lunes, 3 de mayo de 2010

La Guerra Chino Japonesa (1894 - 1895)

La guerra Chino Japonesa de 1894 a 1895:

ANTECEDENTES

Este conflicto, no hay que entenderlo tanto como un choque entre dos países, sino como una batalla entre las dos dinastías más poderosas de Asia: Los Quing que regían la China desde el siglo XVII y los Meijei del Japón recientemente instalados en la jefatura del estado.
El nuevo estado Japonés, moderno e industrializado, se encuentra con que es un país con muy pocos recursos naturales, apenas produce suficiente arroz para cubrir las necesidades de la población; hay solo unas pocas minas de carbón. Pero falta de todo lo demás, en especial el mineral de hierro. Y para colmo la rápida industrialización hace aumentar tanto la población general del país como la población urbana en particular. Lo que inficiona los precios de los alimentos básicos.
Así que la península de Corea, mucho menos habitada, pero con ricos y fértiles valles (por su agricultura) regados por un régimen de pluviosidad abundante casi todo el año, junto a unos macizos montañosos con multitud de recursos minerales, despierta las apetencias Japonesas (tanto de su emperador como de los grandes magnates de la naciente industria). Por otra parte, se piensa que este país será un mercado cautivo para los productos industriales Japoneses, del mismo modo que Francia y Gran Bretaña han transformado sus imperios coloniales en mercadillos para sus industrias.
Además debe darse prisa, pues tanto China, como otras potencias ribereñas (Estados Unidos y Rusia) andan al acecho de las migajas que han dejado el resto de imperios coloniales del mundo.
(A decir verdad, la carencia de arroz en las islas Japonesas, se debía más a la falta de técnicas de agricultura modernas y al régimen de explotación agraria existente, que a una supuesta falta de recursos físicos. Por aquel entonces, la explotación agraria no había cambiado desde la época feudal.
Aproximadamente el 88% de la superficie cultivable del país era propiedad catastral de aproximadamente unos 4.000 o 5.000 terratenientes – generalmente miembros de la nobleza, la familia imperial o por lo menos samurais -.
Millones de campesinos trabajaban de jornaleros de la tierra, con unos ingresos tan míseros que les obligaba en muchos casos, a emigrar bien a las ciudades donde se convertían en proletarios urbanos o bien al extranjero (y eso que estamos en un periodo de expansión económico – industrial acelerado). Principalmente a Estados Unidos, a Hawai o a las diferentes islas del Pacífico Sur. (La proverbial fortaleza física y capacidad de sacrificio del soldado o del marino Japonés, quizás tengan mucho que ver con el ambiente de privaciones con el que generalmente venía al mundo y se criaba en él.)
La táctica, en líneas generales no pudo ser más cínica, como bien habían aprendido los Japoneses de sus maestros Europeos. Y con la excusa de defender sus ventajas comerciales y la independencia del Reino de Corea, se iniciaron negociaciones políticas con sus líderes.
(Al tiempo, que se aleccionaba a la población Japonesa del peligro de dejar Corea a su albedrío, constituiría una amenaza para el mismo Japón pues es el trampolín desde el que se lanzaría una hipotética invasión extranjera {léase China}.)

El 27 de Febrero de 1876; se firmó el tratado de Ganghwa, entre ambas naciones. (Por el que Corea rompía relaciones con China, al tiempo que habría sus mercados a los productos japoneses. Estos intercambiaban las manufacturas industriales Japonesas por sus minerales de hierro y su carbón mineral). Los regentes Coreanos, prefirieron firmar esto a mantener una hipotética guerra con Japón (que les obligaría a llamara a los Chinos, para finalmente acabar soportando las mismas condiciones.) Aunque pensaban que estaban comprando la paz, lo que hacían era financiar a 20 años la futura guerra que Japón lanzaría contra ellos, para colmo de males, las élites políticas se dividieron entre los que deseaban mantener los lazos con China y los reformistas que aspiraban a ser en un futuro un nuevo Japón (Máxime, cuando habían sido testigos de cómo otro país tributario de china, el Imperio Vietnamita, después de un corto enfrentamiento militar había acabado convirtiéndose en una colonia Francesa). Los japoneses no tardarían en aprovechar esta debilidad para explotarla a su favor.
En 1882, debido a la sequía, hubo una hambruna en toda la península, la fiscalidad cayó y el gobierno de Corea, se vio imposibilitado para hacer frente a sus deudas. El 23 de Julio, el ejército estacionado en Seúl, se amotinó al no haber recibido sus pagas y se dedicó a saquear la capital.
La multitud, en reacción, se manifestó atacando el palacio real, los cuarteles y diversas embajadas extranjeras (entre ellas la Japonesa; donde murieron 13 japoneses y el resto del personal debió huir por barco hasta Nagasaki).
La respuesta Japonesa, fue enviar 4 barcos de guerra y 1 batallón de infantería de marina, para defender las propiedades Japonesas.
Inmediatamente, China envío una División de infantería de 4.500 hombres al otro lado de la frontera. Temiendo una guerra en medio de su territorio, el gobierno Coreano se apresuró a firmar el Tratado de Chemulpo:
50.000 Yenes – oro a cada familia de Japonés asesinado.
Castigo para los alborotadores.
500.000 Yenes – oro, para el gobierno Japonés en compensación por el envío de barcos, tropas y los bienes destruidos.
Disculpa formal del gobierno Coreano por estos incidentes.
En el futuro y para proteger los intereses Japoneses, el Japón podrá acuartelar cuantas tropas estime precisas, dentro de la legación diplomática en Seúl y otros lugares.
En 1884, el gobierno pro – chino, fue sustituido por un gobierno pro – japonés. Sin embargo, en un golpe de estado apoyado por el ejército Chino, volvieron a recuperar el poder. Se produjo la muerte de varios reformistas pro – japoneses y de nuevo fue incendiada la legación Japonesa. (Con la trágica muerte de varios japoneses).
Después de varios tira y aflojas, se firmo entre los gobiernos Japonés y Chino el tratado de Tiensin de 1885, por el que ambas partes acordaron:
(a)Sacar a sus fuerzas expedicionarias de Corea al mismo tiempo,.
(b)No enviar instructores militares para a la formación de los militares de Corea.
(c)Notificar a la otra parte de antemano si uno decide enviar tropas a Corea.
Los japoneses, sin embargo, se vieron frustrados por los reiterados intentos chinos para socavar su influencia en Corea. Por lo que una década después volvería a correr la sangre.
El 28 de Marzo de 1894, el político y revolucionario (pro – japonés) Kim Ok-Kyun, fue asesinado, mientras estaba de visita en Shangai, supuestamente (nunca se supo exactamente quien lo mató ni porqué) por agentes del gobierno y del ejército Chino.
El cadáver, fue trasladado a Corea en un barco Chino de la armada y supuestamente fue descuartizado y se muestra como una advertencia a otros rebeldes. Por lo que el gobierno Japonés lo consideró un acto hostil contra su nación.
Temeroso de una reacción violenta Japonesa, el monarca de Corea, solicitó al gobierno Chino el envío de tropas, en especial para reprimir unos disturbios que habían estallado en el puerto de Tonghak.
En virtud del tratado de 1885, el gobierno Chino informó por telegrama al Japonés y envió a 2.800 hombres al mando del General Yuan Shikai (que además obtuvo el cargo de embajador del gobierno Chino en Corea).
Sin embargo, el gobierno japonés alegó una presunta ruptura del tratado, por lo que en represalia envió a más de 8.000 soldados de infantería del ejército regular, bajo el mando del general Osimi (que también fue nombrado embajador del Japón).
El 8 de Junio de 1894, los Japoneses ocuparán la ciudad de Seúl, derrocarán al gobierno pro – Chino, ocuparán el palacio real y pondrán en su lugar a un nuevo gobierno pro - Japonés. (Este inmediatamente, mandará la salida de las tropas Chinas, evacuando inmediatamente el país nada más tener noticia de la orden. Al tiempo que invita a los Japoneses a enviar más tropas). El gobierno Chino, nuca reconocerá este gobierno títere.

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