martes, 9 de noviembre de 2010

Capitulo 6º) Juicio – Ejecución – Donde nacen las leyendas.

Los primeros 2 días de su arresto, los pasó en una celda normal, del pabellón de ingresos, para ser enviada posteriormente a una celda del bloque 12 (máxima seguridad), teniendo entre otras compañeras de bloque a:
Henriette Caillaux => Asesina del jefe editor de Le Figaro, Gaston Calmette.
Margaritte Steinheld => Asesina de su amante, Felix Fauro).
Compartiendo su celda con una monja, Sor Leonide (En total 50 monjas de la orden de Marie – Joseph du Dorat, trabajaban de guardianas en la cárcel de San Lázaro).
Debido a su régimen de aislamiento, solo le estaba permitido hablar con:
Sacerdote confesor de la prisión.
Médico de la prisión.
Su abogado defensor, que era el único que podía acceder a la celda.
En la prisión no había baños ni agua corriente, teniendo que asearse solo con un tazón de agua que se entregaba cada mañana y realizando sus necesidades en un orinal debajo de la cama, que se cambiaba cada noche. Tampoco tenía mudas limpias de ropa y pronto la suciedad se empezó a adueñarse de su cuerpo.
A pesar de este régimen, pronto la noticia de su arresto y procesamiento se filtró a la prensa y de esta forma, los acreedores de Mata Hari pudieron enviar las facturas y requerimientos de pago que ella tenía pendiente.
(5 meses después del arresto); el 24 de Julio de 1917, comenzó el auto de procesamiento con el inicio del juicio, con la orden a todas las partes que dicho proceso no debía durar más de 36 horas.
(A pesar de no publicarse la fecha de inicio, acudieron al juicio un total de 150 espectadores y curiosos, pero a petición del ministerio fiscal fueron expulsados por el juez, alegando motivos de seguridad nacional).
+ La presidencia del juicio, la realizó el Juez y Coronel Albert Ernest Somprou (ex – comandante de la Guardia Republicana).
+ El tribunal se compuso con 6 asesores oficiales que votarían el resultado del juicio.
(Tanto la presidencia, como el tribunal eran oficiales de carrera sin formación jurídica alguna, ni carrera de derecho ni titulación de juez lego alguna).
+ El ministerio fiscal / la acusación, seria ejercida por el teniente (más tarde ascendido a capitan) André Monet. Al que Bouchardon le comunicó que sería él, el encargado de llevar la acusación justo antes de comenzar el juicio.
+ El secretario de la corte, fue el Teniente Mornet.
+ El ayudante del secretario de la corte fue el teniente Rivière.
Para su defensa, Mata – Hari contrató los servicios del letrado Eduart Clunet, conocido en los círculos artísticos de París y llevaba ocupándose de los asuntos legales de Mata – Hari desde 1907, sus facultades mentales eran buenas, pero la edad comenzaba a jugarle malas pasadas. Era sin embargo el mayor experto en Francia en derecho mercantil internacional.
Como defensor. Ex – amante suyo y de 74 años, no fue una buena elección, pues era su primera y última experiencia ante una corte marcial.
La línea argumental de la defensa, basada en resaltar la carga emocional del caso, fue un completo desastre. Pues a parte de no responder los ataques de la acusación, no refutó los cargos, no minusvaloró las evidencias ni buscó contradicciones en las declaraciones de los testigos.
Por su parte Mata – Hari seria juzgada, condenada y ejecutada en menos de 7 meses, al ser encontrada culpable de los delitos de:
Agente doble para Alemania y contra Francia.
Ser responsable, a causa de sus actividades, de la muerte de 50 mil soldados Franceses.
Desde luego la pruebas nunca fueron concluyentes y estaban basadas más en hipótesis que en hechos (la defensa siempre alegó que no se sostenían). Sin embargo en el seno del ejército Francés, se había iniciado una consulta entre las fuerzas destacadas en el departamento de Bony; que debemos recordar eran de las más afectadas por los motines de 1917 tras la fracasada ofensiva de “Chemin des Dames” y que había traumatizado a toda la nación Francesa.
Durante el primer interrogatorio a la acusada, la propia Mata – Hari (por fin lavada y vestida con un elegante vestido azul, sombrero con mantilla de encaje y guantes de cuero marrón finos) declaró: ¿Una ramera? ¡Sí! Pero una traidora, ¡Jamás! A sumar más tarde al posterior testimonio de un asustado capitán Masloff, quien la calificó públicamente como una “aventurera”. (Este testimonio posiblemente acabó por destrozar el corazón de Mata – Hari).
Respecto a la pregunta de porqué se la veía siempre cercana al personal militar, ella se limitó a responder que le encantaban los hombres de uniforme y que sentía debilidad por ellos.

(Hoy en día, se considera en los anales de la historia judicial como una de las mayores meteduras de pata, pues además de mentir al tribunal, descaradamente, muchos de sus miembros pensaron que les tomaba por tontos).

La defensa, según la legislación militar vigente solo tiene derecho a interrogar a los testigos al principio y al final de cada testimonio. La parte argumental de la misma, se apoyaba en:

1º) Resaltar los aspectos humanos del caso y de la propia Mata – Hari.
2º) Destacar que por su condición de mujer era débil y se encontraba necesitada de apoyo masculino.
3º) Presentar a Mata – Hari como una víctima de las circunstancias (traducido: necesitada económicamente). Llegado a este punto, la presidencia del tribunal debió recordar a la defensa que el cargo de espiar para Alemania, equivalía al de ayudar al enemigo y por tanto entraba dentro de los supuestos que contemplaba el código militar en el apartado de traición a la patria y que en tiempo de guerra se castigaba con la pena de muerte.

Durante el juicio, la defensa presentó una larga lista de testigos (casi todos ex – clientes, admiradores y espectadores) aunque solo unos pocos se atrevieron a declarar en el juicio.
Uno de ellos, valiéndose de su condición de “una de las más altas autoridades de Francia” (en realidad se trataba de alto funcionario del ministerio de asuntos exteriores Henry Robert de Marguerie) testifico de forma anónima, a favor de Mata – Hari. Declarando que la relación existente entre ambos fue un asunto privado, durante la cual no se rebeló ningún secreto o papel confidencial.

La acusación ejercida por el Capitán Monet (esta joven promesa se uniría años después al régimen de Vichy con el Mariscal Petain y seria ejecutado por sus actividades en 1946) se basó en primer lugar en destacar la germano – filia de Mata – Hari (la única prueba que pudo presentar al tribunal, fue su luna de miel en Wiesbaden, en lugar de acudir a París o a Venecia, que en opinión de la acusación era lo más común en Holanda).
En segundo lugar, la acusación presentó los bailes de Mata – Hari frente a diplomáticos y militares, su posterior invitación privada a su casa de París y la aceptación de regalos y/o dinero. Su torpeza financiera personal y la consiguiente necesidad de apoyo financiero y/o de la prensa como causa inevitable de sus actividades de espionaje para el enemigo.
También la acusación reflejó, a juicio suyo, que los buenos contactos de Mata – Hari con la prensa no tenía otra función que servir de coartada a sus actividades de espionaje.

Lo cierto, a juicio de los estudiosos, es que la información que Mata – Hari proporcionó a los Alemanes sobre los movimientos de las tropas Francesas, la obtuvo de las noticias que aparecían en la prensa.
Y en general, la duda de si pudo Mata – Hari transmitir a los Alemanes información de relevancia ha prevalecido pues durante todo el proceso no se pudo aportar ninguna evidencia real.
No son pocos los que opinan que Mata – Hari nunca fue consciente del riesgo que corría, tomándoselo como si fuera un juego.

Entre las pruebas que la acusación trató de presentar como demostración de las actividades traidoras de Mata – Hari, fue una colección de cartas intercambiadas entre ella y “un ministro del gobierno”, al que solamente se le identificaba con la firma al final de las mismas “Mi”.
En este momento Mata – Hari, que no su abogado, pudo dar al traste con este argumento pues convenció al tribunal que se trataban de correos privados y que por confidencialidad ocultaba el nombre del remitente. Pero que en modo alguno contenían secretos de estado.
Durante mucho tiempo se especulo con la identidad de “Mi”, pensándose que podría tratarse o bien del ex – ministro de interior Louis Malvy o el por entonces divorciado ministro de la guerra Adolphe Pierre Messiny.
El tribunal, para evitar el escándalo público, no se atrevió a citar a ninguno de ellos.

En 1926, tras un acalorado debate en el parlamento; Louis Malvy rechazó indignado las acusaciones de ser “Mi”. Al final Messiny, emitió una declaración pública reconociendo ser él la persona que se ocultaba tras el nombre de “Mi”. Además informó que deseaba iniciar una aventura e insistió en el contenido inofensivo de sus cartas y que estas no podían usarse en manera alguna para el espionaje o el chantaje.

Al ser llamado a declarar el Mayor Ladoux, este además de su testimonio presentó el de su agente y testigo Marthe Richard, quien declaró (a instancias de la acusación) únicamente los escasos servicios a la causa francesa de Mata – Hari en el extranjero, pero reconoció (a instancias de la defensa) su desconocimiento si había tenido tratos con el enemigo.
La siguiente prueba que trató de presentar (a estas alturas del juicio, se puede decir que había un empate técnico; ni acusación ni defensa eran capaces de demostrar la culpabilidad o no de la acusada; y en todo caso Mata – Hari podría ser deportada por indeseable. Pero en modo alguno sentenciada por espía) el hecho de ser una mujer divorciada y una bailarina pública como prueba de la inmoralidad de la acusada y según los informes que le entregó el instructor Bouchardon sobre las “costumbres dudosas” de la acusada, concluía que: "... Contribuir con sus conocimientos de idiomas, sobre numerosos compuestos; su considerable inteligencia innata y adquirida. Así como su propia inmoralidad, su falta de escrúpulos y su costumbre de valerse de los hombres. Es el tipo de mujer que está predestinada para espiar ".

Faltaba poco para concluir el proceso y de nuevo la situación parecía sonreír a Mata – Hari, pues la mayor parte de las pruebas en su contra eran de tipo especulativo.
En este momento, la acusación cambió de táctica. Presentó que Mata – Hari había sido reclutada por el servicio secreto Francés, que se le puso a prueba proporcionándole información obsoleta, encargándosele la misión de visitar a seis agentes franceses en territorio enemigo y si ella no había sido quien rebeló los nombres a los Alemanes, cómo se explicaba que todos fueron silenciados y uno de ellos además fue ejecutado.
Además incluyó también como pruebas los telegramas interceptados entre la embajada Alemana en Madrid y el ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín.
Este fue el alegato final de la acusación y el momento en que la acusación solicitó la pena de muerte para Mata – Hari. (Por su parte ella solo pudo admitir que había entrado en el servicio secreto por dinero, pero no fue capaz de responder a esta última acusación).

El 25 de Julio de 1917, el tribunal emitió su veredicto, declarando culpable a la acusada de los delitos de:
Espionaje.
Doble alta traición.
También emitió la sentencia: muerte.

El 15 de octubre de 1917 a las 06’15 horas y con 41 años fue ejecutada ante un pelotón de fusilamiento; en el foso de la fortaleza / castillo de Vincennes. (Al que llegó en un vehículo celular de la Policía). Por norma, al condenado no se le informaba con antelación de la fecha de la ejecución y solamente disponía de 1 hora desde que se le notificaba hasta que era entregado al verdugo.
Previamente los oficiales de policía que escoltaban al capitán Bouchardon hasta la celda de Mata – Hari hicieron ruido con los pies, para alertarla que ese era el día de su ejecución. Bouchardon le informó (oficialmente) que ese era el momento y añadió: “¡Tenga coraje! Su solicitud de indulto ha sido denegada por el presidente de la República. El momento para la expiación ha llegado”.
Al principio ella gritó: ¡No es posible!, ¡No es posible! Pero cuando entraron dos monjas para asistirla ella las tranquilizó diciéndoles: “No tengan miedo, hermanas, ¡sabré como morir!”.
El director de la prisión, le permitió escribir tres cartas, la primera la escribió para su hija; la segunda para el capitán Masloff; y la tercera iba dirigida a los diferentes testigos de la defensa.
(No se sabe si después se echaron las cartas, pues no se conservaron copias de las mismas y nadie recuerda haberlas recibido, en todo caso, es casi seguro que de haber llegado una carta de Mata – Hari al buzón de la casa donde vivían su hija y ex – marido, este la hubiese destruido antes de dejar que la leyera).
Llegada al foso de la fortaleza, se le dio la opción de ser vendada en los ojos con un paño negro (según la leyenda ella se negó a hacerlo. Parece ser que si fue cierta la anécdota que lanzó un beso de despedida al pelotón, que en realidad iba dirigido hacia su abogado defensor y antiguo amante Eduard Clunet) y fue atada con una cuerda a la cintura (aunque con un nudo muy flojo).
Según la autopsia posterior de 12 tiradores solamente 4 dieron en el blanco (dos en el torso, uno en la rodilla que se la destrozó, y el último que le alcanzó en el corazón, matándola en el acto. Haciendo innecesario el “coup de grâce” que el sargento al mando del pelotón efectuó contra la cabeza de la infortunada con su revolver).
Según la costumbre de la época, de no ofrecer enterramiento al cadáver de un delincuente ejecutado al que nadie quiso asumir el costo del entierro. El cuerpo de Mata – Hari no recibió sepultura, en su lugar fue entregado a la Facultad de medicina de la Universidad de la Sorbona, donde seria desguazado para prácticas de los estudiantes de medicina. Salvo la cabeza, que fue embalsamada y donada al museo de Anatomía de París, y expuesta en la sala de criminales de Francia (para realizar estudios de frenología).
Mientras se realizaba un inventario de los fondos del museo a punto de clausurar, en el año 2000 y publicada en el diario Le Figaró, se observó que la cabeza no aparecía por ningún sitio. Dándose por hecho que había sido robada en algún momento de la mudanza del museo realizada en 1954 o la siguiente ordenación de 1958. También en los registros figuraba que otras partes del cuerpo fueron remitidas al museo en 1918, pero tampoco se encontró nada durante dicho inventario.
La investigación de la policía concluyó que era un acto propio de un fetichista y cerró el caso sin resolverlo. (Según la leyenda entre los trabajadores del museo, un joven estudiante con el permiso del profesor Paul de Saint – Maur, se llevó una cabeza pelirroja. Pero teniendo en cuenta que Mata – Hari era morena, parece poco probable que fuese este quien robara la cabeza)

La leyenda ó leyendas de Mata – Hari:

a)El chivo expiatorio => Los interrogatorios que realizó la policía primero, luego el servicio de inteligencia Francés luego y finalmente el tribunal que la juzga. Atraen el interés de la prensa, que la presenta al público Francés (y aliado) como la culpable de los sucesivos fracasos militares franceses de todo el año 1917.
Durante el arresto, fue varias veces desnudada en presencia de los captores y solo se le permitió asearse en presencia de los guardias que la custodiaban.
Durante el juicio, se presentó como prueba de la acusación una bombonera que tenía forma de casco Prusiano de general.
Y finalmente el acta del juicio no fue des – clasificada por las autoridades Francesas hasta 1950.
Por todos hechos, muchos estudiosos, han tratado de presentar a Mata – Hari como una nueva Dreyffus, para justificar ante la opinión pública los fracasos militares Franceses del año 1917. Que fue reclutada por el jefe del contra espionaje francés y luego entregada por el mismo hombre que sí que fue agente doble.
Al terminar la guerra, las autoridades Alemanas la presentaron como una víctima inocente que nunca trabajó para ellos. Sin embargo esto no es más que un mito, a pesar que la documentación de la inteligencia Francesa sobre este caso seguirá siendo secreta hasta 2017 (100 años desde 1917) la Alemana fue publicada en 1970, demostrando sin ningún género de dudas la culpabilidad de Mata – Hari.
En 1985 el biógrafo Russell Warren Howe trató de convencer al ministro Francés de defensa que reabriera el caso y demostrara la supuesta inocencia de Mata – Hari. Pero fue ignorado por éste.
Anteriormente, en 1931, un colectivo militar Alemán declaró: “Mata – Hari ha hecho grandes cosas para Alemania y era el correo de nuestros informantes en países extranjeros o enemigos. Era consciente de los asuntos militares tras haber sido formada en una de las mejores escuelas de espías. Era una agente comisionada”.
También en 1937 la doctora Schragmüller, de la misma división III/C publicó sus memorias, donde entre otras cosas contaba que Mata – Hari fue su agente H- 21 en Amberes. Según estas mismas memorias, ninguno de sus informes sirvieron para nada; pues no tenían valor político o militar alguno. La condena fue merecida en consecuencia al espíritu del código de Justicia Militar.
b)Las últimas palabras de Mata – Hari, fueron: “Merci monsieur” no las de “¿Ramera? ¡Sí, pero no una traidora!” Ni las de “Extraña costumbre Francesa de ejecutar a la gente al alba” Ni la de “La muerte no es nada, ni siquiera en lo que la vida se refiere. Morir como dormir, equivale a desaparecer en la nada ¿Y qué? ¡Todo es una ilusión!
c)Durante la ejecución, no es cierto que se desnudara delante del pelotón o como dijeron algunas biografías posteriores se presentó vestida de amazona con un traje hecho a medida y guantes blancos. Con una blusa de corte bajo y un sombreo tricornio a juego con los guantes. De hecho y según las fotos existentes de la ejecución, llegó vestida con su traje que llevaba cuando fue arrestada y solamente un venda negra sobre los ojos. (Tampoco es cierto que se negara a que le vendaran los ojos).
Después de los disparos, cayó seca y sobre sus piernas dobladas, no es cierto que emitiera gemido alguno o que se derrumbase hacia atrás como desmayada o desvanecida.
d)La herencia de Mata – Hari, el mito de “femme fatale”, devoradora de hombres, perdición de la moral etc. No se debe tanto a la historia de este personaje, sino a las películas y novelas que han tratado el tema, siendo confundida frecuentemente con la actriz Greta Garbo que la interpretó en 1931 (Y las que le siguieron: Marlene Dietrich, Sylvia Kristel, y Jeanne Moreau).
e)En la moderna historia de Francia, en general, no se reprocha nada a la actuación del ministerio fiscal ni a la investigación. Aunque reconocen que actúo bajo la presión de la prensa y de la opinión pública (ósea de la razón de estado).
f)La fuga, una de las historias más extraordinarias y más falsas es la leyenda que Mata – Hari no murió en la ejecución, sino que huyó con un joven oficial de la prisión tras sobornar al pelotón. Ó la otra que el pelotón abrió fuego con balas de fogueo y ella escapó con un príncipe Ruso a lomos de un caballo blanco, entre las nieblas de la mañana.

En definitiva, su obsesión por llevar una vida de lujo fue lo que la mató.

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