Conclusión Operativa:
El Frente Occidental y otros frente asociados: considerado sin duda la actuación más importante de toda la campaña y articulado en la siguiente relación temporal de hechos:
+ 1914 – 1915 => Guerra de movimientos contra los alemanes, hasta lograr hacer fracasar el plan Schelieffen y producir un estancamiento de las trincheras.
+ 1915 – 1917 => Francia asume el mando completo de las operaciones, se producen las grandes y fallidas ofensivas alemanas (Verdum) y aliadas (Por parte Británica: el Somme y Passchendeale y por parte Francesa: Ofensiva Nivelle y Batalla de “Chemin des Dammes”) para romper la línea del frente. Junto con algunas acciones limitadas pero mucho más exitosas (Como Messines y Cambrai).
+ 1918 => Ofensiva Alemana para tratar de ganar la guerra, contraofensiva general aliada para recuperar el terreno cedido y la llegada de Estados Unidos a la guerra europea, hasta la rendición germana.
+ Presencia Británica en Italia => La entrada, un tanto alocada de Italia (en Mayo de 1915) en la guerra mundial, acabaron en tragedia en la batalla de Caporetto de Octubre de 1917. Con anterioridad los aliados Francia y Gran Bretaña habían prometido ayuda, que se había manifestado en contingentes, más bien testimoniales, de tropas en el frente Italiano. Pero después del desastre, se desplegó un ejército Francés y dos cuerpos de ejército Británicos (con un total de 5 divisiones británicas).
Tan pronto se produjo la estabilización del frente 2 divisiones británicas fueron trasladadas al frente en Febrero de 1918, mientras que el resto permaneció en suelo italiano hasta el armisticio austríaco de noviembre de 1918.
+ Campañas del África Alemana; la mayoría de las colonias alemanas se rindieron sin lucha y por mar a las diferentes flotas aliadas que arrimaron a sus puertos. Salvo en la colonia de África Occidental Alemana (que fue ocupada por ejército Sudafricano y diferentes contingentes ó milicias voluntarias de defensa de las diferentes colonias Británicas) y en el África Oriental Alemana (donde el mando Alemán resistió hasta verse forzado a retirase al interior continuando con una larga campaña de guerra cuasi irregular hasta tener noticias de la rendición alemana.)
Campaña de Gallipoli: Un buen plan para derrotar rápidamente a Turquía. Marchar contra la capital en Estambul, obtener la rendición de los Otomanos, cruzar el Bósforo y derrotar sobre la marcha a Bulgaria y Austria – Hungría, para hacia 1916 ó 1917 unir las fuerzas con los ejércitos Rusos y obtener la rendición de Alemania por medio de la conquista militar de Berlín.
Fracasa por la poca meditación de la operación y la inesperada reacción de los Turcos a la hora de defender su propio país.
Campaña de Mesopotamia y Campaña de Egipto y Palestina: El Imperio Británico, realizó su propia guerra particular, aprovechando la alocada decisión Otomana de entrar en este conflicto.
En Mesopotamia => La presencia de importantes bolsas de petróleo sin explotar hasta la llegada de empresas Británicas y Germanas, producen fuertes encontronazos entre ellas. Por lo que Gran Bretaña empieza a firmar alianzas con los jeques árabes de Kuwait y los emperadores de Persia. Por lo que se produce un doble movimiento para apoderarse del petróleo y las grandes ciudades de esta provincia Otomana: Se declara una Jihad contra Turquía (desde los servicios de inteligencia Británicos y no desde los minaretes musulmanes), junto con otra llamada a la Jihad contra los Británicos esta vez (impulsada desde el gobierno Turco).
Las tropas Británicas (todo un cuerpo de ejército de la India Británica) desembarcaran cerca Basora (en Noviembre de 1914) y comenzaran un lento avance hacia Bagdad (que no caerá definitivamente hasta Marzo de 1917). Con varios contratiempos como el cerco y derrota de Kut – Al – Amara.
Junto con los Rusos que marchan desde el Cáucaso y un segundo ejército Británico que marcha desde Palestina obligarán a Turquía a firmar el armisticio en Noviembre de 1918. No sin antes tener que derrotar a los Otomanos en feroces combates en Tikrit y Mosul.
En Egipto y Palestina => Un potente contingente de tropas imperiales estacionados en Egipto para proteger el canal de Suez, es puesto en campaña; puesto que se producen dos hechos críticos:
1 – Los árabes de las tribus Senussi, que habitan entre Libia y Egipto, son alentados por una Jihad contra los Británicos. Obligando a estos a combatirlos, en lugar de enviar a todo el contingente de tropas existentes, se prefiere recurrir a un cuerpo móvil del desierto (El Royal Camel Corps), que logra mantener alejadas las incursiones Senussi lejos del río Nilo, hasta la capitulación de Turquía.
2 – El ejército Turco estacionado en Siria, desciende en tromba hacia el canal. Pero la acción de los grandes cañones de los buques Británicos y Franceses, junto con una guerra móvil en el Sinaí los echan completamente de este desierto.
Los Británicos y las tropas del ejército Egipcio (puesto bajo mando británico) cruzan en masa el canal y se sitúan en posiciones defensivas en el borde oriental del desierto del Sinaí, se inicia el apoyo imperial (con el envío de pertrechos, armas y de consejeros [entre ellos Lawrence de Arabia]) a la rebelión árabe del Hejaz mandada por el príncipe Feisal. Se construyen carreteras y una línea de ferrocarril en el desierto del Sinaí para preparar una ofensiva general.
La toma en una sucesión más ó menos rápida de Romani en el desierto del Sinaí (Agosto de 1916), Gaza (Noviembre de 1917), Jerusalén (Diciembre de 1917), Jafa (Diciembre de 1917), Nablús (Septiembre de 1918) y la completa ocupación de todo el valle del Jordán (Octubre de 1918), junto con la toma de Damasco por los insurgentes árabes liquidan definitivamente al imperio Otomano en Palestina y Siria.
Campaña de Salónica y Macedonia: La presencia de tropas Británicas y Francesas en Salónica fue una respuesta a la súplica del gobierno Griego que deseaba ayudar a los Serbios que luchaban contra Bulgaria y el Imperio Austro – Húngaro.
Comenzó en 1915, con el envío de una brigada de infantería de cada país. En el caso Británico el contingente creció hasta llegar a ser 4 divisiones de infantería y abundantes suministros.
Fuera de un pequeño combate en Serbia, en enero de 1916, las tropas permanecerán en esta ciudad griega, sufriendo varios ataques aéreos Alemanes y Búlgaros.
En el verano de 1916, llegarán refuerzos Rusos e Italianos, justo a tiempo para apoyar al ejército griego que rechaza una invasión Búlgara sobre su territorio.
A principios de 1917, el contingente Británico cruza la frontera y marcha sobre Macedonia, que había sido invadida por los Búlgaros. Después de un año de combates logran por fin expulsarlos.
A principios de 1918, se produce una ofensiva general aliada en los Balcanes, si bien las divisiones británicas se quedan empantanadas en las montañas hasta septiembre de 1918. Mientras que un ejército combinado Franco – Serbio marcha por la costa del Adriático sobre la Serbia ocupada por Austria – Hungría. (El famoso ejército de Oriente de: el apodado “desesperado” D’Espérey.) Acabando la guerra dentro de Hungría.
Finalmente el 30 de Septiembre de 1918, El rey de Bulgaria Fernando III, firma el armisticio en esta ciudad Griega.
En general considero este un buen resumen de todas las campañas en las que participan los Británicos. Me he detenido poco en el frente occidental, por ser este un aspecto tratado a lo largo de la totalidad de este artículo, mientras que la campaña de Gallípoli apenas duró unos meses.
Quiero sin embargo detenerme en la guerra de trincheras, por ser este un aspecto varias veces hablado pero creo que pocos historiadores lo han llegado a entender siquiera.
Una Trinchera, no es más que una zanja excavada bajo tierra para proteger alguna estructura de las inclemencias del tiempo ó evitar el estorbar el paso.
En ingeniería militar, la trinchera aparece en la edad media, tan pronto se generaliza los lanzamientos en masa de saetas y flechas. Pero no es hasta los grandes sitios de ciudades atacadas y defendidas por armas de fuego cuando se transforman en estructuras permanentes y en casi un ambiente de vida para muchos soldados.
La excavación de trincheras, dependía del tipo de suelo, elevación del terreno, pericia técnica de los excavadores e ingenieros – directores y finalmente, las herramientas existentes.
Normalmente la cuasi totalidad de la arena removida se hizo a mano usando herramientas manuales. Aunque ya existían máquinas a vapor y a petróleo que podían hacer la mayoría del trabajo, pero la artillería prácticamente monopolizaba el uso de estas.
Las trincheras en este conflicto se clasificaban en tres tipos:
1º) La trinchera de montaña: Por la dureza normal de los suelos rocosos y la blandura de la nieve, a parte de las dificultades de trabajar a grandes alturas, no eran excavadas sino que se fabricaban parapetos mediante el simple amontonamiento de nieve y piedras hasta formar un montículo de altura aproximada la mitad de un hombre. Por delante se situaba una línea de alambre de espino de doble trenzado sobre postes de madera. De altura un cuarto de la altura de un hombre y de anchura variable entre los 2 y los 10 metros dependiendo de la orografía.
Los puestos de ametralladora y morteros, más los puestos de mando se construían tratando de aprovechar los refugios de montaña (cabañas construidas en madera ó en piedra con vigas de madera) ó construyendo ex proceso según la arquitectura de la zona.
A parte de las propias trincheras, habitualmente existía una red de refugios nocturnos para el personal y el ganado (mulos), construidos al igual que los anteriores mediante cabañas de madera prefabricadas y desmontables, así como un complejo sistema para comunicar la posición con la retaguardia, obtenido mediante senderos marcados con carteles y flechas, escalas de cuerda ó escaleras de cuerda fijadas para salvar desniveles y cabrestantes para izar cargas pesadas (como cañones) y bajar heridos en camillas.
El tiempo necesario para crear esta posición defensiva solía ser aproximadamente unos 12 ó 14 días.
Los Británicos solo tuvieron unas pocas en el frente de Salónica, aunque la guerra de montaña nunca fue su fuerte.
2º) La trinchera de las tierras altas y bajas: En los suelos blandos del centro de Europa ó del desierto y en los más duros del norte de Italia. Eran trincheras excavadas sobre el suelo, normalmente empezaban a nivel de compañía a cavar una zanja, más tarde las compañías de un mismo batallón unían sus líneas de zanjas, formando una línea continua y homogénea. El proceso se repetía hasta nivel de brigada; se creaban entonces unos pasos específicos para comunicarse con las brigadas vecinas y a nivel de división de infantería se organizaba una primera línea de dos brigadas de infantería y una segunda línea con las otras dos brigadas de infantería. La idea general es que la brigada número 1 fuese mandada por un brigadier general y mandase además la primera línea, desde un puesto de mando avanzado. La brigada número 2, bajo mando de un coronel se situaría al lado de la número 1. La brigada número 3, bajo el mando directo del mayor general, que además mandaba toda la división, se situaba justo detrás de la brigada número 1. Mientras que la brigada número 4, mandada por otro coronel se situaba justo detrás de la número 2.
La fortificación era la segunda fase del proceso de construcción, en primer lugar se tendía alambre de espino mediante estacas de madera ó de metal con una altura variable entre 0,5 y 1 metro. Con una profundidad media de 10 hasta 300 metros (normalmente a medida que se producían ataque se iban añadiendo filas de alambre. Independientemente de la profundidad, se añadía una línea de alambre de espino circular.
Se alambraba las dos líneas de zanjas, más las uniones entre ambas. A parte se construían los siguientes estructuras necesarias:
En la primera línea: Pozos de tirador (para los franco tiradores y los centinelas). Defensas ó puntos fuertes, con forma circular y rodeados de alambre, en las uniones de trincheras entre las brigadas, (búnkers: cuando estaban excavados bajo tierra y reforzado con hormigón armado y vigas. Blocaos: cuando se construían sobre tierra usando una mezcla de vigas de madera ó metal, hormigón armado ó piedras / ladrillos, sacos de arena ó tierra apilada y compactada). Intercalados a lo largo de la línea un sub - conjunto de trincheras falsas (en ocasiones con monigotes ó espantapájaros con uniformes de soldados) con otro con trincheras ocupadas por soldados para engañar al enemigo. Las ametralladoras Vickers tenían unas pequeñas elevaciones a lo largo de la primera línea. Mientras que las máquinas Lewiss se situaban a la largo de la línea de fusiles.
En la segunda línea: Las separaciones entre brigadas no estaban unidas por estructuras específicas. Existían estructuras excavadas para situar la artillería de campaña y rodeados con alambrada.
Detrás de la segunda línea, estaban los barracones, hospitales, establos para el ganado y las posiciones para la artillería pesada rodeados con alambradas.
La excavación de trincheras, se hacía cavando una zanja a dos niveles, cada una tenía unos dos metros de anchura en la base. La más profunda alcanzaba los 5 metros de altura. Mientras que la menor tenía 3 metros y estaba inclinada 18º respecto a la mayor que era vertical. Las paredes se fijaban con postes de madera de 15 cm de diámetro, clavados en el suelo hasta medio metro, dejando el extremo superior hasta el nivel del suelo. A su vez los postes eran recubiertos con tablones de madera de 25 * 120 * 2.000 mm. Clavados con puntas de hierro. Finalmente, para que aguantaran el peso, algunos postes se tumbaban y se arriostraban a los horizontales, mediante hilo metálico.
La arena excavada de acumulaba un 15% en sacos terrenos, situados formando una pared de 1 metro de espesor * 1,80 metros de altura, justo detrás de la zanja mayor. El resto de la arena compactada, formaba dos parapetos: el primero detrás de la pared de sacos terrenos de 1,80 metros de altura y unos 3 ó 4 metros de espesor. El segundo justo delante, enterrando los postes horizontales, de una altura de 2 metros y una anchura de unos 4 ó 5 metros. Y justo por delante estaban las alambradas.
Existían además unos escalones ó escaleras de madera para trepar entre las trincheras y los parapetos y comunicándose directamente con pasillos a través de las alambradas.
A parte se excavaban en cada trinchera unas estructuras laterales pequeñas que servirían de cocinas de campaña y almacenes, otras estructuras pequeñas pero mucho más profundas y con puertas metálicas para servir de polvorín.
Otras estructuras profundas, servían de dormitorios, hospitales y puestos de mandos, eran reforzados en su interior con vigas metálicas y columnas de madera. Y eran virtualmente inmunes a los bombarderos más pesados. Mientras que las paredes se reforzaban con sacos terreno, para absorber las esquirlas de metralla.
Las ametralladoras más pesadas, se montaban sobre el parapeto de arena trasera, formando una estructura con forma de isleta. Disponiendo en el centro de un agujero a modo de polvorín para la munición de las máquinas (unas 2 ó 4 por isleta). Las máquinas servidores y trípodes estaban todos al mismo nivel. La isleta se rodeaba con sacos terrenos, con medio metro de altura y un metro de espesor, mientras que se construía un techo plano con cuatro ó les postes de madera clavados al suelo, que sostenían un techo hecho con vigas de madera y claveteadas con listones. Estos tenían un espesor de 30 cm sobre este se apilaban más sacos terrenos, hasta alcanzar otros 30 cm. Y para camuflar la isleta se colocaba otros 30 cm de arena batida y compactada.
En las tierras bajas, muy típicas de la costa atlántica de Francia y Bélgica, estaba el problema de la poca profundidad del nivel freático del suelo, en ocasiones a menos de un metro de la superficie lo que provocaba frecuentes inundaciones al cavar trincheras ó anegaciones al llegar la lluvia ó al derretirse la nieve acumulada.
El mayor peligro por enfermedad era el llamado “Pié de trinchera” ó infecciones por hongos (que en ocasiones producían pérdida de dedos ó del propio pie) por una combinación de frío y humedad en la superficie. (Se estimaba que una compañía perdía su posibilidad ofensiva si eran bajas [temporales por enfermedad ó heridas en combate] un tercio de sus soldados y esta misma compañía debía retirarse del frente [perder su posibilidad defensiva] cuando eran bajas la mitad de sus soldados).
Los primeros meses de la guerra de trincheras, se combatió esta plaga recurriendo a la obligación de incrementar la higiene de los soldados, cambiar los calcetines una media de tres veces al día y todas las noches antes de acostarse darse friegas en los pies con aceite de ballena y linóleo. Añadiendo la tarea de inspecciones semanales de los pies de los soldados alas obligaciones propias de los oficiales y mandando al hospital a cualquier soldado que presentará el más mínimo síntoma.
Para atajar definitivamente este problema, en las trincheras situadas en las tierras bajas se tomaron dos acciones:
La primera fue impermeabilizar determinados elementos usando primero sacos terrenos, luego creando entablillados de madera que dejaban un hueco y este a su vez era rellenado con tierra compactada y finalmente creando refugios de hormigón armado. (Los alemanes disponían de sectores enteros del frente construidos en hormigón. Los Británicos, temerosos de crear una serie de puntos fijos que en caso de perderse sirvieran de fortalezas a los alemanes, optaron por solo hormigonar las estructuras subterráneas más importantes como los dormitorios, los hospitales y los cuarteles generales.)
La otra opción viable fue el drenar los terrenos, para lo que se instalaron bombas de achique y se pavimento el suelo con graba (A la larga fue una solución mucho mejor que la alemana, puesto que era más barata y podía repetirse cuantas veces se quisiera, en caso de bombarderos. Cosa que en los búnkers de hormigón era más costosa). Seguido de un entramado realizado con travesaños de madera que separaban los pies del suelo. (En ocasiones a falta de un material mejor, se recurrió a latas de conservas vacías, para formar pavimentos. Así como cualquier otro material de desecho no orgánico).
Sea como fuese, a principios de 1916, dejaron de registrarse “El pié de trinchera” como una amenaza latente (aunque si persistente).
Otro asunto mucho más delicado fue la higiene y las epidemias de roedores. Existía en el ejército Británico la obligación de mantener la higiene semanal mediante duchas con jabón, rapado del pelo – contra los piojos y el tifus y hacer la colada una vez a la semana.
Pero en las trincheras pronto hubo que hacer más cosas:
Se incrementó el consumo de jabón diario disponible para los soldados y en las superficies recubiertas se hizo obligatorio el fregado diario con lejía.
Las letrinas utilizadas debieron de ser modificadas (en algunos sectores más permanentes existieron canalizaciones de agua y facilidades para el agua corriente). Siendo lo más habitual emplear lavabos hechos en madera y cubos con azufre ó cal para recoger los detritos humanos. Siendo una tarea diaria (a parte de limpiar las propias letrinas), el recolectar estos cubos y depositar sus contenidos en agujeros para proceder a la incineración de los mismos usando petróleo ó gasolina.
Se dio orden de no consumir (ni hombres ni animales) ninguna agua que no hubiese sido potabilizada (se temía a las enfermedades y posibles envenenamientos enemigos) Por lo que se crean secciones que se encargan de potabilizar el agua mediante tratamientos químicos.
Los combates, cadáveres sin enterrar, residuos abandonados, sobras de alimentos, etc. Crearon un caldo de cultivo perfecto para enfermedades y para ratas. A partir de 1916 hubo una auténtica guerra entre roedores y soldados (Las primeras medidas fueron atacar cualquier rata avistada mediante el uso de las bayonetas ó de los revólveres. Más tarde, se recurrieron a gatos y perros amaestrados para cazar ratas [pero fracasaron, porque no había suficientes animales y algunas ratas sobrealimentadas alcanzaron un tamaño considerable]. Temiendo epidemias y a la rabia, se optó por un método más científico: Se procedió a incinerar cualquier resto orgánico y a su vez se ordenó recoger los cadáveres de hombres y animales y sepultarlos recubiertos de cal. Y finalmente aprovechar la guerra química [mediante veneno para roedores ó rociando con humo los refugios en cuarentena. En pocos meses las epidemias de ratas desaparecieron casi de improviso.)
Aunque la vida del soldado Británico e imperial fue dura y llena de incomodidades, su alimentación y su pauta de vida (4 días en la primera línea, seguidos de otros 4 días en la segunda línea y finalmente 4 días de permiso en retaguardia). Las guardias racionalizadas (un hombre de cada 10 para la guardia diaria y un hombre de cada 4 para la nocturna) dejaban tiempo y hombres suficientes para poco a poco ir adecuando la trinchera a algo parecido a un hogar a parte de mejorar las defensas.
Oficiales y suboficiales debían permanecer de guardia en la trinchera en todo momento relevándose ordenadamente y preparando una lista de necesidades a cubrir durante el día para recibir por la noche lo solicitado (así como realizar las oportunas alertas por armas químicas ó por bombarderos).
Finalmente se debía de organizar un sistema diferente cada vez para cocinar las tres comidas diarias, sin que el humo de los hornos a leña ó carbón delatase la posición de cada trinchera.
Estas fueron con diferencia las posiciones más usadas en esta guerra y donde la mayoría de los soldados pasaron la campaña.
3º) Trincheras de playa: La subida de las mareas, obligaba a evacuar diariamente estas trincheras. (Que eran con diferencia las más odiadas). A la bajada había que volver a ocuparlas combatiendo y re –excavando lo demolido por el agua, así que eran trincheras con unos elementos muy básicos, en general solamente permanecían fijos las defensas mediante estacas metálicas de alambre de espino.
Las ametralladoras y otras armas había de moverse cada noche, por lo que necesariamente había de llevarse poca munición.
Los dormitorios y cuarteles estaban en la retaguardia en construcciones de madera ó piedra.
Solamente en las playas de Francia y Bélgica existieron estas trincheras siendo con diferencia las más sangrientas de toda la guerra (descontando los grandes asaltos frontales).
La dinámica de la guerra de trincheras, ó por qué fracasan los asaltos frontales:
Para entender la guerra de trincheras debemos de entender los siguientes cálculos estadísticos básicos:
Un batallón de 900 hombres tratará de tomar por asalto una trinchera enemiga defendida por otro batallón enemigo de 800 hombres.
La fuerza atacante sale al completo, precedida por un bombardero artillero de 12 minutos de duración, realizado por una batería de 6 piezas de 84 mm. que efectúan 20 disparos por minuto, lo que significa un total de 1.440 granadas, cada una fragmenta en 760 fragmentos. En total se ponen en vuelo 1.094.400 fragmentos, que por término medio tienen un rendimiento efectivo de un 0,005% (ósea que causan bajas 5 fragmentos de cada 100.000). Esto supone que la fuerza defensora sufre bajas (heridos ó muertos) en cantidad de 55 hombres. Quedando en pie después del bombardero 745 hombres.
Las trincheras están separadas entre sí una distancia de 800 metros lineales (el mínimo para estar fuera del tiro de fusil más 100 metros de seguridad), en el hipotético caso que el terreno no presente demasiadas irregularidades ni halla un número excesivo de obstáculos (alambradas). La fuerza atacante (que debe cargar a sus espaldas todo lo que valla a necesitar, puesto que se carece de vehículos de asalto y de apoyo logístico motorizado) se alcanza una velocidad, en a campo traviesa, de 2 m/s. Significa que necesitará un mínimo de 400 segundos, para llegar al otro lado y entablar combate cuerpo a cuerpo.
· La fuerza atacante está armada con fusiles de cerrojo de 15 disparos / minuto. Con un alcance preciso de 300 metros. Más bayoneta y dos granadas de mano (lanzables hasta 15 metros y 67 fragmentos con el mismo índice de letalidad por fragmento de 0,005%).
· La fuerza defensora está armada con fusiles de cerrojo de 10 disparos / minuto. Con un alcance preciso de 400 metros. Más bayoneta y 8 granadas de mano (lanzables hasta 15 metros y 67 fragmentos con el mismo índice de letalidad por fragmento de 0,005%). También dispone de dos máquinas ametralladoras del mismo calibre que los rifles, pero con una cadencia de fuego de 600 disparos / minuto y alcance eficaz de 1.000 metros. Tiene a su disposición un lanzaminas / mortero de calibre 76 mm. Que lanza 10 proyectiles por minuto. Que lanza proyectiles hasta los 2.000 metros, que se rompen arrojando 600 fragmentos con un índice de letalidad del 0,01%. (más grande por ser esta un arma concebida especialmente para arrojar gran cantidad de fragmentos).
Finalmente a los 10 minutos de detectar el asalto, el mensajero enviado a retaguardia alcanza el puesto de mando solicitando apoyo artillero que no llegara hasta otros 15 minutos después mediante el fuego de una batería de 4 cañones de 75 mm. cada uno con una cadencia de 24 disparos por minuto. Cada disparo se descompone en 680 fragmentos. Con el mismo índice de letalidad de 0,005%.
+ Comienza el asalto; salen los 900 asaltantes y avanzan los primeros 100 metros. Los defensores inmediatamente dan la alarma, comienzan a abrir fuego con las ametralladoras y lanzaminas, al tiempo que se envía al mensajero a retaguardia a pedir fuego de cobertura.
Estos 100 metros se recorren exactamente en 50 segundos, con lo que se han realizado por parte de los defensores 1.000 disparos de ametralladora y 8 disparos de lanzaminas. Las bajas son las siguientes: Por fuego de ametralladora, 1.000 disparos realizados, con un índice de letalidad del 4% Supone que se han causado 40 bajas a la fuerza asaltante. más los 8 disparos de lanzaminas, que suponen aproximadamente 4.800 fragmentos y aplicando el índice de letalidad del 0,01% y por el momento no producen bajas. El resultado es que la fuerza asaltante ha quedado en 860 hombres.
Los siguientes 200 metros se realizan en 100 segundos. Entrando en acción el fuego de ametralladoras y del lanzaminas. El resultado es: Las ametralladoras, efectúan 2.000 disparos y mantiene un porcentaje de letalidad del 4%, traducido en bajas infligidas de 80 muertos. El lanzaminas continua haciendo fuego y lanza 16 proyectiles, equivalentes a 9.600 fragmentos, produciendo un muerto. La fuerza asaltante queda ahora en 779 hombres.
+ Los siguientes 100 metros, los vuelven a realizar en 50 segundos. Abren fuego las ametralladoras, el lanzaminas y la fusilería del batallón defensor.
Las ametralladoras, según el primer cálculo han producirán otros 40 muertos.
El lanzaminas, por el mismo motivo seguirá sin producir bajas, pero su fuego concentrado en la retaguardia del batallón asaltante, le impide pedir refuerzos ó apoyo artillero.
La fusilería de la fuerza defensora se calcula de la siguiente forma: De 745 hombres, unos 726 están armados con rifles. Disparando en esos 50 segundos, 6.050 balas, de las que al igual que las ametralladoras. Un 4% son eficaces. Lo que suponen bajas a los asaltantes de 242 caídos.
Al final la fuerza asaltante queda reducida a 497 hombres.
+ Siguen avanzando otros 100 metros, que se realizan en los mismos 50 segundos, produciéndose un alto y una orden de abrir fuego por parte de los asaltantes contra los defensores.
Los asaltantes alinean en estos momentos 497 fusiles, que producen en 50 segundos 6.212 disparos. De ellos un 2% son tiros útiles (menor al estar los defensores parapetados) y producen bajas a los defensores por 124 hombres. Reduciendo la fuerza defensora a 602 hombres.
A su vez se vuelven a repetir las bajas por fuego de los defensores, traducido en las siguientes pérdidas:
Por fuego de ametralladora, otros 40 muertos.
Por fuego de lanzaminas, ninguno.
Por fuego de fusilería defensora, esta vez 602 fusiles, que efectúan 5.017 disparos, que se traducen en 200 muertos asaltantes.
La fuerza atacante queda por tanto reducida ahora a 257 hombres.
+ Los penúltimos 250 metros (la barrera de alambre de espino tiene 50 metros de profundidad. Y aparentemente está intacta al bombardero inicial) se realizan en 125 segundos.
Los asaltantes, vuelven a recargar y a abrir fuego, esta vez a discreción, por lo que se realizan 1.850 disparos, causando a los defensores bajas en número de 37 hombres.
Los defensores vuelven a abrir fuego y emplean su armamento de la siguiente forma:
Ametralladoras: Causan un total de 100 muertos asaltantes.
Lanzaminas: Causa una nueva baja.
Fusilería defensora: después de las descargas de los asaltantes, se queda en 565 rifles que realizan 11.771 disparos, produciendo 471 impactos.
La fuerza atacante, pierde todos sus hombres. Fin del primer asalto. Ganador por K.O. los defensores.
Este cálculo es absolutamente teórico y está basado en unas premisas muy estrictas, entre ellas la cuasi igualdad de fuerzas al inicio del asalto y la mayor potencia de fuego de los defensores, frente a los asaltantes. Pero también es muy ilustrativo a la hora de tener las siguientes consideraciones:
La velocidad a campo traviesa de los soldados, en tanto no haya unos medios motorizados, será a paso casi normal y el tiempo que permanezcan entre su posición y la posición enemiga, será un aumento de bajas tal que muy probablemente les sea imposible realizar el asalto, con garantías de éxito.
La fuerza defensora parapetada, en tanto no sea eliminada mediante artillería ó fuego artillero y sus ametralladoras, cañones y demás armas sean silenciadas, estará siempre en condiciones de rechazar cualquier asalto que se produzca.
En tanto sea imposible el factor sorpresa. Y el factor tecnología (por ejemplo el uso del tanque) no desequilibre el combate, la fuerza asaltante estará siempre en desventaja táctica frente a la defensora.
La ventaja numérica solo será determinante para el asaltante, si el espacio físico donde se agrupan los asaltantes, es tal, que su número permita compensar el numero fuerte de bajas que causen los defensores. Y aun así, habría que discutir si en caso de producirse una ruptura, los asaltantes reúnan fuerzas suficientes para soportar cualquier contraataque, puesto que no dispondrán de artillería ni ametralladoras hasta pasado mucho tiempo por falta de transporte a motor ni de terrenos aptos para los carruajes.
El factor estratégico, solo jugará un papel importante si los defensores cometen algún error grabe, de lo contrario este tendrá un papel muy limitado.
Quiero recalcar que este cálculo muy simple realizado con papel, lápiz y calculadora, puede tener una cierta realidad histórica si estudiamos las siguientes batallas del frente occidental:
1º) Batalla de Verdun (Febrero a Diciembre de 1916) => Al finalizar la batalla 24 Divisiones Francesas contienen y expulsan del territorio conquistado durante el asalto a 32 Divisiones alemanas. Por lo que se les adjudica la victoria.
2º) Ofensiva del Somme (Julio a Noviembre de 1916) => Un asalto británico inicial de 13 Divisiones Imperiales, más 11 Divisiones Francesas. Aunque se logra un ligero avance, el ataque es rechazado por 10 Divisiones alemanas. Se llaman refuerzos por ambas partes hasta alcanzar las 51 Divisiones Imperiales y 48 Divisiones Francesas contra 50 Divisiones Alemanas. A pesar de una superioridad numérica de 2 a 1, vence Alemania al no producirse la ruptura del frente.
3º) Ofensiba de Passchendaele (Julio a Noviembre de 1917) => Decididos los británicos a obtener su victoria final, 18 divisiones británicas y 8 divisiones francesas se enfrentan a 12 divisiones alemanas. Nuevamente se logran unas ganancias territoriales mínimas a costa de unas bajas insensatas.
Como vemos, los asaltos frontales en los tres casos fueron inútiles y sangrientos. Para más INRI, en las dos frustradas ofensivas Británicas, planeadas por Douglas Haig (y que los historiadores Británicos han narrado siempre como victorias gloriosas, mientras que Verdún se ha considerado una histórica derrota Francesa) se repiten los mismos esquemas. A saber:
Tanto en el Somme como en Passchendeale; Haig las justifica como batallas libradas en contra de su voluntad (En el Somme, atribuye a Petain la responsabilidad de solicitar una ofensiva para aliviar Verdun. Cosa que a la luz de los documentos parece exactamente lo contrario. En Passchendeale, se supone que la marina real había solicitado la toma de los puertos Belgas de Zeebrugge y Ostende, por ser las bases desde donde operarían los submarinos alemanes. Aunque la armada real siempre dijo que la inmensa mayoría de los submarinos alemanes operaban desde sus puertos nacionales. A parte que se necesitaba dar un ejemplo al ejército francés amotinado.)
En ambas batallas Haig, excusa su falta de un éxito arrollador al poco apoyo militar que Francia le ha prestado. En el Somme, estaba previsto un asalto inicial de 25 divisiones Británicas y 40 divisiones Francesas, pero al producirse la batalla de Verdun, Francia reduce su participación a 16 divisiones. Sin embargo esto no ocurre en Passchendaele, donde contó con cuantas tropas quería.
También alegó que en el Somme carecía de medios especiales en número suficiente (tanques y aviones). Y de nuevo en Passchendaele, tuvo cuantos pidió.
Finalmente alegó la perdida del factor sorpresa, pero nuevamente utilizó minas (grandes galerías excabadas bajo las posiciones enemigas, rellenas de explosivos y detonadas antes de la batalla) en ambas batallas y con resultados ilusorios.
Sobre la elección de ambos campos de batalla, para lanzar las ofensivas (El Somme una depresión, donde los alemanes ocupaban la parte alta y Passchendaele un mar de lodo con agua a partir de los 45 cm. de profundidad.) Se atribuyó a unas supuestas presiones políticas. Pero en ambos casos, los subordinados de Haig, indicaron que él fue quien fijó los dos campos en contra de las opiniones de los técnicos.
Lo único en lo que estuvo de acuerdo, fue que en ambos campos de batalla tuvo una superioridad numérica y de artillería frente a las tropas Alemanas.
¿Se pudo hacer mejor? La respuesta es rotundamente SÍ y se lograron dos victorias, donde Douglas Haig no jugó ningún papel determinante.
1º) Batalla de Messines (Junio de 1917) => 12 divisiones Británicas, prescindiendo de un bombardeo previo, para lograr el factor sorpresa y sorprendiendo al ejército Alemán con la explosión de 21 minas (y más de 450 Tm. de amonal). Derrotan a 5 Divisiones alemanas. Apoderándose de los objetivos planeados.
Se demuestra que un objetivo viable para los medios existentes. Con un asalto previo seguido de artillería en movimiento lista para entrar en acción tan pronto una posición ofrece resistencia a la fuerza asaltante. Y, finalmente una planificación mucho más meticulosa, permiten alcanzar una victoria, donde otros solo cosechan fracasos y centenares de miles de muertos. A un coste aceptable.
2º) Batalla del Cambrai (Noviembre a Diciembre de 1917) => De nuevo 4 divisiones Alemanas son derrotadas por 5 Divisiones Británicas, que hacen uso además de 476 carros de combate. En la primera acción acorazada de la historia. Las tropas, sin ningún bombardeo artillero previo avanzan siguiendo a los tanques, que en pocos minutos destrozan las alambradas y las posiciones de ametralladoras, al tiempo que la artillería y la aviación realizan un bombardeo de apoyo. Las fuerzas alemanas se desmoronan y solamente la falta de reservas impidió un mayor avance a un precio en vidas bastante económico para lo usual en esta guerra.
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1 comentario:
Buenas Schwejk,
Me gustaría conocer las fuentes que has utilizado para el apartado específico de las trincheras.
Un saludo.
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