Ambas armadas estaban relativamente avanzadas en temas aeronáuticos. En comparación con sus homólogos Europeos, destacaba el uso del hidroavión, ya que en tierra había muy pocas bases aéreas.
Sus acciones fueron relativamente escasas y anecdóticas, pero llenaron cientos de páginas de acciones, en especial los combates aire – aire entre hidroaviones (donde entre otros combatientes apareció un héroe muy porcino; Porco Rosso).
Aviación naval Italiana:
Disponía al inicio de la guerra de:
134 hombres.
++ 3 dirigibles.
++ 15 hidroaviones.
(Nada más estallar el conflicto, se encargaron 250 hidroaviones y 100 aviones con base en tierra).
En 1918, al firmarse el armisticio:
10.348 hombres.
++ 48 hidroaviones de bombardeo.
++ 96 hidroaviones de caza.
++ 249 hidroaviones de reconocimiento y lucha antisubmarina.
++ 32 aviones de bombardeo.
++ 56 aviones de caza.
Se utilizó principalmente en misiones de defensa aérea, escolta contra submarinos y bombardeo de las bases navales Austro – Húngaras.
Aviación naval Austro – Húngara:
Disponía al acabar la guerra:
Hidroaviones de entrenamiento: 37 Hidroaviones.
Aviones de entrenamiento: 4 Aviones.
Hidroaviones de reconocimiento de largo alcance: 107 Hidroaviones.
Hidroaviones de usos generales (enlace y reconocimiento): 29 Hidroaviones.
Hidroaviones de reconocimiento, guía de embarcaciones, defensa aérea de embarcaciones: 111 Hidroaviones.
Aviones de reconocimiento, guía de embarcaciones, defensa aérea de embarcaciones: 9 Aviones.
Hidroaviones de reconocimiento naval (lucha antisubmarino): 33 Hidroaviones.
Aviones de reconocimiento naval (lucha antisubmarino): 2 Aviones.
Hidroaviones de salvamento: 2 Aviones.
Hidroaviones de ataque (bombardero) naval: 147 Hidroaviones.
Aviones de ataque (bombardero) naval: 84 Aviones.
Hidroaviones de defensa aérea de bases: 12 Hidroaviones.
Aviones de defensa aérea de bases: 31 Aviones.
Aviones torpederos: 3 Aviones.
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