viernes, 31 de julio de 2009

¿Qué fue del petróleo de Oriente Medio?

En contra de lo que Gulvenquian predicaba, la creación en 1912 de la Compañía Turca del Petróleo – CTP no limitó en nada las rivalidades comerciales entre Gran Bretaña y el resto del mundo. (Especialmente cuando la Royal Navy, optó por el petróleo en lugar del carbón como fuente de combustible).
En 1914, poco antes de que las primeras tropas Británicas penetraran al Sur de Mesopotamia, la Compañía Anglo – Persa del Petróleo, adquirió el 50% de las participaciones de la CTP y empezó a presionar al gobierno para hacerse con el control del resto. (Quizás la presencia de esas tropas fuese un buen argumento para facilitar esa venta, pero el estallido de la guerra acabó con cualquier pretensión más o menos pacífica de realizar la compra).
Al acabar el conflicto, Francia y Gran Bretaña iniciaron una serie de arduas negociaciones para asegurarse el suministro de tan vital recurso, a sus respectivas naciones e imperios.
Finalmente en la conferencia de San Remo del año 1920, se propuso crear una nueva empresa para explotar el petróleo de la ex – colonia Otomana de Mesopotamia, por lo que se mantuvo la Compañía Turca de Petróleo, con las siguientes diferencias:
La parte de los ingresos que se llevaba el gobierno Otomano, un 20%, pasó al nuevo gobierno de Iraq.
La parte Alemana, aproximadamente un 25%, de las acciones de la compañía, pasaron a manos Francesas, en concepto de reparaciones de guerra.
El resto pasó a manos Británicas.
Deliberadamente quedaron excluidos Italia y Estados Unidos, que tras grandes presiones diplomáticas, logró en 1928 obtener en unas negociaciones una parte proporcional de las acciones. (Para lo cual y según una cláusula establecida antes de 1914, un nuevo socio no puede ser admitido si todos los socios no votan a favor. Por lo que para admitir a las compañías U.S.A. se procedió a firmar los llamados acuerdos de la línea Roja – Acuerdos trazados sobre el mapa del Oriente Medio, que fijaron las fronteras del nuevo estado de Iraq, no en función de sus habitantes, su opinión y su realidad étnica sino en función de las posibles bolsas de petróleo existentes dentro del país).

Durante la primera etapa del mandato Británico sobre Iraq en los años 20 del siglo XX, tanto los gobernantes como las clases cultas de la sociedad protestaron enérgicamente por la escasa participación en la CTP y lo poco que se beneficiaba el pueblo de Iraq.
En Marzo de 1925, el gobierno de Iraq logró estabilizar sus finanzas al obtener los ingresos por explotación, en régimen de concesión de 75 años, de 24 campos (supuestamente) petrolíferos (cedidos por la CTP, y elegidos entre los de menor volumen).
A parte, el gobierno de Iraq obtuvo unos Royalties (ingreso fijo) por Tm de petróleo extraído pagadero en Libras Esterlinas (más un seguro en caso de depreciación de la Libra). – Siempre y cuando, la CTP obtuviera beneficios en su cuenta resultados. – Cosa que oficialmente no se produjo hasta pasados 20 años del inicio de la explotación.
Finalmente, el gobierno de Iraq pudo implementar algunos tributos más por la explotación o comercialización del recurso (en general similar a la explotación de cualquier otro recurso o producto).
Teniendo en cuenta que CTP era dueña de las refinerías, pozos, oleoductos y demás infraestructuras. Se puede afirmar que era dueña en la práctica del país. El gobierno de Iraq a lo máximo que podía aspirar era cobrar los arrendamientos de los terrenos y muy poca cosa más.
El 15 de Octubre de 1927, se descubrieron nuevos pozos de petróleo e el área de Kirkuk, que doblaron la producción del país.
Por lo que después de arduas negociaciones, se re diseñó el esquema del accionariado de la compañía, quedando así:
La Compañía Anglo – Persa del Petróleo => 23’7% del capital social.
El Grupo Dutch Shell => 23’7% del capital social.
La Compañía Francesa del petróleo => 23’7% del capital social.
La Corporación para el Desarrollo del Oriente Próximo (una asociación de las 5 principales compañías petroleras de los Estados Unidos) => 23’7% del capital social.
El Sr. Gulbenquian => 5% del capital social.
El resto de las acciones eran propiedad particular de diversos accionistas, pero no tenían derecho a voto dentro de la sociedad.
Además optaron por inscribirse como empresa Británica sin ánimo de lucro (lo que es la vida), que entrega el petróleo a cambio de un precio establecido a sus empresas matrices en función de su participación y que además refina y comercializa sus derivados dentro del territorio Iraquí.
Independientemente de su estructura accionarial, un 10% de todo el petróleo extraído, pasaba automáticamente a manos de la Compañía Anglo – Persa de Petróleo. En concepto de indemnización por reducción de la cuota del mercado.
En 1929, la CTP se rebautiza con el nuevo nombre de Compañía Iraquí del Petróleo – CIP. Debiendo resolver diversos conflictos entre sus socios mayoritarios:
Por un lado las Compañías Anglo – Persa del Petróleo y Standard Oil de Nueva Jersey, operaban pozos en varios países además de Iraq, luego necesitaban mantener los precios constantes para garantizar la rentabilidad de sus inversiones en otros lugares.
La Compañía Francesa del Petróleo, exigió garantías políticas y militares sobre los pozos explotados, ya que por esa época Iraq era su única fuente de aprovisionamiento de crudo.
Hasta 1931, se congeló la excavación nuevos pozos. Pues las compañías matrices, oficialmente, no podían construir nuevas infraestructuras para su explotación (terminales marítimas y oleoductos). En Iraq se sospechaba que era para mantener altos los precios del crudo y seguir explotando en otras partes del mundo.
Por esas mismas fechas se firmó un nuevo acuerdo, por el que se concedía a esta empresa una concesión de 70 años, por un terreno de unos 83.200 Km2 al Oeste del río Tigris. A cambio el gobierno de Iraq obtuvo:
Pagos adicionales.
Perdón de varias deudas externas contraídas con los gobiernos de las diferentes compañías dueñas de la CIP.
La promesa para la construcción antes de 1935 de dos nuevos oleoductos hasta el mar Mediterráneo.
En 1932, se firmo otra nueva concesión a 75 años a otra empresa: La Compañía Británica para el Desarrollo del Petróleo (un consorcio formado por empresas Italianas y Británicas), por un terreno de 120.000 Km2 al Oeste del río Tigris. Obteniendo el gobierno de Iraq mejores condiciones que el anterior. Pero se arruinó en 1941 siendo adquirida por la CIP y re nombrándola Compañía de Petróleos de Mosul.
En 1938, se reforzó el monopolio que ejercía la CIP, al quedarse con los pozos que se explotaban en el Sur del país y que se denominaron a partir de entonces Compañía de Petróleos de Basora.
También hubo que discutir el problema del transporte:
Francia quería usar la terminal del Mediterráneo que había en Trípoli (en el Líbano).
Gran Bretaña y el gobierno de Iraq, preferían la de Haifa (en Palestina).
Al final optaron por un acuerdo al 50% usando ambas terminales. Y conectando a cada una los campos más cercanos: Kirkuk por Trípoli y Al – Hadithah por Haifa.
A partir de ese año, se alcanzó un tope de exportación de cerca de 4 millones de Tm de Petróleo / año.
Este monopolio duró hasta el año 1961. Ya que durante los años 40 y 50 del siglo XX, la empresa extendió sus operaciones hasta Dubai y otras partes del golfo Pérsico.
Ese año, el general Qassem, nacionalizó el 99’5% de las concesiones, aunque mantuvo la propiedad privada de las infraestructuras.
En 1972, se nacionalizó la totalidad de la CIP, pagando a los antiguos socios una indemnización establecida en los tribunales y empleando los grandes ingresos del petróleo para mejorar o desarrollar las infraestructuras del país (incluidos el partido Baas y las excentricidades de Saddam Hussein – Todo hay que decirlo-).

(*) La primera guerra por petróleo: Antes del asesinato del archiduque, tropas Británicas penetraron en territorio Otomano. Durante todo el conflicto, estas tropas no lucharon por Gran Bretaña, la Civilización y el Imperio. No.
Este ejército de 2 millones de hombres lucharon por una serie de magnates con sede en la City de Londres, la Bourse de París y Wall Street de Nueva York. En general, su aportación al desenlace del conflicto mundial fue prácticamente nulo y las ventajas que los nativos obtuvieron de sus actividades, cuando las obtuvieron fueron nulas.
En cuanto a Lawrence, que pensaba que luchaba para proteger el imperio y que vivía como cualquier joven Inglés de su edad, no comprendió hasta el final de la guerra, que simplemente había luchado (y se había beneficiado bastante gracias a los libros que pudo vender después y a la explotación de sus derechos de imagen en películas y entrevistas) y masacrado no por esta idea de imperio, sino por los enormes beneficios de estos pocos. Quizás fuese esa su mayor vergüenza y el motivo de su interés en publicar estos libros auto justificando sus actos y ocultando los episodios más vergonzosos.
Mi reflexión final, en cuanto a esos 2 millones de hombres. ¿No hubiesen sido mucho más útiles en algún otro lugar, por ejemplo el frente Oriental?

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