sábado, 28 de marzo de 2020

¿QUIÉN ROBÓ A QUIEN?

3. LLEGADOS A ESTE PUNTO: ¿QUIEN ROBÓ QUÉ A QUIEN?:

El hecho es que a día de hoy, las joyas siguen desaparecidas, sin que se pueda acusar a nadie de su desaparición (sobre todo a la implicación en el robo de un buen número de los apellidos más ilustres del Reino Unido).
La mayoría de los estudiosos opina que las piedras fueron desmontadas y vendidas en el mercado de joyas de Amsterdam ó en el de Amberes.
Lo cierto es que las joyas acabaron troceadas y vendidas a un agente de empeños holandés, quien – según algunas informaciones no verificadas – habría ofrecido revenderlas al nuevo estado libre de Irlanda.
¿Porque las autoridades no resolvieron el caso y procesaron a los culpables? Sencillamente, porque a pesar que al poco de iniciar las investigaciones e interrogar a los testigos, teniendo una idea bastante clara de quien ó quienes estaban implicados; en Londres se “asustaron” pensando que si llevaban a los culpables ante un tribunal, estos empezarían a hablar sobre despilfarros de presupuestos públicos en ceremoniales anticuados; en nombramientos de cargos de prestigio a personas que por sus méritos, distaban de ser los más idóneos para el cargo; del aprovechamiento de infraestructuras y recursos públicos en asuntos privados... En la provincia / colonia más levantisca del Imperio Británico, en un momento en que la ley de autogobierno causaba fuertes disturbios... Por lo que optaron, para sorpresa de los implicados y asombro del responsable en abandonar toda investigación y no volver a hablar del asunto.
Respecto a los resultados de la comisión virreinal, diremos que la mayoría de los estudiosos califican las conclusiones de la misma como “sentencia para tapar los pecados de otros”. Pues la rapidez del pronunciamiento de los resultados de la comisión indicaba la existencia de una agenda oculta .
Es un hecho que no había evidencias tangibles que impliquen de manera directa a Shackleton y a parte de Vicars, nadie del colegio de armas, le acusó públicamente del robo. Pero... ¿porque necesitaba tanto recalcar su inocencia?.
Es cierto que la máquina de rumores estuvo muy ocupada difamando a Shackleton y a Gorges. Pero la única evidencia sólida fue que Shackleton y Vicars habían compartido alojamiento en Clonskeagh.
En su defensa, Shackleton amagó con hablar de Lord Haddo, el hijo del Lord Lugarteniente de Irlanda, que hasta la fecha se ha venido interpretando como un aviso qué, en el caso de ser proceado, él podría rebelar un escándalo de índole sexual.
Finalmente, la pregunta más importante: ¿porqué la comisión trató de encubrir a Shackleton? El olfato de muchos observadores del proceso apuntaba hacia Shackleton desde el primer momento, confirmándose cuando la comisión mencionó al capitán Gorges, como uno de los mejores amigos de Shackleton (de quien todos sospechaban autor material del robo).
También hay quien afirma que el robo fue parte de una conspiración unionista, para alterar la política de Londres favorable al autogobierno de Irlanda, en un intento de chantajear al gobierno británico. Y que este fue cometido por funcionarios del ministerio británico del interior, en colaboración con policías de guardia en el castillo de Dublín. Y que estas joyas habían sido devueltas posteriormente a la corona. (Sin aportar ninguna prueba al respecto). Incluso en ambientes nacionalistas irlandeses, se afirmaba que el robo fue fruto de una conspiración unionista, para forzar al rey Eduardo VII a vetar la ley de autogobierno de Irlanda, y que las joyas le habrían sido devueltas de manera secreta.
También existió las sospecha que parte de las piedras fueron recuperadas en 1910, pocos meses después del fallecimiento de Eduardo VII; pagadas por el barón William James Pirrie , presidente de la sociedad Harland & Wolff Astilleros de Belfast, quien según este rumor las habría regalado a la familia real ó vendido al gobierno británica. Pero no hay evidencia alguna que demuestre esta teoría.
Tras pasar un siglo desde el robo; todas las evidencias apuntan hacia Francis Shackleton, hermano del famoso explorador Ernest Shackleton. Aunque la comisión virreinal había emitido un informe que dejaba sin respuesta ninguna de las cuestiones claves del robo. En Julio de 1908; un artículo publicado en un periódico nacionalista irlandés, editado en Estados Unidos, en lengua gaélica, - The Gaelic American – basado en informaciones filtradas por un medio – hermano de Sir Arthur Vicars; firmado por Bulmer Hobson (miembro de la sociedad secreta Hermandad Republicana Irlandesa) y dentro de un amplio reportaje sobre la corrupción de la administración británica y la baja capacitación de los miembros que ocupaban los puestos más relevantes de la administración irlandesa; afirmaba que Pierce Mahoney era el organizador de fiestas alcohólicas y homosexuales (“orgías nocturnas acompañadas de vicios antinaturales”), donde Shackleton y su “amigo” el capitán Richard Gorges (alias “capitán Gundeons” => juego de palabras entre la inicial de Gorges y el término inglés “dungeons” / “mazmorras”), en el transcurso de las cuales se sacaban a relucir las joyas de la corona irlandesa. Esto les llevó a Shackleton y a Gorges a idear el plan para volver a robarlas, esta vez sin devolverlas. Pues ambos tenían importantes cuentas pendientes y deudas de juego impagadas. Aprovechando que el resto del personal se encontraba ausente ó demasiado ebrio para averiguar lo que estaba pasando.
Y tras haber robado las joyas, habían logrando evitar las acusaciones bajo la amenaza de destapar otras “actividades y conductas más escandalosas dentro del castillo”. Además, fue Gorges, el que sacó las joyas fuera de la isla y las depositó en Holanda para realizar la venta de las joyas, una vez troceadas.
También informaba que una investigación secreta, llevada acabo por la policía metropolitana de Dublín, al mismo tiempo que la comisión virreinal; había interrogado a Shackleton. Descubriendo las autoridades quien era el verdadero autor del robo, pero que carecían de pruebas para enjuiciarlo ó dar con el paradero del botín. Y que para evitar un mayor escándalo, se ordenó a Shackleton y a Gorges abandonar Irlanda para siempre.
El autor de este artículo, afirmaba qué, en 1912; se había entrevistado con el ex – capitán Gorges, quien trabajaba de agente provocador para las autoridades británicas en Londres (ó eso afirmaba). Le corroboró la veracidad de la historia, así como que las autoridades habían sido completamente conscientes de la autoría del robo, casi desde el principio. Pero que nunca recabaron evidencias para encausar a los culpables ó para tratar de recuperar los restos. Pues estaban muy ansiosos de tapar todo el escándalo. Imponiéndoles únicamente la obligación de abandonar Irlanda para siempre.
También le verificó el resto de la historia y añadió detalles nuevos al relato, como que las joyas habían sido tomadas de broma en una fiesta alcohólica celebrada en el castillo, por Lord Haddo. Que estas habían sido devueltas al día siguiente. Lo que inspiró a Shackleton y a él mismo a planear el robo.
Que tras realizar la substracción, Shackleton había viajada a Amsterdan, donde procedió a trocear las joyas y vender las piedras por separado. Depositando el dinero en una cuenta con la orden de no tocarla en 3 años. Por si era necesario rescatar el dinero.
Que el pobre Vicars seguía aferrado a la esperanza (contra toda evidencia ó razonamiento) que Shackleton, como caballero que se suponía que era, le devolvería las joyas, cosa que Shackleton nunca estuvo por la labor.
Todas estas afirmaciones nunca pudieron probarse. Como tampoco que previa a su declaración Shackleton había amenazado con informar de una serie de detalles muy embarazosos sobre personas prominentes relacionadas con el gobierno de la corona irlandesa. Lo único cierto hasta la fecha es que las autoridades británicas procedieron a destruir todos los registros que permanecían en los archivos oficiales.
Lo que sí reconocen la mayoría de los historiadores, es que las puertas de la oficina y de la caja fuerte se dejaron abiertas a propósito para forzar el descubrimiento del robo (posiblemente por el mismo Vicars, tras percatarse de la desaparición, buscando de manera desesperada de desviar las sospechas que iban a recaer sobre él).
Respecto a Shackleton, diremos que se encontraba fuera de Irlanda en el momento del robo. Por lo que la mayoría de las sospechas recaen sobre el capitán Gorges, quien siguiendo el plan trazado por ambos (ó por Shackleton), fue quien realizó el robo y compartió con el fruto del mismo.
Shackleton fue quien exploró las intimidades de Vicars y quien fue obteniendo copia de las llaves una a una. Para entregarle posteriormente el llavero a Gorges, quien se encargaría de la parte material del robo.
Como Vicars siempre llevaba encima una de las llaves y la otra la depositaba en su casa, bajo llave y custodia de sus criados, sin percatarse que Shackleton había estado hospedado en su propio hogar.
Sin embargo; no existen evidencias directas que involucren a Shackleton ó a Gorges, por lo que ambos lograron librarse de toda culpa. (Lo que no evitó que los dos acabasen en la cárcel, uno por fraude y el otro por homicidio).
Tras salir de la cárcel Shackleton cambió de apellido (Mellor) y residió en Chichester hasta su fallecimiento en 1941.
Gorges, quien se había jactado en la cárcel de ser el autor del robo de las joyas, tras cumplir su condena vivió hasta 1944, falleciendo atropellado por un tren.
De los pocos historiadores que defienden la inocencia de Shackleton, el argumento más repetido es la acusación que pende contra Francis Bennett Goldney. Pues se descubrió que tras su fallecimiento en 1918; que era tenido por sus compañeros como una “urraca ladrona”, ya que se dedicaba al robo de antigüedades de todo tipo. Como una serie de documentos manuscritos de la ciudad de Canterbury, una pintura propiedad del duque de Bedford, 2 cálices de la catedral de Canterbury... Esto provocó que su herencia estuviese envenenada por los numerosos pleitos que sus herederos hubieron de padecer hasta 1921; contra el museo y la biblioteca de Canterbury, mientras subastaban todos sus bienes y propiedades.
Aunque carecía de las oportunidades y conocimientos que Shackleton tenía para realizar el robo, este había acontecido en Febrero de 1907; justo 5 meses después de ser nombrado perseverante por Atholone. Así como tener acceso al castillo y a la habitación donde estaba depositada la caja fuerte.
Durante su testimonio en la comisión; se limitó a eludir toda responsabilidad alegando su permanencia fuera de la isla de Irlanda, desde meses antes del robo.
También se descubrió que anteriormente había pedido prestado dos vasos de plata de la catedral de Canterbury, para exhibirlos en los Estados Unidos. Meses después, y tras varias reclamaciones; reconoció haberlos vendido al museo de arte metropolitano de Nueva York.
Más tarde el señor J. A. Jennings, chofer del millonario norteamericano Kent Herald, recordó que su antiguo jefe había hospedado al señor Goldney en el otoño de 1907. Y que había modificado, a petición del señor Jennings, el depósito de gasolina de su automóvil, para hacerlo más amplio. Justo antes de un viaje entre Dover y Amsterdam. Donde viajó acompañado por el también rico coleccionista de arte John Pierpoint Morgam, a comienzos de Agosto de 1907. Pero no llegó a descubrir si estos preparativos fueron realizados para realizar el transporte clandestino de mercancía alguna.
Se acusó al hermano del sir Arthur Vicars, Henry Vicars, de haber estado implicado en el robo. Pues fue condenado por estafa. Pero no se encontró ninguna prueba en su contra.
Otro sospechoso histórico del robo fue Arthur Griffith, un nacionalista irlandés que habría robado las joyas y tratado de extorsionar al gobierno británico ó a la familia real para imponer el autogobierno de la isla. Realizando la devolución de las joyas a miembro privado de la familia real inglesa en 1940.

4. LO QUE DESPUÉS ACONTECIÓ:

El misterio de las joyas ha proseguido hasta nuestros días, motivando todo tipo de especulaciones. Pues la documentación oficial sigue oculta en los archivos británicos. Y hasta la fecha, Diciembre de 2019; se sabe que al menos 8 documentos oficiales y toda la correspondencia entre los gobiernos de la corona de Irlanda y Londres, entre los años 1902 y 1908; fue destruida.
El colegio de armas de Irlanda acabó fusionado con el de Gran Bretaña en 1943.
En 1976; el gobierno irlandés publicó un memorando secreto, redactado en 1927; que informaba sobre las investigaciones desarrolladas por diferentes autoridades irlandesas hasta esa época. En el mismo se decía que el joyero dublinés James Weldon había sido contacto por Shackleton para realizar una tasación parcial de las joyas robadas y que este le habría informado qué, cada joya podría valer unas 2.000 ó 3.000 Libras esterlinas. (Que a precios de 2008; podrían alcanzar el millón de Euros).
En 1983; La policía irlandesa investigó una pista, que le llevo a realizar una serie de excavaciones en el campo en busca de parte de estas joyas, sin encontrar nada.
Como anécdota, señalaremos que la caja fuerte Ratner fue usada por la policía irlandesa entre los años 1908 y 2007. Siendo reintegrada al mobiliario del castillo de Dublín, después de 101 años de uso en la estación de policía de la calle Kevin, en Dublín.

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