jueves, 25 de diciembre de 2008

Conclusiones

Una conclusión operativa.

Cuando se quiere hacer un estudio, sobre un tema, al principio tan definido en el espacio como es la Armada real Británica y tan definido en el tiempo como es el periodo de la I guerra mundial, uno llega a pensar que está ante un reto relativamente fácil. Nada más lejos de la realidad. Al tratar con una tradición milenaria, que afecta a una filosofía de diseñar buques, una filosofía en la manera de gestionarlos y finalmente una filosofía de hacer la guerra con ellos, uno llega a un permanente estado de dudas sobre si será capaz de reflejar todo esto sobre el papel.

Para el lector, se pueden dar cientos de datos sobre blindajes, propulsión, tonelaje y armamento. Pero como expreso el nivel de conocimientos de los mandos y estrategas, cuan buenas eran las relaciones entre oficiales y marineros y, sobre todo ¿como plasmar esto físicamente? Por ello me arriesgaré, y en lugar de hacer un somero repaso de hechos y situaciones haré un muestreo estadístico:

Para ello; defino como universo el conflicto naval entre 1914 y 1918. (Que debe incluir desde la batalla de coronel hasta el auto hundimiento en Scapaflow; pasando por la primera batalla del Atlántico ó la guerra submarina naval y las lejanas acciones en los remotos océanos.)
Por su propio peso, el teatro del Atlántico norte, fue el que más activo y el único que registró grandes acciones (Heigoland (1ª y 2ª Batallas), Dogger Bank, Jutlandia, Raid de Zeebruge y 1º y 2º Raids de Ostende.)

Por lo que descarto el resto de teatros.

Por su propio volumen, elijo como muestra estadística la batalla de Jutlandia, ya que en mi opinión representa muy bien los dos potenciales enfrentados, en una acción premeditada y en un enfrentamiento al máximo de ambas capacidades. A diferencia del resto de operaciones.
Además no quiero escribir sobre esta batalla propiamente dicha. Creo que se han escrito todo tipo de panfletos, tratados, manuales y hasta novelas, en su lugar quiero ver sus repercusiones estratégicas.

Desde que Ludendorf, asume el mando del frente occidental. Exige ante el propio Kaiser, una acción de la armada para aliviar la presión en el frente. Los almirantes sin embargo, eran mucho más realistas que el propio Kaiser sobre el potencial de sus fuerzas y la de sus enemigos. Eran coherentes con el hecho que la Grand Fleet casi doblaba a su equivalente “Flota de alta mar”. Por lo que finalmente el vicealmirante Hipper, optó por una operación limitada. Buscando más salvar la cara ante sus superiores que desequilibrar una balanza estratégica, que siempre estuvo inclinado al lado Británico.

Su oponente Jollicoe; educado en la leyenda de Nelson, estaba esperando su momento y cuando la inteligencia le comunicó la salida se lanzó contra los alemanes con todo lo que tenía.

Celebrada la batalla, empezó una polémica que ha durado hasta nuestros días. Jutlandia fue una batalla, que a pesar de una clara victoria Británica (3 veces trataron los alemanes de romper la línea británica y tres veces estos los rechazaron). Dejó un pobre sabor de boca en ellos. Mientras que a pesar de lo que dicen los propios alemanes. Su derrota fue presentada como una victoria.

¿Cómo es posible? Bueno, esto tiene varias partes:

a) La Derrota que se convirtió en victoria; La flota alemana, al retirarse a toda máquina y evitar así la completa destrucción, le dio a Hipper, la posibilidad de cantar victoria. Y acallar cualquier protesta sobre el hecho que el bloqueo naval seguía en vigor.

b) La Victoria que se menospreció; Jollicoe, se presentó con un triunfo indudable, pero con dos estigmas. El primero tener más bajas que el enemigo (algo matemáticamente lógico ya que llevaron 151 navíos (de ellos 28 acorazados) contra 99 naves alemanas (solamente 16 eran acorazados). El segundo fue el dejar escapar a Hipper y por ello se le censuró en la prensa. ¿Pero porqué ambas cosas?

Bueno, para responder a la última cuestión es necesario entender una serie de hechos, el grueso de las bajas británicas y alemanas se debía a los cruceros de batalla (en hombres muertos y toneladas hundidas). Estas naves mal blindadas fueron pasto de la artillería pesada bien dirigida de ambos bandos, así que lógicamente la nación que más cruceros de batalla alineaba, estaba condenada a tener más bajas.
Jollicoe, quedó muy impresionado cuando al inicio de la batalla se le comunicó la pérdida del crucero de batalla Indefatigable con solo 3 supervivientes. Durante la batalla, las comunicaciones por telégrafo entre los buques capitales y el resto de las naves fueron más bien mediocres, interrumpiendo unos buques a otros.
Así mismo; le llegaron todo tipo de comunicados basados mas en apreciaciones que en hechos sólidos. Entre ellos, que las granadas perforantes británicas explotaban en el momento del impacto y por tanto no dañaban los buques alemanes (Era falso, pero hay que entender, que los buques alemanes. Siempre dispusieron de un buen diseño interno que les permitía entre otras cosas repartir la energía del impacto por todo el buque con lo que disipaba el efecto del mismo, pero no las pérdidas humanas ó daños internos y daba lugar a una interpretación del apuntador Británico de unos daños menores a los que realmente habían causado.)

Otro elemento, que incluso ha llegado hasta nuestros días, es la idea que los buques alemanes estaban dotados con sistemas de doble puerta entre los polvorines y los cañones. Mientras que los británicos solamente con una puerta, con lo que era más difícil que un impacto Alemán provocara una explosión interna que viceversa. De hecho los buques más antiguos de los dos bandos tenían solamente una puerta y los más modernos, de ambas, el de doble puerta.

Con ello, explicamos a continuación un hecho: Tan peligroso es minusvalorar al oponente, como sobre valorarlo. Jollicoe, llegó, al finalizar la batalla, a la conclusión que su flota estaba mucho más dañada que la alemana. (y esto unido a informes sobre posibles presencia de submarinos, campos de minas y cañones de costa.) Por lo que optó por no perseguir a su oponente. (De hecho prueba de los daños causados son el tiempo en volver a poner en servicio los buques dañados de ambas armadas. Claramente favorable a los Británicos, a pesar que los buques alemanes, cumplieron la misión encomendada por Tirpiz: Flotar, Flotar y Flotar.)

Otro motivo, que tubo Jollicoe para no perseguir a la flota alemana, eran los heridos. Los horrores de las nuevas armas se habían manifestado también en la guerra en el mar. (Los proyectiles de la época de Nelson, salvo los incendiarios, en general no causaban muchos muertos directamente, pero sí producían un número de astillas de madera, que cubrían de heridos. Los cuales solían morir más por falta de cuidados médicos que por la batalla en sí.)

Las nuevas granadas explosivas de acero y la letal combinación de TNT y esquirlas de metralla, causaban unas heridas mucho más atroces, que en épocas pasadas. Jollicoe; estaba preocupado con atender a los numerosos heridos y por ello prefirió volver a casas para depositar a los heridos en hospitales mucho mejor dotados.
A esto, debemos recordar, que todavía estaba vigente la norma de reclutar marineros a partir de los 16 años y que en la escala de guardiamarinas, se permitía el servicio a bordo a partir de los 14 años. Se trataba de niños, que al ser heridos tenían el doble de posibilidades de morir desangrados que los adultos y en la mitad de tiempo. Por lo que al finalizar la guerra se estableció la edad mínima de reclutamiento en los 17 años, para todas las escalas. Así que una humanidad que sus colegas de tierra no mostraban en el combate, fue censurada, en el mar.

La gran conclusión, es que Jollicoe, por una serie de motivos, optó por dejar escapar a un enemigo derrotado. Prefirió asegurar el frente en lugar de lograr la que hubiera sido una épica victoria, del calibre de Trafalgar.
Un caso parecido, se dio en la segunda guerra mundial, durante la batalla del Golfo de Leyte. Halsey, por un criterio erróneo, lanzó a toda su flota contra uno de los tres escuadrones de la armada imperial japonesa, dejando a otro escudaron a la flota de filipinas y dejando a su suerte a una flotilla de escolta (que fue destruida por la principal fuerza armada Japonesa.) El resultado de la batalla fue una victoria norteamericana, destruyendo dos de los tres escuadrones japoneses. Pero la flota principal de acorazados pudo escapar con relativamente pocas bajas. Halsey tubo la oportunidad para haber barrido toda la flota Japonesa de un golpe, asestando un golpe muy fuerte a la moral de la población civil Japonesa.

Extrapolando los resultados a la guerra, podemos concluir que la superioridad naval Británica, de la que eran conscientes, tanto Británicos como Alemanes, decidió el curso de la guerra. Ni los Británicos cometieron el error de desaprovechar al máximo su situación táctica, ni los Alemanes tuvieron la más mínima oportunidad para dar un giro a la situación. Por lo que el resultado final se decantaba (por su propio peso) hacia Gran Bretaña.

Un asunto parecido fue la guerra submarina; ó primera batalla del Atlántico. Al principio los submarinos alemanes se encontraron a sus anchas atacando cualquier buque que desearan. Sin embargo y antes de la adopción (tardía) del sistema de convoyes. La batalla estaba perdida: El único “éxito” se limitó a hundir unos 5.000 buques aliados (con 13 Millones de toneladas) frente a 213 submarinos perdidas. Provocando la entrada en guerra de los Estados Unidos. Y sobre todo, el tonelaje hundido a penas representaba un fracción del movilizado.

Una conclusión técnica.

Una cosa es hablar de una armada y otra muy diferente es comparar esta armada con sus coetáneos. El estudioso que desea hacer lo último, se choca frecuentemente con lo que yo llamo: “el demonio de las clasificaciones de los buques”.
Partimos que una armada de principios del siglo XX, está organizada en Acorazados (anticuados y modernos). Cruceros (a su vez, divididos en Cruceros de Batalla, Cruceros Pesados y Cruceros Ligeros) Escoltas, Torpederos (de superficie y bajo el mar), y así hasta un sin fin de unidades.
Sin embargo, ¿que criterio asignamos para decir que un buque es de un tipo u otro? Lo más normal es que las propias armadas deciden los tipos. Pero a veces resulta que hay divergencias (Por no decir engaños) entre un tipo u otro.
Entonces hay que tratar con variables diferentes como tonelaje; blindaje; armamento; ...

Un ejemplo de esto fueron las armadas Españolas y norteamericanas en la guerra de Cuba. Teóricamente la expedición enviada por España a Santiago de Cuba, estaba compuesta por 3 acorazados, 1 crucero Acorazado y 2 Destructores – contratorpederos. Sin embargo, tanto Estados Unidos como el resto de Europa calificaron a estos buques como Cruceros acorazados y destructores. (Ahorro detalles de cómo acabó esta flota, frente a la que si tenía acorazados de verdad como la Norteamericana.)

En el caso que tratamos, nos encontramos con un problema similar. Las flota Británica y alemana tenían sobre el papel un potencial similar: La armada real británica disponía, en 1914 al saberse la muerte del archiduque, de 36 acorazados modernos, 8 acorazados anticuados, 4 cruceros de batalla, 21 cruceros y 77 buques de escolta. Frente a una armada de 13 acorazados modernos, 16 acorazados anticuados 3 Cruceros de Batalla, 17 cruceros y 88 buques de escolta.
La práctica sin embargo nos obliga a ver otra cosa.
Un elemento que destaque entre las armadas alemanas y Británica fueron los tonelajes (tanto por buques como por armada) y el armamento (siempre favorable a Gran Bretaña.) Así que todo esto nos lleva a un enfrentamiento entre dos conceptos que son la base de las dos armadas.

- Uno es La calidad. Pero, ¿a caso es posible aplicar un concepto subjetivo (y por tanto lleno de implicaciones personales, opiniones informadas, opiniones desinformadas, opiniones intoxicadas, emociones, sentimientos nacionales – religiosos – políticos, etc.) a un elemento objeto de estudio como un buque de guerra. Y me explico: Se puede discutir sobre tipos de aceros, armamento, calibres, potencia de las máquinas, velocidad, y en general cualquier variable física. Pero no es discernible discutir si un tipo de cañón construido en dos países diferentes, por citar un ejemplo, y usando los mismos diseños básicos y los mismos métodos constructivos, es mejor el construido en un país que el de otro. Como mínimo serán iguales y tendrán idénticas características.
Solamente, siguiendo el ejemplo, uno de los dos podrá superar al otro si cambia (a mejor) alguna característica. Y si no le es posible, deberá recurrir a un numero mayor que el adversario ó a un entrenamiento mejor de sus operadores.

- Otro es La tecnología, que es un concepto mucho más cuantificable. Podemos ver que nación construye antes una armada (lo que le da tiempo a aprender a usarla), que nación es pionera en conceptos como el uso del metal, el uso de la propulsión a máquina, la introducción del telégrafo y de la radio y un sin fin de innovaciones.
También quien le sigue a la zaga (Lo que necesariamente le esclaviza a estar un paso, ó dos, ó más, por detrás del plagiado). Creo que no hace falta indicar qué armada aplicó qué concepto. Pero si deseo indicar que frutos dio. Los Británicos, con unos recursos más abundantes y una mayor experiencia en los asuntos del mar, se impusieron a los alemanes, no porque fueran mejores. Sino simplemente porque tuvieron claro, qué es lo que deseaban y como obtenerlo. Mientras que la armada alemana, simplemente siguió una estela marcada (trató de mejorar cualquier adelanto británico, pero sin tomar la delantera).

Un ejemplo de esto es el cañón pesado estándar de la marina británica y el de la marina alemana:

El Británico de 305 mm. (El Modelo X de 12 pulgadas y 45 calibres de longitud). Con una cadencia de tiro de 1,2 disparos por minuto. Y una granada perforante de 386 Kg. Tenía un alcance de unos 15.000 m a una elevación de 13’5º. Mientras que se elevaba a casi 23.000 m. A elevación 45º. Siendo capaz de atravesar una ca de 270 mm. de espesor por su cara horizontal.

El Alemán de 280 mm. (El tipo 28 cm. / 50 calibres SK / L50). Con una cadencia de tiro de 3 disparos por minuto. Y una granada perforante de 302 Kg. Tenía un alcance de unos 18.000 m a una elevación de 13’5º. Mientras que se elevaba a casi 30.000 m. A elevación 45º. Siendo capaz de atravesar una ca de 152 mm. de espesor. Por su cara horizontal.

A primera vista, parecen casi iguales (12 y 11 pulgadas de calibre.) Pero observando más atentamente vemos dos detalles. El cañón alemán tiene un mayor número de calibres (Una caña de cañón más larga. Lo que explica el extraordinario alcance.) pero la granada al ser más pequeña, tiene mucha menos energía y por ello su capacidad de perforación es menor. En términos monetarios, el costo de la inversión es mucho más favorable al cañón inglés que al alemán. (Un buque con cañones de 305 mm. a una distancia óptima, necesitará mucho menos disparos que uno con cañones de 280 mm. Por lo que se necesitarán menos cañones por barcos y menos disparos.)

Sin embargo si lo comparamos con el cañón alemán de 305 mm. (El tipo 30,5 cm. / 50 calibres SK / L50). Con una cadencia de tiro de 1´5 disparos por minuto. Y una granada perforante de 400 Kg. Tenía un alcance de unos 16.000 m a una elevación de 13’5º. Mientras que se elevaba a casi 32.000 m. A elevación 45º. Siendo capaz de atravesar una ca de 250 mm. de espesor por su cara horizontal.
Por lo que observamos ahora que las cosas se igualan mucho y compensa su penetración menor con su mayor alcance. Ejemplo vivo que no es la calidad del cañón de 280 mm. sino de la tecnología del cañón de 305 mm. el que decide antes de empezar quien ganará la batalla. Así podríamos escribir un libro sobre cualquier aspecto, pero creo que no debemos excedernos en lo escrito aquí, para demostrar en que eran mejores los buques británicos a los alemanes.
La diferencia es que los británicos tomaron siempre el camino para estar por delante, (cañón de 305mm. de 343 mm. de 356 mm. y de 380 mm.) Mientras que los alemanes, se estancaron en 280 mm. Y solamente construyeron unas pocas unidades con cañón de 305 mm. de 356 mm y de 380 mm.

¿Por qué esta obcecación? Bueno, hay muchas respuestas posibles, pero ninguna es lo suficientemente firme como para responder por sí sola. Entre ellas estaba el coste, la falta de moldes de fundición adecuados y sobre todo una mayor confianza en el producto nacional. Que, aunque no era malo, era inferior a sus homólogos británicos y franceses. Una vez más, un sentimiento político – nacional – étnico nubló el raciocinio de los planificadores y estrategas.

Después de esto, debemos entender por que la flota alemana era tan reacia a salir a combatir. Y solamente lo hizo, cuando la presión política se hizo insoportable. Por otra parte, también explica la retirada de la flota alemana del combate y en general, que el almirantazgo alemán optó por una guerra submarina, donde el estado de inferioridad era mucho menos visible que en la flota de superficie.

Finalmente, si después de una guerra, no se extraen una lecciones y estas no se ponen en práctica. Podemos concluir que quienes murieron lo hicieron en balde. Por ejemplo, en la siguiente guerra, dos potencias Japón y Alemania, hicieron una guerra naval, con resultados en general previsibles. Alemania, lanzó una guerra de corso, con un material inferior en número y tamaño. 3 acorazados demasiado pequeños, 2 sucedáneos de acorazado y solamente 2 acorazados verdaderos. Y confiando más que su flota de submarinos hiciera el trabajo que no fueron capaces de hacer en la anterior guerra. El resultado no pudo ser más triste.

Por su parte Japón, con una flota moderna de acorazados y portaaviones, no pudo hacer frente a la capacidad industrial de la mayor potencia del mundo. Y exactamente igual que predijo su almirante más prestigioso, Yamamoto, tan pronto pasara un año de la guerra. La capacidad industrial de los Estados Unidos aplastaría completamente a Japón y su armada.

Otro ejemplo, menos sangriento, pero igualmente irrisorio. Fue la flota soviética durante la guerra fría. Dejándonos de ideologías y basándonos en hechos, la actividad naval soviética; fue en líneas generales una pérdida de tiempo, recursos y dinero. El primer fallo, fue no entender la manera de Estados Unidos de hacer la guerra en el mar (una copia de sus parientes Británicos con pocas innovaciones.)
En segundo lugar, su flota de superficie y su flota de submarinos cumplieron básicamente los mismos roles que la armada Alemana en la guerra mundial (El super crucero Kirov soviético, fue en su día comparado con el acorazado Bismark.) Mientras que las carencias de orden tecnológico y la construcción desaforada en un aspecto (sobre todo de submarinos) dejó otros aspectos raquíticos (Los pocos portaaviones soviéticos construidos y su mísero tamaño, frente a los gigantes de la armada de los Estados Unidos. Hacen sospecha de algo más que optimismo entre los que los diseñaron).

La conclusión final, es si no eres capaz de asegurarte unas mismas condiciones que tu adversario, lo mejor es retirarte. Y si es este el que te ataca, ó búscate un buen aliado, de verdad. Ó negocia con tu enemigo, antes de que se dé cuenta de tu situación.

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