lunes, 17 de noviembre de 2008

Granadas de mano y de fusil

Granadas de mano y de fusil:

Granadas de mano: Aunque era un invento inglés de la guerra civil del siglo XVII, habían caído en desuso, ya que al ser un arma fundamentalmente defensiva, no se esperaba que se necesitara en los conflictos coloniales del siglo XIX.
Al empezar el siglo XX, existían ó se desarrollaron las siguientes granadas:

Granada Nº1 (modelos 1,2,3,4) Se trataba de una estructura cilíndrica pre - formada para explotar en 96 fragmentos de hierro (con pintura como única defensa contra el óxido.) Los modelos 1 y 2 tenían un mecanismo de activación por percusión, que fallaba mucho (sobre todo en el fango.) Para los modelos 3 y 4 se sustituyó por uno basado en un cabezal de ignición, similar a una cerilla (encerado para protegerlo de la humedad. Pero era frágil y también fallaba mucho.) Apenas estuvo en servicio unos meses, hasta fin de existencias.

Granada “Lata de mermelada”, ante la falta de granadas mejores y ante la demanda en aumento para el frente, el estado mayor imperial ordenó requisar todas las latas vacías de conservas del ejército después de usarlas y emplearlas como granadas, según un diseño preestablecido. Todos los batallones improvisaron talleres de fabricación de estas (entre III de 1914 y X de 1916), se llenaron las latas con amonal y cualquier fragmento de hierro que se encontrara (principalmente clavos, una lata ó latas más pequeña, rodamientos y casquillos usados). Como mecanismo iniciador, se empleó mecha de combustión lenta (mecha explosiva).
No era muy seguro, puesto que para activarla se requería de soldados que llevasen permanentemente un cigarrillo encendido en la boca.

Granada Mills (Modelos 5 al 36), fueron las armas definitivas, aparecieron en 1915 de la mano del inventor William Mills. Y se mantuvieron en servicio hasta 1957. Era un diseño simple de tres partes: (I) Cuerpo: con forma de piña, en acero pre – formado, [de diametro 61 mm. altura 95 mm. y Masa: 765 gr.] para saltar en 67 fragmentos. (II) Explosivo: TNT sólido (barato y muy eficaz). (III) Detonador: Un cilindro de fulminante de mercurio en la base de la granada, actuaba como iniciador. Una barra metálica justo encima conectada a un muelle tensado y un pasador con una anilla, al tirar de la anilla y sacar el pasador, el cilindro apretaba el fulminante, en 7 segundos, la presión de este activaba el fulminante y este activaba el TNT. Todo el conjunto se bañaba en laca de color negro para proteger de la oxidación y aislar el mecanismo de la granada, con lo que se obtuvo el sistema más seguro de la guerra.
Se almacenaban en cajas de madera de 12 unidades, con los detonadores separados, normalmente cada soldado debía disponer de dos unidades en todo momento. (Aunque variaba, por ejemplo los australianos acarreaban siempre un mínimo de 6 unidades.)
Para el asalto, cada soldado llevaba un morral de lona verde con 24 granadas. En total se lanzaron unos 75 millones de unidades, frente a 35 millones del resto de tipos. Fue empleada tanto por británicos y colonias como por el resto de ejércitos aliados.

Granada Nº 34 – Granada huevo: Fue un modelo copiado exteriormente al alemán (una superficie lisa y aovada). Pero con un mecanismo idéntico al Mills, era más pequeña, pero nunca fue muy popular y pronto se abandonó su fabricación (solo estuvo en producción durante el año 1917.)

Granadas Nº 6 y Nº 27 – Granadas de humo: fueron originalmente concebidas para lanzar armas químicas, pero estas eran del máximo secreto, así que el alto mando destino las sustancias solo a unidades especiales de ingenieros, pero como quedó el diseño del bote (Un cilindro hueco con mecanismos Mills que simplemente rompía la base del cilindro, liberando un líquido, normalmente clorato de potasio, produciendo un humo gris claro y blanco) Se utilizaba para ocultarse de la vista del enemigo, aunque pronto se les dio otros usos, como desparasitador (matar los piojos, chinches y ratas de las ropas, las camas y de los refugios, mediante el sistema de llenar un refugio de humo y atrancar las puertas) y para desalojar a un enemigo de un refugio subterráneo ó para atacar minas y contra – minas enemigas.

Granadas de fusil: Para dotar al Lee Enfield nº4, con bocacha, se desarrollaron las siguientes armas:

Granada Hales (Nº 2, 3 y 4) Eran granadas del Nº1, con una varilla metálica “sonda” alargada.

Granada Mills (Nº 23) Era una granada con una sonda y con una anilla modificada (que se enganchaba a la bocacha del rifle antes del lanzamiento, y al producirse este, la anilla saltaba la granada, quedándose en la bocacha del mismo.)

Granada de fusil Nº 22 – Granada Pippin: Era idéntica a la Mills pero más grande y con una forma tronco - cónica.

Granda de fusil Nº 24 – Funcionaba igual que la Mills, pero tenia una forma cilíndrica.
Independientemente del tipo de granada, el sistema era el mismo en todos los casos, se cargaba el rifle con cartuchos de salva y se introducía las granadas por la boca, asiéndolas a la bocacha del rifle, el disparo se hacía apoyando la culata al suelo e inclinando el rifle según la distancia (aproximada a tirar.)
En contra de lo que parece se lanzaron unas 106 granadas de fusil por cada 70 de mano, el motivo es sencillo de entender; puesto que un buen lanzador lanzaba una granada de ¾ de Kg. a una distancia nunca superior a los 40 metros, mientras que cualquiera podía lanzar una de rifle hasta los 450 metros.

Tácticas de granadas: La idea, es que en cada compañía en vanguardia tuviese en el centro de la misma una escuadra de granaderos, formada por: 1 Sargento ó Cabo de lanza (líder de la escuadra y encargado de dirigir el lanzamiento). 4 Lanzadores (con el rifle en bandolera, se encargaban de tirar las granadas, en dos turnos de dos hombres cada vez). 2 Portabombas,(Que también con el rifle en bandolera y provistos de sendos zurrones, pasaban las granadas a los lanzadores). Y finalmente 2 bayonetas (soldados con el rifle en ristre y bayoneta calada, daban protección a los flancos de la escuadra.)
El rifle Lee – Enfield Nº4 con bocacha para lanzar granadas, solo se empleaba cuando un batallón ocupaba una trinchera y adquiría un papel defensivo, consistente en equipar a una compañía solamente con rifles y bocachas, a la orden de un oficial, lanzaban una lluvia de granadas contra un área determinada, así mismo y a corta distancia podían ser usados como rifles normales. (También, se introducían en las bocachas las granadas de humo, aunque sin sonda, para crear una cortina de humo muy delante de sus posiciones y ocultar una eventual retirada.)
La táctica en general funcionaba bien (en una sola noche una brigada australiana lanzó más de 15.000 granadas de mano y de fusil, aniquilando una fuerza de asalto alemán que se dirigía a sus trincheras por sorpresa.)
Para un uso más ofensivo, cuando un batallón alcanzaba una trinchera enemiga, las escuadras de granaderos, se situaban en grupos de frente a los lugares por donde se preveía realizar la entrada y mientras ingenieros con cizallas ó explosivos y fusiles Lee – Enfields Nº 4 (con cizallas) se las veían con las alambradas, estos limpiaban de todo despojo de vida humana lanzando tantas bombas como fuera necesario antes que el resto de las compañías pasara a cuchillo ó a fuego de fusil cualquier defensor que quedara.
Al igual que con la ametralladora, el alto mando tanto en Londres, como en Francia, no veía mucha utilidad en el uso de la granada y por ello no equipó más que con el modelo Nº 1 a sus soldados, quienes no solventaron el problema hasta 1916.
Como anécdota recojo dos: Una serie de fotos aparecieron mostrando a soldados en el frente usando bates de cricket para lanzar las granadas lejos (creo que era propaganda, pues no se me ocurre un medio seguro, para tirar de la anilla y lanzar la bomba).
También, tengo noticias que franceses, norteamericanos y británicos (estos últimos solo Lovat Scouts y zapadores de asalto) usaban unas ballestas modificadas, en vez de flechas tenían bocachas de fusil en el tensor de las cuerdas de la ballesta y al enganchar la granada lanzarla, el impulso era suficiente para desenganchar el cuerpo de la granada de la anilla que se quedaba asida a la bocacha (un método más silencioso que el fusil con balas de salva, pero a un así siempre hacía un pequeño pero característico ruido.)

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