lunes, 3 de mayo de 2010

La guerra por Cuba y Filipinas (V)

LAS OPERACIONES DE COMBATE: ISLAS de CUBA y PUERTO RICO.

A)EL BLOQUEO NAVAL DE CUBA. (21 a 25 de Abril de 1898).

Como decíamos antes, el Congreso de Estados Unidos, emitió un ultimátum el 21 de Abril de 1898, y ante la negativa de España a aceptar este, declaró la guerra formalmente el día 25 de Abril.
Entre medias, se estableció un bloqueo naval, durante el cual se apresaron 7 vapores, 5 goletas de pesca y 2 grandes veleros Españoles fueron interceptados y enviados como prisioneros de guerra a puertos de los Estados Unidos.
La intensidad del bloqueo fue grande y pocos buques españoles lograron burlarlo. Entre los buques que burlaron el bloqueo hay que destacar al vapor Montserrat (bajo el mando del Capitán Deschamps) que en tres ocasiones lo rompió. La primera vez fue el 26 de abril que arribó a Cienfuegos, procedente de la península con siete millones de pesos, víveres y 800 soldados. Días más tarde, volvió a romper el bloqueo en su viaje de vuelta a la península para regresar, el 20 de julio, a Matanzas con sus bodegas llenas de alimentos.
Los más activos burladores del bloqueo provenían de México. Allí, los residentes Españoles habían constituido una Junta Patriótica que recaudaba fondos para la compra de alimentos y que, además, coordinaba los esfuerzos de otras juntas constituidas en Argentina y Uruguay. Un total de 14 vapores y veleros provenientes de las costas Mejicanas lograron llegar a los puertos cubanos con cargamentos de víveres comprados y algún material bélico. Durante la guerra, un total de 28 barcos llegaron a Cuba desde España, México, Argentina o Canadá burlando el bloqueo.
Otros grandes vapores que lo intentaron estuvieron a punto de lograrlo. Los transatlánticos Antonio López, Alfonso XII y Santo Domingo vararon en la costa al intentar forzar el bloqueo; tanto del primero de ellos, que encalló cerca de San Juan de Puerto Rico, como de los otros dos, varados en costas cubanas, se pudo rescatar la mayoría de los suministros de material y víveres que contenían sus bodegas.
El férreo bloqueo se incrementó una vez destruida la escuadra de Cervera y fue una de las causas para la rendición española cuyo ejército, si bien seguía siendo importante en Cuba, ya no podría recibir refuerzos ni víveres.
Lo curioso de todo ello es que, una vez finalizada la guerra, el Tribunal Supremo de los EE.UU. declaró ilegal el apresamiento de mercantes españoles antes de la declaración de guerra y de los buques de pesca, aún en tiempo de guerra, (amparándose en una Ley promulgada en Inglaterra por Enrique IV en 1403).
Por otra parte, desde Cádiz se preparó el envío (el 8 de Febrero de 1898) de una escuadra de refuerzo compuesta por:
3 Torpederos. (“Rayo”, “Ariete” y “Azor”).
3 Destructores. (“Terror”, “Furor” y “Plutón”).
1 Crucero auxiliar – El Transatlántico “Ciudad de Cádiz” (armado con 3 cañones de calibres de 120 mm y 1 de calibre 57 mm).
Sin embargo, esta salida se frustró por orden gubernamental, que esperaba evitar la declaración de guerra.
Por su parte los Estados Unidos había enviado a Lisboa una escuadra compuesta por el Crucero “San Francisco” y los Cruceros “Helena”, “Machias” y “Bancroft”. (y estaban a la espera de la llegada del “New Orleans”). Con la intención de destruir esta escuadra.
Pero en lugar de marchar directamente hacia el Oeste, la Española se dirigió hacia el Sur (pasando por Canarias) en dirección a Cabo Verde; donde esperaba unirse al grueso de la armada Española, bajo el mando de Cervera. Partiendo finalmente hacia el Caribe el día 29 de Abril de 1898. La Norteamericana por su parte volvió al hemisferio en esa misma fecha, después de una búsqueda infructuosa.

B)EL BOMBARDEO de MATANZAS [ISLA de CUBA]. (25 de Abril de 1898).

Según el artículo del New York Times de la época; a las 10 de la mañana, enfrente de la costa Cubana de Matanzas, se desarrolló la primera acción naval de combate de esta guerra.
Sin embargo, la realidad fue un poco menos gloriosa: el cañonero “USS Cushing” penetró en la bahía para hacer un reconocimiento y fue atacado por la lancha cañonera “Ligera” que lo alcanzó con un disparo haciéndolo huir averiado y escorado.
Dos días más tarde varios buques estadounidenses se presentaron frente a Matanzas para destruir la batería costera española de fuerte El Morro.
El bombardeo tuvo poco éxito ya que no se inutilizó ningún cañón español y la única víctima fue ¡una mula!

C)LAS BATALLAS de CÁRDENAS y CIENFUEGOS (11 de Mayo y 13 de Junio, de 1898).

En esa fecha, en el puerto de Cárdenas, estaban destacadas las siguientes fuerzas Españolas:
Cañoneras: “Ligera” y “Alerta” de 40 Tm.
Remolcador armado: “Antonio López” (1 Cañón de calibre 57 mm.)
Teniendo como misión, evitar el bloqueo de este puerto y la defensa de la costa frente a las unidades Norteamericanas que bloqueaban la zona desde el día 20 del mes anterior. Contra ellos, se prepararon poco después de la acción anterior, la fuerza norteamericana de bloqueo en la zona. Un escuadrón compuesto por:
Cañonero: “USS Wilmington”.
Crucero: “USS Machias”.
Corbeta de hacienda: “USS Hudson”.
Torpederos: “USS Winslow” y “USS Foote”.
El 8 de mayo de 1898, el “USS Winslow” y el “USS Machias”; se presentaron para destruir la estación de señales y telegrafía del puerto. A fin de repelerlo salieron de puerto el remolcador armado Antonio López y las lanchas cañoneras Ligera y Alerta. El combate, sin resultado para ambas partes, terminó cuando los disparos del “USS Machias” centraron a los buques españoles, mucho más pequeños y débiles, que se retiraron.
El 11 de mayo de 1898, la flota entera norteamericana, se presentó en el puerto con órdenes de destruir las posibles baterías costeras existentes e inutilizar de una vez la estación de señales.
Contra este escuadrón, las cañoneras españolas se retiraron a la parte menos profunda del puerto, mientras que el “Antonio López” se quedó cubriendo la retirada incapaz de navegar hacia zonas menos profundas.
A las 13’35 el “USS Winslow” que se había adelantado para buscar minas, se aproximó al “Antonio López”; que parecía abandonado, pero con la bandera de combate izada, para inspeccionarlo. Después de varios disparos de advertencia el comandante Americano decidió abordarlo y cuando más cerca estaba, el comandante Español efectuó los primeros disparos contra buque enemigo, alcanzándolo a la segunda salva en la dirección y rompiendo su tubería de vapor principal. Los norteamericanos “USS Wilmington” y “USS Hudson”; se acercaron a toda máquina para recoger a los heridos y salvar al buque, efectuando varios disparos contra las cañoneras Españolas que acudían a rescatar al “Antonio López”.
Tras dos horas y media de combate, el “USS Wilmington” se retiró con dos impactos, seguido del “USS Hudson”, con cuatro impactos, que remolcaba al “USS Winslow”, con las máquinas inutilizadas y graves averías, que obligaron a la Armada estadounidense a darle de baja.
En total los Norteamericanos sufrieron 5 muertos y 6 heridos. Mientras que los Españoles registraron 3 muertos y un herido, quedando las dos cañoneras aboyadas por los impactos enemigos.
Este combate se convirtió en la mayor victoria española de la guerra, ya que causó más bajas en el bando estadounidense que en todos los combates anteriores y posteriores.
Por su “victoria”, el teniente de navío Montes, comandante del “Antonio López” recibió la Cruz Laureada de San Fernando y el teniente de navío Pérez Rendón, comandante de la “Ligera”, por su acción del 25 de abril, la Cruz Naval de María Cristina.

Al mismo tiempo, en el puerto de Cienfuegos. Se presentó la escuadra principal de bloqueo Norteamericana. Compuesta por:
Crucero: “USS Nashville”.
Cañonera: “USS Marblehead”.
Con un destacamento de desembarco, compuesto por 52 Infantes de Marina.
El problema para los norteamericanos, era que aunque el bloqueo era eficaz, no conseguía detener totalmente a los burladores españoles o al servicio de estos.
El problema es que la isla no estaba incomunicada gracias a los cables telegráficos submarinos que comunicaban la isla con el continente vía México que era neutral.
Para cortar estos cables (que avisaban cuando, los buques que participaban en el bloqueo Norteamericano se retiraba para carbonear. Momento en que los burladores se hacían a la mar) se organizó esta acción, donde los 52 “marines” voluntarios, armados con hachas y sierras, se llevarían los empalmes a alta mar, cubiertos por el fuego de sus barcos.
Con la esperanza que el fuego de las baterías costeras españolas fuesen lo suficientemente impreciso, contra embarcaciones menores, para permitir la acción y regresar airosos de la operación.
La acción se llevó a cabo de madrugada y aunque pudieron evitar el fuego principal de la artillería de costa, los “marines” fueron alcanzados por el fuego de fusil español. Sufriendo 2 muertos y 15 heridos.
Durante más de una hora, los dos cables que los norteamericanos conocían su existencia, habían sido cortados. Pero un tercer cable más moderno y que estos desconocían seguía en funcionamiento. No sería descubierto hasta después de la guerra.
Los 52 voluntarios, fueron premiados más tarde con la “Medalla de honor del congreso”.

El 13 de Junio de 1898, de nuevo frente a Cienfuegos, el cañonero español “Diego Velázquez” estaba a la espera del vapor “Purísima Concepción” que venía de México.
En la espera se encontró con el crucero auxiliar “USS Yankee”. Después de una hora de combate el cañonero español se retiró a puerto a recargar munición y a recoger refuerzos. Acudiendo de nuevo el “Diego Velázquez” y las lanchas cañoneras “Lince” y “Cometa”, salieron de puerto pero el “USS Yankee” ya se había marchado. El “Purísima Concepción” llegó sin novedad.

D)BOMBARDEO NAVAL de SAN JUAN de PUERTO RICO (12 de Mayo y 22 de Junio, de 1898).

Decididos a iniciar las operaciones contra la isla de Puerto Rico y de paso tratar de interceptar a la flota de Cervera (que erróneamente, la inteligencia naval Norteamericana suponía refugiada en el puerto de San Juan). El almirante Sampson se presentó el día 12 de Mayo de 1898, con las siguientes naves:
Crucero acorazado: “USS New York”. (Misión descubierta).
Acorazados: “USS Iowa” y “USS Indiana”. (Misión destruir los buques enemigos principales).
Monitores: “USS Terror” y “USS Amphritrite”. (Misión cubrir a los buques norteamericanos del fuego de las baterías de costa Españolas).
Cruceros protegidos: “USS Detroit” y “USS Montgomery”. (Misión destruir los buques enemigos menores).
Remolcador: “USS Wonpatak”. (Misión salvar cualquier buque inutilizado).
Sumando un total de 164 cañones de todos los calibres. Por su parte los Españoles no disponían de ningún barco con que oponerse a esta flota, pero disponían de una guarnición de 18.000 hombres y una fuerza de 7 fortalezas, contando para defensa de la plaza con 54 cañones (de los que solamente 44 eran más o menos modernas. Más Otras 20 piezas de campaña del ejército).
La “batalla” duró dos horas y diecinueve minutos, efectuándose por parte de los norteamericanos 1.360 disparos, de los que menos de 700 llegaron a tierra. Sufriendo los buques “USS New York” (3 heridos), “USS Iowa” (1 muerto y 4 heridos) y “USS Amphritrite” (1 muerto). Daños menores.
Por su parte los Españoles efectuamos 441 disparos y debimos sufrir 7 muertos (de los que 5 eran civiles) y 57 heridos (de ellos 18 civiles).
Finalmente los Norteamericanos se retiraron cuando comprobaron que no había buques enemigos. Siendo Sampson muy criticado, en privado, por sus subordinados por no haber desmontado ningún cañón Español.

El día 22 de Junio de 1898, patrullaba cerca de San Juan de Puerto Rico, el crucero auxiliar “USS Saint Paul”. (Estando al mando del mismo el capitán Sigsbee, antiguo comandante del Maine.)
Contra él, salió en su caza el crucero protegido de segunda clase “Isabel II” con la idea de atraerlo dentro del campo de acción de las baterías costeras, lo que no logró.
Ambos barcos estuvieron combatiendo sin resultados durante una hora. En medio del combate, y en apoyo del “Isabel II”, salió el destructor “Terror” que se dirigió a toda máquina contra el “USS Saint Paul” intentando acercarse a distancia de tiro de torpedos. Sin embargo, en la aproximación, fue alcanzado por un proyectil de 127 mm. Que no estalló pero le produjo averías en la máquina.
El “Terror” tuvo que retirarse a San Juan para reparaciones sin evitar que el “USS Saint Paul” siguiera bloqueando intermitentemente el puerto de San Juan.

E)BOMBARDEO NAVAL de SANTIAGO de CUBA (31 de Mayo y 10 de Julio, de 1898).

El 19 de Mayo de 1898, la escuadra de Cervera llegó por fin a las costas de la Isla de Cuba, después de descartar anclar en Puerto Rico, al recibir noticias del bloqueo que padecía esta isla. (Los detalles de este viaje los relataré cuando hable de la batalla de Santiago).
Dirigiéndose al único puerto que en ese momento estaba libre de bloqueo, Santiago de Cuba. Permaneciendo en dicho puerto, hasta que el 27 de Mayo de 1898, la escuadra norteamericana cerró la salida e inició las operaciones tendentes a destruir a la flota Española.
Cervera trató de proteger sus barcos más importantes (“María Teresa”, “Vizcaya” y “Oquendo”) en los lugares más protegidos de la bahía, así como aprovechar el reducido tamaño de los destructores para ocultarlos en otro lugar. Pero el “Cristóbal Colon” debía quedar expuesto al fuego americano, así que quedó emplazado para apoyar con sus cañones a las baterías costeras.
El 31 de mayo de 1898, a las 14’00 horas, la marina norteamericana trató de hundirlo mediante el fuego de los acorazados “USS Iowa” y “USS Massachusetts” y del Crucero “USS New Orleans”.
Disparando tanto contra el “Cristóbal Colón” como contra las fortificaciones costeras, desde casi el alcance útil de los cañones, unos 6.400 m. Mientras que el “Cristóbal Colón” y la artillería costera devolvieron el fuego.
Los Estadounidenses cesaron el fuego a las 14’10 y los Españoles a las 15’00. Ningún de los dos bandos sufrieron bajas.

La escuadra Española sería destruida en la batalla de Santiago el 3 de Julio de 1898.

El 8 de Julio de 1898, el gobierno Español anunció públicamente que ninguna otra flota saldría hacia el Caribe o el Pacífico; destinando lo que quedaba de la marina de guerra para la defensa del territorio metropolitano. Mientras, el ejército de Estados Unidos junto con los insurgentes Cubanos, recibieron refuerzos y provisiones.
El día 9 de Julio de 1898, emitieron un comunicado al general Toral, por el que si a las 16 horas del día 10 de Julio de 1898 no rendía la plaza fuerte de Santiago de Cuba, estos la tomarían al asalto.
El día 10 de Julio de 1898, a las 14’00 horas, el general Shafter, volvió a mandar un comunicado ofreciendo la rendición honrosa de la plaza y permitiendo a los Españoles volver a la península (en barcos Norteamericanos) conservando sus armas y estandartes. Como el general Toral seguía resistiéndose a rendirse, al llegar las 16’00 horas se inició el asalto. (De todas formas tiroteos esporádicos seguían produciéndose).
Los Norteamericanos bombardearon a los Españoles con su artillería pesada, apoyados por una lluvia terrible de artillería de los barcos de la flota del almirante Sampson.
La fortaleza de El Morro fue reducida a escombros y lo que quedaba de las fuerzas Españolas, dispersadas por las granadas explosivas y el fuego de ametralladora. 48 horas después, el general Toral envió un mensaje al General Shafter indicando que no resistiría más.
El 14 de Julio de 1898, se iniciaron las negociaciones para la capitulación Española.

F)INTENTO de BLOQUEO de SANTIAGO de CUBA (3 de Junio de 1898).

La flota Española de Cervera no aparecía por ningún lado y la inquietud comenzaba a manifestarse tanto en Cuba como en Estados Unidos. Por su parte los almirantes Norteamericanos estaban preocupados por la inminencia del verano y la posterior llegada de la temporada de los huracanes. (A lo que había que unir el aburrimiento y el pánico infundido por la prensa en Estados Unidos).
Entre el 13 y el 14 de Mayo, mientras Sampson operaba en aguas de Puerto Rico, llegaron “rumores” (se cree que el crucero auxiliar, el U.S.S. Solace, transmitió la noticia) sobre un posible retorno de Cervera, a Cádiz.
Por parte Española los cañoneros “Conde de Venadito” y “Nueva España”, habían tratado de salir infructuosamente de la Habana.
Por lo que, Sampson aprovechó para dirigirse a Florida, a Kay West con intención carbonear, llegando el día 18 de Mayo de 1898.
El 19 de Mayo de 1898, apareció de improviso la flota de Cervera, que se dirigió a refugiarse inmediatamente a Santiago de Cuba aprovechando la ausencia de la flota de bloqueo Norteamericana.
Entre los días 21 y 24 de Mayo de 1898, la flota Española cargó algo de carbón en Cienfuegos y se refugió en Santiago de Cuba, quedando los almirantes americanos atónitos y no siendo capaces de organizar el bloqueo hasta el día 27 de Mayo de 1898. Actuando en él los buques: “USS Brooklyn”, “USS Iowa”, “USS Texas”, “USS Massachusetts”, “USS Marblehead”, “USS Vixen”, “USS Hawk”, “USS Eagle” y “USS Merrimac”.
El 29 de Mayo de 1898, Sampson, tomó el mando del bloqueo desde el “USS New York” junto con el “USS Myflower” y el “USS Porter”. Uniéndoseles más tarde el “USS Oregon”.
El puerto de Santiago de Cuba tiene unas 10 millas de largo, pero menos de 200 metros de ancho (en su entrada). Por lo que al almirante Sampson, se le ocurrió la idea de bloquear la bahía. Hundiendo a la entrada de la misma al buque, el carbonero USS Merrimack (tripulado por 8 voluntarios, a los que se les prometió y luego concedió la medalla de honor del congreso) que andaba averiado y solo suponía un estorbo.
(http://maps.google.es/maps?hl=es&source=hp&q=santiago%20de%20cuba&um=1&ie=UTF-8&sa=N&tab=wl)
El problema es que era una misión peligrosa, pues a ambos lados de la entrada se encontraban los cañones de la batería Socapa y del Castillo del Morro.
El 30 de Mayo de 1898, el teniente de navío Hobson presentó su plan para el almirante Sampson: Equipar al carbonero con diez de cargas explosivas (35 cargas de unos 38 Kg de pólvora – cordita) a lo largo del costado de babor.
Bajo el amparo de la oscuridad el “USS Merrimac” entraría en el puerto, poco a poco, hasta alcanzar las aguas poco profundas en el centro del estrecho pasillo, donde el ancla bajada hasta la profundidad requerida. En ese punto, el ancla de popa actuaría como espoleta de las cargas explosivas, pues sería provista de los mismos mecanismos que los torpedos eléctricos. El buque, tardaría en hundirse por babor y frente a la entrada del puerto, en menos de dos minutos.
La decisión de llevarlo a cabo se tomó en la noche del 1 al 2 de Mayo de 1898, pero no había cargas suficientes y hubo que posponer la misión 24 horas hasta que se dispuso de cargas suficientes.
Finalmente en la noche del 3 de Mayo de 1898, Hobson y sus siete voluntarios pilotaron al “USS Merrimac” junto con un ingeniero asistente, que permanecería a bordo durante la primera etapa del viaje.
A medida que se movía el barco hacia el puerto, Hobson comenzó a comprobar las cargas explosivas. (Para su frustración, sólo siete de las diez habían pasado el examen inicial y solo estas estaban en disposición de funcionar).
Sin embargo, se negó a retrasar la misión un día más, ordenando seguir con ella, navegando a 9 nudos. Al acercarse a la entrada del puerto, redujo momentáneamente la velocidad. Al tiempo que una pequeña lancha a vapor se situó lo suficientemente cerca para recoger al ingeniero asistente.
El plan era que la lancha recogiera a Hobson y a sus siete voluntarios una vez que el “USS Merrimac” había sido saboteado.
A pesar de la oscuridad, el buque fue descubierto y desde 500 metros fue sometido a un intenso fuego. Por lo que se ordenó avanzar a toda máquina a pesar de haber perdido el elemento sorpresa.
Finalmente, el buque fue alcanzado en varios puntos, incluido el timón por lo que empezó a desviarse de su ruta dirigiéndose a una zona mucho más profunda. Alcanzado por dos torpedos del “Reina Mercedes” y por los disparos del “Cristóbal Colón” y del “Oquendo”. Los Norteamericanos decidieron hundir ahí mismo el barco, pero solo dos cargas estallaron. Finalmente el barco se incendió por los disparos Españoles y flotó mas de una hora después de que estos cesaran.
Mientras la lancha a vapor volvió hacia el resto de la flota Norteamericana, dando por muertos a todos los miembros de la misión.
En su lugar todos los norteamericanos, aferrados a una balsa, llegaron arrastrados por la corriente hasta una playa donde fueron tomados prisioneros por los Españoles. (Estos enviaron un mensaje a Sampson, informando del feliz rescate de la tripulación del “USS Merrimack”.) Siendo liberados el 6 de Julio de 1898 durante un intercambio de prisioneros.

G)TOMA de la Bahía de GUANTÁNAMO (10 de Junio de 1898).

Entre el 6 y el 10 de Junio de 1898, se libró esta batalla, para apoderarse por parte de Estados Unidos, de esta estratégica bahía.
Los Españoles disponíamos en las inmediaciones de una guarnición de 7.000 hombres, pero ninguno protegiendo la bahía misma.
El 6 de Junio de 1898, el “USS Marblehead” y el “USS Saint Luis” hicieron un reconocimiento de la misma y cortaron los cables que unían Cuba con Haití.
Destruyendo con fuego de artillería de calibre 127 mm la única defensa de los Españoles, una pequeña garita de madera en Punta de los Pescadores.
Mientras que el cañoneros “Sandoval” se retiró ante la superioridad enemiga, quedando como único obstáculo las piezas de la fortaleza de Cayo Toro que estaban fuera de alcance para disparar contra el “USS Marblehead”.
Entre los días 5 y 7 de Junio de 1898, los cables telegráficos que unían Guantánamo con Santiago de Cuba, también fueron cortados.
El 9 de Junio de 1898, embarcaron en Cayo Oeste (Florida), en el “USS Panther” 4 de las 6 compañías de un batallón de “Marines”, que llegaron a la zona el 10 de Junio de 1898.
Desembarcando ese mismo día y quemando a su paso las pobres chozas de los pescadores que vivían en los alrededores y los restos de la fortificación Española. (Mientras que la población civil huía tierra a dentro, los “Marines” acamparon en la zona.)
El día 11 de Junio de 1898, llegaron 2 compañías de refuerzo y se inició un tímido avance por el terreno que era una maraña de matas y espinos. A mediodía se inició un tiroteo contra las fuerzas Españolas, que habían enviado 400 hombres para recuperar la bahía. Pero al final del combate nadie resultó herido. Y se habían apoderado del único pozo de agua potable en la zona.
Al llegar la noche se produjeron otros enfrentamientos y los norteamericano perdieron dos hombres.
El día 12 de Junio de 1898, llegaron 50 Cubanos y se pusieron a quemar los arbustos y matas para evitar nuevos ataques Españoles. Siendo apoyados durante su avance por el fuego del “USS Marblehead”.
Al llegar la media noche del 13 de Junio de 1898. Y tras padecer otras dos bajas, pudieron por fin descansar, tras ser relevados por tropas del Ejército de Estados Unidos.
Tras este periodo, se les ordeno tomar el principal cuartel Español en la zona, que estaba en Pozo de Cuzco. Para lo que se destacaron a los 50 Cubanos más 160 Marines, apoyados por el “USS Dolphin”.
El asalto no empezó hasta las 11’00 horas del día 15 de Junio de 1898, tras cruzar un sotobosque cubierto de maleza. Apoyados por el fuego del “USS Dolphin”. Pusieron en fuga a más de 800 soldados Españoles, dejando tras de sí 58 muertos y 150 heridos. (los Cubanos perdieron 2 hombres y tuvieron otros 2 heridos, mientras que los norteamericanos lamentaron solo 2 heridos. Sin embargo mucho más grabe fue el agotamiento por calor de un oficial y 22 “Marines”). El cuartel Español, seria posteriormente incendiado.
El 16 de Junio de 1898, los buques “USS Texas”, “USS Marblehead” y “USS Yankee” bombardearon Cayo Toro, desmontando dos de los cañones Españoles, destruyendo el fuerte y otras posiciones Españolas en menos de 15 minutos. (Después de que una mina se enganchara a la hélice del “USS Marblehead” se hizo un reconocimiento de la zona, localizando 14 minas más. Ninguna llegó a explotar; en la playa Hicacal, la fuerza naval Norteamericana fue atacada por el fuego de fusilería de 250 Españoles, que protegían dicho campo. El día 25 de Junio, se transportó una fuerza de 160 “Marines” y 40 Cubanos, que desembarcaron sin oposición, ya que los Españoles se fueron por lo menos dos días antes).
Entre el 22 de Junio y el 3 de Julio de 1898, los Norteamericanos desembarcaron diferentes contingentes en Guantánamo hasta alcanzar los 17.000 hombres.
Mientras, el grueso de los 7.000 Españoles, bajo el mando del general Pareja, permaneciendo inmovilizados y dudando entre acudir a defender Santiago de Cuba o atacar a la fuerza enemiga en Guantánamo. (Que además estaban incomunicados por los cortes de los cables y por la presencia de unos 1.000 guerrilleros Cubanos, según fuentes Españolas).
Los Norteamericanos, permanecieron en la misma, salvo 3.500 hombres que se enviaron a conquistar Puerto Rico, formalizando la propiedad sobre la misma en 1903.

H)DESEMBARCO de DAIQUIRI (22 de Junio de 1898).

Con la escuadra Española encerrada en Santiago de Cuba. Después de desechar un desembarco masivo de tropas regulares en Guantánamo (por la falta de caminos practicables hasta la capital) Y con la temporada de los huracanes a la vuelta de la esquina; el alto mando del ejército y de la armada de los Estados Unidos exigieron una acción que pusiera fin al conflicto, al tiempo que acampaban unos 50.000 hombres (de los 300.000 que fueron movilizados por toda la nación Norteamericana) a las afueras de Tampa (Florida) presas del aburrimiento.
Mientras que los marinos proponían destruir a cañonazos los fuertes que protegían la entrada a la bahía de Santiago de Cuba, penetrar en la misma, destruir a la flota Española y apoderarse de la ciudad y puerto; los soldados preferían una maniobra menos arriesgada. Por consejo del jefe de los insurrectos Cubanos, Calixto García, optaban por un desembarco en la playa de Daiquiri, defendida por (según cálculos Cubanos) menos de 300 Españoles. Y mediante un movimiento en pinza conquistar Santiago de Cuba por tierra. (Curiosamente, los Británicos adoptarían esta misma estrategia 90 años más tarde en las Malvinas).
Antes de esta acción, tanto la armada como el ejército insurrecto Cubano, realizaron diversas acciones de distracción en diversos lugares de la isla, para despistar a los Españoles sobre el verdadero lugar del desembarco.
Finalmente, el día 22 de Junio de 1898, a las 9’00 horas se presentó una fuerza de combate Norteamericana, en cabañas para bombardearla, repitiendo la operación en Siboney, Daiquiri y Aguadores.
Finalmente la flota se dirigió a Daiquiri donde había llegado el grupo de mercantes alquilados (Zeelandia, Yucatan, Yarmouth, Yale, Whitney, Wanderer, Vigilancia, Valencia, Tacoma, Stillwater, Shinnecock, Senator, Seneca, Seguranca, Scandia, Saratoga, Santiago, San Marcos, St. Paul, St. Louis, Roumanian, Rita, Rio De Janeiro, Rio Grande, Peru, Pennsylvania, USS Panther, Orizaba, Ohio, Obdam, Nueces, Newport, Morgan City, Mohawk, Mobile, Mississippi, Minnewaska, Michigan, Miami, Matteawan, Massachusetts, Marterra, Manteo, Manitoba, Leona, Lampasas, Iroquois, Indiana, Hudson, Havana, Harvard, Gussie, Grande Duchesse, Gate City, Florida, D. H. Miller, Concho, Comanche, Comal, Colon, Clinton, City Of Washington, City Of Sidney, City Of Puebla, City Of Pekin, City Of Para, China, Chester, Cherokee, Catania, Breakwater, Berlin, Berkshire, Bay State, Badger, Australia, Arizona, Aransas, Allegheny y Alamo) que transportaban a las tropas Americanas bajo el mando del General Shafter, formando el llamado 5º Cuerpo de Ejército Americano. Su composición era la siguiente:
2 Divisiones de infantería y 1 de caballería, al mando de los generales Kent, Lawton y Wheeler.
2 Brigadas de infantería independientes al mando de Bates y Duffield.
1 Batallón de artillería compuesto de cuatro baterías de campaña.
2 Baterías de artillería pesada.
8 Cañones de sitio.
1 Regimiento de caballería.
En total 18.000 hombres a los que había que añadir 5.000 cubanos al mando del General rebelde Calixto García.
Aunque no hubo resistencia Española al desembarco (y eso que además de los 200.000 soldados Españoles y Cubanos que teníamos a nuestras órdenes, disponíamos de 8.000 hombres en Santiago de Cuba, reforzados por más de 2.000 marineros e infantes de marina de la escuadra de Cervera. Junto con otros 7.000 soldados en las inmediaciones de Guantánamo. Pero ni uno ni otro se movieron lo más mínimo para rechazar la invasión), tanto el embarque de las tropas, como el desembarco resultaron caóticos.
El embarque: Los regimientos y batallones estaban acampados en campamentos independientes en los alrededores de la ciudad de Tampa, algunas unidades además habían acampado en parques públicos dentro de la misma. El problema era que muchos oficiales no se alojaban en los campamentos, sino que habían alquilado habitaciones en hoteles y balnearios. Al llegar la orden de embarcarse, hubo que localizarlos uno a uno.
Mover las tropas desde las afueras hasta el puerto de la ciudad, teóricamente se haría por ferrocarril. Pero la única línea disponible era de un solo sentido así que las locomotoras tenían que hacer dos viajes por cada unidad cargada, retrasando considerablemente la operación.
Tampoco había un plan específico de embarque de tropas; simplemente se embarcaban en el primer buque que llegaba y diferentes compañías de una misma unidad acabaron embarcadas en diferentes barcos.
El viaje, en general era rápido por las distancias, aunque la mayoría de los soldados (y todo el ganado) padeció los efectos del mareo, junto con la incomodidad del viaje en barco mercante.
El desembarco: el primer problema era la profundidad, los barcos iban a necesitarse para recoger heridos y transportar las provisiones durante la campaña, así que no podían arriesgarse a quedarse atrapados en los bajos fondos. Por lo que la maniobra se realizaría lo más cerca posible de la costa enemiga.
Y entonces ocurrió el desastre; ¿Cómo desembarcamos al personal? A nadie se le había ocurrido este problema y lo único disponible eran los botes de salvamento de los barcos, los cuales tenían sitio para los remeros o para los soldados. Pero no para todos a la vez, así que llenos al 50% para cada maniobra debieron hacer multitud de viajes hasta descargar toda la carga. (No se habían hecho nunca maniobras y ejercicios y al volver los primeros botes se chocaron con los que se dirigían llenos a al desembarco). El resultado es que hasta las 10’00 horas del día 22 de Junio de 1898, no puso el pie en tierra firme el primer soldado Norteamericano y que al oscurecer, hacia las 18’00 horas solo estaba en tierra unos 6.000 hombres (muchas compañías estaban sumidas en el caos y los gritos de los hombres buscando a sus compañeros duraron toda la noche).
Si los hombres era un problema, desembarcar las máquinas y carros era mucho más complicado (sobre todo evitar que el agua de mar afectara su funcionamiento. Al igual que las provisiones y las municiones). Pero el ganado fue un desastre y ante la imposibilidad de mantenerlo quieto en las barcas se optó por arrojarlo por la borda y esperar que llegaran a nado (por instinto). El resultado al final de la campaña es que según estimaciones Norteamericanas, se ahogó aproximadamente 1/3 de los caballos y mulas.
Hasta el día 23 de Junio de 1898, por la mañana, las unidades Norteamericanas no estuvieron en disposición de marcha, tomando el pueblo de Siboney. (Momento en que llegó a Santiago de Cuba la noticia del desembarco Norteamericano). El único intento Español, fue enviar desde Sevilla (otro pueblo a 5 Km. del anterior), 6 compañías de infantería y 2 piezas de artillería. Que se atrincheraron en las Guásimas.
Tanto unos como otros estuvieron esperando hasta el día 28 de Junio de 1898, en que se iniciaron las operaciones terrestres.

I)BATALLA de TAYACOBA (30 de Junio de 1898).

Los Norteamericanos estaban decididos a emplear como auxiliares, a las fuerzas rebeldes Cubanas. Pero necesitaban una base segura, desde la cual abastecerlos. El primer punto propuesto, el puerto de Cienfuegos, quedó descartado el 29 de Junio de 1898, cuando el cañonero “USS Florida” encontró resistencia armada Española.
En su lugar, se optó al día siguiente, por la playa de Tayacoba, algo más alejada. Antes de desembarcar las mulas y los pertrechos, se envió una fuerza compuesta por marineros armados, para hacer un reconocimiento. Pero fueron descubiertos por exploradores Españoles y se desató un tiroteo.
Al tratar de llegar a la playa, se encontraron sometidos a un fuerte fuego de artillería Española, imposibilitando su reembarque en el “USS Florida”. Se intentaron 4 rescates pero fracasaron. (A pesar que a bordo del mismo había una fuerza de 425 soldados negros del 10º de Caballería, sin sus monturas obviamente). Solamente de noche un destacamento de cuatro hombres pudo acercarse y recoger a los supervivientes. (Obteniendo por su acción la Medalla de Honor del congreso).
En total sufrieron 8 muertes y 15 más quedaron heridos.

J)1ª, 2ª, 3ª y 4ª - BATALLAS de MANZANILLO (30 de Junio; 1, 18 y 23 de Julio de 1898).



Los Españoles sitiados en Cuba, buscaban constantemente puertos y playas libres del bloqueo. Consciente de la situación, el cónsul estadounidense en Kingston (Jamaica), envió un mensaje a los militares informando que los Españoles se preparaban para enviar a un convoy de re – abastecimiento de esa ciudad a la costa sur de Cuba o Puerto Rico.
Para frustrar estos esfuerzos, el 28 de junio el presidente McKinley extendió el bloqueo a la costa sur de Cuba y Puerto Rico. Con el fin de reforzar el bloqueo se envió una flotilla de barcos de guerra – auxiliares: “USS Hist”, “USS Hornet” y “USS Wompatuck”. Para patrullar la zona.
Los tres buques estadounidenses comenzaron sus operaciones mediante la realización de un reconocimiento de la zona entre Santa Cruz y Manzanillo.
Mientras patrullaban cerca de la bahía de Niguero, fue avistado un cañonero Español y los Estadounidenses decidieron atacarlo. La idea era iniciar el ataque desde el “USS Wompatuck” mientras que el “USS Hornet” y el “USS Hist” rodearían al cañonero Español. Si bien este comenzó a disparar sus armas. (Apoyado por el fuego de las tropas Españolas en tierra.)
Durante el combate, el fuego Norteamericano, puso en fuga a las tropas de tierra y obligaron al cañonero a encallar.
Los tres barcos de guerra continuaron hacia Manzanillo, donde fueron descubiertos por un escuadrón de buques Españoles que incluía 3 buques de guerra, (un torpedero, una chalupa, un crucero, 4 pontones armados, y otros buques de guerra auxiliares.) Junto a otros buques mercantes en el puerto y algunos buques de guerra Españoles en reparación.
Los norteamericanos abrieron fuego contra los Españoles a las 15’20 horas. Pero la flota Española respondió con precisión, alcanzando a los tres buques en varias ocasiones.
El “USS Hist” fue alcanzado en varios sitios, incluida la sala de máquinas (Muriendo un hombre y quedando heridos otros dos). El “USS Hornet” fue alcanzado en la tubería de vapor principal (matando a un hombre y calcinando vivos a otros dos). El “USS Wompatuck” tuvo daños ligeros y logró salir solo con unas abolladuras en el casco, llevando a remolque al “USS Hornet”.



Al día siguiente, 1 de Julio de 1898. Otros dos buques Norteamericanos, el “USS Scorpion” y el “USS Osceola” se presentaron para tratar de destruir la flota Española.
Esperaban unirse a los otros barcos, pero desconocían que los Españoles les habían derrotado y puesto en fuga. (Sus órdenes era hacer un reconocimiento y hundir ó capturar cualquier buque enemigo que avistaran).
En el puerto se encontraron varios buques enemigos, incluidos 3 buques de guerra y 1 buque auxiliar. Los Estadounidenses abrieron fuego contra los Españoles. Pero no pudieron acercarse lo suficiente para destruirlos, debido a las aguas poco profundas. No sólo fueron rechazados por el fuego Español, sino también por el fuego de la infantería y la artillería costera.
Los Americanos superados en número y después que el “USS Scorpion” hubiese sido alcanzado doce veces, se retiraron. El “USS Osceola” no resultó tocado y los Estadounidenses no sufrieron víctimas. Los Españolas tampoco.

Más refuerzos llegan a mediados el 18 de julio de 1898, librado una tercera batalla, destruyendo la pequeña flota Española, de una vez.



Manzanillo, comenzó a convertirse en un incordio para la armada Estadounidense, por las salidas de cañoneras y la llegada de burladores del bloqueo.
El 18 de Julio de 1898, se envió una expedición para acabar con la flota Española; los buques “USS Wilmington” y el “USS Helena” entraron por un canal al norte de la bahía. Para atacar desde la izquierda. El “USS Osceola” y el “USS Scorpion” atacaron por otro canal enfrente de la ciudad. Y los otros tres buques Estadounidenses entraron por los canales del Oeste, para atacar desde la derecha.
A las 7’04 horas fueron descubiertos por la artillería costera Española, abriendo fuego e iniciándose el combate.
Unos quince minutos más tarde el “USS Scorpion” y el “USS Osceola” respondieron disparando a las baterías costeras Españolas. El “USS Wilmington” y el “USS Helena” comenzaron a atacar a los buques anclados en el puerto.
Varios barcos de guerra Españoles zarparon para rechazar a la flota Estadounidense, pero fueron rechazados por el fuego de mayor calibre de los Norteamericanos.
Los buques Estadounidenses continuaron atacando el puerto, pero se vieron obstaculizados por la poca profundidad de la bahía de Manzillio.
Al final al llegar a la altura de buques Españoles, concentraron su fuego primero sobre los transportes refugiados en el puerto, luego sobre el casco del pontón armado “María”, y finalmente sobre los buques de guerra más importantes.
El “USS Helena” disparó sistemáticamente sobre los cañoneros. Hasta que dos de ellas explotaron por los incendios, mientras que el resto fueron hundidos o varados. Hasta quedar todos destruidos.
A las 10’35 horas, los Norteamericanos se dieron por satisfecho y se retiraron. Los Españoles perdieron cuatro buques de guerra, tres transportes y un pontón (con un total de 200 muertos), Otro cañonero se fue a pique después del combate. Mientras que los Estadounidenses sufrieron pocos daños y no tuvieron bajas.
La amenaza planteada por la flotilla Española fue eliminada y la escuadra Estadounidense regresó a la flota principal, salvo el “USS Wompatuck” que marchó a la bahía de Guantánamo para llevar la noticias al almirante de la última victoria de Estados Unidos.



Aunque la presencia naval Española en Manzanillo fue eliminada, quedaban tropas Españolas, controlando la ciudad y no sería hasta el final de la guerra cuando Manzanillo se rindió a las tropas Norteamericanas. Quienes después de un feroz bombardeo naval y terrestre tomaron la ciudad, entregándola a los insurgentes Cubanos.

K)BATALLA de AGUADORES (1 de Julio de 1898).

El 1 de Julio de 1898, mientras se desarrollaba por tierra la batalla de Lomas de San Juan y El Canay, se concibió un ataque de distracción, para sacar a los Españoles de sus posiciones fortificadas.
Unos 2.000 Norteamericanos, más 300 Cubanos, se embarcaron en transportes escoltados por los cruceros “USS New York”, “USS Suwanee” y “USS Gloucester”.
El bombardeo naval empezó a las 9’00 horas, pero no fue muy preciso al estar las trincheras Españolas excavadas en las faldas de los montes, dejando la artillería escondida previendo un desembarco.
A las 11’00 horas empezó el desembarco, pero los Norteamericanos se vieron frenados en seco por el fuego de fusilería y artillería Española.
A las 15’30 horas el mando Norteamericano ignorando si habían logrado o no su objetivo de atraer tropas enemigas, ordenó suspender el ataque y acampar, aprovechando la parada para reponer provisiones y municiones.
A las 01’30 horas, aprovechando la oscuridad se organizó una retirada ordenada y cuando amaneció los Españoles comprobaron que no quedaban Norteamericanos. En total tuvieron 2 muertos y 10 heridos, contra ninguna baja Española.

L)BATALLA de SANTIAGO de CUBA (3 de Julio de 1898).

De toda la campaña de Cuba esta fue la más importante y empezó no en América, sino en Europa y más concretamente en Madrid.
En efecto, a medida que las tensiones iban en aumento, el gobierno ordenó aprestar a la armada y al ejército para una más que posible guerra. Siendo la primera de todas las medidas enviar a las grandes unidades a reparar desperfectos a los Astilleros.
Cuando estalla el “USS Maine”; la única fuerza de combate disponible es la “Escuadra de Instrucción” compuesta por:
“Infanta Maria Teresa”.
“Oquendo”
“Vizcaya”
“Cristobal Colón”
Destructores: “Furor”, “Terror” y “Plutón”
Torpederos “Ariete”, “Rayo” y “Azor”.
Bajo el mando del Almirante Pascual de Cervera y Topete.
Y aquí empieza una de las mayores controversias históricas de la Armada Española ¿Estaba tan mal la flota como afirmaba Cervera, que la derrota estaba de por sí decidida de antemano? Mi opinión personal es que no.
Los hechos denunciados por Cervera eran los siguientes:
La flota se formó en cabo Verde (por entonces colonia de Portugal), pues se temía la acción de agentes secretos enemigos en Cádiz. El llegó al mando del “Infanta María Teresa” para ponerse al mando de la flota, a la que se incorporarían más tarde el “Vizcaya” y el “Oquendo”. Celebrando el primer consejo de guerra con asistencia de todos los mandos de la flota a bordo del “Cristóbal Colón” (Por ser su cámara de derrota, mucho más grande y cómoda que la de los de la clase “Vizcaya”).
El primer informe sobre la flota se radió el día 20 de Abril de 1898 (previamente se había traído una buena colección de artículos técnicos e informes sobre la flota de Estados Unidos.
En dicho informe, anunciaba (muy resumidamente) lo siguiente:

a)Solo para el viaje de ida, los Torpederos deben dejarse en Europa, pues existen serias dudas que por su tamaño, pobre autonomía y calado, puedan aguantar el viaje al otro lado del Atlántico.
b)La relación de buques es la siguiente: (Españoles / Estadounidenses)
Buques Acorazados operativos: 3 / 5.
Cruceros Acorazados: 1 (sin su armamento principal) / 2.
Cruceros de todas las clases: 3 / 15.
Tonelaje total: 28.000 / 57.000.
Potencia de la artillería pesada: 6 Cañones de 280 mm. / 8 Cañones de 330 mm + 6 Cañones de 305 mm + 38 Cañones de 203 mm.
c)Estado general de la flota: Fallos en los cierres de la mayoría de los cañones, Fallos en los percutores, Fallos en los ascensores de munición; La mitad de la munición caducada, dos cañones de 140 mm del “Vizcaya” y uno del “Oquendo” inútiles, el “Colón” sin su artillería principal montada. El “Vizcaya” necesita limpiar los fondos y la flota anda falta de Carbón mineral.
(Sin ánimo de ridiculizar estas afirmaciones, lo cierto es que a parte de la falta de armamento del “Colón”. La mayoría de las afirmaciones no han sido documentadas debidamente, especialmente los fallos del armamento principal, sobre todo cuando numerosos testigos durante la batalla vieron funcionar los cañones Españoles sin más problemas.)
d)Recomendación final: Debido a la falta de medios para la defensa de la Península (solo los buques acorazados “Pelayo” y “Carlos V”). Se recomienda no participar en acción alguna y emplear la flota en la defensa de sus costas e islas adyacentes.
A partir de aquí se produce un tira y afloja entre los sucesivos Ministros de Marina y el Almirante Cervera. (En cualquier marina seria, las actitudes “derrotistas” que manifestó durante toda la campaña le hubiesen valido un relevo fulminante. [Y en algunas marinas especialmente conocidas por su sentido de la disciplina, le hubiese valido un consejo de guerra o una pistola con una bala y una invitación para ahorrar trámites engorrosos.] Pero en la Armada Española, él era el oficial de mayor rango embarcado y los cómodos despachos del ministerio de Marina no invitaban precisamente a embarcarse para tan loca aventura).
Por fin, la flota zarpa de cabo verde el 29 de Abril de 1898 (Cervera toma una decisión drástica: Todos los comunicados y telegramas recibidos sería compartidos entre todos los comandantes obligándoles a firmar el acuse recibo. Además serán debidamente archivados en dos copias, uno para el barco y otra copia firmada para los archivos personales del Almirante. Posteriormente él se encargará que el gran público sepa exactamente quienes ordenaron la empresa).
El 1 de Mayo se produjo el desastre de Cavite, en Manila, y pocos días más tarde Cervera recibiría la noticia. Lo que desde luego no contribuyó precisamente a subir la moral.
A este punto quiero responder a una serie de cuestiones imprescindibles:

¿Quiénes ordenaron la expedición?

En sentido amplio, la sociedad Española de la época, inflamada por sentimientos patrioteros y de posibles glorias imperiales perdidas, deseaba celebrar una victoria después de casi un siglo seguido de guerras civiles.
Animados por una prensa irresponsable, todo el mundo (desde artistas, toreros, autoridades, burgueses, periodistas, estrategas del sofá y cafetín, párrocos, porteras, ...).
Salvo unos muy escasas opiniones ilustradas deseaban ver de nuevo las banderas y los desfiles victoriosos por las calles.

Desde un punto de vista jerárquico, se pude considerar responsable a todo el régimen de la restauración:
El partido conservador del asesinado Cánovas del Castillo (en la oposición); reclamaba la guerra y se oponía a cualquier solución diplomática o política que no contemplara la total y completa soberanía de España sobre estas tierras. (En especial destacaremos la actitud beligerante, y posiblemente interesada, del diputado Romero de Robledo).
El gobierno y el partido liberal, presidido por Práxedes Mateo Sagasta, acosado tanto por la monarquía como por la oposición y sobre todo por una sociedad que se manifestaba irresponsablemente por la guerra.
La monarquía de la reina regente María Cristina de Habsburgo, posiblemente uno de los personajes menos conocidos de la historia de España y desde luego la que más partido tomó por la guerra. Quizás llevadas por los intereses monárquicos (Era Austriaca y desde luego en la órbita del Káiser Guillermo II).

¿Por qué lo hicieron?

El primer punto es el honor nacional; casi todos los Españoles del siglo XIX, se vanagloriaban de las viejas glorias imperiales de los siglos XVI y XVII. Y nadie quería asumir nuestra pérdida de posiciones entre el escalafón de potencias mundiales.

En segundo lugar, estaban los intereses poco claros de determinados personajes; en especial los generales y almirantes que monopolizaban los ministerios de la Guerra y de Marina.
Mucho más en la sombra estaban las casas comerciales, tanto de Castilla como de Filipinas, que no deseaban perder por nada del mundo sus negocios y presionaban a los partidos políticos por la guerra.
Por último, estaba un cierto sentimiento de racismo y autosuficiencia, que daba por hecho que aunque los Estados Unidos tenían más recursos industriales y económicos, estos no compensarían sus carencias de: “valor”, “espíritu de sacrificio”, “belicosidad racial”,... mientras que, supuestamente, la raza Española andaba sobrada de los mismos.

¿Eran conscientes de la situación?

La verdad es que sí. La prensa a pesar de las censuras y manipulaciones, estaba al tanto de la disparidad de fuerzas (quizás para saborear posteriormente las victorias).
El gobierno, fue informado por telegrama, hasta la saciedad, de las opiniones de Cervera al respecto.

Y aun así ¿Por qué se lanzaron?

Francamente, fue sobre todo un cúmulo de decisiones e intereses personales; los liberales deseaban fervientemente mantenerse en el poder, los conservadores a su vez azuzaban (en nombre de una serie de actores, unos ocultos y otros visibles como la propia reina) lanzar esta empresa. Y en medio de todos la armada y los almirantes del ministerio de marina, que deseaban conservarse en la poltrona.

Por todo ello, la expedición se hace a la mar y llega al caribe a principios de Mayo, dirigiéndose primero a la Martinica Francesa, el 12 de Mayo de 1898.
En dicha isla, se le informó por parte del gobernador Francés, que debido a la existencia de guerra entre las naciones Española y Americana y a la neutralidad de Francia en este conflicto, no pude venderle el tan necesario carbón mineral.
El grueso de la flota Española ancló en aguas internacionales, pero el destructor “Plutón” acudió a consultar la, escoltado por el destructor “Terror” que necesitaba de reparaciones. Como anteriormente había estado el crucero auxiliar norteamericano “USS Harvard”, se les informó que en cumplimiento de leyes internacionales no podrían partir hasta transcurridas 48 horas de la salida del beligerante. Por lo que la flota no pudo abandonar dichas aguas hasta el día 13 de Mayo de 1898.
Sin carbón partió Cervera. Pero obtuvo a cambio una más que útil información sobre el tamaño, disposición y situación de la flota enemiga. Además de poder dejar al destructor “Terror” que hiciera reparaciones y más tarde se dirigió a San Juan de Puerto Rico y después de la guerra volver a casa desde ahí. (Siendo el único buque de la flota que se salvó).
Cervera estaba muy necesitado de carbón y debió acudir a otro lugar, eligiendo la colonia Holandesa de Curaçao, donde pudo adquirir todas las existencias (unas 400 o 600 Tm.) Curiosamente el dueño del almacén de carbón es el cónsul Norteamericano, que no tuvo mayor empacho en vender las existencias, bajo su palabra de honor (que cumplió escrupulosamente) de no avisar a las autoridades norteamericanas, hasta pasadas 48 horas de la partida.
(Tanto en Martinica, como en Curaçao, los buques extranjeros y los marineros advirtieron a los Españoles de su debilidad y les aconsejaron el retorno a España).
Por su parte Cervera tenía un problema de índole operativo, junto al estado técnico de su armada: Las órdenes telegrafiadas, solo mencionaban acudir al caribe para tratar de romper el bloqueo al que estaban sometidas Cuba y Puerto Rico. Pero no incluían un plan operativo (cómo hacerlo).
Así que Cervera, cuando abandona Curaçao, en la noche del 15 de Mayo de 1898, sale a poca máquina para economizar combustible, pero con los barcos dispuestos para el combate, descartando acudir a Puerto Rico, pues la considera bloqueada.
Entretanto, la escuadra del comodoro Estadounidense Schley, encargada de localizarlos, navegaba sin encontrar a Cervera. Lo que desató una ola de pánico en algunas ciudades costeras americanas. Pues se había corrido el rumor de que Cervera iba a bombardear la costa americana.
Sin embargo, la flota española entró en Santiago de Cuba el día 19 de mayo. El comodoro Schley había sido burlado tan completamente que hasta el día 30 de mayo no supo que Cervera había arribado a Santiago.

El plan de batalla o mejor dicho la falta de un plan de batalla:

Desde luego, Cervera nunca tubo una idea muy claro de que debía de hacer o que se esperaba que hiciera.
Así que optó por la solución más fácil, salvar el “honor” y absolutamente nada más allá. Mientras que sus subordinados, en especial el jefe de los destructores, aconsejaba ataques nocturnos, recurriendo a torpedos y volver a toda velocidad a puerto.
También la mayoría de los comandantes aconsejaron aprovechar la apertura de la bahía de La Habana, en lugar de la bahía cerrada de Santiago de Cuba, puesto que en caso de presentarse (como era previsible) la flota Norteamericana a bloquear. Aun siendo más expuesta, la primera, siempre tendría mejor oportunidad a la hora de entrar en combate (apoyada por las baterías costeras de la plaza) y en caso de tener que escapar, podrían hacerlo todos los barcos a la vez, en lugar de uno a uno como en Santiago.
De nuevo Cervera antepuso la “seguridad” a cualquier otra consideración y llevo la escuadra a Santiago, donde ni había carbón de calidad y la entrada era tan estrecha que podía quedar bloqueada con un solo barco (que muchos sospechaban es lo que en el fondo deseaba Cervera).

Una vez la flota ancla en la bahía de Santiago, comenzaron a pasar los días sin que se presentara la flota de Estados Unidos. La llegada de la flota de Schley:
Acorazados: “USS Iowa”, “USS Massachussets” y “USS Texas”.
Cruceros: “USS Brooklyn”, “USS Minneapolis”, “USS Columbia” y “USS New Orleans”.
Bloqueó a la flota española. Los refuerzos Americanos, al mando del almirante Sampson:
Acorazados y cruceros acorazados: “USS Oregon”, “USS Indiana” y “USS New York”.
Además estuvieron presentes:
Cruceros auxiliares: “USS Glucester”, “USS Resolute” y “USS Vixen”.
Torpedero: “USS Ericsson”
Agravaron la situación. Para impedir la fuga de la escuadra española en la oscuridad, los americanos mantenían iluminada con sus focos la salida del puerto y, además, intentaron taponar la salida del puerto hundiendo al carbonero “Merrimac”, lo que fue impedido por el fuego de las baterías costeras Españolas, aunque parcialmente, ya que los restos del carbonero dificultaban la salida.
El 6 de Junio de 1898, la escuadra norteamericana trató de hundir la flota de Cervera, pero solo tocó varias veces al viejo crucero ligero “Reina Mercedes” que formaba parte de la flota colonial agregada permanentemente en Cuba.
El 16 de Junio de 1898, volvieron a tratar de hacerlo sin resultado alguno. Y sin contar que por las noches, los buques dinamiteros de la armada de Estados Unidos intentaron poner en práctica sus novedosas armas de aire comprimido, sin resultado práctico alguno.
Pero para entonces el mayor peligro para Cervera venía del parlamento donde un día sí y otro también, la oposición encabezada por el diputado Romero de Robledo, exigía coreado por la mayor parte de la prensa la salida de la flota y celebrar la batalla final. (Actuando como cadena de transmisión el capitán general de Cuba, también sitiado en Santiago de Cuba, la salida de la flota para no tener que rendirla cuando cayera la ciudad lo que se daba por seguro tan pronto se agotaran las provisiones y las municiones).
Tras varios telegramas exigiendo la salida, que Cervera archivó cuidadosamente, se organizó esta vez en el “Infanta María Teresa” un nuevo consejo de guerra, el día 1 de Julio de 1898. La situación no podía ser más desesperada, pues estaba claro para finales de Junio de 1898, que el ejército no aguantaría más. Por lo que se acordó salir de inmediato y tratar de poner a la flota a salvo.
La fuga estaba prevista para las 9’00 del Domingo, 3 de julio 1898. Que era el momento más lógico, pues los marineros y oficiales Estadounidenses estarían en los servicios religiosos, y hacerlo de noche, seria tachado de cobarde y traicionero. Al mediodía del Sábado, 2 de julio 1898, la flota empezó a caldear el vapor y a preparar la ruptura. (Al tiempo que todos los infantes de marina y marineros que habían desembarcado para colaborar en la defensa de la plaza, eran de nuevo embarcados).
A las 8’45 horas, los vigías de guardia en el “USS Brooklin” divisaron las nubes de humo que salían desde el interior de la bahía y dieron inmediatamente la alarma.
Un echo fortuito, esa mañana Sampson tenía una reunión con el general Shafter, en Siboney, para discutir la estrategia a seguir en el inminente asalto a Santiago de Cuba. (Por lo que había partido, vestido con su uniforme de gala [que incluía espada, botas de montar y espuelas, bicornio y demás abalorios]) Llevándose a los buques “USS New York” y “USS Ericsson”.
También faltaba el “USS Massachussets”, que había acudido a carbonear a Florida.
Por lo que existía una brecha en la línea que bloqueaba la salida de Santiago de Cuba; aunque el “USS New York” maniobró para perseguir a cualquier nave que rompiera el bloqueo, mientras que el Comodoro Schley (a bordo del “USS Brooklyn”), se convirtió momentáneamente en el oficial en jefe de la flota.
A las 9’35 se tocó zafarrancho de combate y toda la flota Norteamericana estaba preparada para la batalla.
El plan de Cervera no podía ser más simple, dando por hecho que la batalla estaba perdida antes de librarla y antes de brindar con ron por última vez con todos los oficiales mayores de la flota, expuso lo siguiente:
Los barcos saldrían de uno en uno, siendo el primero en suyo.
La idea es que el primero, el suyo, atraería todo el fuego enemigo (un suicidio, por si todavía no lo han notado), dando una oportunidad a los demás.
Cada barco que saliera a continuación trataría de cubrir la salida del siguiente, dirigiéndose todos hacia el Oeste, con la esperanza que al menos uno o dos se salvaran.
Para que nadie se sintiese agraviado, la proporción de carbón de calidad y carbón “malo” serie igual en todos los barcos.
Que dios reparta suerte. Debió ser lo que pensaron todos cuando supieron el plan.


INFANTA MARIA TERESA:

A las 9’45 según los Norteamericanos, salió el primer barco, el “Infanta Maria Teresa”, dirigiéndose a toda máquina contra el crucero “USS Brooklyn”, obligándole a virar en redondo para escapar tanto de su espolón como de sus disparos. Siendo el “Infanta Maria Teresa” alcanzado por el “USS Iowa” que partió su tubería principal de vapor. El buque empezó a perder velocidad y la torre principal de popa dejó de funcionar.
Con graves incendios en popa, el trozo de salvamento intentó rescatar a los tripulantes que habían quedado aislados en la popa por el incendio, pereciendo la dotación de salvamento y los marineros que habían quedado atrapados.
El fuego se extendía cada vez más, aproximándose a los pañoles. Otro impacto alcanzó el puente de mando, hiriendo al comandante del Buque y matando a todos los oficiales. El propio Almirante Cervera tuvo que hacerse cargo del mando del “Infanta María Teresa”. Prácticamente inutilizado, se dio la orden de virar hacia tierra y embarrancar, lo que hizo a las 10'15, cerca de Punta Cabrera, al Oeste de Santiago.
El Almirante ordenó arriar la bandera de combate, pero el fuego asolaba la toldilla y la bandera cayó ardiendo en llamas.
El salvamento de la tripulación fue muy difícil porque no quedaban botes y hubo que nadar 200 metros hasta la playa donde fueron recogidos por los botes del “USS Gloucester”.
El Almirante Cervera, llevado a bordo del “USS Iowa” fue recibido con honores militares y aclamado por la tripulación. En total el “María Teresa” tuvo 70 bajas. Siendo alcanzado por: 2 impactos de 330 mm, 3 de 203 mm, 5 de calibre medio y 19 de calibre ligero.

VIZCAYA:

El “Vizcaya” salió en segundo lugar. Sobre él se abatió el grueso de la artillería norteamericana y sus cañones poco pudieron hacer por los defectos en los cierres de las piezas.
Disparaban contra él, el “USS Brooklyn” desde 2.200 metros; el “USS Oregon”, desde 2.700; el “USS Texas”, desde 5.000 y el “USS Iowa” desde más distancia.
A las 10'50 horas, con todos sus cañones inútiles, intentó abordar al “USS Brooklyn” que esquivó fácilmente la embestida por la escasa velocidad del buque español sobre el que continuó disparando.
A las 11'15, ardiendo completamente, varó en los bajos de El Aserradero, al oeste de Santiago. Donde además explotó.
El Capitán Eulate ordenó arriar la bandera de combate que había sido donada por la Diputación de Vizcaya y la arrojó al fuego. Su dotación tuvo 100 muertos. Siendo alcanzado por: 4 impactos de 203 mm, 9 de calibre medio y 12 de calibre ligero.

CRISTÓBAL COLÓN:

En tercer lugar salió el “Cristóbal Colón” sólo con sus piezas secundarias de 152 mm, tuvo que combatir contra el “USS Iowa”, el “USS Brooklyn” y el “USS Oregon”. A pesar de todo, el “Colón” alcanzó con dos impactos al “USS Iowa”.
El buque español, que alcanzaba mayor velocidad que los oponentes Estadounidenses, se alejaba ganando distancia nudo a nudo. Cada vez más lejos del enemigo, parecía que iba a salvarse de la destrucción. Sin embargo, a las 13’00, el Jefe de Máquinas subió al puente y comunicó al Capitán Díaz Moreu que el carbón “bueno” se había acabado y comenzaban a usar el cargado en Santiago.
El pésimo carbón pulverizado hizo descender las revoluciones de las máquinas. El “Colón” perdía velocidad y los barcos norteamericanos ganaban terreno. La suerte estaba echada. Cercado por el “USS Oregon”, el “USS Texas”, el “USS Brooklyn”, el “USS New York” y el “USS Vixen”, embarrancó en la Playa del Río Turquino. Se arrió la bandera de combate. El “USS Texas” intentó tomarlo a remolque pero, abiertas las espitas del fondo por los Españoles, el buque dio la vuelta y se hundió. Siendo alcanzado por: 4 de calibre medio y 2 de calibre ligero.

OQUENDO:

El “Almirante Oquendo” salió en cuarto lugar. Frente a él, el “USS Iowa” comenzó a disparar sus andanadas de 305 mm. a uno 1.300 metros. Un impacto directo penetró en la torre de proa destruyendo la pieza y matando a toda su dotación. Otro impacto alcanzó la cámara principal de torpedos, provocando un grave incendio y matando a todos sus servidores. Para evitar las explosiones se lanzaron todos los torpedos. Todas las baterías de 140 mm. estaban inutilizadas. No funcionaban los ascensores de munición. Sólo una pieza de 140 seguía disparando servida por un Teniente de Navío herido y dos marineros que acarreaban, entre los tres, la munición. Convertido en un mar de llamas, el “Oquendo” varó cerca del “María Teresa”. Consumida la bandera de Combate por las llamas, el comandante del buque, Lazaga, hizo su último ademán pegándose un tiro en la sien. Tuvo 80 muertos. Siendo alcanzado por: 3 impactos de 203 mm, 11 de calibre medio y 43 de calibre ligero.

DESTRUCTORES:

Tras ellos salieron los dos destructores, el “Furor” (Buque insignia de destructores) y el “Plutón”, ambos al mando de Villaamil. Retrasaron la salida para que la amenaza de sus torpedos obligara a los buques estadounidenses a disparar sobre ellos, permitiendo a los buques principales escapar.
Sin embargo, los destructores no estaban concebidos para el combate frente a grandes unidades. Su misión era dar caza a los torpederos. Aunque barcos rápidos, su casco era endeble y cualquier impacto directo podría destruirlos.
Primero salió el “Furor”, sus piezas de 75 mm. hacían fuego contra un enemigo superior. Los barcos enemigos abrieron fuego contra él casi a quemarropa destruyendo las máquinas y dejando inútiles las piezas de artillería. "Furor" se hundía entre el aterrador fuego de las granadas. Un impacto mató a Villaamil. El buque se hundió poco después de que los escasos supervivientes (21) fueran rescatados por un cañonero americano.
La misma suerte corrió el “Plutón”. Su comandante se lanzó a toda máquina contra la flota enemiga disparando sus pequeños cañones. Un telón de fuego lo detuvo. Un impacto hizo estallar las máquinas y el pañol de municiones.

A las 11’00 todo había acabado. Los Españoles perdieron todos los buques, lamentando 323 muertos, 151 heridos y 1.720 prisioneros. Los Norteamericanos habían sufrido:
“USS Brooklin”: 4 Impactos de calibre medio y 36 de calibre ligero.
“USS Oregon”: 3 Impactos de todos los calibres.
“USS Texas”: 2 Impactos de todos los calibres.
“USS Indiana”: 2 Impactos de todos los calibres.
“USS Iowa”: 6 Impactos de todos los calibres.
Ningún buque se fue a pique y solo sufrieron 1 muerto y 1 herido. Aunque muchos observadores destacaron la muy pobre puntería de los Norteamericanos: En total efectuaron 300 disparos de gran, 1.000 de medio y 7.000 de pequeño calibre. Obteniendo 29 impactos en el “Infanta María Teresa”, 27 en el “Vizcaya” y 57 en el “Oquendo”.
Además de las pérdidas descritas en la batalla, el capitán general de la plaza ordenó hundir al “Reina Mercedes” (Recuperado en 1899 por los Norteamericanos y desguazado por estos en 1957) en la boca de la bahía para evitar la entrada de la flota enemiga.
Tras diversos bombarderos norteamericanos y la huida de gran parte de la población civil, el Capitán General inició las conversaciones de paz el 16 de Julio de 1898.

Los prisioneros, fueron trasladados a un campamento improvisado en Maine, entre el 11 de julio 1898 hasta mediados de septiembre de 1898.

(*) Las causas del desastre, fueron muchas, pero la más directa fueron los incendios. (Al parecer los proyectiles de Lidita que usaban los norteamericanos producían una llamarada aparte de la deflagración y gran parte del interior de los buques, así como casi todo el mobiliario estaba hecho en madera.) y la incapacidad de controlarlos. Mientras que en los buques Americanos, antes de iniciar la batalla se tenía la precaución de desmontar casi todas las estructuras de madera y en ocasiones se arrojaba por la borda.

Como tantas ocasiones en nuestra historia, se quiso hacer responsable al almirante de esta derrota, aunque este se aseguró una buena defensa recurriendo al obispo de Santiago de Cuba, al que confió sus enseres personales y cartas incluido el archivo personal con sus opiniones y órdenes recibidas, lo que una vez en España no tuvo mayor reparo en publicarlo en la prensa y de esa forma lograr salir absuelto y restituido su grado de almirante de la flota.

M)BATALLA de NIPE BAY (21 de Julio de 1898).

El 21 de Julio de 1898, 4 buques norteamericanos (el cañonero “USS Annapolis”, el remolcador armado “USS Leyden”, el yate armado “USS Wasp” y el cañonero “USS Topeka”) atacaron al balandro español “Jorge Juan” que estaba anclado y protegido por el fuego de los fuertes Españoles.
Manibrando entre las minas, el “Jorge Juan” comenzó a disparar contra el “USS Leyden” y el “USS Wasp”. Pero acabó hundido por el fuego combinado de estos y del “USS Annapolis”.
Terminado esto, atacaron los fuertes silenciando su artillería, escapando sus guarniciones río arriba en un bote.

ACCIONES menores en PUERTO RICO:

3ª Batalla de San Juan de Puerto Rico (28 de Junio de 1898):

El 28 de Junio de 1898, dos cruceros Norteamericanos atacan a una flotilla Española compuesta por 1 crucero, 2 cañoneras y 1 crucero auxiliar, quedando destruido este último.
Posteriormente será hundido el 5 de Julio de 1898.

Desemabarco de la Guánica (25 de Junio de 1898):

Los jefes militares Españoles, de Puerto Rico, pensaban que el desembarco vendría por el norte. Por lo que se organizó una línea defensiva aprovechando las guarniciones de Fajardo – San Juan de Puerto Rico – Arecibo.
Por su parte los Norteamericanos, enviaron una flota desde la Bahía de Guantánamo, compuesta por: “USS Yale”, “USS Massachussetts”, “USS Gloucester” y “USS Dixie”. Llegando, 4 días después, hasta la playa de la Guánico (teniendo como punto de referencia el faro del mismo nombre).
Ahí les esperaba una columna de 3.300 hombres embarcados en los siguientes barcos: “USS Columbia”, “USS Lampasas”, “USS Windom”, “USS Comanche”, “USS Unionist”, “USS Stillwater”, “USS Rita”, “USS Specialist” y “USS Wasp”.
Tan pronto como desde el faro se divisó a la columna atacante, se dio el aviso y la totalidad de la población civil huyó al interior.
Los primeros en desembarcar, fueron los Marines del “USS Gloucester”, quienes “conquistaron” el faro, expulsando a los pocos Españoles que lo defendían usando el apoyo artillero del mismo buque. Más tarde y sin ninguna oposición marchó el resto de las tropas Norteamericanas.

Batalla de Fajardo (1 de Agosto de 1898):

El buque Americano, “USS Puritan” se dirigió a por el – faro de las Cabezas de San Juan – con la intención de hacer ondear desde lo alto la bandera de Estados Unidos.
El día 2 de Agosto de 1898, se le unieron los buques: “USS Anfitrite”, “USS Leyden” y “USS Hannibal”.
El día 3 de Agosto de 1898, al amanecer se izó por fin la bandera.
El día 4 de Agosto de 1898, llegaron refuerzos Españoles, pero el fuego de los barcos Norteamericanos los puso en fuga.
El día 5 de Agosto de 1898, todos los buques fueron reclamados para apoyar al ejército Americano que se disponía a conquistar la ciudad de Ponce, llevándose con ellos la dichosa bandera.

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