Animales en el conflicto:
Los animales en este conflicto, fueron en general un factor poco ó nada determinante para el desarrollo del mismo. Cosa que no debemos olvidar a lo largo de este apartado:
Caballos de silla => El intento de mantener un reglamento de animales (medidas, pesos, razas de batalla, colores para cada escuadrón, ...) fueron de imposible cumplimiento al alcanzar la escala de varios millones de bestias. Por otro lado su uso en combate fue ridículo, a pesar del consumo que producían en alimentación, veterinaria y saneamiento.
Caballos de tiro y carga; Mulas; Burros, Camellos y Bueyes => La logística Británica descansaba más en animales que en máquinas durante todo el conflicto. Aunque para 1918, esta proporción estaba igualándose. El reglamento preveía usar solamente caballos de carga ó tiro para cargar elementos militares ó impulsar carros y carretas. Pero cuando el ejército se extendió por todo el mundo y este se incrementó hasta alcanzar los varios millones de hombres, simplemente faltaban animales suficientes, así que hubo que recurrir a otras alternativas más económicas como las mulas. En el mediterráneo, a falta de otra cosa, el burro era una especie abundante y barata por lo que se usó con profusión, lo mismo que en ciertas partes de África.
Para las campañas del desierto de Libia, Palestina y Mesopotamia, diversas tropas montadas en camello fueron empleadas (más a título experimental que práctico. Aunque fuerzas irregulares camelleras fueron armadas por el imperio Británico; pero sin formar parte de su ejército en nómina).
Finalmente en las campañas del África oriental y occidental británica, las lentas carretas impulsadas por tiros de bueyes hubieron de usarse a falta de cualquier otro medio de transporte logístico.
Perros de guardia y rastreadores => El reglamento militar británico desde mediados de siglo XIX, indicaba que la guardia de instalaciones fijas (en especial las armerías y los depósitos donde se guardaban las pagas de los soldados, junto con las cocinas) debían realizarse con canes de gran envergadura, para espantar a los ladrones. En la guerra, se mantuvo esta costumbre en las grandes instalaciones, pero las líneas de trincheras nunca tuvieron consideración oficial de fija y no se desplegaron estos animales. En los campos de prisioneros enemigos, se prefería usar perros rastreadores y perdigueros pues era más fácil capturar con ellos a los evadidos a campo traviesa. En caso de tenerlos, un batallón alineaba normalmente entre 4 y 6 perros.
Mascotas y animales lecheros => No había ningún reglamento que prohibiera tener mascotas personales ni ninguno que las permitiera. Así que salvo que un oficial superior lo prohibiera expresamente, muchos soldados y oficiales, así como diversos pubs de soldados y clubs de oficiales disponían de una legión incalculable de animales de compañía. Entre ellos destacaban perros de cientos de razas diferentes, gatos, pájaros, loros, monos etc. Usados para distraer a las tropas.
Los oficiales de más alto grado, en el ejército británico se sentían horrorizados con la idea de tomar el té ó el café con leche enlatada (leche condensada). Por lo que ordenaron mantener en cada división una cabaña ganadera de entre 6 a 10 vacas, para producir leche fresca todas las mañanas (tanto para el té de los oficiales, como para los heridos en los hospitales.)
En climas poco propicios para la ganadería vacuna, como los desiertos, se usaban cabras en lugar de vacas.
Combatiendo las ratas => La guerra de trincheras, provocó durante unos meses un fallo en la higiene que permitió varias epidemias de ratas, entre las múltiples ideas para combatir esta plaga, se importaron desde Gran Bretaña una cierta cantidad de gatos y perros amaestrados para cazar ratas. Pero apenas tuvieron éxito en su cometido.
Winnie the Pooh va a la guerra => En 1915, un veterinario Canadiense fue llamado a filas y enviado desde su base de movilización en el centro del país hasta el puerto de Halifax, para embarcarse hacia Gran Bretaña. Durante el trayecto de varios días en un aburrido tren. Vio a un leñador, en una parada, que había abatido a una osa y ponía en venta una cría hembra de pocos meses de edad. Por 20 Dólares Canadienses se la compró y se la quedó. Embarcándola y convirtiéndose en la mascota no oficial del batallón, con el nombre de Winnie.
Durante meses, las diferentes unidades Canadienses fueron agrupadas para formar la 1ª división de infantería del Canadá, además de instruirse para el combate en la nueva guerra de trincheras.
La osa comenzó a crecer hasta alcanzar los 215 Kg. de peso y había que moverla de barracón en barracón para que los oficiales superiores en inspección no la pillaran. Al llegar la confirmación que la unidad iba a ser enviada al frente occidental, el animal fue entregado al Zoo de Londres, donde el hecho de haber sido socializada al máximo le había borrado cualquier rastro de ferocidad (para regocijo de millares de niños que podían cruzar la valla y acariciar ó jugar con ella.)
Entre los millares de visitantes, se incluía un niño de nombre Cristopher, cuyo padre se haría mundialmente famoso (y rico) con las aventuras de un osito de peluche y sus amigos en el bosque de los cien acres.
Canarios => Para disponer de una alarma de guerra química, los mineros recomendaron usar Canarios, que eran muy sensibles a las emanaciones de grisú en las minas de carbón.
Sin embargo no tardó de descubrirse que estos animales además de no soportar a la intemperie los fríos inviernos del norte de Europa, soportaban mejor los gases hemo - tóxicos que los humanos, siendo por tanto poco fiables como indicadores.
Palomas y Halcones => Palomas mensajeras y halcones especialmente entrenados para abatir las palomas enemigas fueron usadas, pero a título experimental. La pobreza de los resultados relegó a estos animales al olvido.
Gaviotas => Un curioso experimento fue entrenar a Gaviotas y otros pájaros marinos para detectar submarinos, condicionando un estímulo. Se cubrieron los submarinos con pescado, y se les hacia emerger del agua con la intención de alterar el comportamiento de estos animales y así acostumbrarlos a buscar los submarinos enemigos. Los resultados fueron nulos y se abandonó el experimento.
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