jueves, 29 de noviembre de 2018

LAS BAJAS DE LAS GUERRAS Y LA DESMOVILIZACIÓN DEL EJÉRCITO ROJO.

Par la generación de rusos nacidos en torno al año 1891, la vida fue una sucesión de horrores, privaciones y sufrimientos sin parangón en su historia.

Gran parte de la fama que tienen los rusos de fríos, reservados, desconfiados, alegres con poco, sacrificados, pesimistas resignados... se debe a los profundos recuerdos que esta generación de rusos ha ido transmitiendo a sus sucesores. (Que además les toco sufrir los otros horrores del siglo XX ruso: el estalinismo, la IIª guerra mundial y demás acontecimientos hasta la desmembración de la URSS en 1991).

De cara a la contienda mundial, el Imperio Ruso movilizó al 39% de su población masculina, entre los 15 y los 49 años de edad. De cada 1.000 hombres llamados a filas, 45 murieron y 115 fueron heridos. Y en todas las tierras ocupadas por las potencias centrales, mueren 11 de cada 1.000 civiles residentes.

Aunque enormes, las bajas rusas fueron semejantes a las del resto de contendientes de la Gran guerra. Pero sus pérdidas económicas jamás fueron compensadas, como tampoco fue la pérdida de grandes extensiones de territorio.

Tras la guerra civil; Rusia estaba arruinada y la sequía de 1920 a 1921, que provocó la gran hambruna de 1921, más la epidemia de tifus de 1920. Dejaron 3 millones de muertos y más de 7 millones de huérfanos.

Otros 2 millones de rusos (afines al movimiento blanco) hubieron de partir al exilio, hacia Europa y Extremo oriente, marchando con ellos a muchos de los mejores cerebros del país.

Fábricas, puentes, ganaderías... quedaron destruidos y grandes cantidades de materias primas fueron saqueadas. Rusia llegó a perder casi el 90% de su producción industrial, el 80% de la minera y el 67% de la agrícola (respecto a cifras de 1913). Docenas de ferrocarriles quedaron inservibles y la basura acumulada bloqueaba las calles de muchas ciudades del país.

El “comunismo de guerra” dejó sin cultivar el 62% de los campos del país y el número de cabezas de ganado pasó de 35 millones de caballos y 58 millones de vacas, en 1916; a 24 y 37 millones en 1920.

Solamente, a partir del año 1930 es cuando la URSS pudo recuperar las cifras de producto interior bruto del Imperio Ruso de 1913.

El efecto demográfico fue terrible y Rusia pasó de tener un déficit demográfico de 700.000 hombres, en 1897 a 5 millones en 1926. (Que en 1939; alcanzaba los 7’2 millones y en 1950; 20,8 millones).

11.1. Los muertos de las guerras:

Las bajas militares rusas, en la Iª Guerra Mundial, son difíciles de calcular debido a la baja calidad de la estadísticas y al uso generalizado de entierros en fosas comunes (además muchos de los emplazamientos para los entierros colectivos fueron destruidos durante el transcurso de la guerra).

El estado mayor ruso llevaba una contabilidad de baja muy irregular, por lo que solo contó como muertos en acto de guerra a 511.068 de sus caídos. Dando al resto de bajas la consideración de caídos por enfermedad ó heridas de guerra, para tratar de minimizar el impacto en la sociedad rusa.

El historiador Cornish estimó estas, en cerca de 2.006.000 muertes militares, repartidas de la siguiente forma:

* 700.000 soldados muertos en combate.

* 970.000 muertos por heridas.

* 155.000 muertos por enfermedad.

* 181.000 soldados rusos prisioneros de guerra, muertos en cautividad.

Que se reparten de forma agregada y por años de la siguiente manera:

* Año 1914 – 1915 => Acumulado total: 775.400 muertos.

* Año 1915 – 1916 => Acumulado total: 1.700.000 muertos.

* Año 1916 – 1917 => Acumulado total: 1.811.000 muertos.

* Año 1917 hasta Marzo de 1918 => Acumulado total: 2.006.000 muertos.

Lo que daba una media de bajas mortales, similar a la del Imperio Británico (ósea un 5% de la población masculina, comprendida entre los 15 y los 49 años de edad).

Pero estas cifras, históricamente aceptadas como válidas, siempre fueron tenidas como poco exactas. Así, en 1925; las estadísticas del gobierno soviético hablaban que el número total de hombres llamados a filas por la guerra, fue de 15.378.000 (y de los cuales 308.000 fueron declarados inútiles para el servicio), de un total de 40.080.000 hombres reclutables según la ley rusa. De los cuales, 12 millones fueron enviados al frente

De ellos, son bajas:

* 916.400 muertos y desaparecidos. Desglosados en:

++ 626.440 muertos en combate.

++ 11.000 muertos por ataques con armas químicas.

++ 19.174 muertos fuera del área de combate. Desglosados en:

+++ 17.000 muertos en diferentes tipos de accidente.

+++ 2.174 muertos por motines, intentos de evasión, ...

++ 261.786 desaparecidos y dados por muertos (a través de testimonio de sus superiores ó compañeros ó subordinados).

* 3.525.000 heridos y 1.425.000 enfermos; de los cuales:

++ 193.500 fallecen en los hospitales, por heridas de guerra.

++ 155.000 fallecidos en los hospitales, por enfermedades epidémicas.

++ otros 90.298 quedan inútiles para el servicio.

* 3.343.900 prisioneros; de los cuales, el 60% están en campos alemanes. Resultando:

++ 197.052 fallecidos en cautividad.

++ otros 65.533 deciden no retornar a Rusia tras su liberación.

* 3.658.271 abandonaron sus puestos de combate, sin permiso, antes de firmar la paz de Brest – Litovsk

Que arroja un saldo de: 1.461.952 caídos en el transcurso de la guerra mundial. A los que habrá que sumar, hasta el año 1925; otros 240.000 fallecidos más, a causa de heridas y enfermedades contraídas durante su servicio en armas y otros 553.369 desaparecidos y cuyos restos no han sido encontrados, y que ese mismo año son dados definitivamente por muertos.

Lo que arroja un terrorífico saldo de: 2.255.321 fallecidos militares que sufrió Rusia a causa de la guerra.

Este número es coincidente con las estimaciones que – en 1918 – hicieron los estadounidenses; quienes calculaban que el Imperio Ruso había enviado al frente a 12 millones de sus ciudadanos, de los cuales 1.700.000 había muerto, 4.955.000 resultaron heridos y otros 2.500.000 eran prisioneros de guerra ó desparecidos en combate. Y los británicos; que a su vez calculaban que Rusia había perdido a 1.700.000 hombres en combate, otros 3.500.000 resultaron heridos, 1.450.000 enfermos y 2.500.000 fueron tomados prisioneros.

Las bajas civiles rusas, se cifran entre 500.000 y 600.000, entre los años 1914 y 1916. Y luego estas dejaron de publicarse – por motivos políticos – pero se estima que el total ronda los 1’5 millones.

Aunque, en 1925; el gobierno soviético calculaba que las pérdidas civiles sufridas por Rusia eran de 1.140.000, de los cuales 410.000 fueron en acto de guerra y 730.000 por hambre. Pero más adelante hubo de reconocer que el número de civiles muertos a causa de la guerra debió sobrepasar el millón y medio.

Estas cifras deben ser comparadas con el total de fallecidos a causa de la Iª guerra mundial, que es de 18 millones de muertos (repartidos de la siguiente manera:

* Militares de todos los bandos implicados en la guerra: 11 millones.

* Civiles de todos los países en guerra: 7 millones.

Lo que representa que el 30% del total de bajas aliadas, fueron rusos.

Por su parte, los diferentes gobiernos rusos barajan las siguientes cifras de muertos causados por su participación en el primer conflicto mundial:

De una población total, censada en el año 1913, de 175,1 millones de habitantes (de los cuales 158,9 millones son de etnia rusa). Son bajas reconocidas: 1,7 millones de muertos en combate, cifra que se eleva a 2.255.321 si se les unen los desaparecidos en combate y dados por muertos. A los que habría que sumar (aproximadamente) 1.055.679 veteranos del Ejército Ruso que conservaran heridas y secuelas de su participación en la conflagración mundial, el resto de sus vidas.

A ellos hay que sumarles:

+ Unos 410.000 civiles fallecidos en acto de guerra.

+ Otros 360.000 civiles fallecidos mientras escapaban de la guerra.

+ Otros 730.000 civiles fallecidos por malnutrición y enfermedades (sin incluir las víctimas de la “gripe española”).

Así que el total de victimas rusas, causadas por la Gran guerra, sumarían unas 3.755.321 rusos, lo que representa el 2,14% de toda la población del antiguo Imperio Ruso.

En estudios estadísticos realizados entre los años 1925 y 1939; la cifra de bajas y desaparecidos osciló entre:

* 511.068 muertos en combate y 264.301 desaparecidos en acción, en el estudio presentado el 3 de Octubre de 1917.

* 626.440 muertos y 228.828 desaparecidos, en la estadística publicada en 1925.

* 1.670.000 muertos y desaparecidos, en los estudios publicados en 1939.

Las cifras de heridos, también sufren alteraciones:

* 3.223.508 heridos del Ejército Ruso, en el recuento de 1917.

* 2.754.202, en el de 1925.

* 3.850.000, en el de 1939.

Ídem con el de prisioneros de guerra:

* 2.043.548, en 1917.

* 3.409.443, en 1925.

* 2.917.000, en 1939.

A estas cifras, debemos sumarles además las de fallecidos a causa de la Guerra Civil Rusa y posteriores.

Hoy en día se estima que murieron durante la Guerra Civil Rusa:

+ 1.213.000 soldados del Ejército Rojo.

+ Entre 1.376.000 y 1.500.000 soldados del movimiento blanco y diferentes movimientos nacionalistas.

+ Unos 900.000 activistas del “Ejército Verde”.

A los que habría que sumar las muertes civiles:

+ Entre 3 y 5 millones de muertos por hambre.

+ Entre 1’7 y 2 millones de civiles asesinados durante la represión política a manos del “Terror / terrorismo rojo” (Este se desarrolló a través de 12.733 actuaciones, que dieron como resultado 50.000 ejecuciones sumarias y 200.000 sentencias dictadas contra “enemigos del pueblo”. Con una media anual, entre 1917 y 1922 de 10 ejecuciones en masa / unas 28.000 víctimas mortales).

+ El “terror / terrorismo blanco” segó la vida de 25.000 civiles (entre Mayo de 1918 y Enero de 1919). Seguidamente; el ejecutivo de Kolchak legalizó su violencia política, dictando unas 25.000 penas de muerte para ejecutar a más de 300.000 sospechosos.

+ La represión desatada contra el “Ejército Verde” le costó la vida a más de 500.000 civiles.

+ Entre 2 y 2’3 millones de vidas segadas por diferentes epidemias. La principal, el tifus.

+ 150.000 judíos asesinados en diferentes episodios de violencia étnica, a manos del movimiento blanco ó órganos represivos afines y de los Cosacos del Don.

+ Entre 300.000 y 500.000 cosacos son deportados ó asesinados durante la “descosaquización de Rusia”, de un total de 3 millones de cosacos censados.

Lo que hace un total aproximado mayor de 12 millones de víctimas

A los que hay que sumar los fallecidos durante la guerra Polaco – Soviética:

* 125.000 soldados del Ejército Rojo.

* 175.000 soldados polacos y del movimiento blanco.

* 900.000 rusos y polacos víctimas de las epidemias.

A parte de los naturales de Rusia, debemos mencionar que, hasta el año 1924; se producen las siguientes cifras de fallecidos en las diferentes contiendas de la post – guerra mundial, la guerra civil rusa, la guerra ruso – polaca y las intervenciones extranjeras:

* Bielorrusia: 70.000 militares y 60.000 civiles muertos.

* Ucrania: 450.000 militares y 140.000 civiles muertos.

* Estonia:10.000 militares muertos.

* Finlandia: 26.517 militares muertos.

* Polonia: 1.350.000 militares muertos y 570.000 civiles muertos.

11.2. Los entierros militares:

La primera guerra mundial nos ha dejado, hasta la fecha; 4.000 cementerios militares por todo el mundo. Y casi ninguno es ruso. Este hecho debe ser explicado porque las tradiciones funerarias rusas para tiempos de guerra han ido variando a lo largo de la tumultuosa historia del siglo XX ruso.

La situación política rusa de la Iª guerra mundial, afectó todos los aspectos de la vida social del país eslavo, incluido la forma de rendir culto a los caídos, así y de una manera desproporcionada, las actividades para expresar el respeto a los difuntos, los rituales por el luto y los propios entierros se polarizaron a la hora de diferenciar a las clases sociales: Para los soldados (generalmente hijos de agricultores y obreros) existía la “vulgarización” de su muerte en el frente, mientras que para los oficiales (hijos de clases medias y altas) se producían auténticos “espectáculos” públicos, exagerados por el luto en sus respectivos hogares.

Desde organismos oficiales, como desde organizaciones privadas se planificaron diferentes formas de conmemorar a los caídos. Pero durante la era comunista; no se levantaron monumentos, así que únicamente las comunidades de exiliados, aprovechando la existencia de monumentos de otras naciones, levantaron estructuras para honrar a sus caídos.

El culto a los caídos en la diferentes guerras libradas por las potencias europeas se inició en el siglo XIX, en las diferentes naciones – estado del continente, cuando los diferentes líderes políticos tratan de ganar legitimidad y cohesión social en sus respectivos países.

Debido al impacto geográfico y demográfico de la Gran Guerra, se oficializó y se popularizó la veneración a los caídos de guerra y durante el periodo de entre guerras; muchos gobiernos y organizaciones cívicas trabajaron en la construcción de puntos de veneración (en forma de monumentos y cementerios) de estilo modernista para este fin – que en la Alemania de entre guerras fueron aprovechados por los nazis para actos propagandísticos –.

En Francia; estos puntos fueron utilizados como referencias para transmitir una cultura política de tipo democrática, cívica y republicana. En general se trataba de satisfacer la necesidad de expresar el duelo de una población traumatizada, durante el proceso de construcción de una conciencia nacional histórica.

En el Imperio Ruso; el único enfoque que las autoridades permitieron realizar como acto en conmemoración de los caídos, era el de legitimar la dinastía Romanov en el trono (enfoque que no varió hasta el derrocamiento de la autocracia en 1917, en favor de un culto popular nacionalista).

De esta forma la monarquía y el estado imperial solo permitieron conmemorar el liderazgo, mediante el control del espacio público a voluntad y destinando vastos fondos para proyectar la imagen del poder

imperial y los mitos fundacionales del estado autocrático, en forma de una narrativa heroica de la historia de Rusia.

Por ello el homenaje al soldado raso ruso no empezó hasta comienzos del siglo XX, tras la guerra ruso japonesa de 1904 – 1905. Cuando los fracasos políticos y militares de los almirantes y generales rusos dejaron a estos sin credibilidad ni legitimidad para conmemorar el estado y las fuerzas armadas del Imperio Ruso.

En su lugar, se enfocó de manera pública una formación patriótica de la ciudadanía hacia el ejército de masas y se empezaron a levantar monumentos ensalzando el papel del soldado y el marinero raso, como forma de apelar a la lealtad pública hacia el estado autocrático.

Con el estallido de la Iª guerra mundial; el pueblo ruso y sus organismos estatales comenzaron a planificar la creación de espacios públicos para rendir homenaje a los caídos en la contienda. Pero a medida que discurría la guerra mundial; el gobierno trata de encubrir las cifras de fallecidos (cifras, que tras la revolución rusa y el advenimiento del nuevo régimen comunista; fueron sencillamente olvidadas). Hasta que el número de fallecimientos acumulados hasta Octubre de 1917 – casi 3 millones de militares y civiles – hace imposible su ocultación.

Entendamos que de 15 millones de hombres llamados a filas, menos de 7 millones (1’4 millones de militares en activo y 5 millones de reservistas) tienen una cierta idea de lo que se van a enfrentar. Por contra, 8 millones de militares y 3 millones de civiles se van a enfrentar al horror de la guerra industrializada, sin ningún tipo de preparación psicológica para la misma.

Ante la perspectiva de una muerte inminente y con centenares de cadáveres diarios a la vista, los soldados se vieron obligados a sepultar a sus camaradas (en muchas ocasiones vecinos, parientes, conocidos...) y a sus enemigos en fosas improvisadas y sin distinción. Y más adelante, tener que dejarlos sin sepultar abandonados en el campo.

Los soldados, al principio; levantaron pequeños monumentos informales en zonas de combate, para marcar las fosas comunes y dejar constancia de las hazañas de sus respectivas unidades. Mientras tanto, en Petrogrado; se creó el “Comité Alejandrovsky” que pretendía asesorar al gobierno sobre los monumentos que debían ser erguidos. (A parte hubo otras iniciativas público – privadas: el ayuntamiento de Petrogrado, en 1916; estudió levantar un monumento para recordar a las víctimas del buque – hospital “Portugal” hundido por un submarino en el mar Negro, a emplazar en el cementerio de guerra de Moscú.

Por su parte, la “Sociedad rusa para el Recuerdo de los soldados caídos en campaña” lanzó un concurso para diseñar los principales monumentos a levantar por todo el imperio de los zares).

Ante la perspectiva de una muerte violenta y sin otra alternativa diferente a la resignación, a los solados no les quedó otra cosa que amoldarse, como estrategia de supervivencia psicológica, haciendo normal y cotidiano la muerte en masa de sus compañeros uniformados. Por ello, poco a poco, se fueron minimizando, hasta desaparecer, la mayoría de los ritos funerarios.

En general, la mayoría de las tesis marxistas y comunistas – empezando por el ateismo de la sociedad – no llegaron de la boca de Lenin (quien se las atribuyó más adelante), sino que fueron fruto de la experiencia de la sociedad rusa, durante su transición del siglo XIX al XX.

En las trincheras; los soldados no pueden compartir con sus familias, amigos ó vecinos el dolor por la pérdida de sus camaradas. Por lo que solamente endureciendo sus corazones, van a poder sobrevivir mentalmente a la contienda mundial. (Lo que, en parte, explicará la crueldad del siguiente conflicto civil).

La movilización en masa y la muerte, a escala industrial, privó a los soldados de gran parte de la cultura funeraria rusa. Empezando por la posibilidad de participar en el lamento por los caídos, pues los soldados no debían expresar en público su pena, y mucho menos consolarse de manera conjunta.

En su lugar, los rituales son reducidos a la mínima expresión. Después de todo el soldado es solo un número más. Y, en la mayoría de los casos, el saldo caído es enterrado siguiendo un protocolo sanitario. Pero no el protocolo civil ó religioso; sin ataúdes y en fosas comunes, los cuerpos son depositados en fosas con cal y marcadas apenas más que con una simple cruz de madera.

Solo en ocasiones, se inscriben los nombres de los sepultados, pero la mayoría de las fosas permanecieron anónimas y sin datación. Cuando los soldados reclamaron la observación de alguna ceremonia mínima para rendir luto a los difuntos, se encuentran que – a lo sumo – se cubren las caras de los caídos y se les introduce una cruz entre las manos, mientras que la ceremonia religiosa – para la tropa – queda reducida a la lectura de alguna oración y hacer la señal de la cruz ortodoxa a los fallecidos.

Para los fallecidos no combatientes y para los refugiados en zona de guerra, los entierros en fosas comunes ó cementerios improvisados, a los lados de las carreteras y líneas de ferrocarril que llevan a al frente, son las únicas alternativas. Estas víctimas del fuego cruzado, las enfermedades y el hambre, se ven forzadas a prescindir casi de cualquier ritual ó forma de luto. Como mucho cruces de madera adornadas con cintas y flores del campo, ó estacas y ramas de abeto, para separar los cuerpos (enterrados sin ataúd) y sin los lamentos tradicionales.

Las víctimas infantiles del cólera u otras epidemias, no eran enterradas. Sino que son depositadas sobre el suelo de los bosques cubiertas con ramas de abeto y coronadas con flores silvestres.

En estas circunstancias, es normal que los soldados acabasen por volverse indiferentes a la muerte y a la presencia de cadáveres propios ó enemigos. Llegando al abandono sistemático de los fallecidos y a la profanación de los cementerios. Tras la revolución; en ocasiones, las cruces se emplean como leña, las fosas son usadas para plantar patatas y las tumbas se emplean como letrinas. Este mecanismo psicológico de salvación, escondía tanto un rechazo a la muerte, como una reacción instintiva ante el horror de la guerra.

En zonas de combate; la población civil acabó por manifestar idénticos comportamientos. En palabras de un testigo: “...los niños ya no temen a los muertos... usan los cadáveres congelados de soldados austro-húngaros para hacer muñecos de nieve...”.

En el interior de Rusia, en el frente doméstico, los familiares se enteraban de la suerte de sus seres queridos por las cartas de sus camaradas, pues pocas veces las autoridades militares ó la prensa se molestaban en notificar los fallecimientos. Nadie se tomó la molestia de organizar el proceso oficial de notificar los fallecimientos. Los comandantes de los Distritos militares no contaban con información puntual de la oficina de registros (sección retirados del deber por muerte ó lesión grave) y en no pocos casos desconocen la existencia de desaparecidos en combate.

Solamente los caídos con empleo de oficial eran publicados en las esquelas de los periódicos. En teoría, las listas de soldados muertos, desaparecidos ó heridos debían ser publicadas en el “Boletín de la administración de Petrogrado”, en listas ordenadas alfabéticamente por provincia. Pero esta medida se retrasó considerablemente (de hecho los fallecidos entre 1914 y 1915, no figuraron en el registro hasta 1917).

Dependiendo de la localización del hogar y su extracto social, la muerte de los soldados era percibida y discutida de manera diferente: cuando el finado era de extracción humilde, campesino ó proletario urbano, recibían discursos colectivos de parte de la autoridades. Mientras que los caídos de clase superior, recibían un discurso individualizado y elaborado por los miembros mejor educados de las diferentes instituciones oficiales del estado ruso.

Tradicionalmente, en las familias campesinas del Imperio Ruso, la salida de alguno de sus miembros para cumplir su servicio militar ó marchar para la guerra, era contemplada como un entierro por adelantado.

Frente al discurso urbano y patriótico, la mentalidad campesina no comparte la idea que presenta la muerte en el campo de batalla como una nobles gesta heroica y donde el luto es un sentimiento de orgullo para las afligidas madres orgullosas de haber bien educado a sus hijos en el patriótico deber del cumplimiento de sus obligaciones.

La despedida de los reclutas era motivo de luto y del llanto de las mujeres. Puesto que los futuros solados se despedían de sus familias, con la idea de no volver a verlos y resignándose a contemplar la muerte como una forma de deber social –igual que un labrador contemplaba a diario su trabajo –.

En todas sus anteriores guerras, Rusia siempre había pagado un tributo en sangre muy oneroso. Pero, frente a los que morían , de forma natural en sus aldeas y recibían todo tipo de ofrendas familiares, estaban quienes lo hacían en suelo extranjero – donde ya no eran miembros de sus comunidades – solamente eran lamentados por sus camaradas en sus cartas y canciones. Pero quienes peor lo llevaban eran los soldados de religión islámica, quienes debían vivir temerosos de no disfrutar de ceremonia religiosa al ser sepultados en fosas comunes, o sin enterrar ó quedar despedazados por una explosión y por tanto quedar excluidos del paraíso.

En Rusia, a diferencia del resto de países de Europa, nunca se planteó la idea de repatriar los restos de sus caídos (en especial cuando el soldado era de origen obrero ó campesino), limitándose a enterrar los cuerpos en fosas comunes.

Solamente los oficiales eran sepultados en cementerios urbanos (en Moscú se levantó el Cementerio Fraterno, para dar entierro a 18.000 cuerpos. Hasta que los comunistas lo destruyeron). Así, durante los primeros meses de la contienda, los restos de algunos oficiales – generalmente los más pudientes – fueron recuperados y enviados a Petrogrado y Moscú, en espléndidas ceremonias para amigos y familiares del finado – la mayoría de las veces representantes de la alta sociedad. Pero a medida que transcurría la guerra; las ceremonias fueron racionalizadas y minimizadas, antes de proceder a una estandarización: producción en masa de lápidas, introducción de la cremación y profesionalización del negocio funerario.

En Rusia el luto era simbolizado luciendo los colores blanco y negro en la ropa, mientras que las iglesias eran cubiertas con telas negras, pendiendo en su interior fanales y flores blancas. Los asistentes debían acudir en ropa negra (salvo las monjas que conservaban sus hábitos blancos), mientras que madres y viudas (en ocasiones también las hermanas e hijas) eran marcadas con brazaletes blancos.

Las ceremonias se iniciaban en la estación de ferrocarril, con la llegada del ataúd, momento en que se depositaban sobre las tapas coronas de flores y la gorra del oficial (los generales además incorporaban sus espadas, mientras que los mariscales se usaban sus bastones). En la propia estación, se celebraba la primera oración, al tiempo que se rendían los honores militares de ordenanza. Luego un carro impulsado por dos caballos, acompañado por una banda de música militar que interpretaba una marcha fúnebre, trasladaba el féretro hasta el cementerio. El clero, que encabezaba la procesión, celebraba una liturgia en la iglesia del cementerio. Antes de conducir el ataúd hasta el hoyo, donde – al son de cornetas militares – se cantaba por la memoria eterna del caído, mientras se descendía el cajón.

También se celebraba honras “in absentia” por los soldados caídos junto a ellos. Cuando el finado disfrutaba de la repatriación, eran sus compañeros de servicio, frente y familiares los encargados de organizar y llevar a cabo la ceremonia de entierro.

Pero en general, solo las familias más ricas e influyentes podían permitirse la repatriación de sus seres queridos. Pero como la mayoría de los caídos – oficiales incluidos – eran de clase baja, sus familias no podían costear el traslado. Al enterrados en fosas comunes, a las familias solo les quedaba la posibilidad de celebrar misas en las iglesias parroquiales (lo que provocó que entre 1914 y 1917; se disparase el consumo de servicios religiosos, velas de cera y pan sagrado).

La guerra exacerbó las flagrantes diferencias sociales, especialmente al celebrar los diferentes ritos religiosos, pues unos eran repatriados y enterrados en sus ciudades de origen y otros eran depositados en fosas cerca del frente.

Tras la Iª guerra mundial; Rusia quedó aislada de Europa en todos los aspectos, incluido el luto por los caídos. El nuevo régimen se desentendió de la asistencia a los fallecidos las ceremonias ni levantó ningún monumento a los caídos en la guerra mundial, pues los traumas causados por esta guerra fueron sepultados por los de la guerra civil.

Durante la guerra civil, ambos bandos hubieron de minimizar – aún más – las ceremonias, que – en el bando bolchevique – fueron completamente secularizadas, para honrar a los “héroes rojos”.

Durante el periodo entreguerras; no se toleró el culto popular a los muertos de esta guerra, ni su conmemoración espontánea. Así que los diferentes proyectos, iniciados en la época del Zar Nicolás II; para conmemorar a los muertos de la Gran guerra, fueron desmantelados y en muchas ocasiones demolidos. La Rusia comunista / la URSS, en aras de su condición de estado ateo, nunca cultivó el culto a los fallecidos en esta contienda, por lo que solamente fuera de suelo ruso fue posible realizar honras fúnebres en el seno de las comunidades de expatriados rusos, en colaboración con las autoridades no soviéticas. Únicamente a partir del año 2005; los rusos comenzaron a levantar monumentos (en Moscú existen 12 monumento conmemorando a los fallecidos de esta guerra) ó restaurar los monumentos devastados por los bolcheviques. También se abandonó la veneración a los mártires de la revolución de febrero de 1917. Y la Guerra civil Rusa solo fue conmemorada por los héroes del Ejército Rojo y los cuadros del partido bolchevique. Nunca hubo peregrinaciones, conmemoraciones, monumentos, visitas a campos de batalla u otras actividades que sí se producían en el resto de Europa. Tampoco conmemoraciones personales ó cualquier otra idea – no oficial – de tipo religioso, exaltación heroica ó patriótica (Por ejemplo: en 1926; se dio

sepultura de manera pública al general Brusilov, que fue el único militar del antiguo Ejército Imperial Ruso que disfrutó de honores estatales).

En la literatura de entreguerras; el dolor y la pena individual, por la Iª guerra mundial, la revolución de y la guerra civil, no tenían lugar en el discurso político. Se trataba de una guerra “imperialista” en el primer caso y en el segundo solo podía conmemorarse con desfiles militares y manifestaciones oficiales como forma de “intimidar a los enemigos internos y externos”.

Con el advenimiento del nuevo régimen, el símbolo reemplazó al individuo como forma de movilización popular, en torno a cualquier idea abstracta. Y la URSS solo institucionalizó el culto a los caídos después de la IIª guerra mundial, como una forma de promover la identidad soviética entre la diferentes etnias del país, pero tratando de evitar cualquier exaltación del patriotismo ruso – eslavo – ortodoxo.

Entendamos que los bolcheviques siempre actuaron como estado revolucionario internacionalista, no como estado – nación. Su ideología era utópica y triunfalista, por lo que toda perspectiva sobre recordar el dolor, la muerta ó la derrota no tenía lugar en su concepción de la sociedad. Solamente el recuerdo a los héroes de guerra revolucionarios (junto con otros revolucionarios, líderes y agitadores políticos, científicos y figuras culturales) eran ensalzado como instrumento de propaganda, y de genealogía de la revolución, y del régimen soviético. La cultura soviética no estuvo concebida para considerar al público como un grupo de individuos, en forma de discusiones críticas ó de respuesta empáticas con el público. Sino para mostrar la visión comunista del presente y de la historia de la revolución. (Así los símbolos del estado son mostrados al público como ideas abstractas, alcanzando su cúlmen durante el estalinismo). Las experiencias, eventos, ideas nacionales... fueron suprimidos y demonizados. Por lo que, en general, el sacrificio del soldado raso ruso fallecido en la Iª guerra mundial – que era la forma de los veteranos y sus familias para gestionar los traumas propios y la sensación de pérdida de su identidad – quedó marginado por completo, a nivel institucional y de representación legal en espacios públicos de la URSS, tanto a nivel público como privado.

En los años 30 del siglo XX; el nuevo patriotismo soviético – el “socialismo en un solo país” – no rehabilitó la Iª guerra mundial. Stalin integró partes del pasado ruso como forma de dar continuidad al estado, sin caer en el chovinismo nacionalista ruso. Así, todas las guerras libradas por los diferentes zares rusos fueron tachadas de imperialistas, en especial la Iª

guerra mundial, por lo que la memoria oficial soviética del conflicto mundial fue de una condena pública y moral a la propia contienda.

11.3. Los heridos y enfermos rusos de la Gran guerra:

11.3.1. De los heridos:

Al comienzo de la primera contienda mundial; Rusia contaba con 1’4 millones de hombres en armas y llamó a filas a 5’75 millones, solo en el año 1914. En 1915; llamó a 5,64 millones de hombres, 3’09 millones en 1916 y 2’7 millones en 1917. (En total uno 18’5 millones de filas son convocados para servir al Zar en el campo de batalla).

Entre 1914 y 1917; fallecieron unos 700.000 soldados y 2’6 millones resultan heridos (cerca de un millón fallecerán por heridas de guerra en los siguientes años).

Los planes de gestión de heridos y enfermos militares nunca tuvieron en cuenta la magnitud de las cifras a las que iban a enfrentarse y pronto colapsaron.

La avalancha de víctimas, desde el primer mes de la guerra, obligó a transformar todos los hospitales ubicados en la línea de frente en estaciones para el transporte de heridos hacia la retaguardia, lo que provocó el colapso de nuevos hospitales.

Así, un médico militar escribía en su diario, en la entrada del 10 de Agosto de 1914; “...la organización interna no está preparada para recibir ó asignar los heridos y enfermos. No se han articulado enfermerías para distribuir a los heridos ni hospitales de campaña para atenderlos.

El personal médico no ha sido seleccionado, ni hay sitio en los hospitales. Pues el plan de movilización general no tiene en cuenta ni la apertura de nuevos hospitales ni la movilización general de médicos. Tampoco las organizaciones de retaguardia tienen capacidad para atender de manera permanente a los heridos llegados...”.

La incapacidad del gobierno para atender a los heridos no pudo ocultarse – el primer tren hospital cargado de heridos que llegó a Moscú, 2 semanas después de comenzada la guerra, era un tren mercancías sin ninguna instalación y sin dar aviso a las autoridades civiles ó militares. Los heridos fueron descargados sobre la plataforma de la estación, que pronto quedó colapsada – y el ministerio de la guerra fue incapaz de atender a las víctimas del conflicto. En su lugar, los ayuntamientos intentaron dar asistencia al personal militar, empezando por redactar informes al gobierno reclamando ayuda urgente para los heridos y enfermos, internos en las instituciones civiles existentes (con décadas de experiencia en paliar desastres).

Recordemos que en Rusia, a comienzos de siglo XX; el gobierno central y las asambleas locales mantenían una agria disputa desde su establecimiento – medio siglo antes – por el control de competencias. Así que, en 1914; vieron la oportunidad para ganar influencia y poder.

En 1914; Rusia contaba con 6’55 millones de hombres y 4’65 millones de fusiles. Pero solo 1 cirujano por cada 10.000 hombres. Y, en los sectores del frente más alejados de Petrogrado; ni si quiera había depósitos de medicinas.

En 1916; Rusia mantenía a 2 millones de heridos y cerca de 1/3 de sus prisioneros de guerra estaban heridos ó enfermos. Para colmo, al llamar a filas a millares de hombres del campo, hasta alcanzar 1/3 de los hombres capaces en uniforme, decreció la producción agraria. Lo que multiplicó por 4 los precios de los productos del campo frente a los de 1913, lo que inició las primeras huelgas en las ciudades rusas.

11.3.1. De los Enfermos:

La gripe, el cólera y la disentería fueron causa de epidemias agudas en todo el Teatro Oriental de la Iª Guerra Mundial. Pero fue el tifus (contagiado por los piojos) la principal causa de mortalidad. Y solo los médicos alemanes, fueron capaces de hallar la relación entre ambos, en el transcurso de la contienda mundial. Unos 2’5 millones de hombres cayeron enfermos. De los cuales fallecieron 155.000, lo que sumado a todos los muertos anteriores, suponen que Rusia pierde cerca del 5% de su población masculina. Y, en el último año de participación rusa en la guerra mundial; 1,29 millones de hombres eran baja por enfermedad.

Las enfermedades jugaron un importante papel en la pérdida de vidas durante las campañas acontecidas en todo el Teatro Oriental de la Gran Guerra. De tal forma, que en el Este; el número de fallecidos por enfermedad multiplico por 4 al número de caídos en combate (a diferencia del Oeste, donde el número de caídos en combate, multiplicó por 3 al de caídos por enfermedad).

Como en cualquier epidemia, las que azotaron al Frente Oriental (y del Cáucaso ó la campaña persa) estaban directamente relacionadas con las condiciones ambientales. Más concretamente, las de aquellas ciudades abarrotadas de refugiados, en condiciones de vida antihigiénicas, que creaban el perfecto caldo de cultivo para la propagación epidemias. En medio de una completa ausencia de unos mínimos cuidados médicos (tanto por desconocimiento, como por negligencia de las autoridades; tanto civiles rusas como de ocupación alemanas).

En 1917; Rusia estaba desarticulada como estado, con su ejército fuera de combate, victima de tifus, cólera, disentería, hambre, frío y revolución. Desde Rumania, hasta Petrogrado.

a) El tifus: es una enfermedad causada por una bacteria de la familia de las rickettsia, que habita en el intestino del piojo común (que es diferente del piojo capilar). Esta bacteria infecta a los humanos cuando el piojo es aplastado ó sus heces penetran en el cuerpo humano a través de la boca ó la nariz, donde reside de forma latente durante un tiempo.

A Rusia, el tifus llegó de una manera curiosa: El tifus (no confundir con las fiebres tifoideas) era una enfermedad endémica en el Sureste de Europa, desde tiempos inmemoriales. Durante las dos guerras balcánicas; todos los contendientes sufrieron estragos en sus filas al contagiarse miles de hombres, mientras marchaban por campos infestados de esta enfermedad, sin profilaxis alguna. Tras la desmovilización, los soldados infectados contagiaron a centenares de personas en sus familias y comunidades. Tras la declaración de guerra austro-húngara contra Serbia, en 1914; decenas de municipios fueron arrasados y sus habitantes forzados a vivir en la intemperie. A parte, otros 20.000 soldados austrohúngaros fueron tomados prisioneros de guerra. Cuando Belgrado es bombardeada por la artillería austrohúngara (ciudad a donde habían llegado miles de refugiados que huían de las aldeas adyacentes – que habían sido intencionadamente incendiadas por las tropas austrohúngaras –). Se desató una epidemia masiva, que fue imposible de controlar por la falta de médicos, enfermeros y medicinas. La epidemia saltó inmediatamente a los soldaos austrohúngaros internados en el campo de prisioneros de Voljebo, que tras su liberación, todos los internos fueron reincorporados al ejército austrohúngaro sin pasar por cuarentena. Serbia carecía por completo de un servicio médico (civil ó militar) digno de ese nombre. Por lo que pronto se produjo un colapso sanitario entre la población civil más indefensa, lo que unido a la desnutrición, el hacinamiento y la falta de higiene, constituyeron el mejor caldo de cultivo para el tifus. Para Noviembre de 1914; la epidemia de tifus se propagaba por igual entre refugiados y prisioneros de guerra y de ahí saltó a las tropas de ambos ejércitos.

En 1915; había 155.000 muertos de tifus (incluidos 50.000 prisioneros de guerra austrohúngaros en campos serbios de prisioneros de guerra, aproximadamente el 50% de los prisioneros de guerra del Imperio Austro – Húngaro fallecieron víctimas de esta enfermedad), lo que suponía una tasa de mortalidad entre el 60 y el 70%. Y, 1/3 de los 400 ó 500 médicos de serbia habían fallecido por culpa de la epidemia. Por ello; los gobiernos de Alemania y Austria – Hungría se plantearon seriamente no ocupar Serbia, para evitar la propagación de la epidemia. Solamente, cuando el ejército alemán temió ser víctima de los patógenos que flagelaban a la población civil de los territorios ocupados, fue cuando se implantó un programa a escala continental de saneamiento y de cuarentena forzosa para cualquier persona que presentase síntomas de la enfermedad. Iniciado en Letonia, Lituania y Polonia; consistía en establecer estaciones de cuarentena, para

los desplazados y en aislar los barrios civiles con mayores porcentajes de enfermos entre sus residentes. También se construyeron en todas las ciudades y en las comarcas rurales estaciones de despiojamiento obligatorio, para erradicar el tifus y forzar a los civiles afectados a someterse a baños militares. Al tiempo que se creó una “policía sanitaria” para inspeccionar los hogares – y, en su caso, declarar no aptos aquellos que estuviesen contaminados – y proceder al sacrificio de perros y gatos callejeros. Y, en Rusia, uno de los argumentos que esgrimieron los generales aliados para no liberar Serbia, fue el peligro de propagar más la epidemia por todo el continente.

Tras la entrada en guerra de Rusia contra las potencias centrales, miles de soldados austro-húngaron infectados fueron enviados – portadores la enfermedad – contra los rusos. Los cuales, tras caer prisioneros de guerra infectaron a sus guardias rusos y estos a la población civil, de tal forme que en Rusia, durante los 2 últimos años de la guerra y el inicio de la revolución; murieron por esta enfermedad cerca de 2’5 millones de personas (entendamos que en 1913 se producían 0’13 muertes por cada mil infectados. En 1915 eran 2’33 por cada mil).

Los soldados vivían en trincheras acurrucados contra el frío, en lugares cerrados para protegerse de la metralla, faltos de baño y otras instalaciones higiénicas. Al rascarse para aliviar el picor que causaban los piojos adheridos a sus cuerpos, solían despanzurrar el parásito, y este liberaba la bacteria portadora de la plaga.

Soldados y refugiados portan la epidemia y la propagan a través del país, hasta que en el invierno de 1917 a 1918; se dio el mayor brote de la historia de Rusia (combinado con el hambre y la guerra). Y desde las ciudades se extendió hasta los Urales, Siberia y Asia central. Por lo que entre los años 1919 y 1923; unos 20 ó 30 millones de habitantes del ex – Imperio Ruso resultaron enfermos, de los cuales 5 millones fallecen víctimas de esta plaga.

Curiosamente, como el ejército ruso se desmoronó antes de la ofensiva general alemana de 1918; los alemanes no sufrieron demasiadas bajas por contagio de esta epidemia.

En 1919; Lenin llegó a escribir: “...ó el socialismo derrota al piojo, ó el piojo acaba con el socialismo...”.

b) El cólera: Esta enfermedad (caracterizada por violentos vómitos y diarreas, provoca que las heces líquidas se transformen primero en un líquido gris, que se va aclarando hasta tener la consistencia del agua con fragmentos de membrana intestinal, acompañadas por calambres musculares y una sed insaciable) es causada por la bacteria Vilno Cholerae y provoca una deshidratación que resulta mortal.

Su principal caldo de cultivo es la contaminación, con heces de infectados, de las fuentes de agua potable y el sistema de alcantarillado ó los

alimentos lavados con aguas infectadas e ingeridos. A pesar de los avances médicos y urbanísticos en el resto de Europa, las principales ciudades de los imperios Ruso y Otomano registraban focos epidémicos todos los años.

Aproximadamente, entre 1900 y 1925; falleció medio millón de habitantes rusos. Principalmente por falta de servicios sanitarios en los barrios más humildes del país eslavo.

c) La difteria (ó “beso de la muerte” ó “garrotillo” en España): es una enfermedad epidémica causada por el bacilo / bacteria de Kenels – Löffer; el cual crea membranas en la mucosa respiratoria de las amígdalas, nariz, garganta, miocardio, nervios... hasta provocar la asfixia interna, precedida por ardor de garganta, dificultad respiratoria, piel fría etc. Ataca principalmente a niños menores de 5 años y a ancianos mayores de 60. Se contagia por contacto directo entre personas infectadas y sanos, a través de estornudos, secreción nasal ó lacrimal.

El gobierno bolchevique / comunista trató de inmunizar a toda la población, pero no lo logró hasta finales de los años 50 del siglo XX. Por lo que durante décadas sufrió entre 140.000 y 750.000 casos por año, de los cuales fueron entre 4.000 y 21.000 los fallecidos por año a causa de esta enfermedad.

Respecto a la prostitución, esta fue estrictamente regulada para erradicar las enfermedades venéreas y se obligó a las prostitutas a obtener un permiso para ejercer su oficio, previo examen médico. Momento en que se descubrió que más del 60% de las prostitutas civiles estaban aquejadas de alguna enfermedad contagiosa. Lo que obligó a crear burdeles militares, implementar – por primera vez en la historia de los ejércitos ruso, alemán y austrohúngaro – el uso del preservativo, e impartir entre las tropas sesiones de educación sexual (sobre le uso del preservativo, limpieza de los genitales y tratamiento a seguir en caso de contagio).

11.4. La desmovilización del Ejército Rojo:

Al igual que otras instituciones del antiguo régimen autocrático, el Ejército y la Armada rusos quedaron disueltos por decreto del consejo de comisarios del pueblo de 28 de Enero de 1918. Siendo su lugar ocupado por el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos.

Tras la caída del último bastión del movimiento blanco, en Noviembre de 1924; se inició el proceso de desmovilización del gigantesco ejército bolchevique, de más de 5 millones de combatientes.

Este proceso se prolongó hasta más de 5 años de finalizada la guerra civil (entre 1921 y 1924). La propaganda soviética presentó a los veteranos aclamados por la ejemplar ciudadanía al volver de la guerra. Pero la realidad fue que la desmovilización estuvo llena de tensiones y dificultades.

El gobierno bolchevique, a través de una serie de decretos gubernativos, trasladó a los hombres originarios de diferentes ciudades hasta sus provincias de origen (ahora transformadas en repúblicas soviéticas). Prometiendo a los obreros industriales y trabajadores técnicos mayores ventajas a la hora de acceder a puestos de trabajo.

El proceso de desmovilización empezaba con una serie de discursos y explicaciones de naturaleza política, a cargo de sus oficiales / comisarios políticos, sobre lo bien que habían combatido y las recompensas que les aguardaban al regresar a casa.

En general, el proceso se articulaba en grupos por edades – empezando por la quinta de 1891 y anteriores, y luego en tandas de 10 en 10 años –. (En sus cartas, mientras esperaban la orden de desmovilización; hablan tanto de la preocupación por el futuro, como por la impaciencia por abandonar la disciplina militar).

Seguidamente las unidades desmovilizadas eran conducidas en trenes ó a pie hasta sus cuarteles de desmovilización, donde debían depositar sus pertrechos y armas, quedándoles a los soldados sus uniformes y botas (en invierno también se les permitía quedarse con los capotes).

En ocasiones se celebraba un desfile y un convite (regado con vodka ó cualquier licor disponible), pero en la mayoría de los casos, y tras otra alocución política; los veteranos recibían sus documentos de licencia y eran acompañados, sin más formalidades, hasta las puertas de los acuartelamientos. Momento en que terminaba su servicio en las filas del Ejército Rojo. En ocasiones recibían billetes de ferrocarril, hasta las estaciones de ferrocarril más cercanas a sus hogares, debiendo de hacer el resto del viaje por sus propios medios.

En las primeras semanas; orquestas y fanfarrias recibían a los veteranos, con muestras de júbilo y celebraciones. Pero, a pesar de las directivas gubernamentales y de la propaganda comunista, fuera de los carteles con eslóganes políticos dando la bienvenida a los “héroes del socialismo”, las banderas rojas y los ramos de flores repartidos por cuadros de las juventudes bolcheviques, no recibieron beneficio alguno de sus esfuerzos.

Solo en algunas ocasiones hubo celebraciones regadas con vodka ó algún otro brebaje casero.

Pronto los veteranos se ven arrollados por la lentitud del nuevo estado bolchevique a la hora de recibir cualquiera de los beneficios sociales prometidos. El frustrante camino para lograr empleo, alojamiento, alimentos, ropas, pensiones ó cuidados médicos; solo podía completarse guardando largas colas ante una burocracia paralizada (los llamados “ratas de retaguardia”).

Para la casi totalidad de veteranos, la desmovilización solo supuso tener que retornar a sus antiguos puestos de trabajo en las fábricas nacionalizadas

ó a sus granjas, para volver a encargarse de sus faenas agrícolas, cuando estas no habían sido destruidas por la guerra y los saqueos.

En las fábricas; se suponía que los veteranos contarían con mayores facilidades para el ascenso y que sus hijos gozarían de un acceso privilegiado a la educación, más el ingreso automático en el partido. Pero muy pocos de ellos gozaron de tales prerrogativas y privilegios, pues la “nueva aristocracia bolchevique” copaba todos los puestos.

La mayoría nunca vio pagas, suministros ó equipo extras, tras la desmovilización. Y en no pocos casos, fueron las tropas de la NKVD y no sus mandos naturales los que vigilaban que el proceso se produjese sin quejas de ningún tipo.

Cuando la desmovilización se transformó en un proceso caótico; las nuevas autoridades dejaron de atender las reclamaciones de los veteranos y con ello dejaron un poso de problemas sociales (ciudades infestadas de huérfanos y mendigos mutilados) y de frustración, en una sociedad militarizada. Decenas de ciudades habían perdido hasta el 80% de sus edificaciones y muchas más eran inhabitables, por lo que los veteranos, al regresar a sus casas; se encuentran que sus familias viven en chabolas y otras viviendas improvisadas. Mientras que extraños han ocupado sus hogares solariegos. Trance que comparten con los civiles refugiados, cuando pueden retornar a sus ciudades y aldeas de origen.

En 1929; el 59% de las familias de veteranos estaban a la espera que el estado rehabilitase sus hogares, mientras compartían modesta habitaciones en hogares comunales. Cifra que, en 1936; había descendido a 36%. Pero para entonces; la corrupción – a todos los niveles – se había convertido en la lacra por excelencia de la administración comunista. Por ello, en no pocas ocasiones las autoridades bolcheviques de una ciudad ordenaron que la desmovilización de sus naturales se realizara en tandas pequeñas y en núcleos alejados de sus ciudades de origen.

Colmados de resentimiento y furia por la desafección ciudadana a su lucha, los veteranos hablan en sus cartas de la frustración que sienten hacia sus mandos (políticos y militares) y hacia la corrupta burocracia comunista. También se quejaban que la población civil no aprecia – en ocasiones desprecia – sus esfuerzos a la hora de lograr la victoria para el bando bolchevique. Por ello, la policía política temerosa que entre los retornados “germine el síndrome de la desafección ideológica, idéntica al de los Decembristas de 1825” pronto; toda la masa de veteranos es puesta en estricta vigilancia. Seguida de una brutal censura de las comunicaciones privadas (correo postal ó telegráfico) y de olas de terror y represión política.

Para los mutilados de guerra y otros trastornados, la situación fue todavía peor y en muchos casos quedaron avocados a la mendicidad y la indigencia, tanto por la falta de medios como por la ineficacia y la corrupción de la burocracia comunista.

Para la población civil, la vida durante la posguerra fue difícil y apenas tenían tiempo ó ánimo para dar la bienvenida a veteranos ó refugiados. Al nuevo estado comunista, le llevó años reconstruir los hogares. Mientras tanto; la higiene y la “disciplina social” brillaron por su ausencia en toda la URSS, unida al hambre y a las privaciones. Y la muerte y la destrucción del patrimonio ruso, en tiempos de guerra; tuvieron su continuación durante la posguerra, en forma de crímenes y saqueos a manos de bandas de forajidos.

El estado comunista llamaba a olvidar los horrores de la guerra, al tiempo que trataba de ocultar las injusticias de la desmovilización. Tratando de acelerar el retorno a la vida civil de los soldados desmovilizados, dentro del “calor del socialismo”. Pero la reconstrucción nunca llegó del todo, a pesar del mito creado por la propaganda de un reingreso fácil en la vida civil: el desempleo fue el primer problema que debía enfrentarse el veterano (aproximadamente el 97% de los soldados dejaban las filas del Ejército Rojo sin una idea de a qué dedicarse luego). Aunque el 87% de ellos contaba con alguna formación laboral básica, pronto se encontraban con que sus puestos estaban ocupados por “ratas de retaguardia”. Y las oficinas locales de distribución del trabajo carecían de planes específicos para la reasimilación.

En las nuevas fábricas, nacionalizadas y bajo el control de los sindicatos bolcheviques; para acomodar a los que regresaban del frente, procedieron a despedir en masa a trabajadores de determinados grupo sociales, siendo las mujeres, el grupo que llevó la peor parte.

Entre 1918 y 1920; el 90% de la población urbana tenía origen agrario – principalmente inmigrantes que escapaban tanto del hambre, como de las requisas forzosas – por lo que al producirse su desmovilización, estos empujaron a las mujeres y otros grupos fuera de las fábricas. Lo que generó un gran problema sociolaboral en el seno del nuevo estado comunista, con un fortísimo incremento de las tasas de paro femenino, acentuado durante la implantación de la Nueva Política Económica: A la fábricas, que ahora eran todas propiedad del estado, se les impuso la obligación de dar beneficios, implementando planes de contabilidad eficientes. Bajo la amenaza de cierre de cualquier planta ó factoría que resultase ineficiente ó diese pérdidas. Pero debido a la fuerte mortalidad masculina durante las guerras mundial, civil, polaco – soviética... más la represión (que afectó mucho más a los hombres que a las mujeres); millones de mujeres habían tenido que hacerse cargo del hogar. En 1922; casi el 60% de la fuerza laboral tenía sexo femenino. En 1924; era el 45,3%. Y la diferencia – promedio – del salario, era del 64’4% respecto al promedio masculino (En el metal era el 49’6%; en la minería el 42,1% y en la industria cárnica el

73%). Con el súbito incremento del desempleo femenino, centenares de miles hubieron de sobrevivir recurriendo a la prostitución, el contrabando, destilerías clandestinas y otros oficios fuera de la ley.

11.5. La gestión de los prisioneros de guerra en el Teatro oriental de la gran guerra:

11.5.1. Prisioneros de guerra de las potencias centrales en Rusia:

Durante los años de la Iª Guerra mundial, 200.000 soldados alemanes, 50.000 otomanos, 50.000 búlgaros y más de 2’4 millones del Imperio Austro – Húngaro fueron hechos prisioneros por los rusos. A su propia condición de prisioneros, se le unió la situación interna de Rusia, caracterizada por la agitación y los constantes cambios políticos que afectaron tanto la reglamentación, como retrasó la repatriación de los internados. Lo que forzó a la mayoría de ellos a tener que recurrir a su autogestión para poder sobrevivir.

La vida de los internos durante y después de la primera conflagración mundial fue siempre compleja. Solamente durante la campaña de 1914; los rusos habían tomado miles de prisioneros de guerra a los austro – húngaros. Encontrándose en la necesidad de crear instalaciones de emergencia en Kiev, Penza, Kazán y a lo largo del Turkestán; para contener a tan ingente cantidad de prisioneros.

Entre los años 1914 y 1922; los prisioneros de guerra de las potencias centrales conocieron tres cambios de régimen político en Rusia. Cada uno con su propia política de gestión de prisioneros de guerra.

Junto al volátil panorama político, las circunstancias geográficas jugaban su propio papel importante, a la hora de decidir el destino de los diferentes prisioneros. Y a medida que proseguía la guerra mundial, siguieron llegando más y más prisioneros alemanes, austro – húngaros y otomanos. Que fueron asentados en las regiones de Ucrania, Rusia europea, Siberia y Asia central. La dureza del clima y la falta de infraestructuras, más allá de los Urales; causaban estragos entre la población internada. La cual era segregada en nacionalidades, rango, momento y disposición de la captura.

Del total capturado por los rusos – 2’7 millones, de un total de 5 millones de prisioneros capturados en el teatro oriental de la guerra y de los 8 millones de prisioneros tomados por todos los bandos durante la Gran guerra – se calcula que:

a) 2,4 millones (90% del total) eran austro-húngaros, de los cuales el 50% eran de etnia eslava (polacos, rutenos, checoslovacos, serbios, croatas y eslovenos), el 25% eran de etnia alemana y el 25% restante repartidos entre húngaros, italianos y rumanos.

b) 200.000 eran ciudadanos del Imperio alemán, siendo 168.000 de etnia alemana y el resto repartidos entre polaco-prusianos, daneses de Schleswig – Holstein y alsacianos.

c) 50.000 eran ciudadanos otomanos (que no fueron divididos por etnias).

d) 50.000 eran búlgaros (tampoco segregados).

El gobierno del zar daba trato preferencial a los internos de etnia eslava y a los alsacianos, italianos y rumanos. Deportándolos a campos situados en la parte europea de Rusia, donde gozaban de menores restricciones a su libertad y mejor alojamiento, buscando la deserción en masa (lo que produjo fenómenos como la Legión checoslovaca y ó el Cuerpo de voluntarios Serbios). Mientras que el resto de prisioneros de las potencias centrales, al comienzo de la contienda; eran trasladados hasta Siberia. Donde el estado zarista vio en esta población reclusa por la guerra, una oportunidad para emplearla como mano de obra que beneficiase la economía de guerra del estado ruso.

La importancia del trabajo desempeñado por los internos fue pequeña, pero a pesar que se estaba violentando los convenios de la Haya (No usar el trabajo de los prisioneros de guerra, en cualquier asunto relacionado con la propia guerra, al menos observaba la jerarquía existente entre los prisioneros de guerra.

Así, los oficiales recibían el trato preferencial prescrito en los tratados internacionales (como privilegio en el transporte, mejores condiciones de vida, exentos de trabajos forzados y salarios mensuales). Siendo los únicos incidentes registrados los errores causados por la diferencia en las graduaciones de los 54.000 oficiales prisioneros del ejército austro – húngaro.

Asunto: Los prisioneros de guerra del Imperio Austro – Húngaro: De los 2’4 millones de prisioneros tomados por los rusos pertenecientes al Imperio Austro-Húngaro, 1’5 millones (casi el 10% de su ejército) se rindieron sin lucha (de ellos 600.000 eran húngaros). Esto se explicó por diferentes factores: Rusia superaba en potencia de fuego y número de efectivos a los austrohúngaros. Las etnias eslavas del imperio de los Habsburgo aspiraban a independizarse, bajo la protección de los zares. Además, muchos austrohúngaros, por diferentes razones, hablan ó tienen nociones del ruso. Y en el teatro oriental de la Gran guerra es más fácil confraternizar con el enemigo. En el Imperio Austro-Húngaro existía un fuerte sentimiento antibelicista, propagado por los diferentes partidos socialistas y por la propaganda bolchevique. Muchos soldados, incluido oficiales, desprecian a sus mandos.

Por todo ello, a partir del año 1915; los rusos desarrollan una estrategia para desestabilizar Austria-Hungría, a través de sus prisioneros de guerra: se agudizan las tensiones étnicas, empezando por los eslavos (checoslovacos, serbios) y avivando el anti-austriacianismo de los húngaros. También se aviva el resentimiento social, pagando a los oficiales prisioneros entre 50 y 75 rublos mensuales, mientras que a los soldados no se les proporciona otro sustento. La mayoría de los campos fueron ubicados en las proximidades de las áreas industriales, para aprovechar la mano de obra prisionera. Pero debido a las epidemias de tifus y disentería, fallecieron 300.000 austro-húngaros, pues al llegar el verano se multiplicaban las plagas de chinches y moscas, a parte que el agua nunca fue purificada.

1 – De las trincheras a la retaguardia rusa:

El trato al prisionero de guerra dependía de las circunstancias de su captura. Los pequeños grupos de prisioneros eran tratados, en general, de la manera marcada por la convención de la Haya y otros tratados internacionales. Pero los grandes grupos – que en ocasiones sumaban varias centenas de individuos – de prisioneros austro – húngaros padecían el déficit de organización que aquejaba al Ejército Imperial Ruso.

Tras la captura podían tardar más de 3 meses en desplazarse desde la retaguardia del frente hasta los campos de internamiento. Durante el tránsito eran interrogados, al tiempo que se proporcionaba asistencia médica a los heridos.

En las estaciones de ferrocarril de Durmitsa (en Kiev) y de Legrezhskaya y Kosujovo (en Moscú); se registraba a los prisioneros de guerra, asignando el campo de internamiento según la nacionalidad del internado. En ocasiones los prisioneros austro –húngaros de etnia eslava se negaban a declarar su etnia, siendo deportados a campos de prisioneros alemanes en Siberia y Asia central. Al llegar a las estaciones de ferrocarril más cercanas a su campo de destino; eran cargados en carromatos / teplushky (cada uno dotado de 2ó 3 filas de literas, 1 estufa y 1 cubo – letrina y 1 balde de agua caliente) con capacidad para 30 ó 40 prisioneros. Por ello muchos enfermaban de chinches y piojos.

En teoría se les proporcionaría un pequeño emolumento para adquirir alimentos. Que solo en contadas ocasiones fue entregado, por lo que en no pocas ocasiones los soldados prisioneros debían recurrir a la mendicidad, para poder sobrevivir.

2 – Las condiciones de vida:

Rusia no había elaborado ningún plan para la gestión de sus prisioneros de guerra, por lo que se limitó – a partir del otoño de 1914 – a deportarlos al interior de Siberia, entregarlos ala administración local y que esta

improvisase algún tipo de solución (dándose el caso que en algunas aldeas, el número de presos superaba al de nativos).

Sin un aviso previo, se habilitaron cuarteles y grandes edificios para albergar masas de prisioneros de guerra. Lo que fue foco de frecuentes epidemias por la falta de agua potable ó de letrinas canalizadas. En esta primera etapa, las epidemias diezmaran a la población reclusa en Omsk, Novonikolayevsk, Sretensk y Tootskoe; que se prolongaron hasta 1916.

Anteel clamor internacional, el gobierno ruso creó campos de internamiento eficientes. Y para el año 1917; Rusia contaba, en la parte europea del país; con una red de 400 campos, con capacidad para entre 2.000 y 5.000 internos por campo. Mientras que en Siberia, algunos campos alcanzaron una población de 35.000 internos. Si bien la norma es que los campos estuvieran siempre a un 150 ó 200% de su capacidad

Los campos eran levantados con ladrillos, troncos de madera y Zemliaki / cabañas excavadas en el suelo. Junto con establos y almacenes. Los barracones para soldados tenían una capacidad de entre 500 y 1.000 plazas, mientras que los de los oficiales eran para entre 50 y 100 plazas.

El mobiliario se reducía a una litera y una estufa por interno. Los oficiales recibían un pequeño salario mensual, para adquirir alimentos y otros bienes de consumo (que en algunos momentos eran más abundantes y de mejor calidad que los que recibía la población civil de sus propios países). Mientras que los soldados recibían raciones equivalentes a la ración rusa. Pero pronto esta decayó en cantidad y calidad. Muchos hombres acabaron enfermando porque, al igual que en el Ejército Ruso, debían compartir entre sí sus cuencos. Y como durante su estancia; los prisioneros eran trasladados con frecuencia, las epidemias se propagaban de un campo a otro.

Los oficiales contaban con asistentes encargados de hacer sus habitaciones y a partir del año 1915; son trasladados a campos específicos para ellos.

A pesar de los convenios internacionales; tanto los rusos como los alemanes no cuidan bien de sus prisioneros de guerra, por lo que 400.000 soldados de las potencias centrales fallecen en cautividad, en manos de los rusos.

3 – Organización de los campos de prisioneros de guerra:

Los prisioneros eran segregados por etnias e idiomas, con la intención expresa de avivar las tensiones étnicas entre ellos. Si bien se permitió a los oficiales que prestasen apoyo financiero a sus propios soldados, en la medida e lo posible.

En general; dentro de los campos, la organización dependía de las habilidades de los propios internos. Y para combatir la llamada “fiebre del alambre de espino” / depresión por aburrimiento y añoranza del hogar, se organizaron diversas actividades para mantener ocupado al personal. Como enseñanza de idiomas, ciencias, derecho, arte, oficios... recitales de teatro,

música y poesía (que acabaron siendo muy populares incluso entre la población civil rusa), actividades deportivas, etc. Por lo que, con el tiempo; la mayoría de los campos contaban con cafeterías (donde solo despachaban té), estudio de fotografía, periódicos internos, etc.

Para obtener ingresos extras, los prisioneros fueron improvisando talleres y manufacturas, así como algunas industrias ligeras. Que acabaron jugando un papel importante durante la guerra civil rusa.

Hasta 1917; los cónsules de Estados Unidos eran los encargados de recolectar y enviar el correo postal de los prisioneros de guerra alemanes y austro-húngaros. Los cuales a través de Suecia y Dinamarca llegan a Alemania y Austria – Hungría. A parte, algunas organizaciones caritativas (Cruz Roja, YMCA – Asociación de Jóvenes Cristianos, Organización de Ayuda de Tiensin) ayudaban a los internados, presionando a las autoridades rusas, proporcionando ayuda humanitaria y financiando mejoras en los campos (asistencia religiosa, bibliotecas, deportes...) Hasta que los bolcheviques los expulsan de Rusia.

Gracias a ellos y a los propios presos, quienes registraron la mayoría de sus vivencias, en los testimonios que anotaron en sus diarios y en las novelas, redactadas en alemán, a partir del año 1923.

4 – Trabajo de los prisioneros de guerra y contactos con la población civil:

La convención de Ginebra permitía emplear a los soldados, tomados en calidad de prisioneros de guerra, como obreros y prohibía el trabajo de oficiales. En consecuencia, y a partir del año 1915; Rusia (al igual que el resto de potencias implicadas) emplea mano de obra prisionera de guerra en la agricultura, la industria y las obras públicas, de forma masiva. Muchos miles de prisioneros fueron empleados como peones agrícolas y mineros en Donbass y Krivoi Rog, aunque la gran mayoría fueron empleados para levantar canales y ferrocarriles. Para lo cual los presos eran trasladados desde los campos situados en el Este hacia el Oeste de Rusia.

A diferencia de los presos empleados en granjas y fábricas (donde comparten alojamiento con las familias de los campesinos, fuera de sus alojamientos en los campos de prisioneros de guerra), las condiciones de vida y de trabajo de los enviados a las obras públicas fueron sombrías (Escasez de alimentos, agua potable y atención médica; así como el peligro a la vida y a la salud inherente al trabajo); aunque paradisíacas en comparación con las que padecerían en el IIº conflicto mundial. Durante los meses de verano, la malaria se llegaba a convertir en un problema y la malnutrición provocó escorbuto entre los internos.

Para el tendido del ferrocarril de Murmansk, fallecieron unos 25.000 prisioneros alemanes y 45.000 austrohúngaros, lo cual provocó – al llegar la noticia a Berlín y a Viena – una queja a la Cruz Roja internacional. Pero el gobierno ruso negó las acusaciones y alegó que las potencias centrales también empleaban prisioneros rusos en la construcción del ferrocarril a

Serbia. Por lo que después de varios agrios debates, ambas apartes acordaron cesar el uso del trabajo penitenciario. Aun así; en los campos de prisioneros de guerra rusos, las condiciones de vida siguieron siendo duras, pues el gobierno y la administración rusas no eran capaces de proveer en cantidad suficiente a los internos (tanto por rivalidades burocráticas, como por falta de recursos). Pero no siempre; puesto que en algunos campos, las condiciones de vida eran mejores que en otros.

Mientras que los oficiales superiores eran alojados en viviendas particulares. Y bajo estricta vigilancia de la policía, pueden abandonar estas residencias, para ir de compras, al teatro, la cantina...

En 1917; los prisioneros de guerra representaban entre el 20 y el 25% de la fuerza laboral rusa. Por lo que tras la revolución; la población civil trataba –en general – bien a sus prisioneros. Incluso el ministerio ruso de la guerra autorizó el matrimonio entre civiles rusos y extranjeros internados.

5 – Problemas políticos:

Durante la Gran guerra y después de ella; Rusia sufrió varios cambios de régimen entre los años 1917 y 1920. Lo que afecto al trato impartido a sus prisioneros de guerra.

La Rusia zarista padecía una falta crónica de organización, incluida la gestión de prisioneros de guerra. Por lo que se limitó a segregarlos por etnias.

El gobierno provisional optó por endurecer la disciplina y emplear la mano de obra prisionera, dentro del esfuerzo bélico ruso. Pero no logró implementar ninguna de estas medidas por la propia situación rusa y el cansancio de la guerra, entre la población rusa. La revolución de Febrero de 1917; aflojó las restricciones dentro de los campos de prisioneros de guerra. Pero las políticas del gobierno provisional resultaban incoherentes: algunos prisioneros gozaban de libertad de movimiento, mientras que otros eran represaliados.

El uso de mano de obra prisionera estaba regulada, pero la inflación liquidó el valor de sus salarios.

Las condiciones de vida en los campos comenzaron a deteriorarse, por lo que las industrias se convirtieron en baluartes de la economía local. Llegándose a producir el hecho que en los campos; van a surgir empresarios de éxito, pues son los únicos que fabrican de terminados bienes y servicios de consumo, llegando a emplear mano de obra rusa, para satisfacer contratos gubernamentales.

La revolución de Octubre de 1917; puso fin a todo ello. Tras el caos inicial; los bolcheviques liberan a los soldados, pero no a sus oficiales (que eran considerados “enemigos de clase”). Pero en este periodo; los prisioneros de guerra liberados dejan de recibir apoyo gubernamental de cualquier tipo, y deben valerse por sí mismos para sobrevivir. Los bolcheviques se hacen con el control de las diferentes economías y factorías existentes en los

campos de prisioneros de guerra, obligando a los prisioneros de guerra que trabajan en las fábricas ó minas a integrarse en los soviets de dichas factorías. Pero a pesar de la propaganda, solo una minoría de prisioneros acabó por afiliarse al partido comunista ó al Ejército Rojo.

Los bolcheviques se hicieron con el control de la Rusia europea, pero Siberia y Extremo oriente está bajo control del movimiento blanco, hasta 1920. Con lo que la mayoría de los grandes campos de prisioneros de guerra acabaron bajo jurisdicción de Estados Unidos ó de Japón, en total 430.000 internos que solo deseaban una pronta repatriación .

El movimiento blanco nunca reconoció el tratado de Brest-Litovsk, por lo que los 70.000 checoslovacos que se habían integrado en la legión de esa nacionalidad no fueron desmovilizados, haciéndose famosos más tarde por los malos tratos que infligieron a los prisioneros del Ejército Rojo en sus manos. Tras la ocupación del Transiberiano, en Mayo de 1918; las repatriaciones se detienen hasta el año 1920.

6 – La repatriación:

Esta comenzó, mediante intercambios de prisioneros rusos por alemanes de igual graduación, en Septiembre de 1915. En el otoño de 1918; la mayoría de los prisioneros de guerra presentes en la parte europea de Rusia han abandonado el país eslavo, rumbo a sus respectivas naciones. Restando los últimos 22.000 por estar inválidos, que logran abandonar el país, con asistencia de la Cruz Roja y consulados extranjeros, a finales de ese mismo año.

En total 670.000 retornan a sus hogares, 200.000 de manera oficial y el resto aprovechando que los guardias que los custodiaban han desertado. Pero entre Noviembre de 1918 y el verano de 1920; la repatriación oficial fue suspendida, pues los bolcheviques no deseaban perder su mejor mano de obra, si bien esta medida tubo pocos efectos prácticos.

Al concluir la guerra civil rusa, en la parte europea de Rusia; todos los campos de prisioneros de guerra fueron clausurados, siendo los últimos 500.000 prisioneros de guerra, presentes en la parte de asiática de Rusia; asistidos por la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias. En 1920; 30.000 alemanes y 118.000 antiguos austro – húngaros fueron evacuados de Siberia y Asia Central. Siendo evacuados los últimos 6.850 prisioneros, en 1922; vía Vladivostok.

Entre 1921 y 1922; 13.000 prisioneros de guerra ex – austro-húngaros fueron repatriados por mar desde el sur de Rusia y Ucrania.

A parte; un número desconocido de ex – presos de guerra decidió permanecer en Rusia por decisión propia. En general se trataba de hombres casados con mujeres rusas, comunistas y gentes que encontraron mejores oportunidades de vida en Rusia que en sus países de origen.

De los 2’7 millones de prisioneros capturados por los rusos durante la Gran guerra y posteriormente, casi el 10% pereció víctima de las epidemias, el

hambre y el escorbuto. Los restantes constituyeron una de las fuerzas de trabajo más importantes de Rusia, en la industria y la agricultura. A merced tanto del clima físico como del político, lo que demoró demasiado su repatriación, lo que acabó por afectar la moral de muchos de ellos.

Asunto: Los prisioneros de guerra del Imperio Otomano: Los rusos retuvieron entre 65.000 y 90.000 prisioneros de esta nacionalidad, de ellos 10.000 fueron capturados en Galitzia y el resto entre el Caúcaso y el oriente medio. Durante su cautiverio; 10.000 fallecieron por diferentes causas (aunque el 27% de ellos lo fue durante el traslado desde el frente hasta los campos de internamiento, que podía prolongarse durante meses). La totalidad de los prisioneros de guerra otomanos fue empleada en tareas agrícolas en el interior de Rusia y Siberia, aunque miles de ellos fueron encerrados en la Isla de Nargín, en el Mar Caspio. Donde las epidemias de tifus y otras enfermedades se cebó con la población reclusa, durante la duración del conflicto mundial. Los campos de internamiento de soldados otomanos fueron improvisados a partir de fábricas, destilería y guarniciones abandonadas, junto con hileras de tiendas de campaña, en Krasnoyarks, Omsk, Vladivostok, Irjust, Tomsk... En su interior, debido a las altas tasas de mortalidad ya la desidia de sus guardianes rusos, los internos hubieron de auto organizarse, construyendo escuelas, instalaciones deportivas, bandas de música. Al concluir la guerra; las autoridades turcas hubieron de recurrir a la diplomacia española y a la YMCA para atender la repatriación de sus prisioneros.

11.5.2. Prisioneros de guerra rusos en manos de las potencias centrales:

La Iª guerra mundial; dejó 8 millones de prisioneros de guerra y 2 millones de civiles internados, de todos los bandos. De ellos, unos 5 millones eran de nacionalidad rusa. (Principalmente capturados ó rendidos a partir del año 1915). Y cuando Rusia se retira de la guerra, todavía quedaban en manos alemanas unos 2’5 millones de hombres (que es una cifra superior de prisioneros a la de Gran Bretaña, Francia y Alemania juntas. Solo seguida por los 2’2 millones de prisioneros del Imperio Austro – Húngaro, en manos aliadas).

Entre Agosto de 1914 y Diciembre de 1917; Rusia fue el segundo país del mundo que más prisioneros de guerra produjo durante el conflicto. Por lo que diferenciaremos la situación de sus prisioneros entre los diferentes cautiverios padecidos durante el conflicto:

a) Prisioneros de guerra rusos en Alemania:

Al finalizar el mes de Septiembre de 1914; Alemania había capturado a 94.000 prisioneros rusos. Antes del inicio del año 1915; las condiciones de vida de estos prisioneros se vuelven duras, por la falta de infraestructura para alojar a tantos prisioneros en tan poco tiempo, por lo que en general no dividen a los prisioneros rusos por etnia. Los primeros rusos tomados prisioneros deben dormir en tiendas de campaña y agujeros en el suelo, por lo que expuestos a la humedad y al frío, se producen las primeras epidemias de enfermedades pulmonares.

Las autoridades alemanas procedieron entonces a requisar escuelas, graneros y otras instalaciones cercanas a las principales ciudades. Lo que incrementó el peligro de epidemias por cólera y tifus.

En 1915; se estableció un mínimo de 2,5 m2 a disposición de cada prisionero, estableciendo una red organizada de campos para: soldados, oficiales, civiles internados y lazaretos u hospitales militares de prisioneros de guerra. En total 174 campos de prisioneros por todo el país germano. Junto con una serie de campos de tránsito, improvisados, antes de llegar a los campos definitivos.

También se crean, en los lugares donde el clima y el terreno es más abrupto y se incrementa la mortalidad; los llamados “campos de represalia”, donde los alemanes encierran a cantidades variables de prisioneros de guerra, para presionar a sus gobiernos para que mejoren las condiciones de detención de los prisioneros alemanes. Ó bien, a partir del año 1916; se levantan campos provisionales cerca de las líneas de frente, cada vez que prisioneros alemanes eran deportados a las colonias francesa y británicas.

Para vigilar los campos de prisioneros, el gobierno alemán recurrió generalmente a soldados de la reserva, padres de familia numerosa, por lo que los incidentes y abusos fueron muy poco frecuentes (en comparación con lo que pasaría en la IIª guerra mundial). Para administrar los campos, se recurrió a oficiales administrativos, no aptos para el combate por su edad. Lo que no evitó que se ganasen mala fama por la excesiva firmeza en su cometido. Como resultado, durante el llamado “Juicio de Liepzing” entre Mayo y Julio de 1921; 7 soldados y oficiales alemanes fueron acusados de maltratar a los prisioneros a su cargo. Siendo condenados a penas variables de entre 2 y 14 meses de prisión militar.

Al igual que en otros países, los casos de maltrato a prisioneros de guerra fueron ocasionales. Empezando a partir del año 1914; cuando los campos de tránsito colapsan por la afluencia elevada de soldados rusos, lo que obliga a miles de ellos a dormir a la intemperie, mientras que los alemanes construían nuevos campos.

Para alimentar a los prisioneros, los alemanes no hicieron planes. Por lo que todos acabaron pasando hambre. En los campos de prisioneros se asignó las mismas raciones que al personal militar, ósea: desayuno a las 6 ó 7,30 horas; almuerzo a las 11 horas y cena a las 18,30 horas. Pero las raciones eran muy inconsistentes: sopa de alubias y avena, ciruelas pasas y remolacha, y bacalao seco; completado con el llamado pan KK (que se obtenía de cocer harina obtenida a partir de las mondas de la patata, serrín y sangre de buey). Por lo que la desnutrición acabó por provocar problemas digestivos a todos los ex – prisioneros de guerra después de la guerra mundial.

Desde el 6 de Noviembre de 1914; Alemania está bloqueada, por lo que las raciones asignadas a los prisioneros de guerra se fueron reduciendo, hasta que a partir del año 1916, se asigna – semanalmente – a cada prisionero:

* Entre 600 y 1.000 gramos de patatas.

* Entre 200 y 300 gramos de vegetales.

* Unos 150 gramos de legumbres.

* 4 veces por semana ración de carne y 3 veces por semana de pescado (que en realidad son sobras podridas, bañadas en permanganato).

La higiene fue un problema durante toda la guerra. Pues solo se asignó un grifo de agua potable por campo de prisioneros. Empleando como letrinas zanjas cubiertas por tablas. Por lo que pronto estallaron brotes de tifus y cólera en los barracones, donde se hacinaban hasta 250 presos por barracón. Con lo que la mortalidad alcanzó niveles de hasta el 11% cada vez que se producía una epidemia, por lo que hubo que construir un cementerio al lado de cada campo. Además, en los campos alemanes (al igual que en los rusos y austrohúngaros), estos se volvieron insanos por las epidemias de tifus. Por lo que en algunos campos de prisioneros la mortalidad llegó a cotas de hasta el 29% entre rusos y rumanos internos en ellos.

Para tratar de detener estas epidemias y que no se contagie a la pobalación civil, se ordenó vacunar a todos los prisioneros contra el tifus, además de obligarlos a depilarse y a quemar sus ropas y mantas.

Los prisioneros rusos sufrieron el mayor número de bajas durante este conflicto: unos 70.000 fallecidos en manos alemanas.

Además de los brotes epidémicos, los rusos padecieron enfermedades psicológicas por el cautiverio: la “psicosis del alambre de espino”, epilepsia, manía persecutoria... por lo que los alemanes registraron que 453 prisioneros rusos se suicidaron durante su cautiverio en Alemania. Para paliar esto, el servicio de correos alemán autorizó hasta 2 cartas al mes por prisionero de guerra. De 6 páginas para los oficiales y de 4 para los soldados. Pero de forma arbitraria, muchos oficiales alemanes denegaban el derecho de forma regular. En general, la mayoría de las cartas trataban como tema la solicitud a sus familias de paquetes de la Cruz Roja, para complementar sus menguadas raciones. Pero mientras que ingleses y franceses recibían paquetes con abundantes viandas, los rusos siguieron pasando hambre durante su cautiverio.

Aparte y más concretamente; la Cruz Roja organizó un servicio de intercambio de paquetes (generalmente cargados con galletas) así como 16.500 intercambios de prisioneros de guerra, al tiempo que agentes de países neutrales (Suiza) realizan inspecciones a los campos, para elaborar informes sobre las condiciones de detención (haciendo hincapié en la necesidad de mejorar la alimentación de los presos. Pero tachando de falsedad la acusación que en los lazaretos / hospitales para prisioneros de guerra se practicaban amputaciones innecesarias). También elaboró, en Ginebra; la “Agencia de Prisioneros de guerra” donde se documentó la suerte de todos los prisioneros de guerra de la contienda. En forma de registro de más de 400.000 páginas (a razón de 29 campos a rellenar por cada prisionero, más fotografía), con más de 5 millones de entradas de prisioneros de guerra identificados y 2 millones de desaparecidos ó pendientes de identificar. A parte se formó un cuerpo de 524 intendentes para inspeccionar todos los campos de prisioneros de guerra en Europa, colonias de Francia, la India Británica y el Japón. Y de elaborar informes críticos sobre la higiene, la alimentación, las condiciones de trabajo y el contacto con sus familias.

Desde 1915; se envían a Suiza los primeros prisioneros de guerra para ser intercambiados por presos del mismo rango, por motivos de salud. Y a partir del año 1917; se estableció la obligatoriedad de liberar, mediante intervención de la Cruz Roja, a todos los prisioneros mayores de 48 años de edad.

A partir de Octubre de 1915; existe una biblioteca en cada campo de prisioneros, dotadas con libros proporcionados por la Cruz Roja. Con una media de 1.000 títulos en ruso y 2.500 en francés, por campo. Además los alemanes tratan de introducir propaganda hacia su causa en los campos, empleando las imprentas y periódicos que se editaban en los campos de prisioneros. También se levantaron, dentro de los campos; oratorios cristianos, hebreos y musulmanes.

Para mantener la disciplina dentro del campo se instituyó un régimen de normas y castigos por no cumplirlas a rajatabla. Así negar el saludo, insubordinación, la posesión de objetos prohibidos, las fugas pueden ser penados con:

a) Arresto leve: Hasta 9 semanas de encierro en el barracón.

b) Arresto medio: Hasta 3 semanas de encierro en una celda.

c) Arresto duro: Hasta 2 semanas de encierro en una celda sin luz.

En cualquiera de los casos, el arresto se complementa con sesiones de 2 horas al día, atados de pié a un poste ó un árbol, mirando la pared, sin comida ni bebida. Y, hasta el año 1916; el detenido además era izado sobre dos ladrillos que eran retirados una vez atado.

La insubordinación grave se pagaba con entre 1 y 3 años de encierro en una cárcel militar y el homicidio con 15 años de encierro.

Para prevenir el sabotaje, el espionaje, violencia sexual, asesinato... el detenido era llevado ante un tribunal militar, para recibir una sentencia de muerte ante pelotón de fusilamiento (si bien, durante toda la guerra; solo se fusiló a 4 prisioneros de guerra británicos, el 24 de Junio de 1918; por asesinar a un guardia).

La mayoría de las fugas se produjeron mientras los prisioneros servían en “comandos de trabajo” y su fracaso se pagaba con largos periodos de confinamiento en solitario.

Al igual que otras naciones en liza, los alemanes aprovechan la mano de obra prisionera en su favor. Y más de 75.000 prisioneros son explotados en la agricultura más 350.000 en la industria (fábricas de armas) y la minería, a pesar de adolecer falta de cualificación profesional. Con cuotas de producción a satisfacer, para obtener sus magras raciones, bajo la amenaza de 1 año de encarcelamiento si se negaban a trabajar ó el pelotón de fusilamiento si los alemanes entendían que un fallo en la producción era fruto del sabotaje. En general, los asignados a granjas en el campo, eran los mejor tratados. Frente a los peor tratados en la minería (donde debían trabajar en jornadas de 10 horas al día y atendidos por una guardia reducida. Por lo que muchos prisioneros se contagiaron de fiebre aftosa en el campo, por lo que con el tiempo muchos tratan de esquivar el trabajo).

Inicialmente y para despertar el odio hacia los aliados; los alemanes hacían desfilar por las calles de sus ciudades a los prisioneros, los cuales eran recibidos en las estaciones de ferrocarril con maniquíes colgados de los postes, con uniformes aliados. Pero a medida que transcurría la guerra la opinión pública de Alemania fue cambiando hacia los prisioneros de guerra, primero hacia la comprensión por lo difícil de su situación y luego hacia la simpatía, cuando trabajan codo a codo con ellos.

A pesar de lo estipulado en Brest – Litovsk; los prisioneros rusos no fueron liberados, sino explotados en favor del esfuerzo alemán de guerra. De tal forma que, para el 10 de Octubre de 1918; había 1.434.529 prisioneros rusos en Alemania, tras haber liberado – por motivos humanitarios a otros 576.000 –. En Diciembre de 1918; quedaban 1’2 millones de rusos prisioneros en manos alemanas, que los emplean como trabajadores forzados, a pesar de haber firmado el armisticio con Rusia en Diciembre de 1917; usando como pretexto para detener su repatriación la revolución y la guerra civil rusa.

Solamente, cuando la comisión aliada impuso, el 24 de Enero de 1919; la fecha límite para la repatriación de cualquier prisionero de guerra en manos alemanas, es cuando se inició la repatriación de los presos rusos. Pero para el 8 de Octubre de 1919; todavía restan 182.748 ex – prisioneros de guerra rusos en suelo alemán, a la espera de transporte. Abandonando el territorio de Alemania, los últimos, en 1922.

b) Prisioneros de guerra rusos en el Imperio Austro-Húngaro:

El ministerio austro-húngaro de la guerra fue el primero en sorprenderse, cuando estalló la guerra, en el verano de 1914. Cuando finalizó el estío de ese mismo año; debía hacer frente al reto de mantener a 200.000 prisioneros de guerra, sin una idea clara de como hacerlo.

Por ello, durante la duración del conflicto; se levantaron 50 campos de prisioneros de guerra (segregados entre campos para oficiales y de trabajo). Para hacer frente a la falta de medidas higiénico – sanitarias y al frío del invierno (miles de prisioneros de guerra serbios fallecen durante el invierno de 1914 a 1915). Se incrementaron las medidas de protección, al tiempo que se explota la mano de obra prisionera, sobre todo en la agricultura (donde miles de internos fueron explotados por los terratenientes locales).

La Cruz Roja y la Organización de Jóvenes Misioneros Cristianos de América, junto con los consulados de gobiernos neutrales intentaron paliar las malas condiciones, mediante acciones humanitarias, a partir del año 1915. Pero a partir del año 1916; la escasez de alimentos y suministros era más que notoria, lo que causará la muerte por enfermedad y desnutrición de miles de internos. Por ello, muchos oficiales del ejército austro-húngaro, encargados de custodiar los campos, apelaron a su gobierno, en defensa de la reputación y del honor de la monarquía dual. Pero la falta de suministros recortaba, cada vez más, las escasas raciones que recibían los soldados internos (aunque los oficiales prisioneros sí que recibían sus raciones completas, en cumplimiento de la convención de la Haya de 1907).

Para custodiar los campos, se recurrió a los batallones de la defensa territorial, articulados en compañías de guarnición (en total 22 batallones, cada uno con 2 compañías de guardia exterior y 1 de custodia, a repartir entre los 50 campos existentes).

El Imperio Austriaco retuvo a 830.000 prisioneros durante el conflicto y el Reino de Hungría a 220.000 (principalmente rusos, pero tambien de Rumanía, Italia, Serbia, Francia, Gran Bretaña y colonias, Montenegro...). Junto con unos 40.000 civiles internados. Todos ellos repartidos en destacamentos de trabajo (a razón de uno por granja).

b) Prisioneros de guerra rusos en el Imperio Otomano:

Frente a los 217.746 prisioneros de guerra del Imperio Otomano en manos aliadas (de todas las etnias y religiones existentes en el imperio de los sultanes turcos); 34.000 militares aliados (de los cuales 15.728 eran de nacionalidad rusa, de los cuales 6.512 fueron capturados en Rumania) languidecieron en campos de prisioneros de guerra otomanos. Se trataban de militares del Imperio Británico, franceses, rumanos y rusos, internados en campos anexos a las grandes ciudades de la Anatolia (para los cuales se improvisaron grandes casonas, escuelas y mezquitas fuera de uso). Mientras que los oficiales recibían, de manera oficial, trato de “huésped del sultán”. Los soldados sufrieron todo tipo de vejaciones durante su cautiverio: sufren graves tasas de mortalidad por falta de agua y alimentos,

pero también sufren la negligencia; los malos tratos y golpes a manos tanto de los centinelas turcos, como de los irregulares árabes y kurdos; las epidemias (beri-beri); marchas forzadas y el abandono de los prisioneros incapaces en las orillas de las carreteras y en las aldeas; las inclemencias meteorológicas y la presión psicológica a manos de sus captores.

11.6. Civiles internados y el uso de mano de obra forzada en el Teatro oriental de la I guerra mundial:

El concepto de trabajo forzado no fue una novedad de la IIª guerra mundial, en la anterior; las potencias centrales – que fueron las que más territorio extranjero sometieron a ocupación, excluyendo el uso de súbditos coloniales por parte de los aliados occidentales – las que más recurrieron a la deportación en masa de civiles para mantener su esfuerzo de guerra.

En ocasiones se reclutaba en masa mano de obra voluntaria. Aprovechándose de las dificultades económicas que padecían en sus lugares de origen.

En líneas generales este trabajo fue un completo fracaso, que llevaría a los alemanes a hacer uso de la brutalidad, en la siguiente guerra.

11.6.1. Civiles rusos deportados por las potencias centrales:

En Alemania, el desarrollo económico e industrial del imperio que venía acumulándose desde el año 1890; provocó una grabe escasez de mano de obra. Por lo que se recurrió a la figura de “trabajadores invitados” desde el extranjero, para trabajar en su agricultura e industria. De esta manera, agricultores y obreros polacos de Austria-Hungría y Rusia se instalaban a comienzos del año y regresaban a sus hogares al finalizar la cosecha. Por lo que hasta 1’2 millones de emigrantes permanecían en suelo alemán, a comienzos del verano de 1914. (Solo Estados Unidos superaba al Imperio Alemán en número de emigrantes llegados cada año, con la salvedad que los que marchaban a Alemania, lo hacían con la idea de regresar. Y los llegados a América lo hacían con intención de nacionalizarse). Y a pesar de la pobre opinión que tenían los alemanes sobre los obreros extranjeros en general y rusos en particular, más la existencia de la obligación de solicitar un visado a los temporeros polacos, en vigor a partir del año 1914. Su trabajo resultaba esencial para la economía germana.

Con el estallido de la guerra mundial, en el otoño de 1914; el Reino de Prusia prohibió la entrada de trabajadores extranjeros oriundos de las potencias aliadas, y pronto el resto de estados que formaban el Imperio Alemán hicieron lo mismo. Por lo que miles de peones de nacionalidad rusa quedaron atrapados dentro del Imperio Alemán, convirtiéndose – de facto – en trabajadores forzados.

Pronto Alemania comenzó a notar la falta de brazos para trabajar. Por lo que entre 1914 y 1918; los alemanes fueron los que más recurrieron al trabajo forzado en los territorios bajo su ocupación, pues en todas las poblaciones ocupadas, toman rehenes (en general los hombres mayores de 14 años), que además son empleados para la reconstrucción de infraestructuras militares. (Aunque a partir del año 1916; comienzan a ser intercambiados ó liberados). Seguidos por los otomanos, que reclutaron hasta 50.000 hombres armenios y griegos étnicos, cristianos sirios etc, agrupados en batallones de trabajo y empleados en la construcción de líneas de ferrocarril y otras infraestructuras militares.

Al empezar el verano de 1915; Alemania y Austria –Hungría ocupan Polonia, Lituania, Letonia, Bielorrusia, Bélgica y el norte de Francia, donde la administración civil es sustituida por una militar de ocupación.

En todos los territorios ocupados, al comienzo; intentaron reclutar mano de obra voluntaria, mediante el establecimiento de una red de oficinas de reclutamiento – tratando de aprovechar los altos índices de desempleo que se daban en Bélgica y la Polonia rusa, antes de 1914 –

Durante el conflicto mundial; Alemania aplic´0 una política coercitiva, camuflada como “trabajo voluntario”, entre la población de todos los territorios que va conquistando, (con todo, esta práctica no fue expresamente prohibida internacionalmente hasta el año 1930) de Bélgica, norte de Francia, Rusia, Polonia, el Báltico y Rumania. Que se va a generalizar a partir del año 1915. La idea era, para comienzos del año 1916; todos los hombres disponibles serían forzados a trabajar en la agricultura, al servicio del Imperio Alemán. Llegándose al caso de deportar a contingentes enteros de población de Besarabia, Montenegro, Serbia, Rumania y Rusia.

Hacia Marzo de 1916; a los 300.000 obreros extranjeros residentes en Alemania, se les habían unido otros 120.000 voluntarios, llegados de los territorios ocupados. Estos no podían cambiar de trabajo ó lugar de residencia sin el permiso de las autoridades militares. Por lo que pronto comenzaron a llegar cartas a sus aldeas quejándose del duro trabajo, lo pequeño que eran sus sueldos, el maltrato de los capataces germanos y el desprecio social generalizado que sufrían por parte de sus convecinos teutones. A pesar de lo cual; la economía germana reclamaba cada vez más mano de obra, en sustitución de los hombres que eran movilizados para la guerra.

En Rusia; los alemanes encontraron numerosos voluntarios. Pero en Bélgica; – donde la llegada de ayuda humanitaria de Estados Unidos paliaba, en parte, el cierre forzoso de empresas decretado por el gobierno alemán de ocupación – el número era ridículo.

A parte, en la línea de frente; los mandos militares reclutaban mano de obra para trabajos de ingeniería militar (como construir ó reparar trincheras,

búnkeres, ferrocarriles, carreteras ...) y explotar recursos agrícolas y forestales. Para lo cual procedían a obligar a la población civil a trabajar a las órdenes de su ejército, en un régimen de semiesclavitud y desprecio étnico (en ocasiones deben arar campos abandonados ó construir carreteras de sol a sol). En la Francia ocupada, a partir de 1916; mujeres y niños son obligados a cultivar los campos para abastecer al ejército alemán.

En los territorios ocupados; los obreros y campesinos que se niegan a trabajar son amenazados, despojados de alimentación y en ocasiones fusilados, bajo el cargo de sabotaje de la producción.

Cuando Hindemburg y Ludendorff se hicieron con el mando supremo del ejército imperial alemán y del resto de potencias centrales; también se hacen con el control de la “economía de guerra” – Ludendorff opinaba se ganaría si concentraban todas las fuerzas existentes en alcanzar la victoria, sin consideraciones humanitarias ó legales –, por lo que en el Otoño de 1916; se implementó el concepto de “guerra total” introduciendo el “servicio patriótico obligatorio”, por el que todo obrero que no esté reclutado por las fuerzas armadas, debe servir a la “economía de guerra”. Y la “Ley de servicios auxiliares”, que legaliza todas las requisas practicadas en los territorios ocupados.

Entre el 13 de Septiembre y el 3 de Octubre de 1916; los gobiernos de ocupación en Polonia y Bélgica implementan el trabajo forzado para todos los desempleados, que son incorporados a “Batallones de trabajadores”, en condiciones similares a la prisión civil bajo control militar (alojamiento en campamentos bajo guardia armada, junto a otros prisioneros de guerra).

En total, unos 62.000 prisioneros belgas y franceses formaran parte de estas unidades de trabajo (1.056 fallecen durante el servicio y otros 1.298 son devueltos a sus hogares, tras quedar inútiles para el trabajo).

En las comandancias alemanas de ocupación, se producen todo tipo de arbitrariedades, abusos y corruptelas varias (en ocasiones los forzados deben esperar destino durante horas ó días, encadenados y bajo guardia militar, a los convoyes de ferrocarriles que los transportaran – en vagones para el ganado –, sin ropa ni alimentos y con sus familias desamparadas).

Una vez alojados en “centros de distribución”, deben esperar destino hasta los “alojamientos para obreros industriales” (que son auténticos campos de concentración), donde el trato era – en ocasiones – brutal, carentes de equipamiento, insalubres y azotados por el hambre. (Por primera vez en la historia de Alemania; se segregan a los deportados de etnia judía del resto y la proporción de hebreos empleados en trabajos particularmente duros es considerablemente más alta). Esto se explicaba, porque muchos d elos administradores eran militares llegados de las colonias.

Los deportados eran explotados en la construcción de carreteras y ferrocarriles, faenas agrícolas, trabajos industriales... En la línea de frente; los forzados son empleados durante menos tiempo por el peligro de

sabotaje ó espionaje y las fugas. Pero a pesar de las altas tasas de mortalidad, los casos de maltrato, jornadas de 9 ó más horas al día, escasez de alimentos, comida, medicinas... la productividad fue siempre muy baja, por los elevados costos que suponía mantener a todo el personal de supervisión necesario.

Para Enero de 1917; era bastante claro que este trabajo forzoso era ineficiente y no cubría las necesidades ni expectativas (de hecho el sector privado alemán rechazaba contratar a 3 de cada 4 obreros forzados, por lo insatisfactorio de su trabajo). Y en los países neutrales, en especial Estados Unidos; las deportaciones de belgas y franceses eran duramente criticadas. Así como por los socialistas y católicos alemanes.

El 14 de Mayo de 1917; se suspendió la deportación de trabajadores forzados y se procedió a expulsar de Alemania a los últimos 25.000 obreros residentes extranjeros. Pero al menos 160.000 eslavos prosiguieron en Alemania, pues el propio gobierno ruso no protestaba por el trato dado a sus civiles deportados, ni estos llamaban la atención internacional. Únicamente, los representantes de las comunidades hebreas alemanas clamaban contra el mal trato dispensado a los deportados judíos dentro del Imperio Alemán.

En el verano de 1917; Ludendorff hizo una serie de vagas promesas de crear un estado polaco independiente (junto con nuevas repúblicas en el Báltico), lo que incrementó el número de voluntarios. Que sin embargo no permitió suprimir ó reducir el número de orientales sometidos a trabajos forzados, hasta el año 1918.

Tras concluir la guerra mundial; la mayoría de deportados rusos no pudieron regresar a sus lugares de origen, convirtiéndose en parte de la masa de emigrantes blancos que vagó por Europa.

Como resultado, hasta el año 1920; hubo causas abiertas en Bélgica y Alemania por la deportación de ciudadanos belgas. Pero ni en el Tratado de Versalles, ni en Francia, Polonia, Lituania... se llegó a discutir el caso en ningún tribunal.

En Alemania todo el mundo coincidía que el uso de mano de obra forzosa había sido un fracaso. La izquierda y los representantes de organizaciones hebreas lo consideraban inmoral. Pero la derecha militarista y los reaccionarios opinaban que la deportación fue demasiado suave. Pues opinaban que las etnias orientales debían ser tratadas de manera despiadada, según el concepto de “guerra total” sus tierras debían ser esquilmadas por completo. (Los nazis seguirían las lecciones impartidas por Ludendorff a pies juntillas, diferenciándose únicamente en la decisión de exterminar a los judíos y otras etnias).

11.6.2. Civiles de las potencias centrales internados en Rusia:

Para reducir el peligro del espionaje alemán en Rusia, entre 1914 y 1915; hasta 13.600 prusianos residentes en Rusia fueron deportados a Siberia. De los cuales solo 8.300 regresaron a sus hogares tras finalizar la contienda mundial.

Entendamos que el 17 de Agosto de 1914; el Ejército Imperial Ruso, ocupó 2/3 de la provincia de Prusia Oriental. Y hasta su expulsión por parte del ejército alemán dos oleadas (una de 300.000 y otra de 870.000, de un total de 2 millones de habitantes) de refugiados huyeron de sus hogares hasta el interior de Alemania.

Los rusos temían que los civiles que proseguían en la Prusia ocupada organizasen guerrillas, en coordinación con los ejércitos alemán y austro-húngaro. Por lo que procedieron a arrestar a todos los varones de entre 18 y 45 años de edad, antes de proceder a deportar a 200.000 de ellos a campos de prisioneros en Besarabia y Volyna. Esta medida se debía a que los mandos rusos sospechaban de una población civil que no usaba pasaportes internos, como los existentes en Rusia, y que se desplazaba en bicicleta.

Más adelante; el espionaje se convirtió en el nuevo chivo expiatorio de las derrotas rusas, junto con la acusación que los soldados alemanes de Prusia oriental, movilizados justo antes de la invasión rusa; la punta de lanza de los contraataques alemanes. Por lo que se inició una deportación a pequeña escala, que afectó a cualquier hombre sospechoso de tener lazos familiares con reclutas del ejército alemán. Trasportados a pié hasta las estaciones de ferrocarriles, eran deportados en vagones requisados en trayectos que duraban hasta una semana, hasta el interior de Rusia. Una vez llegados a las ciudades de destino, eran asistidos por funcionarios civiles rusos y ministros de la iglesia luterana, quienes siempre los trataron más como refugiados que como prisioneros de guerra.

Para asistir a los deportados, los comités y asociaciones civiles intentaron ayudar a algunos grupos, con medidas como cambiar sus pocos marcos por rublos y pagando los sellos postales para dar cuenta a su familiares de su destino.

Las embajadas de países neutrales (Estados Unidos, Suecia, Dinamarca...) canalizan fondos alemanes y austro-húngaros de ayuda a los deportados, incluyendo remesas voluntarias de ciudadanos rusos de etnia polaca y lituana, para asistir a deportados de sus respectivas etnias.

Los deportados carecían de dinero, alimentos, ropa. Además casi ninguno hablaba ruso ó portaban documentación y no existía plan de asistencia alguno. Por lo que el frío, la desnutrición, la carencia de medicamentos, etc. causó numerosas muertes. Algunos de los deportados fueron forzados a trabajar en minas ó construir ferrocarriles, custodiados por guardias armados, si bien reciben el mismo estipendio que los obreros rusos.

En Febrero de 1915; Alemania y Rusia pactaron la repatriación e intercambio de todos los deportados, salvo los varones sanos mayores de 17 y menores de 45 años de edad.

En Marzo de 1917; el gobierno provisional revocó todas las condenas extrajudiciales y otorgóla libertad de movimientos a todos los deportados. En Marzo de 1918, tras la paz de Brest – Litovsk; se procedió a repatriar a todos los prisioneros civiles, retornando a Alemania y Polonia los últimos entre los años 1919 y 1921.

La cuestión judía: Cerca de medio millón de ciudadanos rusos de etnia hebrea residían en las fronteras occidentales del Imperio Ruso en 1914. De ellos, 118.500 fueron deportados por orden de las autoridades, pues sospechaban de su lealtad al gobierno del zar, tras el inicio de la Iª guerra mundial. Para el año 1917; unos 600.000 judíos de todo el ex – imperio ruso han sido expulsados de sus hogares, por la violencia antisemita de la sociedad rusa.

11.7. La cuestión de los refugiados:

El refugiado es cualquier civil obligado por la guerra, la persecución, el hambre ó las catástrofes naturales a abandonar su hogar.

Por ello, los avances de los ejércitos alemán y austro –húngaro entre 1914 y 1915 en Polonia y entre 1916 y 1917 en Ucrania y el Báltico; unido a las políticas seguidas por los mandos rusos, van a crear una ola de millones de refugiados dentro de las fronteras del Imperio Ruso. Quienes además de tener que abandonar sus lugares, padecen la falta de planes de asistencia, teniendo que ser amparados por asociaciones privadas y organismos de carácter municipal.

En 1914; todos los territorios al Oeste de Petrogrado, Smolensko y el río Dniepper fueron puestos bajo autoridad militar. Las nuevas autoridades militares comenzaron entonces una política de acoso y hostigamiento a determinados grupos de civiles y etnias calificadas de “desleales al zar y al estado ruso”, por lo que comenzaron a cargarlos en trenes y enviarlos a ciudades del interior de Rusia (los grupos que más padecieron estas medidas fueron: los judíos, los gitanos, los polacos, los ucranianos y los súbditos rusos de ascendencia ó etnia alemana, de las regiones del Volga y Volonia).

En 1915; el gobierno del zar Nicolás II declaró “refugiado dentro del Imperio Ruso” a todos los ciudadanos que se han visto forzados a abandonar sus localidades, por la amenaza de ocupación enemiga ó que han sido forzados a evacuar sus hogares por orden de la autoridad civil ó militar, dentro de la zona de operaciones. En estas fechas, el Ejército Imperial Ruso decretó la política de “tierra quemada” (que implicaba la quema de las aldeas y el traslado de la población civil, ante el avance enemigo).

Generalmente, los primeros en huir eran los funcionarios civiles, tanto por temor al maltrato a manos de los alemanes, seguidos por la población de etnia rusa, que prefieren cobijarse bajo la protección del ejército ruso, a quedar desamparados en medio de población de otras etnias (generalmente oprimidas por el gobierno de los zares de Rusia).

Los refugiados no solo eran ciudadanos rusos; sino también nacionales de las potencias centrales que huyen hacia el interior de Rusia, escapando de sus propios ejércitos. Entendamos que en 1915; los austro-húngaros y los otomanos reconquistan los territorios perdidos a manos de Rusia, el año anterior. Lo que forzó a eslavos y armenios a escapar hacia Rusia.

Como resultado de todo ello; en Enero de 1917; el gobierno ruso debe cobijar a 4’9 millones de desplazados dentro de sus fronteras, número que para Diciembre de 1917; se convirtió en 6 millones (aproximadamente el 5% de la población del imperio). En algunas ciudades, como Samara, en Junio de 1916; el 30% de la población eran desplazados.

Respecto a las experiencias vividas por los refugiados sabemos, a través de relatos académicos y trabajos de organizaciones de socorro, de masas agotadas y hambrientas apiñadas en ciudades y aldeas. De vagabundos a lo largo de los caminos, vías de ferrocarril, riberas de los ríos etc. De epidemias de cólera, tifus, disentería etc.

La mayoría hubo de abandonar todas sus vidas y propiedades en sus hogares y tener que huir con lo puesto, cargados en trenes sellados para ganado, padeciendo hambre y sed, más temperaturas hostiles. Viajando de una ciudad a otra, hasta sus lugares de recepción. Donde fueron considerados sospechosos (en especial los judíos y los de ascendencia alemana). Como resultado, por ejemplo, hasta 1/5 de los armenios que escapaban de los otomanos, fallecieron durante el traslado. Si bien, y salvo algunos escasos incidentes, la sociedad rusa acogió a los desplazados con simpatía y hospitalidad.

Para su asistencia, el gobierno del zar delegó la responsabilidad en manos de una desbordada administración municipal, con la participación de comités letones, armenios, polacos, judíos y lituanos.

En Agosto de 1915; Nicolás II fundó el “Consejo especial de Refugiados” para gestionar los fondos destinados a la ayuda, registro, reubicación y retorno de los refugiados hasta sus hogares, cuando sus tierras fueren liberadas. Hasta ese momento; los ayuntamientos debían proporcionar ropa, alojamientos y letrinas en fábricas y monasterios abandonados.

Asociaciones de médicos, abogados, maestros y funcionarios públicos constituyeron organizaciones benéficas y levantaron escuelas y orfanatos para asistir a los huérfanos refugiados, entre otras actividades.

Tras el fin de la Iª guerra mundial y tras finalizar la ocupación alemana del oeste de Rusia; muchos refugiados retornan a lo que quedaba de sus hogares, en búsqueda de sus familias y tierras perdidas. Pero las sucesivas guerras (civil, con Polonia...); la hambruna de 1921 a 1922; etc. provocó nuevos movimientos de desplazados de población

La cuestión de los rusos blancos: A partir del año 1919 y hasta el año 1921; diferentes destacamentos armados el movimiento blanco (incluyendo a mencheviques, social-revolucionarios y cualquier otro oponente de los bolcheviques, que aunque se oponen a estos, tampoco apoyaban a los diferentes caudillos militares) van a cruzar las fronteras rusas, para escapar del Ejército Rojo. Con la idea en mente de reagruparse más tarde para lanzar un contraataque. Pronto se transformó en un desplazamiento de masas humanas, especialmente entre la evacuación de las Fuerzas Armadas del Sur de Rusia – completada en Febrero de 1920 – y la evacuación del ejército ruso de Wrangel – Noviembre de 1920 –. Concretamente, entre el 11 y el 14 de Noviembre de 1920; los barcos aliados embarcaron a 15.000 cosacos, 12.000 oficiales, 5.000 soldados, 10.000 cadetes. Así como a otros 7.000 oficiales heridos, 30.000 soldados heridos y a más de 60.000 civiles familiares de los anteriores. Para finales de 1920; había 60.000 militares y 130.000 civiles evacuados desde Crimea, acampados en Turquía, con una vaga idea de reagruparse. Pero los aliados optan por desarmar a estas tropas, conscientes de su estado de derrota, desmoralización e indisciplina generalizada. Y reasentarlas en París, Berlín, Harbín, Belgrado y Sofia. Todo el sector de la población rusa, que no aceptó el resultado de la revolución y de la guerra civil rusa, a comienzos de siglo XX, acabó integrando este movimiento de población exiliada: Los fieles al depuesto Nicolás II y al gobierno provisional, así como el resto de contrarrevolucionarios (movimiento blanco, ejército verde...) apoyados por los aliados, más su primera generación de descendientes. Que debió exiliarse a Europa, América y Asia, cuando los aliados cortaron la ayuda financiera a la oposición anti-bolchevique, y cuando su fuerza militar se derrumbó. Dejando a los exiliados y a sus tropas (desmoralizadas y carentes de disciplina militar) abandonados en la búsqueda de un lugar donde resguardarse, junto a sus familias. Originalmente, el régimen comunista de la U.R.S.S. acuñó el término “ruso blanco” para referirse, de forma más bien despectiva, a la emigración rusa de los años 1917 a 1923, hacia Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña (incluyendo tanto a la primera oleada de emigrantes, como a la primera generación de descendientes) de ciudadanos del fenecido Imperio Ruso, a

causa de la revolución y de la subsiguiente guerra civil. Debido al decreto del Comité Ejecutivo Central de todas las Rusias, y refrendado por el Consejo de comisarios del pueblo de 15 de Diciembre de 1921; los 2 ó 3 millones de ciudadanos ex – rusos, en dos oleadas: la primera – de entre 900.000 y 3 millones – que abandonan el país al finalizar la guerra civil y la segunda, que incluye a millones de perseguidos políticos y deportados, entre los años 20 y 30 del siglo XX, tras haber abandonado el país bolchevique son declarados apátridas y sin asistencia consular. Creándose una serie de bolsas de población rusa en Berlín, París, Shang-Hai y Harbin. La medida afectaba a quienes: * Llevasen más de 5 años viviendo en el extranjero sin permiso de las autoridades consulares soviéticas. * Hubiesen abandonado Rusia después del 7 de Noviembre de 1917; sin permiso gubernativo. * Los afectos a la causa blanca. * Los que no se hubiesen empadronados como ciudadanos de la República Federativa Soviética de Rusia. * Todos los ciudadanos rusos que se encuentren en el extranjero y no acaten las órdenes del ejecutivo bolchevique. En la conferencia de embajadores de 2 de Febrero de 1921; se estudiaron medidas para “...salvaguardar el estado ruso... sin reconocer a los bolcheviques...” así como “...proteger los fondos y propiedades rusas...”. Pero no se llegó a tratar el asunto de la emigración blanca. El 27 de Junio de 1921; la Sociedad de Naciones designó alto comisario para los refugiados al diplomático Fridojof Nansen, quien tras estudiar minuciosamente el problema, en 1922; comenzó a emitir los “pasaportes Nansen”, al precio de 5 francos franceses empleados en reasentar a los refugiados en situación más precaria. En 1925; la Organización Internacional del Trabajo calculaba que la suma de exiliados y familiares rusos alcanzaba el 1’1 millón de personas en Europa occidental, de los cuales 400.000 residían en Francia (dedicándose a diversos trabajos como taxistas en París, obreros en las factorías de Renault y Citröen, la siderurgia en el noreste de Francia...), otros 2 millones entre Polonia y el Báltico, 300.000 en Turquía, 76.000 en China y 40.000 entre Yugoslavia, Checoslovaquia, Bulgaria y Grecia. Otras fuentes calculaban el número de exiliados en aproximadamente 1,194 - 1,4 - 1,5 y hasta 5 millones de personas. Durante su exilio; estas comunidades tratan de mantener su identidad nacional y su fe ortodoxa, logrando de esta forma mantener vivo el recuerdo a los caídos. Las asociaciones de veteranos se transformaron en focos de recaudación de fondos para la asistencia social y comunitaria. Como una forma de dar salida al dolor personal y colectivo, además de servir de punto de encuentro cultural entre rusos

repartidos por diferentes países. Así como preservar los viejos valores y la cultura de la Rusia pre – revolucionaria. En 1926; la Sociedad de Naciones estimaba en más de 1 millón el número de refugiados rusos. El 30 de Junio de 1928; se discutió en la sede de la Sociedad de Naciones en Ginebra, la situación de los refugiados rusos y armenios, creándose sendas Comisarías de Refugiados, en las capitales de los principales países receptores, con la misión de prestar ayuda consular a los emigrados que carecen de este apoyo. El 28 de Octubre de 1930; la Sociedad de Naciones decretó la plena igualdad de derechos entre los naturales y los residentes rusos y armenios en los diferentes estados de acogida, miembros de la propia Sociedad de Naciones. Imponiendo la plena validez legal del pasaporte Nansen, la prohibición de deportar a cualquier refugiado (salvo delito grave juzgado en tribunal) y la equiparación en materia de derechos laborales, caritativos, seguridad social, educación e impuestos. Momento en que las diferentes comunidades de exiliados comenzaron a disolverse entre las sociedades de acogida. Desde el punto de vista sociológico, son gentes de todos los orígenes sociales y étnicos, así como de todas las tendencias políticas (incluyendo a cosacos, soldados, oficiales, empresarios, latifundistas, intelectuales, funcionarios y políticos). La gran mayoría de los huidos del sur de Rusia y Ucrania, escapan hacia Turquía, en vistas a asentarse en otros países eslavos: Yugoslavia, Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania. Aunque también hacia Persia, Francia, Finlandia y Alemania (de hecho París y Berlín contaron con prósperos barrios, habitados casi en exclusiva por colonias de rusos). Mientras que la mayoría de combatientes blancos de Siberia y Extremo Oriente se exiliaron en Shang-Hai y otros lugares de China, Asia central, Turquestán y Japón, junto con sus familiares, tras la derrota de Kolchak y la evacuación japonesa de Primorie – entre 1920 y 1921 – y el abandono de Siberia por parte de Estados Unidos y Japón. Con el inicio de la IIª guerra mundial; muchos ex – luchadores blancos se trasladaron hacia el Imperio Británico, Estados Unidos, Canadá, Israel, Brasil, México y Australia (incluso en Bélgica y Francia, algunos se integran en los diferentes movimientos de resistencia). Aunque no son pocos los que simpatizan con el Eje, llegando a colaborar unos pocos centenares de ellos con los alemanes, hasta que el maltrato que prestan los alemanes a los civiles rusos les ponen en su contra. Tras la IIª guerra mundial; la actividad blanca se centró en las comunidades de exiliados rusos en los Estados Unidos de América. Desde el punto de vista ideológico; el exilio ruso es variado, pero tienen en común el anticomunismo (con un porcentaje significativo de nostálgicos de

la autocracia, partidarios de restituir el imperio. Si bien predominaba la idea de decidir la cuestión en referéndum. Sin incluir a los que se declaraban apolíticos), la oposición a la política internacional de la URSS (al que califican de régimen internacionalista de ocupación anti-cristiano) y al sovietismo de los intelectuales fuera de Rusia. Manteniendo el sueño de un retorno a una Rusia libre. También existen profundan grietas entre los nacionalistas rusos, ucranianos y georgianos. A pesar de lo cual, en el exilio nunca llegaron a perder el sentido del humor, representado a través de las viñetas publicadas en la prensa interna; así las comunidades de exiliados en China, Yugoslavia y Argentina son monárquicos, frente a los republicanos, mayoritarios entre las comunidades en Checoslovaquia, Francia y Estados Unidos. La geografía militar europea muestra la presencia de soldados rusos en casi todos los teatros de la Gran guerra: occidental, oriental, los Balcanes, los campos de prisioneros de guerra de las potencias centrales, etc. Lo que deja numerosos espacios físicos para la memoria y la conmemoración de la Iª guerra mundial, que eran publicitados en la prensa editada dentro de las comunidades de exiliados rusos. Exiliados en Belgrado, Berlín, París, Harbín, Estambul, Shang-Hai, etc. van a crear una serie de redes militares y culturales, que van a durar más allá de la IIª contienda mundial y hasta la Guerra fría. Caracterizados principalmente por la existencia de una serie de espacios donde mantener vivo el pasado y, en cuanto es posible; celebrar diferentes formas de conmemoración, seguidos del levantamiento de monumentos, iglesias y capillas. Entre los años 20 y 30 del siglo XX; las diferentes comunidades de exiliados van a tratar de constituir diferentes ejecutivos en el exilio, de cara a una futura guerra de guerrillas contra el comunismo dentro de la Unión Soviética. La mayoría de las iniciativas no pasaron del papel. Pero algunos de los grupos creados llegaron a entablar combates contra las tropas de seguridad soviéticas. Siendo las más activas: * Unión Militar Rusa. * Hermandad de la Rusia Verdadera. * Alianza Nacional Rusa. * Solidaridad Rusa. En Mayo de 1920; Wrangel creó la “Asamblea de la Emigración” para organizar el reasentamiento de los refugiados rusos que estaban abandonados en campos de refugiados erguidos en torno a Constantinopla, la Isla del Príncipe en Bulgaria, algunas islas griegas... bajo la supervición militar británica y francesa. Con el tiempo; algunos líderes menores del exilio ruso simpatizan con el gobierno soviético (incluyendo a los que apoyan al Ejército Rojo durante la

intervención en Xinjiang, durante la rebelión islámica de 1937) y durante la IIª guerra mundial; algunos se unen a las corrientes “patriotas soviéticos”. Mientras que otros mantienen una postura radicalmente anticomunista (como la fundación del “Cuerpo de cadetes de Belgrado”, de cara a formar los oficiales de un futuro ejército blanco de liberación y de cara a una futura “campaña de primavera”), llegando a unirse al “Movimiento / Ejército Ruso de Liberación” en apoyo de la invasión nazi. Independientemente de su filiación política; los exiliados manifiestan el dolor, individual ó colectivo, por los caídos ante los monumentos que marcaban las fosas comunes. Y este dolor unía a todas las tendencias políticas (incluso a los elementos más izquierdistas) del colectivo de veteranos, y del resto de víctimas de las diferentes guerras del exilio ruso blanco. Durante la IIª guerra mundial; rusos blancos van a luchar en todos los teatros y en ambos bandos de la contienda. Hasta que al finalizar esta, solamente la “Alianza Nacional de Solidaridad Rusa” queda en pié como principal organización anti – comunista y anti – soviética del exilio ruso (centrada en preservar la lengua y la cultura rusa entre sus jóvenes. Con iniciativas como los Scouts – exiliados – Rusos), mientras que el resto de organizaciones ó se auto-disuelven ó se transforman en organizaciones juveniles. A falta de un estado benefactor, es la conexión social de exiliados rusos la que va a permitir a las comunidades blancas alcanzar sus objetivos principales: * Cohesión dentro de las comunidades de emigrados y exiliados. * Creación de una cultura conmemorativa de veteranos de guerra, en torno a fechas relevantes de los eventos más importantes de las guerras mundial y civil. * Presentar al mundo, a los bolcheviques como la “puñalada traidora” de los alemanes a Rusia. Con el tiempo serán los veteranos de guerra los que van a asumir el mando de estas comunidades en el exilio y, a través de los monumentos erguidos, manifiestan de forma física el nacionalismo ruso, el patriotismo y los viejos valores castrenses del deber y el honor. (Así, en los años 20 del siglo XX; el rey Zog I de Albania comenzará a apadrinar el envío de voluntarios rusos a cualquier guerra que implique combatir al comunismo, entre ellas la Guerra civil española). Desde sus orígenes, la emigración rusa está dividida tanto por sus corrientes ideológicas, como por sus orígenes étnicos. Por lo que no tardará mucho en caer presa del desánimo. En la primera mitad de 1921; las diferentes comunidades de exiliados se articulan en torno a sus líderes militares y más que restablecer la monarquía derrocada, buscan la preservación en el poder de estos mismos líderes.

Por ello, la esperanza de regresar pronto a una Rusia libre de comunismo queda truncada, por los enfrentamientos tanto entre facciones del movimiento blanco, como por las polémicas entre radicales anti – comunistas (en especial los líderes de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio), contra los partidarios de buscar un entendimiento con los bolcheviques. En Francia: Tanto en el país galo como en Polonia, la ley no permitía la presencia en su territorio de organizaciones armadas extranjeras y paramilitares. Por lo que las formaciones desarmadas se transformaron en comunidades de emigrantes, sin derechos políticos. Lo que motivó a Wrangel a tratar de desplazar a los rusos residentes ahí hacia otros países eslavos, con escaso éxito. Aprovechando la infraestructura francesa del culto a sus caídos, a partir de los años 20 del siglo XX; los exiliados rusos en el país galo (que es el mayor receptor de emigrados blancos y donde eran más tolerados que bienvenidos) realizar sus ceremonias formales en los monumentos locales. El estado francés controló las exhumaciones de los campos de batalla, para crear cementerios de guerra, separando por nacionalidades, en colaboración con los diferentes ayuntamientos, lo que permitió a los rusos acceder a sus fallecidos de forma fácil y directa. En 1929; se editó en París la revista “Centinela”, como órgano de comunicación de los militares exiliados. Siendo su primera recomendación crear pequeños museos con las insignias de los regimientos históricos de Rusia). En Yugoslavia y Checoslovaquia: A partir de la primavera del año 1921; los emigrantes buscan en los gobiernos de Bulgaria y Yugoslavia el apoyo que les permita proseguir la lucha armada (Wrangel crea la “Unión militar de todas las Rusias”, el 1 de Septiembre de 1924. Con el propósito en mente de crear un futuro Ejército Ruso Blanco, mediante la integración en el mismo de todas las formaciones militares, sociedades secretas y sindicatos anti-bolcheviques. Transformando a este ejército en una organización militar exiliada y de formación de los futuros cuadros militares de un estado ruso liberado. Pero la idea no cuajo y el movimiento acabó disperso e infiltrado por los agentes comunistas), a expensas de las arcas del movimiento blanco. También fue en la región de los Balcanes, donde se encaminó la emigración de cosacos rusos. En Diciembre de 1920; se fundó, a las afueras de Belgrado, la primera aldea para 200 cosacos refugiados, que poco tiempo después fracasó, pues para 1929 residían en la misma entre 70 y 80 personas en precarias condiciones económicas (más mugre que habitantes, en opinión de sus críticos). Y a finales de los años 20 del siglo XX; existían en suelo búlgaro 10 seches / aldeas dedicadas a la ayuda de los discapacitados refugiados y a tratar de mantener viva la memoria del

imperio ruso y las viejas costumbres, siendo la más grande de ella de 130 habitantes. Entendamos que la emigración de cosacos hacia Europa y los Balcanes, desde el Terek, el Don, el Kuban... estuvo coordinada por la “Unión de Cosacos”, fundada en Belgrado Entre los años 30 y 40 del siglo XX; casi todos los refugiados acabaron por retornar a la URSS. Los refugiados blancos, atraídos por la idea del paneslavismo, conmemoraron sus guerras en solidaridad con los veteranos checoslovacos y serbios. Así, durante a las peregrinaciones a los monumentos levantados sobre los antiguos campos de prisioneros de guerra rusos, en suelo checoslovaco, y con el apoyo de la población local, pueden realizar sus ceremonias conmemorativas. Representantes de Bulgaria y Francia se unieron a la consagración de las iglesias rusas de los cementerios de Olsan y Praga, mientras que en el cementerio de Novo Groble de Belgrado; se irguió un monumento a los solados rusos caídos en el teatro de los Balcanes de la Iª guerra mundial. En Alemania: a comienzos de los años 20 del siglo XX; llegaron muchos refugiados rusos, hasta 200.000 solo en Berlín, en 1921. Pero entre la deflacción de 1923, la depresión de 1929 y el ascenso de los nazis de 1933; obligó a la casi totalidad de rusos asilados en Alemania a partir a otras latitudes (menos de 30.000 en 1925), en especial Praga y París. Durante su estancia en tierras germánicas; los rusos fueron víctimas de intrigas intestinas y de la abierta hostilidad de los propios alemanes. Aunque se les permitió edificar monumentos a sus caídos. Por ejemplo, en Berlín existía un cementerio ruso y se permitió ciertas iniciativas de beneficencia para con los mutilados e inválidos de la guerra. En China: Antes de la revolución; residían en China unas 220.000 personas con pasaporte ruso. A comienzos de 1920; comienzan a legar los primeros contingentes de refugiados (concretamente 20.000 personas que están huyendo de Omsk). Pero no es hasta el año 1922; cuando los bolcheviques se hacen con el control efectivo delas fronteras, procediendo a su inmediata clausura. El 23 de Septiembre de 1920; el gobierno bolchevique abolió el estatuto de extraterritorialidad a los ciudadanos rusos residentes en China, lo que les dejó en situación precaria frente a las autoridades chinas. Pues transformaba a los, ahora 288.000 registrados en Noviembre de 1920; en emigrantes de paso hacia otros destinos sin definir. Por lo que a partir de 1921; retornaba a Rusia una media de 10.000 personas al año. Otros 5.500 cosacos de los Urales y de Semiriche se asentaban en el Xinjian. También, en 1920; se inauguró el Instituto Tecnológico de Harbín (que impartía las carreras de educación, medicina, comercio y derecho), el

Seminario Vladimir y la Universidad del Norte de Manchuria, para atender las necesidades de educación superior de la población rusa asentada en la región. Para 1923; entre Manchuria y China viven 400.000 rusos (de los cuales 100.000 tenían pasaporte soviético). La ruta que habían seguido estos emigrantes era, en la mayor parte de los casos: Primorie – Manchuria – Corea y China. En 1931; vivía en Harbín la mayor colonia de exiliados rusos del mundo. Por lo que fue aquí donde se celebró el 1º Congreso de fascistas rusos y donde se funda el Partido Fascista Ruso. Para colaborar con los ocupantes japoneses También, en Pekín, TienShin y ShangHai; existían enormes comunidades de expatriados europeos y norteamericanos. A partir del año 1924; empezaron a levantar monumentos a los caídos de su respectivas nacionalidades y celebrar el día del armisticio. Lo que permitió a los refugiados rusos honrar a sus propios caídos, entre los diferentes actos celebrados en el país asiático. El retorno: En Febrero de 1921; los primeros 3.300 exiliados blancos regresaron a Rusia, por la falta de expectativas laborales en el exilio. El 30 de Marzo de 1921; 5.869 emigrados regresaron desde Constantinopla hasta Bakú. Seguidamente – el 3 de Noviembre de 1921 – el Comité Ejecutivo Central instituyó un procedimiento para restituir la ciudadanía a los emigrados que no tuviesen causas penales abiertas contra ellos y se hubiesen exiliado en Polonia, Rumanía y los estados del Báltico. El 9 de Junio de 1924; esta forma de amnistía se hizo extensible a los refugiados en naciones de extremo oriente, Mongolia y China. Pero esta misma no era extensible a los oficiales, suboficiales y cadetes adeptos al movimiento blanco. Independientemente de estas iniciativas soviéticas, entre 1921 y 1931; retornan a la U.R.S.S. unos 181.432 refugiados en países ocidentales y 100.000 en China. Pues desde ese mismo año de 1921; la diplomacia soviética fomenta el retorno de los emigrados. El 14 de Junio de 1946; el gobierno soviético concedió la amnistía y la devolución de la ciudadanía soviética a todos los rusos asentados en Francia y otros países occidentales, lo que provocó el retorno de 11.000 refugiados. Esta medida, se hizo extensible, el 20 de Junio de 1946; a los refugiados residentes en China. Momento en que el gobierno de ese país aprovechó para deportar a todos los rusos residentes en el país asiático. En general; los exiliados blancos van a celebrar en el exilio, el culto a los fallecidos de guerra que no se podía realizar en la URSS. Los bolcheviques solamente tuvieron en cuenta a los individuos revolucionarios, quienes iban a inspirar un futuro estado socialista mundial. Mientras que en el exilio los exiliados reverencian a los muertos como forma de construcción de una solidaridad social y expresión política de sus

respectivas comunidades. Por ello, solamente hasta la ascensión de Putin al poder; es cuando Rusia a comenzado a conmemorar a sus caídos de la Gran guerra y la guerra civil.

12. LAS ÓRDENES MEDALLAS Y CONDECORACIONES DEL IMPERIO RUSO, EL GOBIERNO PROVISIONAL Y LA REPÚBLICA FEDERATICA SOVIÉTICA DE RUSIA.

12.1. Durante el Imperio Ruso:

En total, los zares de Rusia gestionaban hasta casi 2.000 condecoraciones y distinciones diferentes (entre civiles, cívico–militares, religiosas y militares), la mayoría de las cuales habían dejado de concederse, aunque legalmente estaban en vigor por falta de derogación legislativa.

A comienzos de siglo XX; el gobierno Ruso empezó a codificar el sistema de recompensas militares, pues hasta entonces prácticamente solo se concedían a nobles, clérigos, burócratas y burgueses acomodados. Que además excluía de forma expresa a la pequeña burguesía y al campesinado sometido a la servidumbre. Siendo las primeras medidas en tomarse la reforma de las principales órdenes del Imperio Ruso.

12.1.1. La espada / sable / daga de oro al valor:

Esta fue la máxima distinción del Imperio Ruso al valor, instituida por el zar Pedro I “El grande”, el 17 de Julio de 1720. Reordenada en 1807; entre 1913 y 1917 recibió el nombre de “Espada de San Jorge”, antes de ser abolida en 1917. Se trataba de la señal de distinción al mérito y al valor personal, de los oficiales galardonados con ella.

Como indicamos en su momento; existía una vieja tradición eslava, mantenida durante siglos; por la que se recompensaba a los oficiales adornando sus armas con incrustaciones en metal ó piedras preciosas. Si bien no se reglamentó hasta 1788. Con anterioridad se entregaban medallones de oro incrustados con piedras preciosas y diamantes.

Esta tradición recuperada, databa del siglo XVII y Pedro el Grande estableció dos categorías:

* Con diamantes, solo para generales y almirantes. A un precio de 10.787 rublos.

* Sin diamantes, para el resto de agraciados. A un precio de 2.000 rublos.

(En ambos casos con la leyenda “Al valor” ó “Al mérito”)

Decretando que las espadas, sables ó dagas de los militares que se hubiesen distinguido por un acto de valor inaudito y personal, ó que hubiesen mostrado una especial dedicación en la tarea que el gobierno ó el propio zar le hubiese encomendado, debían ser devueltas a las armerías para serles devueltas con la hoja en oro (que debido al coste pocas veces se aplicó, limitándose a añadir inscripciones honoríficas). Mientras que los generales agraciados, además se les añadían incrustaciones de diamantes en el pomo y en la vaina. Siendo la primera concedida el 27 de Junio de 1720.

En 1788; se ordenó que la espada además de llevar grabada la leyenda, se le incluyera un pequeño resumen del motivo por el que fue concedida. Y en 1790: se asignó a cada agraciado una pensión e por vida de 560 rublos (el precio de 2 buenos caballos de la época).

Más adelante se optó por sustituir la empuñadura de metal del arma por una realizada en oro, sustituyendo los diamantes por cuentas de cristal. En 1797, se ordenó añadir a las empuñaduras de las diferentes espadas y puñales, los colores de la “Orden de Santa Ana”, cuando el portador hubiese sido agraciado con dicha condecoración. A lo que se añadió en 1829 la inscripción en la hoja de la leyenda “Por su valor”.

Durante todo el siglo XVIII; se concedieron 300 espadas de oro, de las cuales 80 incluían diamantes. Mientras que durante el reinado de Pablo I; no se concedió ninguna. Pues había creado la orden de Santa Ana, en 4 categorías.

En 1805; Alejandro I volvió a reinstaurar la concesión de esta recompensa. Y por decreto de 28 de Septiembre de 1807; ordena que los agraciados además, luzcan en sus uniformes la insignia de concesión de esta distinción, junto con la concesión de la orden de San Jorge, por méritos y valor en el combate.

A partir de este momento existen las categorías:

* Arma de oro al valor con diamantes.

* Arma de oro al valor.

* Arma de Santa Ana (compatible con la orden de San Jorge de 3ª ó 4ª clase).

De esta forma, en la campaña de 1812; se conceden 241 espadas y dagas de oro. Y en la de 1813 a 1814; 685 armas.

En 1849, se estableció que el “Arma de oro” concedida, se limitase a modificar las espadas de los agraciados, sustituyendo la empuñadura original por una realizada en cobre, bronce u oro, según el mérito recompensado. Más una leyenda (generalmente del tipo: “Por su valentía” ó “Participo en la campaña de...”). Además, a los generales y almirantes, se les debía incrustar diamantes en la vaina y en la empuñadura y grabar la leyenda en letras de oro.

El 19 de Marzo de 1855; se decretó la obligación de portar la cinta de la orden de San Jorge, al agraciado con la espada ó daga de oro. Momento en que el arma quedó incorporada – con su propio estatuto – a la orden de San Jorge.

En 1859; se sancionó la concesión del arma de oro a cualquier miembro de las fuerzas armadas del Imperio Ruso (con la salvedad que los agraciados con graduación inferior a la de capitán, ó alférez en algunas cuerpos del

ejército, debían haber ganado previamente la orden de Santa Ana ó de San Jorge de 4ª Clase).

Por decreto de 1 de Septiembre de 1869; todos los oficiales agraciados con la espada ó daga de oro, adquirían la condición de “Caballeros de San Jorge” (lo que benefició a 162 generales y 3.384 oficiales). Si bien el arma mantenía su propio estatuto independiente.

En 1878; se reguló que solo los generales ó almirantes podían adornar sus armas con diamantes, además de la cinta de San Jorge.

Durante la guerra de 1877 a 1878; se conceden 500 espadas y dagas de oro. Siendo obligatorio que los generales y almirantes que hubiesen ganada la espada de oro con diamantes, el costearse de su bolsillo los diamantes.

En no pocas ocasiones, los agraciados optaban por recibir solo el dinero que costaba la nueva arma. Por lo que entre 1877 y 1881; 677 premiados con este arma renunciaron a cambio de recibir el premio en metálico, a petición de los propios interesados. (En ese caso, solo la empuñadura de sus espadas ó dagas recibía un recubrimiento dorado, valorado e 4 rublos y 50 Kopeks).

A comienzos de siglo XX; se ordenó abolir los diamantes, aunque a los oficiales se les autorizó sustituir – de su propio bolsillo – la empuñadura de oro por otra de su propia elección. Reglamentándose añadir a la empuñadura una sola inscripción: “Al coraje”.

Durante la guerra Ruso – Japonesa se concedieron 406 armas de oro. Por motivos presupuestarios, esta costumbre desapareció en 1913; pues se ordeno fusionar esta condecoración con la “Orden de San Jorge” y se pasó a llamar “Espada de San Jorge” transformándose en el máximo grado de esta orden, el cual solo se podía conceder a generales, almirantes, altos funcionarios del estado y rangos equivalentes. Que hubiesen realizado: “Hazañas militares que requirieron un desinterés incuestionable... y que de ninguna manera equivalga a una recompensa por combatir ó tomar parte en un combate, donde no hubiesen cometido un hazaña incuestionable”.

Ahora las “Armas de San Jorge”, además de concederse a cualquier rango del ejército ó de la armada imperial rusa, irían forradas su empuñadura y vaina con plata más laureles, anillos y otros motivos en dorado, así como la leyenda “Al valor”. La cual acabaría por desaparecer, llevando en su lugar soldada en oro y esmalte blanco, la medalla en de la cruz de San Jorge de 17 x 17 mm. más el nombre del titular del arma. Permitiendo a generales y almirantes, añadirle diamantes a la cruz, que está fabricada en oro, sustituyendo la leyenda “Al valor” por el hecho de armas que origina la concesión. También desaparece la posibilidad de recibir el equivalente en dinero, en lugar del arma.

En 1913; se decretó la creación de la “pistola de oro” dentro de la orden, con la posibilidad de incrustarle diamantes y una cruz esmaltada. Pero el proyecto fue finalmente abandonado.

Antes de la Iª guerra mundial; solo se concedieron 12 espadas. Y, al estallar la Iª Guerra Mundial; se volvió a labrar en letras de oro, los diferentes actos de valor de su portador. Otorgándose en 1914; 66 armas labradas más los colores de la Orden de San Jorge. Que en 1915; fueron 2.377 espadas. En 1916; fueron 1.992 y en 1917; todavía se concedieron 1.257 armas. Lo cual es reseñable, pues para lograr el arma había que haber sido agraciado, anteriormente, con al menos la Orden de Santa Ana de 4ª clase, siendo potestad exclusiva del gabinete de S.M.I. el Zar de todas las Rusias, la concesión de esta distinción.

12.1.2. Órdenes dinásticas:

Se trataban de distinciones honoríficas que concedía la familia Romanov a sus más fieles colaboradores y a todos aquellos que el consejo de familia imperial consideraba valiosos a la hora de garantizar el trono de Rusia a sus descendientes. Por lo que su naturaleza política solía sustraer los méritos militares ó civiles que se premiaban.

En Rusia fueron introducidas a partir del año 1698 y prolongaron su existencia hasta el año 1917. Durante el reinado de Pedro I “El grande”; se crea la primera orden, seguido de un sistema de regulación de premios mediante edictos imperiales ad – hoc, que básicamente solo reconocen los méritos de la alta aristocracia (que es la que ocupa los empleos de general ó almirante), determinados a discreción por el propio zar. Más adelante fundará otras dos órdenes dinásticas más, que poco ó nada difieren entre sí.

A lo largo del siglo XVIII; se van a ir introduciendo las insignias en forma de estrella, a coser en los uniformes, mediante inserciones de tela bordada, cuero e hilo grueso plateado ó dorado.

Durante el reinado de Catalina II; se instituyeron 2 nuevas órdenes dinásticas, de a 4 clases cada una, para premiar los méritos del resto de la nobleza rusa. Siendo su distintivo las diferentes cintas anchas de hombro que los portadores prendían en sus ropas de gala.

No fue hasta el reinado del zar Pablo I, el 5 de Abril de 1797; cuando se redacta el primer código legal que ordena las concesiones y jerarquías de las diferentes órdenes y sus clases. Haciendo que algunas de las órdenes existentes se hicieron extensibles a soldados y marineros, y estableciendo la condición de “caballeros rusos” a todos los portadores de órdenes. Así como entregar al zar el cargo de Gran maestre de todas las órdenes del Imperio Ruso.

Decretándose que: “...ni la alta cuna, ni las heridas ante el enemigo determinarán el derecho a la concesión de una orden. Si no que esta será otorgada a quienes en cumplimiento de su juramento, hacen honor del deber y se distinguieron en actos de especial valor... así como en la sabiduría de sus consejos para servicio de nuestras armas...”. Aparte, el

zar Pablo I decretó – en 1798 – que la “Orden de los Caballeros Rusos”, en adelante “Capítulo general de órdenes”; tuviese la exclusiva para fabricar las medallas, órdenes y espadas de premio. Así como redactar los certificados legales de concesión.

Dentro del capítulo, una asamblea de caballeros veteranos y prestigiosos, aconsejaba que orden conceder, según la naturaleza que se premiara. En 1821; el Capítulo general de órdenes contrató al orfebre de San Petersburgo, Emmanuel Pannash, el suministro de insignias en metal noble. En 1839; el contrato fue adjudicado a Samuel Keibel, hasta 1873; en que un consorcio de joyeros y orfebres de San petersburgo se adjudicó la fabricación en metal noble, hasta el año 1916; en que se les ordenó entregarlas en Bronce.

Hasta 1826; los titulares de cualquier orden recibían títulos hereditarios de nobleza. Pero a partir de esa fecha y hasta que se reglamenta de manera definitiva en 1845, los nombramientos quedan en el aire a discreción del zar. Además, en 1831; las ordenes polacas (San Estalisnao y del Águila Blanca) fueron adheridas a la corona imperial rusa, tomando – en 1832 – el Capítulo general de ordenes el control sobre la concesión de las mismas. Desde el año 1842; la cancillería del Capítulo general de órdenes, recibió la dignidad de ministro del gobierno, al tiempo que se le concedió un abultado presupuesto para premiar de diferentes formas a los receptores de órdenes.

En ese mismo año de 1845; se legisla que solo los nombrados caballeros de la orden de San Vladimir y San Jorge, pueden obtener títulos hereditarios de nobleza.

A partir del siglo XX; aparecen las insignias en forma de estrella de metal, en plata u oro, que reemplazan a las insignias y estrellas bordadas, así como los diamantes (que en general son inserciones de cristal roca). Además, y por decreto de 28 de Mayo de 1900; solo os caballeros de la orden de San Vladimir reciben títulos hereditarios de nobleza.

En todo caso, los galardonados con alguna de las órdenes dinásticas, que a su vez recibían títulos hereditarios de nobleza, deben – salvo que su situación económica no lo permitiese – contribuir a un fondo particular del estado para socorrer a los caballeros galardonados en situación de necesidad.

Para la concesión de una orden, se empezaba siempre por el grado más bajo (la 3ª ó 4ª clase) y por méritos sucesivos, se ascendía de grado, dentro de la misma orden, sin posibilidad de repetir grado dentro de la misma orden. Desapareciendo del uniforme la insignia del grado anterior (salvo que esta hubiese sido lograda por un hecho de naturaleza militar y en las órdenes de San Jorge y San Vladimir).

Aquellos que hubiesen logrado su inclusión en una orden por haber perpetrado hazañas militares, debían marcar la cinta ó el lazo de su orden con una insignia que incluía espadas cruzadas.

Tras la revolución de Octubre; todas las órdenes y medallas del Imperio Ruso quedaron formalmente suspendidas, por decreto del Comisario del pueblo Kalinin, de 22 de Enero de 198; quien además disolvió el Consejo general de órdenes. Por lo que solo existieron aquellas órdenes que concedían, en el exilio, los diferentes pretendientes al trono de Rusia.

IMPERIAL y MILITAR ORDEN DE SAN JORGE MÁRTIR Y VICTORIOSO => Fue la máxima distinción honorífica que premiaba de manera exclusiva los méritos militares de sus portadores, ya fuesen oficiales, soldados y colectividades.

Creada por decreto de Catalina II, el 7 de Diciembre de 1769, en conmemoración del santo patrón de Rusia San Jorge, inicialmente solo para distinguir a los oficiales con méritos en campaña y otros servicios en el seno de las fuerzas armadas. Su existencia se prolongó hasta su abolición por decreto de Lenin de 1918. Por lo que solo el movimiento blanco siguió concediéndola desde 1918, hasta 1921, y solamente las de 3ª y 4ª clase.

Su historia arranca al finalizar la guerra ruso – turca de 1768 a 1774; cuando el ministerio de la guerra advirtió a la corta que Rusia no contaba con una condecoración que premiase los méritos militares en exclusiva. Por lo que Catalina redacta un pliego al capítulo general de órdenes, donde exigía crear un premio para : “... los fieles hijos de la patria, que hubiesen destacado por su celo y valor en el combate...”. Pero nunca llegó a elaborar la normativa legal de la misma. Limitándose a buscar una distinción tanto al mérito como a la antigüedad. La concesión de órdenes de 1ª y 2ª clase sería a discreción de la zarina, pero a cambio no limitó el número de órdenes otorgables.

Una vez creada la orden, se decreta que solo puede concederse a general ó almirantes con más de 25 años de servicio y oficiales con más de 18 campañas. (Mientras que la tropa y marinería debió de esperar hasta el año 1807; cuando se crea la Cruz de san Jorge, en plata).

En 1833; se redactaron los estatutos de la orden. Y en 1844; se ordenó revisar estos, sustituyendo la efigie del santo, por el águila bicéfala del estado ruso, a la hora de condecorar a no – cristianos.

En 1845; solo loa agraciados con las órdenes de San Jorge ó san Vladimir, pueden optar a recibir títulos hereditarios de nobleza.

Entre 1849 y 1855; los nombres de los caballeros de San Jorge son grabados en placas de mármol y colgadas en el salón de San Jorge del Kremlin de Moscú. También, en 1855; se estipuló que los agraciados con esta orden en su 4ª categoría, debían añadir a sus cintas los símbolos de: “25 años de servicio”, “18 campañas”, “20 años de servicio”. Hasta que se

decidió premiar este mérito con la orden de San Vladimir, en lugar de la de San Jorge.

En 1856; se decretó que la orden solo podía lucirse en el uniforme de diario, mientras que el de gala debía añadirse una capa de terciopelo naranja, con borde negro y bordados de oro en los flecos.

En 1856 y hasta 1917; se ordenó variar el estatuto de la orden, para añadir a su concesión, el mérito de la hazaña que generaba esta gracia.

A partir del 29 de Junio de 1917; se abolieron las 4 distinciones de clases de la orden, pasando a ser una medalla militar.

Existieron hasta 4 grados de la misma, y se concedieron 10.000 órdenes de 4ª clase; 2.000 de 3ª; 125 de 2ª y 23 de 1ª. Si bien en su historia, solo dos hombres lograron sumar las 4 clases de la orden. Añadiéndose posteriormente el arma de oro, que incorporará los colores de esta orden en su nudo. Concretamente, la orden incluía una cruz blanca, con la imagen de San Jorge, una estrella con la leyenda: “Al servicio y al valor”, y una cinta con los colores naranja y negro. Distinguiéndose las categorías de la manera siguiente:

* 1ª Clase: Estrella en pecho izquierdo, cinta de hombro acabada en cruz y pensión anual de 700 rublos.

* 2ª Clase: Estrella en pecho izquierdo, una cruz en el cuello y pensión anual de 400 rublos.

* 3ª Clase: Una cruz en el cuello y pensión anual de 200 rublos.

* 4ª Clase: Pequeña cruz en el ojal y pensión anual de 100 rublos. ( Y cuando fuese obtenida por méritos en el combate, debía añadir dos espadas cruzadas).

El número de pensiones otorgables, se limitó a 6 de 1ª clase, 12 de 2ª, 50 de 3ª y 100 de 4ª. Que en 1893 fueron aumentadas a 12 de 1ª (con un aumento de pensión de 1.000 rublos), 15 de 2ª, 50 de 3ª y 325 de 4ª (cuya pensión aumentó a 150 rublos).

Esta orden se concedía a los oficiales que hubiesen conducido operaciones militares en defensa de la patria, ante un ataque enemigo, con resultado de una derrota de este. Ó por librar un combate en aras de pacificar un territorio. Ó por ser un modelo de ciencia militar a seguir. Hasta que por decreto de 24 de Junio de 1917; por decisión del gobierno provisional, se autorizó condecorar a soldados ó marineros con la 4ª clase de la orden (añadiendo a la cinta de la orden un laurel en plata), si se habían distinguido en el campo de batalla, asumiendo el empleo de un oficial, por lo que además eran ascendidos de manera automática al rango de teniente.

Durante la guerra civil y a falta de un mando unificado, cada caudillo blanco usaba de su propio criterio para conceder esta orden. Así Kolchak en Diciembre de 1918; aprobó la distinción de 124 oficiales, de los cuales 26 además recibieron la espada de San Jorge. Semenov la otorgó en 15

ocasiones, Muller en 35, Yudenich – desde Junio de 1919 – en 2, y Wrangel la concedió solo una vez – el 9 de Marzo de 1921 –.

CRUZ DE SAN JORGE ó Condecoración militar de la Orden de San Jorge, fue una medalla existente entre 1807 y 1913, surgida del decreto del zar Alejandro I de 1807, para premiar los “actos de valor inauditos y excepcionales” cometidos por soldados, marineros, suboficiales y resto de rangos inferiores, en batalla y contra un enemigo extranjero. Obligando a los galardonados debían lucir la misma cinta que la Orden de San Jorge. Previamente, el 6 de Enero de 1807; el zar Alejandro I había propuesto crear el “...5º grado de la orden de San Jorge, para rangos inferiores...”.proponiendo un diseño de cruz en plata y con la cinta de San Jorge en el ojal. En Febrero de 1807; se firma el decreto definitivo, junto con el estatuto de la cruz (que va a permanecer inalterado hasta el año 1855). En esta época; la cruz no tenía clases, ni restricciones. Además, los agraciados se les aumentaba el sueldo entre un 33 y un 100% y quedaban exentos de castigos corporales. Pudiéndoseles retirar la cruz tras un consejo de guerra, siendo el zar el único quien podía revocar esta sentencia. Entre 1812 y 1819; se concedieron 32.580 cruces, de las cuales 16.833 fueron durante la invasión napoleónica de Rusia, concedidas a rusos. Otras 1.921 a prusianos, 200 a suecos, 170 a austriacos, 70 a alemanes y 15 a británicos. Otras 46.527 cruces fueron otorgadas entre 1819 y 1825. Por lo que se modificó el reglamento, para endurecer la concesión y para 1.839; solo se habían concedido otras 4.264. A partir del 19 de Agosto de 1844; el zar Nicolás I decreta que el galardón se haga extensible a soldados de cualquier confesión, sustituyendo la insignia del santo por el escudo del estado (motivo por la que recibió el mote de “el pájaro”), en aquellos galardonados que no fueren cristianos, concediéndose hasta esa fecha otras 1.368 cruces. El 19 de Agosto de 1856; la cruz se articulo en 4 clases (en plata las cruces de 4ª y 3ª. Y en oro las de 2ª y 1ª), y se decretó que el soldado agraciado con las 4 clases le fuere concedido el título de “Caballero de San Jorge”. Momento en que se conceden otras 57.706 cruces. Ahora los agraciados con la orden de 4ª clase, recibían un incremento de su sueldo de un 33% y otro 33% por cada grado de más que fueren alcanzando. Estos incrementos tenían un carácter vitalicio, que eran extensibles a las viudas, en caso de ser concedidas a título póstumo. También era requisito para ingresar en unidades de la guardia, el haber sido condecorado con esta cruz, salvo que el agraciado fuese miembro de una milicia ó ex – prisionero de guerra.

Durante las diversas campañas y guerras que libra Rusia, entre 1856 y 1913; se conceden 1.000 cruces de 1ª clase; 7.000 de 2ª; 25.000 de 3ª y 205.000 de 4ª. En 1913; con el nuevo estatuto, se oficializó el nombre de “Cruz de San Jorge”, se iguala la forma de las cruces y se autoriza tanto la concesión a título póstumo, como la entrega a unidades ó colectivas. A partir de 1914; las mujeres también pueden ser condecoradas con esta cruz. En 1913; se fijan los incrementos de salario vitalicios a los agraciados en 36 rublos mensuales, cuando la cruz fuere de 4ª, 60 cuando es de 3ª, 96 cuando fuere de 2ª y 120 cuando fuere de 1ª (tengamos en cuenta, que el salario de un obrero industrial de la época rondaba los 200 rublos mensuales). El agraciado con la cruz de 2ª clase, recibía el título de caballero al pasar a la reserva. Mientras que el de 1ª clase era ascendido a subteniente y agraciado con un título de caballero. Entre 1914 y 1917 se concedieron: 33.000 cruces de 1ª clase; 65.000 de 2ª; 289.000 de 3ª y 1.200.000 de 4ª clase. En esta época se hace mención a la cruz como “orden de San Jorge de 5ª clase”. En 1915; se redujo la ley del metal conque estaban hechas las cruces (las de oro son 60% oro, 39’5% plata y 0’5% cobre. Mientras que las de plata son al 99%). Hasta que en 1916; se sustituyó el oro y la plata de ley de las medallas por aleaciones dorada y blanco. El 24 de Junio de 1917; el gobierno provisional extendió esta medalla a los oficiales que hubiesen incurridos en actos de valor extraordinarios, a título personal, y a los soldados que hubiesen participado de forma activa en motines pro – revolucionarios. También se hizo posible concesión a miembros de soviets militares. Añadiendo ramas de laurel metálicas a la insignia de la cruz. Finalmente, tras la revolución de Octubre de 1917; la cruz fue abolida – el 16 de Diciembre de 1917 – y no fue reemplazada hasta 1943, cuando la URSS instituyó la “Orden de la Gloria”. Durante la guerra civil; solo el movimiento blanco mantuvo en vigor la concesión de esta medalla para tropas regulares, cosacos, voluntarios, cadetes, suboficiales, voluntarios y hermanas de la caridad, en algunos ejércitos se condecoraba también a oficiales y en otros no. Y para el 11 de mayo de 1918; en las Fuerzas Armadas del Sur de Rusia se habían concedido 20.000 cruces de 4ª clase, 9.080 de 3ª, 470 de 2ª y 1 de 1ª. Mientras que el Ejército blando del Norte se habían concedido 2.270 de 4ª clase, 422 de 3ª, 106 de 2ª y 17 de 1ª.

MEDALLA DE SAN JORGE: Fue creada el 10 de Agosto de 1913;

para reemplazar a la “medalla al valor de 1878”, para premiar el valor

de los soldados y suboficiales en tiempo de paz.

A diferencia de la cruz de San Jorge, esta medalla también podía ser

otorgada a tropas regulares, irregulares, guardafronteras y civiles que

hubiesen combatido a un enemigo exterior (como médicos ó enfermeras). La medalla tenía 4 clases (las dos primeras en oro y la 3ª y 4ª en plata) y la cinta de San Jorge. Los agraciados también recibían un premio de 12 rublos mensuales de por vida, para los de 4ª clase, 18 los de 3ª, 24 los de 2ª y 36 los de 1ª. Que también podía ser otorgado a sus viudas ó se entregado de manera colectiva. Por ley, un comandante de ejército podía entregar, por campaña, de 2 a 5 medallas por cada compañía, escuadrón ó batería a su cargo y un capitán de barco de 2 a 5 por dotación.

OTRAS CONDECORACIONES de SAN JORGE: Existieron

condecoraciones conmemorativas, por ejemplo victorias, y medallas

colectivas para unidades tanto del ejército como de la armada, que eran

añadidas al estandarte del regimiento, en forma de cintas y coronas

bordadas en plata.

Las principales cruces otorgadas fuero:

* Por la toma de Ochakov de 1788.

* Por la toma de Izmail de 1790.

* Por la toma de Prga de 1794.

* Por la victoria en Preysish – Eylar de 1807.

* Por la toma de Bazardzhik de 1810.

Finalmente mencionaremos la existencia del “Día de los caballeros de San Jorge”, establecido por Catalina “la grande” el 26 de Noviembre de 1769, conmemorando en el Palacio de invierno, en sesión solemne del capítulo de órdenes, seguido de una cena de gala anual (la última celebrada el 26 de Noviembre de 1916).

Desde 1849 y hasta 1885; se grabó en una sala del Kremlin de Moscú los nombres de los agraciados (hasta 11.000)

ORDEN DE SAN ANDRÉS EL PRIMER APOSTOL => fue una orden dinástica existente entre 1698 y 1917, creada por Pedro “el Grande” para premiar “los actos más sobresalientes y meritorios de naturaleza civil ó militar y en recompensa por la fidelidad, el coraje y el mérito durante el servicio prestado a la persona del zar y a la patria en estímulo de todas las nobles y heroicas virtudes, alentadas por la piedad humana, y recompensa de las mismas...”, y de paso ahorrar al estado el tener que pagar grandes sumas de dinero ó propiedades, como venía realizándose hasta ese momento. Fue la máxima condecoración civil y militar del Imperio Ruso, hasta el año 1917; junto con la Orden de Santa Catalina. Premiando la lealtad de los súbditos del zar, sin asignarles lotes de tierras de la corona imperial rusa. De esta forma, era prerrogativa de la casa imperial – aunque estuviese en el exilio – la concesión de esta orden.

En toda su historia; solo se concedieron unas 1.100 órdenes, y a los agraciados con esta orden, se les concedía de forma automática la Orden de San Alejandro Nevsky, la de Santa Ana de 1ª clase y la de San Estalisnado de 1ª clase.

A los militares condecorados, además se les ascendía a generales de cuerpo de ejército ó vicealmirantes.

La insignia era un collar con el águila bicéfala y la cruz de San Andrés esmaltada en azul, más la estrella de 8 puntas y la leyenda: “Por la Fe y la lealtad”, en fondo azul, rodeado de los símbolos del estado autocrático; junto con una cinta de hombro en seda azul. También y como símbolo de distinción especial, se concedía la insignia con diamantes, pero nunca llegó a ser reglamentada.

La orden se funda por decreto imperial de 30 de Agosto de 1698; al poco del regreso del zar Pedro I de la “gran embajada”, pues el autócrata ruso deseaba contar con una orden equivalente a la orden británica de Bath.

Su estatuto no fue codificado hasta el año 1797 (después de dos intentos fallidos en 1720 y 1744).

La orden solo podía agraciar a los caballeros de la alta nobleza y a los uniformados de la escala de generales ó almirantes, por lo que nunca podía haber más de 12 caballeros rusos y otros 12 extranjeros a la vez vivos. Debiendo abonar cada uno 500 rublos al año al capítulo general de órdenes de Rusia, para abonar pensiones a los caballeros en estado de necesidad.

El zar Pablo I prohibió añadir piedras preciosas a la orden, al tiempo que extendía la orden al más alto estamento eclesiástico. También nombró caballeros de la misma a todos los grandes duques de sangre imperial.

En 1855; se añadieron dos espadas cruzadas a la insignia de la orden, para distinguir las órdenes concedidas por méritos militares.

Entre el 17 de Junio de 1856 y 1917; los caballeros distinguidos con esta orden debían portar en sus ropas una cinta azul con el águila bicéfala y la insignia de la cruz de san Andrés. En los actos solemnes vestían capa de terciopelo verde, bordada con brocados de oro y forro interior azul.

ORDEN DE SANTA CATALINA MARTIR DE LA LIBERACIÓN => Creada como orden dinástica el 24 de Noviembre de 1714, por el zar Pedro I, tras su boda con la zarina Catalina I. Como recompensa, exclusivamente femenina, para las damas de la alta nobleza rusa, miembros de la suite privada de la zarina y para aquellas mujeres que hubiesen destacado por su obras piadosas y de caridad, ya fueren rusas ó extranjeras. En particular las grandes duquesas y otras damas de la más alta sociedad, entre 1714 y 1917. Ejerciendo la zarina madre el cargo de gran maestre de la orden, mientras que la esposa del zar, asumía el empleo de gobernadora de la orden.

Fue, hasta la creación de la Orden de Santa Olga – que solo estuvo en vigor entre 1916 y 1917 –, la única que reconocía los méritos femeninos. Siendo la esposa del zar ó la madre de este quien desempeñaba el cargo de gran maestre de esta orden.

Existían dos clases de esta orden:

* Dama de la gran cruz, que portaba la enseña y una estrella, reservada a las mujeres de la familia imperial. Con la obligación de donar 400 rublos al año.

* Dama de la cruz menor, que solo portaba la enseña. Con la obligación de donar 250 rublos al año.

La enseña incluía una banda – faja morada, y un medallón con forma de cruz. Mientras que la estrella de 8 puntas incluía la leyenda: “Por amor a la patria”.

En 1713; Pedro I premió a su esposa, la futura zarina Catalina I por su actuación en la campaña de Prut de 1711, con la “Orden de la liberación”, que había sido creada exclusivamente para ella.

Pero al acceder al trono de Rusia; Catalina otorgó a sus hijas (Ana e Isabel) la orden, junto con las 6 damas de la corte. Creando así un galardón exclusivo para el sexo femenino.

Por los estatutos de la orden, de 1726; solo podía ser miembros de la orden hasta 106 personas a la vez. Cada Gran Duquesa (las hijas del zar), al nacer ó al contraer matrimonio con un Romanov; era automáticamente nombrada Dama de la gran cruz. En 1797; Pablo I legisló conceder a cada Gran Duquesa la membresía de la orden. Por lo que en total, solo habría 12 damas de la gran cruz (casi siempre princesas de la casa imperial) y 94 damas de la cruz menor.

La adjudicación de la insignia de la orden, hacía obligatoria a la portadora, la realización de todo tipo de obras de caridad, principalmente dotar de fondos a las hijas de otros nobles, para que pudiesen estudiar.

Tras la abdicación de lo Romanov como familia reinante en Rusia; la orden fue inmediatamente abolida.

IMPERIAL ORDEN DE SAN ALEJANDRO NEVSKY => Fue una orden dinástica de carácter civil y militar, situada en la tabla de rangos del imperio, justo por debajo de las ordenes de San Andrés y la de Santa Catalina.

Originalmente fue un proyecto personal del zar Pedro I, pero quedó sin definir por el fallecimiento de esto. Por lo que al final, fue fundada por Catalina II, el 21 de Marzo de 1725; para premiar a “las personas que se hubiesen distinguido en la defensa de Rusia de invasores extranjeros, con honor, en los campos de batalla, de la política y de la diplomacia”. En el caso de los militares, solo los generales de cuerpo de ejército ó superiores podían recibir esta condecoración y los miembros más altos de la nobleza rusa. Estaba presidida por una asamblea de 6 caballeros – que también

desempeñaban obras de caridad – la cual solo podía nombrar has 48 caballeros a la vez.

Antes de 1812; solo se habían concedido 300 órdenes a civiles y 250 a militares. Durante la guerra contra Napoleón se concedieron 48 (14 de ellas adornadas con diamantes).

Hasta 1916; se habían concedido 3.674 órdenes, y durante la Iª guerra mundial 105 personas fueron agraciadas. Tras la revolución rusa, la orden fue suspendida y solo se concedieron algunas más en las filas del movimiento blanco.

Los atributos de la orden eran una cruz de oro y una estrella de plata, con la leyenda: “Por las obras a la patria”. Existiendo dos categorías: la propia orden y la orden con diamantes (a discreción del Zar). Además los agraciados con esta orden recibían una pensión de por vida de 200 rublos mensuales si eran civiles ó 500 si eran militares, aumentada a 700 a partir de 1860.

ORDEN DEL ÁGUILA BLANCA => Fue una orden polaca, creada en 1705 y que tras la partición de Polonia de 1795 quedó asentada en el Gran Ducado de Varsovia. Motivo por lo que fue adoptada por el zar Nicolás I en 1831, en su calidad de Archiduque de Varsovia y quien la incluyó dentro del capítulo general de órdenes rusas, siendo considera una orden rusa más, por decreto de 1835.

Era la 4ª condecoración más importante de Rusia y la máxima a la que podían aspirar los no cristianos, por lo que incluía la leyenda “Por la Fé, el Zar y la Ley”. A los titulares, además se les concedía el títulos de caballero.

Desde 1855; las órdenes concedidas por méritos militares incluían espadas en su banda.

En 1915; usando los colores y la banda de esta orden se creó la “Medalla al mérito durante la movilización de 1914”. Y hasta su caída, el gobierno provisional ruso prosiguió concediendo la orden.

IMPERIAL ORDEN DE SAN VLADIMIR BAUTISTA => Fue creada por Catalina I, el 3 de Octubre de 1782; con 4 grados, para premiar los servicios continuados civiles y militares de rango medio (alféreces a coroneles), quedando reservado el 4º grado para aquellos que hubiesen prestado hasta 35 años de servicio continuado al estado.

En 1845; fue cancelado su concesión a militares, pues se estimaba que la orden de San Jorge era suficiente para recompensar hazañas militares, salvo en el caso que se premiasen servicios de más de 25 años de duración ó hasta 18 y 20 campañas – en cuyo caso se marcaba la cinta de esta orden con espadas cruzadas – (y que desde 1855, incluía títulos no hereditarios de nobleza).

En 1857 y luego en 1870; la orden volvió a ser concedida a personal uniformado por méritos en el campo de batalla.

Su insignia era una cruz roja, una estrella de 4 puntas y una cinta roja bordeada de negro. Premiando tanto las actuaciones en el campo de batalla (que añaden el símbolo de las espadas cruzadas a la banda, y que para los no cristianos sustituyen la cruz por el águila bicefala) como las obras en favor de la administración del estado. Estando prohibida su decoración con diamantes.

Los titulares de la orden de 1ª clase recibían una pensión de 600 rublos anuales, 300 los de 2ª, 150 los de 3ª y 100 los de 4ª.

ORDEN DE SANTA ANA => Fue una orden dinástica y estatal, creada en 1735 en el ducado de Holstein. (Con anterioridad; en 1725; el zar pedro I había casado a su hija Ana con el duque de Holstein. Pero la duquesa falleció en 1728 y el 14 de Febrero de 1735; su viudo creó esta orden en conmemoración. En los estatutos determinó que solo podían lucirla a la vez 15 caballeros, que en el caso de los militares debían tener una graduación equivalente ó superior a la de coronel.

En 1742; la zarina Isabel I que no tenía descendncia, cedió el trono al hijo de Ana, el futuro zar pedro III. Quien llegó al trono en 1762 y trayendo con él esta orden.

En 1770; Suvorov fue el primer ruso en ganar esta orden y en 1789, el mariscal Kutusov fue el 2º.) y adoptada por Rusia en 1797, por el zar Pablo I. El zar, en calidad de cabeza de la casa imperial, asumía la gran maestría de esta orden, para premiar “las carreras más distinguidas en el servicio civil ó militar, y el valor demostrado durante el servicio en tiempo de guerra, en defensa del trono de Rusia” de clérigos, militares, nobles y civiles tanto rusos como extranjeros.

Originalmente la orden tenía 2 grados: 1ª clase (que lucía en oro y con diamantes y 2ª, hecha de plata. Adornadas con un arco. Durante la guerra de 1812; se concedieron 225 ordenes, de las cuales 54 fueron de 1ª clase. Desde 1829; existen 4 categorías, por lo que los agraciados con la primera clase de esta orden, además, recibían títulos de esta orden y los militares una espada con la insignia incrustada en la vaina y en el pomo, al recibir la 3ª clase ó solo una cinta encarnada, la 4ª clase.

En 1845; los agraciados recibían título de nobleza hereditario y desde 1847; se reserva la 3ª clase a funcionarios con más de “12 años de servicio inmaculado”.

Tras la revolución de Octubre; la orden fue abolida.

ORDEN DE SAN ESTANISLAO => Fundada como orden dinástica de los caballeros de San Estanislao obispo y mártir, en Polonia, en 1765; fue incorporada a la tabla rusa de rangos en 1831, por el zar Nicolás I. Para

distinguir a “cualquier súbdito polaco del Imperio Ruso, ya sea civil ó militar, que hubiese realizado obras de caridad ó filantrópicas”, siendo funcionarios del estado el mayor número de agraciados. Y en 1832; incorpora el águila bicéfala a la insignia de la orden.

En 1839; recibió los estatutos rusos definitivos, para recompensar con ella a cualquier súbdito del Imperio Ruso, ya fuere miliar ó laico, por cualquier mérito personal, incluida las obras de caridad. Por lo que se otorgaba al portador título de nobleza y se articulaba en tres categorías: 1ª, una cruz de oro de tamaño grande, con esmalte rojo (que además concedía al portardor una pensión de por vida de 143 rublos mensuales). 2ª, ideéntica salvo la cruz que es de tamaño mediano y la pensión es de 115 rublos. Y 3ª, idéntica a las anteriores, pero la cruz de tamaño pequeño y la pensión es de 86 rublos. Añadiendo dos espadas a las concedidas por méritos militares.

En 1844; la orden se extendió a no – cristianos, pero entre 1845 y 1855 estuvo suspendida. Finalmente, la orden fue disuelta en Rusia, tras la revolución de febrero de 1917.

ORDEN DE SANTA OLGA => Fue una orden dinástica, existente solo entre los años 1913 a 1917. Fundada por el zar Nicolás II, para conmemorar el 300 aniversario de la ascensión al trono de la dinastía Romanov.

Esta orden premiaba a las mujeres que: “en consideración a sus méritos en las diferentes áreas del servicio público a la comunidad, así como los trabajos y esfuerzos de las mismas, en beneficio de sus vecinos”.

La orden tenía tres categorías: 1ª clase: en oro y azul, de 2ª clase: en plata y azul y en 3ª clase: igual que la de 2ª, pero en tamaño reducido. Y se estipuló que la orden solo sería otorgada los 23 de Abril (cumpleaños de la zarina Alejandra) y los 14 de Noviembre (cumpleaños de la zarina madre María). Pero solo fue concedida una vez, en 1916; concretamente a la señora Vera N. Panayeva, viuda que perdió a sus tres hijos a causa de la guerra. Antes que la revolución de 1917 la suprimiese.

Asunto: la ORDEN DE SAN JUAN DE JERUSALEN: En 1798; el futuro emperador Napoleón I, en ruta hacia hacía Egipto, alcanzó la isla de Malta – por entonces un estado independiente regido por los caballeros de dicha orden – y procedió a su ocupación. Los caballeros de esta orden entregaron el título de gran maestre de la orden al zar Pablo I, para que les ayudase a recuperar su estado insular. El autócrata – el 29 de Noviembre de 1798 – aceptó el título e incluyó la orden de Malta dentro de las órdenes del estado ruso, con 3 clases, para premiar tanto a civiles como a militares. En Rusia, el sínodo de obispos ortodoxos protestó por lo que consideraba una intromisión católica dentro del trono del principal defensor de la Fé

ortodoxa. Por lo que el 28 de Febrero de 1810; el zar Alejandro I renunció al título de gran maestre y el 20 de Enero de 1817; se prohibió que súbditos del estado ruso fuesen caballeros de esta orden.

12.1.3. Medallas militares del Imperio Ruso:

En su origen; las medallas solo tenían un carácter conmemorativo de eventos y aniversario, mas que de recompensar actos militares.

En tiempos del zar Ivan III, siglo XV; se institucionalizó un sistema de pagos en monedas de oro – los nobles – ó plata – los plebeyos – (en general debe recurrir a moneda extranjera), en cantidades diferentes, según el estamento social y el mérito del beneficiado. Estas monedas, solían ser cosidas a la ropa ó al gorro, aunque en ocasiones se entregadas insertas en una cadena del mismo metal. Y no fue hasta la época del zar Pedro I, cuando se sustituyeron los pagos de dinero por insignias honoríficas en oro ó plata (las cuales carecían de pestaña para adherirse a la ropa) que premiaban a cualquier individuo (desde oficiales hasta soldados), por sus actos de valor en campaña, en batalla, en combates individuales, etc. Estas distinciones públicas se basaban en un sistema de premiar según el rango del receptor (así los oficiales recibían condecoraciones en oro y la tropa en plata dorada).

Tras las batallas de Poltava y Gangut; se entregaron miles de monedas rublos de valor variable, con un ojal en el centro para coser en la ropa y el anagrama de Pedro I.

A partir de 1759; se incluyen en los premios tanto inscripciones como grabados, momento en que empiezan a diferenciarse las condecoraciones entre sí. Pero no es hasta el reinado de Nicolás I; cuando se sustituyeron los rublos grabados por medallas. Las cuales premiaban tanto las campañas como los aniversarios. Si bien no es hasta el intervalo entre los siglos XIX y XX cuando se normalizan las leyendas de cada tipo de medalla, informando del mérito por el que son concedidas (tanto en gestas, como en aniversarios).

Desde finales de siglo XIX; se implementan las contribuciones a los soldados mutilados ó lisiados por la guerra, a razón de 150 rublos mensuales para los receptores de medallas que además fueren decoradas con diamantes. También los policías y los guarda – prisiones podían optar a recibir las mismas condecoraciones que los soldados.

Como una descripción de todas las medallas resultaría demasiado extenso, me limito a nombrar las existentes.

Del reinado del zar Pedro I existían las siguientes medallas:

* Medalla "Por la batalla de Kalisz" (1706)

* Medalla "Por la batalla del bosque" (1708)

* Medalla "Para la batalla de Poltava" (1709)

* Medalla "Por la batalla del Jarrón" (1714)

* Medalla "Por la victoria en Gangut" (1714)

* Medalla "Por la batalla de Grengam" (1720)

* Medalla "Conmemoración de la paz de Nystad" (1721)

Del reinado de la zarina Isabel I:

* Medalla "Conmemoración de la paz de Abo" (1743)

* Medalla "Por la victoria en Prusaks" (1760)

Del reinado de la zarina Catalina II:

* Medalla "Conmemoración de la coronación de Catalina II" (1760)

* Medalla "Por diligencia y buen comportamiento" (1760)

* Medalla "Por la victoria en Prusaks" (para los Coroneles del Ejército del Don) (1762)

* Medalla "Por obras útiles de la sociedad" (1762, 1767, 1768, 1770, 1779)

* Medalla "A los atamanes cosacos" (1763)

* Medalla "A los miembros del senado" (1766)

* Medalla "Defensor de la Fe Ortodoxa" (1769)

* Medalla "Con el retrato de Catalina II" (1769, 1770)

* Medalla "Por la victoria en Cahul" (1770)

* Medalla "Conmemoración de la batalla de Chesma" (1770)

* Medalla "Por méritos en el ejército" (1771)

* Medalla "Conmemoración de la paz de Kyuchuk-Kainarji" (1774)

* Medalla "Gloria de Rusia" (1785)

* Medalla "Por la victoria en Kinbrun" (1787)

* Medalla "Por un servicio diligente" (1788)

* Medalla "Por servicio" (1788)

* Medalla "Defensor de la Fe y de la Patria" (1788)

* Medalla "Por valentía en las aguas de Ochakovo" (1788)

* Medalla "Por valentía" (1788)

* Medalla "Por diligencia en beneficio del estado" (1789)

* Medalla "Por valentía en la captura de Ochakov" (1789)

* Medalla "Por diligencia en el servicio" (1789)

* Medalla "Por servicio y coraje" (1789)

* Medalla "Por valentía en las aguas finlandesas" (1789)

* Medalla "Por la fidelidad" (1790)

* Medalla "Conmemoración de la conclusión y la paz con Suecia en 1790" (1791)

* Medalla "Por valentía en la toma de Ismael" (1791)

* Medalla "Con el monograma de Catalina II” (1791)

* Medalla "A los Victoriosos" (1791)

* Medalla "Por la victoria y el coraje en la ocupación de Praga" (1795)

* Medalla "En el nombre de Catalina II”

* Cruz "Por la captura de Ochakov" (1790)

* Cruz "Por la captura de Ismael" (1790)

* Cruz "Por la captura de Praga" (1794)

Del reinado del zar Pablo I:

* Medalla "Con el monograma de Pablo I" (1798)

* Medalla "Por la victoria" (1800)

* Medalla "En el nombre de Pablo I"

Del reinado del zar Alejandro I:

* Medalla "Por servicios durante la coronación" (1801)

* Medalla "Por diligencia en el servicio" (1801, 1828, 1846, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "A la diligencia" (1801, 1826, 1841 y 1855 (para siervos forma octagonal), 1846, 1850 (para nobles), 1855, 1863, 1870, 1881, 1894)

* Medalla "Por útil" (1801, 1802, 1812, 1826, 1841 y 1855 (para siervos forma octagonal), 1846, 1850 (para nobles), 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Premio a la diligencia durante la expedición Musin-Pushkin" (1802)

* Medalla "Por fidelidad y diligencia" (1802, 1826)

* Medalla "1803" (1803)

* Medalla "Por fidelidad en el servicio" (1803)

* Medalla "Por valor y celo" (1804)

* Medalla "A la constancia y valor durante la toma de Ganja" (1804)

* Medalla "Al coraje demostrada en batalla contra Persia" (1804)

* Medalla "Con el monograma de Alejandro I" (1805)

* Medalla "Por la generosidad y celo en beneficio del gobierno" (1805)

* Medalla "Vuelta al mundo 1803 – 1806" (1806)

* Medalla "Aliados de Rusia" (1806, solo para jefes de las tribus de América del Norte)

* Medalla "Por diligencia en el servicio" (1806)

* Medalla "de Honor al soldado honrado" (1806)

* Medalla "del Ejército Imperial" (1807)

* Medalla "Por la salvación de los conciudadanos" (1807)

* Medalla "Por valentía" (1807, 1826, 1846, 1850 (para caballeros), 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Por diligencia y fidelidad" (1807)

* Medalla "Por amor a la fe y patria" (1807)

* Medalla "Representantes de Nueva Finlandia" (1808)

* Medalla " Casa de la educación" (1808, 1880; fundada en 1763 como una orden)

* Medalla "Por la salvación de los caidos" (1809, 1828, 1834, 1846, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Por atravesar la costa sueca" (1809)

* Medalla "Por cruzar hacia Suecia a través de Torneo" (1809)

* Medalla "Por una invención útil" (1809)

* Medalla "Por la diligencia de 1809" (1809)

* Medalla "Por la diligencia en obras de beneficencia" (1810)

* Medalla "Por la diligencia en obras civiles" (1810)

* Medalla "Por la captura de Bazardzhik" (1810)

* Medalla "Por valentía con letras en árabe" (1810)

* Medalla "Por una excelente diligencia" (1810)

* Medalla "por diligencia y coraje" (1810)

* Medalla "Por utilidad, con letras en ruso y calmuco" (1810)

* Medalla "Al diputado de la asamblea de Borgo" (1810)

* Medalla "De 1810" (1810)

* Medalla "Por celo en defensa del Imperio ruso" (1811)

* Medalla "Al trabajo" (1811)

* Medalla "Por celo y coraje" (1811)

* Medalla "Por diligencia en el trabajo" (1811)

* Medalla "Por fidelidad" (1811, 1826, 1846, 1855, 1863, 1881)

* Medalla "Por servicios" (1811)

* Medalla "Diciembre de 1811" (delegación de Gabardian) (1811)

* Medalla "de 1812" (1812)

* Medalla "En conmemoración a 1812" (1812)

* Medalla "En conmemoración de la guerra patriótica de 1812" (1813)

* Medalla "Por amor a la patria" (1813)

* Medalla "de 1813" (1813)

* Medalla "Al mérito de 1813" (1813)

* Medalla "Por la captura de París" (1814)

* Medalla "de 1814" (1814)

* Medalla "Por Distinción" (1816, 1826, 1846, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Por la salvación de la humanidad" (1818, 1826)

* Medalla "Por fidelidad y coraje" (1819)

* Medalla "Por la salvación de nuestros vecinos del mar" (1819)

* Medalla "Por el desinterés" (1824)

* Medalla "Al colonizador de las Islas Sandwich"

* Medalla "Por la honesta y entusiasta diligencia en la burocracia"

* Medalla "Por honestidad y diligencia"

* Medalla "En el nombre de Alejandro I"

* Cruz "Por la victoria en Preysish-Eylau" (1807)

* Cruz "Por la captura de Bazardzhik" (1810)

Del reinado del zar Nicolás I:

* Medalla "Vacunación contra la viruela" (1826)

* Medalla "Se distinguió en favor de la autocracia" (1826, 1846, 1855, 1863)

* Medalla "Por salvación de ahogados" (1827)

* Medalla "Participó en la campaña de Persia" (1828)

* Medalla "Participó en la guerra contra Turquía" (1829)

* Medalla "Por los éxitos en la enseñanza y buena voluntad en el estudio" (1829, 1846, 1855, 1863)

* Medalla "Por distinción en la navegación" (1830, 1846, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Por la toma de Varsovia" (1831)

* Medalla "Por celo durante la instalación de la columna de Alejandro" (1832)

* Medalla "Por la fe y la fidelidad" (1833, 1864, 1881)

* Medalla "Para las tropas turcas" (1833)

* Medalla "Por altruismo y celo" (1834)

* Medalla "Por la dignidad" (1835, 1846, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "De la escuela comercial de Moscú" (1837, 1855)

* Medalla "Cáucaso de 1837" (1837)

* Medalla "Por combatir la epidemia de Odessa de 1838" (1838)

* Medalla "Por la renovación del Palacio de Invierno" (1838)

* Medalla "Por la captura de Ahulgo" (1839)

* Medalla "En conmemoración del 25 aniversario del mecenazgo de Nicolás I en el 6° Regimiento de coraceros del Ejército prusiano" (1842)

* Medalla "Por la construcción del Palacio del Kremlin" (1849)

* Medalla "Por la supresión de la revuelta de Hungría y Transilvania" (1850)

* Medalla "Por el éxito en la educación de la juventud" (1850, 1855, 1863, 1881, 1894)

* Medalla "Por servicios en el convoy del emperador" (1850, 1855, 1863, 1881, 1894)

Del reinado del zar Alejandro II:

* Medalla "En conmemoración de la muerte del emperador Nicolás I" (para los miembros de la delegación prusiana) (1855)

* Medalla "Por la defensa de Sebastopol" (1855)

* Medalla "En conmemoración de la guerra de 1853-1856" (1856)

* Medalla " En conmemoración de la consagración de la Catedral de San Isaac" (1858)

* Medalla "Por la conquista de Chechenia y Daguestán" (1860)

* Medalla "19 de febrero de 1861" (1861)

* Medalla "Por la emancipación de los siervos" (1861)

* Medalla "Por méritos durante la emancipación de los siervos" (1863)

* Medalla "Por la conquista del Cáucaso occidental" (1864)

* Medalla "Por la supresión de la insurrección polaca" (1865)

* Medalla "Por méritos durante la emancipación de los siervos polacos" (1866)

* Medalla "4 de abril de 1866"

* Medalla "Por procurar el bienestar de los operarios de las fabricas de equipo militar" (1869)

* Medalla "Por diligencia y rechazo a la licencia militar indefinida" (1870)

* Medalla "Por la salvación de los náufragos de la mar" (1871, 1894)

* Medalla "Campaña del Cáucaso de 1871" (1871)

* Medalla de "Gracias" (1872)

* Medalla "Por la campaña de Jiva" (1873)

* Medalla "Por la conquista del Kanato de Kokand" (1876)

* Medalla "Por un servicio impecable en la policía" (1876, 1881, 1883, 1894)

* Medalla "En conmemoración de la guerra ruso-turca de 1877-1878" (1878)

* Medalla "Por valentía a los guardias fronterizos" (1878, 1881, 1894)

* Medalla "Por la salvación" (1879)

* Medalla "En conmemoración del 50 aniversario del mecenazgo de Alejandro II sobre el Regimiento Prusiano de Ulanos" (1879)

* Medalla "Por los servicios en la construcción naval y la navegación" (1880)

* Medalla "Por la captura del Geok–Tepe" (1881)

* Cruz "Por servicio en el Cáucaso" (1864)

Del reinado del zar Alejandro III:

* Medalla "1 de marzo de 1881" (1881)

* Medalla "En conmemoración de la consagración de la Catedral de Cristo Salvador" (1883)

* Medalla "En conmemoración de la coronación del emperador Alejandro III" (1883)

* Medalla "Por un servicio impecable en el cuerpo de guarda prisiones" (1886, 1894)

Del reinado del zar Nicolás II:

* Medalla "En conmemoración del reinado del emperador Alejandro III" (1896)

* Medalla "En conmemoración del reinado del emperador Nicolás I" (1896)

* Medalla "En conmemoración de la coronación del emperador Nicolás II" (1896)

* Medalla "Por las campañas de Asia Central 1853-1895" (1896)

* Medalla "En conmemoración del reinado del emperador Nicolás I, para alumnos de instituciones educativas" (1896)

* Medalla "Por los trabajos en el primer censo de la población del imperio" (1896)

* Medalla "Por la campaña de China" (1901)

* Medalla "En conmemoración del centenario del Ministerio de Asuntos Exteriores" (1902)

* Medalla "En conmemoración del 50 aniversario de la defensa de Sebastopol" (1905)

* Medalla "Por la Batalla de los Varegos" y "de Corea" (1904)

* Medalla de la Cruz Roja "En conmemoración de la guerra ruso-japonesa" (1906)

* Medalla "En conmemoración de la guerra ruso-japonesa" (1906)

* Medalla "En conmemoración de la marcha de la flotadel almirante Rozhestvsky al Lejano Oriente" (1907)

* Medalla "Por la campaña en Japón" (no aprobada)

* Medalla "En conmemoración del 25° aniversario de las escuelas parroquiales" (1909)

* Medalla "En conmemoración del 200 aniversario de la Batalla de Poltava" (1909)

* Medalla "Al mérito militar especial" (1910)

* Medalla "En conmemoración del centésimo aniversario de la Guerra Patriótica de 1812" (1912)

* Medalla "En conmemoración del 300 aniversario del reinado de la dinastía Romanov" (1913)

* Medalla "En conmemoración del 200 aniversario de la batalla naval en Gangut" (1914)

* Medalla "Por trabajos sobre el excelente desempeño de la movilización general de 1914" (1915)

* Cruz "50 aniversario del final de las guerras caucásicas" (1909)

* Cruz "de a la milicia de 1906" (1906)

* Cruz "de la milicia del mar" (1906, 1916)

* Cruz "Por la defensa de Port Arthur" (1914)

Medallas extranjeras creadas específicamente para las fuerzas armadas rusas:

* "Cruz de Kulm", (prusiana, 1813)

* Medalla "En conmemoración del desembarco ruso en el Bósforo" (del Imperio Otomano, 1833)

* Medalla "En conmemoración del 25 aniversario del mecenazgo del rey prusiano Friedrich Wilhelm IV sobre el 3º Regimiento de Granaderos de Pernowski", (prusiana, 1843)

* Medalla "En conmemoración del 50 aniversario del mecenazgo del emperador Francisco José en el Regimiento de Guardias de Kexholm" (austrohúngara, 1899)

* Medalla "Defensores de Port Arthur", (francesa, 1907)

Medallas extranjeras que los militares rusos estaban autorizados a lucir en sus uniformes:

* Cruz "Por cruzar el Danubio" (rumana, 1877)

* Medalla "Al valor" (serbia, 1876)

* Medalla "Por la salvación de los habitantes de Messina, el 28 de diciembre de 1908" (italiana, 1908)

Cruces que los capellanes ortodoxos rusos lucen en sus hábitos – uniformes:

* Cruz pectoral "En memoria de la guerra de 1812, para sacerdotes" (1814)

* Cruz pectoral "En conmemoración de la guerra de 1853-1856, para sacerdotes" (1856)

* Cruz pectoral "En conmemoración del 300 aniversario de la dinastía Romanov, para sacerdotes" (1913)

Otras insignias equivalentes:

* Insignia de la orden de Santa Ana (1796, 1801, 1826, 1844 (para caballeros), 1864, 1888, 1911)

* Donatus de la Orden de San Juan de Jerusalén (1798)

* Insignia de la Militar Orden de la Cruz de San Jorge (1807, 1833, 1844 (para caballeros), 1856, 1913)

* Insignia de Honor "Por servicios sin tacha" (1827)

* Insignia de Honor "Cruz de Mariinsky por un servicio impecable" (1828)

* Insignia de la "Orden polaca al mérito militar de 5ª clase / Virtuti Militari" (1831)

* Insignia de la Cruz Roja "Por servicio en el Cáucaso" (1864)

* Insignia de Honor de la Cruz Roja (1878)

* Insignia de los Romanov por trabajos en la agricultura (1914)

* Insignia de la Princesa Olga de los Sagrados Apóstoles (1915)

12.2. Durante el gobierno provisional y el movimiento blanco:

Mientras que el gobierno provisional se limitó a mantener el antiguo sistema, tratando de superar el patrocinio ejercido por la corte imperial sobre las distintas medallas y órdenes; el movimiento blanco creó un conjunto desordenado de órdenes y medallas para premiar a los luchadores contra el bolcheviquismo durante la guerra civil y posteriormente.

Cada líder blanco creó su propio sistema; pero entre los veteranos blancos las condecoraciones más prestigiosas fueron la orden de San Nicolás, la medalla de la campaña del Kuban y la de la campaña de marzo en Siberia.

Tras la guerra civil, algunas órdenes y medallas lograron sobrevivir en el exilio.

Órdenes militares del Movimiento blanco:

MILITAR ORDEN DE SAN NICOLÁS => En 1915; se planeó crear una medalla para reconocer a los combatientes rusos en los diferentes frentes de la guerra mundial. Pero la idea no pasó del proyecto y acabó olvidándose.

Más adelante; el pretendiente al trono de Rusia y primo del fallecido Nicolás II, el gran duque Cyril Vladimorovich, quien detentaba el título de zar de todas las Rusias desde 1924. Decidió fundar esta condecoración en forma de orden dinástica, el 19 de Julio de 1929; para distinguir a los veteranos rusos de la Iª guerra mundial, afines al movimiento blanco. (Esta no debe confundirse con la orden de San Nicolás Thaumaturgus, creada por el barón Wrangel).

La insignia tenía forma de cruz paté, existiendo dos categorías: la cruz esmaltada, solo para oficiales. Y la cruz sin esmaltar, para tropa y suboficiales.

ORDEN de SAN NICOLÁS TAUMATURGO => Creada durante la guerra civil rusa, el 30 de Abril de 1920; por el barón Wrangel, para reemplazar la Orden de San Jorge y equiparable a esta. Puesto que San Nicolás es el santo patrón del movimiento blanco.

El 9 de Febrero de 1915; el zar Nicolás II recibió el proyecto de una orden para conmemorar la entrada de Rusia en la Iª guerra mundial. Pero con el inicio de la revolución de febrero; el proyecto fue abandonado, hasta que el 17 de Abril de 1920; el barón rangel redactó un estatuto nuevo que premiaba a oficiales y soldados, por hechos y acciones de armas, en lucha contra los bolcheviques. Existían dos grados: de 1ª clase: cruz y cinta vertical y de 2ª clase: cruz y cinta cruzada.

Nunca fue concedida ninguna de 1ª clase y se concedieron 337 de 2ª clase, tanto individuales, como colectivas a formaciones del ejército y de la armada blanca.

Se trataba de una cruz de hierro, con un circulo central donde estaba estampada la efigie de San Nicolás, en fondo azul, bordeada de laureles y la leyenda: “Rusia será salvada por la fe”. Por detrás estaba estampado el año: “1920” junto a los ribetes de la bandera rusa (azul, blanco y rojo).

La orden la concedía el “Consejo de caballeros de la orden”, presidido por el general Dragomirov desde el 19 de Septiembre de 1920. Debiendo ser aprobada por el comandante de frente. En el párrafo 8º del reglamento provisional de la orden, indicaba: “...solo puede ser concedida al individuo, que en desprecio de un peligro evidente y dando ejemplo de valentía, intrepidez, presencia de ánimo y auto sacrifico al resto, realiza una hazaña militar coronada con el éxito, procurando una ventaja evidente a su unidad...”.

ORDEN DE LA LIBERACIÓN DE SIBERIA => Proyectada y creada el 17 de Junio de 1919; en 4 clases, nunca fue concedida. Iba a tener la forma de un cruz de oro y plata

ORDEN DEL EJÉRCITO DE VOLUNTARIOS OCCIDENTALES => Creada el 4 de Marzo de 1919, tras la fundación del Ejército de Voluntarios; en 2 grados, con espada para los militares y sin ella para los

civiles. Con la intención de premiar los servicios distinguidos durante la reconquista de la región del Báltico en manos bolcheviques.

ORDEN DE SAN JORGE DE MANCHURIA => Creada en Abril de 1918; por el atamán Semenov.

Insignias militares:

INSIGNIA DE LA 1ª CAMPAÑA DE INVIERNO DEL KUBAN; creada en Agosto de 1918; por el general Denikin para distinguir a los veteranos supervivientes de esta campaña. Se forjaron 5.000, siendo concedidas 4.600 insignias. Mientras que las otras 400 fueron arrojadas al Danubio en 1944, a su paso por Belgrado. Antes de la llegada del Ejército Soviético.

INSIGNIA DE LA GRAN EXPEDICIÓN DE SIBERIA => Creada el 11 de Febrero de 1920; por el jefe del estado mayor del frente oriental de la guerra civil rusa, para “...recompensar los excepcionales peligros y fatigas padecidas por las tropas del Frente Oriental durante la marcha sobre el hielo del lago Baikal..” en 2 clases: 1ª, para los militares y 2ª, para los civiles.

INSIGNIA CAMPAÑA DE EKATERINOSLAV => De 6 de abril de 1920; por el general Denikin, para distinguir a los veteranos del Ejército Voluntario que hubiesen tomado parte en la campaña de 27 de Noviembre de 1918 a 2 de Enero de 1920. Durante la marcha desde Ekaterinoslav hasta Crimea. En total, se concedieron 1.050 insignias.

Cruces militares:

CRUZ DE LOS PARTISANOS DE CHERNETSOV => Creada en 1918; para recompensar a los guerrilleros – cosacos del Don – blancos del coronel Chernetsov.

CRUZ DE LA CAMPAÑA DE LAS ESTEPAS => Creada el 26 de abril de 1918; para premiar a los oficiales del ejército del Don, con 6 clases. En total se concedieron 1.286 cruces, de las cuales 601 fueron por valor ante el enemigo.

CRUZ DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL => Creada por el ejército cosaco de los Urales, el 9 de mayo de 1918; y en vigor hasta el 28 de Febrero de 1920. Se concedía a los que se habían distinguido combatiendo al Ejército Rojo. En total se entregaron unas 700 cruces.

CRUZ DE LA CABALLERÍA PARTISANA DE ACHINSKY => De 10 de septiembre de 1918; para recompensar a los guerrilleros supervivientes de esta formación.

CRUZ DE LA LIBERACIÓN DEL KUBAN => De 8 de diciembre de 1918; para distinguir a los veteranos de esta campaña.

CRUZ “13 DE MAYO DE 1919” => De 10 de julio de 1919; para distinguir a los veteranos que habían tomado parte en la campaña del norte contra el 7º Ejército Rojo, hasta la contraofensiva del 26 de Agosto de 1919.

CRUZ DE LA CAMPAÑA DE EKATERINOSLAV => De 6 de junio de 1920; para distinguir a los veteranos de esta campaña.

CRUZ DE CAMPAÑA DEL DESTACAMENTO DEL GENERAL BECHOV => Creada el 25 de febrero de 1922, en el frente Sur del ejército de Wrangel; durante la guerra civil rusa.

CRUZ DE LOS VALIENTES => Creada para distinguir al escuadrón de escolta personal del general Balajovich.

CRUZ DEL GENERAL KELLER => De 1918; para recompensar a los soldados más leales de su ejército.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE LA ISLA DE LEMMOS => Creada por el barón Wrangel, 15 de noviembre de 1921; para distinguir a los evacuados del campo de internamiento situado en esta isla.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE GALÍPOLLI => Creada por el barón Wrangel, 15 de noviembre de 1921; para distinguir a los evacuados del campo de internamiento situado en esta península.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE CHANTALDJA => Creada por el barón Wrangel, 15 de noviembre de 1921; para distinguir a los evacuados del campo de internamiento de Chantaldja.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE LOS MARINEROS DE BIZERTA => Creada por el barón Wrangel, 15 de noviembre de 1921; para distinguir a los marineros evacuados de esta base de la armada francesa.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE LOS MARINEROS DEL CAMPO DE KABAKDZHA => Creada por el barón Wrangel, 15 de noviembre de 1921; para distinguir a los evacuados del campo de internamiento de Kabakdzha.

CRUZ DE LA EVACUACIÓN DE CAMPOS DE PRISIONEROS => Creada por el barón Wrangel; para distinguir a todos los ex – prisioneros de guerra ó internados en campos de refugiados, que habían sido miembros de su ejército.

CRUZ “INCURSIÓN YATE LÚCULO” => Creada por el barón Wrangel, el 3 de enero de 1922; para distinguir a los supervivientes de esta actuación.

CRUZ DE GALÍPOLLI => Creada por el EMRO, el 28 de abril de 1938; para distinguir con ella a cualquier miembro del movimiento blanco que hubiese tenido que exiliarse de Rusia.

Cruces extranjeras:

CRUZ DE LA “DEFENSA DEL BÁLTICO” => Alemana, para distinguir a los veteranos de este freikorps.

CRUZ DEL BÁLTICO => Concedida por el gobierno alemán de la república de Weimar en 1919; para distinguir a 21.839 veteranos del ejército y del freikorps que tomaron parte en los combates en este frente.

Medallas:

MEDALLA DE LOS DROZDOCITAS => Creada por el comandante del Ejército Voluntario el 25 de mayo de 1918; para recompensar a los miembros del la división del general Drozdovsky, durante su avance para unirse al ejército de Kornilov.

MEDALLA DE LA LIBERACIÓN DEL KUBAN => Creada el 8 de diciembre de 1918; para distinguir a los participantes en esta campaña, en 2 clases.

MEDALLA DE LA LIBERACIÓN DE LA REGIÓN DEL NORTE => Creada el 18 de junio de 1919; para distinguir a los 25.000 miembros del ejército del general Miller.

MEDALLA “COMBATE POR CURLANDIA” => Creada en 1919; para distinguir a los veteranos de esta campaña.

MEDALLA “AMUR – ZENSKA – SOBOR” => Creada el 16 de agosto de 1922; para premiar a los miembros del estado mayor del general Diteriks.

MEDALLA SAN JORGE DE MANCHURIA => Creada por el atamán Semenov en abril de 1918.

Placas:

PLACA “DEFENSA DE CRIMEA / INVIERNO DE 1919 – 1922” => Creada por el barón Wrangel, en 1922; para distinguir a los veteranos del cuerpo de ejército del general Saschev.

PLACA “VETERANO DEL NOROESTE” => Creada en 1931.

PLACA DE LIVENTSEV => Creada por el príncipe Lieven para distinguir al destacamento de fusileros voluntarios que combatió al lado del freikorps alemán y que había logrado expulsar a los bolcheviques de Riga.

PLACA “VETERANO DE MANCHURIA” => Creada en el exilio por Semenov, en 1937; para distinguir a sus veteranos.

PLACA “REGIMIENTO DE CHOQUE KORNILOV” => Para distinguir a los soldados supervivientes que habían luchado a las órdenes de Kornilov.

PLACA “DIVISIÓN DE ARTILLERÍA DEL GENERAL MARKOV” => Creada por el barón Wrangel, el 18 de Agosto de 1920; para distinguir a los miembros de esta unidad.

PLACA “1º REGIMIENTO DEL GENERAL MARKOV” => Creada el 22 de diciembre de 1939; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

PLACA “REGIMIENTO DE INFANTERÍA DEL GENERAL ALEKSEEV” => Creada el 22 de diciembre de 1939; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

PLACA “1º REGIMIENTO DE CABALLERÍA DEL GENERAL ALEKSEEV” => Creada el 22 de diciembre de 1939; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

PLACA “BRIGADA DE ARTILLERÍA DEL GENERAL ALEKSEEV” => Creada el 17 de julio de 1936; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

PLACA “2º REGIMIENTO DE CABALLERÍA DEL GENERAL DROZDOV” => Creada el 17 de julio de 1936; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

PLACA “2º REGIMIENTO DE FUSILEROS DEL GENERAL DROZDOV” => Creada el 17 de julio de 1936; por la organización de exiliados Unión Independiente de todas las Rusias para distinguir a los veteranos de este regimiento, tanto oficiales como soldados.

12.3. Durante la existencia de la República Federativa Soviética de Rusia:

Inicialmente la ideología bolchevique no reconocía la necesidad de premiar los esfuerzos individuales ó colectivos por construir el socialismo en el mundo. Pues se consideraba que esto era un evento “natural” en la historia de la evolución de la civilización humana. Así como un fin compartido y deseado por todos los miembros de la clase obrera y campesina.

Sin embargo pronto hubieron de rendirse a la realidad y hubo que desarrollar una forma de premiar todos los trabajos y servicios especiales que eran requeridos para construir e implantar el comunismo en el mundo. En menor medida también pretendían premiar la defensa de la patria socialista y el resto de servicios prestados al estado y a la sociedad sovietizada. En total y hasta la disolución de la URSS; se fundaron un total de 20 órdenes, 55 medallas y 19 títulos honorarios, divididos a su vez en miles de clases.

Concretamente, el 23 de Noviembre de 1917; el comité ejecutivo central de todas las Rusias y el consejo de comisarios del pueblo emitieron el decreto de abolición de todas las órdenes, medallas e insignias del estado ruso.

El 16 de Septiembre de 1918; el comité ejecutivo central creó la “Orden de la Bandera Roja de la República Federativa Soviética de Rusia”, como primera insignia para premiar los comportamientos en favor del nuevo régimen. Pronto otras repúblicas soviéticas seguirían su ejemplo.

El 22 de Enero de 1919; la comisaría de bienes del pueblo abolió el capítulo general de órdenes rusas, con lo que se dio por finiquitado el último vestigio del gobierno provisional.

El 1 de Agosto de 1924; la orden de la bandera roja de la URSS unificó todas las órdenes de las diferentes repúblicas (después que la Orden de la Bandera Roja de la República Federativa Soviética de Rusia fuera

transformada en orden de la URSS, el 30 de Diciembre de 1922). Siendo la principal y más prestigiosa medalla de la Unión Soviética, hasta la fundación – el 6 de Abril de 1930 – de la “Orden de Lenin”.

12.3.1. El Arma Revolucionaria de Honor:

El máximo galardón del Ejército y de la Armada Roja , entre 1919 y 1930; fue la entrega de este arma, la cual era concedida por el presidium del Comité Ejecutivo Central a instancias del Consejo Militar Revolucionario. Para premiar a los comandantes que se hubiesen distinguido de manera especial en el combate.

Se trataba concretamente de una daga, con empuñadura dorada y el símbolo de la bandera roja adherida a la misma, ó de una pistola Mauser C-96, a la que se le había incrustado en un lado del porta-cargador, el distintivo de la bandera roja y en el otro lado, una placa en plata con la leyenda: “El Marinero / Soldado y honesto miembro de la Armada / Ejército Rojo de los obreros y los campesinos. El comité ejecutivo central de la RSFR / URSS en el año de 19...”.

En total 21 miembros del Ejército y de la Armada Roja fueron galardonados con un arma de honor (concretamente 2 dagas y 19 pistolas). A parte; Budeny y Kamenev fueron premiados con la Orden de la bandera roja y con el arma de honor por sus actividades durante la Guerra Civil Rusa.

12.3.2. Orden de la bandera roja:

Fue una de las principales medallas de la URSS y la primera condecoración bolchevique que recompensaba el valor y la dedicación en la defensa de la patria socialista.

Con el decreto “sobre la adecuación de derechos de todos los obreros de Rusia”, de 15 de Diciembre de 1917; se dieron por suprimidas todas las órdenes e insignias heredadas del Imperio Ruso, la autocracia y el zarismo.

En un primer momento los bolcheviques premiaban a los guardias rojos con la entrega de relojes, pitilleras, revólveres y otros objetos grabados. Pero con la fundación del ejército rojo; se decidió normalizar las recompensas militares.

El 3 de Agosto de 1918; las comisarías del pueblo para asuntos militares y marítimos, emitieron – de forma conjunta – una orden para institucionalizar un galardón específico para las unidades más distinguidas del ejército y de la armada roja, que básicamente consistiría en una bandera de color rojo y el nombre de la unidad bordado en oro, en lugar del color amarillo.

A partir del 13 de Agosto de 1918; se decidió premiar a individuos concretos con un trozo de tela rojo cosido al uniforme y durante un tiempo; existió una propuesta de creación de la “orden del clavel rojo” para recompensar los actos de heroísmo individuales. En su lugar, el 14 de Agosto de 1918; se decidió crear una insignia específica de la orden, la cual sería creada el 16 de Agosto de 1918; y legalizada por decreto conjunto del

comité ejecutivo central de todas las Rusias y del consejo de comisarios del pueblo, durante la Guerra civil Rusa, el 16 de Septiembre de 1918. La cual, hasta la creación de la Orden de Lenin – 6 de Abril de 1930 –, fue la más importante y única condecoración bolchevique.

El primer estatuto de la orden, redactado el 16 de Septiembre de 1918; establecía que:

1º) Podían ser candidatos a la orden todos los ciudadanos de la República Federativa Soviética de Rusia que se hubiesen distinguido en combate directo.

2º) Solamente pueden ser candidatos a la orden, los obreros y campesinos destacados por su devoción desinteresada al poder de la revolución y de los soviets obreros y campesinos.

3º) El modelo de la insignia quedaba pendiente de aprobación.

(Nota: El boceto de la orden, fue obra del artista Vasily Denisov, quien al enfermar, hubo de dejar el diseño definitivo a su hijo Vladimir. Quien hubo de repetir hasta 6 veces el diseño, antes de ser aprobado el 4 de Octubre de 1918. Seguido de nuevas correcciones menores, hasta quedar completo el diseño, antes de ser aprobado por el presidium del comité ejecutivo central de todas las Rusias).

4º) Tras la entrega de la insignia se expedirá un certificado de concesión de la misma.

5º) La concesión de la orden solo puede hacerse por aprobación previa del comité central de todas las Rusias.

6º) Solo los comandantes de unidades pueden proponer candidatos a la orden, a sus superiores inmediatos.

7º) (A partir del 19 de Mayo de 1940); se permite la acumulación de órdenes.

8º) (A partir de 1940); serían candidatos a la orden los militares del ejército ó de la armada roja con 20 ó 30 ó 40 años de servicio.

Los agraciados con esta orden, eran reconocidos por su extraordinario heroísmo, dedicación y coraje en el campo de batalla. Así como los logros de extraordinario valor militar en la guerra. Aunque también se concedía para conmemorar el vigésimo ó trigésimo aniversario de alguna unidad del Ejército ó de la Armada Roja ó de la seguridad del estado (aunque nunca hubiese entrado en combate).

Concretamente, entre 1918 y 1930; existió la “Bandera roja de honor revolucionario” para premiar aquellos colectivos que más se habían distinguido durante la guerra civil y después de ella. En cuyo caso, debían anteponer el término “bandera roja” al nombre de la colectividad.

También, el 28 de Diciembre de 1920; se crea la “Orden de la bandera roja del Trabajo”, para premiar los logros científicos, técnicos, industriales, agrícolas y de logística militar.

Se trataba de una insignia esmaltada en blanco, bordeada por la hoz y el martillo, junto a dos ramos de trigo. En el centro la estrella roja sobre un arado, una antorcha y la bandera roja. Más la leyenda: “Proletarios de todo el mundo, ¡unios!”. A partir del año 1924; en la banda inferior se añadieron la siglas: CCCP / en español URSS.

Durante la guerra civil; se concedieron más de 100.000 órdenes, 285 fueron concedidas por segunda vez, 31 por tercera vez y 4 por cuarta vez.

Las órdenes se concedían tanto a individuos como a unidades militares, buques, ciudades, organizaciones políticas y empresas del estado. Y, a parte de Rusia, cada república soviética tenía su propia orden de la bandera roja, pero el 1 de Agosto de 1924; todas fueron unificadas en una sola condecoración de carácter militar.

Antes de la unificación; existieron órdenes en Rusia, Azerbayan (que incluían la media luna roja y la leyenda en lengua azerbayana y alfabeto árabe), Georgia (con la leyenda en lengua y alfabeto georgiano), Armenia (con el monte Ararat y la leyenda en lengua y alfabeto armenio) y Jorasam (que tiene forma ovalada).

Siendo modificado su estatuto, cuando se codificó este el 11 de Enero de 1932 y este a su vez fue modificado en 1943, 1947 y 1980.

12.3.2. Orden de la bandera roja del trabajo:

Fue una orden soviética para honrar las hazañas y los servicios al estado y a la sociedad en los campos de la producción, la ciencia, la literatura, el arte, la educación, la salud ... concedido tanto a individuos concretos como a colectivos (fábricas, academias...). Equivalente civil a la orden de la bandera roja.

Constituida en Rusia, el 28 de Diciembre de 1920; en sesión del 8º congreso de soviets de todas las Rusias, por decreto del presidium del soviet supremo y del consejo de comisarios del pueblo, acabó extendiéndose a toda la URSS entre el 7 y el 15 de Septiembre de 1928. Siendo otorgable a ciudadanos particulares, empresas, asociaciones, instituciones, repúblicas, distritos y territorios, tanto de la URSS como extranjeros por:

* Logros industriales, agrícolas, construcción, transporte, economía... que incrementasen la eficiencia productiva.

* Incrementar la producción laboral, la calidad y la tecnología propuesta.

* Superar los objetivos planeados de producción.

* Incrementar la producción agraria, ganadera, manufacturera, etc.

* Desarrollos tecnológicos y científicos.

* Contribuir sobremanera a la defensa nacional.

* Logros culturales ó literarios.

* Logros educativos y propagación del comunismo.

* Logros deportivos.

* Éxitos en la administración del estado socialista.

* Cooperación económica, científica y cultural con el extranjero.

A parte y por diversos motivos, la orden podía ser entregada varias veces y por diversos motivos a un mismo receptor.

La orden, antes de ser reformada en 1936; consistía en una placa con forma de rueda dentada, rodeada por un disco de espigas de trigo y un triángulo rojo invertido, en cuyo interior estaba el escudo de la hoz y el martillo sobre una presa hidroeléctrica y la leyenda en ruso: “Proletarios de todo el mundo, ¡unios!” más el acrónimo del estado (a partir de 1924; URSS).

Los estatutos originales declaraban que:

1º - La orden recompensa los grandes méritos laborales del estado y de la sociedad soviética, en la producción, la ciencia, la cultura, la literatura, el arte, la educación, la sanidad, la administración, etc.

2º - Se otorgaba a ciudadanos particulares, empresas, asociaciones... tanto rusos como extranjeros.

3º - La orden se otorgaba por:

a) Haber superado los objetivos planificados de producción socialista.

b) Haber incrementado el rendimiento agrícola ó ganadero.

c) Logros científicos y tecnológicos.

d) Contribuir de manera decisiva al fortalecimiento del estado socialista.

e) Logros culturales, literarios ó artísticos.

f) Trabajos en favor de la educación y del comunismo juvenil.

g) Trabajos en la administración del estado soviético.

4º - En el orden de precedencia la bandera roja del trabajo solo es precedida por la bandera roja.

5º - La concesión es facultad exclusiva del presidium del comité ejecutivo central, a propuesta de cualquier organismo ó sindicato del estado bolchevique.

Los estatutos de la orden fueron modificados en 1936, 1943 y 1980.

Antes de la IIª guerra mundial; se habían concedido 8.000 órdenes y para el año 1977; más de un millón de ciudadanos de la URSS eran portadores de la misma

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