicieron evidentes, a la hora de discutir las nuevas reformas políticas, por lo que no pocos opositores abandonaron los soviets, clamando a favor de una 3ª Revolución Rusa.

Los primeros combates entre facciones, comenzaron en Moscú, en Octubre de 1917, cuando la prensa bolchevique acuña por primera vez el término la “Guardia Blanca” para agrupar a todos sus oponentes.

La primera tentativa de apoderarse de Moscú; entre el 29 de Octubre y el 2 de Septiembre de 1917, se encontró con una fuerte resistencia. Aunque los bolcheviques habían logrado apoderarse del Kremlin, debieron firmar una tregua con las autoridades locales – social revolucionarias – antes de evacuar todas sus posiciones, incluido el castillo del Kremlin. (Durante la evacuación, las tropas socialistas ametrallaron a más de 300 miembros de la Guardia Roja).

Durante los meses siguientes; se produjeron nuevos brotes de violencia anticomunista en las comunidades que formaban los Cosacos del Don y en las ciudades de Murmansk y Arcángel.

Mientras estos hechos se producían. El 31 de Octubre de 1917, el STAVKA anunció su propósito de marchar contra Petrogrado para restablecer el orden y al gobierno provisional. Pero antes de empezar a reunir a sus fuerzas, el número de soldados que abandonaron sus puestos fue tal, que para el 18 de Noviembre de 1917, el propio STAVKA debió huir de su acuartelamiento.

Una semana más tarde, un ejército rojo mandado por Nikolay Bujarin logró la conquista de Moscú (incluido del Kremlin).

El 12 de Noviembre de 1917, se produjo una nueva tentativa para reconquistar Petrogrado, cuando los cosacos del general Krasnov y mandados por Kerensky intentaron la operación. Fracasando en el intento.

En las siguientes semanas, miles de cadetes y de oficiales del antiguo Ejército Ruso – incluido el general Kornilov – acudieron a la República del Don, para formar parte del nuevo “Ejército de Voluntarios” del Mariscal Alekxeyev. Cuya primeras “operaciones” fueron reprimir a sangre y fuego los levantamientos obreros en Rostov del Don, del 26 de Noviembre de 1917. Y de Taganrog, del 2 de Enero de 1918.

En el Frente ruso de Rumania, el ejército se dividió en pequeños destacamentos, para unirse unos a los blancos de Denikin ó a los regimientos del Ejército Rojo.

Aunque desde el 1 de Abril de 1918, Lenin había proclamó el fin de la guerra civil, En Kuban y Krasnodar, los cosacos de los Urales proseguían la lucha.

Mientras tanto, los bolcheviques; tras haberse asegurado el control de Petrogrado, debían expandirse por el interior de Rusia. Hasta alcanzar Vladivostok – en la costa de Siberia oriental – 4 años más tarde.

Finalizando la campaña, cuando la última región en manos blancas, el distrito de Ayano – Maysky (al norte de Vladivostok) fue abandonado por el general Pepelyayev en 1923.

Junto a las operaciones principales, se produjeron varios levantamientos contra – bolchevique:

* En Tambov (1919 – 1921), siendo aplastado el motín.

* La revuelta de Marzo de 1921, a cargo soviet de marineros del Báltico, junto con soldados del Ejército Rojo y la población civil de Kronstadt. En protesta por la política económica bolchevique y las incautaciones en los campos, los delegados de esta base presentaron 15 demandas exigiendo garantías para sus libertades.

Pero el ejecutivo bolchevique, los denunció como “social revolucionarias” y ordenó la represión armada (más de 10.000 bajas) y obligando a exiliarse a los amotinados supervivientes.

* El movimiento ucraniano “Ejército Negro” del líder anarquista Nestor Majno, ex – aliado de los bolcheviques. Aplastado al negarse a integrarse dentro del Ejército Rojo.

* El movimiento de auto – defensa campesina ucraniano “Ejército Verde”.

Desde el comienzo del conflicto civil, los social – revolucionarios tomaron parte activa en actividades antigubernamentales y contra bolcheviques (en especial en Komuch).

Durante el verano de 1918, se produjo toda una serie de pequeñas colisiones armadas entre tropas del Ejército Rojo y diversas facciones armadas – escindidas del antiguo Ejército Imperial Ruso – que no tardaron mucho en ser sofocadas, dada la suerioridad numérica y militar de los bolcheviques.

En Omsk, el líder eserista – Gotz – firmó una alianza con Kolchak, para fundar el “Comité para la salvación de la Patria y la Revolución” en el Otoño de 1918. Con la idea de declarar la guerra en dos frentes simultáneos, aliados con el movimiento blanco en contra del Ejército Rojo.

Al mismo tiempo, los social – revolucionarios se implicaron en levantamientos campesinos contra los bolcheviques. Y contra Kolchak en Siberia. (Esto último provocará que, entre Diciembre de 1918 y 1922, el partido acabó por extinguirse. Acosado en ambos bandos).

La guerra civil rusa, generalizada a partir del año 1918, trajo muerte y sufrimiento a millones de personas (independientemente de su orientación política). La guerra fue, principalmente, un choque entre el “Ejército Rojo” articulado en torno al partido bolchevique (apodando a sus miembros con el mote de “los rojos”) contra el “Movimiento Blanco”, que era una

amalgama de oficiales de antiguo Ejército Imperial Ruso, cosacos, representantes de la burguesía y de diversas organizaciones políticas (desde la extrema derecha y los monárquicos, hasta partidos de la izquierda opuestos al bolcheviquismo, como el social revolucionario), recibiendo sus partidarios el apodo de “los blancos” y sus milicias armadas el título de “Ejército Blanco”.

Las sucesivas derrotas del Movimiento Blanco forzaron el apoyo y la intervención directa de tropas extranjeras:

* Por un lado, los ejércitos de los imperios alemán y austro – húngaro aprovecharon la confusión, para apoderarse de las antiguas provincias occidentales del Imperio Ruso.

* Por el otro, contingentes de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Japón (En total lucharían: 2.500 soldados Británicos y de su imperio; 1.500 franceses, que acabarían amotinándose en Odessa; 1.500 italianos; 70.000 japoneses y 8.000 norteamericanos – estos dos últimos contingentes rivalizarían en extremo oriente –).

Por su parte, el Ejército Rojo solo recabó apoyos internos. Por lo que, Arcángel y Murmansk fueron ocupadas por tropas de Estados Unidas y Gran Bretaña; mientras que Vladivostok lo fue por un contingente formado con soldados norteamericanos y japoneses.

A la vez que esto ocurría, se produjo una sublevación nacionalista en las provincias del Báltico, encabezada por Letonia y la Legión Checa, se amotinase contra los bolcheviques.

Al acabar el verano de 1918, la supervivencia física del régimen comunista era una quimera, en caso de una alianza tácita entre los aliados y el Imperio Alemán. Por lo que durante el otoño de 1918 comenzó el proceso de transformación de las milicias del partido bolchevique, en un ejército regular; restaurando el principio de unidad de mando, la movilización de las masas y la disciplina de combate en los principales frentes de esta nueva contienda.

Por su parte, la falta de cohesión interna de los blancos fue la principal causa de su derrota, junto a los ataques frontales del Ejército Rojo y de la guerrilla comunista en su retaguardia.

Los bolcheviques asesinaron al ex – zar y a su familia el 16 de Julio de 1918 (fecha tradicionalmente establecida como el fin de la revolución rusa).

El asesinato de la familia imperial rusa: A principios de Marzo de 1917, el gobierno provisional puso a Nicolás II y al resto de su familia bajo arresto domiciliario en el palacio Alexander de Tsarskoe Selo (24 Km. al sur de Petrogrado).

En Agosto de 1917, el ejecutivo encabezado por Kerensky decidió evacuar a los Romanov a Tobolsk (en la región de los Urales) para protegerlos de la ola de violencia revolucionaria – que más tarde sería denominada como “el terror rojo”.

Tras la toma del poder del partido Bolchevique, en Octubre de 1917, las condiciones de arresto de los Romanov y su reducido séquito, se volvieron más estrictas. Mientras que en el comité central del partido Bolchevique, se discutía la posibilidad de llevar a ex – emperador ante un tribunal, para un juicio público.

A medida que el movimiento blanco cobraba fuerza, se intensificaba la guerra civil, durante el Verano de 1918. Por lo que entre Abril y Mayo de 1918, los Romanov fueron evacuados hasta Ekaterimburgo – conocido bastión bolchevique –.

Finalmente, en la madrugada del 16 de Julio de 1917; Nicolás II, su esposa Alexandra, sus hijos, su médico y varios de sus sirvientes fueron llamados al sótano, donde fueron disparados hasta la muerte por agentes bolcheviques.

Por testimonios de Eduard Radzinsky y de Dimitry Volkogonov, la orden llegó del propio Lenin (en Petrogrado) y de Sverlov (en Moscú). En teoría esta medida estaba justificada por el anuncio de la llegada de tropas blancas a Ekaterimburgo. Siendo el guardaespaldas personal de Lenin el que entregó el telegrama ordenando el asesinato y, verbalmente, el que dio la orden de destruir las pruebas.

El papel del Imperio Alemán en la Revolución Rusa:

Existe la tentación de equiparar la actividad de los servicios secretos del Imperio Alemán en 1917, con los del Japón y Gran Bretaña en 1905. Sin embargo, fueron dos procesos diferentes.

En este caso, el estallido de la revolución de Febrero de 1917, sorprendió tanto a las potencias centrales, como a los aliados. Así que simplemente, cada bando en liza buscó a aquel movimiento que mejor se adaptase a sus intereses y necesidades (igual que durante la guerra civil, cada potencia aliada respaldó a cada cabecilla del Movimiento Blanco).

En el caso alemán, el Estado Mayor central del Imperio Alemán sus necesidades estratégicas pasaban por sacar a Rusia de la guerra y centrarse en el frente occidental, antes que Estados Unidos hiciese acto de presencia.

Puesto que el único caudillo ruso que se adaptada a este propósito era el comunista Lenin, simplemente se limitaron a pactar con él un acuerdo de apoyo a cambio de ventajas estratégicas.

Por su parte Lenin no tenía ninguna filiación particular por Alemania, pero su movimiento estaba falto de recursos materiales, que podía obtener pactando con el Imperio Alemán – cosa que los sucesivos gobiernos de la URSS mantuvieron muy en secreto hasta 1991 –.

Así que, no fue Alemania quien provocó la revolución y mucho menos la que creó el partido bolchevique. Pero su dinero, las armas rusas que había capturado a lo largo de los años de la contienda y el liberar a los prisioneros

de guerra rusos, en manos bolcheviques; lo que determino la facción política que iba a hacerse con el poder, al finalizar la revolución y la guerra civil.

La propagación de la Revolución Rusa por el mundo:

Tras la toma del poder por parte del partido bolchevique, una serie de radicales tratarán de imitarlos en sus propios países. Mientras que una serie de repúblicas soviéticas de duración efímera se van a proclamar en diversas partes del mundo.

Entre los años 1917 a 1923 Trotsky fue el principal defensor dentro de Rusia que: el objetivo de implantar el socialismo en el país ruso, no se lograría sin provocar una revolución a escala mundial. Llegando a proponer el 5 de Agosto de 1919, forzar una revolución armada en la colonia de la India Británica.

Como consecuencia de esto, se produjo una ola revolucionaria que duró hasta el año 1923. Pero, a pesar de las esperanzas iniciales:

+ Conatos de revolución en Alemania entre 1918 y 1923 (que fue aplastada por el Freikorps y los socialdemócratas).

+ Proclamación de repúblicas soviéticas en Alsacia y Babiera.

+ En 1920, Lenin propuso “bolcheviquizar” Italia.

+ La efímera República Soviética de Hungría (aplastada por una invasión).

+ Un intento de formar un estado socialista en Persia.

+ Huelga general revolucionaria en España.

+ Huelgas generales en Italia, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.

+ ...

Ningún movimiento marxista logró alcanzar ó retener el poder en sus manos. Por lo que pronto, las nuevas autoridades surgidas tras la revolución comprenderán que tales esperanzas estaban fuera de la realidad presente.

Consecuencia de este fracaso, el régimen acabó aislado desde el exterior y cuestionado en el interior.

En su lugar, en 1919, se fundó la “Internacional Comunista”; que iba a constituir una entidad supranacional, cuyo objetivo sería el establecimiento del comunismo en todo el mundo. Como paso intermedio, en 1924, se fundó formalmente la Unión Soviética – ente formado por aglutinar, en un solo país, todas la repúblicas soviéticas nacionales, disgregadas del antiguo Imperio Ruso –.

Sin embargo, tras la guerra civil, poco a poco fue desapareciendo el concepto “revolución mundial”, que fue sustituido por el término KOMINTERN, como brazo supranacional del estado socialista soviético.

Más tarde, el concepto de “revolución mundial” fue criticado y sustituido por el lema stalinista de “el socialismo es posible en un solo país”. Lo cual estaba basada en la apropiación, tras la muerte de Lenin en 1924, del argumento que “...el éxito del socialismo requiere de los obreros de otros

países para triunfar...”. Lo cual permitió a Stalin acusar a sus competidores de traicionar la memoria de Lenin.

El aislamiento diplomático del gobierno soviético: Mientras que el gobierno provisional fue reconocido por las principales potencias, casi de inmediato (empezando por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia). El ejecutivo surgido tras el golpe de estado bolchevique, fue tratado con hostilidad extrema por los aliados.

El Reino Unido (más sus colonias y dominios) se negó a reconocer al gobierno del Consejo de Comisarios del Pueblo. Mientras que la embajada de los Estados Unidos se traslado desde Petrogrado (territorio comunista) hasta Vologda (en manos Blancas), en Febrero de 1918. Luego a Arcángel, en Julio de 1918. Antes que, en Diciembre de 1918, todo el cuerpo diplomático abandonó Petrogrado.

La única potencia que reconoció al ejecutivo bolchevique fue Alemania (si bien durante la época de la represión de la revolución de Noviembre de 1918, las relaciones diplomáticas permanecieron cortadas).

El colapso de Rusia entre 1915 y 1922: A partir del año 1915, con el inicio de la ocupación alemana de los territorios polacos del Imperio Ruso y tras la revolución de Febrero de 1917, comenzaron los primeros brotes independentistas que afectaron la periferia de Rusia al finalizar la conflagración mundial.

En Ucrania, la “Rada Central” proclamó la independencia de forma unilateral. En Finlandia; donde el Zar de Rusia era el titular del Gran Ducado. Tras la abdicación de Nicolás II, sus autoridades se declararon independientes.

Por todo ello, el nuevo ejecutivo bolchevique (para evitar combatir en varios frentes políticos) se limitó a reconocer el derecho de autodeterminación de todos los pueblos de Rusia. En Diciembre de 1917, comenzó el proceso de parcelación del antiguo Imperio Ruso. Aunque la política oficial de los bolcheviques era la de crear repúblicas soviéticas en Ucrania, el Báltico y Finlandia. (Que en líneas generales fue un fracaso, tras la ofensiva alemana de la primavera de 1918).

Desde el verano de 1918, los ejecutivos que no están bajo control bolchevique van a ir desapareciendo (Samara, Omsk – sede del almirante Kolchak –, Región del Norte, República Cosaca del Don...) Por lo que hacia 1921, los bolcheviques retienen bajo su control la mayor parte del antiguo Imperio Ruso. Con lo que al año siguiente el nuevo estado U.R.S.S. ocupó el espacio que Rusia había abandonado en la geopolítica mundial.

LOS RESULTADOS DE LA CAMPAÑA DE 1917:

Al acabar el año 1917, Rusia había sufrido dos revoluciones que cambiaron la historia del país. El Zar Nicolás II había abdicado y el régimen autocrático se había hundido con él.

Tras el inicio de la democratización del ejército y de la armada, a principios de 1917, comenzó la decadencia del viejo ejército ruso. Hasta su desaparición.

A pesar de ser capaz de combatir en operaciones a gran escala; al acabar el año 1917, el ejército simplemente había dejado de existir. Acompañando al colapso del ejército, se produjo el colapso del estado y del propio Imperio Ruso.

Los bolcheviques, tras haber triunfado con la Revolución de Octubre, publicaron el “Decreto de la paz” y comenzaron unas negociaciones para una paz por separado con las potencias centrales. Lo que se tradujo en la salida unilateral, de Rusia de la guerra.

Para el Imperio Alemán; cuya situación era crítica al acabar el año 1916, La revolución rusa, los fracasos militares del gobierno provisional y la tregua con los bolcheviques. Contribuyeron a evitar el colapso ese año. Pero su estado mayor y su ejecutivo no fue capaz de comprender que el nuevo plazo para buscar una salida, no era una oportunidad para ganar la guerra, lo que finalmente llevará al colapso del Imperio Alemán en 1918.

9.2.11. – El Frente del Cáucaso, sus campañas y batallas:

LA CAMPAÑA de 1917:

Las circunstancias del resto de frentes; obligaron a los mandos rusos a paralizar las operaciones en el Cáucaso, durante todo el año 1917, para centrarse en el frente oriental. Por su parte, el Imperio Otomano se centró en la defensa de Mesopotamia, frente al avance hacia el norte de las tropas del Imperio Británico y de sus aliados tribales árabes, que marchaban desde Kuwait y Palestina.

En cualquier caso, los rusos tenían planes para lanzar nuevas ofensivas contra las posiciones otomanas en la región. En algún momento de este año 1917. Pero tras el caos de la revolución rusa, se impuso la necesidad, obligando a detener las operaciones militares.

A comienzos del año 1917; se produjo la consabida tregua (de facto) entre rusos y otomanos. Porque el duro clima invernal no permitía proseguir las operaciones; salvo escaramuzas aisladas, a lo largo de toda la línea de frente (desde el lago Van hasta las playas del Mar Negro). Y, es precisamente durante esta época, cuando el aprovisionamiento de suministros y forrajes se hacía particularmente difícil.

Por lo qué, a pesar que el estado mayor del Frente del Cáucaso Ruso deseaba proseguir las operaciones militares contra los otomanos. (Incluso el general Yudenich, en Enero de 1917, planificaba una ofensiva en dirección hacia Mesopotamia. Para forzar a los otomanos a retirar tropas

del Cáucaso y para debilitar las defensas en torno a Bagdad – que acabaría conquistada por los británicos –).

Por su parte, el Ejército Otomano ve empeorar su posición estratégica por momentos. Especialmente el 2º Ejército Otomano (que ha sido trasladado desde Diyarbir hasta Edirne, debiendo enfrentarse no solo a los rusos, sino también al clima); el cual, en el momento de desplegarse se encontraba sin suministros, con una epidemia de tifus entre sus filas, sin alimentos para todo el personal y sin personal ó equipamiento médico (desde que expulsó de sus filas al personal de etnia armenia). Por lo que a lo largo de todo el año 1917, morirán más soldados en su retaguardia, que en combate.

El 23 de Febrero de 1917 se materializó la Revolución rusa de Febrero, el general Yudenich fue promocionado, al unificar el mando del Frente del Cáucaso Ruso con el del Ejército Ruso del Cáucaso y se le ordenó proseguir las hostilidades contra el Imperio Otomano. Si bien en su cuartel general son conscientes que va a ser imposible poner en práctica cualquier plan de ataque.

A pesar de este cambio – más cosmético, que real –, las tropas rusas seguían faltas de suministros y municiones (y para colmo, tras la revolución llegó la agitación revolucionaria y la indisciplina a las filas de su ejército. Unido al estallido de un brote de tifus). Lo que obligaba a seguir parando las operaciones militares; archivando los planes de marchar hacia Mesopotamia, y obligando a los soldados rusos a atrincherarse en las montañas, por lo que en Petrogrado consideraban que Yudenich estaba desobedeciendo una orden directa.

Tras completarse el proceso revolucionario, el Imperio Ruso se da por finalizado y una a una sus instituciones y símbolos de gobierno y poder son consideradas nulas de derecho.

La situación militar cambio muy poco durante la Primavera de 1917; por lo que los planes rusos, de nuevas ofensivas, fueron definitivamente cancelados. En su lugar, Rusia se sumió en la agitación social y política; lo cual no tardó demasiado en alcanzar a las filas de las fuerzas armadas, por lo que el caos obligó a los comandantes de los diferentes frentes rusos a cancelar la mayoría de las operaciones militares.

Al finalizar el periodo primaveral; la situación estratégica es completamente desfavorable para los rusos en este frente (a parte que en la retaguardia se produjo una epidemia de tifus, unido a otra de escorbuto. Provocadas ambas por la falta de higiene y de alimentos en todo el Frente del Cáucaso Ruso).

Hasta la revolución rusa de ese año, el Imperio Otomano ni se planteaba realizar operaciones de envergadura en todo el frente caucásico. – Desde la batalla de Sarikamish; las unidades de combate del ejército otomano habían tenido, casi siempre, una actuación desastrosa. Limitándose desde entonces, a tratar de aferrarse a las regiones orientales de su imperio –.

Pero a pesar de este hecho, las tropas otomanas no fueron capaces de sacar partido a ello; en todo el año 1917. Ya que sus unidades no estaban en condiciones de combate. En su lugar, Enver Bey trasladó 5 divisiones otomana del Cáucaso a los frentes de Palestina y Mesopotamia, para tratar de frenar la acometida británica.

El 1 de Marzo de 1917; se publicó la “Orden nº 1” del Soviet de Petrogrado. (Que incluía, entre sus artículos, la parte correspondiente a la democratización del Ejército Ruso. Mediante la elección de representantes de cada unidad militar, frente al mando natural).

Pronto el caos y los disturbios se apoderaron de todo el Ejército Ruso del Cáucaso. Mientras que primero individuos y más tarde formaciones enteras comenzaron a desertar para regresar a sus hogares, dejando sectores de la línea de frente sin defensa.

Según los planes, para el 8 de Marzo de 1917 estaba previsto el comienzo de una ofensiva general otomana (a cargo de sus ejércitos 2º y 3º) dirigida por Ajmed Izzet Pachá. La idea era que el 2º Ejército Otomano; mandado por Mustafá Kemal, se dirigiese hacia Ekalet (en la noche del 7 al 8 de Marzo de 1917). Mientras que el 3º Ejército Otomano; mandado por Vehip Pachá, le siguiese y se uniese al 2º – en Canakalé, el 16 de Marzo de 1917 –, formando así el Grupo de Ejércitos otomanos del Cáucaso. Sin embargo, las fuertes pérdidas que ambos ejércitos acumulaban desde el comienzo de la guerra, obligó a ambos generales a desechar la operación.

El 9 de Marzo de 1917, fue constituida el “Comité Especial del Transcáucaso” (formada con diputados de la Duma del estado) con el propósito de reemplazar al cargo de Virrey del Cáucaso – detentado, por última vez, por el gran duque Nicolás Nikolaevich – según orden del gobierno provisional. Para ejercer como el más alto órgano de gobierno para la administración de la región.

Ese mismo mes de Marzo, los soviets de soldados del Frente del Cáucaso Ruso, hacen pública su disconformidad con seguir combatiendo, por lo que de una forma paulatina, las diferentes unidades comienzan a abandonar las posiciones de vanguardia, replegándose a puntos de retaguardia, donde se van a depositar las armas y municiones.

Sin embargo; el poderío militar ruso sigue siendo formidable, gracias a las posiciones que ocupa desde el principio de la guerra. Pero tras la revolución de febrero, los rusos se encuentran atascadas en dichas posiciones.

El 31 de Mayo de 1917; el nuevo gobierno destituyó de su cargo al Gran Duque Nicolás y trasladó al general Yudenich a un puesto sin importancia en el Asia Central Rusa (lo que motivó su solicitud de jubilación anticipada y renuncia del ejército). Nombrando al general Przhevalsky, para ocupar su cargo. Oportunidad que aprovecharan los otomanos para trasladar tropas

de la zona, con destino a los frentes de Mesopotamia y Palestina, contra los aliados occidentales.

Al llegar el verano de 1917; el mando militar ruso de la Armenia otomana ocupada, patrocinó una conferencia para examinar las medidas de urgencia y formar (antes de Diciembre de 1917) una milicia armada, de 20.000 soldados, mandada por el comisario doctor Hagop Zavriev (quien dejó el mano efectivo en manos del general Andranik).

El 8 de Julio de 1917, el alto mando otomano trasladó a Mustafá Kemal, ascendiéndole y encomendándole el mando del “Grupo de Ejércitos Yilderin” (obtenido de fusionar su 2º Ejército Otomano con el 7º) – que en un principio estaba destinado a Vehip Pachá.

A mediados de Julio de 1917; a propuesta de las organizaciones armenias de Petrogrado y Tiflis. Patrocinados por el gobierno provisional, se recluta una milicia de 6 regimientos. Esta milicia fue articulada, inicialmente por:

* 1ª Brigada de Fusileros Armenios:

++ Regimientos de Fusileros armenios Erzincan y Erzurum.

* 2ª Brigada de Fusileros Armenios:

++ Regimientos de Fusileros armenios Knus y Alashkert.

* 3ª Brigada de Fusileros Armenios:

++ Regimiento de Fusileros armenios Van.

++ Regimiento de Caballería armenia Zeytoum.

Mientras tanto y para el 14 de Septiembre de 1917; en el Cáucaso otomano ocupado, la mayoría de las tropas del Ejército Ruso del Cáucaso empezaron a replegarse sin haber recibido la orden – pues ni los soldados, ni los civiles deseaban proseguir la lucha –. Con lo cual empezó el proceso de auto desintegración, cuando el mando de dicho ejército perdió su autoridad. Mientras que la soldadesca, para alimentarse, se dedicaba al saqueo de la población civil independientemente de su etnia ó nacionalidad. Durante el resto del año 1917, el Ejército Ruso del Cáucaso fue desintegrándose paulatinamente, hasta que dejó de ser considerado como una fuerza efectiva de combate.

Hacia finales del Otoño de 1917; el general Przhevasky, al mando del Frente del Cáucaso Ruso, ordenó la creación de más milicias nacionales (sobre todo reclutando combatientes voluntarios armenios y georgianos) para tratar de paliar la desintegración de su propio ejército.

(Entendamos qué: de todo el proceso de desintegración del antiguo Ejército Imperial Ruso; el más conflictivo fue precisamente el del Cáucaso, pues era el único que peleaba fuera de sus fronteras y el que – por ello – más problemas de naturaleza logística planteaba. Especialmente cuando las masas de soldados indisciplinados se apoderaron de los ferrocarriles a la fuerza, para regresar a sus hogares.

Una de las causas del hundimiento del gobierno provisional, fue precisamente la desmovilización irregular de las fuerzas armadas. Lo que a su vez fue capitalizado por los bolcheviques, a la hora de hacerse con el poder). Al final; para el invierno de ese año, quedaban unos 100.000 soldados rusos (otros 100.000 han fallecido ó han sido evacuados por heridas y enfermedades. Mientras que unos 250.000 simplemente han abandonado sus puestos) ; para hacer frente a 250.000 otomanos. Junto con 9 aviones rusos contra 3 aeroplanos otomanos. Sin que estuviese previsto recibir refuerzos, a pesar que frente al Ejército Ruso del Cáucaso se alinean los ejércitos otomanos 2º y 3º.

El 23 de Octubre de 1917 y en plena Revolución rusa de Octubre; el 3º Ejército Otomano recibió la orden de proteger 190 Km. de línea de frente (desde las montañas Munzur, hasta las costas del Mar Negro). Disponiendo para la misión de: 66 batallones y escuadrones, con un total de 30.000 soldados, 177 ametralladoras y 157 piezas de artillería. Aunque carecían de animales suficientes para el transporte ó remolque.

Los rusos habían fortificado la línea Erzurum – Trabezom. Que enlazaba por el oeste de esta ciudad, con la línea Erzincan – Kemah y por el sur, con la línea fuerte Tunceli – Murat – lago Van – Baskale. (Disponiendo, sobre el papel de 86.000 soldados y 146 piezas de artillería).

El 11 de Noviembre de 1917; se materializó la Revolución rusa de Octubre, haciendose el partido bolchevique con el poder político en Rusia. Pero tanto en Tiblisi (Georgia) como en Armenia y en Azerbayan los representantes ante el Comité Especial del Transcáucaso, pertenecen a formaciones anti – bolcheviques. Por lo que inmediatamente, procedieron a establecer en Bakú, un gobierno que proclamase la soberanía de la región.

Sin embargo, el 13 de Noviembre de 1917, se proclamó en Bakú un soviet de gobierno, leal a los bolcheviques.

Finalmente, en Noviembre de 1917 tras conocerse en la región que el partido bolchevique se había hecho con las riendas de todos los poderes; optaron por constituir el primer gobierno independiente de la Transcaucasia, en Tiblisi. Auto–denominado “Comisaria Especial de la Trascaucasia” (ó S.E.J.M.) y encabezado por el líder menchevique de Georgia, Nikolay Chjeidze. Esta comisaria, desde el principio tubo un poder relativo, pues carecía de mando sobre los ejércitos nacionales del Cáucaso.

Al mismo tiempo, mientras los delegados armenios acudían a las sesiones de esta comisaria, sus líderes de la parte oriental de Armenia trataban de establecer en Erivan el cuartel general del 1º Cuerpo de Ejército Armenio. Dentro de la estrategia política de mantener la alianza con el gobierno de Rusia (sea este del signo político que sea) y crear un ejército nacional armenio (del tipo que sea) para asegurar la supervivencia física de las comunidades armenias.

Para esta última tarea, se nombró al general Nazarbekov, comandante en jefe y al general Vyshinsky, jefe de estado mayor. Teniendo – en Octubre de 1917 – bajo su mando a:

* 1ª División Armenia, mandada por el general Araratov. Con su cuartel general en Erivan. Incluyendo a los regimientos de infantería: 1º de Erzurum, 2º de Erzinkan, 3º de Knus y 4º de Yerevan.

* 2ª División Armenia, mandada por el coronel Silikyam. Con los regimientos de infantería: 5º de Van, 6º de Yerevan, 7º y 8º de Alexandropol.

(Cada división tendría además un regimiento de depósito). En total, agrupaban a 32.000 combatientes. Fuera de este mando, otros 40.000 ó 50.000 irregulares armenios estaban armados y disponibles.

Para armarlos a todos, contaban qué, en Bakú, el Ejército Ruso, había abandonado: 160 piezas de artillería, 180 máquinas ametralladoras y unos 160 millones de cartuchos de munición.

El 5 / 18 de Diciembre de 1917; se firmó el armisticio / alto el fuego de Erzincan, entre Rusia y el Imperio Otomano. Que pone fin al conflicto Ruso – Turco del siglo XX. Provocando una estampida de soldados rusos desde la armenia otomana ocupada, hacia Rusia. Obteniendo la “Comisaria Especial de la Trascaucasia” (S.E.J.M.) el reconocimiento del propio gobierno otomano.

Entre Diciembre de 1917 y el 7 de Febrero de 1918, los regimientos armenios van a ir ocupando las posiciones abandonadas por los rusos (ante el asombro de los soldados rusos; que regresaban a sus casas, tras abandonar sus armas y equipos, en manos de los armenios). De tal forma qué, para finales de 1917, no quedaba ninguna unidad militar rusa en todo el frente del Cáucaso.

El 13 de Diciembre de 1917; el nuevo comandante militar del Cáucaso Ruso, general Nazarbekov – futuro comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la República Armenia –, y su jefe de Estado Mayor, general Vyshinsky. A petición del Consejo Nacional Armenio, nombró al general Dro, comandante en jefe del 1º Cuerpo de Ejército Armenio. Reforzado más tarde con la División de Armenia Occidental, del general Andranik.

Así qué, al comenzar el año 1918, las únicas fuerzas aliadas disponibles son los destacamentos de cosacos del sur, junto con milicias georgianas, griegas y armenias. Las cuales van a tratar de formar una nueva línea de defensa contra el Imperio Otomano en la región del Cáucaso. Siendo los armenios, quienes llevaron el peso de la lucha (después de todo, tras el repliegue de las tropas rusas, habían obtenido un empréstito del gobierno británico, por valor de 1 millón de rublos, para financiar su continuidad en la guerra).

Sin embargo; estos pocos miles de voluntarios, de los cuales solo 200 son oficiales de carrera, no pueden hacer frente a la acometida otomana de principios de 1918.

A finales del año 1917; georgianos y armenios comienzan a preparar sus propias secesiones, aprovechando que tras las dos revoluciones rusas, las tropas de Petrogrado han abandonado la región y dejado sus armas sin vigilancia.

El armisticio de Erzincan: Fue un acuerdo para suspender las hostilidades entre el Imperio Otomano y la Comisaria Especial de la Trascaucasia (S.E.J.M.); firmado el 5 / 18 de Diciembre de 1917, reconociendo a esta última como ente independiente – aunque muchos de sus miembros seguían considerandola un ente ruso, leal al ejecutivo de Petrogrado –. Junto con un artículo suplementario, por el que trazaba una línea de demarcación

Los principales negociadores del mismo, fueron: por parte otomana, el general Vehip Pachá – comandante del 3º Ejército Otomano – y, por parte rusa, el general Przhevalsky – del Frente del Cáucaso Ruso –, quien actuaba bajo la autorización de la Comisaria Especial de la Trascaucasia (S.E.J.M.).

Este acuerdo trajo una paz relativa a los frentes de Anatolia y Persia, pues establecía un alto el fuego a partir del día 15 de Diciembre de 1917, entre Rusia y el Imperio Otomano, y un armisticio entre ambas naciones.

Pero en contra de los deseos rusos, se produjo una retirada en masa de sus tropas. Lo que dejó a la región casi indefensa.

Pero el 12 de Febrero de 1918; se vuelven a reanudar los combates. Pues los otomanos cruzan la línea de demarcación – invalidando el acuerdo de armisticio –, alegando que la Comisaria Especial de la Trascaucasia (S.E.J.M.) carece de autoridad para evitar las masacres de poblaciones musulmanas a manos de las tropas armenias (que se habían producido entre los días 15 y 16 de Enero de 1918).

El 24 de Febrero de 1918, los alemanes violaron también el armisticio de Brest – Litovsk, forzando a Rusia a firmar el Tratado de Brest – Litovsk, del 3 de Marzo de 1918.

El 4 de Junio de 1918, se firmó el Tratado de Batumi, entre el Imperio Otomano y los estados del Cáucaso.

9.2.12. – La Campaña de Persia, sus campañas y batallas:

LA CAMPAÑA de 1917:

En Diciembre de 1916, los miembros de la tribu Maijils, que habían tomado parte en el intento de golpe de estado de ese año, debieron escapar hacia el Oeste.

A comienzos de 1917, el XXI Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente – Mar Simon Benjamin – y el político Agha Petros fueron invitados a la embajada rusa, por el diplomático Basil Nikitin, en Urnia. Para unas negociaciones, donde se comprometió (en nombre del gobierno ruso) a reconocer una “comunidad nacional asiria” después de la guerra.

Esta reunión y la presencia de escuadrones armados asirios, irritaban mucho a las autoridades de Persia. Pues sospechaban que los rusos deseaban desmembrar el Imperio Persa.

Mientras tanto, Baratov, en una ofensiva general, había logrado desalojar a las tropas de las potencias centrales de: Kum y Hamadan (Marzo de 1917); Kermanshah y Hanekin (4 de Abril de 1917). Así que para la campaña de verano de 1917; tenía previsto alcanzar las posiciones británicas y desd allí marchar desde Bagdad hasta Mosul.

En Enero de 1917, el gran duque Dimitri Paulovich Romanov (uno de los asesinos de Rasputin) fue destinado al cuartel general del Cuerpo de Caballería del general Baratov, en Qazvin (norte de Persia). Tanto para ocultar su participación en el crimen, como para asumir las tareas de ayudante de campo, de cara a las próximas ofensivas planificadas para este año.

La revolución rusa llega a Persia:

El 15 de Marzo de 1917; llegó la noticia de la abdicación del Zar Nicolás II, llegando a continuación la orden al destacamento ruso de tropas en Persia, de detener todas las operaciones militares; incluido el comienzo de la ofensiva, aunque sin abandonar las posiciones conquistadas. Dejando la Mesopotamia en manos británicas.

Más adelante, el nuevo ejecutivo de Kerensky proseguiría la política del zar y envío algunos refuerzos a Persia. Sin embargo, el caos causado por la revolución de 1917, puso fin a todas las operaciones militares de Rusia en la región. Y tras meses de inactividad de las tropas, estas comenzaron a desertar. Especialmente con la publicación (en este frente) de la “Orden Número 1”, que rompía el principio de unidad de mando, en todo el Ejército Imperial Ruso.

Hasta que en Abril de 1917; Baratov mantuvo una reunión con el coronel Rowlandson – enlace entre el Cuerpo de Caballería del Cáucaso ruso y la Dunsterforce británica –. Pues el nuevo gobierno había relevado al gran duque Nicolás del cargo de virrey y trasladado al general Yudenich. Lo cual fue el pistoletazo de salida para la desintegración del ejército ruso.

Tras producirse la Revolución rusa de Octubre, el nuevo gobierno anunció la inmediata salida de Rusia de la contienda mundial.

De tal forma, que para Noviembre de 1917, Baratov solo contaba con el equivalente a un regimiento de caballería – en su mayor parte cosacos – acampado en torno a la aldea de Stanisa. Teniendo que pasar todo el verano de 1917 en completa inactividad.

Ese mismo mes, el nuevo ejecutivo encabezado por Lenin lanzó el “llamamiento a los obreros musulmanes de Rusia y Oriente medio”, por el que el acuerdo de reparto anglo – franco – ruso se da por nulo y ordena el

repliegue de Persia. (Repliegue que solo se hará efectivo, tras recibir las debidas garantías oficiales del gobierno persa).

El alto el fuego:

El 16 de Diciembre de 1917, llegó la noticia del armisticio de Erzincan a Persia. Lo que ponía, oficialmente, fin a las hostilidades entre el Imperio Otomano (contando con la colaboración del gobierno alemán) y la Comisaria Especial de la Trascaucasia (S.E.J.M.), actuando en nombre de la nueva República de Rusia.

También, y a través de este documento, la Comisaria Especial de la Trascaucasia (S.E.J.M.) era reconocida internacionalmente – por lo menos por las autoridades de las potencias centrales – como gobierno de la futura “República Federativa y Democrática del Transcáucaso”.

En ese mismo momento, se produjo una agria disputa entre los imperios alemán y otomano por las provincias rusas, a lo largo de las fronteras entre Rusia y el Imperio Otomano.

Enver Pacha creía que Alemania no había tenido en cuenta los intereses otomanos, cuando negociaban el armisticio ruso. Por lo que desatendió los intereses alemanes en los territorios que dominaban los otomanos. Enviando al 9º Ejército Otomano (creado en 1917, con una amalgama de los cuerpos de ejército 1º del Cáucaso y 4º Otomano) a Persia, mandado por el general Yakub Shevki Pacha, para frenar el avance británico en el imperio y evitar la infiltración bolchevique en la región. (Para esto último, impermeabilizaría el área comprendida entre el lago Urmia y el Mar Caspio.) Más adelante, estaba previsto que se uniese al 6º Ejército Otomano para reconquistar Bagdad.

Mientras tanto, los ejércitos rusos se iban desintegrando uno a uno, con lo que la ciudad de Van – en medio del teatro del Cáucaso – quedó completamente aislada de los aliados (las tropas más cercanas, del Imperio Británico, estaban atascadas al norte de Bagdad). Forzando a sus habitantes armenios a hacer frente, en solitario, a su defensa.

Y en Berlín:

Por su parte, el representante del gobierno provisional persa en Berlín; Wahid – al Mulk, acudió al congreso socialista de Copenhague de 1917, donde declaró que (su gobierno) no tenía intención de enfrentarse a las grandes potencias y que solo deseaba la salida de las tropas extranjeras del territorio del Imperio Persa, tras haberse librado de la tutela anglo – rusa. Para lo cual solicitaba cancelar el acuerdo de 1907. Dejando que Persia se convierta en la Suiza de Asia central.

Pero tras el colapso del Imperio Ruso, toda Persia quedo bajo tutela militar británica.

Finalmente:

A finales del año 1917, el puerto persa de Anzali, fue “sovietizado” cuando las tropas rusas de infantería presentes fueron reforzadas con marineros

revolucionarios mandados por el bolchevique F. Raskolnikov, aunque estas fueron inmediatamente rodeadas por la División de Cosacos Persa y obligadas a regresar a Rusia.

El resto de tropas rusas estaban de regreso a sus casas entre finales de 1917 y comienzos de 1918.

9.2.13. – El Frente Oriental, sus campañas y batallas:

LA CAMPAÑA DE 1918: Los tratados de paz con la Rusia soviética, Rumania, Finlandia y Ucrania.

El 7 de Noviembre de 1917 y a la señal de los cañones del crucero ruso “Aurora” y bajo el liderazgo de Vladimir Lenin, los revolucionarios bolcheviques – comunistas – atacaron el edificio del Palacio de Invierno de Petrogrado. Iniciándose así la revolución rusa de octubre, que enseguida se extendió por toda Rusia.

El nuevo gobierno bolchevique, inmediatamente trató de poner fin a la guerra, mediante la firma del alto el fuego del 5 de Diciembre de 1917 (que se había pactado en Noviembre de 1917).

Diez días más tarde; el 15 de Diciembre de 1917, se firmó el acuerdo de armisticio por separado, junto con un documento proponiendo una paz a largo plazo. Siendo este ratificado tanto por la Rusia soviética, como por las potencias centrales.

Al tiempo que los bolcheviques lanzan una ofensiva militar a gran escala contra sus oponentes en Ucrania y en las regiones separatistas de la cuenca del río Don. El 22 de Diciembre de 1917, se iniciaron conversaciones de paz.

En Alemania, desde Enero de 1918 se estaban produciendo una serie de agrias disputas entre el poder civil y el estado mayor (llegando al extremo que, el 7 de Enero de 1918, Hindemburgo y Ludendorff amagaron con presentar su dimisión). Puesto que ambas partes no se ponían de acuerdo respecto a la política a seguir sobre Rusia.

Tras la firma del alto – el fuego, las fronteras rusas habían retrocedido hacia el Este, respecto a las existentes en 1914. El ministro alemán de negocios extranjeros abogaba por la supresión de Rusia como gran potencia y el predominio de la nación teutónica en la Europa del Este (pero sin las anexiones que reclamaba Ludendorff. Recurriendo a un sistema informal de hegemonía política y económica que vinculase a todos los estados orientales como satélites de Alemania (lo cual proporcionaría ventajas adicionales; por ejemplo: frente a las pretensiones de Austria – Hungría de ganancias territoriales para el imperio de los Habsburgo).

En consecuencia, en Brest – Litovsk, los delegados alemanes plantearon un sistema de estados vasallos y clientelares desde Murmansk, hasta Bakú. Dando acceso políticos, económico y militar al Imperio Alemán en cada nación. (Esto último obligó a las autoridades germanas a mantener las negociaciones en secreto).

Durante el transcurso de las negociaciones, el 9 de Febrero de 1918, la delegación bolchevique presentó una propuesta que preveía concesiones territoriales significativas. Pero estas fueron rechazadas por insuficientes – según algunos observadores, Alemania exigió a los bolcheviques el estricto cumplimiento de una serie de concesiones anteriores a la toma del poder –. Mientras que Lenin defendía la postura de satisfacer todas las demandas de las potencias centrales, Trostsky proponía ganar tiempo y la facción eserista de la izquierda (junto con algunos líderes bolcheviques) propuso romper la tregua y proseguir las hostilidades. Pero esta última postura fue descartada inmediatamente, puesto que muchos temían que seguir en guerra iba a socavar la posición bolchevique en toda Rusia (especialmente entre las filas de las fuerzas armadas, cuya popularidad iba apareja al compromiso de poner fin a las hostilidades).

Mientras tanto, la delegación de la Rada Central Ucraniana firmó un acuerdo de paz por separado con las potencias centrales. En virtud del cual, el país quedaba (de facto) independiente de Rusia. Y el 12 de Febrero de 1918, el ejecutivo ucraniano publicó – a través de la autoridad alemana de ocupación – la solicitud al gobierno bolchevique de Rusia, para que este evacuase sus tropas de Kiev.

El 28 de Enero de 1918, la delegación soviética presentó el lema “no guerra, pero no paz” anunciando que rompería las negociaciones, si las potencias centrales no moderaban sus demandas. Pero en el transcurso de las siguientes jornadas de las negociaciones de paz entre bolcheviques y potencias centrales; los alemanes siguieron exigiendo enormes concesiones territoriales y económicas. Por lo que acabaron fracasando, tras otro largo periodo de dilatación.

El 10 de Febrero de 1918, tras el abandono de la delegación rusa, se reanudaron las hostilidades. Y el 18 de Febrero de 1918, las tropas alemanas y del resto de potencias centrales comenzaron a atacar toda la línea de frente. (Mientras tanto; los alemanes y los austro – húngaros se reunieron para poner en común las condiciones para la próxima negociación de paz).

Operación “Fautschlag / Puñetazo” (18 de Febrero a 3 de Marzo de 1918) => También conocida como la “guerra de los 11 días”; fue la última ofensiva de las potencias centrales en el frente oriental de esta guerra; enfocada principalmente a hacerse con el control de los territorios situados al sur del teatro oriental de la Gran Guerra.

Iniciada el 18 de Febrero de 1918, tras las fallidas primeras negociaciones de paz con la Rusia post – revolucionaria. Esta ofensiva iba encaminada principalmente a destruir los últimos restos del ex – Ejército Imperial Ruso.

Las tropas rusas no pudieron oponer una gran resistencia, salvo enviar a la lucha a bandas de campesinos mal armados (que nunca llegaron a ofrecer una resistencia notable). Por lo que fueron rápidamente superadas;consecuencia directa de la revolución rusa del año anterior.

Por lo que las tropas de las potencias centrales (que sumaban 53 divisiones alemanas y austro – húngaras) fueron apoderándose de una gran cantidad de territorios en la zona del Báltico, Bielorrusia y Ucrania. Forzando al ejecutivo bolchevique a firmar el Tratado de Brest Litovsk. En una versión mucho más perjudicial para los intereses rusos.

Duración de la batalla: Entre el 18 de Febrero y el 3 de Marzo de 1918. Por al bando de las potencias centrales, solo se implican a las tropas de los imperios alemán y austro – húngaro. Mientras que los rusos luchan solos.

Antecedentes: Los bolcheviques se hicieron con el poder en Rusia, tras la revolución de Octubre, e iniciaron conversaciones de paz el 3 de Diciembre de 1917, con las potencias centrales. Decretando el 17 de Diciembre de 1917 el alto el fuego. Retomando las negociaciones el 22 de Diciembre de 1917.

Durante las conversaciones, las potencias centrales presentaron sus demandas territoriales (básicamente los territorios ocupados entre 1914 y 1916: Polonia, Lituania, el Oeste de Letonia...). Por lo que las negociaciones comenzaron a ser dilatadas, de forma deliberada, por los negociadores soviéticos. Como táctica para ganar tiempo y poder revolucionar a las masas proletarias de la Europa continental.

Los mandos bolcheviques, también, esperaban dividir a las potencias centrales.

Los bolcheviques no aceptaban los términos, y como los negociadores de los imperios centrales no daban su brazo a torcer, la delegación soviética acabó retirándose de las negociaciones. (Aunque dentro del bando bolchevique, una pequeña facción calmaba por una paz a cualquier precio – entre cuyos miembros sobresalía Lenin, quien solicitó firmar la paz si el Imperio Alemán daba un ultimátum. Por su parte Trotsky, que presidía la delegación rusa, esperaba que retrasando el acuerdo de paz, se produciría dentro de Alemania su propia revolución. Obligándola a firmar la paz.)

En opinión del comisario para la defensa – Krylenko – los ejércitos de Rusia habían perdido toda su capacidad de combate. Pero la mayoría de los comisarios bolcheviques votaron la moción de Bujarin, quien consideraba inaceptables los acuerdos propuestos por los “imperialistas” y, en consecuencia, votaron a favor de continuar la “guerra revolucionaria” (recurriendo a la guerra de guerrillas en caso de necesidad).

La doctrina política y trotskista de: “ni guerra – ni paz”, anunciada públicamente, aseguraba que por sí sola provocaría la rendición de las potencias centrales. Pero en su lugar, provocó que Rusia, el 28 de Enero de

1918, volviese a estar en guerra (en un momento que Alemania estaba desplazando el grueso de sus tropas hacia el Oeste).

El jefe del Estado Mayor alemán; el general Max Hoffman, para presionar, ordenó el 9 de Febrero de 1918 firmar un tratado de paz con la República Popular de Ucrania. Seguido, el 17 de Febrero de 1918, de la firma por parte de las potencias centrales de una alianza militar con el ejecutivo ucraniano – que acabaría por ser depuesto tras la invasión bolchevique –.

A continuación, el 11 de Febrero de 1918, Alemania anunció el fin del armisticio y el 17 de Febrero de 1918 reanudó las hostilidades.

Por su parte, tras haber ordenado – el 29 de Enero de 1918 – la completa desmovilización rusa y mientras estaban en marcha la negociaciones de paz; el comandante bolchevique Nikolay Krilenko supervisaba la desmovilización y la “democratización” del Ejército Ruso. Implantando la elección de mandos y suprimiendo los rangos. Al tiempo que iba enviado de vuelta a sus hogares a los soldados movilizados por los anteriores regímenes.

En Berlín, sin embargo, existía una disputa entre los partidarios de proseguir las hostilidades (en particular el Kaiser Guillermo II y su comandante del estado mayor central; von Ludendorff. Quienes reclamaban por una inmediata y vigorosa reacción para evitar los disturbios bolcheviques dentro de Alemania) y el ministro imperial de negocios extranjeros – Richard von Kuhlmann – quien aconsejaba paciencia (argumentando que la población no iba a entender una reanudación de las hostilidades).

El 13 de Febrero de 1918; se celebró el consejo privado imperial, en Bad Homburg. Donde prevaleció el criterio militar sobre el civil y diplomático.

Lo siguiente fue llamar al negociador alemán (Wilhem von Mirbach) a consultas

La ofensiva: El principal objetivo de Alemania, era hacerse con las regiones agrícolas más importantes del sur de Ucrania. Para lo cual fueron movilizados más de un millón de soldados, en un plan de ataque que abarcaba desde la región del Báltico hasta el Este de Ucrania, atravesando Bielorrusia. (Aunque eso sí, durante el tiempo en que se desarrolló la ofensiva, Alemania debió paralizar los preparativos de cara a la ofensiva de primavera, en el Frente Occidental).

El 18 de Febrero de 1918, las tropas combinadas de los imperios alemán y austro – húngaro comenzaron una ofensiva general por 3 puntos a la vez, empleando 53 divisiones de forma simultáneamente.

+ La fuerza Norte, se dirigió desde Pskov hasta Narva; con 16 divisiones, capturó Daugavpils el primer día y para el 28 de Febrero ocupaba Pskov y Narva.

+ La centro se dirigió hacia Smolensko; compuesta por el 10º Ejército Alemán, reforzado por el 41º Cuerpo de Ejército. El 18 de Febreroestaban a

más de 250 Km de Minsk – sede del cuartel general del Frente Noroeste Ruso; aunque en ese momento la capital no contaba con defensas –. Capturándola el 21 de Febrero de 1918.

+ La Sur hacia Kiev; rompiendo las líneas del Frente Sudoeste Ruso, capturando Zhimodir el 24 de Febrero de 1918 y Kiev el 3 de Marzo de 1918, tras un leve asedio. Justo un día después que las tropas de la Rada Central Ucraniana se hubiesen apoderado de la misma.

Durante su avance, apenas encontraron oposición, por lo que la marcha fue relativamente rápida (especialmente, porque pudieron hacer uso de la red rusa de ferrocarriles). Logrando avanzar más de 500 Km; unos 255 Km a la semana; ó 35 Km al día. Sin encontrar una resistencia seria. Por lo que las tropas alemanas llegaron a situarse a menos de 150 Km de Petrogrado. Obligando a los bolcheviques a trasladar su capital a Moscú.

Inicialmente, el nuevo emperador de Austría – Hungría; Carlos I, era opuesto a la participación del Ejército Austro – Húngaro en la ofensiva. Pero a instancias de su jefe de estado mayor (general Artz StauBenberg) y temiendo la pérdida de influencia en Ucrania, ordenó su propia ofensiva el 24 de Febrero de 1918, la cual dio inicio el 28 de Febrero de 1918, con la ocupación austro – húngara de la ciudad portuaria de Odessa.

Dentro de la nueva República Soviética de Rusia, se tomó la decisión de enviar nuevos delegados a Brest – Litovsk, cuando la aviación alemana bombardeó Petrogrado (Y, en previsión de un ataque por mar ó por tierra, a principios de Marzo de 1918 Lenin ordenó trasladar la capital de Rusia a Moscú, junto con el consejo de comisarios del pueblo).

El rápido avance alemán fue descrito como la “guerra en tren”, pues las tropas alemanas empleaban los ferrocarriles rusos en su avance hacia el Este.

De hecho, el general Hoffman – el 22 de Febrero de 1918 – describió esta ofensiva como “...una comedia de guerra” cuando un puñado de soldados con ametralladoras y a lo mejor un cañón, iban marchando de estación en estación, haciendo prisioneros a cuantos uniformados rusos encontraban, antes de dirigirse hacia la siguiente...”.

El impacto político de la ofensiva: A medida que la ofensiva alemana proseguía su curso, Trotsky se vio forzado a regresar a Petrogrado.

Mientras que la mayoría de los líderes se inclinaban por proseguir la guerra – a pesar que Rusia ya no disponía de reservas ó moral, debido a la destrucción de sus fuerzas armadas –. Lenin, valiéndose de la mayoría bolchevique, optó por aceptar los términos alemanes (que se habían vuelto más duros) para un tratado de paz (siendo su propuesta respaldada por los líderes bolcheviques Kamenev, Zinoviev y Stalin).

Tras una tormentosa sesión en el Consejo de Comisarios del pueblo – y tras amenazar Lenin con presentar su dimisión –, los términos alemanes fueron aceptados por 166 votos contra 85 en el Soviet de Petrogrado. Y por 7

contra 6 en el Comité central del Partido Bolchevique (siendo decisivo la decisión de Trotsky de cambiar el sentido de su voto).

De tal forma, que el 3 de Marzo de 1918, y debido al rápido avance de las potencias centrales y a las grabes pérdidas territoriales (Bielorrusia y Ucrania) los bolcheviques acabaron por firmar el Tratado de Brest – Litovsk.

Previamente, el 24 de Febrero de 1918, un día antes de la llegada de las tropas alemanas a Tallín, el “Comité de Salvación de Estonia” proclamó la independencia del país. Pero las autoridades alemanas de ocupación, se negaron a reconocer este gobierno, manteniendo el control del territorio bajo mando militar alemán.

Consecuencias: La capitulación bolchevique del 3 de Marzo de 1918, estableció la creación de la línea Narva – Norte de Ucrania y la renuncia del ejecutivo bolchevique de cualquier derecho al Sur de Rusia.

La propia Rusia soviética seguía sumida en el caos revolucionario. Y cuando comenzó la ofensiva, no había manera de establecer una defensa ordenada. Las pocas tropas disponibles del antiguo Ejército Imperial Ruso estaban hartas de la guerra y pocas veces trataron de contrarestar el asalto de las potencias centrales.

A parte, los dirigentes comunistas en Moscú y Petrogrado trataron de enviar (de manera apresurada a la línea de frente) a formaciones de campesinos armados, para enfrentarse a los soldados de las potencias centrales. Pero pronto su incapacidad militar quedó manifiesta y su moral se fue a pique, junto con la del resto de los ejércitos rusos.

En los meses siguientes, las potencias centrales se adentraron otros 750 Km, para apoderarse de toda Ucrania y otros territorios rusos. (Aunque los alemanes siguieron combatiendo en el Cáucaso y en Finlandia – donde ayudó a los “blancos” finlandeses a ganar su guerra civil –).

Según cláusula del tratado, todas las bases navales rusas en el Báltico serían evacuadas, excepto la de Kronstadt. Y todos los buques de la Flota Rusa del Mar Negro serían desarmados.

También serian repatriados inmediatamente los 630.000 prisioneros de guerra alemanes, austro – húngaros y del resto de las potencias centrales. Mientras que los rusos seguirían en cautividad.

También los soviets de Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Bielorrusia y Ucrania serían desmantelados. Dichos territorios pasarían a desarrollarse fuera de la influencia de Rusia – lo que se tradujo en un intento alemán de transformar estos en satélites políticos suyos ó en colonias –. Pero tras la derrota de 1918, todos estos planes se transformaron en papel mojado. Permitiendo que la Rusia bolchevique los recuperase, salvo Finlandia, Polonia y los estados del Báltico.

Tras el fin de los combates, Lenin logró por fin consolidar su poder – sobre todo cuando los debates dentro del Consejo de Comisarios del Pueblo

fueron perdiendo intensidad, hasta que Lenin se convirtió en el líder incuestionado del partido y del gobierno.

Pero ante el temor de una nueva ofensiva alemana, esta vez desde el mar Báltico, ordenó el traslado de la capital del estado a Moscú, donde se instaló de forma definitiva el 12 de Marzo de 1918.

Una consecuencia importante, fue que la ocupación alemana sirvió de catalizador, de las diferentes partes en conflicto dentro de Rusia.

En todas las regiones, del antiguo imperio de los zares, las tropas alemanas se dedicaron a expulsar a los bolcheviques del poder, marginando sus facciones ó privándolas de papel en los diferentes gobiernos de ocupación.

El avance alemán, llegó hasta la península de Crimea, donde la minoría tártara fue la única que recibió a alemanes y austro – húngaros con alegría. (Y asesinando a la mayoría de comisarios del soviet de Crimea).

En Ucrania, el nacionalismo revivió tras la llegada de las tropas de las potencias centrales. El 24 de Febrero de 1918; Mientras que en la ciudad de Schytomyrs, las tropas de ocupación volvían a emplear a los ferroviarios ucranianos. En Kiev se llama de nuevo a los líderes políticos para reconstituir la Rada Central de Ucrania.

En los países bálticos; sin embargo, la ocupación alemana paralizó la creación de estados nacionales independientes: en Estonia, donde la popularidad de los bolcheviques era minúscula. Los revolucionarios fueron rápidamente sustituidos por un ejecutivo colaboracionista (pues los políticos nacionalistas deseaban expropiar las tierras a los terratenientes – la mayoría de estos de etnia germana –).

Por consiguiente, en 1919, un gobierno estonio de coalición socialdemócrata y nacionalista debió de enfrentares a la vez contra los Freikorps alemanes y contra el Ejército Rojo soviético.

El 3 de Marzo de 1918, tras la operación puñetazo, se firmó el tratado de Brest – Litovsk. Por el que Rusia perdía aproximadamente 1 millón de Km2. (Incluida toda Ucrania); se comprometía a desmovilizar todo su ejército y desarmar toda su armada, así como hacer entrega de todas las infraestructuras de la Flota Rusa del Mar Negro y al pago de indemnizaciones de guerra.

Mientras tanto; entre Febrero y Abril de 1918, las tropas alemanas y austro – húngaras fueron las que retuvieron el poder en la “República independiente de Ucrania”. En violación a lo pactado por ellos en Brest – Litovsk, se produjeron esta serie de hechos:

+ 1 de Mayo de 1918; ocupación de Sebastopol ó 2ª Guerra de Crimea.

+ Ocupación de la cuenca del Donetz.

+ 8 de Mayo de 1918; ocupación de Rostov.

+ 17 y 18 de Mayo de 1918, tras la retirada de los buques de la Flota Rusa del Mar Negro hacia Novorossysk, se produce su autohundimiento.

Durante la ocupación , se van a producir constantes fricciones entre los mandos alemanes y austro – húngaros (puesto que no existía un alto mando unificado) y solo, después de varios meses de choques, se trazó la separación de las zonas de ocupación (lo que los observadores locales llamaron como “la carrera hasta Odesa”).

Un despliegue de tropas austro – húngaras en Kiev, provocó un conflicto con el estado mayor alemán (ya que esta capital estaba bajo su mando de ocupación desde el 1 de Mayo de 1918).

Unas semanas más tarde, los austro – húngaros ocuparon Volhyna; Podolia; Jerson y Ekaterinoslav. Aunque los alemanes, mediante el control que ejercen desde Kiev, siguen siendo los que mandan en Ucrania; haciendo uso de la Rada Central Ucraniana – que actuaba como cadena de transmisión de sus órdenes y calificando a los bolcheviques, como “niños revoltosos “ –.

Y como la Rada Central Ucraniana no cumple con las expectativas de los ocupantes, el 28 de Abril de 1918, los oficiales alemanes (a punta de pistola) arrestaron a toda la Rada Central Ucraniana y al día siguiente obligaron a todos los terratenientes a someterse a la “hetmanate” ó sumisión pública al nuevo ejecutivo títere pro alemán, presidido por el atamán Skoropadskim (el cual se mantendrá en el poder, hasta la retirada alemana de Ucrania en Diciembre de 1918).

Durante la administración germana de Ucrania, un total de 34.745 vagones de alimentos, cereales y materias primas fueron despachados hacia Alemania. Otros 20.000 hacia Austria – Hungría y 14.100 a repartir entre Bulgaria y el Imperio Otomano.

Durante el IVº Congreso – extraordinario – de todos los soviets de Rusia (bajo completo control bolchevique, a pesar del sector más izquierdista del partido bolchevique y de la facción eserista de la izquierda, quienes consideraban una “traición a la revolución mundial” la aceptación del tratado), primo el interés nacional sobre los objetivos internacionales de los revolucionarios (especialmente por las carencias de un Ejército Rojo, incapaz de detener la ofensiva alemana) y el 15 de Marzo de 1918, ratificó el Tratado de Brest – Litovsk.

Tras la ratificación, el ejército alemán ocupó libremente el Báltico, Bielorrusia y Ucrania. Estableciendo en ellos gobiernos dependientes del Imperio Alemán.

El 27 de Agosto de 1918, se firmaron varios acuerdos complementarios con los rusos:

* Pago de una indemnización, por reparaciones de guerra, por valor de 6.000 millones de marcos – oro.

* Reconocimiento de la independencia de Georgia.

A cambio de la retirada alemana de Berezina y del trazado definitivo de la frontera entre Estonia y Letonia.

Batalla de Bakhmach (8 a 13 de Marzo de 1918) => Fue una batalla librada entre la Legión checoslovaca y las tropas alemanas de ocupación en Ucrania. Librada en la ciudad ucraniana de Bakhmaach.

La legión checoslovaca logró escapar del cerco y arrancar a los alemanes una tregua que permitiese a los legionarios atrapados en Bakhmach escapar en trenes militares hasta Cheliabinsk.

Antecedentes: El 3 de Marzo de 1918, los bolcheviques rusos firmaron el Tratado de Brest – Litovsk con las potencias centrales. Cediendo el control de Ucrania a los ejercitos de ocupación alemán y austro – húngaro.

Mientras tanto, los 42.000 hombres de la Legión checoslovaca fueron empleados para cubrir la retirada rusa, escoltando el ferrocarril Transiberiano.

Fuerzas enfrentadas:

+ Legión checoslovaca y tropas de la República Federal Soviética de Rusia.

+ Tropas de ocupación del Imperio Alemán.

Bajas:

+ Checoslovacos y rusos: 145 muertos, 210 heridos y 41 desaparecidos.

+ Alemanes: 300 bajas mortales y “varios cientos de heridos.

La batalla: El 8 de Marzo de 1918, los alemanes llegaron hasta las inmediaciones de Bakhmach, importante nodo ferroviario en la región. Con lo que los efectivos de la Legion Checoslovaca quedaban en riesgo de ser embolsados. Para la mayoría de sus efectivos, al peligro de ser tomados prisioneros se le sumaba el riesgo de ser extraditados a Austria – Hungría, donde les aguardaría un juicio sumario y ejecución por alta traición.

En consecuencia, los regimientos de fusileros checoslovacos 6º y 7º, junto con el Batallón de Choque checoslovaco formaron una línea defensiva para contener la acometida de las divisiones alemanas 91ª y 224ª. Manteniendo la lucha hasta el 10 de Marzo de 1918, cuando el último tren abandonó la ciudad, en una retirada que les llevaría hasta Vladivostok. En el otro extremo de la masa continental euro – asiática.

La guerra civil, que siguió a la mundial, se declaró en Noviembre de 1917 y acabó por devastar toda Rusia durante los 3 años siguientes. A la hora de analizar sus causas; no debemos olvidar que la forma que tuvo Lenin de hacerse con el poder, determinó la creación de grupos opuestos a su régimen.

Al tiempo que, la caída de la monarquía de Nicolás II, muchas regiones del ex – Imperio Ruso aprovecharán para declarar su independencia:

+ Finlandia, que en Diciembre de 1917 sufrió su propia guerra civil, tras haber reclamado su soberanía, reconocida por la mayoría de las naciones (como Francia ó la propia Rusia. Pero no por Estados Unidos y Gran Bretaña) Mientras que su líder Karl Gustav Mannerheim; apodado “el

Alemán”, apoyado por las facciones “blancas” locales, se planteaba sentar a un príncipe alemán en el trono.

El 7 de Marzo de 1918 y a raíz de la intervención alemana, una delegación finlandesa viajo a Berlín, para negociar un tratado político y económico de dependencia hacia el Imperio Alemán.

El 9 de Octubre de 1918, el parlamento finlandés votó al príncipe Federico Carlos de Hesse como rey de Finlandia. A cambio, la ayuda alemana permitió a los blancos finlandeses hacerse con el poder en el ex – ducado y empujar la frontera hasta el sur del istmo de Karelia (quedando la propia Petrogrado al alcance de los cañones finlandeses).

+ El estado de Georgia (que junto con Finlandia), firmó un acuerdo para convertirse en la piedra angular del espacio de dominio alemán. Pero primero – el 26 de Mayo de 1918 – se declaró formalmente la independencia del país y 2 días después, firmaron el Acuerdo de Poti.

En Junio de 1918, un contingente de tropas alemanas ocuparon Tiblisi y el 4 de Agosto de 1918 conquistaron Bakú. Para Septiembre de 1918, este contingente había aumentando hasta alanzar los 19.000 hombres. Teniendo como primer objetivo el evitar que la región del Cáucaso fuese ocupada por los británicos (quienes a finales del verano de 1918 habían llegado a las orillas del mar Caspio).

+ El estado independiente de Ucrania.

+ El “Ducado Unido del Báltico” (las provincias de Estonia, Lituania y Letonia, gobernadas por príncipes y nobles alemanes, en un remedo de feudo personal del Kaiser Guillermo II de Alemania). El estado mayor alemán deseaba anexionarse toda la región del Báltico, para garantizar el control político de la minoría alemana sobre la mayoría eslava, creando este“Ducado Unido del Báltico”.

Pero en Lituania, los nacionalistas reclamaban un estado independiente (ofreciendo a cambio la corona lituana al rey de Wüttemberg ó al de Sajonia). Y sucesos similares se repetían en Estonia y Letonia.

Dentro de las fronteras de Rusia, los opuestos al régimen bolchevique buscaron ayuda en las potencias occidentales, las cuales – y actuando en beneficio propio – trataran de crear un nuevo frente oriental para fijar al ejército alemán y evitar su traslado al frente occidental.

Sin embargo, los restos del antiguo Ejército Ruso eran vistos (a ojos de la población civil) como el instrumento de opresión de la clase trabajadora a manos de la burguesía dominante. Lo que animaba a campesionos y obreros a alistarse en las filas del Ejército Rojo (el verdadero responsable del establecimiento del nuevo estado: la “Unión Soviética”); en forma de un ejército de conscripción obligatoria.

Uno de los principales objetivos del socialismo era: ...liberar a la humanidad de la bárbara carga que supone la sangría por enfrentamientos entre naciones... para lo cual era menester transferir el poder de las

potencias capitalistas hacia las clases trabajadoras... Por lo que el nuevo estado, la Unión Soviética, fue inicialmente aclamado por el pueblo; tras haber puesto fin a la participación en tan impopular guerra, con la firma del Tratado de Brest – Litovsk (Marzo de 1918).

En 3 años de guerra, el ex – Imperio Ruso había sufrido entre un mínimo de 1’3 millones de muertos y un máximo de 2’3 millones de muertos y 5 millones de heridos. Además había 3’9 millones de prisioneros de guerra rusos en manos de las potencias centrales (contra, por ejemplo 2’2 millones de austro – húngaros en sus manos ó los 2 millones de prisioneros de guerra capturados entre todos los bandos en el frente occidental).

Por su parte, las potencias centrales, tras firmar el tratado pueden desplazar unos 2 millones de soldados hacia el Oeste, hasta alcanzar el número de 160 divisiones alineadas.

El tratado de Brest – Litovsk de Marzo de 1918:

Con el ejército alemán a 137 Km. de Petrogrado, el 3 de Marzo de 1918, se firmó el tratado de paz de Brest – Litovsk. Momento en que se da por cerrado el teatro oriental de la Gran Guerra. Pero este quedaría obsoleto antes de acabar el año 1918.

Previamente, el 9 de Febrero de 1918, las potencias centrales habían firmado un tratado de paz con la República Popular de Ucrania.

Resultando un alivio para los propios bolcheviques (envueltos como estaban en una guerra civil), quienes además obtuvieron el primer reconocimiento explícito de su nuevo estado: La República Federal Soviética de Rusia. Por lo cual, este fue ratificado el 15 de Marzo de 1918, durante el IVº Congreso extraordinario de todos los Soviets y por el propio Kaiser Guillermo II (el 26 de Marzo de 1918).

Mientras que para Alemania (cuyo estado mayor había diseñado la mayoría de los puntos del tratado) y para el resto de naciones que conformaban las potencias centrales (Austria – Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano), les permitía desplazar un gran contingente de tropas veteranas hacia el Oeste, para lanzar la ofensiva final contra Francia (y contra Italia, amen de contener a las potencias aliadas en Macedonia y el Oriente medio), durante la primavera de 1918.

En virtud de lo acordado, Rusia renunciaba a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Curlandia, Ucrania y Besaravia, que quedarían bajo ocupación de las potencias centrales. Además; Ardahan, Kars y Batumi serían entregadas al Imperio Otomano.

Aunque esta fracasó, tras no lograr un avance decisivo y tras la llegada de tropas norteamericanas a Europa – las cuales lograron compensar la superioridad numérica alemana, tras la retirada de Rusia de la guerra –.

Aproximadamente 1 millón de soldados alemanes prosiguieron en el Este, hasta el fin de la conflagración mundial para prevenir un ataque del

Ejército Rojo, mientras que el grueso de sus ejércitos combatían en Occidente.

El tratado fue firmado en la localidad bielorrusa de Brest – Litovsk, tras 2 meses de negociaciones y ante la amenaza de nuevas conquistas, el ejecutivo bolchevique debió de reconocer todos los compromisos económicos del antiguo Imperio Ruso con la Triple Entente / los aliados.

Por este tratado, se cedían a Alemania las provincias rusas del Báltico (que iban a ser transformados en estados principescos vasallos) y al Imperio Otomano la provincia del Cáucaso Sur. Reconociendo la independencia de la ex – provincia de Ucrania.

Rusia acordó el abono de una indemnización, en concepto de reparaciones de guerra, por valor de 6.000 millones de marcos oro a Alemania (quien se encargaría de su reparto con el resto de potencias centrales).

El Congreso Nacional Polaco no fue ni invitado ni mencionado en el tratado, puesto que ni Berlín, ni Viena lo reconocían como entidad política representativa. Mientras que los delegados de la República Popular de Ucrania habían firmado su propio tratado de paz.

En noviembre de 1918, este tratado quedó derogado cuando Alemania se rindió a los aliados occidentales. Y cuando el conseja de comisarios del Pueblo de la República Federal Sovietica de Rusia lo dio por finiquitado.

Al final, Austria – Hungría, Alemania más el resto de las potencias centrales perdieron todos los territorios conquistados, entre el armisticio de 1918 y del Tratado de Versalles. Salvo Finlandia y Turquía, que lograron retener parte de lo ganado en Brest – Litovsk. Mientras que el gobierno bolchevique, en plena guerra civil, debió reconocer la independencia de Polonia, Finlandia, las 3 gobernaciones del Báltico y durante un tiempo las de Ucrania y Bielorrusia.

Para 1940, la U.R.S.S. había recuperado la mayoría de los territorios perdidos en 1918.

Antecedentes => La entrada en la guerra mundial del Imperio Ruso, incrementó las penurias económicas de sus habitantes. Las derrotas militares sufridas por los rusos, en combinación con la incompetencia del régimen zarista exacerbaron el descontento de las masas rusas.

Para 1917, tanto el Imperio Alemán, como el Imperio Ruso están en un punto muerto atrapados. Pero el colapso de la economía rusa, provocó una fuerte escasez de alimentos en las ciudades de Rusia. Y lo que empezó como unos simples disturbios civiles, se transformó en una revolución.

En Febrero de 1917; el descontento popular contra la guerra provocó la abdicación del zar Nicolás II, ante el temor de una sublevación de las tropas.

El nuevo ejecutivo – el gobierno provisional – asumió el poder, en competencia con un órgano revolucionario – el Soviet de Petrogrado – y, pese a que la mayoría social de Rusia deseaba poner fin a la guerra.

Kerensky (primer ministro desde el verano de 1917) se negó, con la idea en mente que una futura victoria militar afianzaría su régimen.

Y para compensar la decepción general por proseguir en la guerra mundial, se implantó la “Orden número 1” del Soviet de Petrogrado, al mismo tiempo que – Marzo de 1917 – se reclutaban las primeras formaciones de lo que sería la Guardia Roja.

Por su parte; el Imperio Alemán ayudó a Lenin a entrar en Rusia y asumir el control del partido bolchevique – el 3 de Abril de 1917 – desde Suiza, que en ese momento eran los únicos abiertamente partidarios de sacar a Rusia de la guerra. (poniendo a su disposición un tren, para el recorrido Suiza – Alemania – Dinamarca – Finlandia; y ayuda financiera para implementar sur objetivos políticos).

Apoyando a los bolcheviques y a los anarquistas, se debilitaba el poder ruso (Por ejemplo: logrando que 2 millones de soldados rusos desertasen de sus puestos). De esta forma, al llegar a Petrogrado, Lenin hizo público su manifiesto: “Las Tesis de Abril” – que llamaban a los soviets de trabajadores a hacerse con del poder y a retirarse inmediatamente de la guerra –.

A lo largo del resto de 1917, los bolcheviques extendieron la propaganda derrotista y revolucionaria entre las filas de las fuerzas armadas. Llamando a derrocar al gobierno provisional, como paso ineludible para finalizar la participación rusa en la contienda mundial.

La nueva ofensiva emprendida por Kerensky, fue una acción con fines más políticos que militares. Emprendida en medio de las reclamaciones de paz de todos los soviets de Rusia y en medio del hundimiento de la disciplina de los ejércitos de Rusia.

Iniciada el 1 de Julio de 1917; no tardó en acabar en desastre (debido a la desmoralización de las fuerzas armadas rusas; alentada por la propaganda bolchevique). Por lo que para Septiembre de 1917, el Frente Oriental comenzó a desmoronarse.

Al tiempo que las tropas se negaban a acatar las órdenes de sus oficiales, que no estuviesen ratificadas por los soviets de soldados. Ó directamente confraternizaban con el enemigo.

En Julio de 1917, comenzaron a producirse disturbios anti gubernamentales, por todo el país. Intentando arreglar la situación, Kornilov lanzó un intento de golpe de estado – en Agosto de 1917 – que fracasó, pero dejó políticamente aislado al gobierno provisional.

A comienzos de Noviembre de 1917; la posición de Kerensky era muy frágil. Por lo que el 7 de Noviembre de 1917, se produjo el levantamiento bolchevique en Petrogrado, que pasó a la historia con el nombre de Revolución de Octubre de 1917. Iniciado con el asalto de la Guardia Roja contra el Palacio de Invierno.

El 8 de Noviembre de 1917; el 2º Congreso pan – ruso de todos los Soviets votó el “Decreto para la Paz” por el que se invitaba a los estados en guerra a firmar el armisticio y entablar negociaciones de paz.

El 9 de Noviembre de 1917; se constituyó el Consejo de Comisarios del Pueblo, para ejercer el poder ejecutivo dentro de Rusia. Su política, desde el punto de vista económico, venía determinada porque Rusia seguía siendo una nación fundamentalmente agraria. Y su primer objetivo debe ser el estabilizar su propia soberanía y transformar el viejo estado nacional ruso en un nuevo estado soviético. Para lo cual, lo más urgente es negociar el armisticio.

Por su parte, el grueso de la población civil rusa, tras 3 años de guerra, solo desea poner fin a esta.

Las conversaciones iniciales => La revolución de Octubre de 1917 llevó a Lenin al poder. Iniciando, inmediatamente, las conversaciones para sacar a Rusia de la guerra.

El 26 de Octubre de 1917, Lenin firmó el “Decreto sobre la Paz” (ratificando lo acordado por el 2º Congreso de todos los Soviets) y nombró a Trotsky, Comisario del pueblo para Asuntos Exteriores. (Quien a su vez, nombró a Adolf Joffe como representante de Rusia para las conversaciones de paz).

Durante la noche del 20 al 21 de Noviembre de 1917; el Comisario del pueblo para la Defensa – Sovnarkom – telegrafió al comandante de STAVKA (general Dujonin), ordenando el cese de las hostilidades (que debían facilitar el entablar conversaciones de paz con el enemigo.

Pero, para el 21 de Noviembre de 1917, Dujonin no cumplió la orden. Por lo que fue destituido de manera fulminante y reemplazado por Krylenko el 25 de Noviembre de 1917.

(También, Sovnatkom, escribió una nota a todos los embajadores de las potencias aliadas presentes en Rusia. Anunciándoles el inicio de una tregua con las potencias centrales).

El 22 de Noviembre de 1917; Lenin, en calidad de presidente del Consejo de comisarios del pueblo, telegrafió a todos los regimientos del frente y a todos los buques de la flota, anunciando el inicio de conversaciones de paz.

(Ese mismo día, las potencias aliadas anunciaron que su postura común era ignorar el contenido de la nota).

El 23 de Noviembre de 1917; los jefes de las misiones y agregados militares aliadas. Presentaron una protesta por escrito, por lo que consideraban un “incumplimiento de los acuerdos del 5 de Septiembre de 1914, (entre sus cláusulas se incluía la de prohibido los acuerdos de paz por separado)”.

Ese mismo día, Trotsky escribió a los embajadores de las potencias neutrales todavía presentes en Rusia (Suiza, Suecia, Noruega y España)

solicitando su intermediación. (La respuesta del gobierno español fue la retirada de su embajador en Petrogrado).

Ante la negativa aliada a entablar negociaciones de paz, junto con Rusia. El Consejo de comisarios del pueblo decretó firmar por separado un acuerdo con las potencias centrales, tan pronto este hubiese sido negociado.

El 27 de Noviembre de 1917, el Imperio Alemán respondió de manera afirmativa a la propuesta de comenzar las negociaciones de paz. Ese mismo día Lenin volvió a invitar a los aliados a unirse a unas negociaciones que él preveía comenzar a partir del 1 de Diciembre de 1917.

El 28 de Noviembre de 1917, Trotsky hizo públicas las propuestas bolcheviques de cara a las negociaciones de paz:

* No habrá anexiones.

* Evacuación de los territorios ocupados.

* Autodeterminación de los pueblos.

* No habrá que pagar indemnizaciones de guerra.

Por lo que inmediatamente, los gobiernos de las potencias aliadas vetaron cualquier intento de cooperación con el nuevo régimen ruso.

Las negociaciones de paz => El 1 de Diciembre de 1917 empezaron estas con una tregua provisional. Mientras que para el día 2 de Diciembre de 1917, las diferentes delegaciones fueron llegando a Brest – Litovsk (que fue declarada previamente, como terreno neutral). Acudiendo en total, las delegaciones de: Rusia, Imperio Alemán, Imperio Austro – Húngaro, Imperio Otomano y Reino de Bulgaria.

El día 3 de Diciembre de 1917 – el mismo día que Krylenko se hacía oficialmente con el mando del STAVKA en Mogilev – empezaron las conversaciones preliminares y el día 4 de Diciembre de 1917, la delegación rusa presentó sus condiciones para una tregua indefinida:

* Duración mínima de la tregua: 6 meses.

* Suspensión de las hostilidades en todos los frentes.

* Evacuación alemana de Riga y el archipiélago de Moon.

* Compromiso de las potencias centrales a no transferir tropas a los frentes en occidente.

Pero tras una primera toma de contacto, solo lograron obtener de las potencias centrales:

a) Una tregua provisional, que durará entre los días 7 y 17 de Diciembre de 1917.

b) Compromiso a no retirar las tropas con destino a otros frentes.

c) Rusia aceptará la presencia de las tropas de las potencias centrales, en todos los territorios ocupados.

Finalmente, tras unas breves deliberaciones, todas las partes acordaron declarar el alto el fuego (provisional) el 9 de Diciembre de 1917.

El 10 de Diciembre de 1917, el Consejo de comisarios del pueblo, aprobó las líneas maestras del “Decreto sobre la paz” como la posición que defenderá Rusia de cara a las negociaciones a un futuro tratado de paz.

A parte, desde el 13 de Diciembre de 1917, existe un presupuesto del gobierno ruso (de unos 2 millones de rublos) para difundir propaganda entre los soldados alemanes, con la intención de minar su estado de ánimo y convencerles para que depongan las armas.

Para el día 15 de Diciembre de 1917, tras la primera ronda de conversaciones, se logró la firma por parte de todos los delegados presentes del armisticio – en la noche del 15 al 16 de Diciembre de 1917 –, por el que se suspendían las operaciones militares en todo el Teatro Oriental de la guerra (desde Lituania hasta el Transcáucaso), a partir del día siguiente y hasta un plazo no superior a 28 días. Con posibilidad de prórroga y un plazo mínimo de 7 días para el caso de re–empezar las hostilidades. Así como prohibir las transferencias de tropas al resto de teatros de la guerra mundial.

Aunque el acuerdo fue celebrado en Rusia, todo el mundo lo ve como una derrota rusa.

Como lugar donde celebrar las negociaciones, se había escogido la vieja fortaleza de Brest – Litovsk, en pleno territorio ocupado por los alemanes, pero cerca de las líneas rusas y sede del Cuartel General Alemán, en el Frente Oriental.

Ahí, el nuevo Comisario de Relaciones Exteriores – Trotsky – trató desde el primer momento de prolongar las negociaciones en Brest – Litovsk (que habían comenzado el 22 de Diciembre de 1917).

La delegación de las potencias centrales – auto proclamada “la cuádruple alianza” estaba compuesta por: el general Max Hoffman (comandante alemán del Frente Oriental); el secretario alemán de negocios extranjeros, Richard von Külhmann (quien era el rival más directo al poder de Luddendorff en Alemania); el ministro / canciller austro – húngaro de relaciones exteriores, Ottokar Czernin; el ministro de justicia del Reino de Bulgaria, Popov; y el gran visir del Sultán Otomano, Mehmet Talat Bey. (Quienes tenían en común que se trataban de personas de ideología monárquica conservadora.

Lo que llevó al comandante en jefe alemán de los ejércitos en el Este; Príncipe Leopoldo de Baviera, a comentar la extrañeza que le causaba compartir la misma mesa con los dos polos opuestos del espectro social europeo).

Su objetivo, ahora mucho más aliviados y liderados por Alemania, era poder cerrar el Teatro Oriental de la Gran Guerra, para poder concentrarse en sus respectivos frentes occidentales. Al tiempo que apoyaban a los secesionistas ucranianos.

La primera ronda de las conversaciones formales, fue inaugurada por el general Príncipe Leopoldo de Baviera con un breve discurso.

Mientras que fue la delegación Rusa, la primera en exponer sus propuestas:

1 – No habrá anexiones de aquellos territorios ocupados por las tropas extranjeras.

2 – Derecho a la autodeterminación de los pueblos.

3 – Garantía que cada etnia ó pueblo dentro de Rusia pueda decidir su futuro.

4 – Autonomía y plenos derechos para aquellas etnias que decidan quedarse dentro de Rusia.

5 – Exención a todas las partes implicadas del pago de indemnizaciones de cualquier tipo.

6 – Prohibición de colonizar cualquier territorio ocupado.

7 – Las naciones más fuertes se abstendrán de intervenir dentro de las más débiles.

Los representantes rusos, todos revolucionarios radicales, estaban encabezados por Adolf Joffe (representante del comité central bolchevique y presidente de la delegación) y Anastasia Bizenko (representante del comité central del partido social revolucionario).

Junto con los delegados militares: L. Kamenev, G.J. Sokolnikov y S. Maslowsky. Quienes presidían la delegación militar rusa (ejerciendo de suplente el Intendente general V. E. Skalon). El resto de miembros de la delegación militar era:

* El jefe del Estado Mayor del Ejército Ruso; general Yuri Danilov.

* El segundo jefe del Estado Mayor de la Armada Rusa; contraalmirante V. M. Altvater.

* El director de la Academia Militar Nikolayev de Estado Mayor; general A. A. Samailovo.

* Los coroneles D. G. Focke y I. Yakolev.

* El capitán de la armada B. Lipsky.

* El secretario L. Karajan.

Junto a ellos, estaba el personal técnico: 3 traductores y 6 mecanógrafos. Más 5 representantes ordinarios de los soviets militares: el marinero F. V. Olic; el soldado N. K. Belyakov; el campesino R. I. Stashkov; el obrero P. A. Obujov; y el Alferez de la armada K. Y. Zedin.

(El 12 de Diciembre de 1917, antes de retomar las negociaciones, el general V. E. Skalon se suicidó deprimido por la derrota y por la infidelidad de su esposa).

Su objetivo, era el de lograr la consolidación de su régimen de manera urgente. Al tiempo que bajo mesa, trataban de promocional la “Revolución Mundial” – lo que implicaba alargar las negociaciones –. Pero los alemanes vieron en estas maniobras dilatorias una amenaza, por lo que desde el

primer momento lanzaron veladas amenazas de romper la tregua e iniciar una ofensiva.

A petición de Joffe, las negociaciones fueron públicas, en un intento de convencer a la opinión pública mundial de sus buenas intenciones. (Aunque detrás de esto, se ocultaba la idea de una próxima derrota de las potencias centrales, que ahorrase a Rusia el tener que hacer concesiones territoriales).

Mientras que en Petrogrado; Trotsky debía mediar entre las dos corrientes del partido bolchevique:

La radical, encabezada por Bujarin, quienes solo deseaban ganar tiempo para fortalecer al Ejército Rojo. Con la intención de rechazar las apetencias territoriales de las potencias centrales e inspirar a las masas obreras de Europa a instaurar el socialismo en todo el mundo. (Alegando que la paz entre estados capitalistas y una república socialista era imposible).

La pragmática, cuyo máximo exponente era Lenin, quien opinaba que la revolución obrera en Alemania era inminente – aunque el gobierno del Káiser era todavía fuerte –, por lo que proseguir la guerra era invitar a Alemania a invadir Rusia y provocar la caída del régimen bolchevique. Mientras que dejando que estallasen nuevas revoluciones en Europa, permitirían a Rusia recuperar los territorios perdidos. (La política a seguir era la de alargar las negociaciones hasta que Alemania presentase un ultimátum. Y luego, sacar a Rusia de la guerra a cualquier precio).

La idea de Trotsky era conciliar ambas posturas; asegurando que el joven Ejército Rojo era débil para oponerse a los alemanes ó a los austro – húngaros. Pero firmar el tratado, en los términos que Alemania proponía, presentaría al partido bolchevique como un traidor vendido al dinero alemán (tal como alentaban el movimiento blanco y las potencias aliadas).

Entre tanto, el 25 de Diciembre de 1917, las elecciones a la asamblea constituyente rusa dieron una amarga sorpresa al partido bolchevique. Que solo logró ¼ de los votos.

Ese mismo día y de cara a la primera ronda; los delegados de las potencias centrales acordaron aceptar las condiciones rusas, si a su vez las potencias aliadas aceptaban firmarlas. También, todas las partes presentes en Brest – Litovsk, acordaron cooperar en igualdad de condiciones, en la búsqueda de la paz. (Mientras tanto, el ejército rojo ruso combatía contra los nacionalistas ucranianos. Aunque sin lograr evitar que en Kiev se proclamase la República Popular de Ucrania. Que inmediatamente se apresuró – Diciembre de 1917 – a enviar su propia delegación a negociar, para disgusto de los representantes bolcheviques.)

Durante ese primer turno de la conversaciones, los representantes alemanes comenzaron anunciado que no iban a replegarse a las fronteras de 1914. En su lugar exigieron la independencia de la Polonia Rusa (salvo la parte ocupada por los austro – húngaros), Lituania y Curlandia. Para formar una serie de estados tapón (administrados por los alemanes) entre el Imperio Alemán y la República Federal Soviética de Rusia.

También, Ucrania debía convertirse en un protectorado – con forma de estado independiente – de los Imperios Alemán y Austro – Húngaro. Y los nuevos estados de Báltico se transformarían en monarquías, sentando a príncipes alemanes en sus tronos.

Los bolcheviques rusos por su parte, expusieron su idea de una paz sin indemnizaciones y anexiones territoriales.

Y el resto de delegaciones de las potencias centrales, expusieron sus reclamaciones – todas condicionadas a los intereses alemanes –.

Tras una semana de negociaciones, el 27 de Diciembre de 1917, la delegación soviética propuso la retirada de todos sus soldados en suelos de Austria – Hungría, Persia y el Imperio Otomano; a cambio de un repliegue alemán de Polonia, Lituania y Curlandia (garantizando el derecho a la autodeterminación).

Aunque los delegados de los imperios alemán y austro – húngaro tomaron nota de esta propuesta. Exigieron el repliegue de las tropas rusas (y de la Guardia Roja) de todos los territorios susceptibles de independizarse. Al tiempo que informaron que una delegación de la Rada Central Ucraniana iba a unirse a la mesa de negociaciones.

Bajo el epígrafe “libre determinación de los pueblos” los alemanes deseaban el reconocimiento a los gobiernos títeres de ocupación. En ese ambiente, el 11 de Diciembre de 1917, el consejo lituano proclamó su independencia.

El 28 de Diciembre de 1917, los delegados de las potencias centrales anunciaron un receso de diez días, para consultar en sus respectivas capitales, las propuestas bolcheviques.

Por su parte, los delegados bolcheviques – con la excusa de tratar de llevar a los aliados a la mesa de negociaciones – regresaron a Petrogrado, donde una sesión del Comité central del partido Bolchevique votó retrasar las negociaciones, a la espera de una revolución en Alemania y Austria – Hungría.

Más tarde y durante las celebraciones navideñas, los bolcheviques volvieron a reiterar, de manera pública, su interés en una paz sin anexiones ni indemnizaciones. Al tiempo que polacos y lituanos clamaban a favor de su independencia.

Sin embargo, era conocido por todos que el plan de Trotsky era alargar las negociaciones, hasta que se produjese el ultimátum alemán. Rechazar este y provocar así el levantamiento obrero en el Imperio Alemán – convencido Trotsky que las masas proletarias rechazarían cualquier ganancia territorial, si el precio era seguir soportando la guerra –. Aunque Lenin se inclinaba más por firmar inmediatamente la paz, que le permitiese consolidar el poder bolchevique – a pesar que en este momento estaba solo en el comité

central del partido, dominado por las tesis de Bujarin y Radek; quienes opinaban que Alemania, Austria Hungría el Imperio Otomana y Bulgaria estaban al borde de una revolución, por lo que había que esperar hasta su estallido –.

Para la 2ª ronda de las negociaciones, el gobierno ruso telegrafió proponiendo – el 2 de Enero de 1918 – el traslado de las negociaciones a la ciudad de Estocolmo. Pero los alemanes se negaron en redondo (al parecer desde Brest – Litovsk, los alemanes espiaban las comunicaciones telegráficas y telefónicas de todas las delegaciones presentes).

El 4 de Enero de 1918, el canciller de Alemania pronunció un discurso en la Dieta anunciando el comienzo de unas negociaciones con Ucrania (que no pocos vieron una maniobra para debilitar a Rusia y Austria – Hungría). Anteriormente, los ucranianos habían estado en contacto con el general Hoffmann (solicitándole la independencia de Holm, Bucovina, Ucrania y la Galitcia Oriental / Rutenia).

El 7 de Enero de 1918; Lenin ordenó a Trotsky sustituir a Joffe como cabeza de la delegación rusa, junto con el líder pacifista alemán Karl Radek. Pues Joffe no había sido capaz de reducir ó frenar la velocidad de las negociaciones, y el propio Trotsky, era un convencido del estallido inminente de la revolución proletaria mundial, precisamente entre las potencias centrales. También se volvió a invitar a los gobiernos de las potencias aliadas, a participar en la conferencia.

Acompañando a Trotsky, la delegación soviética estaba compuesta por: A. Joffe, L. Karajan, K. Rudek, M. Pokrovsky, A. A. Bitsenko, V. A. Karelin, E. Medvedev, M. Shahray, A. Bobinsky, V. Mickiewichz, V. V. Altvater, A. A. Samoilo y V. V. Lipsky.

Por su parte el conde Ottokar Czernin anunciaba qué, en caso de no haber acuerdo entre Berlín y Petrogrado, el Imperio Austro – Húngaro firmaría una paz por separado. Aunque la posterior amenaza alemana de retirar todas sus tropas, forzó al ejecutivo de Viena a retirar esta declaración.

El 8 de Enero de 1918, el presidente Woodrow Wilson proclamó los “14 puntos” (entre los cuales se incluía el derecho a la autodeterminación nacional de los pueblos, que a su vez había sido plagiado de las proclamas bolcheviques).

El 10 de Enero de 1918; la delegación de la Rada Central Ucrania se incorporó a la mesa de negociaciones en Brest – Litovsk (invitada por el gobierno alemán, el 9 de Enero de 1918); para negociar de manera autónoma a la delegación rusa. Ahora que estaban en la misma mesa todas las partes del Teatro Oriental de la Gran Guerra, los alemanes advirtieron que romperían las negociaciones y el acuerdo de armisticio, si cualquiera de las partes implicadas en las mismas no aceptaban la totalidad de los acuerdos firmados ó pendientes de firmar.

Por su parte, la diplomacia rusa anunció que iba a firmar un acuerdo de paz por separado, ante la negativa aliada de unirse a la mesa de negociaciones. Respecto a la incorporación de una delegación ucraniana; Trotsky manifestó su opinión en contra. Pero aceptó sentarse con la misma, a cambio de ser informado de cualquier acuerdo entre Ucrania y Alemania ó Austria – Hungría, con un plazo no superior a las 48 horas.

El 12 de Enero de 1918, el general Ludendorff exigió al general Hoffman acelerar el ritmo de las negociaciones. Justo cuando se debatía el futuro de las provincias del ex – imperio ruso. (Aquí los alemanes eran intransigentes, a la hora de asegurar su permanencia en Curlandia, Lituania, Riga y el archipiélago de Moon).

Mientras tanto las economías de los imperios alemán y austro – húngaro naufragaban, en paralelo a la rusa: Desde la primavera de 1917, la capacidad de movilización alemana había llegado a su límite (mientras que los aliados echaban mano a sus colonias); con la mayor parte de su producción industrial movilizada para la guerra (por ejemplo, ese año Alemania debió trasladar 125.000 hombres del frente a las fábricas).

Anteriormente, el “invierno del nabo de 1916 a 1917” había dejado más de 700.000 muertes y numerosos sucedáneos para inundar los mercados – sin llenar los estómagos –. Pero el invierno de 1917 a 1918 fue todavía más duro (por ejemplo la ración semanal media de un alemán, cayó a: 3’3 Kg de patatas, 1’8 Kg de pan, 0’240 Kg de carne y entre 0’070 a 0’090 Kg de mantequilla). Lo que causó cada vez mayores huelgas en Alemania y una huelga general en Austria – Hungría.

Para el 18 de Enero de 1918, los delegados de las potencias centrales empezaban a dar síntomas de cansancio y hartazgo (Empezando por el propio Hoffmann; quien nunca dejó de recalcar su postura de vencedor). Por lo que, de cara a la segunda ronda de negociaciones, los alemanes propusieron condiciones mucho más duras, como la anexión del archipiélago de Moon y el golfo de Riga, así como la independencia de Polonia, Bielorrusia, el Báltico y Ucrania (de hecho ya estaban negociando con las autoridades Ucranianas. Y el 9 de Febrero de 1918, Alemania acabó reconociendo al gobierno ucraniano, tras firmar un tratado con este). Lo que dejaba a Rusia sin fronteras naturales, y con una cabeza de puente alemana en el río Dvina.

Mientras tanto, en Berlín se le preguntó a Hindemburg para que quería los estados del Báltico y respondió: “...para asegurar el flanco izquierdo, en la próxima guerra...”.

La respuesta de Trotsky fue solicitar otro receso de diez días, para realizar consultas con el resto de miembros del Consejo de Comisarios del Pueblo. Al tiempo que la confianza alemana en lograr todos sus objetivos políticos y estratégicos mejoraba.

El 19 de Enero de 1918, el parlamento ruso fue disuelto, sin haber redactado la constitución. Siendo nombrado el Soviet de Petrogrado como órgano de poder legislativo dentro de Rusia. La principal razón de esta medida, era la política adoptada de “Defensa de la revolución” que forzaba al Consejo de comisarios del pueblo a romper las negociaciones.

Aunque el propio Trotsky criticó dicha medida, tachándolo de: “...alcanzar la paz a cualquier precio...”.

Tras casi dos meses de negociaciones, frustrado por las demandas alemanas de cesiones territoriales; Trostsky, que ya no era capaz de alargar más tiempo las conversaciones y ante la impaciencia de los negociadores de las potencias centrales, convenció al comité central del partido bolchevique para votar la retirada de Rusia de la mesa de negociaciones, sin firmar ningún tratado. Anunciando la nueva doctrina: “No guerra / No paz” y secundado por Bujarin , quien clamaba por una “guerra revolucionaria”.

El 22 de Enero de 1918; el gobierno alemán prometió al pueblo una paz futura y mejoras en la alimentación. Por lo que los huelguistas alemanes retornaron inmediatamente a sus puestos de trabajo. Pero, el día 28 de Enero de 1918, una nueva huelga paralizó la ciudad de Berlin cuando más de 500.000 manifestantes se echaron a las calles – en ese momento, se habló por primera vez en Alemania, de pedir un armisticio y proclamar la república –.

El 30 de Enero de 1918, Trotsky regresó a Brest – Litovsk (En un momento en que Alemania y Austria – Hungría se veían sacudidas por sendas huelgas generales) y anunció que no tomaría parte en más debates ó negociaciones donde estuviesen presentes los delegados ucranianos.

Y, al día siguiente – 10 de Febrero de 1918 – de firmarse el tratado de paz entre las potencias centrales y Ucrania (un acuerdo por separado de paz, que incluía el reconocimiento del ejecutivo ucraniano, los límites territoriales y las entregas de cereal ó “pan de Brest – Litovsk”) decidió hacer pública su política “Ni guerra, ni paz”.

Casi de inmediato, los delegados de las potencias centrales manifestaron amenazas de regresar a las hostilidades. Si bien, en privado, los alemanes sospechaban que las intenciones de Trotsky pasaban más por afianzar su posición dentro del partido bolchevique que por reforzar el papel de Rusia para después de la guerra.

A instancias del general Luddendorff, los alemanes exigieron a Trotsky regresar a la mesa de negociaciones antes del 11 de Febrero de 1918. Llegado ese día, el káiser Guillermo II telegrafió a la delegación alemana, ordenando la entrega por escrito de las demandas alemanas en forma de ultimátum (utilizando como pretexto, las apelaciones de Trotsky a los soldados alemanes, donde les incitaba a asesinar al káiser y a sus generales. Para dedicarse a confraternizar con los soldados rusos).

Ese mismo día, Trotsky – que había consultado a Lenin – rechazó el ultimátum alemán. Y volvió a reiterar su lema: “No paz / No guerra”. Por lo que los alemanes procedieron a dar por finalizado el armisticio. (Momento que aprovechó un miembro de la delegación rusa, A. A. Samoilov, para desertar al Imperio Alemán).

En todo momento; Trotsky pensó que todo ello, no eran más que simples faroles diplomáticos. Por lo que al retirarse de la mesa de negociaciones y rechazar los términos impuestos por Alemania, se veía como el ganador en las negociaciones de paz.

Tras a su regreso a Petrogrado – 6 horas más tarde –. Informó a Lenin, asegurándole que los alemanes nunca atacarían.

Su siguiente medida, fue telegrafiar a Krilenko y a los cuarteles generales de los Frentes y Flotas rusas, ordenando el estado de guerra (pero sin paralizar la desmovilización); a la par que difundía nueva propaganda socialista entre las tropas alemanas (para lo cual, editó un periódico revolucionario en lengua alemana).

Inmediatamente, varios líderes bolcheviques denunciaron que Trotsky se estaba extralimitando en sus funciones. Exponiendo a Rusia al peligro de una invasión. Mientras que Trostsky se defendía haciendo hincapié en la idea de la revolución mundial.

Por su parte, las autoridades alemanas habían ordenado – desde el 9 de Febrero de 1918 – reprimir sin contemplaciones cualquier conato de huelga ó motín.

Tratado de paz entre Ucrania y las Potencias centrales => Alemania y Austria – Hungría aprovecharon la interrupción de las negociaciones con Rusia para negociar por separado con la Rada Central Ucraniana (que – el 22 de Enero de 1918 – había proclamado su independencia).

El 29 de Enero de 1918; estalló en Kiev un levantamiento bolchevique, reprimido inmediatamente por las tropas nacionalistas ucranianas. Lo que fuerza a los bolcheviques ucranianos a instalar – el 4 de Febrero de 1918 – un ejecutivo en Jarkov, con los 100 cuadros supervivientes. Opuesto a la Rada Central Ucraniana.

Mientras tanto, el 30 de Enero de 1918, la delegación ucraniana (compuesta por el presidente Megvelev y el secretario de asuntos militares, Shahray) se incorporó a la mesa de negociaciones de Brest – Litovsk.

Lo que molestó a Trotsky (especialmente cuando volaron las acusaciones sobre violaciones de la soberanía de las naciones y de los pueblos, vertidas desde Kiev y Jarkov). Quien preguntó porqué Polonia no tenía delegación propia, pero la delegación alemana se negó a plantear tal cuestión.

El levantamiento bolchevique en Kiev, había puesto a los alemanes ante el dilema que hacer con Ucrania en caso de ruptura de las negociaciones. Así que una delegación ucraniana se encaminó – el 3 de Febrero de 1918 –, en secreto, hacia Berlín, para discutir la conveniencia de un tratado por

separado con la Rada Central Ucraniana (en un momento en que el grano ucraniano era especialmente valioso, sobre todo porque Austria – Hungría carecía de reservas).

El 9 de Febrero de 1918; se firmó formalmente un tratado de paz entre Alemania, Austria – Hungría la Rada Central Ucraniana; por el que a cambio de ayuda militar contra los bolcheviques y de convertir la Rutenia austro – húngara en una región autónoma: Ucrania suministraría 50 millones de Tm. de cereal; 400 millones de huevos; 6 millones de Tm. de carne, mantequilla, azúcar y mineral de manganeso. A entregar antes del 31 de Julio de 1918.

Este tratado fue un golpe muy duro al ejecutivo bolchevique de Petrogrado, que estaba tratando de sovietizar ucrania desde Noviembre de 1917 y desde Diciembre de 1917, el Soviet de Jarkov actuaba como órgano ejecutivo de la República Soviética de Ucrania, intentando en Enero de 1918 la conquista de Kiev

Pero las alegrías, les duraron poco a los nacionalistas ucranianos. En Abril de 1918, los alemanes disolvieron la Rada Central Ucraniana reemplazándolo por un mucho más docil Hetmanato.

La batalla en el seno del partido bolchevique => Desde mediados de Enero de 1918, el partido bolchevique se había dividido en 2 facciones:

+ Los “comunistas de la izquierda”, encabezados por Bujarin, que insistían en rechazar las demandas alemanas.

+ la “facción de Lenin”, que desde el 20 de Enero de 1918, deseaban asegurar la supervivencia de la revolución rusa, contra los “estados imperialisas”.

En contra de las pretensiones alemanas se alinearon: Bujarin; Dzerzhinsky; Uritsky; Bubnov; Radek; Joffe; Kretinsky; Krylenko; Podvoisky; Pyatakova; Lomov; Sirmonov; Bronsky; Yakolev; Pokrovsky;... Así como los Soviets de Moscú (que el 10 de Enero había aprobado una moción exigiendo el fin de las negociaciones), Petrogrado y los Urales.

Para desenvolverse entre ambas facciones, Trotsky había diseñado la política “No paz / No guerra”. Que se basaba en desmovilizar al ejército, sin detener la guerra.

El 21 de Enero de 1918; Lenin convocó al Comité central, donde 21 apoyaron las tesis de Lenin, 32 se opusieron a seguir negociando y 16 apoyaban a Trotsky.

El 24 de Enero de 1918; Zinoviev y Kamenev cambiaron su voto y se unieron a Bujarin: Clavarle (al Kaiser Guillermo) un cuchillo en su espalda, con la ayuda del proletariado de alemán y austro – húngaro. Sin embargo, Lenin opinaba que no habría revolución en Alemania ni en Austria – Hungría. Por lo que buena parte de los “comunistas de la izquierda” (Stalin; Sergeiev; Sokolnikov y otros) abandonaron a Bujarin, para apoyar las tesis de Trotsky.

Siendo adoptada la política “No guerra / No paz” como un medio de mantener unido al partido Bolchevique (sin creer demasiado en la idea de Trotsky, sobre una futura revolución alemana).

Durante el IIIº Congreso de todos los Soviets, Trotsky leyó un discurso – aplaudido por todo el mundo – antes de ser aprobado por unanimidad el informe sobre su gestión de las negociaciones.

Pero antes de regresar a Brest – Litovsk; Lenin advirtió a Trotsky sobre la necesidad de seguir retrasando las negociaciones, solo hasta que hubiese un ultimátum alemán.

La reanudación de las hostilidades => El 13 de Febrero de 1918, en una reunión celebrada en el castillo de Homburg, el káiser Guillermo II, acompañado por: el canciller del imperio, el secretario de asuntos exteriores y los jefes de los estados mayores del ejército y la armada. Decidieron que en vista de las circunstancias, dar por finalizada la tregua y comenzar una ofensiva general en todo el frente oriental, que les permitiese: “...mediante un golpe intenso contra Rusia, capturar la mayor parte de su equipo militar...”.

El plan elaborado, preveía la ocupación de toda la región del Báltico, hasta Narva; apoyar la independencia de Finlandia, expulsando a los bolcheviques del país escandinavo; y transportar el grano y otras materias primas desde Ucrania y el Oeste de Rusia, hasta Alemania.

Para el 12 de Febrero de 1918; apenas transcurridas 48 horas desde el fin de las negociaciones, el mando alemán del Frente Norte ya estaba preparando la operación ofensiva, en el mayor de los secretos.

A las 19’30 horas del 16 de Febrero de 1918; en respuesta a la negativa rusa a retornar a la mesa de negociaciones. Los mandos alemanes informaron al general ruso Samoilov, qué – de manera oficial y en acuerdo a los términos del armisticio – este se daba por finalizado para el día 17 de Febrero de 1918. (Cumpliendo así la cláusula de dar a la otra parte una semana de plazo para prepararse, e iniciando lo que más tarde se llamaría “Operación Puñetazo”

A decir de todo el mundo, los alemanes no habían respetado los términos del armisticio. Pero los propios rusos no estaban en condiciones de presentar una queja formal).

Para las 12’00 horas, del día 18 de Febrero de 1918; el STAVKA estaba informado de los movimientos de las tropas alemanas entran de nuevo en combate. En un frente amplio que iba desde el Báltico hasta los Cárpatos, pasando por Bielorrusia y Ucrania. (En total, participaban 47 divisiones alemanas de infantería y 5 de caballería). Al mismo tiempo, una flota alemana se aproximó hasta el Golfo de Finlandia, con el propósito de bombardear Petrogrado.

Inmediatamente tras la reapertura del Frente Oriental; Lenin informó a Trotsky que el partido bolchevique había fallado al tratar de movilizar a la clase obrera de Europa.

En Alemania se produjeron alguna huelgas y manifestaciones. Pero para el 19 de Febrero de 1918, estas habían fracasado. Momento en que las potencias centrales presentaron nuevas y mucho más duras condiciones (Como la inmediata cesión de Dunaburgo, Lituania y Estonia al Imperio Alemán. Cesión de Armenia al Imperio Otomano y la evacuación de las tropas, más el reconocimiento de la independencia, de Ucrania y Finlandia. Completa desmovilización del Ejército y la Armada de Rusia) y un plazo de 48 horas para responder. Ampliado, más tarde a 72 horas.

El avance alemán fue muy rápido, sin encontrar a penas resistencia – En la tarde del 18 de Febrero de 1918, un destacamento de un centenar de soldados alemanes ocuparon Dvinsk; que era la sede del 5º Ejército Ruso, perteneciente al Frente Norte Ruso).

En general, los alemanes solo tenían en frente a los restos del antiguo Ejército Imperial Ruso. El cual llevaba desde Diciembre de 1917, sufriendo el proceso de “Democratización del ejército”, por el que el principio de autoridad había dejado de existir, junto con los rangos e insignias de mando. Sustituidos ambos a partir de entonces por el título de “soldado del ejército revolucionario”.

Completada la fase de destrucción del ejército con un proceso de “depuración” del cuerpo de oficiales. Sustituyendo a estos, por aquellos soldados que gozasen de la mayor confianza / fiabilidad política del nuevo régimen. Pero incapaces de cumplir con cualquier tarea militar.

Las fuerzas armadas se encontraban en una situación generalizada de desmoralización (en gran parte causada por la propaganda bolchevique) y de indisciplina generalizada. Así que las tropas rusas – carentes de capacidad de combate (en gran parte causada por la confraternización con el enemigo desde el 22 de Noviembre de 1917) –. Se replegaron en masa hacia la retaguardia. Abandonando en su huida la mayor parte de sus armas y pertrechos – aunque muchos de sus soldados, se integrarían más tarde en la Guardia / Ejército Rojo –.

El partido bolchevique – consciente de lo desesperado de su situación – votó por “actuar de manera rápida y sin pérdida de tiempo” y en la noche del 18 al 19 de Febrero de 1918; el Consejo de comisarios del pueblo telegrafió a las capitales de cada una de las potencias centrales, protestando por la “violación de la tregua”.

Más tarde, telegrafiaron a Berlín, prometiendo regresar a la mesa de negociaciones, si cesaban de nuevo las hostilidades. Pero los alemanes no respondieron – de manera deliberada – hasta el día 21 de Febrero de 1918.

Aprovechando la dilación, el ejército alemán siguió avanzando. Y, para la mañana del 19 de Febrero de 1918; todo el Frente Norte Ruso había sido

desalojado de sus posiciones (en total, 6 divisiones del 8º Ejército Alemán ocupaban Lituania, Estonia, Revel, Pskov, y Narva. Al tiempo que consolidaban sus posiciones en Dvinsk y el archipiélago de Moon).

En menos de una semana, los alemanes han profundizado más de 300 Km. tras las líneas rusas. Petrogrado se encuentra bajo amenaza, Minsk ocupada el 19 de Febrero de 1918, Polonsk el 20 de Febrero de 1918, Orsha y Rechitsa el 21 de Febrero de 1918, Wolmar / Wendy y Valk / Gapsala el 24 de Febrero de 1918. Al precio de perder menos de 300 hombres).

En Ucrania; Kiev es ocupada por los alemanes el 21 de Febrero de 1918. Salvo los Fusileros letones, ninguna unidad militar rusa de retaguardia abandonó los cuarteles para acudir al frente. Y un llamamiento a los obreros, para unirse al Ejército Rojo, solo fue respondido por 10.320 soldados – entre el 23 y el 26 de Febrero de 1918 –.

Como Petrogrado estaba en peligro de ocupación, Zinoviev solicitó al Comité central del partido bolchevique la evacuación de miles de cuadros del partido. En consecuencia, el VIIº Congreso del partido bolchevique, decidió el traslado de la capital de Rusia hacia Moscú.

En estas circunstancias, el 20 de Febrero de 1918; Lenin informó al Soviet de Moscú (ciudad a donde se había trasladado el Soviet de Petrogrado, el Consejo de Comisarios del Pueblo y resto de órganos de gobierno nacional de Rusia) que: “...no hay ejército y los alemanes atacan todo a lo largo del frente que va desde Riga hasta el Mar Negro...”.

A estas alturas, todo el mundo comprendía que una “guerra revolucionaria” contra los alemanes, era imposible (especialmente tras haber roto estos las alambradas en todo el Frente Oriental).

Dentro del partido, las deliberaciones se volvieron angustiosas; Trotsky estaba indeciso, Bujarin era favorable a luchar y Lenin quería la paz.

Para obtener la mayoría de los votos, el propio Lenin amenazó con dimitir. Haciendo un llamamiento para poner fin a la “política de frase revolucionaria” (aunque sin dejar de especular con un inminente colapso de las potencias centrales y el inicio de la revolución socialista mundial).

Trostsky – que al principio se negaba, pues seguía creyendo en una revolución obrera en Alemania y Austria Hungría –, tras 24 horas en que los alemanes avanzaron sin encontrar oposición seria. Era plenamente consciente que el Ejército Imperial Alemán iba a aplastar a los restos del Ejército Ruso y al embrión del Ejército Rojo.

Además, y como el gobierno bolchevique había prometido el fin de la guerra, los soldados rusos desertaban sin presentar batalla a los invasores.

El 21 de Febrero de 1918, se forma el Comité de Defensa de la Revolución de Petrogrado, de 15 miembros. Cuya primera medida es poner la capital bajo estado de sitio, bajo la consigna de “¡Luchar hasta la muerte!. (Para el

25 de Febrero de 1918, el comité es ampliado hasta los 30 miembros en una mesa redonda, presidido por Sverdov y Zinoviev. Pero todo el mundo consideraba que la antigua capital era indefendible).

El 22 de Febrero de 1918, los delegados votaron a favor de la moción de Lenin. Quien, ordenó volver a la mesa de negociaciones y firmar el tratado. Y esa misma noche, el Comité Central del Partido Bolchevique, reunido en Petrogrado (y con el voto en contra de Bujarin); telegrafió a Berlín aceptando las duras condiciones de paz impuestas.

El 25 de Febrero de 1918; los bolcheviques deben evacuar sus últimas posiciones en torno a Revel y Borisov. Y para el 2 de marzo de 1918, la aviación alemana – operando desde Narva – bombardea Petrogrado.

La lucha política y diplomática => En la noche del 17 al 18 de Febrero de 1918; se discutió en el Comité central del partido bolchevique, la posibilidad de volver a la mesa de negociaciones con las potencias centrales. 5 miembros votaron a favor (Lenin, Stalin, Sverdlov, Sokolnikov y Smilga) contra 6 que votaron en contra (Trotsky, Bujarin, Lomov, Uritsky, Joffe y Krestinsky).

En la mañana del 18 de Febrero de 1918, se reunió el Consejo de comisarios del pueblo, para analizar los progresos de la ofensiva alemana. Tras contemplar el derrumbe generalizado, se votó rechazar (por 7 contra 6) telegrafiar a Berlin para aceptar los términos que imponía el Imperio Alemán.

Entonces Lenin convocó una nueva reunión del Consejo de comisarios del pueblo, para la tarde noche del 18 al 19 de Febrero de 1918. Esta vez – tras ser testigos de los reveses que padecían los rusos en todos los frentes – se votó en plena noche y con el apoyo de los comisarios social revolucionarios de la izquierda, la moción. Que fue aprobada por 7 votos a favor, 5 en contra y 1 abstención.

De esta forma, Lenin en calidad de presidente del Consejo de comisarios del pueblo pudo telegrafiar a Berlin, aceptando sus condiciones de paz. Recibiendo, en nombre del general Hoffman, el acuse de recibo.

La respuesta del gobierno alemán se retrasó (para permitir a los ejércitos alemanes completar su ofensiva sobre Revel, Narva, Petrogrado y Pskov), hasta el 21 de Febrero de 1918, en que presentó un ultimátum – formado por 10 puntos – y un plazo de 48 horas para aceptarlo. En dicho ultimátum, iba incluido:

1 Revindicaciones territoriales del Imperio Alemán.

2 Revindicaciones territoriales del Imperio Austro – Húngaro.

3 Evacuación de las tropas rusas de Lituania y Estonia.

4 Rusia se compromete a firmar la paz con Ucrania.

5 Evacuación de las tropas rusas de Ucrania y Finlandia.

6 Evacuación de las tropas rusas del Imperio Otomano.

7 Desmovilización del Ejército Ruso.

8 Retirada de las Flotas Rusas del Mar Negro, del Báltico y del Ártico.

9 Desarme de los navíos de las Flotas Rusas del Mar Negro, del Báltico y del Ártico.

10 Acuerdo económico y financiero.

Ese mismo día; Lenin comenzó (desde las páginas del Pravda) la campaña para justificar una paz / claudicación con las potencias centrales.

Mientras tanto, se convocó una reunión del Congreso de comisarios del pueblo, para discutir la propuesta de paz.

Durante los debates; Lenin amenazó con dimitir, si no se firmaba el acuerdo de paz.

Trotsky por su parte – tras reconocer su fracaso –, presentó su dimisión dimisión como Comisario de asuntos exteriores. La cual, no seria oficial hasta el 22 de Febrero de 1918. Y no seria aceptada hasta después de la firma del tratado de paz. Siendo nombrado Chicherin para reemplazarle.

Durante los debates, Torotsky se negó a tomar la palabra (aunque reconoció la imposibilidad de una “guerra revolucionaria”). Mientras que Bujarin, tras la dimisión de Trotsky, presentó a continuación la suya propia.

En consecuencia, la propuesta de Lenin fue aprobada por 7 votos contra 4 y 4 abstenciones (en general, la mayoría de los votos favorables lo fueron más para salvar a Lenin de la humillación de una nueva derrota, que por un sincero deseo de paz.

En agradecimiento a su apoyo, Lenin dará a Trotsky la presidencia del Consejo Supremo Militar, el 4 de Marzo de 1918 y la cartera de Comisario para la defensa, el 13 de Marzo de 1918).

A continuación, en la noche del 21 al 22 de Febrero de 1918, Lenin lanzó la consigna “La patria revolucionaria está en peligro”, comenzando el reclutamiento en masa del Ejército Rojo.

El 23 de Febrero de 1918; a petición del Consejo de comisarios del pueblo, el gobierno alemán concedió una prórroga de 24 horas más, para aceptar el ultimátum.

Ese mismo día, a las 23’00 horas; en una junta de los comités centrales de los partidos bolchevique y social revolucionario de la izquierda. Las discusiones volvieron a prolongarse hasta las 03’00 horas de la madrugada, pero al final se votó la moción de Lenin, logrando ser aprobada por 72 votos contra 40.

A las 04’30 horas del 24 de Febrero de 1918; Lenin llevó ante el Soviet de Moscú su propuesta, par ser aprobada por 126 votos a favor, 85 en contra y 26 abstenciones. También se votó la posibilidad de empezar una guerra de guerrillas, que fue rechazada.

De esta forma, a las 07’00 horas del 24 de Febrero de 1918; el Consejo de comisarios del pueblo facultó a Lenin para telegrafiar a Berlin aceptando los términos del tratado. Aun así, varios comisarios del pueblo presentaron

su dimisión como señal de protesta (Mientras que Bujarin y otros fundaron el periódico “El Comunista” el 5 de Marzo de 1918).

En líneas generales, la disciplina de partido se mantuvo y el voto de los disidentes fue ahogado con aplausos.

Las protestas fueron generalizadas en Moscú, Ekaterimburgo, Jarkov y Kronstadt. Pero no tardaron de ser sofocadas.

Alemania se demoró tres días en responder, hasta el día 25 de Febrero de 1918, cuando sus ejércitos habían superado todo el Frente Oriental.

Aun así, la ofensiva conjunta de Alemania y Austría – Hungría prosiguió durante todo el mes de Febrero de 1918. El 28 de Febrero de 1918, los austro – húngaros ocuparon Berdichev; el 1 de Marzo de 1918 los alemanes se apoderaron de Gomel, Chernichivo y Mogilev; y a partir del 2 de Marzo de 1918, la aviación alemana bombardeó Petrogrado.

El 4 de Marzo de 1918; tras la firma del tratado, los alemanes ocuparon Narva, deteniendo su avance nada más llegar a orillas del lago Peipsi – a menos de 170 Km. de Petrogrado –.

Ese mismo día, Lenin publicó la noticia en el Pravda, junto con una denuncia contra el partido social revolucionario de la izquierda de “sabotear la revolución”.

También y por decisión de Lenin, el resto de los 600 soviets – que todavía existían en Rusia – no fueron informados hasta el 28 de Febrero de 1918 (y los más lejanos, no tuvieron noticia hasta el 6 de Marzo de 1918).

La firma del tratado de paz => Las nuevas condiciones de paz fueron más duras que antes, tras haber comprobado que Rusia carecía de medios para defenderse. El 26 de Febrero de 1918; los bolcheviques ratificaron – de nuevo con el voto en contra de Bujarin – la decisión de aceptar el tratado.

De esta forma, Trotsky envío una nueva delegación (encabezada por George Chicherin y Lev Karajan; actuando Petrov como representante del Soviet de Moscú y Sokolnikov como representante del partido bolchevique y acompañado por otros 8 asistentes y consultores) en representación de la República Federal Soviética de Rusia para estampar su firma, junto con los delegados de los imperios alemán, austro – húngaro, otomano y el Reino de Bulgaria, el 1 de Marzo de 1918.

El mismo día que las cancillerías de los potencias centrales acuieron a Bucarest, a firmar el acuerdo de paz con el Reino de Rumania.

En el humillante documento – fechado a las 17’00 horas del 3 de Marzo de 1918 –, se componía de 14 artículos y un anexo para cada una de las 4 potencias centrales firmanetes. En su conjunto, Rusia aceptaba las siguientes cláusulas:

1- Fin de las hostilidades.

2- No habrá propaganda fuera del territorio propio.

3- Rusia renuncia a los territorios perdidos. Siendo Alemania y Austria – Hungría los que determinen el futuro de esas tierras. Mientras que los distritos de Batumi, Kars y Ardaharan retornaran al Imperio Otomano.

4- La ocupación alemana al Este de los territorios perdidos, proseguirá hasta la completa desmovilización del Ejército Ruso.

5- Desarme de la flota de guerra rusa y limpieza de todos los campos de minas. Retirada de la Flota Rusa del Báltico de sus bases en Finlandia y las provincias bálticas. Cesión a las potencias centrales de toda la Flota Rusa del Mar Negro.

6- Rusia se retirará de: Ucrania, Georgia, Carelia, Lituania, Estonia, Letonia, Finlandia, Bielorrusia y el Archipiélago de Moon. También reconocerá la independencia de Ucrania, reconciendo a la Rada Central como su gobierno legítimo.

(Si bien Rusia retenía el derecho a anclar en los puertos de Revel / Riga y Windaru. Y mantener Crimea y Bakú – siempre que asegurase el suministro de petróleo a Alemania – dentro de Rusia).

7- Rusia se retirará de Persia y Afganistán.

8- Los prisioneros de guerra de todos los bandos serán liberados y repatriados.

9- Ambos bandos renuncian a indemnizaciones de guerra.

10- Se restablecerán las relaciones diplomáticas.

11- Se definirán, por tratado, las relaciones económicas de todas las partes.

12- Se definirán, por tratado, las relaciones legales y de navegación de todas las partes.

13- Se registra por escrito la autoridad de los textos firmados.

14- Todas las partes ratificarán los términos del tratado en el plazo de 2 semanas.

También se firmó un apéndice económico donde Rusia se comprometía a abonar al Imperio Alemán indemnizaciones por valor de 6.000 millones de marcos del Imperio Alemán (unos 500 millones de rublos, anteriores a la revolución), en concepto de pérdidas causadas a particulares y empresas alemanas por las nacionalizaciones socialistas.

También se suprimen los aranceles a los productos alemanes (vigentes desde 1904) y se condonan todas las deudas contraidas por las potencias centrales con el estado ruso, sin que esto libre al gobierno bolchevique de seguir abonando las deudas pendientes con las potencias centrales.

(Que en conjunto, representaba para la República Federal Soviética de Rusia el perder: El 28% de su superficie – unos 1’42 millones de Kilómetros cuadrados –; el 27% de la superficie cultivables del país; el 26% de sus ferrocarriles; 1/3 de su población; ¼ de su industria transformadora y 1/3 de la textil; 1/3 de su superficie cultivable; 9/10 de sus minas de carbón y de las plantas de transformación de azúcar; el 75%

de sus cuencas industriales y la mayor parte de su población de etnia no rusa, que representaba a unos 60 millones de habitantes – incluidos el 40% de los obreros de la industria –.

Por su parte las potencias centrales se apoderan de: 918 plantas textiles; 574 plantas cerveceras; 133 fábricas de liado de tabaco; 1.685 destilerías; 244 plantas químicas; 615 de transformado de celulosa y 1.073 industrias mecánicas).

A continuación, el día 4 de Marzo de 1918; Sovnarkon obligó a los principales cargos militares de Rusia a presentar su renuncia. Y fundó el Consejo Supremo Militar, para reemplazar al STAVKA (que seria formalmente disuelto el 13 de Noviembre de 1918, al tiempo que dio por concluida la “Democratización” de las fuerzas armadas rusas), y “dirigir todas las operaciones militares de la República Federal Soviética de Rusia. Krilenko por su parte, mantendría el cargo de comandante supremo de los ejércitos rusos.

Ninguno de los dirigentes bolcheviques deseaba dejar estampada su firma en la ratificación del tratado. Por lo que entre el 6 y el 8 de Marzo de 1918, se celebró el 7º Congreso – de emergencia – del Partido bolchevique, presidido por Lenin.

Durante el mismo; la moción de ratificar el tratado fue aprobada por 30 votos a favor, 12 en contra y 4 abstenciones.

A continuación, entre el 14 y el 16 de Marzo de 1918, se celebró el 4º Congreso – extraordinario – de todos los soviets de Rusia, donde de nuevo, se votó ratificar el tratado por 784 votos a favor, 261 en contra y 115 abstenciones. Al tiempo que se adoptaron otras decisiones, como dejar la capital en Moscú.

Finalmente, tratado fue formalmente ratificado el 15 de Marzo de 1918, durante el transcurso del Congreso extraordinario de todos los Soviets de Rusia, celebrado en Moscú.

Tras lo cual Trotsky criticó al Reino Unido y al Imperio Alemán por haber iniciado una guerra imperialista. Y, posteriormente dimitió del cargo de Comisario de relaciones exteriores.

Mientras que en Berlín, se ratificó el 27 de Agosto de 1918, comprometiéndose a desmilitarizar Bielorrusia y a no intervenir a favor de los enemigos de los bolcheviques y a cambio que Rusia no permitiese el avance de las tropas de intervención aliadas, a través de su territorio.

Pero al mismo tiempo que los rusos se retiraban de los territorios cedidos, los alemanes reforzaban sus guarniciones (sobre todo en Finlandia, Riga y el archipiélago de Moon), ocupando las ciudades de Inecha, Gest, Belgorado y Valniky. Y, formando una línea defensiva en torno a Pskov – Narva – Millenovo – Rostov del Don. Mientras que el Imperio Otomano ocupaban Kars y Batumi con sus tropas

Durante las negociaciones de paz, emisarios de las potencias aliadas se encaminaron a Moscú y Petrogrado, para forjar una nueva alianza con Rusia que la llevase a combatir de nuevo contra las potencias centrales. Pero (a pesar de ser bien recibidos por Trotsky), los bolcheviques preferían seguir negociando con los alemanes (quienes se habían comprometido a no atacar a Rusia).

Fracasado este intento y tres días después de la firma del tratado; 130 reales infantes de marina británicos desembarcaron y ocuparon el puerto ruso de Arcángel (en el Mar Blanco).

Posteriormente, Murmansk y Vladivostock fueron ocupadas, tras conocerse el desembarco alemán en Finlandia (justificados con el deseo aliado de poner a buen recaudo los envíos aliados de armas y municiones para combatir a las potencias centrales. Los cuales, a causa de la revolución y a la falta de transporte seguían depositados en los almacenes de los puertos. Y evitar que cayesen en manos alemanas ó del Ejército Rojo).

Más tarde fueron llegando a los mismos, nuevos contingentes de soldados aliados (Para Septiembre de 1918 había 15.000 soldados norteamericanos y británicos en Murmansk y otros 7.000 en Arcángel).

Oficialmente, los aliados no combatían a los bolcheviques. Si bien la idea que tenían todos en mente, era el de una cierta “alianza ó sumisión” entre los bolcheviques y las potencias centrales. Por lo que la prioridad era evitar un “avance del Imperio Alemán sobre el continente asiático”, para saquear los recursos petrolíferos de Rusia y Persia.

Esta intervención, a la larga, será una de las causas de la guerra civil rusa.

Finalmente, los japoneses respondieron al tratado y a los llamamientos aliados, de forma muy lenta. Implicándose (y solo acompañados por tropas de los Estados Unidos) en la ocupación de Vladivostok (y, solo después de haber informado que los soldados japoneses no combatirían contra los alemanes ó los bolcheviques).

Cambios territoriales => Para Rusia, aceptar este tratado significaba perder tierras que llevaban formando parte de su imperio desde hacía siglos, entregando su destino a Alemania y Austria – Hungría. Entre las cuales destacaban:

* Batumi, Kars y Ardahan, arrancadas al Imperio Otomano, tras la guerra de 1878.

* Georgia quedaría bajo ocupación conjunta de las potencias centrales.

* Polonia, Bielorrusia, Curlandia y Lituania, que pasarían a formar parte del Imperio Alemán. Según los planes de Ludendorff.

* Letonia, Estonia y Finlandia, que serían países independientes; convirtiendo a la población de etnia germana en la nueva clase dirigente y regidos por príncipes alemanes.

* La República Popular de Ucrania; que a través de un tratado firmado el 9 de Febrero de 1918, era reconocida como ente independiente.

Comprometiéndose las potencias centrales a renunciar a futuras anexiones ó reparaciones de guerra.

A la larga, la ocupación del Oeste de Rusia sería un error; pues desde Polonia, hasta el Mar Caspio. Un millón de soldados alemanes – mucho más necesarios en Francia – debían de permanecer para garantizar la ocupación.

Las esperanzas de las potencias centrales de lograr una victoria en occidente, tras ganar en el Este, no se cumplieron. Tanto por la necesidad de mantener tropas de ocupación, como por la entrada en guerra de Estados Unidos.

La esperanza de abastecer Alemania con cereal y carbón ucraniano fue un fracaso (pues la población local se negó a suministrar al ejército invasor) y los envíos de cereal y materias primas nunca alcanzaron el volumen planificado. Fracasando con ello, la tentativa de crear un estado – protectorado en Ucrania, siendo finalmente ocupado por el Ejército Rojo en 1919.

Además las tropas alemanas deben intervenir en Finlandia, para sofocar una revolución comunista, al tiempo que Ludendorff se volvía más paranoico sobre el efecto de la propaganda de Moscú sobre sus tropas – lo que explicó su negativa inicial a transferir soldados al frente occidental –.

Al final, Alemania comenzó a transferir miles de sus soldados hacia Francia, de cara a la “Ofensiva de Primavera” de 1918, en un intento de sorprender a los aliados. Pero esta fracasó por completo. Al final, todo el mundo culpó de este fracaso, a la política alemana de ocupación en Rusia.

Transferencias al Imperio Otomano => A instancias de Talat Pasha, todos los territorios perdidos en la guerra ruso – turca de 1878: Ardahan, Batumi y Kars. Le son devueltos al Gran Sultán. (Si bien, en el momento de firmar el tratado, estos están ocupados por irregulares georgianos).

El 4 de Agosto de 1918, los británicos ocuparon Bakú y cortaron el suministro de petróleo a Rusia y a Alemania. Por lo que las tropas otomanas procedieron inmediatamente a anexionar Kars, Batumi y Ardahan al imperio de los sultanes turcos. Y para el 16 de Septiembre de 1918, los otomanos expulsaron a los británicos de Bakú. Grantizando de nuevo el suministro de petróleo.

Acuerdo financiero y complementario germano – ruso => Mientras que el estado mayor alemán veía inevitable la derrota, el gobierno alemán impuso al gobierno ruso (que debía hacer frente a una incipiente guerra civil y la intervención aliada) un apéndice / protocolo adicional, al tratado de Brest – Litovsk.

Firmado en secreto; el 27 de Agosto de 1918, por el que Rusia debía de hacer frente a una serie de obligaciones económicas, surgidas a raíz del

rechazo de la Rusia Soviética, a atender las obligaciones financieras por los bonos emitidos en la época zarista. Y la nacionalización y la confiscación de los bienes y de los activos propiedad de extranjeros.

También Rusia respondería por los daños causados en territorio alemán y por la manutención de los prisioneros de guerra rusos, en poder del Imperio Alemán.

En total Rusia pagaría al Imperio Alemán, la cifra de 6.000 millones de marcos – oro del Imperio Alemán (unos 2’75 millones de dólares USA).

De ese monto, 1’5 millones de dólares USA debían pagarse en metal oro (unas 245’5 Tm. de oro). Más un compromiso de adquisición – por valor de 1.000 millones de marcos del Imperio Alemán – en mercancías manufacturadas de ese país.

De esa forma, en Septiembre de 1918, llegaron a Alemania 2 envíos de oro (uno de 93’5 Tm. de oro y otro de 120 millones de rublos acuñados en oro). Los cuales acabaron siendo entregadas a Francia, en concepto de reparaciones de guerra, tras la firma del Tratado de Versalles.

La “Nota Hinze” => Alemania se había comprometido en Brest – Litovsk a retirar las tropas de Bielorrusia y de los territorios ocupados, fuera de los límites marcados por el tratado, desde el Mar Negro, hasta Rostov del Don. Junto con un compromiso de no ocupar más tierras rusas ni alentar a nuevos movimientos secesionistas.

En consecuencia firmó un protocolo secreto con Rusia, por el cual establecía que el respeto a las fronteras trazadas, quedaba ligado al suministro de materias primas (poniendo la Flota Rusa del Mar Negro a disposición de las potencias centrales, como garantía).

También, el Imperio Alemán se comprometía a ayudar a Rusia, en caso de intervención de los aliados; ataque del Ejército Voluntario Ruso; y rebelión de la Legión Checoslovaca. Por su parte Rusia se comprometía a expulsar a los aliados de Murmansk.

(En total, el acuerdo se mantuvo en secreto hasta 1926, cuando fue publicado por la prensa alemana).

Consecuencias => Para los aliados, el tratado fue visto como lo que les iba a pasar si las potencias centrales ganaban la guerra. Y, aunque políticos y diplomáticos ofrecieron términos más indulgentes a los occidentales. Estos se negaron a reconocer las ganancias germanas en el Este, a cambio de una paz negociada.

El 6 de Marzo de 1918, se produce un desembarco de tropas británicas en Murmansk. Seguidamente, el 15 de Marzo de 1918; los aliados hacen oficial su rechazo al tratado de Brest – Litovsk.

El 18 de Marzo de 1918, los cancilleres aliados firmaron una nota conjunta, donde calificaron el tratado como “delito político” contra el pueblo ruso. Pues opinaban que el mismo había “desarmado a Rusia y expuesta a las traiciones alemanas, sobre el cumplimiento de su palabra”.

El 5 de Abril de 1918; los japoneses desembarcan en Vladivostok y el 2 de Agosto de 1918, los británicos ocupa Arcángel.

Para las potencias centrales; la firma del tratado supuso pasar de estar al borde de la derrota en 1917, a estar al borde de la victoria en 1918. Pues le permitía a Alemania, Austria – Hungría y el Imperio Otomano centrar sus fuerzas para derrotar a Gran Bretaña, Francia e Italia.

Empezando por Luddendorff, quien trasladó del Este al Oeste a medio millón de soldados veteranos (dejando, como tropa de ocupación a 40 divisiones de infantería y 3 de caballería; de 2ª categoría. Para guarnecer los territorios ocupados). Lo que permitió concentrar en el Frente Occidental a 192 divisiones alemanas, contra 178 aliadas.

Mientras que el cierre del Frente del Cáucaso, permitía al Imperio Otomano defender sus provincias de Asiria y Mesopotamia.

De esta forma, el 23 de Marzo de 1918, empezó la “Ofensiva alemana de Primavera” con una serie de golpes de mano, a cargo de sus tropas de asalto.

En Abril de 1918; el Imperio Alemán y la República Federal Soviética de Rusia restablecieron relaciones diplomáticas – si bien estas siguieron siendo tensas –. Siendo Joffe nombrado primer embajador soviético en Berlin. Y trasladando la nueva embajada del Imperio Alemán a la ciudad de Moscú.

A pesar de lo cual, los alemanes se afanaban en destruir el poderío bolchevique en la región del báltico y Finlandia. Y apoyar al “movimiento blanco” en el Don.

Sin embargo, pronto las esperanzas de las potencias centrales resultaron exageradas. Pues la entrada en guerra de Estados Unidos, inclinó la balanza del lado aliado y agotó los recursos y la resistencia popular alemana, hasta hacer fracasar el plan alemán. Especialmente a partir de Mayo de 1918, cuando entran en acción las primeras tropas norteamericanas.

En total, el tratado tendrá una vigencia de 8 meses y medio, hasta la rendición alemana del 11 de Noviembre de 1918, que obliga a Alemania a dar por derogado el tratado (que nunca fue reconocido por las potencias aliadas) y el de Bucarest, en Compaigne.

Los aliados, inmediatamente, hicieron cumplir el artículo XVI del Tratado de Versalles, que les daba libre acceso hasta las orillas del Vístula (en Danzing / Gansk), con la excusa de mantener el orden, tras la retirada de las tropas alemanas. Declarando posteriormente esta ciudad como neutral, en 1920, por parte de la Sociedad de Naciones.

Medida que aprovecharon los franceses, para ocupar Odessa, en apoyo del “movimiento blanco”.

Tras el armisticio, los alemanes deben retirar sus ejércitos de Rusia y regresar a las fronteras de 1914. Lo que de rebote provocó un vacío de poder en todos los territorios ocupados. Por lo que Finlandia, Estonia,

Lituania y Letonia trataron de proclamar su independencia. A pesar de los intentos germanos de coronar en ellos a príncipes alemanes (que tras la derrota y posterior revolución alemana de Noviembre de 1918, se quedaron en meras quimeras); y de mantener tropas hasta que los aliados también impusieron la retirada.

Sin embargo, el primer estado en romper el tratado fue el Imperio Otomano, tras su invasión de la República Democrática de Armenia, de Mayo de 1918.

Tras el armisticio de Compaigne; la oportunidad pasó al campo ruso. Por lo que Lenin manifestó que el tratado de Brest – Litovsk era equivalente a la “Paz de Tilsit” de 1807.

En la noche del 12 al 13 de Noviembre de 1918, la República Federal Soviética de Rusia denunció públicamente el tratado y rompió relaciones diplomáticas con Alemania. Siendo publicado en el Pravda, el 14 de Noviembre de 1918.

(Alemania y Rusia no volverían a mantener relaciones diplomáticas, hasta el Tratado de Rapallo de Abril de 1922; cuando Alemania renunció a cualquier reclamación territorial y financiera).

En Rusia; el tratado puso fin – momentáneamente – a la aspiración bolchevique de convertirse en los sucesores del Imperio Ruso, teniendo que resignarse a la independencia de Finlandia y Polonia (así como la pérdida momentánea del Báltico y Ucrania, que era visto como una amenaza. Pues podrían convertirse en futuras bases para las actividades anti - bolcheviques, después de la guerra civil rusa de 1918 a 1922).

Dentro de la propia Rusia, el tratado era rechazado por amplias capas de la sociedad, tras comprobar la pérdida de gran cantidad de sus fábricas y de sus campos. Con el añadido de tener que soportar la presencia de un amplio contingente de tropas alemanas y austro – húngaras dentro de las fronteras rusas.

El 18 de Marzo de 1918; el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa – Tiklon – advirtió que el mundo ortodoxo condenaría la firma del tratado, como una traición y abandono a su suerte del pueblo eslavo y de la fe ortodoxa.

Por su parte, los líderes mencheviques en el exilio, calificaron de utópicas las pretensiones bolcheviques.

La firma del tratado fue el pistoletazo de salida para que los nacionalistas rusos empezasen a sumarse al movimiento blanco. Siendo considerado uno de los catalizadores para el estallido de la guerra civil.

Mientras que los social revolucionarios de la izquierda se opusieron frontalmente al tratado, denunciándolo públicamente en Moscú en Junio de 1918 y provocando una serie de escaramuzas. Pero tras la ejecución del almirante Shchastany (21 de Junio de 1918), quien se había quejado públicamente y calificado a los bolcheviques de agentes alemanes. El nivel de críticas al mismo quedó reducido al silencio.

El 5 de Julio de 1918; durante el Vº Congreso de todos los Soviets. Los Social Revolucionarios de la Izquierda volvieron a criticar a Lenin y Trotsky. Por su parte, Lenin trataba de calmar a la oposición con el alegato que gracias al tratado, se ganaba tiempo para organizar un levantamiento popular masivo, contra los ocupantes alemanes y austro – húngaros. (Plagiando la idea de Bujarin).

Si bien, y en privado, Lenin era contrario a las cláusulas más “obscenas y miserables” del propio tratado – las anexiones –. No hizo nada más al respecto, salvo asegurar que “los imperialistas alemanes serían barridos por la historia” (plagiando un discurso del presidente del Soviet de Petrogrado – Zinoviev – de Agosto de 1917).

El día 6 de Julio de 1918 es asesinado el embajador de Alemania en Rusia (conde Wilhem Mirbach) al tiempo que estalla una revuelta en Moscú; dirigida por los líderes eseristas. Aunque esta es rápidamente reprimida por la Guardia Roja y la Chetka (posteriormente el partido Social Revolucionario es apartado de cualquier puesto de poder y forzado a disolverse).

Los enemigos de los bolcheviques, no tardaron en usar el tratado contra ellos: en el Soviet de obreros y comerciantes Petrogrado; encabezado por el profesor – B. E. Nolde – de la Universidad de San Petersburgo. Criticaron la incapacidad de los diplomáticos bolcheviques (a pesar de reconocer el estrecho marco que permitieron los alemanes).

Dentro del partido bolchevique, apareció una facción que resumió el tratado como la “traición a la revolución mundial” al tiempo que los ministros social revolucionarios abandonaron el Consejo de comisarios del pueblo.

Tras la guerra civil rusa, que duró hasta 1922, los comunistas bolcheviques se convirtieron en el poder incuestionable dentro de Rusia.

Como último acto; el líder bolchevique y crítico del tratado de Brest – Litovsk; Nikolay Bujarin, será arrestado y juzgado en 1938 (durante la gran purga de Stalin), bajo la acusación de trotskista y de haber conspirado para cometer atentado contra la vida de Lenin. Siendo encontrado culpable y ejecutado.

El destino de los nuevos estados => Los efectos de Brest – Litovsk no fueron muy duraderos. Tras la guerra polaco – soviética, las regiones occidentales de Rusia vieron cambiar de forma violenta su destino; y en los siguientes 3 años y tras la guerra ruso polaca y tras la firma del tratado de Riga de 1921, la mayor parte de Ucrania y Bielorrusia regresaron a Rusia, al igual que las repúblicas del Transcáucaso (entre los años 1920 y 1921).

Tras la firma del pacto Molotov – Ribbentrop, Besarabia fue ocupada por la URSS, y Polonia fue invadida y troceada por Alemania y la URSS en 1939. Mientras que las naciones del Báltico fueron ocupadas por la URSS en 1940. Solamente Finlandia logró sobrevivir (más ó menos intacta), tras la Guerra de Invierno y la 2ª Guerra Mundial, después de ceder territorios.

+ BIELORRUSIA: Tras la ocupación alemana de 1917 a 1918, los nacionalistas bielorrusos proclamaron la República Popular de Bielorrusia el 23 de Marzo de 1918.

Las aspiraciones alemanas de crear un “estado colchón” acabaron tras la derrota de Alemania en la Gran Guerra. Y el posterior repliegue alemán, dejó el país a merced de Rusia y Polonia.

El 2 de Enero de 1919; los bolcheviques proclamaron en Smolensko la República Socialista Soviética de Bielorrusia. Pero el 25 de Agosto de 1919, los polacos ocuparon la mayor parte del territorio. Pero tras la guerra Ruso – Polaca y tras firmar la Paz de Riga, se estableció la República Socialista Soviética de Bielorrusia.

En 1940, el país fue incorporado de manera oficial a la URSS, aunque en 1941 fue invadido por los alemanes, siendo recuperado por los rusos en 194 y permaneciendo dentro de la URSS hasta el año 1991.

+ ESTONIA: el Gobierno Provisional había unificado las gobernaciones de Riga y Reval, para crear en su lugar la gobernación de Estonia, en Abril de 1917. Pero tras la toma del poder de los bolcheviques, la Dieta de Estonia proclamó su independencia.

Inmediatamente, los bolcheviques invadieron el país, pero son expulsados en Febrero de 1918 por los alemanes. Por lo que el 24 de Febrero de 1918; la Dieta reconstituida vuelve a proclamar la independencia.

El 25 de Febrero de 1918, los alemanes ocupan militarmente Tallín y sustituyen la Dieta por una asamblea provincial, como órgano legislativo del futuro Ducado Unido del Báltico.

Tras la Revolución Alemana de Noviembre; los planes alemanes se transformaron en humo. Por lo que el 19 de Noviembre de 1918 deben retirarse de Estonia.

(Más tarde regresaran sus tropas, con la forma de “Freikorps – Defensa Territorial del Báltico y División de Hierro”. Para tratar de recuperar la región báltica y evitar que el Ejército Rojo se apodere de ella).

Durante la guerra de independencia de Estonia, los estonios luchan contra el Ejército Rojo (apoyados por Británicos y Finlandeses) logrando expulsar a los soviéticos en Febrero de 1919.

Tras esto, una alianza militar de Estonia y Lituania se enfrenta a los “Freikorps” alemanes, logrando derrotarlos. Más tarde, en Octubre de 1919, montan una ofensiva contra Petrogrado. Pero son rechazados y forzados a firmar el armisticio el 3 de Enero de 1920.

Seguidamente, el 2 de Febrero de 1920, se firmó el tratado de Turnu, en el que se reconoce la independencia de Estonia.

Durante el periodo de entreguerras, el país mantuvo una política de extricta neutralidad. Hasta que tras la firma del pacto Molotov – Ribbentrop, la

URSS forzó a Estonia a permitir la presencia de bases militares soviéticas, a partir del 28 de Septiembre de 1939.

El 14 de Junio de 1940, la Flota Roja del Báltico bloqueó los puertos estonios y el 17 de Junio de 19140 los soldados soviéticos ocuparon todo el país.

El 21 de Julio de 1940 se proclamó la República Socialista Soviética de Estonia, y el 6 de Agosto de 1940 esta fue incorporada a la URSS (aunque ni Estados Unidos ni Gran Bretaña dieron validez a esta incorporación).

En 1941 fue invadida por Alemania, siendo reocupada por la URSS en 1944 y permaneciendo dentro de ella, hasta la independencia de 1991. (Si bien los últimos soldados rusos no abandonaron el territorio hasta el 31 de Agosto de 1994).

+ FINLANDIA: Solamente este país escandinavo logró conservar su independencia frente a Rusia. Tras una guerra civil, en que los conservadores y nacionalistas logran derrotar a socialistas y comunistas; ayudados por una intervención militar alemana (que llega a ocupar Helsinki el 13 de Abril de 1918).

El 16 de Mayo de 1918, los últimos soldados rusos abandonaban Finlandia. El 9 de Octubre de 1918, el Senado Finlandés designó al príncipe Federico de Hesse como rey. Pero tras la derrota alemana, este abdicó (del trono, que nunca llegó a ocupar, de un país que nunca llegó a visitar) el 14 de Diciembre de 1918. Momento en que se proclamó la República de Finlandia.

Entre 1918 y 1920, voluntarios finlandeses intervendrán en Rusia, tratando de crear la “Gran Finlandia”, hasta la firma del Tratado de Turnu de 1920, que fijó la frontera ruso – finlandesa. Dejando la Karelia bajo soberanía finlandesa, a cambio de una salida al mar ártico en la región de Petsamo, para Rusia.

Estas fronteras sufrirán variaciones entre los años 1939 y 1940, con la invasión soviética. Y entre 1941 y 1944 con la IIª Guerra Mundial. Al final de la cual, la URSS recuperó Karelia y mantuvo su salida al mar Ártico.

Mientras que Finlandia quedó bajo influencia soviética – la finlandización – hasta el año 1991.

+ LETONIA: Estaba previsto que tras finalizar la Iª guerra mundial, este territorio fuera a formar parte de Estonia. Pero el 15 de Enero de 1918, los nacionalistas letones proclamaron la república (que quedó bajo control alemán hasta el 18 de Noviembre de 1918).

Tras la salida de las tropas regulares alemanas, los “freikorps” (también alemanes) tomaron el relevo, con la excusa de proteger la región báltica de los invasores soviéticos (que ya ocupaban Riga).

De esta forma; se producen combates entre “freikorps” alemanes, comunistas rusos y nacionalistas estonios y letones, donde estos últimos

derrotan a los irregulares alemanes y les fuerzan a abandonar – bajo supervisión aliada – toda la región báltica.

Más tarde, los letones (apoyados por Polonia y Lituania) logran expulsar al Ejército Rojo y fuerzan a Rusia a reconocer la independencia del país.

En 1939, tras la invasión soviética de Polonia; Estonia, Lituani y Letonia fueron forzadas a permitir la presencia de bases soviéticas en su territorio. Que en el caso de Letonia, empezaron a operar a partir del 5 de Octubre de 1939, hasta que – el 16 de Junio de 19140 – la URSS invadió el país. Y el 5 de Agosto de 1914, el país fue anexionado.

En 1941, el ejército alemán ocupó el territorio (junto con Lituania y Estonia) para formar un protectorado. Hasta que el 13 de Octubre de 1944; los soviéticos reconquistaron el país, permaneciendo dentro de la URSS hasta el 21 de Agosto de 1991.

+ LITUANIA: Tras la ocupación alemana en 1915, Lituania proclamó su independencia el 16 de Febrero de 1918. A pesar que, por el tratado de Brest – Litovsk, este país quedaba bajo control del Imperio Alemán. (Ante lo cual, el Consejo de Lituania votó al príncipe de Mónaco como rey).

Aprovechando la Revolución Alemana de Noviembre de 1918; el Consejo Lituano proclamó la república independiente, constituyendo un ejército nacional para enfrentarse a rusos, polacos y alemanes.

Durante las guerras después de la guerra mundial, los rusos obligaron al gobierno lituano a instalarse en Kaunas, en Enero de 1919; desde donde – con ayuda de los “freikorps” alemanes – lograrán expulsar a los rusos (que a su vez tenían previsto emplear Lituania para expandir la “revolución mundial”. Para lo cual fundaron, el 27 de Febrero de 1919, la república socialista soviética de Lituania y Bielorrusia) logrando reconquistar Vilnius el 19 de Abril de 1919, con apoyo militar polaco.

A mediados de 1919, los bolcheviques habían sido derrotados en todo el país. Y, para finales de 1919, con ayuda de las tropas de todas las naciones bálticas, los “freikorps” alemanes son expulsados de la región.

Durante la guerra Polaco – Soviética, Vilnius vuelve a ser conquistada por el Ejército Rojo. Pero tras la batalla de Varsovia, los soviéticos deben retirarse. De tal forma que Rusia reconocerá la independencia del país el 12 de Junio de 1920. Para, seguidamente, estallar la guerra Polaco – Lituana, siendo Vilnius ocupada por los polacos el 12 de Octubre de 1920 y anexionada por estos, el 22 de Marzo de 1922. Hasta que la Sociedad de naciones fuerce la evacuación polaca y el reconocimiento del país.

El 23 de Marzo de 1939, la zona internacional de Memel, fue ocupada por los alemanes a la fuerza y el 10 de octubre de 1939Vilnius vuelve a ser ocupada por las tropas de la Unión Soviética.

El 15 de Junio de 1940 el gobierno lituano cede al ultimátum soviético, siendo – el 21 de Julio de 1940 – formalmente anexionada a la URSS.

El 24 de Junio de 1941, el país es ocupado por los alemanes, volviendo los lituanos a proclamar su independencia, siendo el primer ejecutivo inmediatamente destituido y arrestado por los alemanes. En 1944, los ejércitos soviéticos vuelven a reconquistar el país y permanecerá dentro de la URSS hasta el año 1991.

+ POLONIA: En el siglo XVIII, la mayor parte de la Mancomunidad Polaco – Lituana quedó en manos rusas, tras la partición de Polonia, junto a Prusia y Austria.

Desde el verano de 1915, los imperios alemán y austro – húngaro ocupan toda Polonia, lo que lleva a los alemanes a proponer (el 5 de Noviembre de 1916) el plan de fundar el “Reino Unido de Polonia”, sentando en su trono a un Habsburgo – siendo el gobernador militar alemán, el que ejerza el poder de facto –.

Por otra parte, la creación del estado libre e independiente polaco, formaba parte de los 14 puntos del presidente norteamericano Wilson. Así que tras el armisticio alemán en Compiégne; se creó una comisión de asuntos polacos. Mientras que el gobernador militar alemán – general von Beseler – cede el poder a Josef Pilsudsky, el 11 de Noviembre de 1918. Lo que supone crear el primer estado independiente polaco en 120 años. Tras una sublevación de los polacos en territorio alemán, Polonia amplió su superficie y tras el Tratado de Versalles, su independencia fue internacionalmente reconocida.

Pero a pesar de sus relaciones pacíficas con el nuevo estado alemán, su integridad territorial sigue sin estar asegurada. Pues la comisión aliada de asuntos polacos había recomendado crear un corredor entre Poznan y Prusia oriental, para dar a este nuevo estado un acceso al Báltico, a través de la ciudad de Danzing / Gansk, en la desembocadura del Vístula.

Lo que significó para 1’5 millones de prusianos del este, verse separados del resto de Alemania. Y tras un plebiscito, la alta Silesia pasó a manos polacas.

Las fornteras del nuevo estado polaco fueron trazados por el diplomático británico Lord Carzon, al finalizar la Primera Guerra Mundial. Pero en seguida, ni rusos, ni polacos estubieron deacuerdo en su trazado.

Las regiones ucranianas (anteriormente parte del Imperio Austro – Húngaro) trataran de independizarse, para fundar la República Nacional de Rutenia en Octubre de 1918 – apoyados por la República Popular de Ucrania – a pesar que en Lemmberg / Lvov, la mayoría de la población es polaca. Como resultado de ello, en Enero de 1919 estalló la guerra Ucraniano – Polaca, que acaba en Julio de 1919 con la derrota de los ejércitos ucranianos (si bien las frontera orientales de Polonia no son reconocidas por la Sociedad de Naciones hasta Marzo de 1923).

A su vez Ucrania y Polonia se alían para combatir al Ejército Rojo, pero los ucranianos son derrotados y los polacos obligados a replegarse, hasta que

en Agosto de 1920, el ejército rojo del Mariscal Tujachevsky se aproximaba a Varsovia; siendo derrotado el 16 de Agosto de 1920, en la batalla de Varsovia. Y, tras la batalla del río Niemen, los rusos son expulsados de Polonia y obligados a firmar el armisticio, a su vez ratificado en el Tratado de Riga.

A la vez, entre 1919 y 1920; Polonia se enfrenta a Checoslovaquia, en un conflicto fronterizo y a Lituania en una guerra abierta. Obteniendo la victoria en ambas.

Tras el Tratado de Locarno; Polonia se alió con Francia, para defenderse de Alemania y la URSS. Y firma, en 1932, un tratado de no agresión con la URSS. Seguido, en 1934, de otro tratado de no agresión con Alemania (aunque se niegan a entregar Danzing / Gansk).

En 1938, los soviéticos amenazaron a los polacos con una guerra, si participaban en la anexión alemana de los Sudetes. Pero estos no hacen caso y se apoderan de Zuolzie.

Ante la reiterada negativa a entregar Gansk / Danzing; Hitler en Abril de 1939 denuncia el tratado de no agresión (y toma, en secreto, la decisión de invadir el estado polaco).

El 1 de Septiembre de 1939; Alemania invadió Polonia y dos días después, Francia y el Reino Unido declararon la guerra a Alemania. El 17 de Septiembre de 1939, la URSS invadió Polonia, para asegurarse su parte en el reparto. Hasta que en 1941, los alemanes conquistan los territorios ocupados por los soviéticos.

Posteriormente, y entre 1944 y 1989, Polonia quedó bajo control de la URSS, en la forma de República Popular Polaca, según las fronteras trazadas tras la conferencia de Postdam.

+ CHECOSLOVAQUIA: Este estado fue fruto de fusionar en un mismo territorio las ex – provincias austro – húngaras y de mayoría étnica checa, de Bohemia y de mayoría eslovaca de Moravia. Mientras que la Rutenia acabó en manos polacas.

Aunque ambas mayorías étnicas contaban con muchas diferencias étnicas entre sí, ambas pensaban que un estado unido sería más fuerte y seguro frente a sus vecinos. Creando en consecuencia un estado multiétnico sin privilegios para ninguna etnia. (De esta forma, la población del nuevo estado iba a ser: 51% checos, 16% eslovacos, 22% alemanes, 5% húngaros y 4% rutenos).

Muchos de los ciudadanos de etnia alemana, húngara, rutena y polaca (y no pocos eslovacos) opinaban que sus etnias estaban siendo oprimidas, por la falta d eautonomía política de sus minorías. A pesar que la política oficial del estado era la “nación compartida de todas las etnias”, loq ue no evitó conflictos y tensiones étnicas antes y después de la guerra mundial.

+ YUGOSLAVIA: Inicialmente este estado iba a llamarse “Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos” aunque en 1929 se adoptó el de Yugoslavia.

Este nuevo país logró launidad territorial, durante las conversaciones de paz de Paris, tras el final de la guerra.

El estado sufrió muchos problemas internos, debido a las diferencias culturales y ligüísticas. Más una fuerte polarización regional por motivos económicos, religiosos y nacionales.

+ AUSTRIA: El estado republicano austríaco nacio mutilado tras la guerra. Pasando de un gran imperio a un pequeño estado – nación, de población homogenea de 6’5 millones de habitantes.

Teniendo que vivir la pos – guerra mundial, bajo la amenaza de sus ex – provincias, para el caso de una restauración imperial.

+ HUNGRÍA: Después de la guerra mundial, perdió el 65% de su superficie histórica. Concretamente las provincias de Transilvania, Eslovaquia, Croacia, Eslovenia, Banato y Eslovenia.

+ LA TRANSCAUCASIA: En 1917; Georgia, Armenia y Azerbayan – aprovechando la inestabilidad en Rusia – obtuvieron mayores grados de autonomía. Pero la ocupación otomana de Batumi, Kars y Ardahan, afectaron a Armenia y Georgia.

En Abril de 1918, las 3 regiones proclamaron su independencia, en la forma de la República Federal Democrática de la Transcaucasia, en un intento de crear un frente unido contra Rusia y el Imperio Otomano. (Aunque Azerbayan se niega a combatir a los otomanos).

El 26 de Mayo de 1918, Georgia se separó de la federación y buscó el apoyo alemán. Seguidamente, el 28 de Mayo de 1918, Azerbayán y Armenia hacen lo mismo.

Antes del Armisticio de Mudros, la situación del Cáucaso era favorable a los Otomanos, quedando Georgia como protectorado del Imperio Alemán. Mientras que Armenia, tras perder Batumi, ve su territorio reducido a la mitad y Azerbayan, es ocupada por los otomanos tras haber expulsado a los británicos.

Pero la derrota otomana en la Iª Guerra Mundial, supuso la desintegración del Imperio Otomano. Con los británicos ocupando Azerbayán y la fundación de la Gran Armenia, tras la firma del Tratado de Sevres, en 1920.

Aunque para finales de 1920; los nacionalistas turcos de Atatürk, comienzan la “Guerra de la Independencia Turca”. Luchando contra: franceses, británicos, griegos y armenios. Logrando expulsarlos de Anatolia.

En el Cáucaso, el vacío de poder permite a los bolcheviques recuperar Azerbayan en 1920, seguidos de Armenia y Georgia. Por el Tratado de Kars de 1921, Rusia y Turquía trazan una frontera definitiva. Y entre 1922 y 1923, se crean dentro de la URSS la República Federal Socialista Soviética del Transcáucaso. Transformada en 1936 (y hasta 1991) en la República Socialista Soviética del Transcáucaso.

+ UCRANIA: Tras la revolución de Febrero de 1917; se proclamó la Rada Central Ucraniana, el 17 de Marzo de 1917. E inmediatamente inició conversaciones con el gobierno provisional ruso, al tiempo que rompen con el Partido Bolchevique.

Tras la Revolución de Octubre, la Rada proclamó la independencia el 22 de Noviembre de 1917. Por lo que inmediatamente los bolcheviques marchan contra Kiev, pero sin apoyo popular, deben conformarse con fundar la República Popular en Jarkov.

El 9 de Febrero de 1918, la Rada firmó una alianza con el Imperio Alemán, cuando ese mismo día, Kiev es conquistado por los bolcheviques. Siendo inmediatamente expulsados por los alemanes.

El 12 de Marzo de 1918 las tropas del Imperio Austro – Húngaro ocuparon Odessa; el 17 de Marzo de 1918, Nikolayev y el 20 de Marzo de 1918, Jersov. Posteriormente, se creó en Crimea un gobierno títere, encbaezado por el antiguo general del Ejército Imperial Ruso Sulkevichen.

Por su parte, los alemanes ocupan Jarkov el 5 de Abril de 1918; Simferopol y la cuenca del Don, el 22 de Abril de 1918; Taganrog, el 1 de Mayo de 1918 y Rostov del Don, el 8 de Mayo de 1918. En esta última, el poder soviético fue depuesto por los alemanes, quienes nombraron en su lugar al Atamán Krasnov para ejercer un gobierno controlado por las autoridades de ocupación.

A partir de entonces, la rada siguió funcionando con el permiso de las autoridades alemanas. Hasta que el 29 de Abril de 1918, los alemanes deponen a la Rada, proclamando en su lugar al “Hetmanato”, mucho más dócil a sus intereses.

A continuación; Alemania y Austria – Hungría se ven inmersos en una “guerra campesina” (una serie de levantamientos populares, entre los meses de Mayo y Septiembre de 1918. Donde los 22.000 soldados de los imperios alemán y austro – húngaro, apoyados por 30.000 colaboracionistas del Hetman, se enfrentan con hasta 2 millones de campesinos ucranianos, opuestos a las requisas – que forman una serie de milicias armadas, que llegan a sumar hasta 100.000 combatientes –).

Tras la derrota alemana del 11 de Noviembre de 1918, el “Hetmanato” es derrocado y en su lugar se proclama el “Directorio Ucraniano” (que acaba de derrotar al ejército blanco ruso).

Su primera medida, es combatir a los bolcheviques, quienes han vuelto a invadir Ucrania desde Kursk. El 22 de Enero de 1919, las repúblicas de Ucrania y Rutenia se unen para evitar la anexión polaca de esta última. Pero los polacos logran apoderarse de Rutenia.

En Febrero de 1919, Kiev es ocupada por el Ejército Rojo. Momento en que el Directorio y Polonia se alían, para combatir a los bolcheviques. Así en una ofensiva general conjunta, las tropas polacas llegan hasta Kiev, pero luego fueron derrotadas y obligadas a replegarse hasta Varsovia.

Para 1920, los polacos logran derrotar a los rusos, pero el directorio ucraniano debe disolverse. Momento en que firman la paz de Riga del 18 de Marzo de 1921. En virtud de la cual, Polonia y Rusia se repartieron Ucrania.

Aunque hubo guerrillas nacionalistas ucranianas, estas fueron destruidas hacia Noviembre de 1921. Y Ucrania; entre el 30 de Diciembre de 1922 y hasta el 24 de Agosto de 1991, formó parte de la URSS.

Revisión del tratado => El tratado en sí mismo, no respondía a ningún plan estratégico para la expansión hacia el Este. Sino que simplemente aprovechaba una coyuntura temporal – entre la caída del régimen zarista y la instauración del régimen soviético – para ampliar las fronteras del Imperio Alemán.

Más tarde los alemanes trataron de negociar la paz con los aliados, si estos reconocían el tratado. Pero las potencias aliadas se negaron. Teniendo los alemanes con conformarse, durante la Paz de Versalles de 1919, con el reconocimiento de la independencia de aquellos territorios no poblados por mayoría de etnia rusa (que fue avalado por le presidente norteamericano Woodrow Wilson).

Para los bolcheviques, el tratado supuso el paso decisivo, que les permitió afianzar su régimen en Rusia. Aunque la posterior historiografía soviética describió el tratado como la habilidad de Lenin, para “explotar las profundas contradicciones del imperialismo, para consolidar el socialismo”.

Por su parte, los aliados no tenían ningún plan para el futuro del Este de Europa, tras la Gran Guerra. Ni tenían una idea clara sobre que política seguir respecto a la Rusia soviética. (Si bien, a la larga acabaron por apoyar la independencia de los estados surgidos tras el tratado: Polonia, Finlandia y los estados del Báltico). Aunque si tenían bastante claro que no deseaban que una Alemania fuerte en el Ese, se aliase con una reconstruida Rusia Soviética. Con lo cual, tras materializarse la derrota alemana, acabaron por concretar una posición común anti – comunista. Aunque en general, esta fue ineficaz.

Los británicos, cuya política – oficial – era evitar que los alemanes se hiciesen con el control de los pozos de petróleo del Caspio. Ocupó Bakú e impuso el abandono de Persia, por parte de las tropas Rusas y Otomanas (Tras dar por nulo el Acuerdo anglo – ruso de 1907). Especialmente por la existencia de rumores acerca de planes rusos ó alemanes para marchar contra la India Británica.

En un primer momento, los aliados trataron de ganarse a la Rusia Soviética para su causa. Pero encontraron poco eco entre los bolcheviques. Y cuando el Soviet Supremo de Rusia hizo llamamientos a las “clases trabajadoras” de Estados Unidos y Gran Bretaña, para liberarse del capitalismo. Estas se volvieron glaciales.

El tratado de Bucarest:

Rumania, tras la salida rusa de la guerra mundial, tras la firma del armisticio de Focsani del 9 de Diciembre de 1917, debió firmar una paz con las potencias centrales en Buftea, el 5 de Marzo de 1918 (ratificado el 18 de Marzo de 1918). Para a su vez, tener que negociar un acuerdo definitivo – firmado el 7 de Mayo de 1918 –, que pasó a la historia con el nombre de Tratado de Bucarest. Permitiendo a Rumania salir de la guerra, de forma provisional. Hasta el armisticio alemán del 11 de Noviembre de 1918.

Por el cual, las regiones fronterizas de importancia estratégica, los campos de petróleo, los principales bosques y las explotaciones agrícolas permanecerían en manos de los imperios alemán y austro – húngaro, durante 90 años. Y nombrando un supervisor de cada potencia en cada uno de los ministerios del gobierno Rumano, a cambio de evitar la ocupación.

El puerto de Constanza seria arrendado a Alemania (y durante algún tiempo, el káiser Guillermo II estudió los diversos mecanismos para heredar la corona real rumana; mientras que el soberano de Austria y Hungría deseaba incorporar el estado rumano a sus dominios).

Rumania permitiría el paso de tropas de las potencias centrales por su territorio.

Por su parte Bulgaria se anexionó la Dobruja del Sur y trató de apoderarse de un pasillo hasta el mar Negro. Pero esto último, fue vetado por las autoridades otomanas.

De esta forma, las apetencias territoriales de las potencias centrales fueron neutralizadas entre sí. Además, a cambio de la entrega a Austria – Hungría de algunos valles en los Cárpatos y de la Dobruja a Bulgaria, Rumania pudo anexionarse la Besarabia / Moldavia.

Antecedentes: Originalmente, Rumania había apostado por mantener una política de neutralidad, referida a la Gran Guerra. Pero el rey Fernando I (cuy reinado se extendió desde 1914 hasta 1927), hizo un balance de las promesas aliadas y alemanas, respecto a las respectivas ganancias territoriales y optó por entrar en guerra, del lado aliado (con la esperanza de apoderarse de Bucovina, la Transilvania y el Banato), en Agosto de 1916.

Su primera opción fue invadir el Imperio Austro – Húngaro, pero en menos de 4 meses, los ejércitos alemán y austro – húngaro habían destruido al 4º Ejército Rumano y para Diciembre de 1916, ocupaban Bucarest y se habían apoderado de los pozos de petróleo del reino.

En consecuencia, el rey y el gobierno rumano debieron exiliarse ha Rusia. Pero en 1917, les pilló la revolución de ese país; por lo que para garantizar la continuidad d ela monarquía, lo primero que hizo el rey y su gobierno fue proclamar una ley de reforma agraria radical.

Pero lo que tras el golpe de estado del partido bolchevique (7 de Noviembre de 1917), acaudillados por Lenin y financiados por el Imperio

Alemán, Petrogrado estaba ahora bajo el control revolucionario (tras haber arrebatado el poder al ejecutivo republicano de Kerensky).

En cumplimiento de los compromisos con los alemanes, lo primero que hicieron los bolcheviques fue sacar a Rusia de la guerra – lo que supuso dejar al Ejército Real Rumano abandonado a su suerte, en medio de una epidemia de tifus que afectó por igual a soldados y civiles; por lo que todos los generales rumanos dieron la campaña por perdida –.

La firma del armisticio entre la Rusia soviética y las potencias centrales, en Diciembre de 1917; dejó a Rumania en situación desesperada y empeorando esta a cada momento, pues muchas de las unidades militares rusas comenzaron a retirarse para regresar a sus hogares.

El ejecutivo rumano, exiliado en Iasi y con su autoridad erosionada entendía que no quedaba otra que entablar negociaciones con el enemigo, mientras las aldeas rumanas sufrían el saqueo de los desertores del ejército ruso.

Los escasos territorios rumanos que todavía no habían sido ocupados (a penas un 1/3 del reino, tras las derrotas de 1916.) por las potencias centrales, acabaron rápidamente rodeados y aislados, dejando una estrecha franja de frente en Siret. A merced de los ataques alemanes y austro – húngaros.

De sus aliados, los franceses habían mandado un cuerpo expedicionario (mandado por el general Henry Barthelot), pero se trataba solamente de oficiales para asesorar en materias de ingeniería, intendencia y otras técnicas militares (cuyo cometido era más hacer cumplir los acuerdos entre Rumania y los aliados occidentales, que luchar). Mientras que los soldados rusos – que de hecho, eran quienes sostenían el Frente de Rumania – se volvieron, tras el establecimiento de un ejecutivo soviético en Petrogrado, poco fiables. (El 3 de Diciembre de 1917, el 4º Cuerpo de Ejército Ruso había pactado un armisticio con los alemanes, pues los representantes revolucionarios controlaban el soviet de soldados. Y su comandante dudaba de la lealtad de sus soldados).

Además, el magro apoyo logístico aliado (apenas un par de envíos d material y munición) era por completo insuficiente para seguir manteniendo al ejército rumano defendiendo una estrecha franja del frente, en Moldavia. Y la idea de enviar a combatir al Cuerpo Expedicionario Ruso en Francia, hubo de abandonarse, tras amotinarse este en Francia y ser, en consecuencia, disuelto.

Tras la firma del tratado de Brest – Litovsk (Marzo de 1918), Rusia se retiraba definitivamente de la guerra mundial. Y para empeorar las cosas – aun más – la invasión alemana y austro – húngara de Ucrania, aislaba a la Rumania libre del resto de Rusia. Momento en que las tropas rusas, tras quedarse sin suministros, se amotinaron. Y formaciones de soldados – en completo desorden – se dedicaron a saquear a los civiles y a los militares rumanos.

Los primeros en darse cuenta de la situación rumana, fueron los austro – húngaros. Quienes hicieron llegar al gobierno en el exilio una propuesta para una paz negociada. (Con el argumento que esta era la única oportunidad para evitar la abdicación del rey Fernando I de Rumania y evitar la extinción del estado rumano).

Consciente que no había otra salida, el gobierno rumano había solicitado, – a través del asesor y observador militar francés – a los embajadores aliados, permiso para negociar un armisticio por separado. Y los aliados, conscientes de la gravedad de la situación militar y política rumana, emitieron una nota conjunta, en la que “entendían” (aunque sin dar su aprobación ó compromiso formal) la postura rumana.

Negociaciones preliminares: El ejecutivo del primer ministro de Rumania, Bratianu era consciente que la única salida, era pedir una paz por separado. Por lo que el 9 de Diciembre de 1917, el ejecutivo encabezado por Ionel Bratianu firmó en Focsani un armisticio, que fue presentado como una tregua.

Iniciándose a continuación, unas negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz. El 1 de Marzo de 1918, el rey Fernando de Rumania dio su aprobación al borrador del acuerdo (que entre otras cosas negaba a Bulgaria la anexión de la Dobruja de Norte y a Austria – Hungría, trazar una nueva frontera. Pero en lo económico sometía a Rumania al dictado de los imperios alemán y austro – húngaro).

Seguidamente, se firmo el acuerdo de paz – provisional – en Buftea, el 5 de Marzo de 1918 y ratificado el 18 de Marzo de 1918. En virtud del mismo, se establecía:

* Se cedía el control de la Dobruja a las potencias centrales.

* El general Averescu rendía las últimas tropas rumanas bajo su mando.

* Se desmovilizaban las 8 divisiones del Ejército Real de Rumania.

* Se establecía la frontera con el Imperio Austro – Húngaro en los Cárpatos.

* Se retirarían las tropas rumanas del territorio austro – húngaro.

Durante las negociaciones para ambos compromisos, los alemanes pusieron de manifiesto, lo duras que iban a ser las condiciones para una paz definitiva. Entre ellas: entregar la Dobruja, convertir el puerto de Constanza en puerto – franco (bajo control alemán) y tener que firmar el acuerdo en Bucarest (la capital, ocupada, del reino) antes de concluir el mes de Mayo de 1918. Aunque lograba evitar el anhelo austro – húngaro de anexionarse gran parte de su territorio.

Los austro – húngaros, apoyaban las aspiraciones búlgaras (a cambio que estos les apoyasen a la hora de anexionarse territorios. En especial:

anexionarse Turno Severin. Para evitar que Rumnia lanzase otro ataque por sorpresa. Y ajustar la frontera entre los países balcánicos, de tal forma que las Puertas de Hierro, quedasen bajo soberania austro – húngara. Lo que les daría el control del tráfico fluvial en todo el Danubio), así como deponer a la dinastía reinante – de origen alemán –.

El propio Guillermo II dudaba acerca de la francofilia de la sociedad y de la política rumana; se opuso a deponer a los Hohenzollern del trono rumano. Si bien tenía en mente coronar a otro príncipe más joven de su propia dinastía. Teneindo finalmente que olvidarse del asunto y mantener a Fernando I, para asegurar la paz con el reino ocupado. Especialmente para asegurar el cumplimiento de sus objetivos políticos (asegurarse el control del puerto de Constanza), económicos y militares (en un futuro, el ejército rumano seria un aliado local del alemán).

Desde el punto de vista económico; Austria – Hungría y Alemania aspiraban a repartirse el grano y el petróleo de Rumania. Dejando fuera del reparto a sus aliados más débiles.

Por eso, durante la estancia de Guillermo II en tierras rumanas, de 1917, puso los pozos de petróleo bajo control militar alemán (por consejo de sus generales) y más tarde, cedió la explotación de los mismos a la sociedad “Corporación Petrolífera Mittelerope”. Esta sociedad - que se adueñó de los derechos en exclusiva para comercializar el petróleo rumano – estaría constituida por una participación accionarial del 55% para el gobierno de Alemania, 25% para el Imperio Austro – Húngaro y un 20% para el estado rumano.

Este modelo , también se aplicaría sobre los excedentes agrícolas rumanos, asegurándose que su destino final fuese las potencias centrales.

Finalmente, los otomanos aspiraban a integrar la minoría musulmana rumana dentro de su imperio, por lo que ofrecieron la Tracia a los búlgaros, si estos aceptaban entregar la Dobruja del Norte. Pero estos se opusieron.

En todo momento, los negociadores rumanos fueron sometidos a todo tipo de presiones; puesto que las potencias centrales solo iban a reconocer la unión con Besaravia / Moldavia, si antes de 6 semanas había un acuerdo sobre el papel.

De cara a las negociaciones definitivas de paz, los negociadores rumanos procuraron guardar a buen recaudo las actas de la negociación preliminar.

Por todos estos motivos, el texto definitivo no fue redactado y firmado hasta el 7 de Mayo de 1918, en los salones del palacio real de Bucarest – que en ese momento servía a von Falkenhayn de cuartel general y residencia –. (En Sofía, nada más llegar la noticia, el gobierno búlgaro proclamó unilateralmente la soberanía sobre toda la Dobruja, restaurando la frontera existente antes de la 2ª Guerra Balcánica).

En Rumania, tras la rendición, Bratianu presentó su renuncia. Siendo reemplazado por Marghiloman, como jefe de gobierno. Quien debía

hacerse cargo de un país reducido a 4/5 partes de su territorio (perdiendo de golpe 15.000 Km2 y 130.000 de sus habitantes).

Para evitar asperezas, las potencias centrales proclamaron un condominio sobre la Dobruja del Norte, hasta el delta del Danubio.

Por otra parte, el 9 de Abril de 1918, se proclamó en Chisinau (Besarabia) un parlamento unido (formado tanto por delegados moldavos, como por el parlamento rumano en el exilio) que declaró la independencia de la “1ª República Moldava”. Cuya primera decisión fue firmar el acta de unión con el Reino de Rumania.

Los términos del tratado:

El texto en sí, no era más que una recolección de todas las demandas de las potencias centrales, sin hacer apenas concesiones a las peticiones de los rumanos. (Incluso entre los industriales alemanes, hubo quejas por la falta de caridad con los vencidos).

a) Rumania abandona las hostilidades, a cambio que las potencias centrales pongan fin a la ocupación militar del reino.

b) Rumania deberá entregar la Dobruja del Sur a Bulgaria

c) Rumania pondrá la Dobruja del Norte bajo control de las potencias centrales, mediante la fórmula de un condominio (que debía favorecer al Imperio Otomano, pero que a la larga acabó bajo ocupación conjunta alemana y búlgara).

d) Rumania cederá los pasos y puertos de montaña de los Cárpatos al Imperio Austro – Húngaro.

e) Rumania arrendará los pozos de petróleo al Imperio Alemán durante los próximos 90 años.

f) Rumania rentará el puerto de Constanza al Imperio Alemán.

g) Las potencias centrales reconocen Besarabia como parte integrante del Reino de Rumania.

h) El Imperio Austro – Húngaro renuncia a anexionarse más territorios de Rumania.

i) Igualmente, Rumania enuncia a reclamar territorios del Imperio Austro – Húngaro.

En total, Rumania quedaba por completo a disposición de las potencias centrales. Perdía 128.144 Km2 de su territorio (de los cuales 14.896 eran para Austria – Hungría y el resto para Bulgaria). Ganando a cambio los 44.422 Km2 de Moldavia / ex – Besarabia.

A cambio de reconocer la derrota, las potencias centrales reconocieron la unión Besarabia – Rumania. Pero lograron hacerse con los monopolios de explotación del petróleo y de exportación del grano, así como del tráfico ferroviario rumano y fluvial por el Danubio. (Lo que acabó por destrozar la economía rumana).

Consecuencias: los delegados de las potencias centrales y el primer ministro Alexandru Marghiloman negociaron y firmaron el tratado de

Bucarest, el 7 de Mayo de 1918. Si bien el rey Fenando I de Rumania se negó a firmarlo en persona.

Más tarde, el tratado fue ratificado por la cámara baja de Rumania, el 28 de Junio de 1918 y por el senado el 4 de Julio de 1918, con la cláusula añadida “hasta el fin de la guerra”. (Lo que le iba a permitir finiquitar el tratado, tras el colapso de las potencias centrales).

Para los Búlgaros el haberse quedado con la Dobruja del Sur, no era suficiente. Así que reclamó a los imperios Alemán y Austro – Húngaro hacerse con el control del condominio de la Dobruja del Norte, en una nota diplomática fechada el 24 de Febrero de 1918 (...y poder recuperar todos los territorios perdidos en la 2ª guerra balcánica...).

Por lo que después de unas negociaciones paralelas, el Reino de Bulgaria logró que se le transfiriera la autoridad de ocupación del mencionado territorio, poniéndolo bajo el control del Ejército Real Búlgaro. (Para lo cual, se firmó un acuerdo diplomático secreto entre Alemania, Austria – Hungría, el Imperio Otomano y Bulgaria, en Berlín el 25 de Septiembre de 1918, titulado “Protocolo de Berlín”) Cediendo a cambio, la margen izquierda del río Maritsa al Imperio Otomano – según la alianza suscrita en 1915 con las potencias centrales –. Esta fue la primera y última vez que Bulgaria poseyó toda la Dobruja. Para que Rumania aceptase esta nueva perdido territorial, Alemania restituyó al gobierno rumano la titularidad del puerto de Constanza.

Pero este acuerdo no durará mucho; 4 días después – el 29 de Septiembre de 1918 – Bulgaria capituló ante las potencias aliadas, tras la firma del Armisticio de Tesalónica. Siendo el propio tratado de Bucarest denunciado por el primer ministro Marghiloman, en Octubre de 1918.

En Berlín y Viena, nunca llegaron a ratificar el tratado. Por lo que su vigor a penas fue de 6 meses. Ya que el general francés Berthelot (a través de los consejeros del rey Fernando I) había recomendado al rey rumano aceptar lo que pidieran los alemanes, hasta que la entrada en guerra de Estados Unidos compensase la salida de Rusia de la misma.

De esta forma, el 31 de Octubre de 1918, Rumania denunció el tratado y reempezó las hostilidades contra Alemania y Austria – Hungría, tan pronto ambos imperios dieron muestras de agotamiento.

Tras el armisticio de Compiegne del 11 de Noviembre de 1918, los términos del tratado fueron anulados. Y en 1919, Alemania debió firmar el Tratado de Versalles, en cuyas cláusulas se incluía la renuncia a cualquier prestación derivada del Tratado de Bucarest de 1918.

Las transferencias territoriales a Austría – Hungría y Bulgaria, también fueron anuladas en virtud de los tratados de Saint – Germain y Neully, de 1919 y Trinanon, de 1920.

Mientras que con la inclusión de las poblaciones rumanas de las ex – provincias de los extintos imperios (ruso y austro – húngaro) dentro de un mismo reino, se creó – en 1918 – la “Gran Rumania unida”.

+ DESPUES DE LA GUERRA: El nuevo estado rumano había ganado numerosos territorios, con el fin de la contienda (aunque su superficie estaba debastada y sus arcas vacías). Además de haber logrado salvar su parte de la Dobruja y de la Transilvania, había logrado apoderarse de Moldavia.

Para asegurarse que estos territorios siguieran bajo la soberania nacional rumana, formó una alianza con Yugoslavia, Checoslovaquia, Hungría. En virtud de la cual, si en Austria volvían a reinar los Habsburgo, estas naciones le declararían la guerra.

La intervención alemana en la guerra civil Finlandesa:

El Imperio Alemán, intervino a favor de los blancos finlandeses en Marzo de 1918. Tras pedir estos su ayuda, para liberar Finlandia de la hegemonía rusa – enmarcado en medio de un conflicto que venía desarrollándose desde el Otoño de 1917 –.

Antecedentes:

El Gran Ducado de Finlandia, contaba dentro del Imperio Ruso con su propio estatuto político y su propio régimen económico.

Con el comienzo de la guerra mundial, el Imperio Alemán comenzó a interesarse por esta provincia rusa, financiando tanto a los movimientos independentistas, como a los intelectuales pro – alemanes dentro del país. (Medidas qué, de todas formas, se había estado tomando desde 1905. De manera irregular.)

La influencia alemana en Finlandia, se venía sintiendo desde hacía décadas – pues la mayoría de los intercambios comerciales finlandeses eran con el Imperio Alemán –. Por lo que los políticos, estrategas y diplomáticos alemanes, imaginaban que una futura integración de Finlandia dentro de Alemania, además de engrandecer el imperio de los Hohenzoller, iba a debilitar la influencia rusa en todo el Báltico.

El 6 de Agosto de 1914, hubo una reunión entre el canciller alemán, el embajador alemán en Estocolmo y una delegación de personajes influyentes de la sociedad finlandesa (cuyo punto en común eran sus quejas contra el “despotismo” ruso). Pero los finlandeses, aparte de buenas palabras, poco más obtuvieron de los alemanes, hasta el estallido de la revolución rusa de 1917.

A pesar de las peticiones finlandesas de reconocimiento diplomático a su independencia. Alemania prefiere esperar. Para el Imperio Alemán, la guerra civil de Finlandia solo le resultaría útil si se le garantizaba la consecución de dos objetivos:

1º) Asegurar la existencia de un estado burgués en la periferia de la Rusia post – revolucionaria.

2º) Evitar que la guerra civil finlandesa se convierta en un obstáculo a la hora de firmar la paz en Brest – Litovsk.

Así qué, los alemanes (que no quieren – bajo ninguna circunstancia – poner en riesgo el armisticio con Rusia), prosiguen las conversaciones de paz, que se vienen desarrollando desde el 22 de Diciembre de 1917, en Brest – Litovsk.

Dentro de Finlandia, las elites políticas y sociales deben esperar a conocer los términos del tratado ruso – finlandés de paz, sin que ni las potencias centrales ni los aliados muestren mayor interés.

Mientras tanto, la vida política finlandesa está dominada por el ejemónico partido socialdemócrata finlandés (de izquierdas). Cuyas esperanzas están más puestas en la revolución rusa, que en las presiones alemanas.

Dentro de Finlandia, el Imperio Alemán encuentra a sus principales valedores por sus intereses, en las filas de los partidos nacionalistas (surgidos al calor de la revolución rusa de 1905) y en una serie de grupos y movimientos radicales anti – socialistas. (Aunque suman escaso apoyo social, mantienen abierta la oficina de intereses finlandeses en Berlín, desde el año 1916).

Por su parte, las autoridades alemanas comienzan; en Octubre de 1914, a estudiar una fórmula para lograr que el Gran Ducado de Finalndia se tarnsforme en un principado integrado dentro del imperio de los Hohenzoller.

A partir del Otoño de 1917, la situación política en Finlandia comienza a deteriorarse. Por lo que 1.866 voluntarios finlandeses – vía Suecia – llegan a Alemania, a recibir entrenamiento (en virtud de un acuerdo secreto firmado el 26 de Enero de 1915).

Estos voluntarios, venían de las filas de los movimientos independentistas, para quienes solo un levantamiento armado (apoyado por Alemania y Suecia) era capaz de materializar la creación de un estado independiente finlandés. A este grupo, se le unió un numeroso grupo de agentes de la inteligencia alemana, quienes iban a desarrollar varias misiones secretas dentro de Finlandia (desde sabotear material de guerra ruso, hasta organizar una red de apoyo a los prisioneros de guerra alemanes evadidos de campos rusos, para ayudarles a llegar hasta Suecia).

Tras conocerse en Alemania el triunfo de la Revolución de Febrero de 1917, el alto mando alemán comenzó a tomar las primeras medidas para una futura intervención armada en Finalndia: empezando por trasladar tropas a los puertos de Danzing / Gansk y Libau / Tallín, siguiendo por acumular material de guerra para armar a un futuro ejército finlandés de 100.000 soldados.

También, la prensa alemana publicó por primera vez el interés público en crear una Finlandia independiente de Rusia. A la espera de una “invitación” formal de sus autoridades locales para una intervención armada alemana.

Sin embargo y a pesar de la crisis política que padecía Rusia en ese momento, las regiones fronterizas del ex – Imperio Ruso no declararon su independencia de manera automática.

En Finlandia, la burguesía y los terratenientes estaban preocupados por la radicalización del movimiento obrero finlandés y su fuerza (por ejemplo, más de 100.000 afiliados al partido socialdemócrata, en un país de 3 millones de habitantes). Y, aunque estos grupos sociales controlaban el Senado y otras instituciones de poder, en Julio de 1917 comenzaron a negociar un acuerdo de autonomía con el gobierno provisional de Rusia, a cambio de no proclamar la independencia nacional.

Los alemanes, por su parte rechazaban cualquier acuerdo ruso – finlandés.

El 2 de Octubre de 1917, el gobierno provisional ruso firmó el decreto que disolvía la Duma y convocaba elecciones legislativas. Tras estas y tras formar un nuevo gabinete acorde con la mayoría parlamentaria. El ejecutivo entrante se decantaba por mantener Finlandia bajo dominio ruso.

Pero tras la Revolución de Octubre de 1917, la influencia alemana aumentó en el senado finlandés – especialmente tras elegir al nuevo ejecutivo, el 26 de Noviembre de 1917 –.

El 31 de Diciembre de 1917, el consejo de comisarios del pueblo aprobó la resolución del 4 de Diciembre de 1917, que reconocía la independencia del estado finlandés.

La posterior escalada de tensiones y el inicio de la guerra civil, supuso la invitación alemana a intervenir militarmente en el pais escandinavo.

Los preparativos políticos y militares:

El 12 de Noviembre de 1917; llegó a la cancillería del Imperio Alemán un memorando político elaborado por la burguesía finlandesa, donde se informaba que la anarquía existente en Rusia iba a ser la clave para convertir el mar Báltico en un lago alemán.

Más adelante, llegaron nuevos documentos – todos con un contenido más ó menos similar –. Mientras que a finales de Diciembre de 1917, llegaron a Finlandia los primeros envíos alemanes de armas, equipo, telégrafos... mediante submarinos, para formar y armar el primer batallón del futuro ejército finlandés.

Sin embargo, al empezar el mes de Enero de 1918, todo el sur de Finlandia estaba bajo el control de la Guardia Roja Finlandesa – cuya línea política iba orientada a retornar al seno de la Rusia soviética – que había solicitado la intervención militar de la Guardia / Ejército Rojo Ruso. (Cosa imposible a corto plazo, por las malas condiciones climáticas existentes en el Báltico y por los campos de minas que todos los bandos habían tendido durante la contienda y que permanecían sin limpiar).

En ese momento, la postura alemana cambió de manera radical, el 10 de Febrero de 1918, cuando Trotsky (a pesar de la debilidad militar de la

Rusia Soviética) rompió las negociaciones, con la esperanza que naciese una “revolución proletaria en Alemania y cambiasen las tornas”.

La respuesta alemana fue inmediata: dar una “lección” a Rusia y, en respuesta a una presunta agresión, atender las necesidades y peticiones de ayuda de los pequeños estados al Oeste de Rusia. Entre los cuales estaban los representantes del Senado de Finlandia, que habían acudido a Berlín; el 13 de Febrero de 1918, a pedir apoyo para su causa. Mientras que por la tarde de ese día, el consejo privado del Káiser de Alemania celebró una reunión, para analizar la ruptura de las conversaciones de paz con Rusia y las medidas a adoptar. Siendo una de las primeras, la intervención armada en el país.

Previamente; desde el Otoño de 1917, los nacionalistas pro – alemanes de Finlandia habían emitido varios llamamientos de ayuda. Aunque no fue hasta el 21 de Febrero de 1918, cuando el ejecutivo – blanco – de Finlandia no formalizó la petición de “ayuda” a las autoridades alemanas; solicitando una intervención para acabar con la “...anarquía reinante, que amenaza las vidas y las propiedades de los ciudadanos...” y restablecer el orden público. Firmando el documento en el nombre del pueblo y del estado finlandés.

Por ello, la delegación finlandesa fue recibida el 14 de Febrero de 1918, por las autoridades civiles y militares alemanas. Y tras una deliberación del consejo militar alemán; el 18 de Febrero de 1918; Alemania ataca a Rusia. Provocando rápidamente el colapso de las escasas tropas rusas disponibles y fuerzan a los rusos a firmar el Tratado de Brest – Litovsk (del 3 de Marzo de 1918). De tal forma que Finlandia, los países del Báltico, Polonia y Ucrania, quedaron bajo la esfera de influencia alemana.

Ese mismo 14 de Febrero de 1918, llegó a Berlín la noticia sobre la llegada a territorio finlandés de las primeras tropas suecas; que desembarcaron en las islas Asland. Por lo que el estado mayor del Imperio Alemán ordenó acelerar los preparativos de la intervención (al tiempo que la cancillería alemana comenzó a estudiar la posibilidad de una entente con Suecia, para garantizar la ocupación efectiva del territorio).

Mientras tanto, el 21 de Febrero de 1918, el Consejo de Comisarios del pueblo decretó la salida de Finlandia de todas las tropas rusas, todavía presentes. Lo que suponía dejar abandona a su suerte a la Guardia Roja Finlandesa. Conscientes los propios rusos del riesgo de dispersar sus escasas fuerzas, interviniendo en las regiones periféricas del antiguo imperio. Por lo que el 7 de Marzo de 1918 el consejo de comisarios del pueblo reconoció la independencia de Finlandia, firmando con su ejecutivo un tratado, en el que la República Federativa Soviética de Rusia se compromete a evacuar sus fuerzas del nuevo estado.

Curiosamente; fueron las intervenciones políticas y económicas alemanas las que facilitaron la consolidación de Lenin como líder indiscutible de la Rusia soviética.

Ese mismo día, el primer embajador de Finlandia en Alemania, firmó un tratado de paz y presentó una petición de ayuda militar para la causa de los blancos finlandeses. (A pesar de ello, dentro del movimiento blanco finlandés; los tratos con el Imperio Alemán levantaban ampollas. Pues para muchos de sus líderes – incluido Mannerheim – no deseaban que la independencia de Finlandia de Rusia, se transformase en la sumisión al Imperio Alemán.

Pero sus dudas se disiparon, cuando por decreto del Senado Finlandés, todas las tropas blancas finlandesas, fueron puestas bajo mando alemán).

Por su parte, el ejército alemán no alteró sus planes respecto a Finlandia, pues la guerra civil finlandesa les permitía el acceso terrestre hasta Fennoscandia (en un momento en que el escuadrón naval británico había ocupado el puerto de Murmansk, el 9 de Marzo de 1918). Si bien las autoridades alemanes se guardaron de hacer públicas cualquier declaración sobre sus intenciones, sobre el futuro de Finlandia.

El 25 de Febrero de 1918; el alto mando alemán dio por completados los preparativos para una intervención armada y comenzó la espera a que el tiempo atmosférico reinante permitiese el desembarco en el país escandinavo.

La ocupación del archipiélago de las Asland:

Los suecos se encontraban divididos sobre la política a seguir con el Imperio Alemán. La propia familia real sueca y los partidos conservadores eran favorables a anexionarse las islas. Pero los alemanes advirtieron que no iban a tolerar tal ocupación. Por lo que debieron de aceptar (primero) la ocupación conjunta del archipiélago y recibiendo el comandante sueco de la guarnición la orden de no oponerse al desembarco alemán.

En la casa de la aduana de Eckero:

El 26 de Febrero de 1918, partió desde Danzing / Gansk una flotilla alemana – mandada por el contraalmirante Meuver – alcanzó el archipiélago de las Asland y comenzó a desembarcar a la infantería de marina alemana. Pero pronto huno que suspender la operación a causa del hielo y no fue hasta el 5 de Marzo de 1918; cuando la flota alemana completó el desembarcó (Donde, previamente una expedición militar sueca protegía los intereses del reino escandinavo y la población civil finlandesa de esta etnia, desde medidos del mes de Febrero de 1918.)

Hasta el 8 de Marzo de 1918, los alemanes no asumieron el control por completo de las islas, izando la bandera del Imperio Alemán en el único edificio administrativo, la aduana. Cosa que irritó a los suecos – que deseaban ondear ambas banderas –, sin poder hacer nada hasta su partida el 25 de Abril de 1918.

Pronto los alemanes transformaran las instalaciones existentes en su propia plataforma, desde la cual van a intervenir en todo el pías continental.

Nota => El papel de Suecia en la guerra civil finlandesa y la intervención alemana:

Oficialmente, el Reino de Suecia era una nación neutral de cara a la Gran Guerra y a la Guerra civil finlandesa. Sin embargo, anunció a todas las partes que iba a defender sus intereses nacionales, en cualquier parte.

La elite sueca andaba dividida entre los pro – aliados y los pro – potencias centrales (aunque antes de la guerra, las ideas pan – germanistas habían gozado de gran popularidad entre la población sueca).

El ejecutivo sueco, socialdemócrata, priorizaba el saneamiento de las cuentas públicas. Por lo que autorizó las exportaciones de mineral de hierro y alimentos al Imperio Alemán. Pero no era ningún secreto, que el Reino de Suecia aspiraba a anexionarse las islas Asland.

Si bien, dentro de Suecia operaba el comité “Contra el terror blanco finlandés” que denunciaba la represión ejercita por los nacionalistas contra los comunistas y reclamaba medidas de auxilio gubernamentales para ayudar a los refugiados finlandeses dentro de Suecia.

De esta forma, el 15 de Febrero de 1918, la armada sueca envió el primer destacamento para ocupar el archipiélago de las Asland. En respuesta a una petición de auxilio por parte de sus habitantes, la gran mayoría de etnia sueca.

Oficialmente, las tropas suecas actuaban en calidad de asesores militares, como respuesta a una “solicitud de asistencia” promovida por el gobierno de Finlandia, en Mayo de 1917.

Más tarde, el 22 de Febrero de 1918, el gobierno de Estocolmo recibió la visita de una delegación de campesinos finlandeses. Para pedir ayuda al rey de los suecos; según una antigua tradición de la época vikinga. El rey Guastavo V – de manera oficial – se negaba a inmiscuirse en asuntos extranjeros. Pero dio su promesa de autorizar el envío de voluntarios a combatir en defensa de la minoría sueca finlandesa. Ese mismo día, el gobierno sueco estudió la posibilidad de ocupar las islas Asland y la manera de legitimar la incorporación a Suecia.

Tan pronto arreció la guerra civil en el país vecino; la cancillería sueca anunció la negativa a intervenir de manera directa en la guerra y la política interna de Finlandia. Pero se permitió que 84 voluntarios suecos se uniesen al Ejército Blanco Finlandés. (Principalmente para evitar que los disturbios se extendiesen por toda la península escandinava). A los que más adelante se les uniría la “Brigada de voluntarios Suecos” (que nunca contó con más de 250 ó 560 voluntarios a la vez, pasando por sus filas unos 800 ó 1.100 hombres; de los cuales, 200 fueron oficiales de carrera, 400 suboficiales y el resto soldados). La cual tomará parte en varios combates. También; y desde el mes de Febrero de 1918, la Armada Real Sueca, escoltaba desde Alemania el transporte de armas y voluntarios finlandeses, con destino al Ejército Blanco Finlandés. Al tiempo que sus diplomáticos mediaban entre los ejecutivos blanco y comunista de Finlandia.

Con la llegada de la flota alemana, el 5 de Marzo de 1918, este contingente debió retornar a Suecia. Mientras que muchos oficiales y suboficiales se integrarán en el ejército finlandés (con el tiempo, la mayoría de los artilleros y los mandos superiores de las fuerzas armadas de Finlandia eran de etnia sueca).

Para el mes de Mayo de 1918, la mayoría de los “voluntarios” suecos habían regresado a sus hogares. Mientras que algunos, tras haber luchado en Finlandia, pasaron a Estonia a combatir (entre el 15 de Mayo de 1918 y el 14 de Octubre de 1920).

Los acuerdos germano finlandeses del 7 de Marzo de 1918:

El gobierno blanco finlandés, debió abandonar Helsinki a los comunistas finlandeses y se trasladó a Vaasa. Siendo una de sus primeras medidas la de dar la bienvenida a las tropas alemanas, bajo el eslogan: “amigos y hermanos de armas”.

Al mismo tiempo, los representantes del ejecutivo finlandés en Berlín, firmaron el 7 de Marzo de 1918 un tratado de paz; un acuerdo de comercio y navegación; y un acuerdo secreto por el que Finlandia comprometía su producción (casi por completo) económica y de materias primas (madera, papel, minerales y caucho) a la causa alemana, durante el tiempo que durase la guerra. En pago a la ayuda militar suministrada.

El tratado de paz establecía que los daños causados por Alemania en Finlandia, desde 1914, corrían a cuenta de Finlandia. Mientras que las pérdidas alemanas a consecuencia de esta campaña, también correrían a cargo de Finlandia. Además Finlandía no podría negociar con terceros países sin el permiso del Imperio Alemán.

El gobierno revolucionario en Helsinki, inmediatamente conocidos los términos de estos acuerdos, procedió a denunciarlos.

El desembarco de la División de Infantería de marina de la Flota del Báltico:

El 7 de Marzo de 1918, los asesores del Kaiser Guillermo II hicieron público el desembarco en Finalndia “...no como una lucha contra Rusia, sino como una acción policial, a petición de un gobierno reconocido...”. (Dos días más tarde, tropas británicas y francesas desembarcaron en Murmansk).

Originalmente, los alemanes estaban decididos a no desplegar sus tropas en la Finlandia continental. Pero a partir de la segunda quincena de Marzo de 1918, cambiaron las circunstancias y el 20 de Marzo de 1918; el comandante supremo del ejército finlandés – el general Mannerheim – tras

comprobar la negativa comunista a negociar con el gobierno de Vaasa, solicitó la intervención armada alemana, en suelo continental de Finlandia.

El 3 de Abril de 1918, los 10.000 soldados de la División de Infantería de marina de la Flota del Báltico – mandada por el general R. von der Goltz – desembarcaron en Hanko (al Oeste de Helsinki). Al tiempo que la aviación alemana arrojama 130.000 panfletos anunciando la llegada del ejército “libertador” alemán.

La Guardia Roja local, trató de resistir, pero sus menos de 500 fusiles, solo le permitió aguantar hasta la noche del 5 al 6 de Abril de 1918.

El 7 de Abril de 1918, los 3.000 hombres del “Destacamento / Brigada del coronel Brandenstein” embarcaron en el puerto de Tallín, para desembarcar en la ciudad de Loviisa (en la costa Sudeste de Finlandia). Momento en que el pánico comenzó a cundir entre los comunistas finlandeses.

En paralelo, el 14º Batllón partió de las Asland, para tratar de alcanzar Tukku. Pero la fuerte resistencia de la Guardia Roja local, frustró la maniobra. Por lo que debió ser reembarcado en el crucero “S.M.S. Kolberg” y vuelto a desembarcar esta vez contra el puerto de Tamasisaan, que fue ocupado sin resistencia.

En opinión de todos los historiadores, lo que determinó el bando ganador en la guerra civil, fue la intervención armada del ejército y de la marina alemana entre los meses de Marzo y Diciembre de 1918. Siempre enmarcado en la aspiración alemana de convertir a Finlandia en parte de su esfera de influencia en Europa (que junto con la región del Báltico, según cláusulas del tratado de Brest – Litovsk; transformarían este mar en un lago germano).

El 9 de Abril de los alemanes alcanzaron la línea de ferrocarril Helsinki – Riihimaki, tras haber ocupado Nummela. Y al día siguiente, las formaciones de combate alemanas, valiéndose de embarcaciones de poco calado, se encaminaron por mar y tierra hacia el Este, conquistando Helsinki entre el 12 y el 13 de Abril de 1918. Ese mismo día 2 acorazados y otras embarcaciones menores de la flota alemana habían bombardeado las posiciones de la “Guardia Roja Finlandesa” en torno al palacio presidencial.

La batalla de Helsinki: El 11 de abril de 1918, se rompieron las conversaciones entre los mandos alemanes y los comunistas finlandeses. Así que a las 05’00 horas del 12 de Abril de 1918; 3.000 soldados alemanes atacaron el Noroeste de la capital, para hacerse con el control de la línea de ferrocarril Helsinki – Turku. También ocuparon los suburbios residenciales entre Mukkiniemi y Pasila, antes de avanzar hacia el centro de la capital desde el Oeste.

Mientras tanto, unidades de la flota alemana bloqueaban el puerto y bombardeaban el Sur de la capital, tras haber desembarcado más tropas alemanas en Katajanokka.

La Guardia Roja Finlandesa, contaba con entre 8.000 y 9.000 milicianos, para defender Helsinki, todas ellas mal equipadas (en su mayoría solo armadas con escopetas de caza y rifles anticuados). Pero sus mejores tropas, se encontraban combatiendo en las regiones norteñas del país. Con lo que carecía de fuerzas para defender todo el perímetro de la capital. A la espera que los restos de la guarnición rusa y de la milicia del estado, los buques de la Flota Roja de Rusia y la artillería de la fortaleza de Suomenhua.

Sin embargo, antes de comenzar el asalto alemán y por orden del Consejo de Comisarios del Pueblo de Rusia, los barcos abandonaron el puerto y las guarniciones rusas evacuaron cuarteles y fuertes – tras haber pactado con los alemanes su salida –.

Los alemanes pensaban que Helsinki iba a rendirse sin lucha, privados los comunistas de armas, apoyos ó suministros. Pero en contra de sus planes, optaron por resistir.

Dentro de Helsinki, los comunistas se habían hecho fuertes en 5 puntos: el Salón de los Trabajadores, la estación de ferrocarriles, el antiguo Palacio presidencial (antiguo Palacio del Gobernador imperial), el Senado de la Universidad y los cuarteles de la Guarnición rusa. Pero eran inferiores en número y potencia de fuego, frente a los alemanes.

La infantería de marina alemana, apoyada por intensos bombarderos artilleros de su flota, desembarcó en el puerto, mientras que desde tierra, marchó a través de las principales avenidas y calles. Para aislar las posiciones comunistas.

Entre la tarde y la noche del 12 de Abril de 1918, la mayoría de los distritos del Sur y del Oeste de Helsinki ya estaban en manos alemanas, despejando casa por casa y limpiando calle por calle. Apoyados por las tropas del Ejército Blanco Finlandés a medida que estos últimos hacían acto de presencia (armados y dirigidos por oficiales alemanes).

El 13 de Abril de 1918, Tras recibir 3.000 nuevos refuerzos, las tropas alemanas tomaron la plaza del mercado, la estación de ferrocarriles, el Palacio presidencial y el Senado.

Momento en que marcharon hacia el Norte, donde los barrios obreros de la capital habían erguido barricadas y controles desde 1917. Siendo primeramente bombardeados y luego asaltados.

El último punto de resistencia comunista, el Salón de los trabajadores, fue tomado antes del día siguiente. Momento en que se dio la batalla por finalizada.

Al medio día del 14 de Abril de 1918, el sector Este de la ciudad se había rendido (aunque se dieron varios combates esporádicos, hasta el anochecer, en que los últimos cuadros comunistas huyeron de manera individual).

En total: 200 alemanes, 300 comunistas finlandeses y 20 blancos finlandeses murieron. Mientras que más de 8.000 comunistas finlandeses fueron encarcelados.

Ese mismo día 14 de Abril de 1918, las tropas alemanas y blancos finlandeses desfilaron por las principales calles de Helsinki y ante los representantes blancos del Senado.

Durante la batalla se produjeron numerosos crímenes de guerra: los cuarteles de la guardia roja fueron quemados (abrasando a las mujeres e hijos de los combatientes, que se escondían en su interior). Mientras que los barrios obreros de la ciudad, fueron asaltados con cargas explosivas en la noche del 12 al 13 de Abril, matando a numerosos civiles. Tras deponer las armas los comunistas de Helsinki, los partidos de derecha finlandeses comenzaron a tomarse la revancha por los maltratos anteriormente padecidos.

El “Destacamento / Brigada Brandenstein”, marchó hacia el golfo de Helsinki, atacó Lahti el 19 de Abril de 1918, logrando dividir en dos el territorio bajo control de la Guardia Roja Finlandesa. Al día siguiente tomaron Kausala – Uusikyla.

Mientras que la División de Infantería de marina de la Flota del Báltico, aprovechaba para dirigirse hacia el Norte y apoderarse de Hyvinkaa (21 de Abril de 1918), Riihimaki (22 de Abril de 1918) y Hameenlinna (26 de Abril de 1918), tras contactar con las tropas blancas finlandesas.

La eficiente actuación de las tropas alemanas, que había logrado acortar la duración de la guerra (y asegurado la influencia alemana en el nuevo estado), se debía en gran parte a la desmoralización de la mayoría de los soldados rusos, la negativa del gobierno soviético a tender los ruegos de los comunistas finlandeses y a la impericia militar de los milicianos de la Guardia Roja Finlandesa.

Con el fin de los combates, la mayoría de miembros de la “Diputación popular de Helsinki” debieron huir, entre el 8 y el 25 de Abril de 1918, hacia Petrogrado. Y en la noche del 26 al 27 de Abril de 1918, lo que quedaba del gobierno comunista de Finlandia abandonó el país por barco, desde Vyborg hasta Petrogrado.

Mientras que el resto de combatientes de la guardia roja y numerosos familiares (en total unos 30.000) trataron – en vano – de romper las líneas defensivas en Lahti por el Este, entre el 29 de Abril y el 2 de Mayo. Pero bloqueados por tropas alemanas y blancos finlandeses debieron de rendirse y aceptar ser internados en campos de prisioneros.

Tras la conquista de la última localidad en anos comunistas; Viipuri, los combates cesaron y momento en que el país quedó bajo control efectivo del Imperio Alemán.

En la noche del 14 al 15 de Mayo de 1918, se dio (de manera oficial) por concluida la guerra civil finlandesa; cuando el último pelotón de tropas rusas se retiró formalmente de la batería de costa de Kerelia.

El 16 de Mayo de 1918, el Ejército Blanco de Finlandia, realizó el “desfile de la victoria” por las calles de Helsinki. Participando unidades de infantería, artillería, cazadores, ingenieros, voluntarios suecos, caballería y tropas alemanas.

La política alemana respecto a Finlandia, tras la guerra civil:

Nada más concluir la guerra, los alemanes crearon un perímetro fortificado, en torno al antiguo palacio del gobernador general ruso, donde se instaló la autoridad de ocupación del país, para administrar la “acción policial”.

Tras la guerra civil, el propio ejército finlandés estaba – de facto – dirigido por la misión militar alemana (de hecho, desde mayo de 1918, el ejército de Finlandia se articulaba a la manera alemana). Mientras que, funcionarios civiles alemanes eran los encargados de supervisar la aplicación de las cláusulas económicas, del tratado de paz firmado entre Alemania y Finlandia.

A partir de Octubre de 1918, un hermano del Kaiser Guillermo (el príncipe Federico de Hesse) fue designado para ser coronado rey de Finlandia; al tiempo que el ministerio alemán de asuntos exteriores, estaba redactando un tratado de alianza entre ambos estados.

Por decisión de los militares alemanes, los finlandeses deben avanzar sobre territorio soviético, para combatir a las tropas aliadas que han desembarcado en Murmansk. Pero para sorpresa de los alemanes, su gobierno se niega. Por lo que a partir del Otoño de 1918, las tropas alemanas en Finlandia no dejan de informar del malestar que existe entre sus soldados y los reclutas finalndeses.

Desde Septiembre de 1918, crece la simpatía pro – aliada entre las elites sociales finlandesas. (Especialmente cuando Mannerheim fue enviado como representante plenipotenciario ante las cancillerías del Reino Unido y Francia).

Esta situación va a durar hasta la derrota alemana de Noviembre de 1918. Cuando los aliados forzaron a los alemanes a retirar su División de Infantería de marina de la Flota del Báltico. Embarcando las últimas tropas alemanas, el 16 de Diciembre de 1918, en el puerto de Helsinki. (El propio comandante alemán, debió abandonar el país vestido de civil, para evitar ser agredido por los soldados finlandeses).

Momento en que el senado finlandés, en Diciembre de 1918, forzó la abdicación del príncipe, proclamó la república y destituyó al gobierno pro – alemán. Formando en su lugar un gobierno provisional que proclamó la neutralidad del estado finlandés (y en privado, no cejó en hacer guiños a los gobiernos aliados).

En Febrero de 1919, a los alemanes les tocó hacer lo mismo en Letonia y Lituania.

En conclusión:

En retrospectiva, era evidente que durante el periodo 1917 / 1918, la intervención alemana era anhelada tanto en Berlin como en Helsinki.

Originalmente, los alemanes solo pretendían la independencia de Finlandia de Rusia e integrarla en su esfera de influencia.

Por su parte, el gobierno finlandés buscaba la manera de suprimir el movimiento revolucionario en el país escandinavo, para lo cual requería la presencia de tropas del Imperio Alemán, para aplastar a la Guardia Roja Finlandesa y evitar la intervención de la República Federativa Soviética de Rusia.

Pero cuando es evidente las intenciones anexionistas de Alemania, los gobernantes finlandeses aprovechan la política de “guerra total” proclamada por el Imperio Alemán, durante el Verano de 1918, para romper los vínculos con el país teutón. Sin que este pueda hacer nada, ante las acciones unilaterales finlandesas.

A decir de la mayoría de los historiadores, desde el Verano de 1917, Alemania había trabajado en crear un levantamiento armado anti – ruso. Sin tener en cuenta la polarización social finlandesa, por lo que en el Verano de 1918, su nivel de influencia era nulo

El colapso de las potencias centrales:

El objetivo principal de las negociaciones, en Noviembre de 1917, era permitir el traslado de las tropas presentes en el frente oriental al occidental. De cara a la “ofensiva definitiva de la Gran Guerra”. Con lo que – entre Noviembre de 1917 y Noviembre de 1918 – Alemania transfirió 63 divisiones hacia el frente occidental y otras más 3 a los Balcanes.

Austria – Hungría, por su parte desplazó 25 divisiones a Italia y otras 5 a los Balcanes.

Pero para el 21 de Marzo de 1918, inicio de la ofensiva general en todo el frente occidental, todavía quedaban en Rusia 53 divisiones y 13 brigadas independientes de las potencias centrales (que totalizaban 1 millón y 45.000 soldados, a los que había que sumar los 30.000 hombres que el Imperio Otomano tenía desplegados al otro lado de la frontera con Rusia). Su presencia, según afirmaba el estado mayor alemán, era lo que garantizaba evitar una intervención rusa en el “estado artificial ucraniano” antes del otoño de 1918.

Tras el otoño, quedaban todavía en suelo ruso unas 25 divisiones alemanas y austro – húngaras, que sumaban unos 500.000 soldados alemanes en los ejércitos 8º (en el Báltico), 10º ( en Bielorrusia) y el “Grupo de Ejércitos de Kiev” (en Ucrania).

Y los 250.000 soldados austro – húngaros del 2º Ejército Austro – Húngaro.

Debido al contacto con los revolucionarios rusos y a que el número de faltas indisciplinarias graves (como actos de insubordinación y deserción) se habían disparado, entre los años 1917 y 1918. Todos los soldados transferidos desde el Esta hacia el Oeste, eran sometidos a “educación política” intensiva, a cargo de oficiales especializados (secundados por soldados especialmente seleccionados. Entre los cuales uno se haría muy famoso en la siguiente guerra: Adolf Hitler). Con el fin de certificar la “fiabilidad política” de las diferentes unidades.

Sin embargo, esta medida no fue capaz de evitar que, en Septiembre de 1918 – semanas antes del Motin de Kiel –, se produjesen choques entre soldados y oficiales en Rovno, Shepetovka, Kiev y Polotsk. Mientras que en Jarkov, los soldados se amotinaron y desfilaron con banderas rojas.

Esto último, obligó a cancelar los planes previstos para conquistar Petrogrado y Minsk (previstos para finales de Septiembre de 1918). Así como la marcha desde Georgia hasta Bakú.

En conversación privada con Max von Baden; Luddendorff admitía que – 17 de Octubre de 1918 –, el grueso del ejército del Imperio Alemán ya no es útil para acciones de carácter ofensivo, y solo “un poco” para las de naturaleza defensiva.

El 13 de Noviembre de 1918 y 2 días después del Armisticio en el vagón de Compaigne; el gobierno soviético dio por superado el Tratado de Brest – Litovsk. Iniciando un proceso de recuperación de los territorios perdidos, que no acabará hasta el bienio 1920 – 1921.

LOS RESULTADOS DE LA CAMPAÑA DE 1918:

Al acabar el año 1918, los tres imperios que encabezaron el frente oriental de la Gran Guerra; Austria – Húngría, Rusia y Alemania, han desaparecido sucedidos por una serie de repúblicas inestables.

Con respecto a Rusia, diremos que el fin de las hostilidades con las potencias centrales, no supuso el fin de la guerra. Pues el Ejército Rojo no dejó de luchar hasta el año 1927 (en Mongolia). Y a pesar que en líneas generales los bolcheviques culminaron con éxito todos sus objetivos políticos, no fueron capaces de evitar la independencia de varias de las provincias del antiguo imperio ruso, ni fracasar en el intento de provocar una revolución proletaria mundial. Lo que supuso para Rusia el verse reducido a la condición de paria internacional, hasta su admisión en la Sociedad de Naciones, en lo1934.

Respecto a lo acordado en Brest – Litovsk, su contenido pronto quedó reducido a la condición de papel mojado. No así sus consecuencias que duraran hasta nuestros días (el último, sin ir más lejos; la guerra civil en Ucrania, de 2014).

Un aspecto a destacar de las campañas de 1918, fue la inspiración de nuevas campañas, a lo largo de las siguientes décadas. Por ejemplo, la política expansionista hacia el Este de Hitler, fue la misma que desarrollaron el káiser Guillermo II y el mariscal Hindemburg, a partir de 1917 (sobre todo pensando que los territorios conquistados e incorporados al Imperio Alemán iban a compensar las pérdidas humanas y materiales que sufría Alemania en la Iª Guerra Mundial).

Los planes del OKW y de la cancillería del Führer, puestos en práctica en la invasión de la URSS de 19141, básicamente recogían las experiencias alemanas de la guerra anterior – sin tener en cuenta los profundos cambios de la sociedad y el estado rusos, entre los años 20 y 40 del siglo XX –.

Respecto a las batallas finales de la IIª Guerra Mundial (en especial la Batalla de Berlín) diremos que Hitler esperaba en 1945 repetir el llamado “milagro de Varsovia de 1920” salvando lo que restaba del Imperio Alemán, mediante una victoria arrolladora a las puertas de su capital – sin tener en cuenta la falta de medios ó aliados para lograr tal propósito –.

Por su parte Stalin deseaba restaurar el poderío ruso (abandonando por completo el objetivo de la revolución proletaria mundial, que quedó como simple retórica política) y retornar la senda de los pueblos eslavos (que los zares habían abandonado, adoptando el capitalismo) hacia el Oeste.

Así que no es ninguna coincidencia que entre 1944 y 1945 los frentes soviéticos marchasen hacia Berlín, Koningsberg, Viena, Praga y Budapest por las mismas rutas que en 1914. Ni que entre 1939 y 1940 lanzase – en colaboración con Alemania – varias guerras de frontera, para recuperar parte ó por completo de las ex – provincias del antiguo Imperio Ruso.

Pero eso, ya es otra historia.

El frente olvidado de la Gran Guerra:

En general, la historiografía ha tendido a olvidar este teatro de la guerra, junto con la declaración de guerra a Rusia. A pesar que (para el 1 de Agosto de 1914) entre alemanes y austro – húngaros llegan a combatir 10 y media + 37 y media divisiones de infantería, junto con 1 y 12 divisiones de caballería. Contra las 19 de infantería y 8 de caballería que el Imperio Ruso envía contra Alemania y las 46 y 18 contra el Imperio Austro – Húngaro.

(Aun así este teatro tubo más suerte que los eventos de la campaña rumana que fueron directamente olvidados).

Y solamente, a partir de la aparición en 1975 de la obra del escritor Norman Stone: “El Frente Oriental: 1914 – 1917” se empiezan a reconocer la importancia de las batallas en el transcurso de la primera conflagración mundial. (Así como romper los muchos mitos existentes respecto al Imperio Ruso).

La guerra en el Este difirió demasiado de los acontecimientos en el Oeste, pues sus líneas de frente nunca llegaron a solidificarse, manteniendo por tanto una guerra de movimientos (debido en parte al subdesarrollo de las

infraestructuras de transporte y a las distancias que se medían en millares de Kilómetros).

Solo los estudios más modernos han tratado este teatro y sus consecuencias (en especial las referidas a la política proto – nazi de ocupación: excesos patológicos de poder combinada con una recaudación despiadada de tributos), así como los precedentes que los objetivos políticos del Imperio Alemán (IIº Reich) tuvieron sobre los del régimen nazi (IIIº Reich), en el Este de Europa.

Por otra parte; en el Este del continente europeo, la sombra de la Primera Guerra Mundial alcanzó hasta la Guerra Fría. Lo que dificultó el acceso a numerosos archivos (y otros muchos fueron destruidos de forma deliberada) por órdenes directas de Lenin y sus sucesores, con el fin de borrar de la historia pasados y memorias comprometidas frente a la historiografía oficial soviética ó rusa y a la propaganda comunista – y eso sin contar las barreras idiomáticas –.

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