Armas largas:
Rifle Lee Enfield: Este clásico del ejército Británico apareció en 1892 como carabina para las tropas de caballería, como complemento del fusil reglamentario de entonces, el Lee Metford. El motivo era simple el fusil Lee Metford, media aproximadamente 1,47 m. Lo que era muy incomodo para las unidades a caballo. Por lo que se sacó a concurso un rifle tercerola (1/3 más corto) y de nuevo la casa Enfield se llevó el contrato.
El inicio de la guerra de los Boer de 1899 a 1902, y la movilización de unos 500.000 soldados de todo el imperio (bien porque los rifles Metford estaban desgastados ó porque algunas unidades [sobre todo de las colonias y de la India] todavía usaban el antiguo fusil mono tiro Martiny Henry) con necesidad de dotarse de nuevos fusiles. Llevo al estado mayor imperial a tomar la decisión de armar a todo él ejercito con el mismo tipo de fusil, el más nuevo Lee – Enfield y una bayoneta mucho más larga (modelo de 18 pulgadas) para compensar en hipotéticos duelos a bayoneta la longitud más corta del rifle.
Descripción: Estaba realizado en madera de nogal pulido y barnizado, con una cantonera en latón para proteger la parte trasera de la culata. El acero Sheffield de la mejor calidad se completaba con un cañón interior en acero cromado. Fabricante: Enfield & Co. Longitud: 1.130 mm. Peso: 3,71 Kg. Descargado. Calibre: 0,303 pulgadas = 7,70 mm. Con cartuchos SAA con pestaña en la base de 8 mm. Alcance: 2.000 m. Puntería: mira y alza de corredera a 150, 300, 600, 900, 1.100 y 1.300 m. Carga: cargador fijo en el arma con cabida para 10 disparos, introducidos mediante dos peines metálicos desechables de 5 disparos cada uno. Mecanismo del fusil: cerrojo manual de corredera directa (al levantar la palanca del cerrojo se expulsaba el casquillo, al tirar hacia atrás la palanca se introducía el nuevo cartucho en la recámara, al mismo tiempo se tensaba el muelle de la aguja del percutor.)
Munición: Se fabricaron un total de 7.000 millones de cartuchos de los tipos:
Modelo 1 – Cápsula de plomo, con pólvora sin humo y recubiertos de cobre para no desgastar el calibre del arma (anticuados, usados solamente hasta fin de existencias en los diferentes teatros de la guerra.)
Modelos 2, 3, 4, 5 y 6 – Balas Dum-Dum (balas que descubrían el plomo [punta blanda] y taladrada [punta hueca], para tener un efecto explosivo). Prohibidas por la convención de ginebra, pero empleadas hasta finalizar existencias (al igual que el ejército Alemán.)
Modelo 7 – Modelo reglamentario, con base de acero y punta cónica de aluminio recubierto todo con cobre (las “full metal jacket”).
Modelo 7 Trazadora – Igual que las anteriores con un agujero en su base relleno de fósforo de colores, para indicar la trayectoria de la bala. (Solo se empleaba en ametralladoras).
Modelo 7 Explosivo y Modelo 7 Incendiario – Eran iguales al modelo 7, con la salvedad que el explosivo estaba relleno de fulminante de mercurio, en vez de plomo y el incendiario tenía un cono hueco de aluminio relleno de fósforo blanco. La misión era que al chocar explotara ó provocara un incendio. Era munición, en teoría, solo para aviación. Pero por lo menos las primeras se distribuyeron entre los francotiradores del ejército. La segunda tenía la misión específica de destruir los zeppelines llenos de hidrógeno.
Historial: Introducido en 1899 y declarado reglamentario único en 1902; sustituyendo a cualquier rifle preexistente. Fabricado en: Gran Bretaña, India, Australia, Canadá y los Estados Unidos. Antes y durante la I Guerra mundial, se desarrollaron las siguientes versiones:
Modelo I: Modelo de pre - serie.
Modelo II: Modelo adoptado durante la guerra de los boers de 1899, y modificado en 1906. Introducía el nuevo cerrojo manual directo que aunque más impreciso, era mucho más rápido.
Modelo III: Adoptado en 1907, pensando en la guerra europea, era una versión pensada para producción en masa (unos 5 millones de unidades) que eliminaba el indicador del seguro y simplificaba el alza (hasta entonces además de la corredera, existía una horquilla para disparos entre los 1.300 y los 1.800 m.)
Modelo IV: Adoptado en 1916, simplemente era un Modelo III preparado para: unidades de ingenieros del batallón de infantería (dotado de unas pequeñas cizallas corta alambre) y una compañía de cada batallón (incorporaban una bocacha para el lanzamiento de granadas [granadas de mano Nº 3, Nº 23 ó piña, Nº 24 y Nº 22 ó manzana dulce que disponían de una varilla para introducir dentro del cañón del arma] ó de botes de humo. Algunos ejemplares fueron rescatados en los años 60 para emplearlos contra disturbios civiles en Hong – Kong, para el lanzamiento de pelotas de madera de teca maciza.)
Versiones posteriores siguieron en servicio en el ejército británico hasta 1957 y en el ejército de la India hasta 1983.
Uso en combate: El batallón de infantería ó el escuadrón de caballería básicamente se entrenaban igual, para realizar una salva de 15 disparos en menos de un minuto a un circulo de 600 mm. a una distancia de 275 m. (El famoso “minuto loco británico”). Durante los primeros combates de 1914 (movimiento) y la guerra de trincheras de 1915 hasta 1918 (estático). El arma se comportó magníficamente (aunque en verdad, no destacó más que sus homólogos aliados y enemigos). Un fuego concentrado y certero (por lo menos al principio con los soldados profesionales) suplía sin demasiadas complicaciones la falta de ametralladoras inicial de las divisiones británicas frente a sus homólogas alemanas. Por lo que junto con los franceses en El Marne, los soldados británicos detuvieron el avance alemán en Mons (haciendo fracasar al plan Schiffer). Así como las ofensivas alemanas de primavera de 1918.
(*) La táctica británica de infantería: No había variado mucho desde el duque de Wellington. Este al tomar el mando del ejército Británico en Portugal en 1809, observó que las grandes masas de infantería agrupadas en rectángulos de varias filas (que existían desde los tiempos de los tercios españoles) de fusileros de profundidad eran terriblemente vulnerables a un fuego concentrado de la artillería (la base de los éxitos Napoleónicos) Así que agrupó a sus batallones en grupos de 3 líneas de fusileros de profundidad y con una distancia entre grupos de 50 yardas (45 metros). Con lo que al ser alcanzados con artillería, solo morían una pequeña parte del batallón. Nacía así la delgada línea roja, contra cargas de caballería, los 4 batallones de cada brigada se agrupaban formando un cuadro, también de 3 líneas de tiradores.
Más ó menos el sistema funcionaba y durante el resto de las campañas y guerras libradas por el imperio Británico siguieron plantando cara con cuadros vacíos, líneas continuas de tiradores y descargas de fusileria de efecto devastador.
El problema llegó a finales del siglo XIX y principios del XX. Mientras que en la conquista del Sudan, los nativos presentaron batalla (y fueron masacrados casi sin pérdidas por parte de los Británicos) a campo abierto con muy pocas armas modernas y demasiadas armas improvisadas. Acabando siempre (ó casi) con una carnicería para los atacantes nativos.
Combatiendo al Mulá Loco y a los Boers; ambos conflictos empezaron el mismo año 1899 y acabaron en el primer caso en 1907 (aunque hubo conflictos hasta 1920) y el otro acabó en 1902. Fueron conflictos asimétricos – guerra de guerrillas – contra insurgencia – revoluciones frustradas, donde las fuerzas británicas (y sus mercenarios coloniales) sufrieron todo tipo de emboscadas, por eso la clave para la victoria (a parte de todo tipo de estrategias anti – subversivas, como los campos de concentración, los blocaos y los grupos móviles) fue el fuego rápido de los rifles Lee – Enfield a corta distancia. Una y otra vez, las patrullas y los batallones británicos rechazaron los asaltos cada vez más escuálidos de los insurgentes nativos.
Para la primera guerra mundial, la táctica (por lo menos el primer año de la guerra hasta la llegada de las trincheras) era hacer avanzar los batallones en líneas paralelas, con dos compañías en vanguardia y dos compañías en reserva hasta localizar al enemigo, inmediatamente comenzaba “el minuto loco” al fin del cual y según fuera el resultado, se seguía avanzando (con las compañías anteriormente en vanguardia ahora en reserva y las anteriormente en reserva ahora en vanguardia) ó retirada ordenada, por compañías, donde una compañía de vanguardia y otra de reserva abrían fuego mientras que el resto buscaban una posición de fuego anterior para cubrir con sus disparos el repliegue de las primeras.
Dos elementos debemos tener en cuenta:
La ametralladora, Gran Bretaña desde su conflicto de 1857 contra Rusia no había combatido contra potencias modernas, por lo que solo había experimentado con la máquina de tiro automático en misiones de ataque (ósea detrás de la ametralladora) pero no tenía una experiencia directa en padecer sus estragos (permanecer enfrente) por ello muchos oficiales superiores mandaron a sus tropas alegremente al matadero sin tener en cuenta este pequeño detalle.
La artillería, desde principios de siglo XX, se perfeccionaron a los métodos de fundición y fabricación en serie de elementos metálicos y químicos a escala industrial. Luego la producción de cañones y granadas alcanzó su cenit en esta época y por tanto había que tener en cuenta su impacto en el campo de batalla, lo que primero inmovilizó y después acabó por enterrar – parapetar los ejércitos en campaña. Por lo que mucho antes de embarcarse para Europa, la guerra de trincheras viajaba subida a los armones de su artillería sin tener una idea clara de cómo superar este obstáculo.
Finalmente el papel de la caballería, en esta guerra su misión seria la exploración. Pero seguía pensando en cargas decimonónicas de décadas anteriores. La guerra civil americana, había consagrado el papel de la infantería montada (lanzar a las tropas montadas a caballo por un objetivo concreto del campo de batalla sin ocupar, desmontar y proteger con sus rifles hasta la llegada del resto del ejército) mientras que en guerra de guerrillas, su misión seria la de servir de cebo en patrullas, desmontar y con fuego a discreción inmovilizar a la guerrilla hasta la llegada del resto de la columna móvil, así como perseguirla si trataba de retirarse.
Desde luego, con la llegada del cañón y de la ametralladora, así como la desagradable sorpresa del alambre de espino (durante la guerra de los Boers) inmovilizó y acabó con la estampa del jinete a caballo cargando con su sable y su lanza.
Respecto a sus homólogos aliados y enemigos, tanto comparando rifles como tácticas, no había una gran diferencia entre isleños y continentales. Los rifles continentales eran por línea general fusiles de poca velocidad de disparo (usaban cerrojos de corredera manual) pero más precisos. Los alemanes y rusos estaban concedidos para empezar a disparar a gran distancia y continuar abatiendo sus objetivos hasta llegar a una distancia inferior a 50 metros para cargar a bayoneta. Franceses e Italianos empleaban fusiles potentes (3’5 ó 4 gramos de pólvora sin humo en cada cartucho) con balas de punta roma, capaces de atravesar a 500 metros hasta tres ó más hombres. (Muy útiles para detener grandes masas de combatientes agrupados) Por ello ninguno de los tres sistemas era netamente superior ó inferior al resto de sus colegas.
Rifle Ross Mark: El gobierno del Canadá, decidido a desarrollar una industria bélica propia, comenzó por dotarse de sus propios rifles (aunque por motivos logísticos conservo el mismo calibre y cartuchos que sus homólogos continentales.)
Empezó su desarrollo a finales de siglo XIX, transformando un rifle de caza mayor para uso militar. Se modifico la forma y se le dio de alta en el inventario militar en el año 1905, siendo la Real Policía Montada del Canadá su primer usuario (quienes lo mantuvieron en dotación hasta los años 60 del siglo XX).
Se hicieron las siguientes versiones:
Ross Mark I => Primera versión reglamentaria para la Real Policía montada del Canadá. Que dio de baja a sus fusiles winchester.
Ross Mark II => Versión de ordenanza del ejército canadiense, en 1910. Detecto deficiencias en el diseño, construcción y adaptación a la munición.
Ross Mark III => Una versión de urgencia, para tratar de solventar parte de los problemas. En 1913, aunque tenía una mira dióptrica (consistente en que tanto el alza como la mira delantera estaban rodeadas por lenguetas metálicas con lo que se hacía más fácil la puntería), no logro mejorar el problema de sus atascos, por lo que en 1914 se sustituyó por fusiles Enfield tan pronto como se pudo.
Descripción: Estaba realizado en madera de roble americano barnizado, con una cantonera en acero para proteger la parte trasera de la culata.. Fabricante: Ross Rifle & Co. Longitud: 1.300 mm. Peso: 4,50 Kg. Descargado. Calibre: 0,303 pulgadas = 7,70 mm. Con cartuchos SAA con pestaña en la base de 8 mm. Alcance: 1.100 m. Puntería: mira y alza de corredera a 150, 300, 700, 900, 1.100 m. Carga: 5 disparos, introducidos uno a uno, ó apoyando un peine de tira y empujando los cartuchos, pero no el peine, hacia el interior. Mecanismo del fusil: cerrojo de corredera manual (Para amartillar había que levantar la palanca del cerrojo y tirar hacia atrás para liberar el cartucho usado, momento en que se tensaba el muelle y la aguja del percutor. Cuando se retornaba el cierre a su posición original era cuando subía el cartucho nuevo a la cámara de disparo.)
Bayoneta: modelo reglamentario de 12 pulgadas / 305 mm.
Historial de combate: se distribuyó en número de 342.000 unidades; pero pronto saltaron a la luz sus fallos, además de lento, su cierre solía atascarse por una pieza mal diseñada. El cargador al recibir barro ó arena sufría y era imposible eliminar la suciedad sin desmontar todo el rifle (¿quien tiene un destornillador en medio de la batalla?) por lo que al acumularse en gran número bloqueaba la ascensión de los cartuchos ó la recarga de los mismos. La munición además resultaba demasiado potente para un mecanismo pensado para tiro en caza mayor.
Pronto se retiro del frente y algún ejemplar se quedó en Gran Bretaña, donde se usó como fusil de instrucción sin munición en la II guerra mundial.
Rifle Pattern modelo de 1913: Este fusil, obedecía a un concurso lanzado por el gobierno británico de cara a experimentar el sistema Mauser, para lo que se eligió un diseño nuevo, con un calibre nuevo (el 0,276 pulgadas = 7 mm.) Si bien conservó algunos elementos del Lee – Enfield, como la culata y la bayoneta.
En las pruebas, fracasó por la munición y cierre del rifle. La primera no estaba bien diseñaba, resultando demasiado sucia (dejaba muchas trazas, lo que se debe más a la pólvora que a la propia arma). Respecto al cierre, copiado del mauser, tenia un defecto de diseño por el que resultaba muy ruidoso (posiblemente por un mal cierre) y se recalentaba a los pocos disparos (mala calidad del metal).
Sin embargo, los tiradores destacaron mucho sus cualidades como rifle de precisión, aun sin emplear ninguna mira óptica, era muy cómodo de apuntar (mientras que el mauser alemán ó el Lee – Enfield modelos III y IV, tenían el alza a mitad de altura del rifle, este lo tenia justo al principio). Por ello se decidió emplearlo para francotiradores. Para lo que se creo el modelo 1913, con calibre idéntico al Lee – Enfield.
Descripción: Estaba realizado en madera de nogal pulido y barnizado, con una cantonera en latón para proteger la parte trasera de la culata. El acero Sheffield mejoraba respecto al anterior, así como el cañón de acero al cromo y una aleación en acero y aluminio eliminaba el problema del sobrecalentamiento y el ruido. Fabricante: Vickers & Co. Longitud: 1.200 mm. Peso: 4,00 Kg. Descargado. Calibre: 0,303 pulgadas = 7,70 mm. Con cartuchos SAA con pestaña en la base de 8 mm. Alcance: 1.750 m. Puntería: mira, alza de corredera y alza de horquilla a 150, 300, 600, 900, 1.100, 1.300 y 1.700 m. Carga: cargador fijo en el arma con cabida para 5 disparos, introducidos mediante un peines metálicos desechables de 5 disparos, (al instalarse una mira óptica de aumento, se introducían uno a uno). Mecanismo del fusil: cerrojo de corredera manual (Para amartillar había que levantar la palanca del cerrojo y tirar hacia atrás para liberar el cartucho usado, momento en que se tensaba el muelle y la aguja del percutor. Cuando se retornaba el cierre a su posición original era cuando subía el cartucho nuevo a la cámara de disparo.) Munición y bayoneta: igual que los del Lee – Enfield. Miras ópticas: diversos modelos, como la winchester de 3 aumentos y las C-79 de 6, K-11; ...
Historial: Una vez fracasado el primer modelo, el modelo 1913, se adoptó para los francotiradores, fabricándose 1,2 millones de fusiles, tanto para los británicos como para los norteamericanos (que lo denominaron M1917, con munición 30 – 06 ó 7,62 Springfield.)
El manual de campaña, exigía (desde la guerra ó revolución americana) un número de dos francotiradores por compañía, para lo que normalmente se seleccionaban los dos mejores tiradores y se les trataba de dar algún tipo de rifle mejorado (mosquetes rayados primero, más tarde rifles de caza con mira óptica.) Pero pocas veces tuvieron un arma adecuada a su huso. (Limitándose a usar el rifle de ordenanza ó bien el rifle de ordenanza con un montaje óptico más ó menos precario).
El nuevo rifle fue muy bien recibido, y en combate demostró ser el mejor de francotirador de toda la I guerra mundial (pues fue el primer rifle militar concebido específicamente para francotirador, mientras que los demás eran los rifles de ordenanza con miras incorporadas.)
Francotiradores Británicos en la I Guerra Mundial: Normalmente eran los mejores tiradores de cada compañía, que se les daba un cursillo especializado. En 1915, se creó en cada Ejército de campaña, una escuela donde se formaba a los tiradores selectos, mediante un curso de 14 días, reducido más tarde a 10 días. (Se enseñaba el manejo y cuidado del fusil y de la mira óptica, incluido el tiro de precisión de largo alcance, técnicas de ocultación y localización de francotiradores enemigos y finalmente técnicas para abatir unidades enemigas [diferenciar a los oficiales por sus rangos ó por el saludo de sus subordinados, a los correos ordenanzas por sus carteras porta mensajes y a los centinelas y operadores de armas ó equipos por su actividad cotidiana] ó para dañar los equipos y armas enemigas [como los cables de teléfono, los proyectiles apilados de artillería, las ametralladoras sin cubrir, etc.]). Durante la guerra y en el día a día los francotiradores fueron la principal causa de muerte diferente al asalto a trincheras y existen relatos de avances de batallones detenidos por el fuego de un solo francotirador.
Un avance fue a partir de 1916 la aparición del binomio tirador y observador dotado de prismáticos, quienes hacían la tarea más peligrosa del reconocimiento y selección de los blancos.) Ser tirador de elite era una ocupación peligrosa por el tiempo que habían de pasar en pozos de francotiradores en primera línea, expuestos al fuego de francotiradores, de ametralladoras y a la artillería de campaña enemiga. Por lo que prestar servicio en una unidad de este tipo se recompensaba con la exención de participar en las cargas a la bayoneta, pero no de las tareas “asquerosas”. (Limpieza, forraje, mantenimiento, etc.)
Como anécdota, incluyo que se les dio toda clase de artefactos para ocultarse (tales como arbustos y árboles falsos, setos móviles, animales muertos falsos y un sinfín de trucos según las circunstancias) y para disparar (como periscopios para apoyar y disparar el rifle desde el interior de la trinchera y pozos de tirador avanzados).
Lovat Scout: Durante la guerra de los Boers, un regimiento de elite fue reclutado en las Highlands de Escocia, por el 16º Duque de Lovat Sir Joseph Fraser. La unidad adopta el título de “Exploradores de Lovat” (Lovat Scouts), ganando fama rápidamente, pues estaba formada por trabajadores del campo, pastores y muchos guardas de fincas, guardas forestales y vigilantes contra cazadores furtivos. (A parte de los soldados que venían de las Hébridas Escocesas [Para el lector Español, las Íslas Hébridas, al noroeste de Escocia, son una serie de islotes poblados, cuyos habitantes son con diferencia considerados los más pobres de todo el Reino Unido, ósea exactamente la versión anglosajona de las Urdes. Y los casos de bocio, raquitismo mal nutrición y demás fueron habituales hasta los años 60 del siglo XX. Por lo que la caza de cualquier animal fue la única fuente de proteínas para muchas familias durante generaciones.]). Puesto que eran los mejores tiradores de la guerra de los Boers y sus compañías segregadas fueron asignadas a cada grupo móvil que salía a perseguir algún Comando Boer, encargándose sobre todo de abatir a los tiradores que cubrían la retirada de ese comando.
Para la I guerra mundial, se funda dos regimientos (1º y 2º Lovat Scouts) de instrucción y se les asignó teatros propios (al 1º, luchara en el frente occidental, desplegando sus batallones 1º del 1er Lovat Scout, 2º del 1er Lovat Scout, 3º del 1er Lovat Scout y 1º Ciclista del 1er Lovat Scout. Mientras que el 2º, Luchara en: Gallípoli, Egipto y Macedonia, desplegando los Batallones 1º, 2º y 3º del 2º Lovat Scout.) Sus miembros se reclutaron exclusivamente de Caballería Yeomanry de las Highlands Escocesas desmontados. Su entrenamiento, incluía las tácticas más comunes de francotirador como las específicas de guarda de caza (rastrear y localizar a los tiradores) y oteador (camuflaje, ellos inventan las redes de camuflaje y localización de blancos.)
Su papel seria, ir por el frente en escuadras de un sargento ó un teniente y 5 soldados (3 equipos de tiradores, todos armados con rifles Pattern y equipados con prismáticos, para intercambiar las funciones de tirador – observador en cada equipo. Así como una buena colección de armas “especiales” mazas, hachas, cuchillos de monte...) y en aquellos puntos más batidos por tiradores enemigos, abatir a los francotiradores.
También desarrollaban misiones especiales (ó suicidas según alguna opinión) como abatir oficiales alemanes que visitaban el frente y eran detectados por la inteligencia militar, explorar bosques, pantanos ó las defensas enemigas (alambradas y su profundidad, numero y posición de las ametralladoras, lugares para cruzar las trincheras, etc.) y la ejecución de golpes de mano (a partir de 1918) como atacar sin apoyo, algún blocao. (Y en algunas misiones cruzar las líneas enemigas para dirigir el fuego de artillería pesada, buscar pilotos abatidos, atacar cuarteles generales, cortar cables de comunicación, sabotear líneas férreas, etc.)
Otra misión, era en caso de detectar un ataque de los Sturmtruppen, era lanzar lo más rápidamente (y discretamente, para que no cundiera el pánico) un contraataque donde las peleas con cuerdas de estrangulamiento, cuchillo, maza, hacha, revolver, y granadas era de lo más normal, sobre todo en plena noche.
En ocasiones, cuando los Sturmtruppem se habían retirado, se lanzaba a los Lovat Scout tras ellos para tratar de interceptarlos, donde casi nunca se hacían prisioneros. Ó bien lanzaban ataques de represalia contra el sector de frente alemán. Respecto a sus homólogos del ejercito regular, los zapadores de asalto de cada batallón de infantería, se diferenciaban en que estos últimos nunca tenían que cruzar la línea del frente.
Otros rifles: A parte de las armas reglamentarias, apareció un buen número de rifles. Entre ellos, los reglamentarios sustituidos por el Lee – Enfield, con los que se dotó al ejército territorial (entre ellos el Lee – Metford y el Martiny Henry [en las colonias]). También tiradores de elite acudieron al frente con rifles de caza mayor de su propiedad y munición explosiva y finalmente algunas unidades de asalto usaban escopetas de posta (muy útiles en combates a corta distancia ó para limpiar un sector de trinchera, con un chorro de postas (el popular “garbancero” 9 perdigones del tamaño de garbanzos cocidos.)
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